NEO


Unos minutos antes...



En algún lugar, al otro lado, hay una gotera. Lo sé por el leve pero rítmico tac, tac, tac, tac que escucho, tan molesto que me estoy planteando echar la pared abajo y destrozar la tubería que pierde agua. Seguramente inundaría el cuarto, pero a cambio, dejaría de oír ese insoportable sonido.

Resoplo malhumorado. En realidad, sé que el problema no es el ruido, sino el aislamiento y el maldito silencio de la habitación, solo roto por ese molesto tac,tac.

"¡Necesito salir de aquí ya!" Grita mi voz interior y yo la aplaco, autoconvenciéndome de que debo tener paciencia y esperar los días que el profesor Walsh, ha recomendado de aislamiento.

No, para qué me quiero engañar. Tampoco es el aislamiento lo que me está volviendo loco, lo que lo hace, es saber que Ari está a unos pocos metros de distancia, en una habitación igual que esta.

¡Maldita sea! Soy un estúpido niñato que ni siquiera sabe aguantar el peso de sus propias decisiones. Decidí no verla, algo sencillo a priori, sin embargo, me está resultando más complicado de lo que pensaba mantener mis intenciones.

"Quizás pueda ir a ver cómo está, nada más. Asegurarme de que se encuentra bien y punto. Eso no significaría nada. Es normal que me preocupe por ella después de lo que hemos pasado juntos... ¿A quién quiero engañar? Estoy muriéndome de ganas de hablar con ella". Golpeo con mi puño el colchón y descubro lo mermadas que están mis fuerzas. Si tuviera que defenderme ahora, no sería más que un muñeco de trapo al que podrían golpear todo lo que quisieran...

La pregunta de si estará pensando en mí, me taladra la mente y me hace cabrear aún más conmigo mismo. Tengo que dejar de pensar en ella continuamente, sin embargo estar alejado, me está demostrando la necesidad real que tengo de Ari.

"Idiota... le dijiste que la querías. No debiste hacerlo. No sabiendo que lo suyo con David aún no estaba zanjado del todo. Piensa en qué posición te encuentras ahora... sabes que prácticamente ha elegido y tú no eres esa persona, así que... ¿qué quieres hacer ahora?".

Aun así, quizás debería preguntárselo directamente, que me mire a los ojos y me diga que le elige a él. Puede que lo acertado sea insistir, pues no sé si Ari tendrá el valor de ser clara conmigo de una vez por todas. ¿Y si en el fondo me he estado engañando y ella nunca me ha visto como nada más que un amigo? ¿Puedo haber malinterpretado la cercanía que ha sentido hacia mí? Quizás no me ha visto mas que como una persona en la que apoyarse, un loco al igual que ella, dispuesto a llevar los planes todo lo lejos que fueran necesarios. Sin pensar en las consecuencias, sin pensar en quién podía caer por el camino...

Noto el nudo en la garganta y carraspeo para intentar librarme de él. Este malestar me acompañará cada vez que recuerde a Set, pues todos los días de mi vida, pensaré en la parte de culpa que me corresponde a mí.

Sacudo la cabeza para alejarlo de mi mente. Poca solución tiene, dar vueltas a lo ocurrido en esa realidad. Tengo que prepararme para lo que viene ahora, aunque sé que después de todo lo sucedido, las preocupaciones de un universitario resultarán de lo más triviales, pero es lo que toca y punto.

Apenas tendré tiempo de pasar por casa, ver a mi madre y preparar las cosas para comenzar el curso. Mi madre... de nuevo estoy sopesando la posibilidad de preguntarle por mi padre. Sé que me arriesgo a hacerle daño al hablar de él, pero desde que le conocí en la otra realidad, miles de dudas asaltan mi mente. Ella nunca me ha hablado de Kevan, lo poco que sé, son unas cuantas explicaciones dadas por obligación más que otra cosa. Sin embargo, no puedo evitar pensar una y otra vez en cuánto puede tener en común mi padre, con su yo de la otra realidad. En estas semanas he visto lo felices que eran juntos y sé que echaré de menos la sensación de formar parte de una familia de tres. Necesito saber si realmente él, en esta realidad, es un capullo integral como siempre he pensado, o bien, se parece en cierto modo a Kevan y simplemente hay algo que no sé. Puede que el motivo por el que crecí sin padre, no sea tan sencillo como que decidió desaparecer de nuestras vidas y punto. Puede que se viera obligado a hacerlo. Puede que...

Acallo la voz de mi cabeza e intento dejar de lado todas esas preguntas. No merece la pena perder el tiempo con ello, mientras no tenga la oportunidad de obtener respuestas.

Me froto los ojos, molesto por la intensa claridad con la que los fluorescentes inundan la habitación y en cuanto dejo de pensar, el repiqueteo de la gotera, se cuela de nuevo a través de mi oído hasta llegar a mi cerebro. Cojo el vaso con agua que hay en la mesilla y con furia, lo lanzo contra la pared, aunque con mis fuerzas mermadas, apenas consigo que este se estrelle contra el suelo, a mitad de camino. Miro los trozos de cristal, esparcidos sobre la superficie mojada y mi frustración no hace si no aumentar.

—¡No lo soporto! ¿Me oís? Panda de carceleros sin escrúpulos... estáis jugando con nosotros. ¡Se acabó! No vamos a seguir siendo vuestras ratas de laboratorio —grito con la esperanza de llamar su atención.

Al cabo de un par de minutos la puerta se abre y Alex entra en la habitación. Este tío no me acaba de caer bien, pero tengo claro que le prefiero antes que a Walsh. Me mira, luego fija su mirada en los restos del vaso y de nuevo se centra en mí.

—Lo único que vas a conseguir así, es que piensen que sufres estrés postraumático y te harán el doble de pruebas que a los demás —me dice con aire resolutivo mientras cruza los brazos. Me recuerda a un adulto echando la bronca a un niño.

—Lo que tú digas... —respondo con dejadez.

—¿Se puede saber qué te pasa?

Da un paso hacia el centro de la habitación y yo me quedo pensando en cual de las respuestas será la mejor.

—Ese goteo me está volviendo loco. —Señalo mi sien con el dedo índice.

Alex frunce el ceño y me doy cuenta de que no sabe de qué le hablo. ¿No lo oye? ¿Realmente estaré trastornado y por eso solo lo oigo yo?

—En esa pared. —Hago un gesto con la barbilla—. Acércate y escucha. Agua, goteo, tac-tac.

No sé si lo de hablar en plan indio funciona, pero finalmente se acerca al lugar y durante unos segundos escucha con atención.

—Vaya... —Observa la pared en su conjunto, sorprendido—. Es de esos sonidos incómodos que acaban con los nervios de uno, ¿verdad? Pediré que te cambien de habitación ahora mismo.

—¿Y qué tal si dejáis que me vaya? —pregunto más borde de lo que pretendía. Al fin y al cabo él está siendo amable conmigo.

—Sabes que eso no puede ser, al menos, no hoy. Aún tenéis que pasar un escáner y vendrán a por una nueva muestra de sangre en cuanto acaben con Ari.

Solo con oír su nombre, noto un vuelco en el pecho.

—¿Cómo está ella? —"Mierda, no dejes que se te note ansioso" pienso, aunque es demasiado tarde para remediarlo.

—¿Por que no vas y lo averiguas? —me pregunta y la sonrisa que está intentando ocultar me dice que el asunto le resulta de lo más divertido.

—Se supone que no deberíamos abandonar las habitaciones, ¿no?

Ahora sí que deja escapar una carcajada.

—Tú lo has dicho, "se supone". Puedo hacer la vista gorda y dejar que la veas durante unos minutos. David acaba de estar con ella...

Me sorprende saber que David se las ha ingeniado para verla y no puedo evitar cabrearme al imaginarlos juntos. Sin embargo, nada puedo hacer al respecto.

Al parecer, Alex no me ve muy convencido.

—Bueno, tú verás. Si la próxima vez que pase, quieres hacer una escapada, te ayudaré.

—¿Por qué? —Por más que lo pienso, no se me ocurre ningún motivo por el que le merezca la pena hacerlo. Si le pillan, se ganará un buena bronca.

Se encoge de hombros y cuando contesta, sus palabras me resultan totalmente sinceras.

—No me parece bien que os mantengan aislados de esta manera. Eso es todo. —Se acerca a la puerta—. Piénsatelo.

Una última pregunta me ronda la cabeza y aún a riesgo de que no me guste la respuesta, no puedo evitar preguntar:

—Oye... ¿Ari ha preguntado por mí?

Se da la vuelta y me mira. Parece valorar si darme una respuesta o no.

—¿Acaso lo dudas?

—No hay nada seguro en esta vida, tío.

Le mantengo la mirada, esperando la respuesta con más miedo del que debería.

—David estaba con ella cuando despertó y no más irse, lo primero que ella hizo fue preguntar por ti. No ha sido la única vez. Creo que insiste, porque le extraña no saber de ti.

Alex sale de la habitación antes de que tenga oportunidad de preguntar nada más.

"Ha preguntado por mí" pienso mientras sonrío como un idiota. Es increíble como unas pocas palabras, puede sentirse tan bien. "Pero no olvides que le ha elegido a él. Solo te quiere como a un amigo" añade al momento mi voz interior. Odio estas conversaciones conmigo mismo, parece que siempre salgo perdiendo. Es absurdo.

Me pregunto cuándo empecé a sentir algo tan fuerte por ella, sin embargo, algo me dice que siempre ha sido así. Desde que soñé con Ari la primera vez. Descubrir después lo inteligente, tenaz, valiente y cabezota que podía llegar a ser, solo sirvió para que acabara enamorado como un idiota de ella. Me planteo una vez más, ir a verla. He perdido la cuenta de las veces que esa idea ha cruzado mi mente, sin embargo, una vez más la deshecho.

Sé lo que pasará si la veo. Sé lo que ocurrirá si entro en su habitación. Si lo hiciera, no sería capaz de alejarme.

Y quedarme, a día de hoy, no entra en mis planes.



Por si a alguien le faltaba Neo... 

Este es el último capítulo de los tres especiales que prometí. Me pareció una buena idea que durante un instante os pudierais poner en el lugar de cada uno. Y como en los dos anteriores, os dejo una imagen de cómo me imagino yo a Neo. ¿Tenéis otras sugerencias? Soy toda oídos...

 Bueno aprovecho para deciros que oficialmente apunto esta historia a los Wattys2016, no espero ganar, pero si esto me da un poco más de visibilidad, ¡bienvenida sea! Aprovecho para desear suerte a mis lectorxs que a su vez también presenten alguna obra a estos premios. ¡Suerte a todxs! 

Y aunque parezca una pesada, insisto... muchísimas gracias por leer mis historias. No sé si os hacéis una idea de lo agradecida que estoy de que invirtáis parte de vuestro tiempo en sumergiros en mis novelas. Adoro cada uno de vuestros comentarios y espero que aún nos quede mucho que charlar. Nos vemos por Árboles de metal.

¡Millones de besos!

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