Capítulo 58

Abrí los ojos perezosamente queriendo matar a la persona que me estaba arrancando descaradamente de mi precioso sueño de... nada, estaba tan cansada que no tengo puta idea si soñé o estaba muerta en vida, mi ultimo recuerdo es que yo estaba hablando afuera con Ardan y luego... negro.

— ¿Qué hora es...?

Apretando los ojos con fuerza, aplastarme el rostro con la almohada no parecía ser una buena idea, no si quería cuidar mis heridas.

— Las ocho de la mañana.

Respondió mi diligente Segundo y pronto esposo.

— Agh... — gimotee a modo de reclamo— ¿No crees que es muy temprano? ¿Puedo dormir un poquito más?

— Nop, no puedes, demasiado trabajo pendiente y lamentablemente es algo que debes hacer tú, ya está todo listo sólo tienes que intentar parecer presentable, ya sabes, lo que suele hacer la gente normal, lavarse el rostro y los dientes, cepillarse el cabello, vestirse, cosas como esas.

Bromeó.

— No voy a vestirme, puedes ir olvidándote de eso, olvida que me cepille el cabello ¿Dónde está mi colet? Un lápiz me sirve — abriendo los ojos— El rostro y los dientes tienes toda la razón, pero no más.

— Creo que vas a querer reconsiderar tus decisiones.

Contestó tirando las mantas hacia atrás, Boris no estaba, traidor.

— Creo que es demasiado temprano para discutir ¿No crees? — mirándolo— No he comido y tengo dos chupasangres que hacen que me dé más hambre que antes — apoyando la mano en mi vientre plano— Primero comida, luego trabajo.

Tomando asiento con su ayuda.

— No hay tiempo para el desayuno, lo siento.

Colocándome de pie, al ver que aún me temblaban las piernas decidió cargarme hasta el baño, miró el váter y luego a mí.

— Puedo hacerlo yo sola, pero gracias.

Asintió depositándome con cuidado en el piso, quedándose de pie, mirándome.

— ¿Puedo hacer mis necesidades tranquila? Quiero orinar.

— ¿Y si te caes?

Dijo el castaño, preocupado.

— No voy a orinar contigo mirándome, olvídalo.

— ¿Y si sólo te ayudo a tomar asiento?

Rodé los ojos, si no se lo permitía podríamos tener esta discusión eternamente.

— Ok... eres un pesado.

Sonrió complacido y buscó mis bragas bajo la larga camiseta, bajándolas hasta mis rodillas, levantó la tela que me cubría y me ayudó a tomar asiento, para mi sorpresa, me costó más de lo que pensé, sin su ayuda más de alguna herida se me hubiese abierto, es un esfuerzo que no tenía en consideración.

Gracias al diablo, tuvo el tino de salir del cuarto de baño y cerrar la puerta para dejarme orinar en paz, cuando estuve lista, me ayudó con la ropa y fuimos juntos al lavabo, sujetándome de la cintura mientras yo lavaba mis manos, mi rostro y me ocupaba de dejar mis dientes relucientes, dejándole a él la tarea de hacerme un chongo en la cabeza, no había glamour hoy, demasiado cansada para fingir perfección.

Lo ultimo en nuestra lista fue enfundar mis piernas en mis medias de medio muslo, sólo entonces Rhett me cargó por el pasillo y las escaleras cruzando más allá de los despachos ignorando mis preguntas ¿Dónde joder vamos y por qué no me deja desayunar?

— Voy a apuñalarte con el abrecartas de mi despacho si no me alimentas en cinco minutos...

Susurré viéndolo ignorarme olímpicamente, siguiendo su recorrido.

— Puedo apuñalarte con la barba de mi sostén, está afilado y listo para perforar corazones de novios no alimentadores.

— Calma bestia — pateando las puertas del salón, entrando— Están esperando por ti, deja la comida para más tarde.

Voltee el rostro ligeramente, viendo el salón repleto de personas bien vestidas levantando sus copas a mi salud, rostros sonrientes, orgullosos, felices ¿Qué mierda?

— Se extendió la noticia y vinieron a dejar sus respetos a su Boss, felicidades, Sweety.

Patalee ligeramente para intentar verme un poquito menos patética, tocando el piso con mis pies.

— Podrías haberme dicho que habría gente, me hubiese puesto algo de ropa — susurré— Voy a matarte, Rhett.

Dando mi mejor sonrisa al público, maldiciendo cuando al intentar dar un paso, se me doblaron las piernas, Rhett me sostuvo antes de caer, manteniendo su brazo rodeando mi cintura para soportar mi peso, me veo débil, maldita sea.

— Boss... Boss... no tengo palabras para expresar mi agradecimiento — dijo el Caruso al que ayer le dieron vuelta el rostro de una patada— Mis compañeros me contaron que usted arriesgó su vida y la del heredero por un bastardo como yo, para conservar mi vida — cayendo de rodillas frente a mí— Soy yo quien debe protegerla, pero usted me protegió ayer, no una, sino qué, dos veces — sujetó uno de mis pies, besando el empeine— La casa Caruso quiere preparar el ajuar del bebé a modo de agradecimiento — besó otra vez— Para borrar la vergüenza de nuestra existencia por no servirle a usted cómo debiéramos. Perdón Boss... perdón...

No saben que son dos...

Y parece que los Caruso están muy afectados por lo de ayer.

— Acepto tus disculpas — sujetando su mentón para que levantara el rostro bajo la atenta mirada de todos, incluida mi familia— Tú y todos los tuyos, todos en esta sala son míos, como Boss es mi deber y mi obligación mantenerlos a salvo si la situación lo exige, perder a mis perros por una cobardía de mi parte sería la mayor vergüenza de todas para mi cargo, me quitaría la vida yo misma de quedarme de brazos cruzados viendo como los torturan — mirando a todos en la sala— Que mi muerte sea traumática y dolorosa de olvidar mi juramento con ustedes, servir y proteger.

— Servir y proteger.

Respondieron ellos, alzando sus copas.

— Y tengo otro anuncio para todos ustedes — dándole permiso al Caruso de ponerse de pie— No es un bebé, son dos, tendré gemelos — apoyando la mano en mi vientre— Así que tu familia tendrá que preparar dos ajuares, no uno.

Y entonces se desató el caos... en el buen sentido, muchas personas felicitándonos, muchas muestras de respeto, muchos viejos de rodillas agradeciendo al diablo por continuar el legado de los Marchetti, fue toda una locura todo esto.

Pero lo que sí fue una locura, fue cuando las puertas dobles se abrieron con estruendo, Sabina miró en todas direcciones, parecía querer matar lo primero que se cruzara en su camino, las personas comenzaron a retroceder cuando su mirada conectó con la mía, y antes de que Rhett pudiera reaccionar, Sabina ya me tenía en el piso, llorándome encima mientras me abrazaba.

— ¡Pensé lo peor! Este imbécil de aquí — señalando a Rhett— Me dijo que tu rastreador pitaba y pitaba, que no sabía si estabas viva, que ni siquiera sabía si había perros contigo, me siento tan culpable por haber dejado de lado mis obligaciones ¿Por qué me convenciste de quedarme allá? — Sujetándome por el cuello de mi camiseta— ¿Por qué te hice caso? Mi deber es estar a tu lado, mi obligación es ser tu sombra, mi lugar es contigo — las lagrimas cayeron en mi rostro, la rubia estaba muy dolida— ¿Qué sería de un perro sin su dueño? Soy tuya Aradia, sin ti, yo no tengo sentido, mi existencia no tiene sentido.

El dolor de mi cuerpo y la sangre que manchaba mi camiseta pasó a segundo plano al ver lo destrozada que se sentía la rubia, el dolor que expresaba su rostro.

— Oye Sabina, la estás lastimando... — dijo Rhett— Salte, estás loca hermanita, te amo, pero la lastimas.

La rubia giró el rostro ligeramente, gruñéndole antes de que el castaño pudiera ponerle una mano encima, sentada sobre mis caderas, abrazándome de forma posesiva, casi parecía una bestia, un depredador sujetándose a su presa para que otro predador no se la quitara, no sé qué tan buena idea haya sido que se quedara allá, ahora va a mostrarse muy posesiva y sobrepreocupada.

— Oye... no voy a lastimarla — dijo Rhett, levantando las manos donde ella pudiera verlas, acuclillándose— Pero tienes que soltarla, Sabina, Aradia está mal de salud y la estás lastimando.

Todo lo que podía sentir era el ardor recorrerme por completo, la camiseta tiñéndose de rojo, un charco formándose a mis pies, el golpe al caer al piso hizo que se abrieran las heridas más grandes de mis piernas, no podía moverme, Sabina estaba apretándome muy fuerte y no tenía la fuerza para alejarla.

— Sabina, lo digo en serio, suéltala.

El castaño ya no estaba para bromas, pero Sabina tampoco, sacó un cuchillo demasiado rápido a mi parecer e intentó cortar a su hermano, Rhett fue rápido y movió su rostro hacia atrás para evitar el corte.

— Sabina, ya basta.

Dije yo, sintiendo el cuerpo de la rubia tensarse.

— No. Eres mía, mi deber es protegerte, él no te sabe proteger, lo haré yo.

Respondió la rubia.

Giré el rostro ligeramente, mirando a Aless, una orden silenciosa que comprendió a la perfección, y a su vez, este miró a Vincenzo, quien asintió y comenzó a caminar hacia la rubia.

— Oye Sabina, ya está bien con tus lésbicas obsesiones — dijo mi tío— me pondré celoso.

— Jódete, viejo, primero el Boss, luego tú.

Abrazándome un poco más fuerte, me estaba costando respirar.

— Ok... rubia ¿Qué te metiste al cuerpo? — le dijo Rhett— Normalmente te falla el cerebro, pero hoy te superaste.

La gente comenzaba a murmurar a nuestro alrededor, hablando sobre los problemas de los De Santis, familia que comenzó a sentirse incómoda por la desfachatez de las otras tres casas.

— Sabina, suéltame — dije yo— Desobedece y de castigo te enviaré a la casa Marchetti por el resto de mi embarazo.

Dejó de gruñir como un animal y giró el rostro para mirarme, esta vez sí me miró, ya no tenía la vista perdida.

— Pero quiero quedarme contigo...

Murmuró.

— Y te adoro, rubia, pero mira lo que has hecho, se supone que estoy con reposo absoluto, se supone que tengo que cuidar a los bebés, son gemelos.

Sabina liberó un poco de presión para mirar mi cuerpo, pero no me soltó de inmediato, sólo lo hizo cuando vio la sangre en la tela y en el piso, saltando con horror hacia atrás, cayendo de culo.

— ¿Yo hice eso?

Aless se acuclilló a su lado, apoyando su mano en el hombro de la rubia.

— Cariño... sé que la quieres y que te preocupas excesivamente por ella, sé que dañar el juramento debió ser horrible para ti, desde aquí huelo el alcohol ¿Cuánto has bebido? La pena y la vergüenza no se borra bebiendo, además, Aradia no te culpa.

— Mi deber es quedarme con ella, y yo... yo...

Aless besó su frente y acarició su mejilla.

— Cariño, los accidentes pasan, de saber que algo le ocurriría, todos hubiésemos tomado otras decisiones, yo también hice un juramento con ella y le fallé — mostrándole su brazo, gruesos arañazos lo recorren— Uno por cada herida de ella — explicó apenado— Yo también soy un puto obsesivo, pero a ella no le hice daño, es mi Boss y quiero que mejore rápido, no que empeore.

Sabina me miró, miró mi cuerpo, miró la sangre, y lloró de nuevo.

— Perdón... perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, perdón...

Perdida, estaba perdida.

— Oye rubia, no seriamos nosotras sin muestras de afecto rudos, estoy bien, estaré bien.

Rhett intentó levantarme, Aless le advirtió que era mejor no hacerlo, señalando con la cabeza a mi familia, despachando a los invitados, sólo querían pasar a dar sus felicitaciones, ya lo hicieron y yo tenía una agenda que cumplir, de todas maneras, agradecí su presencia y recibí el anillo de zafiro rojo que el Caruso me entregó, agradeciendo nuevamente antes de dejar el lugar.

— Pero estás sangrando, yo hice eso... —Arrodillada entre mis piernas, llorando— No me di cuenta, yo no quería, yo... yo jamás...

— Lo sé, tonta, lo sé — extendiendo mis brazos hacia ella a duras penas— Ven aquí, todo está bien, sin rencores, sigo queriéndote igual que el primer día, sigues siendo mi asesina favorita.

Me abrazó con fuerza otra vez, apoyando su rostro en mi pecho, llorando.

Todos sabíamos que la noticia le había afectado, pero no pensé que tanto.

Dejé que se calmara mientras le acariciaba el cabello, estaba cansándome un poco en esta posición, no tenía apoyo en la espalda, la perdida de sangre me agotaba, pero hice mi mejor esfuerzo por soportar su peso y el mío hasta que se durmió, sólo entonces Vincenzo la cargó y suspiró, pidiendo disculpas por lo sucedido, avisando que se la llevaría al cuarto para que descansara y cambiarle la ropa cubierta de sangre, en tanto Rhett, me cargó de regreso al cuarto, me vendó de nuevo, cambió mi ropa y regresamos abajo esta vez para comer.

Oh... tenía tanta hambre...

Un té de arándano fue puesto frente a mí, mis dulces favoritos bien dispuestos por la mesa, pan y aderezos, sándwiches listos, jamón y queso por montones, todo el mundo llenándose como verdaderos animales ignorando el hecho aislado de Sabina, todos entendemos la situación, nadie jamás la culparía.

— ¿Dónde está Ardan y Travis? — viendo sus lugares vacíos— ¿Salieron juntos?

Rhett volteó ligeramente el rostro para mirarme, le tembló una ceja, pero se esforzó en sonreír.

— Ardan está en terapia ahora, llamó temprano al psicólogo, dijo querer mejorar para ser un mejor esposo, un padre del que nuestros hijos estén orgullosos, alguien que no te lastime ni a ti ni a mí — esta vez sí que sonrió de forma autentica— Dijo que tiene muchas cosas de su vida que debe soltar y tiene unos meses a su favor para hacerlo, por ti, por mí, por nuestros hijos, por él.

— Es un... tonto tan lindo — pinchando un arándano con mi tenedor— Yo... no me explico como puede haber alguien tan...

— ¿Estúpidamente perfecto?

Complementó el castaño.

— Así es — dije— ¿Ahora entiendes por qué me enamoré tan rápido?

— Completamente — llevándose un trozo de piña a la boca— Yo estoy dudando seriamente si sólo lo quiero o ya caí de frente, voluntariamente y sin paracaídas.

— ¿Otro polvo para confirmar?

— Yo creo que es lo que necesito — carcajeó acercando una frutilla a mi boca— ¿Estás alimentando bien a mis hijos, mujer?

Masqué la frutilla y sonreí.

— No lo sé, creo que necesito comer un poco más ¡Aush!

Miré en dirección del idiota que me lanzó una uva, entrecerrando los ojos.

— ¿Quieres guerra, retrasado?

— No le digas retrasado a tu padre, mocosa de mierda sinvergüenza, respeta a tus mayores y deja de coquetearle al imbécil de Rhett.

— No le digas imbécil a mi hijo, Caesar.

Protestó Santino.

— No le digas imbécil a mi casi esposo — dije yo— Mamá, creo que le hacen falta un par de orificios más en esa mano, se está comportando como un imbécil retrasado.

Mamá tenía las manos bajo la mesa, algo hizo para que papá terminara gruñendo en señal de dolor mientras se le deforma el rostro, atorándose con las palabras.

— Avísame si quieres otra tocadita, mi amor — dijo mamá— Deja a la niña ser feliz, Rhett está alimentando a sus hijos y a mi hija, una mujer embarazada tiene que comer más.

— Tiene que comer más sano, mujer, más sano, no todas esas porquerías que ambas se llevan a la boca.

Protestó papá, bebiendo de su café para pasar el mal rato.

— Me llevo otra porquería a la boca casi a diario y no parece molestarte, papacito.

Por la nariz le salió el café a mi padre mirando a mamá con indignación, los mellizos estaban a un paso de darse cabezazos con la mesa por lo que nuestra madre acaba de insinuar, Santino lanzó una larga carcajada, mirando a mamá con ternura.

— Hay cosas que nunca van a cambiar.

Dijo.

Y nunca me sentí más normal en la vida.

— ¿Dónde está Travis? No me dijiste antes.

Regresando la atención a la comida frente a mí.

— Está haciendo cosas de De Santis, Ardan dijo que te contará después.

— Todos estaban aquí ahora ¿Dónde está Travis?

Insistí.

— Ardan dijo que te contará.

Clavé el cuchillo en la mesa haciendo uso de la fuerza que no tenía escuchando a papá quejarse por apuñalar los muebles y a mamá decirle que no sea marica, que ni siquiera son los suyos, mientras yo miraba con molestia al castaño junto a mí.

— Lo preguntaré de nuevo y espero tengas otra respuesta ¿Dónde está Travis?

Rhett tragó grueso.

— Soldado que huye, sirve para otra guerra — poniéndose de pie rápidamente— ¡Te amo!

Corriendo hasta perderse por las puertas que dan al pasillo.

— ¿Qué mierda hizo ese par y dónde está mi niño? — mirando al único otro De Santis en la mesa— ¿Dónde está Travis?

— No lo sé, tesoro, no sé nada, te lo juro, yo no sé nada.

Se excusó Aless soltando los cubiertos, levantando las manos.

— Le voy a cortar las bolas a Ardan.

Levantándome a duras penas de la mesa, sujetándome de las sillas para caminar hacia la puerta, robándole un cuchillo a Aless en el camino.

Voy a matarlo, es que yo voy a matarlo.

Antes de poder llegar siquiera a la puerta, fue papá quien me levantó del piso y me llevó de regreso a la mesa, sentándome en mi silla, quitándome el cuchillo.

— El hombre está con el psicólogo, un poco de consideración al menos, mátalo después.

— Rhett debe estar advirtiéndole ahora, se va a esconder y necesito hacerle un poquito de daño al menos.

— Yo lo haría.

Dijo mamá, lanzando uno de sus cuchillos rompiendo mi plato por el filo, clavándose en la madera justo debajo, sonriendo al escuchar gruñir a papá, tiene serios problemas con el hecho de apuñalar muebles.

— Pastelito, no ayudas.

Gruñó mi progenitor.

— Hazme esos sonidos de nuevo, Marchetti y la que le corte las bolas a su marido seré yo —Amenazó— Te recuerdo que apenas comencé a comer, el bebé me hizo vomitar en la mañana, me duele la cabeza y que grites no me está ayudando. Luego juega a los espadazos con Ardan, deja a la niña liberar frustraciones.

Me puse de pie nuevamente dispuesta a hacer la travesía otra vez, viendo al castaño aparecer por la puerta acompañado del rubio, ambos sonriendo culpables.

— Buenos días a todos, por favor sigan comiendo.

Dijo el rubio, caminando hacia mí.

— ¿Dónde está Travis?

Pregunté otra vez.

— Está bien, Bombón, confía en mí.

— Eso no responde a mi pregunta ¿Dónde está él? Si hicieron alguna estupidez con mi niño, voy a cortarte las bolas y esta vez te lo prometo Ardan De Santis.

Corina miró a mamá y sonrió.

— ¿No le recuerda viejos tiempos? Mi marido y yo éramos así en nuestra juventud.

— Ni que lo diga, Corina, Caesar y yo seguimos expresando nuestro amor de esa manera — suspiró— ¿Qué es el matrimonio sin un par de puñaladas?

— A mi marido hasta le gusta que lo lastime un poquito, masoquistas es lo que son.

Ambas mujeres asintieron y suspiraron, mientras los maridos palidecían y miraban a sus esposas con horror.

— Bombón... Temprano en la mañana fui a dejar a Travis al rito del valor de los De Santis.

Si mis ojos fueran dagas, ya estaría más que apuñalado.

— ¿Y en qué puta cabeza cabe enviar al niño al rito sin haberle puesto un rastreador primero? ¿Piensas, De Santis? ¿Y si le pasa algo y yo ni enterada? ¿Cuándo podemos ir por él?

— En... tres días.

Respondió él.

— ¡¿TRES DÍAS?!

Sonrió culpable.

— No se me... ocurrió lo del rastreador, pero es un De Santis, va a estar bien.

— Es un niño.

— Tú fuiste a tu rito cuando tenías cuatro.

Señaló.

— Sí, pero una noche y con un rastreador con el que vigilaron que todo estuviera bien para poder ayudarme si lo necesitaba.

— Un De Santis consideraría una deshonra ser ayudado ¿Puedes confiar más en Travis?

— Travis tiene un par de problemas, por si no lo recuerdas — clavando mi índice en su pecho— ¿Y si cree que lo abandonamos? ¿Y si se siente solo? ¿Y si se muere? Maldita sea, Ardan.

Pateando la silla cercana.

— Oye, Sweety, Travis es nuestro hijo ¿No? Va a estar bien, yo... también estoy asustado y créeme que el puñetazo que dejó rastros en la mejilla de Ardan es mío, me enojé por no habernos dicho nada, pero Travis probablemente quiera probar su valía, tengo miedo, sí, pero quiero que él se sienta un De Santis, que haga los ritos, que gane seguridad, que crea que es capaz, si él lo cree, nuestro chiquillo va a ser imparable.

— Esperen ¿Cómo que un De Santis?

Preguntó Aless, mirándonos con confusión.

Instintivamente miré al padre de Ardan ¿Ya la cagamos?

— Lo adopté legalmente, es mi hijo — dijo Ardan— Sólo mío, no se preocupen, no afectará nada a Aradia, es que no podía arriesgarme a que nos lo quitaran en algún momento, Travis nos necesita.

Lo miré, un De Santis no miente, y si lo hace, no es bueno. Travis es su hijo, nuestro hijo.

Estaba triste por no tener la presencia del niño estos días, un poco molesta con Ardan por mentirme, preocupada por no poder rastrear el estado de salud de Travis, pero también estaba orgullosa de que el pequeño esté avanzando, sé que el rubio jamás lo obligaría a hacer algo que no quiera, esto fue decisión del niño y debo respetarla por muy difícil que eso sea.

— Estaré trabajando — anuncié— Rhett ¿A qué hora llega el primero?

— A las diez.

Dijo viéndome con preocupación.

— Bien, hazlo pasar cuando llegue, no le adviertas nada, y consígueme algo para el dolor, esto me está matando.

Señalando mi cuerpo.

Sweety, no puedo darte nada por el embarazo... lo siento.

Gruñí y di media vuelta, encaminándome hacia la salida, siendo cortada por Ardan.

— ¿Estoy en tu lista de hombres apuñalados?

Susurró preocupado.

— No — suspiré— Estás en mi lista de hombres que son estúpidamente lindos, que mienten por buenas causas como adoptar niños a mis espaldas, y que apoyó a nuestro chiquillo con su primera decisión en la vida, sólo... sólo estoy preocupada — suspiré— Pero respetaré su decisión, no haré, nada.

— Pensaba decírtelo de otra manera... perdón.

Besando mi frente.

— Ok, no te preocupes, no estoy enojada, Travis es mío, era mío antes de saber que es legalmente tu hijo, pero ahora realmente tengo que ir a trabajar, me retrasé un poco con lo de esta mañana.

— Aradia, si es papeleo ¿Por qué no lo hace Rhett? Para eso es tu Segundo.

Dijo Santino.

— Es otra cosa lo que hay en mi agenda hoy, pero gracias.

Respondí inclinándome hacia un costado para poder mirarlo.

— ¿Y qué hay en tu agenda?

Preguntó papá.

— Matar — sonreí— Imbéciles que no me han pagado y les voy a recordar quien soy para que comiencen a hacer funcionar esos pequeños cerebros de mierda que tienen.

— ¿Y los detalles de la boda?

Preguntó mamá haciendo un mohín.

— Les dejo a mis flamantes novios — dije— Rhett tiene anotado todo lo que me gustaría, ellos pondrán de lo suyo para que sea algo decidido en conjunto y Ardan habló con papá sobre cosas tradicionalistas, arréglense con eso, necesito liberar la agenda para poder irnos unos cinco días a Brasil, Lorenzo, Corina ¿Cuento con ustedes?

— Por supuesto que sí, somos familia.

Dijo mi suegro.

— Con su madre, Aradia, haremos lo mejor para que estos tontos no se maten.

Señalando a los suegros.

— Gracias Corina, madre, les encargo el que estos animales se comporten. Ares, Eris, cuando terminen, los espero en mi despacho, van a ser mis verdugos hoy.

— Por supuesto hermana, cuando gustes.

Dijo Ares.

— Llevaré mis cuchillos favoritos.

Sonrió Eris, maliciosa.

— Me encanta que hagan todo en conjunto — dijo mamá— Adoro a mis niños.

— Y nosotros te amamos a ti, mamá.

Respondimos al unísono, sonrientes.

— Claro, y yo estoy pintado.

Se quejó nuestro padre.

— A ti también te amamos, cascarrabias.

Respondimos al unísono, carcajeando por haber pensado en el mismo apodo, viendo a nuestro progenitor refunfuñar, es un viejo cascarrabias.

Seguí mi camino directo al despacho ayudada de las mucamas, llegué al despacho, encendí el computador y revisé mi agenda, estaba algo apretada y no tenía muchas ganas de trabajar, pero si quería casarme lo antes posible, es necesario ¿Dónde están mis abuelos? Dijeron que iban a ayudarme para hacer todo en el menor tiempo posible.

Abrí el cajón que mantengo con llave en el despacho, tomando la cajita de terciopelo roja, abriéndola y viendo los tres anillos de diferentes medidas ahí, dos anillos idénticos con las mismas líneas paralelas para darles forma, el otro con un pequeño diamante en el centro, los tres con la misma inscripción:

"Da quando ho posato gli occhi su di te".

<<Mío desde que puse mis ojos en ti>>.

— Romántica y posesiva siempre, tóxica.

Auto felicitándome antes de devolver los anillos a su lugar y masajearme la sien, agradeciendo a la mucama que me trajo rollitos de canela y leche para superar la mañana, viendo a mis hermanos cumplir con lo que en mi condición no podía hacer, matando, cortando o rompiendo dedos, deformando un par de rostros, todo con tal de convencer a mis queridos adictos para que pagaran sus deudas, ya esperé lo suficiente.

***

Para el almuerzo me reuní con la familia para ver cómo iba el tema de la boda, pensaba participar para poder concluir con el tema hoy, pero papá y Ardan estaban en una calurosa discusión sobre la dote y el precio de la novia, la dote es el pago que hace la familia de la novia al novio, y el precio de la novia es lo que el novio y su familia le pagan a la familia y a la novia, discusiones, discusiones y más discusiones.

— Ya se lo dije, Caesar, puedo pagar su peso en oro y mucho más ¿O cree que no puedo mantener a mi esposa?

— Y yo te dije que no necesitamos tu sucio dinero, mejor recibe la dote que voy a darte para que mantengas a mi hija, inmundo animal.

Rhett se frotaba la sien mirando a sus padres, ambos negaron y le dijeron que se mataran solos, que él pagará mi peso en oro y ya, ahorrándose los gritos del Zar, inteligentes.

— Yo no necesito que nadie pague nada por mí — rodando los ojos— Puedo mantenerme por mi cuenta muy bien, Ardan no me mantiene, tú no me mantienes, papá, hace mucho las mujeres dejamos de ser unas mantenidas, actualícense.

Ambos me miraron.

— Tendrás la mejor boda tradicional de todas, cómo lo mereces.

Dijo papá.

— Ya me casé una vez, esta sólo es...

— Es la boda en la que tus padres estarán presentes — dijo mamá— También quiero que sea perfecta.

— Pagaremos su peso en oro y más, el Boss merece más.

Dijo Lorenzo.

— De seguro no tienes esa cantidad, Lorenzo, no me jodas.

Le dijo papá.

— Y de seguro nosotros necesitamos la dote, mi hijo puede mantener muy bien a su mujer, además, tendrías que pagar la dote a dos familias ¿Quiere quedar en la ruina, Zar?

Mi suegro tampoco estaba haciendo las cosas fáciles.

— Oye, idiota ¿Quién te dijo que nosotros necesitamos su dinero? Tenemos bastante dinero, montones y montones de dinero.

Dijo Aless, mirando a Lorenzo, su hermano.

— Pagaré su dote y fin de la discusión — dijo papá— ¿Y quien te dijo a ti que yo quedaría en la ruina? Eso no es nada comparado con lo que hay en mi cuenta.

Discutió mi padre.

— ¿Sabes cuanto pagó mi esposo por mí? — se unió mamá a la discusión— Billones, pagó billones ¿Puedes decir tú lo mismo?

Hablándole a Corina.

— No gracias, no quiero ser participe de esto, vamos chicos.

Sujetando a Ares y Eris de los brazos, sacándolos del comedor.

Terminamos comiendo con las mucamas en la cocina entre risas, postres y anécdotas, eso fue mucho más grato que escuchar a las familias discutir por quien pagará qué por mí, definitivamente necesitaba un poco más de paz para concluir el día sin matarme ¿Dónde está Dane? Necesito que alguien me asista y Rhett está atrapado, necesito un poco de tranquilidad, por el Diablo.






~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

BUENAS BUENAS BONITAAAS

LAMENTO NO HABER APARECIDO AYER, ME DOLÍA MUCHO EL ESTÓMAGO, COMO CONSECUENCIA NO COMÍ CASI NADA DURANTE EL DÍA, ME DIO FATIGA, ME SENTÍA PESIMO, PERO YA ESTOY BIEN, TODO BIEN

MORALEJA? COMAN BIEN BESTIES, TENGAMOS UNA RELACIÓN SALUDABLE CON LA COMIDA

REEEGRESANDO AL CAPÍTULO

TENEMOS A RHETT ASISTIENDO A NUESTRA MAMACITA DE GEMELOS

PREOCUPADO AL EXTREMO DE NO QUERER DEJARLA IR AL BAÑO SOLA, UNA TERNURITA 

APENAS LE DIJO A ARADIA QUE TRABAJO PRIMERO, DESAYUNO DESPUÉS, ESTA LO AMENAZÓ CON APUÑALARLO

¿RHETT SABE QUIEN ES SU NOVIA? PARECE QUE DEBERIAMOS RECORDARSELO

PERO SE LE PASÓ CUANDIO VIO A LAS FAMILIAS FELICES POR EL ANUNCIO DE QUE SERÁN DOS, LOS CARUSO SE ENCARGARÁN DEL AJUAR COMO AGRADECIMIENTO POR SALVAR AL SUJETO

SERVIR Y PROTEGER AHORA MÁS QUE NUNCA, TODOS  FELICES, POR PRIMERA VEZ LES IMPORTA UNA MIERDA EL SEXO, NADIE HABLÓ DE QUÉ DEBERÍAN SER, NADIE DIJO NADA DE QUE UN HOMBRE DEBERÍA HEREDAR EL CARGO BLA BLA BLA

ARADIA HA DEMOSTRADO QUE ESTÁ MUY BIEN CAPACITADA Y ESTÁ MÁS QUE CLARO PARA TODOS QUE HOMBRE O MUJER, EL HEREDERO O HEREDERA SERÁ IGUAL DE DIGNA/O

LA CALMA SE FUE UN POQUITO A LA MIERDA CUANDO LLEGÓ SABINA, SE PUSO UN POQUITO LOQUITA, DEMASIADO TRISTE POR VERLA LASTIMADA Y ELLA NO ESTUVO PARA PROTEGERLA, PERDIÓ LA CABEZA Y SE DEJÓ LLEVAR POR EL ALCOHOL, POBRE:C 

LA SEGUNDA VEZ QUE PERDIMOS LA CALMA FUE CUANDO PREGUNTÓ POR TRAVIS, NO LE GUSTÓ MUCHO LA IDEA, ESTABA ENOJADA POR HABERLO ENVIADO SIN RASTREADOR, TODOS LOS OTROS NIÑOS TIENEN UNO, ARADIA NO SABRÁ NADA DE ÉL HASTA QUE PASEN LOS TRES DÍAS, QUE MIEDO

LOS MELLIZOS AYUDARON A ARI CON SU TRABAJO, ARADIA LOS HACE MUCHO MÁS PARTICIPES AHORA, QUIERE QUE ELLOS ESTÉN INVOLUCRADOS AL 100%, QUE LO TENGAN TODO, QUE NO SE SIENTAN DESPLAZADOS

Y EN UN INTENTO DE UN ALMUERZO FAMILIAR JAJAJAJAJAJA TODOS SE ESTABAN QUERIENDO MATAR CON TODOS 

SOLDADO QUE HUYE TIENE GANAS DE SOBREVIVIR EL DÍA SIN MATARSE DICE ARI

NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO

BESITOS EN LAS NALGAS




Xoxoxo

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top