Capítulo 57

AAAFIRMENSE BESTIES

NATASHA.

Miré a mi madre mover el aparatito por el vientre de mi... inerte hija, sigue pareciéndome sorprendente que sobreviviera, que resistiera hasta el final luego de verse... así de mal, no me sorprendería si perdió al bebé luego de todo lo que le hicieron, no me perdonaría nunca el haber llegado tarde y no haberla protegido como es debido, soy su madre, yo debería protegerla, debería... haberme esforzado más en llegar rápido...

— Joder, si supiera usar esta máquina de mierda.

Gruñó mi madre.

Todo el mundo levantó la cabeza, mirándola mal, hasta mi padre parecía indignado.

— Dijiste que sabías ocuparla.

Caminando hasta ella.

— Dije que tenía una — puntualizó— Saber ocuparla es otra cosa, hija.

Rodé los ojos, este no era momento para bromas.

— Agh mamá, córrete — empujándola con la cadera— Gianna me enseñó a hacerlo, la ayudé en algunos partos en el pasado, puedo encargarme de todo.

Tomando el aparatito entre mis manos, mirando mal a mamá otra vez.

— Mamá, ni siquiera pusiste una cantidad generosa de gel conductor, el gel ayuda a ver mejor.

Aplicando en toda la panza de mi niña, tengo que encontrar ese bebé a cómo dé lugar o mi hija se va a morir de la pena, no quiero que se apague su luz por sentirse culpable por no haber podido cuidar a este bebé del que estaba tan orgullosa.

— Nat ¿Hay algo ahí? —preguntó Caesar, acercándose— Si... no hay nada, debería llamar al psicólogo, Aradia... Aradia no se lo tomará bien.

Ignoré las palabras de Caesar y busqué otra vez, busqué, busqué, busqué, viendo a Rhett temblando más que gelatina, a su padre en el mismo estado, malditos Coppola dramáticos, aún hay esperanza, aún puedo encontrar algo...

— Natasha...

— ¡Cállate Caesar! — entrando en desesperación— Sólo... Sólo cállate.

— Nat, no le grites, el hombre está tan preocupado como tú.

Regañó mi padre.

— Tú tampoco tienes idea del terror que mi hija puede sentir si despierta y se entera de que no hay bebé, yo me moriría de la pena si pierdo al mío.

Tocando mi propio vientre sintiéndome culpable de que mi hijo siga bien alojado ahí.

— Nat... creo que ya hay que parar — dijo Santino, apoyando su mano en mi espalda— Paremos... tampoco te hace bien a ti esta situación, te estresarás y no le hace bien a tu bebé.

Se me cayeron las lágrimas, rompiéndose en el vientre de Aradia, estas me impiden ver bien.

— No... todavía no es suficiente.

— Muñequita... le daremos la noticia todos juntos ¿De acuerdo? Aradia tiene muchas personas a su lado, podrá superar esto, es una mujer fuerte.

— No... no... no... — secando mis lagrimas con rabia— Un poco más, sólo... dejen... dense la vuelta, necesito mirar un poco más abajo ¡Dense la maldita vuelta!

Travis dio media vuelta y le cubrió los ojos a Boris, él sí es un niño obediente, y lentamente, todos obedecieron, todos menos mi madre, Rhett y Ardan, estos dos últimos poco sentido tenía que se voltearan si son las parejas de mi hija, conocen todo de ella incluso... mejor... que yo...

— ¡Aquí está! — grité de felicidad— Maldita sea aquí... esperen... uno... dos... — retrocedí para revisar de nuevo— Uno... dos... Son dos.

Mirando a los chicos.

— Espere... ¿Está... está ahí, el bebé?

Preguntó Rhett.

— ¿Estás sordo, hijo? Acaba de decir que son dos — se abanicó Santino— Joder... que buena noticia, están ahí, siguen ahí, Aradia va a estar tan contenta...

— Mierda... mierda... — Ardan se sujetó la cabeza— Gracias al diablo, gracias al diablo... no sabía cómo darle la noticia, mi mujer hubiese estado tan triste, pero... son dos — riendo— Joder... son dos — abrazando a Rhett por los hombros— Seguimos siendo padres, bebé, uno para ti y uno para mí.

Plantándole un beso.

Aún es un poco raro ver a esos dos enrollarse, pero mientras sean felices y hagan feliz a mi tesoro, por mí que se den tanto como quieran, de seguro esa es la razón por la que Rhett no fue por Aradia hoy, Santino pide días libres cuando se revuelca con Aless, Rhett debería seguir los pasos de su padre.

— Joder... que bueno... — Aless se arrodilló a los pies de la cama— Que bueno que no fue demasiado tarde... Yo... le juré lealtad a esta niña, si le fallaba, yo... no me lo perdonaría nunca.

De Santis... tan leales...

Saqué las fotos de las ecografías, tres fotos muy claras antes de limpiarla y cubrirla para que todos pudieran darse la vuelta y observar los dos bultitos entre tanto negro, entregándole una foto a cada padre y una a mi esposo también o iba a darle un infarto por los nervios, Eris me abrazó desde atrás riendo emocionada mientras Ares se asomaba para mirar la foto junto a Ardan, abrazando al rubio y al castaño, mis hijos parecen mucho más relajados y felices desde que viven aquí, este rubio los ayudó a todos, no sólo a Aradia.

— Seguimos siendo abuelos, amor, siguen ahí, dos bebés, siguen ahí...

Dijo Caesar antes de abrazarme con fuerza, besando mi coronilla.

— No seas marica, no llores — frotándole la espalda— Llegamos a tiempo, Aradia está... un poco golpeada, pero sus bebés siguen ahí, no la... tocaron, ese era uno de mis mayores temores, yo lo pasé fatal, no quería que mi hija cruzara por eso... estaba tan asustada cuando vi como esos cerdos la tenían... quise ir por ella, pero Ardan fue rápido, quise ir, pero yo sabía que lo que ella necesitaba era a su pareja — llorando— Yo... no quiero que nuestra hija deje de necesitarnos, me aterra que se aleje porque ya no me necesita, yo la adoro, adoro a nuestros hijos.

— Pastelito... ella siempre nos va a necesitar, nuestros hijos siempre estarán presentes en nuestra vida — mirando ambos como Ares y Eris abrazan a los esposos de mi hija, felices, viendo las imágenes, Travis estaba con ellos, Rhett lo cargaba, Boris luchaba por subir a la cama— Hay que comprender que están creciendo y que nuestro estilo de vida exige que ellos sean independientes para que puedan defenderse si algo sucede, ellos son chicos increíbles, hemos hecho un gran trabajo y sé que lo haremos también con este nuevo bebé — apoyando su mano en mi panza— No te pongas triste, mejor ayudémosla a conseguir la boda de sus sueños, que sea pronto, como ella quiere, como ellos quieren — se corrigió— Para que puedan darle la noticia a las casas, sabiendo del embarazo de su Boss, Aradia estará mucho más protegida.

— Hagamos eso entonces, en cuanto despierte nos pondremos manos a la obra ¿Podemos quedarnos aquí esta noche?

— Claro que sí, habla con Rhett y Ardan primero, esta no es nuestra casa, se supone que por cortesía deberías preguntar.

— Preguntaré — jalándolo del cuello de la camiseta para acercarlo y robarle un beso—Preguntaré enseguida ¡Pijamada!

Me alejé de él y fui hacia los chicos dándoles un fuerte abrazo, sintiendo sus palmaditas en mi espalda, dos chicos muy agradables, mi hija es afortunada.

— ¿Puedo quedarme aquí esta noche? Porfis...

Supliqué haciéndoles ojitos y pucheros.

— Claro que sí, Natasha — dijo Ardan— Usted es bienvenida a quedarse cuando quiera.

— Nuestra casa es la suya también ¿Cierto, chiquillo?

Dijo Rhett, preguntándole a Travis.

— Así es, abuela, la casa es grande y hay espacio para todos.

Adoro a este niño.

— Ardan... sé que quizá quieras estar con mi hija ahora, pero luego de tanta tención... —me crujió la tripa— Tengo un poquito de hambre.

Apoyando la mano en mi panza plana.

— Oh, claro, lo siento señora Natasha, con todo esto olvidé que todos tenemos que comer, hablaré con las mucamas, comeremos dentro de poco, pero hay un refrigerador lleno de dulces en la cocina, si gusta puede acompañarme, los antojos de Aradia son parecidos a los suyos.

— Entonces guíame porque podría comerme ese refrigerador completo antes de que esté lista la comida.

Tomándolo por el brazo, arrastrándolo fuera del cuarto, escuchando a Caesar decir que no comiera tantos dulces.

¿Cuándo lo he escuchado yo cuando de comida se trata? Es tan tonto mi marido...

***

ARADIA.

Abrí los ojos sintiendo unas nauseas terribles, todo me daba vueltas, sin importarme las protestas de mi cuerpo, me levanté de la cama con rapidez, terminando en el piso, no tenía fuerza en las piernas, como consecuencia, ensucié el piso y abrí un par de heridas por las contracciones involuntarias de mi cuerpo, fueron las mucamas las que llegaron primero, Lisa me ayudó a ponerme de pie junto a otra de ellas, definitivamente debo aprenderme los nombres, fueron ellas quieren me quitaron la ropa sucia y me ayudaron a tomar un baño, curando mis heridas y vistiéndome otra vez, regresando a un cuarto completamente limpio.

— Lisa ¿Sabes algo de mi abuela? — mirando el cielo oscuro en el exterior— ¿Sabes si... mi bebé está bien? Necesito saber que está bien, que mis esfuerzos no fueron en vano.

Cubriéndome la boca, la bilis quemando mi garganta.

— Necesito... el baño... necesito...

Me ayudó a llegar con rapidez al váter, sujetó mi cabello y acarició mi espalda mientras devuelvo sólo bilis, no he comido nada hoy, tengo nauseas, pero ya no hay nada que devolver, estoy tan nerviosa que... que no puedo contener las arcadas.

Lisa dio un par de instrucciones, pocos minutos después Ardan y Rhett estaban arrodillados a mi lado, Ardan me limpió la boca, Rhett bajó la tapa del váter y tiró la cadena, yendo por el cepillo de dientes, ayudándome a lavarlos, siento los brazos tan pesados que no creo poder hacerlo por mi cuenta, escupí la pasta y luego miré a ambos, nuestras familias murmurando fuera, podía oírlos, podía oír a los padres de Ardan también.

— El bebé... — me las arreglé para decir— ¿Cómo...? — tragué saliva, estaba muy nerviosa— Díganme que está bien... díganme que sobrevivió, por favor...

Rhett tomó algo del bolsillo trasero de su pantalón, extendiéndolo hacia mí, sonriendo amplio.

— Están bien, están muy bien — ¿Están? — Son dos — respondiendo mi duda— Vamos a tener gemelos.

El mundo dio un vuelco a mi alrededor otra vez, pero en esta ocasión por razones totalmente diferentes.

— ¿Dos? ¿Seguro son dos? ¿Seguro están bien?

Viendo los bultitos en la ecografía marcados como uno y dos, uno junto al otro en el mismo saco.

— De maravilla, Bombón, lo hiciste estupendo protegiendo a los bebés — secando mis lágrimas— Lo lograste, los pusiste a salvo.

Mi labio tembló.

— Yo... hice todo lo posible por soportar, pero ellos... ellos eran tantos, si me resistía iban a golpearme más, tenía las manos atadas, querían golpearme el estómago, María... ella sabe de mi embarazo, sabía — me corregí— Yo... no me importaba que pasara conmigo, pero quería conservar al bebé... los bebés... quería... cuidarlos...

Ambos se acercaron a mí para abrazarme con fuerza, frotando mi espalda.

— ¿Puedes decirme la verdad? ¿Ellos acaso te... te tocaron? No me mientas para protegerme Aradia, se supone que yo debo cuidarte, necesito saber si fallé.

Dijo Ardan con voz temblorosa.

— No, no lo hicieron, te lo dije, él... corrió mi ropa interior, iba a meterla, pero... lo mataste antes de que lo hiciera, llegaste a tiempo, te lo juro por mis hijos que llegaste a tiempo.

El alivio atravesó su cuerpo tenso que se relajó al escuchar mis palabras, la culpa debió haberlo carcomido todas estas horas que estuve dormida.

— Gracias al diablo... joder nena... gracias al diablo...

Abrazándome con fuerza.

— Necesito un puto teléfono con esa aplicación tuya para rastrear lo que tenemos puesto en la nuca — dijo Rhett— Nunca más te irás sin vigilancia Aradia, nunca más, menos estando embarazada, tiendes a ser suicida, necesito que estés bien, te necesito viva o me moriré de la pena.

Asentí porque mover la cabeza es lo único que podía hacer, mi cuerpo se siente muy pesado, no valgo nada ahora.

— Lo prometo, pero... ahora que sé que mis pequeños pecesitos están vivos... tengo hambre, chicos.

La risa ronca de ambos hizo vibrar mi pecho, el sonido de sus risas siempre será mi favorito.

— Preparé rollitos de canela para ti — dijo Rhett— Calentaré leche para ti, iré a buscarlos. Por cierto, con mi ayuda ya que yo lo sé todo de ti, Natasha sacó los cálculos, tienes ocho semanas de embarazo, felicidades mamá.

Toqué mi panza.

— Ocho semanas... —inclinándome hacia atrás para poder mirarlos— Chicos, no quiero saber de quienes son, no me interesa, serán de los tres, tu hijo o hija Rhett también será de los tres, sin distinción, sin preferencias, quiero criarlos a todos como la familia que somos.

— Y así será — dijo Rhett, besando mi frente— Me llamaron hoy temprano, la implantación fue un éxito, dentro de algunos meses habrá otro Coppola por aquí, y dos hermosas Marchetti.

— Y llegaron los papeles de divorcio — dijo Ardan— Hay que firmar, Rhett los legalizará y ya está, nos casamos nuevamente en Brasil, estuve hablando con tus padres y quieren una boda tradicional italiana como su princesa lo merece, con dote, lecho nupcial, serenata, y un montón de etcéteras, tradicional tradicional, Natasha también lo prefiere ya que su primera boda fue un secreto hasta el día de la ceremonia, quiere que tú lo tengas todo y nosotros accedimos porque no es difícil complacerlos en ese sentido, nosotros también queremos que lo tengas todo.

— Entonces hagámoslo de esa manera, firmemos, comamos y planeemos desde mañana, quiero ser la mujer de ambos pronto.

Sintiendo al rubio cargarme en sus brazos, besando mis labios.

— Ya eres mi mujer, antes, ahora y siempre.

Dijo Rhett.

Y es cierto, siempre fui suya.

— Siempre suya chicos, y ustedes siempre míos.

— Siempre.

Coincidieron ellos, dejando los tres el baño encontrándonos con el montón de personas en mi cuarto, Lorenzo y Corina se acercaron viéndome con horror, debo ser un desastre, una acuarela de colores, parches y suturas.

Soy Frankenstein, joder.

— Aradia, felicidades, muchas felicidades — dijo Corina— Dos bebés... nos harás abuelo de dos bebés, esto es... nunca estuve tan feliz en mi vida, por favor, deja que seamos participes en su vida.

— No contaremos nada por el momento, respetaremos tu deseo de mantenerlo por secreto, felicidades Aradia, y... por favor deja que podamos estar en la vida de esas criaturas.

Sonreí amplia, tocando mi panza, el esfuerzo de mover el brazo me hizo temblar, era doloroso y requería de mucho esfuerzo.

— Lorenzo, Carina, son los abuelos, mis suegros ¿Por qué no estarían en la vida de sus nietos? Claro que quiero que sean parte de nuestra vida, somos familia desde el día en el que me comprometí con su hijo, nunca me cansaré de agradecerles el que me entregaran a un hombre como Ardan, lo amo como el primer día, lo amo mucho más cada día.

— El placer es nuestro Boss, por ser familia suya, agradecidos de que usted aceptara el desastre que fue nuestro hijo y lo ayudara a cambiar y mirar la vida dentro de la organización con otros ojos.

Abrí los ojos con sorpresa, mirando a mi suegro.

— Ardan nos contó cuando fue que te conoció, amor a primera vista — dijo Corina, tomando mi mano— Hija... tú me devolviste a mi hijo, vivo y con ganas de mantenerse así, respirando, lo hiciste amar su apellido y valorarlo sobre todas las cosas, hiciste que las leyes para un De Santis tuvieran sentido para él, nunca podré agradecer como es debido todo lo que hiciste por mi familia.

Hablé largo y tendido con mis suegros, luego vinieron mis padres a mimarme un poco mientras Ardan me recostaba en la cama y me cubría con las mantas, todo mientras Rhett iba por algo de comer, luego vino Aless y Santino, este último llorándome encima, feliz por la noticia de ser abuelo de gemelos o gemelas, está encantadísimo, pero luego Aless se puso a llorar y dijo que era una deshonra para los De Santis porque hizo un juramento y no me protegió, tuve que dejar de comer para sobarle la espalda, todo un dramático el rubio.

Papá me avisó que Sabina estará aquí mañana temprano, Vincenzo se la llevó a su casa, si vienen directo aquí será en la madrugada y quiere que descanse bien antes de que la rubia se me tire encima. Me apena haberle arruinado la luna de miel... no debieron haberla llamado.

Mamá me ordenó reposo absoluto, en mi condición, mi embarazo es de alto riesgo, ya podré hacer todas mis tonterías cuando físicamente esté mejor, pero por ahora, sólo la cama, de la cama al despacho, del despacho al sofá, del sofá a la cama y así, nada de trabajos por ahora, nada de ejercicio, nada de sexo, lo dejó muy en claro, que las posiciones que involucren más de un pene en ciertos agujeros míos podría ser peligroso para que no lo intentara, diciendo todo esto mientras Ares y Eris gritaban LALALALALA cubriéndole los oídos a Travis para que no escuchara, tapándole los ojos también en caso de que supiera leer los labios, no queremos traumados... bueno, más traumados, porque mi papá todavía estaba analizando esa información.

Sí papá, tengo sexo, sorpresa, y sí, hago tríos con mis esposos, doble sorpresa.

Casi a la una de la mañana todos se dispersaron y fueron a la cama, mis suegros se quedarán acá esta noche para poder conversar mañana todos sobre los detalles de la boda, Rhett no me dejó dormir con Boris porque dijo que sus pelos pueden infectar mis heridas, por lo que mi oso durmió calentándole la espalda al castaño, yo en medio ya que ninguno tenía planeado soltarme y Ardan en la orilla.

Sorprendentemente no me costó dormirme a pesar de que dormí todo el día, sigo cansada, espero mañana al menos poder caminar por mi cuenta sin terminar en el piso, no es muy mío mantenerme quieta por demasiado tiempo.

***

Me despertó el costado frío en la cama espaciosa, Ardan no estaba aquí, la luz del baño estaba apagada y no se escuchaba ni un alma en el cuarto ¿Dónde está él? ¿Habrá pasado algo y no quiso decirme?

Miré el reloj en la mesa de noche, seis de la mañana ¿Dónde estará?

Dejé la cama a duras penas sintiendo mis piernas fallarme un par de veces mientras me ponía las pantuflas y una bata, las noches siguen frías. Sujetándome de la pared, caminé lentamente por el pasillo, tardando demasiado en llegar a las escaleras, alarmándome al sentir una ráfaga de disparos en el exterior ¿Qué mierda?

Maldije a mis adentros por cada acción que provocaba una oleada de dolor intensa que me recorre por completo, pero no me detuve, bajé las escaleras, crucé el lobby y salí por la puerta principal pensando en que encontraría un desastre de cuerpos y sangre, pero me equivoqué, no había nada, y la ráfaga de disparos de antes emitieron el mismo sonido luego de cada disparo, una sola arma.

Ardan.

Sujeta por el borde de la casa, caminé lentamente por el frío césped que me moja las pantuflas hasta el área de tiro en este enorme lugar, como pensé, mi esposo estaba ahí, disparando a ojos cerrados al mismo blanco una y otra vez, disparando en el mismo lugar tantas veces que logró perforar el material, cargaba y vuelve a disparar, carga y vuelve a disparar, lleva puesto su pantalón de pijama, va descalzo y no está usando camiseta, respira demasiado rápido a mi parecer, no parece estar tranquilo.

Me quedé a una distancia prudente viendo sus próximos movimientos, los cuchillos que le di hace tantos años estaban sobre la mesa frente a él, los lanzó con precisión y fuerza a la cabeza del blanco, luego apuntó al cuello en repetidas ocasiones, cortándole la cabeza, luego tomó la pistola, cargó y disparó otra vez, esta vez apuntando al pecho, disparando una y otra vez hasta atravesar el material, su precisión me pone los pelos de punta en ocasiones.

Caminé hacia él dispuesta a hablar, no parece estar bien y me está preocupando, toqué su hombro y en vez de encontrarme con su mirada dulce y sus sonrisas picaras, porque él siempre sabe cuando llego donde él, dice que hago mucho ruido al caminar, pero en vez de eso, sentí el frío cañón presionándome la frente, su cuerpo tenso, quijada apretada, ojos oscurecidos, las aletas de la nariz subiendo y bajando con cada respiración.

***

ARDAN.

Antes de poder reaccionar y retirar el arma que insolentemente me atreví a apretar contra su frente, Aradia empujó el cañón con toda tranquilidad hacia un lado sin quitarme la vista de encima, imperturbable a pesar de que estuve a punto de matarla por error, tenía el dedo puesto sobre el gatillo, la bala lista para salir, estuve a medio segundo de acabar con ella por estar demasiado sumergido en mis pensamientos, maldita sea... soy un puto peligro para ella.

— Yo... yo lo estaba haciendo porque creí que estabas dormida — mirándola con temor— No me gusta que me veas así y confirmes por qué nos temen y nos odian tanto, no quería que me vieras como la abominación que soy, un puto De Santis que solo sirve para matar, yo... yo estuve a punto de...

Solté el arma sobre la mesa como si quemara, sintiéndome tan sucio justo ahora ¿Cómo pude apuntarle?

— Muéstrame ese truco tuyo que sólo sabe hacer un De Santis — sonrió coqueta— Me gusta ver cómo disparas o tiras sin ver, pero me has dado el placer de verte entrenar tan pocas veces que puedo contarlas con los dedos de una mano... es una lástima.

Chasqueando la lengua.

Miré sus ojos, un poco contrariado por lo que salió de su boca, yo esperaba otra cosa, esperaba odio, miedo, asco, pero en sus ojos vi... excitación, la loca estaba excitada.

— Me viste matar hoy, me viste... matarlas con mis manos, sin armas, no quería darles un final simple, me viste pisarles el rostro hasta hacerlas puré, me viste arrancarle los ojos, me... me viste perder el control frente a ti, yo sólo quería matarlas, y yo te toqué salpicado de esa sangre sucia, me atreví a tocarte estando así de sucio, apenas una persona en ese momento, la muerte era mi único pensamiento, desmembrar, cortar, aplastar, romper... No entiendo como puedes amar a un monstruo así, casi te mato, iba a apretar el gatillo, estuve a medio segundo de acabar contigo.

Ni aun así cambió su expresión, se mantuvo serena y relajada, tensa únicamente para mantener su postura, le tiemblan las piernas, sus pantuflas están empapadas, debe estar costándole horrores mantenerse de pie... pero aquí está.

— Pregúntale a mi papá qué fue lo que dije cuando te vi matar a María para que confirmes lo que diré, dije que te encontraba muy sexy, estoy poniendo en duda mi salud mental porque en ese momento me pareciste un 200% más atractivo, estaba pensando en qué tan higiénico sería que me follaras en ese charco de sangre, bueno, hasta ahí llegaron mis pensamientos porque luego todo se puso borroso, pero Ardan — dando un paso hacia mí— Yo no soy una mujer cualquiera, no soy una delicada chica que criaron para ser ama de casa y parir hijos, yo nací y crecí viendo muerte y sangre, y no tienes idea cómo me pones cuando te veo en acción, el juego de roles con pistolas bien podría ser una fantasía que me gustaría que cumplieras conmigo, cuando le metiste la pistola en la boca a esa mucama se me pasaron tantas cosas por la cabeza que... pensé que quizá soy una enferma porque me excito por tonterías así. Y lo de ahora fue culpa mía, debí anunciarme, estabas muy sumergido en lo tuyo y con un arma en la mano, a cualquiera le pasa.

Sin duda mi mujer es una psiquiátrica de mierda y necesita con urgencia una camisa de fuerza.

— Sigo sin entender por qué me amas...

Es que no entiendo, no entiendo porque todos nos odian, pero ella... ella...

— Pues eres un idiota papi — tocando la punta de mi nariz con su índice— Eres mi mundo, tan fácil como eso, sin ti yo ya estaría muerta, me hubiera suicidado hace mucho — sonriendo— ¿Feliz? Es tan simple como eso — suspiró— Ese día que nos conocimos cuando yo tenía quince, iba a intentar suicidarme otra vez, me robé esa colección de cuchillos de oro cuando yo no tenía permitido usarlos por... bueno, ya sabes por qué, iba a usarlos para terminar lo que había comenzado, pero te vi y... y antes de arrepentirme tomé la alforja y te los di, ese día salvaste mi vida... dos veces.

Se me escapó una lágrima.

— ¿Te arrepentiste?

— La forma en la que me miraste en el auto luego de hablar sobre la lealtad de los De Santis... me miraste como si fuera lo más preciado de tu vida, la nostalgia desgarradora que transmitían tus ojos, las suplicas silenciosas y subliminales en tus facciones, el honor, el respeto... Tú, un desconocido participe de las cuatro casas, cuatro casas que en silencio intentaron acabar conmigo cada puto día de mi vida, me miraste así y... algo se removió en mi pecho, fue la primera vez que sentí algo por alguien que no fuera Rhett y me asustó el sentimiento, no lo entendía, pero ahora sí, la gente común le dice amor a primera vista, yo te lo dije papi, a mi me gustan mayores, siempre fuiste tú.

La sujeté antes de que tocara el piso, sus piernas terminaron por fallarle luego del esfuerzo que hizo de llegar hasta aquí, pero esta vez no sentí culpa por tocarla, ella no sentía repulsión de mí, no le asquea el hecho de que mis manos estén manchadas, mucho más que las suyas, con métodos inimaginables para ella, como sólo un De Santis sabe hacer.

Logré susurrarle un lo siento y un te amo antes de que se durmiera, ella realmente debe seguir agotada, nunca le falló tanto el cuerpo como hoy.

Entre mis brazos la llevé de regreso a nuestro cuarto, cambié sus calcetines húmedos y la arropé bien antes de ir a tomar una ducha y vestirme decente, hoy es el rito del valor de los De Santis, llegamos justo a tiempo para que Travis participe, le pregunté ayer y estaba emocionado, dejó su ropa lista para...

Voltee al sentir que alguien me estaba mirando, una cosita pequeña enfundado en pantalones de cargo negro a su medida, gruesos, calzado de servicio, camiseta y chaqueta térmica, una mochila de supervivencia que él y yo preparamos ayer especialmente para hoy.

— Justo iba a despertarte ¿Estás listo para el rito del valor? Será tu primera medalla, soldado.

— Listo y dispuesto ¡Señor tío!

Dedicándome un saludo militar que se me hizo muy divertido, el chiquillo despierta actitudes en mí que no conocía, me da esperanzas, me hace pensar que quizá sí pueda ser un hombre digno de Aradia, que seré un buen padre, que no lastimaré a Rhett en el futuro, me hace pensar que quizá yo puedo ser alguien bueno.

— Dile mamá a Aradia cuando regreses, de seguro le encanta — le guiñé un ojo— Rhett y yo seremos tus padres, te criamos como nuestro hijo, pues nos llamarás como es debido, chiquillo.

Se le aguaron los ojos, pero no lloró.

— Es un honor para mí poder llamarlo papá, es la primera vez que tengo un padre que me quiere vivo, el otro papá que tenía me intentó matar muchas veces, a golpes, ahogándome, quemándome o con electricidad, c-con esos hombres c-con sus manos en... en...

Me acuclillé frente a él apoyando mi mano en su cabeza.

— Nadie volverá a ponerte una mano encima porque ahora nos tienes a nosotros, una familia que te quiere y te cuida, siempre. Ahora necesito que sobrevivas al rito del valor porque Aradia me cortará las bolas si algo te pasa ¿De acuerdo? No le contamos ayer, se nos olvidó.

Sonriendo culpable viendo al niño poner la misma expresión.

— Si no llego vivo, va a ir por mí, me revive y me mata — dijo— ¿Dónde será? ¿Qué debo hacer?

— Todos los niños De Santis de tu edad son llevados a las montañas, diferentes puntos, misma meta, tienes que sobrevivir dos noches, vas a tener que caminar bastante, habrá depredadores, no sueltes tus cuchillos y las armas de fuego no te las recomiendo de noche, el ruido alertará a los animales más grandes, el fuego es primordial, tu mejor aliado para el frío, pero tu enemigo para los predadores, sé precavido, un árbol alto es un buen lugar para pasar la noche ¿Llevas la manta térmica? — asintió— Ok, abajo tengo el plano del lugar, te mostraré dónde te dejaré y dónde te recogeré en tres días, a medio día estaré en ese punto porque sé que vas a lograrlo.

— Voy a regresar a salvo porque tengo una familia con la que volver, tengo a la tía mamá Aradia que me matará si me pasa algo y el tío papá Rhett dijo que es aterradora cuando se enoja y no quiero que se enoje conmigo, además, yo prometí al abuelo Caesar que cuidaría de la tía mamá, debo estar bien para poder cuidarla, no le daré problemas, ella está delicada, así que muéstreme los planos tío papá Ardan, quiero evaluar bien los espacios antes de partir.

— Ese es mi chiquillo —dije con orgullo, cargándolo— Te lo contaré todo y luego, en tres días más, vamos a celebrar tu primera medalla.

Dejando el cuarto en completo silencio, caminando hacia mi despacho dónde le mostraría el plano, señalando los puntos dónde podría conseguir comida y agua ya que parte de la travesía es ver si puede sobrevivir por su cuenta, marcamos puntos estratégicos dónde sería buena idea pasar la noche y guardó el mapa en su mochila, saliendo ambos de casa en mi jeep, contándole mi propio rito del valor, mostrándome la enorme cicatriz que me gané por no haber sido cuidadoso, por odiar lo que era en ese entonces, pero por fortuna Travis amaba todo este mundo, amaba su nuevo apellido, y nos tiene a nosotros para respaldarlo siempre.

Ahora sólo debo decirle a Aradia y Rhett que Travis si es un De Santis no es por haber puesto a mi padre en su acta de nacimiento, puse mi nombre ahí, pero esa será historia para otro día, ya les contaré que Travis legalmente es mi hijo.

 

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BUENAS BUENAS MIS NENAAAAS

TUVIERON MIEDO ¿CIERTO? JAJAJAJAJA

AL FINAL, YURA NUNCA SUPO COMO SE HACIA LA ECO, ELLA TENÍA LA MAQUINA NOMAS 

PERO NATASHA SALVÓ LA VELADA, NO SE RINDIÓ 

LE GRITÓ UN POQUITO A CAESAR EN EL PROCESO, PERO LO CONSIGUIÓ

SON GEMEEEELOOOOOOOS

YO CREO QUE EL SHOCK DE QUE ESTUVIERAN AHÍ, VIVOS HIZO QUE TODOS SINTIERAN UN GRAN ALIVIO

CAESAR SE LAS LLORÓ TODAS, EL HOMBRE VUELVE A SER NUESTRO HOMBRE DE FAMILIA

ARADIA ESTABA TAN NERVIOSA CUANDO DESPERTÓ, POBRECITA:C

Y SUS SUEGROS? 10 DE 10 TODOS SUS SUEGROS, ALESS SE LAS LLORÓ UN POQUITO, PERO SOBREVIVIÓ

LUEGO TENEMOS A ARDAN SIN PODER DORMIR, ÉL SÓLO QUIERE MATAR MATAR Y SEGUIR MATANDO, CASI MATÓ A ARADIA EN EL PROCESO

PERO ELLA LO TRANQUILIZÓ, LE REVELÓ OTRO PEDACITO DE SU PASADO, UNO EN EL QUE ÉL ESTABA INVOLUCRADO 

PARA ARADIA SIEMPRE FUE ÉL TAMBIÉN, SIEMPRE FUERON AMBOS

Y POR ULTIMO, PERO NO MENOS IMPORTANTE, EL RITO DEL VALOR DE LOS DE SANTIS EN EL QUE TRAVIS PARTICIPARÁ

AMBOS, TRAVIS Y ARDAN SABEN QUE ARADIA LOS VA A MATAR SI NO SALE BIEN, YA QUIERO ESCUCHAR COMO ARDAN LE CUENTA A ARADIA POR QUÉ EL PEQUEÑO NO ESTÁ EN LA CASA

Y NUESTRAS SOSPECHAS ERAN CIERTAS, TRAVIS ES LEGALMENTE HIJO DE ARDAN, SÓLO ÉL Y YURA LO SABEN, VAN A TENER QUE CONTARLES AL RESTO ALGÚN DÍA

NOS LEEMOS EL SIGUIENTE CAPITULO BESTIES

BESITOS EN LA COLA

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