CAPÍTULO 13

Camino a paso ágil por el pasillo mientras la misma voz femenina recita el himno a través de los parlantes. Algunas cuartas cruzan el pasillo...¿Dónde estará la mía?

Un brazo me sorprende tomándome por el lado izquierdo.

—¿Qué haces aquí letrado?

Es un Gythor de división mayor. Lleva una de esas tabletas de holograma en la mano.

—Busco a mi cuarta...¿se supone que están por aquí o...?

—Vuestra habitación de aislamiento fue asignada hace media hora, después de la cena ¿dónde estabas?

Su intriga parece medio furiosa pero ya no sé si tomarme personal nada que venga de un Gythor.

—Con la Doctora Kressler.

Su semblante cambia de repente y asiente. Vaya, no quedan dudas sobre quienes están a cargo de este lugar.

—¿Habitación de aislamiento?—Pregunto.

—¿Serie de identificación?

—AX-0.18.8.18— Respondo.

Despega su mirada de la tableta y señala al frente.

—Tu cuarta te está esperando en la X202 al sur del fuerte. Tienes prohibido salir hasta recibir instrucciones.

Me despido de obtener algún tipo de información extra. Este tío parece militar.

—Genial. Perfecto...¡gracias!— Digo mientras comienzo a andar.

—Ey, Leaden.

—¿Si?— Digo dándome la vuelta y recordando el color azul que surca por mi traje negro.

—Suerte.— Responde.

El Gythor me observa con mirada dura pero se muerde la mandíbula. ¿De que habla? Asiento aún sin entender y me dirijo a mi habitación de aislamiento.

O debería decir nuestra.

Después de caminar por casi un minuto, llego al pasillo que da cómo fin a la entrada del fuerte. Está custodiada por dos guardias con trajes blancos, mucho más sofisticados que los nuestros...y con armas. Mientras los observo, hago ademán de golpear la puerta pero esta se abre desde adentro. Ray.

—¡¿Dónde carajo estabas?!

—Estoy bien, gracias.— digo mientras ingreso a la habitación.

—Llevas una hora de retraso.— Agrega Enoch.

—Treinta minutos.— Retruco.

—Tenemos que hablar.— Dice Iwin.

—Al fin.— le respondo.

Los tres se observan entre sí. Iwin suspira mientras tomamos asiento sobre las cuatro cápsulas de hibernación. Enoch asegura la puerta y asiente para unirse a la reunión.

—Cuando subiste a la plataforma...la vi.— Comienza diciendo Iwin.

—A tu hermana.

—Si, Maisie... — responde.— Apareció en la plataforma. Ni tuve tiempo de pensar si era lógico o no, ¿sabes? Era ella y lucía asustada. Incluso pestañeé y me permití un segundo de duda pero la seguía viendo allí. Entonces corrí a la plataforma decidido a sacarla.

—Pero no estaba ahí...

—No. Cuando te vi a ti comprendí que fue una ilusión. Esperé una alarma, ¿sabes? algo que indique mi infracción pero nadie frenó la selección...Nadie dijo nada. Comprendí que si me dejaban estar allí entonces o no me veían o así debía ser. De todas formas tenía que seguir la corriente.

—Entonces tú si estuviste allí conmigo ¡lo sabía!

—Lo estuve, al igual que ellos. O al menos eso creímos— Dice mientras señala con la cabeza a Enoch y a Ray.

—Cuando terminó tu selección aparecimos en nuestras butacas.— Prosigue Ray.— Les preguntamos a los demás letrados si nos vieron en el campo, combatiendo a tu lado pero nadie nos vio. Incluso dijeron que estábamos locos.

—Bienvenidos al club.— Agrego por lo bajo.

—Ahí comprendimos que nos proyectaste en una ilusión tuya y tiene sentido porque era tu prueba y resultó ser que eras un Leaden y si...eso es muy de Leaden, mover todo a su antojo pero ¿Cómo lo hiciste? Eres un novato...no has estudiado nada, ni siquiera has ejercitado en el campo. La única respuesta posible es que eres híbrido y aún sin el conocimiento sino por instinto pudiste realizar la conexión entre nosotros cuatro.

—Sé que esto puede sonar descabellado pero, ¿creen que es posible que me hayan obligado a hacerlo?

Por suerte, no noto sorpresa alguna en sus rostros, más bien una inevitable incomodidad.

—Creemos que fuiste escogido como el medio por tu obvia capacidad pero eres víctima al igual que nosotros.— Contesta Iwin.— Los tres fuimos arrastrados a partir de una ilusión relacionada con nuestros recuerdos madre para traernos a la plataforma contigo.

—Una carnada.— agrega Ray.

—Si te pones a pensar, es demasiado forzado como para una selección de cuartas.— Concluye Iwin.— Nunca habíamos presenciado algo así en un ritual de iniciación...aunque llevemos solo cuatro encima.

—Pero los mentores, estaban igual de sorprendidos que nosotros. Tú mismo dijiste que corríamos peligro por desafiar sus reglas.

—Pero nunca dije que ellos eran quienes nos habían arrastrado.— Responde.

Trago saliva.

—Alguien más quiere que estemos juntos.—Digo.—¿Por qué?

Enoch observa sus puños mientras Iwin asiente y Ray se pone de pie.

—¿Por qué no nos lo dices tú, 'híbrido'?— Pregunta Ray con el mismo temperamento de siempre.

—Sabe lo mismo que nosotros, Ray.— Dice Enoch.

—¿Tú crees?— Le pregunta con seriedad. Alza sus manos y despliega del techo, un saco de arena negro.— Sus suposiciones no dejan de ser suposiciones pero hay algo que no deja de ser cierto: Pronto serán las pruebas y por menos sentido que tenga, por mucho que se quejen de este hoyo, ocurrirán. Llevo años entrenando para algo que según parece, es lo único real. Así que no pienso perder más tiempo en esto. Si me disculpan, voy a prepararme para sobrevivir.

—¿Las pruebas? ¿de que habla?— Me atrevo.

—Nadie duerme en una habitación de aislamiento. Nuestra suposición es que hemos sido escogidos. Eso o nos discontinuarán por el numerito de hoy.— Concluye Enoch.

Los puños de Ray golpean el saco con fuerza. Enoch se recuesta en su cápsula, dando por terminada la conversación.

—¿Qué pasa después de las pruebas?—Observo a Iwin intentando entender más.

—Nadie sabe que pasa después de las pruebas, fisgón.

Me alegro al volver a oír el apodo de Iwin pero no lo hago obvio.

—¿A que te refieres?— Insisto.

—Solo cada cuatro divisiones se realizan Las pruebas de las brigadas. Nosotros tres seguimos aquí porque somos de las tres divisiones que te preceden. No conocemos a nadie que lo haya hecho y obviamente, no hemos participado en ninguna— Responde.

—Todavía.—Agrega Ray.

—Son eventos tan secretos que ni siquiera los Remembrants sabemos en qué consisten.

—Y los otros letrados, los que ya participaron en las pruebas...—Comienzo diciendo.

—Gloria o discontinuación. Sea lo que sea, nunca regresaron.— Contesta Enoch mientras toca botones en su cápsula. ¡Genial! Eso sí que me entusiasma a seguir la puta corriente.—Ray, debes descansar.

Ray no responde pero sus puños golpean una y otra vez, el saco de arena. Iwin me dedica una mueca de fatalidad y se recuesta sobre su cápsula pero no la cierra.

Enoch prepara la cápsula de Ray.

—No pienso hibernar.— Se niega Ray espiando a Enoch.

—Lo sé pero fue un día largo. Al menos descansa la vista.— Le responde.—...Aunque sea más tarde. Lo necesitarás.

Ray sigue golpeando. Enoch ingresa en su cápsula y la cierra de golpe.

—Buenas noches.— Lo despide Iwin a pesar de que Enoch ya no pueda oírle.

Ray deja de golpear por un segundo pero nuevamente, vuelve. Por primera vez le hecho un vistazo a la habitación que luce como un búnker de alta tecnología. Las cuatro cápsulas están en posición horizontal están distribuidas en el pequeño espacio. Me tomo un momento para recordar que estoy agotado. Me acuesto en la cápsula pero antes de cerrarla, amago. Pienso en las imágenes que vi en la piscina del área de entrenamiento y me estremezco. Pronto, recuerdo la proximidad de Iwin y me esfuerzo por no dejarle ver todo lo que pienso y reproduzco en mi mente.

—Antes de ingresar al ritual, cuando nos conectamos por primera vez... bueno, soy digno de buen rollo, fisgón. No dudes mi confianza.

No me observa a mi sino al techo posicionando sus brazos detrás de la nuca. Giro la mirada y observo el mismo techo. Sonrío al recordar esas líneas.

—Lo sé, solo necesito unir las piezas.— Le respondo aún sin observarlo.—Maise...¿está bien?

—Fui a verla después de la selección y si, no tenía ni un rasguño. Le pedí a Jacobs y a Quince, los mentores en enfermería que le hagan exámenes para estar seguros. Una cosa es meterse conmigo y otra, es meterse con ella.

—¿Confías en ellos?

—No tengo otra opción.

No sé que responderle pero aquello me incita a volver a lo urgente.

—¿Iwin?

—¿Si?

—¿Crees que uno pueda recordar cosas particulares que vivió o escuchó pero no recuerda con exactitud?

—¿Tiene que ver con lo que te dijo esa tal Leah?

Inhalo y giro la cabeza. Aún sin observarme deja salir un suspiro de sonrisa que no llega a ser una risa pero resuena en sarcasmo. Sé que quiere saber pero no puedo confiarle algo que ni siquiera yo entiendo.

Pon tu mente en blanco, que nada más afecte tu pensamiento. Una vez estando el vacío y tu, justo cuando sientas que te está ganando el sueño, recuerda esos momentos. Sé específico e involucra todos tus sentidos. Recuérdalos con fuerza y trata de hacer presente el momento por entero.

Espero algo más, quizá otra orden pero nada. Entonces asiento y comienzo a cerrar mi cápsula.

—Buenas noches. Ray, Iwin.— Les digo ambos. Aunque en realidad sepa que solo uno me responderá.

—Buenas noches, fisgón.

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