CAPÍTULO 23

Silencio. No sé bien por cuánto tiempo. Mis ideas se revuelven en un sinfín de preguntas.

—¿Qué?— Pregunta Iwin.

—¿Cómo?—Le sigue Ray expresando lo mismo que mi mente ansía por entender.

—Todo lo que vivencian aquí son imágenes proyectadas de nuestro sistema sensorio perceptual. Es como cuando hablamos pero en la mente es todo imagen.— Responde Caius.

Mi cabeza hierve. La velocidad de mis pensamientos superan cualquier tipo de revelación que haya tenido en las últimas horas. No sé en que pensar.

—Espera...Si estamos en un sueño entonces...¿Nosotros no existimos?— Pregunta Iwin a medida que procesa lo que dice.

—Claro que existen. De otro modo no estaríamos teniendo esta conversación— Dice Caius.—...Creo que a lo que te refieres es que esto no es real.— Concluye observándome.

Mis ojos se posan aquí y allá, en ningún lado.

—Si esto no es real...¿Entonces dónde estamos?— Le pregunto.

—Trata de salirte del lenguaje para tratar de decir algo...y no me digas 'lee mi pensamiento'...— Me dice Caius mientras trato de seguirle.— No puedes, ¿verdad?...de esa primicia nació Arcadia. Ahí es donde estamos.

—Arcadia...¿No es un sitio, verdad?

—Oh si, claro que lo es. Es un sitio dentro de tu cerebro.— Dice algo emocionado. Guarda las manos adentro de sus bolsillos y se da la vuelta. Está buscando la forma de que entendamos. —El cerebro es el lugar en donde la mente funciona pero ¿puede existir mente sin cerebro?— Pregunta Caius. Tardamos un par de segundos en darnos cuenta que la pregunta no es retórica.

—El cerebro contiene a la mente. — Dice Enoch haciendo que recuerde su presencia en esta habitación.— Sin cerebro sería algo así como un ordenador.

—Inteligencia artificial, ¿Crees que es algo malo?— Le pregunta Caius aún paseando de lado a lado.

—Metafóricamente hablando...— Agrega Iwin.

—Depende de quién sea la mente.— Objeta Enoch.

—¿Y que si te dijera que es una mente comunitaria?— Pregunta Caius observando a los sobrevivientes merodeando en la planta principal. Durmiendo, solos pero juntos.—Una red formada por billones de neuronas de diferentes individuos que les permite conectarse en un mismo plano, un mismo mundo mental.

Kaidia sigue callada pero completamente concentrada en lo que acontece. Ray pone los ojos en blanco y observa a Enoch, luego a Iwin. Cree que es una tomada de pelos.

—Diría que es un tanto...utópico.— Dice Iwin de lado, irónico.

Caius se ríe.

—Bienvenido a Arcadia.

Me muevo de mi lugar. No aguanto más.

—¿De que estás hablando?— Pregunta Enoch.

—Velamos por un sitio con verdadero libre albedrío, un sitio sin un destino determinado por tu estatuto social, tampoco por el azar. Un sitio donde podamos entender al otro sin la necesidad de una empatía ejercitada, sólo con tu simple existencia podrías conectarte con cualquiera. Según señala la historia de nuestra humanidad no hemos logrado desligarnos de ciertos condicionamientos para lograrlo en un plano real pero...¿que si pudieses vivenciarlo dentro de tu mente?— Dice Caius.

—No entiendo ¿cómo...? — Comienza a decir Ray mientras cierra los ojos.

—Esta...no es solo la mente, es también, la red.— Dice Caius.— Arcadia es la combinación perfecta entre mente y tecnología.— Agrega con pesar.

Quizá recordó algo.

—¿Cómo?— Me animo a preguntar.

—Les dijeron que el fuerte funcionaba como un cerebro, ¿verdad?— Nos observamos.

Recuerdo cuando Iwin nos mostró el fuerte por vez primera y nos contó eso mismo, mostrándonos un mapa.

—¿Qué si les dijera que toda Arcadia funciona como un cerebro?

—Te preguntaría donde está la mente.— Objeta Enoch siguiéndole el juego.

—En todas partes. En todos nosotros.— Dice Caius con una sonrisa.— En este mismo momento, todos nosotros estamos conviviendo en un mismo espacio mental.

—¿Cómo mierda sabes tanto?— Le pregunta Iwin.

—Porque soy Remembrant, cómo tú.— Le dice Caius con seguridad.— Y porque yo lo creé.

Trago saliva. Tiene sentido ¿verdad? Caius, el creador de Arcadia es quién nos trajo aquí...¿por qué? Tampoco lo recordaba. Si es cómo él dice entonces alguien bloqueó sus recuerdos ¿CHAOS? Si estamos en un sueño entonces tiene sentido que tengan acceso a nuestras mentes, a poder controlarnos con dolores de cabeza...después de todo, las cámaras eran pura utilería.

—Espera—Se apresura Iwin.— Si esto es un sueño entonces cuando hibernábamos...no estábamos durmiendo.

—No. Simplemente era una excusa para monitorearlos y hacerles creer a sus mentes que seguían anclados a su otra realidad.— Responde Caius.— Sus series de identificación...—Dice observando su escritorio aún apoyado sobre sus brazos.— ¿Saben que significan?

—Que somos de distintas tandas de letrados, la serie depende de la división.— Responde Iwin.

—¿Qué? No, no los números; me refiero a las letras.— Dice Caius.— Significa que son del mismo equipo.

—Pero eso sucedió en la selección de las cuartas, es algo aleatorio—Comienza diciendo Iwin.—¿O no...?

Caius le devuelve la mirada en silencio.

—¿Todo esto estaba planeado?— Pregunta Ray.

—¿Por qué nosotros?— Pregunto.

—No lo recuerdo...— Dice Caius aún frustrado.— Solo sé que ustedes son la llave. Nuestra única salida. 'Algún día entenderás por qué y me recordarás el final. Solo así podremos evitar el principio.'

—...La depuración.— Agrego mientras mis neuronas se conectan y finalmente, todo comienza a esclarecer.

Caius asiente con pesar.

—Espera—Dice Ray aún no convencida del todo.— ¿Cómo sabemos que él no sigue trabajando para ellos? ¿Qué si haciendo esto estamos haciendo lo que ellos quieren que hagamos? Hace cinco segundos no recordabas nada ¿y de pronto eres el rey de la memoria?

—Tienes razón, no recordaba nada. Un Remembrant necesita de indicios físicos o pensamientos ajenos para adentrarse en el pasado.— Le responde Caius alzando la insignia que deposité en su mano hace un rato.— Mis recuerdos estaban bloqueados hasta que llegaron ustedes...puedes preguntarle a él si no me crees.—Agrega señalando a Iwin.

—No sabía que los mentores también pertenecían a brigadas.— Acoto.

—Todos pertenecen a una brigada. Sólo así puedes ser inseminado en Arcadia.— Comenta.— Oigan...sé que deben tener miles de preguntas y me encantaría poder responderles todas pero no tengo ni la memoria ni el tiempo.

—Vale.— Le digo seguro.— ¿Qué sigue?

Iwin y Ray me observan perplejos.

—¿¡Qué!?— Se exalta Ray.—¿Qué hay de las pruebas de las brigadas?— Le pregunta a Caius.

—Yo...no recuerdo nada sobre eso.— Le responde Caius moviendo sus ojos de un lado a otro, como si las paredes contuvieran todas las respuestas pero no supiese el idioma en el que están escritas.

—¿Ven?— Incita Ray.—Nos topamos con un exiliado loco y ¿ahora creemos todo lo que dice?

—¿Que sugieres entonces? ¿Volver al fuerte a hacer nada? ¿Sentarnos a esperar? ¡Si seguimos ese camino quién sabe qué mierda nos harán, Ray! ¿Acaso viste de lo que son capaces?

—¡Si y por eso quiero terminar su estúpido juego!— Concluye.— Si hay algo que dejaron en claro es que ellos son los que mandan. No quiero terminar sonámbulo como tu amiga.

—No lo harás.— Le responde Enoch.

—¡¿Tú también?!— Le pregunta Ray.—¿Acaso se volvieron todos locos? ¿Creen que esto no es real?— Ray tira al piso carpetas y sobres del escritorio de Caius para demostrar su punto.— ¡Esto es real!

—Esto no es real Ray justamente porque el otro mundo existe y ahí es donde pertenecemos.— Le responde Enoch tomándola por los hombros queriendo hacerla entrar en razón.

—¿Cómo puedes estar tan seguro?— Le dice Ray demasiado acomplejada como para lucir neutral.

—¡Porque millones de personas morirán en vano, personas inocentes!...nuestras familias. Y eso no es justo.— Le responde Enoch.— ¿Acaso no querrías salvar a tu padre si existiese al menos la mínima posibilidad de que siga vivo?

—¡Mi padre murió, Enoch! No puedes cambiar el pasado.— Le dice Ray con la mandíbula tensa.— ¡Nadie puede!

—¿Y que si de verdad no es el pasado, Ray y si es el futuro? ¿Que si te hicieron creer lo contrario para que no te reveles contra ellos porque solo así te podían controlar? Y lo han hecho ya por mucho tiempo, con todos nosotros...pero ya no.— Dice Enoch.— Tenemos que hacerlo. Tenemos que despertar. Solo así evitaremos la depuración.

Enoch está serio, como de costumbre, pero parece tocado de alguna forma. A pesar de no haber acotado mucho al principio de esta conversación ahora está convencido y eso es lo que importa.

Me observa y asiento una vez. Iwin se toca el mentón, aún merodeando en su interior.

—¿Estas seguro de esto?— Me pregunta Iwin.

—Nunca estuve tan seguro.—confirmo.

Larga un suspiro y vuelve su atención a Caius. Ray pasea por el lugar con el humor por el techo.

—Bien...¿cómo despertamos?— Le pregunta Ray al fin.

—Cuando creamos Arcadia nos ocupamos en protegerla pero sobre todo proteger a la gente. No se puede entrar si no es por inseminación pero si se puede salir de manera manual en caso de urgencia. Sólo que no es fácil, es cómo atravesar un firewall.

No eres el único creador entonces.—Comento.

—Nadie crea un paraíso sólo.—Me responde Caius en una sonrisa triste.

¿Y cómo la atravesamos?—Añade Ray.

—El cerebro puede recordar todo lo que vimos en nuestra vida y utiliza esos recuerdos para crear una visón organizada del mundo, algo que se proyecta en nuestras vidas conscientes.— Responde Caius.— Pues bien, para despertar tienen que atravesar la visión desorganizada...de sus propios mundos.

—El inconsciente.— Responde Enoch.

—Si.— Dice finalmente.— Un lugar que se crea a partir de nuestros recuerdos; imágenes mentirosas, vacíos, sueños perdidos, deseos e impulsos. Lo solíamos llamar El lugar de las últimas cosas.

—¿Eso quiere decir...?— comienza a preguntar Kaidia.

—Eso quiere decir que nos toparemos con cosas irracionales, recuerdos trastornados y nuestros mayores miedos.— Comenta Iwin.— Cosas que casi ni podremos controlar.

—O sea, no sabremos con qué nos toparemos hasta que lo vivamos.— Concluye Enoch.

—Genial.— Agrega Ray por lo bajo sin dejar pasar su cuota de sarcasmo.

—No hay otra salida.—Agrega Caius.

—Podemos morir tan solo tratando de llegar—Ray suspira.— Me refiero que si quisieran matarnos podrían-

—Si quisieran matarnos ya estaríamos muertos.— Dice Caius provocando un silencio profundo.— Créanme, es la única forma.

—¿Cómo sabremos que llegamos entonces?— Pregunta Iwin.

—El cerebro es como una sola orquesta. Armonía y síntesis entre millones de neuronas.— Explica Caius.— Si el cerebro no puede conectarse con los recuerdos de forma coherente, el resultado es disonante...así será el inconsciente. Será como nada que hayas visto o vivenciado antes.

—Eso es lo que nos enseñaron en el fuerte...— Comenta Iwin mientras recuerdo cuándo él mismo lo explicaba en el área de hibernación.

—No me sorprende.— Responde Caius con el entrecejo fruncido.

—¿Y cómo llegamos?— Pregunta Enoch.

—Viajando. Transitaran uno a uno todos sus inconscientes. Encontraran que los espacios de sus imaginarios están poblados por otras personas, pero no se dejen engañar...no lo son. Son Paradox, vigilantes implantados que mutan todo el tiempo y que harán todo lo posible por retenerlos allí. Se activan con la mirada y es solo cuestión de tiempo para que los vuelvan locos y el espacio se haga cada vez más y más laberíntico. Son réplicas de humanos así que pueden perder un par de pixeles.

—¿Cómo luchamos contra ellos?— Pregunta Enoch.

—No entren en contacto con ellos, por nada en el mundo. No les dirijan la palabra, no les miren a los ojos pero por sobre todo, no se detengan. Es muy importante que salgan de cada espacio lo más rápido posible. Deben confiar en sus mentes pero por sobre todo, recordar quienes son. Eso mantendrá el espacio en armonía.

Tragamos saliva y nos dedicamos un segundo de mirada compartida.

—¿Qué dirección debemos seguir?— Pregunto.

—Según lo que programé en el pasado, Arcadia recrea en un plano visual la confluencia de todas sus mentes y el escenario programado pero principalmente, se nutre de todos nuestros recuerdos para funcionar. Sin nuestros pasados, no somos nadie. Lo mismo sucede con Arcadia.

—El fuerte...—Comienza a decir Iwin.— Tiene el área de monitoreo en el área restringida. Allí se archivan nuestros recuerdos madre. Acceso directo al inconsciente.

—Podemos empezar por ahí.— Comenta Enoch.

—Si el fuerte es el punto más consiente y artificial, y si todo Arcadia funciona como un cerebro entonces no es al fuerte a dónde tenemos que ir...sino lejos de él.— Digo buscando aprobación en la mirada de Caius.

—Pero en la selección de las brigadas se liberan nuestros inconscientes.— Comenta Iwin.— Eso es contra lo que luchamos, ¿cierto?

—Esos sabandijas no cambiaron sus guiones...— Responde Caius.—Es simplemente un programa. Lo siento.

Iwin asiente mordiéndose la mandíbula, defraudado. Por mi parte, me alegra, al menos un poco. Confirmar que mis mayores miedos no son los sonámbulos, me reconforta de alguna forma.

—El símbolo de Arcadia es un mapa.— Continúa Caius.— A medida que se alejen del epicentro de la red, el punto confluente en la equis dónde podemos ejercer el control, el escenario deja de ser programado...porque no puede ser programado. Eso quiere decir, si. Solo tienen que salirse del mapa.

Kaidia continúa muda.

—Cuándo despertemos...¿lo olvidaremos todo?— Pregunta Ray con algo de miedo.

—Todo será como un sueño.— Contesta Caius.

Nos observamos, se observan. Aunque estemos quietos, de alguna manera se nota que asentimos escondiendo una nube de inestabilidad.

—Hay algo que deben entender.— Añade Caius.— Todo lo que percibimos, sea real o no, da igual para el inconsciente. Si las imágenes durante el sueño parecen reales es porque para el cerebro lo son. Ahora, ¿cómo zafarse de sus propios demonios? Depende de cada uno de ustedes.— Piensa por unos segundos más y se concentra en un punto fijo.—Kaidia irá con ustedes.

—¿Qué?— Kaidia se sale de su sitio de un salto.

—Por muy poco que me agrade, también eres parte de esto. Tienen que atravesar inconscientes, y al parecer, ya pasearon por el tuyo.— Contesta, algo enigmático.— Restan cuatro.

—Pero ¿y yo que tengo que ver?— Pregunta ella.

—Eres parte de la llave. Tienes que ir con ellos... Sino todo esto será en vano.

Kaidia observa la nada, acomplejada. Caius le toca el hombro.

—No existe otra alternativa...No te dejaría ir si la hubiera.

Ella asiente, quizá desganada pero no tengo forma de saberlo ahora.

—¿Cuándo salimos?— Pregunta Iwin.

—Mañana a primera hora. Ahora vayan a descansar. Tienen un largo viaje por delante.

Comenzamos a mover nuestras articulaciones para abandonar la habitación.

—Menos tú, Gythor...Me gustaría pasarte las coordenadas que deberán seguir.

Esperamos y observamos a Enoch para que él decida. Enoch asiente y nos hace un gesto para mostrarnos que estará bien, pero de todas formas lo intuimos. Después de todo ya depositamos toda nuestra confianza en Caius y sus cuentos...ya no queda tiempo para darnos el lujo de dudar.

Mi estómago ruge exigiendo atención. Supongo que me dedicaré a satisfacerlo antes de darle lugar al descanso.

Kaidia nos invita a que la sigamos. Sus dedos chasquean unos contra otros mientras camina, nerviosa. Pensar que ella esperaba que su día sea una rutina más y sin embargo se encuentra con cuatro de nosotros y una historia invertida. Ya no me cuesta identificar sus pecas cómo antes, sobre todo una en particular que se posa en su labio superior.

No voy a mentir, estoy algo contento de que ella se una al viaje. 

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