CAPÍTULO 37


Al terminar el desayuno, Shiro me pregunta si me veo capaz dar un paseo con él. No siento mas que una leve molestia cuando realizo ciertos movimientos y aún no sé en qué condiciones físicas me encuentro, así que acepto.

Le sigo al exterior del edificio y la claridad de un día despejado, nos recibe. Cuando veo a Shiro avanzar, sin miedo a exponerse al sol, no puedo evitar frenarme. Este se vuelve hacia mí extrañado, hasta que se da cuenta de lo que ocurre.

—¡Tranquila! No quema... tus amigos reaccionaron igual.

Su sonrisa me infunde seguridad y en contra de lo que mi instinto y experiencia me gritan, doy un paso hasta sentir la calidez del sol sobre mí. Un suspiro de alivio escapa de mi boca.

—¡Es increíble! Apenas unos cientos de kilómetros atrás, hacer esto resultaba impensable —apunto, aunque me imagino que ya lo sabrá.

—Unos pocos kilómetros pueden marcar una gran diferencia, te lo puedo asegurar —sigue caminando y yo me apresuro a igualar su paso—. Neo me ha dicho que eres muy curiosa y que, si tenías ocasión, me harías un buen puñado de preguntas.

Me río porque Neo está en lo cierto. Sabe que no puedo soportar no conocer hasta el último detalle de los lugares que son nuevos para mí.

—Soy curiosa sí, no voy a negarlo. —Miro a mi alrededor y de momento no veo más que varios edificios de baja altura —. ¿Esto es la desaladora?

Shiro asiente.

—Eso es. Ahora no funciona, aunque yo sigo haciendo el proceso de desalación a pequeña escala para disponer del agua que necesito.

—¿Por qué te instalaste aquí? Kesia dijo algo de que estabas investigando el fitoplancton.

Se detiene y estudia mi rostro por un instante. Entonces hace algo que no espero, me devuelve la pregunta.

—¿Por qué crees que lo investigo?

Analizo durante un instante lo que sé y me aventuro con una respuesta.

—Creo que hay dos motivos principales. El primero... que el fitoplancton forma parte del plancton, algo indispensable para el mantenimiento de la vida marina. Es una manera de intentar recuperarla, ¿no? —Siro simplemente sonríe—.El segundo... el fitoplancton también es responsable de la producción de más de la mitad del oxígeno de nuestro planeta.

—¡Eso es! Esos organismos vegetales son más importantes de lo que parecen, ¿verdad? Grandes productores de oxígeno y alimento para la fauna marina ¿qué más se puede pedir?

Al girar el siguiente recodo, me detengo en seco. La magnífica imagen del mar, de un azul grisáceo me sorprende, cuando no debería hacerlo. Era obvio que la desaladora tenía que estar junto al mar. Aun así, su belleza me sacude.

—Siempre se me olvida la sensación que me produce...

—Te entiendo. Parece creado por un ser superior, ¿verdad?

Nunca he pensado demasiado en esa posibilidad. Mi racionalidad me impide creer en lo que no puedo ver, pero mientras escucho el murmullo de las olas, no puedo evitar pensar, si todo esto existe porque sí, o hay algo más detrás.

—El mundo es increíble.

Nos acercamos a la rampa que lleva directamente a una playa de arena de diferentes tonalidades. Veo a pocos metros, junto a las rocas, unas vallas de red de contención y señalo hacia ellas con interés.

—¿Qué es eso?

—¡Mi granja de fitoplancton! Estudio sus características y favorezco su reproducción. Una parte de ellas las analizo para buscar nuevas utilidades. Pero no creas que en esta zona solo existen las que tengo en mi granja. ¡Al contrario! A lo largo de esta costa, la repoblación va en aumento, lo que se nota en la calidad del aire. Mira, respira hondo.

Coge una gran cantidad de aire y yo le imito. Tiene razón. La calidad del aire es totalmente diferente. Es cierto que ya en la ciudad de Elora, se notaba una mejora respecto a la urbe, pero aquí... casi podría decir que no hay contaminación.

—Es increíble. Esto puede significar una mejora sustancial. Si comienza a extenderse, repercutirá en la capa de ozono de todo el planeta.

—Así es, pero lo cierto es que no tenemos ni idea de cómo están las cosas en otros lugares. Solo controlo lo que puedo ver, y esto abarca hasta donde mi vista alcanza. No sé si me entiendes. Puede que en otras zonas estén experimentando igual que yo o por el contrario, sea imposible recuperar allí la vida. Puede que una parte de la Tierra haya que darla por perdida. O que su recuperación no lleve unas pocas décadas, sino cientos de años.

La realidad me golpea de lleno. Shiro sabe de lo que habla y yo me he precipitado con mi pensamiento positivo. Ya es una victoria lo que él está consiguiendo en esta costa. Más allá, ¿quién sabe? Puede que algún día sea posible o puede que no.

—Es un gran trabajo el que estás llevando a cabo aquí. De eso no hay duda.

—Esto solo es una pequeña parte, hay mucho más, pero todo a su debido tiempo —me revela.

Damos la vuelta, dispuestos a regresar a la planta desaladora y entonces veo sobresaliendo del mar una torre, a varios metros de la playa.

—¿Qué es eso de ahí?

—¿Eso? —pregunta sin saber a qué me refiero. Se fija entonces y responde de nuevo con una pregunta—. ¿No te has preguntado de dónde sale la electricidad que utilizo?

Hasta ahora ese era un detalle que me había pasado desapercibido.

—No me había dado cuenta...

—Es un generador de corriente de marea. Utiliza la energía cinética del agua en movimiento.

No había visto nunca algo así, aunque me imagino que en mi realidad también existen. No deja de ser similar a los generadores eólicos, solo que en este caso se aprovecha de las mareas en vez del viento.

—Tuve que traer material para realizar una nueva instalación. Limité el suministro a una pequeña zona —continúa—, ya que estando yo solo, me era suficiente con disponer de electricidad en una parte del edificio.

—¿Por qué? —la pregunta se me escapa antes de ser consciente de que la estoy haciendo.

—¿Por qué lo limité?

Decido seguir.

—No. ¿Por qué estar aquí solo? ¿No echas de menos la compañía? ¿Tener con quien hablar?

Shiro se encamina de nuevo hacia la rampa y por un momento, creo que no va a contestar a mis absurdas preguntas. ¿Por qué tengo que meterme dónde no me llaman? Cuando le escucho de nuevo, me sobresalto.

—No todos estamos hechos para vivir rodeados de gente, Ari. Eso no significa que esté solo. Recibo visitas y cada poco tiempo me traen alimentos ¿o te pensabas que solo me alimentaba de algas? —Suelta una sonora carcajada—. Me gusta la tranquilidad y para trabajar, para que mi mente piense de forma correcta, necesito silencio. Vosotros habéis supuesto un soplo de aire fresco, el cual agradezco, pero soy más eficiente cuando la única voz que escucho es la que resuena en mi cabeza.

—Lo siento si hemos alterado tu forma de vida. No entraba en nuestros planes irrumpir en este lugar...

Me hace un gesto con la mano para que no continúe con la disculpa.

—Repito. Habéis resultado refrescantes. Una novedad en mi estructurada rutina. No está mal, tener sorpresas de vez en cuando. Y de verdad puedo decir que agradezco las conversaciones con las que tus amigos me han recompensado. Están ávidos de conocimiento al igual que tú y eso es algo bueno. Tener curiosidad por la vida...

Al llegar arriba, Neo nos está esperando.

—¿Qué tal? —nos pregunta a ambos.

—Como dijiste, Ari es otra mente despierta dispuesta a aprender cómo funciona el mundo. Sois un grupo curioso, de eso no hay duda. Os dejo hablar, voy a ver cómo les va a David y Caleb en el laboratorio.

Sin esperar una despedida por nuestra parte, se aleja a paso rápido. Algo me dice que no le gusta la idea de dejar a desconocidos con su material de investigación a solas.

—Espero que no líen alguna. ¿Qué están haciendo esos dos exactamente?

Neo se encoge de hombros.

—No mucho la verdad. Shiro les dijo que les daría un premio si eran capaces de averiguar qué era lo que le ha llevado verdaderamente a vivir aquí.

Verdaderamente.

—Antes ha insinuado que la recuperación del fitoplancton solo era una parte de su trabajo... —añado pensativa—. ¿Y cómo les va? ¿Han averiguado algo?

Neo suelta una sonora carcajada.

—No. Qué va. Y están desesperados. Shiro tiene cientos y cientos de apuntes en cuadernos y en su ordenador. No creo que sean capaces de averiguarlo sin más información por su parte.

—¿Por qué me parece que te estás divirtiendo con ello? —Le pincho con mi dedo índice en el estómago.

Neo desliza sus manos alrededor de mi cintura, evitando la zona vendada y me acerca un poco más a él.

—No sé por qué lo dices. ¿Yo? ¿Divertirme viendo sufrir a David y Caleb? —De golpe se pone serio—. Sí, tienes razón. Me lo estoy pasando genial con todo esto. Si se tratara de algún problema informático, estaría sufriendo, pero hablamos de ciencia...¡que se rompan ellos la cabeza!

Le doy un pequeño golpe en el hombro a modo de reprimenda.

—Eres malo.

—¿Soy malo? —su tono de voz juguetón hace que me recorra un escalofrío.

—Estás de muy buen humor ¿o me parece a mí?

Me resulta extraño verle tan relajado.

—Te he recuperado y eso es más de lo que esperaba apenas hace unas horas. ¡Me has hecho sufrir, chica!

Sé que está intentando quitarle hierro al asunto sin embargo también sé que él lo ha pasado igual de mal que yo durante los días que hemos estado separados.

—No te preocupes —murmuro un poco más cerca de sus labios—. Estoy dispuesta a hacerte olvidar mi ausencia...

Neo impide que termine la frase, pero no me importa, porque me está besando. Y realmente, no necesito más que eso.

Cuando nuestros labios dejan de tocarse, un suspiro escapa de mi boca.

—He echado de menos esto, cada día —reconozco.

—Espero que no me quieras solo por mis besos —responde con humor y me encanta verle así.

Hago como que me lo pienso.

—Bueno... puede que haya algo más, aunque tu forma de besarme ha sido determinante.

—Entonces tendré que hacerlo muy a menudo para que nunca cambies de opinión.

Esbozo una sonrisa triunfante.

—De acuerdo. No seré yo la que me queje.

Neo me da un último beso antes de soltarme.

—Deberíamos ir a echar una mano. Jamie y Kesia están preparando la comida.

Se me hace extraño pensar en una pareja más dispar a cargo de la cocina.

—Habéis organizado turnos o algo? —No se me ocurre cómo han terminado juntos esos dos si no.

—¡Qué va! David y Caleb se pasan la mayor parte del tiempo en el laboratorio. Seguramente Jess esté allí con ellos. Le gusta verles trastear.

—Así que... por descarte, Kesia y Jamie ¿acabaron en la cocina?

Neo abre los brazos con gesto de resignación.

—¡Ya lo verás! En contra de lo que puedas penar, se llevan de maravilla.

—Eso es obra de Jamie. ¡Es imposible llevarse mal con él!

Pienso en lo rápido que nos hicimos amigos en la otra realidad, cuando el comienzo no podía haber sido peor. Su forma de abordarme, llamándome saltadora me hizo entrar en pánico. Sin embargo, no tardé en darme cuenta de que podía contar con él. Y ahora... desde el primer momento encajamos como si nos conociéramos de siempre. Así que, ya no me extraña nada. ¡Hasta me creo que sea capaz de formar equipo con Kesia!

—Quizás este lugar nos ha sentado bien a todos... Al menos, me gusta lo que veo.

—Aún te quedan cosas por ver —dice mientras me guiña un ojo.

Me estoy cansando de que todos cuenten las cosas a medias.

—¿Qué quieres decir?

—Esta noche lo sabrás. ¡No me estropees la sorpresa!

Ahora sí que estoy intrigada.

—Vaya, casi suena como una cita.

—Algo así.

Y se da la vuelta, dejando bien claro que no conseguiré ni una palabra más de él.



¡Hola de nuevo! Ah no, que con las prisas, en el otro capítulo ni he saludado... anisss qué maleducada.

 Vamos al tema... buffff ¡cuanta información! Lo del fitoplancton es una pasada, os lo aseguro y no le damos la suficiente importancia. Hay que proteger los bosques, por supuesto que sí, cada árbol es importante, pero no nos engañemos, en cuanto al oxígeno, el fitoplancton genera más del 70% del que hay en la atmósfera. Así que mirad si hay que proteger los océanos. Sí, ¡esos océanos que tenemos llenos de plástico! Vale, ya he hecho mi alegato ecologista. Por eso decidí que este fuera el tema de la tercera parte...

 Al margen de estas movidas y siguiendo con la historia ¿Qué pensáis? ¿David y Caleb descubrirán de qué va la investigación de Shiro? Jajjaja, vaya dos... me los puedo imaginar y todo. 

Y sobre todo... ¿cuál será la sorpresa de Neo?

 ¡Pronto más! Mil gracias por estar ahí. Besitossss


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