Capítulo 59

Fue la primera noche sin Travis y la ansiedad me estaba comiendo viva, apenas pude pegar un ojo de la preocupación sin saber si mi chiquillo estaba bien, si tenía hambre, sed o frío, si estaba asustado, si pensaba que lo habíamos abandonado... no sabíamos nada y eso me tenía aterrada, si él tuviera puesto el rastreador todo sería diferente, sin duda, apenas llegue, será lo primero que haga con él.

A las cinco de la mañana dejé la cama aprovechando que mis piernas ganaron fuerza y no terminaría en el piso, caminando hasta la cocina, tomé un pote de helado de chocolate, una cuchara de sopa y tomé asiento sobre el mesón, mirando hacia la ventana pensando estúpidamente, que, si me quedaba ahí, Travis regresaría más rápido.

Suspiré.

— Si así soy con mi chiquillo, no quiero ni pensar como seré con estos bebés — apoyando mi mano sobre la panza— ¿Mamá se sentía así de asustada todo el tiempo?

Frotándome la panza plana mientras comía, dudaba mucho poder seguir durmiendo, miré la hora en mi móvil, seis AM, decidí llevarme el helado a mi despacho y avanzar en mi trabajo, mantener la cabeza ocupada será mucho mejor que seguir mirando por la ventana, a este ritmo, voy a volverme loca.

Siete con siete minutos justos, Ardan y Rhett entraron a mi despacho de forma atropellada, jadeantes, luciendo sólo ropa interior, como suelen dormir, mirándome de pies a cabeza, buscando algo que estuviese mal, la preocupación tiñéndole las facciones.

— ¿Se puede saber qué estás haciendo? Aradia, jamás te levantas temprano, menos por tu cuenta, mucho menos para trabajar, y ni pensar en que todavía no sirven el desayuno ¿Qué... mierda?

Dijo Rhett, respirando con alivio, acercándose.

— ¿Todo bien, Bombón? ¿A qué hora te levantaste?

Suspiré empujando la silla hacia atrás, estirando mis brazos con cuidado, mirando a mis hombres.

— No dormí nada anoche, me levanté a las cinco, si seguía retorciéndome en la cama iban a despertar — suspiré— No puedo dormir sin saber si Travis está bien, me siento culpable si yo estoy calentita en una cama, o comiendo bien, o tomando un baño... el chiquillo no lo está haciendo y me pone ansiosa que no tenga un rastreador.

— Ya llamé al proveedor para que nos traiga un rastreador — dijo Rhett— En cuanto llegue, será lo primero que hagamos ¿De acuerdo? — frotando mi espalda con delicadeza— Travis es un chico fuerte, va a estar bien.

— ¿Y si no? ¿Y si está asustado? ¿Y si se encuentra con algún animal? ¿Y sí...?

Ardan tomó mi mano, distrayendo el rumbo de mis pensamientos, besando los nudillos con delicadeza, aún están lastimados.

— Travis es un chico fuerte, estaba muy entusiasmado cuando fui a dejarlo, él quiere cumplir con los ritos de los De Santis, quiere sentirse parte, quiere enorgullecerte. Para ese niño tú eres todo, y sabe muy bien que, si muere, vas a ir a revivirlo y matarlo otra vez — carcajeó— Eso dijo, sabe muy bien cuales son sus prioridades, volver con su familia.

Aún así me froté el pecho, la angustia no me abandona, quiero a mi niñito de regreso en casa ahora.

A las ocho, mis hombres ya vestidos, caminamos hacia el comedor para desayunar con... nuestras familias que aún no se van, los adoro, pero esto de escucharlos discutir todo el día sobre lo que es mejor para mi boda me agota.

— La familia de la novia compra el ramo — dijo papá a modo de saludo— Por supuesto serán rosas azules, el azul es el color de la familia Marchetti Petrova.

— Su hija es una Marchetti De Santis Coppola ahora, señor, por lo tanto, serán rosas rojas —le siguió la corriente Ardan— Las favoritas de su hija, por si no se tomó el tiempo de investigarlo.

— Aquí van de nuevo...

Rodó los ojos Rhett, tomando una aceituna, llevándosela a la boca.

Le robé un cuchillo a Ardan, clavándolo en el centro de la mesa, partiendo un plato que afortunadamente aún estaba vacío, provocando un estruendo, haciendo que todos voltearan sus rostros para mirarme.

— Una discusión más sobre la boda y no pediré más su opinión, es más, Santino, te encargas de todo y pobre de ti si dejas que mi padre influya, tu jefa soy yo.

— Por supuesto, niña Boss, deja que yo nuevamente planee la boda de tus sueños, soy muy bueno planeando.

Sonrió complacido mi castaño padre sustituto, le encanta planear, es su pasatiempo favorito luego de follar con Aless.

— ¿Dónde está Vitto? No lo veo desde ayer.

Pregunté bebiendo un sorbo de mi té, intentando calmar los aires, ahora todos estaban muy callados.

— Lo secuestró Max —dijo Ardan— Se enojó por algo que él dijo y no lo ha regresado a casa, pero está vivo.

Puntualizó el rubio.

— Si Max lo tiene, me imagino lo que están haciendo — suspiré— ¿Y mis abuelos, que?

— Tuvieron que regresar a Rusia, unos problemitas — dijo mi madre— Pero volverán antes de que los extrañes, ellos no conocen el significado de espacio personal.

— Natasha, amor, nosotros tampoco, te recuerdo que esta no es nuestra casa y seguimos aquí.

Respondió mi padre.

— No seas un aguafiestas Caesar, cállate. Esta es mi casa también ¿Cierto, Ardan?

— Cierto, mi dama, es bienvenida cuando quiera.

El rubio sólo quería agradarle, es un muy buen mentiroso y endulza muy bien sus palabras.

— ¿Lo ves? Puedo quedarme cuanto quiera.

— Hoy nos vamos, Natasha, tengo planes para ti.

Mamá sonrió coqueta, deslizando su índice por el brazo desnudo de papá.

— ¿Esos planes incluyen hacerle los piececitos al bebé?

Ares gimoteó golpeándose la cabeza con la mesa, Eris se frotaba el rostro con la palma, el fuego entre nuestros padres parece no extinguirse nunca, pero al menos tuvimos una comida tranquila, y apenas terminó, Lorenzo y Corina se despidieron y prometieron volver pronto, mis padres los siguieron, Aless y Santino se ocuparían de recopilar lo hablado el día de ayer para la boda y comenzarían a moverse con las reservas, Rhett y Max los ayudarían con la fecha, más tarde verán si la secretaria estaba en condiciones, que el diablo cuide el culo de Vitto.

— Ari... ¿Podemos hablar?

Di un brinco de la impresión al encontrarme con Sabina en el pasillo, como no la vi en el desayuno, pensé que no se encontraba, pero aquí está, Vincenzo tras ella.

— Por supuesto ¿Vamos a mi despacho? ¿Desayuno?

Sonriéndole.

— Está bien, gracias.

Asentí enlazando mi brazo con el suyo mirando a mi tío, haciéndole saber que todo estaría bien, el rostro de angustia que se carga bien podría provocarle un infarto, que tan joven no era.

De camino al despacho le pedí a una de las mucamas que nos llevara algo de comer, Sab tomó asiento frente a mí y en cuento eché mi culo en la silla, ella se largó a llorar, extendiendo las manos para tomar la mía.

— Perdón por lo de ayer... no sé qué estaba pensando, me sentí muy avergonzada como para ir a verte, yo... jamás querría lastimarte, jamás — se explicó de forma desesperada— Sé que soy una De Santis, sé que... a las casas no les agradamos mucho, sé que todos dicen que representamos un peligro, pero te juro que sé controlarme, te lo juro.

Acaricié el dorso de su mano y me levanté de mi silla, caminando hacia la que ocupaba el lugar junto a ella para poder estar más cerca.

— Nada ni nadie podrá jamás cambiar el aprecio que tengo por ti Sab, eres mi mejor amiga, eres mi hermana, y entiendo muy bien lo que pasó ayer, lo único malo fueron mis tontas heridas, hasta tomar asiento en el váter hace que más de una se me abra, no fue para nada tu culpa — abrazándola, sintiendo su cuerpo tensarse— Así que no te alejes ni te aísles, para mí sigues siendo mi persona favorita.

— ¿Incluso más que Ardan y Rhett?

— Sí, pero no se los digas — carcajee bajo— Ambos son unos celosos.

— Primero fuiste mía así que esos dos tienen que conocer su lugar — riendo conmigo, separándose un poco para verme a la cara— Me contaron que el chiquillo fue a su rito del valor, debe estar pasándolo estupendo.

— ¿Es muy... muy malo? Ardan dijo tres días, no me quiso decir la ubicación.

Tener una De Santis cerca es bueno.

— Es en las montañas, tres días, noches frías y días calurosos, hay bastantes animales salvajes, yo me gané unos buenos arañazos y contusiones, pero es parte de la diversión, sin un poco de dolor, no sería un verdadero rito del valor, los De Santis no nos acobardamos ni recibimos ayuda, así que no interfieras, Aradia, dañaras el honor y la reputación de Travis.

— No tenía pensado ir — haciendo una mueca— Sólo quería saber, estoy preocupada.

— Estará bien, el chiquillo sabe ocupar armas, es ágil. Lo criaron como heredero ¿Recuerdas? El padre de esa criatura era una mierda cruel, Travis está más que preparado, por eso Ardan lo dejó ir, Ardan adora al niño, jamás le hubiese permitido participar sabiendo que puede lastimarse.

— En eso tienes razón, rubia — suspiré aliviada— ¿Ves por qué te necesito a mi lado? Bajaste mi ansiedad en un cincuenta por ciento.

Viendo las galletas, los sándwiches, los dulces y los tés que pusieron frente a nosotras.

— De seguro esto baja el otro cincuenta por ciento — dijo— Huele exquisito...

— Buen provecho, no tendré clientes hasta el mediodía así que pongámonos al día ¿Cómo estuvo el viaje? ¿Cuánto lloró mi tío?

Vincenzo es un sentimental, de seguro todavía no puede creer que se casó con la rubia ¿Cuándo recibiremos noticias de ellos y un bebé? Sabina dijo que lo estaban intentando cada vez que tenían oportunidad. Espero que Vincenzo esté tomando mucha agua.

***

La segunda noche tampoco pude conciliar el sueño, era una noche fría, Travis sigue viniendo a mi mente, por lo que nuevamente me levanté en la madrugada, esta vez sentada en las escaleras exteriores con una manta sobre los hombros quedándome ahí para ver como salía el sol, esperando que mi chiquillo esté bien.

— En un par de horas más podré ir a buscarlo, y si tiene un solo rasguño, mataré a Ardan.

Fueron las mucamas las que me hicieron entrar al verme ahí, estaba un poquito fría, me ofrecieron un té calentito con unos dulces para entrar en calor, el calefactor frente a mis pies, otra manta sobre mis hombros, quizá sobre exageraron un poquito, pero estas mucamas sí que me agradan, me recuerdan a las mucamas de la casa principal Marchetti, todas muy maternales, preocupadas y dulces.

— Aquí estas...

Dijo Ardan entrando a la cocina, mirándome.

— Aquí estoy, sí — sonriéndole— Buenos días, guapo.

— ¿De nuevo no podías dormir? Me dijeron que estabas sentada afuera, que estabas muy fría... Ari, eso no le hace bien a los bebés.

— En mi defensa, iba con una manta.

Negó sonriente.

— No hay caso contigo — besando mi frente— Vamos, vístete, son dos horas en auto, tenemos que ir a recoger a Travis, llevaré un botiquín en caso de ser necesario, pasaremos a la casa principal Marchetti de camino, Rhett se adelantó, Max se dignó a devolver a Vitto y están hablando con Santino para ver específicamente qué día podemos escaparnos para la boda, Rhett dijo que los documentos del divorcio fueron aprobados, así que por el momento eres oficialmente soltera otra vez.

— Sigues siendo mi esposo — recibiendo su mano para ponerme de pie— No te hagas ilusiones, señor De Santis — jalándolo hacia mí, acercando mi boca a su cuello, dejando un marcado chupón— Que todas sepan que tienes dueña, a mí no me gusta compartir si no es con nuestro otro esposo.

— Y yo no tengo ojos para nadie más que no sean ustedes dos, tontita — cubriéndome como un burrito antes de levantarme del piso— Vamos a cambiarte, hay mucho que hacer hoy.

Me dejé consentir, dejando que Ardan me vistiera y pusiera el calzado, yo me peiné y maquillé, tomé un par de armas porque nunca se sabe lo que encontraremos en el camino y subí al auto con Martin al volante y mi hombre a mi lado, yendo directo a la casa Marchetti siendo seguidos por doce escoltas que Ardan revisó previamente antes de partir, el pobre se puso un poco paranoico con mi seguridad, tiene miedo.

Ya en casa de mis padres, Santino, Rhett y Max lograron llegar a un consenso, nos casamos en cinco días, seis días libres, viajamos en tres días para aprovechar el tiempo. Hablamos sobre los detalles mientras desayunábamos, Max sigue mirando a Vitto y este no deja de sonrojarse y dejar caer los cubiertos ¿Qué habrá pasado? Tengo curiosidad, pero no sería correcto preguntar... a Vitto, más tarde hablaría con Max para que me cuente los detalles sucios.

Lo mejor fue cuando nos marchamos, joder, sólo quería ir por Travis, y mis chicos hicieron el viaje nada más que ameno, con la radio encendida, los vidrios abajo aprovechando que el clima no estaba tan frio, cada uno sentado a uno de mis costados, tocándome la panza y besándonos entre sí todo el camino, sonriendo y apostando sobre el sexo, felices, estábamos muy felices por la llegada de estos bebés.

Llegamos treinta minutos antes del mediodía, las familias De Santis comenzaban a llegar, todos muy relajados, yo parezco ser la única preocupada paseándome de un lugar al otro esperando a mi chiquillo, consciente de que las familias murmuraban por mi presencia ahí, extrañados, yo no tenía hijos a sus ojos, pero qué equivocados estaban...

— Están llegando.

Dijo Ardan, apoyando su chaqueta sobre mis hombros, estaba corriendo un poco de viento, y como dije, está algo paranoico con mi seguridad.

Yo no creo en Dios, pero admito que sí recé un poquito mientras veía y veía salir niños de entre los árboles, niños golpeados, con extremidades rotas, con hematomas y cortes visibles bastante grandes, pero eso no pareció impedimento para ellos, más bien... se ven orgullosos y felices, corriendo hacia sus familias, el dolor no era nada comparado con el honor para un De Santis.

— Ahí viene —señaló Rhett— Un poquito lastimado, pero ahí viene.

— ¡Travis!

Su rostro cansado y su caminata que más bien se resume en arrastrar los pies cambió completamente al divisarnos, comenzó a caminar más rápido y más rápido hasta que sacó fuerzas para correr, sonriendo amplio.

— ¡Mamá Aradia!

Dijo saltando hacia mí, lo sostuve al vuelo cargándolo y abrazándolo con fuerza... demonios... lo extrañé demasiado.

— ¿Cómo me dijiste, cariño?

— Mamá Aradia.

Repitió abrazándome con un poquitín más de fuerza.

— Así es chiquillo, así es... — inspirando su olor— Te extrañé... estaba tan preocupada, quería matar a Ardan cuando me contó que te habías ido al rito del valor, demasiados días, estaba tan, tan preocupada...

— Juré que trabajaría para usted, dije que pase lo que pase volvería a casa, un De Santis no rompe sus promesas.

Sonreí, el chiquillo va por buen camino.

— No tienes idea de lo preocupada que estaba, no dormía, se sentó fuera de la casa en la madrugada para no sé, esperar mágicamente a que llegaras, te dije que iba a matarnos, hombrecito.

Dijo Ardan, acariciándole el cabello.

— Papá Ardan, dije que regresaría y eso hice ¿Cuándo me darán mi medalla?

— Estamos orgullosos de ti, chiquillo — le dijo Rhett— Ahora vamos a la casa principal de los De Santis para que reciban su medalla, es tu primer gran logro, Travis De Santis.

El niño sonrió, mirando a mis hombres, se siente orgulloso de haber llegado hasta aquí.

— Estoy... un poquito cansado ¿Puedo dormir durante el viaje?

Preguntó el niño, frotándose los ojos, probablemente casi no pegó un ojo por las noches y tuvo mucho que caminar, debe estar exhausto, prácticamente llegó arrastrándose.

— Claro que sí, cariño, puedes dormir todo lo que quieras, te curaré, iremos por esa medalla y luego a casa para que puedas descansar por fin, estoy orgullosa de ti, eres valiente y fuerte, leal, todo un De Santis.

— Gracias mamá — apoyando su cabeza en mi pecho, sin dejar de abrazarme— Yo quería volver contigo...

La chaqueta que antes Ardan puso en mis hombros ahora cubría la espalda del pequeño, Rhett mantenía su mano en mi espalda para mantenerme erguida, Travis pesaba un poco, pero no quería soltarlo, era mi chiquitito, quería sostenerlo un poquito más.

— ¿Cambio?

Preguntó Ardan mientras caminábamos hacia el auto.

— No, puedo hacerlo, ya me siento un poquito mejor ¿Escucharon cómo me dijo? Me llamó mamá... creo que puedo morir feliz justo ahora.

— No hablemos de muerte tan temprano, por favor — dijo Rhett— Pero sí, yo también estoy feliz de que regresara completo, extrañaba al chiquillo, me acostumbré a su presencia.

Ya en el auto, curamos las heridas del pequeño y sentado sobre mí, fuimos directo a la casa principal De Santis para que el pequeño recibiera su medalla, un poco adormilado y tambaleante, pero de pie y orgulloso por haber concluido el rito del valor, nadie puso en duda que llamara papá a los chicos o que a mí me llamara madre, nadie se atrevía, inteligentes.

***

Más rápido de lo que pensé, el día del viaje llegó montamos todos el avión, un viaje de casi doce horas, arenas blancas, aguas cristalinas, diminutos trajes de baño, amor libre, sexys morenos en tanga, diversión, fiesta y paz por unos días, por fin podría llamarlos legalmente mis esposos, una segunda boda con los amores de mi vida suena increíble.

Lo que no es increíble es el lugar dónde estábamos ni quien nos estaba recibiendo.

Miré a Rhett.

— ¿Se puede saber en qué estabas pensando?

Mirando a la brasileña que fue nuestra manzana de la discordia, la chica a la que siguió a Brasil y me dejó, esa chica era la recepcionista del hotel que compró sin decirme ni una palabra.

— Ella es mi contacto aquí, Ari, nunca pasó nada entre nosotros, nunca pasará, te lo prometí.

La chica se acercó sonriente, extendiendo su mano hacia mí para saludarme.

— Es un placer conocerla por fin, Rhett habla mucho de usted, es más, este hotel lleva su nombre en su honor.

A regañadientes extendí la mano para saludarla, no era una maleducada y hasta el momento se estaba comportando, pero de todas maneras no me agrada.

— Espera... ¿Dijiste que tiene mi nombre?

— Sorpresa...

Dijo Rhett.

— ¿Le pusiste a tu hotel mi nombre?

Mirando al castaño sin soltar a la brasileña.

— Te lo dije, Sweety, tú siempre has sido lo más importante para mí.

— Bueno, creo que estoy menos enojada — sonriendo— Acércate a mi futuro marido con temas fuera del trabajo y te mataré.

Soltando su mano, viéndola en una pieza, blanca como el papel.

— Aradia, no amenazas antes de las diez de la mañana — Dijo papá— Pero está bien, defiende lo que es tuyo, yo amenazaba igualito cuando miraban a tu mamá.

Acariciándole la panza a mi progenitora, a mi padre le encanta tocarle la panza plana.

— Le juro que jamás volveré a coquetearle a Rhett... al señor Rhett — se retractó— No sabía que estaba con usted.

Alcé una ceja en dirección al castaño.

— ¿Sigue coqueteándote?

— Todo tuyo.

Entregándome su móvil, levantando las manos.

— Me haces ver como la esposa tóxica.

— Hermana... lo eres, seamos sinceros.

Dijo Ares, rodeó mis hombros con su brazo, me quitó el móvil y se lo regresó al castaño, comenzando a caminar, si nos quedábamos, la brasileña dejará de respirar.

— Vamos Travis.

— Sí mamá Aradia.

Apresurando el paso hasta tomar mi mano, subiendo al ascensor con Eris y mamá, el resto se repartiría en los demás ascensores.

— ¿Vas a matarla? ¿Puedo matarla yo? Hace un tiempo que no mato a nadie, no quiero perder la práctica.

Dijo mamá.

— No la mataré por ahora, confío en Rhett, y con la amenaza que le di, sabiendo de lo que soy capaz, la brasileña se lo pensará dos veces antes de coquetearle otra vez.

Encogiéndome de hombros.

— Una lástima... traje a Tacha a llenarse de polvo al parecer — trazando círculos en la pared— Mi hija se hizo Boss y no le da trabajo a su vieja y pobre madre, sola, triste y abandonada... ya no es la dama de la mafia y no tiene trabajos VIP, ni siquiera de francotiradora, mi hija no me considera capaz... que triste...

Ares y Eris carcajearon ante el intento de dar lastima de mamá, froté su espalda y la abracé por la cintura.

— Mira, si alguien les coquetea descaradamente a mis pronto esposos, ten por seguro que las voy a enviar con los peces, ya lo hice con Ardan y una pelirroja que no entendió las advertencias, así que jugarás a francotiradora ¿Qué me dices? Mis escoltas desaparecerán los cuerpos así que no te preocupes por nada.

— ¡Trato! — Cambiando su rostro de fingida pena a felicidad máxima— Volaré cabezas hoy.

Frotándose las palmas con malicia, mamá no tiene remedio, así que mejor darle en el gusto.

Travis y yo entramos en nuestro cuarto, lanzándonos a la cama para estirar el cuerpo, tanto tiempo sentados pasa la cuenta.

— Que mal que Boris no pudo venir... — me lamenté— No sería vida dejarlo encerrado en el cuarto todo el tiempo... es mejor que esté en casa donde puede correr libre.

— Voy a extrañar a Boris... —dijo Travis— Pero las mucamas lo quieren mucho, van a cuidarlo bien.

— Eso es cierto, chiquillo, quedó en buenas manos.

Levantando la cabeza al escuchar la puerta del cuarto abrirse, los chicos entraron arrastrando las maletas, acercándose a la cama para mirarnos.

— ¿Estás enojada por la brasileña? Te juro por mi cargo que yo no le he respondido ningún coqueteo, yo...

— Te creo — lo interrumpí— Te creo, tonto, sólo marcaba territorio, que no se atrevan a mirar lo que es mío, mamá quiere matar a alguien y yo pienso entregarle todas las mujeres que no comprendan mis tres advertencias.

— ¿Cómo en nuestra luna de miel en las Islas Vírgenes?

Dijo Ardan.

— Que en paz descanse la pelirroja — incorporándome— Recibió varias advertencias, ella eligió morir.

— Ok, ok, señorita sicaria, a cambiarse de ropa, las chicas se irán a probar los vestidos, nosotros iremos a preparar la ropa también, Travis se va con nosotros ¿Qué te parece, chiquillo?

— Me gusta la idea papá Rhett — sonrió— Iré a ponerme algo más fresco, hace calor.

Saltando fuera de la cama, tomó su maleta y dejó el cuarto para dirigirse al suyo.

— Ah... — suspiró Rhett— Me gusta que me diga papá Rhett, creo que es de mis cosas favoritas estos días.

— ¿Sabes qué es mi cosa favorita estos días? — dejando la cama, acercándome a ellos— Esto — sujetando el paquete de cada uno con mis manos— Y me están privando de eso, quiero sexo.

Ardan tragó grueso, Rhett gimió.

— Estás herida, ponte bien primero y luego...

— Y una mierda, Ardan, quiero sexo. Y no hablo de orales, quiero tu pene en mi vagina, y luego el tuyo en mi vagina — señalando a uno y después al otro— Quiero...

— Ya entendimos, entendimos — dijo el castaño, cubriendo mi boca— Si no te quedas dormida al anochecer, te daré todo lo que quieras.

Quité su mano, sonriéndole.

— Así se hace, aprende.

Señalando a Ardan, quitándome la ropa lanzándola al piso mientras caminaba hacia mi maleta, sintiendo el calor de su cuerpo irradiar hacia el mío, me agaché consciente de que estaba rozándolo con mi culo mientras tomaba mi traje de baño con toda la calma del mundo, consciente del tacto de sus manos en mis caderas.

— Provócame y atente a las consecuencias, Bombón, sabes que no soy un hombre dotado de mucha paciencia.

Por el diablo... que festín voy a darme hoy.



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BUENAS BUENAS BESTIES HERMOSAAAAS

EL CAPITULO DE HOY ESTUVO BIEN TIERNOOO

ARADIA REALMENTE EXTRAÑABA AL CHIQUILLO

LA PRIMERA NOCHE NO PUDO DORMIR, SE FUE A TRABAJAR SIN DESAYUNAR, CON UN HELADO CLARO

ARDAN Y RHETT YA ESTÁN TRAUMADOS CON SUS SALIDAS, NINGUNO SE PREOCUPÓ DE VESTIRSE CUANDO FUERON A BUSCARLA, CALMANDOSE AL VERLA EN EL DESPACHO

LA SEGUNDA NOCHE ARADIA SE QUEDÓ FUERA EN LA MADRUGADA ESPERANDO A QUE EL NIÑO LLEGARA SABIENDO QUE NO IBA A LLEGAR... POBRESITA

AFORTUNADAMENTE LAS MUCAMAS REALMENTE LA CUIDAN Y LA QUIEREN

MAX SECUESTRÓ A VITTO POR DOS O TRES DÍAS JAJAJAJAJA ¿CÓMO LO HABRÁ PASADO?

Y TRAVIS? EL PEQUEÑO ESTABA BIEN! CANSADO HASTA DECIR BASTA, PERO BIEN

ARADIA SE SINTIÓ MUY BIEN CUANDO LO ESCUCHÓ DECIRLE MAMÁ POR PRIMERA VEZ

ELLA LO EXTRAÑABA TANTO... ESE ABRAZO, ESE REENCUENTRO

TRAVIS ENCONTRÓ UNA FAMILIA MUY BUENA

Y LLEGÓ EL VIAJE A BRASIL! Y NOS QUEDAMOS EN EL HOTEL DE RHETT... EL QUE ADMINISTRA LA BRASILEÑA DE LA DISCORDIA

ARADIA SACÓ LO TOXICA DE SU MADRE JAJAJAJAJA, PERO ARES LA AYUDA

Y ARADIA TIENE NECESIDADEEEES

RHETT NO DUDÓ EN DECIRLE QUE SÍ

ARDAN SE HIZO EL DIFICIL, PERO... CAYÓ

¿QUÉ PROCEDEEEEEE?

NOS LEEMOS EL SIGUIENTE CAPITULO BBCITAS

BESOS EN LA COLA

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