Capítulo 51
ARDAN.
Mi mujer se acomodó el cabello y sujetó el móvil a la distancia suficiente para ver a la protagonista de mis pesadillas lloriquear mientras la sangre del cuello le impide ver con uno de sus ojos, está de cabeza, la sangre haciendo de las suyas, el rostro increíblemente rojo, parecía asustada, ni comparada a la cara que me mostró cuando me hizo... eso.
En parte es por causa de Antonella que temía que Aradia me mandara con Malia cuando aún estábamos peleados, Malia no entiende negativas y realmente temía que se metiera a mi cama e hiciera de las suyas, no lo decía como chiste, realmente temí que eso sucediera.
— ¿Tienes alguna idea de por qué te mandé a llamar asegurándome de tenerte muy, muy cómoda?
preguntó mi mujer con seguridad, sonriendo de esa manera que hace que se me ponga dura.
— No lo sé, realmente no lo sé, Boss... no he hecho nada malo, realmente no he hecho nada malo — lloriqueó— Perdóneme la vida por favor, estoy embarazada, tengo cuatro meses... por favor...
Aradia bostezó.
— ¿Me ves con cara de que eso me interesa? Mejor para él, ese pobre chiquillo no tendrá una zorra por madre ¿Te suena el nombre de mi esposo por casualidad? ¿Ardan De Santis? — palideció— Creo que sí.
— Boss... no sé a qué se refiere, yo no tengo contacto con esa familia de locos, son unos enfermos, me sorprende que siga usted viva casándose con ese monstruo.
— Romeo, asegúrate de acomodarle las ideas, está algo confundida —dijo con los dientes apretados— Asegúrate de darle en el estómago también, quiero que sufra.
— Por supuesto, Boss.
Alguien más sujetó el móvil mientras Romeo y otro sujeto cumplen con la petición de mi esposa, quien disfruta de la paliza, sonriendo maliciosa, con ese brillo especial que me la tiene como piedra ¿Cómo no voy a estar enamorado si me cuida de esta manera?
— Sumaste una razón más para morir hoy, perra. De los De Santis no vas a hablar maldita sea, de las cuatro casas son mis perros más leales, menos vas a llenarte la boca hablando mierda de mi marido — Joder... quiero casarme de nuevo con ella ahora mismo— Sé lo que le hiciste cuando era un chiquillo, comienza a suplicar si quieres que te de una muerte limpia, porque de hoy no pasas.
El Zar nos miraba entre la confusión y el horror, susurrándole a su esposa que le tiene miedo a su hija.
Yo que él comenzaría a cuidar lo que sale de su boca si no quiere que Aradia le rompa alguna extremidad, ella es muy capaz.
Mi señor suegro ya vio de lo que ella es capaz para cuidarnos a Rhett y a mí, que se controle desde ahora.
— Boss... Boss... yo no sabía lo que hacía, eso fue hace años ¿Por qué desempolvar esos recuerdos inútiles? De nada sirve, usted era apenas una cría, ni siquiera debió estar en esa fiesta, no debería entrometerse en...
Romeo la silenció de un golpe.
— Más respeto, perra, estás hablando con el Boss, no con cualquiera.
Sujetándola del cabello para que lo mirara.
— Tu aumento será muy generoso, Romeo — ronroneó mi mujer— Y en cuanto a ti, perra, no importa si fue hace años, si fue ayer, si fue hace dos meses, no me interesa, lo hiciste, tocaste lo que es mío y eso no te lo voy a perdonar, nadie toca lo que es mío, zorra asquerosa. Córtenle las manos.
— ¡No! ¡No por favor! Boss, al menos deme unos meses para que nazca este bebé, es un hombre, mi marido...
— Maten a ese bastardo también, dispárenle a su marido, rómpanle los brazos al padre de esta perra, si alguien más se entromete, castigo nivel rojo, quedará como lección para todo aquel que quiera volver a hablar mal de un De Santis ¿Fui clara, Romeo?
— Lo fue, Boss, le enviaré el registro de que sus ordenes fueron cumplidas, apenas termine esto me encargaré de lo otro.
Aradia asintió, deleitándose al ver como sus manos caen acompañadas de un ruido sordo, Antonella gritaba de dolor, gritaba disculpas, pedía piedad para su marido, para su padre, pero mi mujer ni siquiera pestañeó, no le interesaba lo que le pasara a ella ni a nadie que la defienda.
— Estoy increíblemente duro en estos momentos... eres tan sexy cuando hablas con autoridad sobre órdenes y torturas...
Susurrándole al oído, viendo esa sonrisa coqueta formarse en su rostro, estirando su mano hacia atrás para acariciar mi cabello.
— ¿Quieres decirle algo antes de que acabe con su patética existencia, guapo?
Preguntó.
— Bueno, Antonella — Aradia movió el móvil para que ambos fuéramos enfocados— Te dije que tarde o temprano te lo haría pagar, yo no lastimo mujeres, no iba a tocarte, no soy una mierda como tú, pero a mi esposa le encanta ensuciarse las manos, odia ver que alguien toque lo que es suyo, odia más que lo lastimen. Mala suerte para ti, el karma llegó, tarde, pero llegó y no sabes cuanto estoy disfrutando ver cómo te desmiembran.
— Desmembrar, eso me gusta — Dijo Aradia— Córtenle un poco más arriba, será más fácil hacerla desaparecer si está hecha pedacitos.
La chica de cabeza me miró suplicante, la sangre y las lágrimas ensuciando su rostro.
— Ardan... Ardan por favor... lo siento, lo lamento... por favor perdóname la vida, dile que pare, dile que ya no me haga daño... me duele...
Carcajee ronco, negando.
— Soy solo un perro fiel del Boss ¿Por qué me entrometería en sus decisiones? Ella es la que da las ordenes, yo no tengo arte ni parte en sus cosas, sólo soy de su propiedad, solo soy suyo.
Natasha se abanicó, pinchando el costado de su marido con la brocheta recriminándole por qué él no era así.
— Ardan por favor... por favor... estoy arrepentida, pídele que me perdone la vida, pídeselo...
Besé la mejilla de mi mujer.
— Yo creo que deberían cortarle la lengua — sugerí— ¿Qué crees, amor?
— Romeo, ya escuchaste a mi marido.
— Por supuesto, Boss, lo haré suceder.
La abracé un poco más fuerte de la cintura, me saqué la lotería con esta mujer, ni todas las palizas del mundo, ni el desprecio de su padre podrá hacer que cambie de opinión.
Antonella perdió la lengua, y para el disfrute de mi esposa, le cortaron los brazos un poco más, un poco más, un poco más hasta llegar a los hombros, estaba apenas consciente cuando los chicos recibieron ordenes de dejar que terminara de morir ahí, que la hicieran desaparecer más tarde.
Ahora irán a la casa Caruso a cumplir con la otra tanda de castigos, los reportes llegarán a la brevedad.
Aradia ofreció un generoso dinero a los chicos y cortó la llamada, suspirando feliz.
— Fuiste vengado, amor — sujetando mi rostro para besarme— Te juro que de haberlo sabido antes, mucho antes la hubiese matado.
— Esto es más de lo que merezco, gracias Bombón... no tienes idea de lo que significa para mí.
— Me encantaría poder matar a la protagonista de mis pesadillas también ¡Ah!
Se quejó cuando Rhett la golpeó en la parte trasera de su cabeza.
— No digas tonterías, idiota, creí que habíamos superado esa etapa.
— ¿Quién es la protagonista?
Pregunté.
— Ella es la protagonista — dijo el castaño— Es una tonta.
— No me digas tonta, era solo una forma de decir — sujetándole el rostro para besarlo— No te enojes ¿Sí?
— Si me das otro beso puede que se me pase...
Aprovechador...
De todas maneras, Aradia le dio otro beso esta vez un poco más largo, besándome a mí después para que no me pusiera celoso, entonces se puso de pie.
— Estaré con Travis, si recibo alguna llamada importante me avisan, si pueden solucionarlo ustedes, mejor.
Dio media vuelta y comenzó a caminar con calma hacia el mar, dándome una vista perfecta de esas nalgas que se contraen y se relajan a medida que camina, nalgas generosas... deliciosas...
— Joder... Gracias al diablo — persignándome— Que me permita seguir comiéndome ese culo.
Rhett me miró.
— Tienes problemas, serios problemas con su culo.
Negando.
— ¿Y qué tiene? Es mío. El tuyo también es mío, no te pongas celoso bebé.
Guiñándole un ojo.
— Primero recupérate y después cóbrate.
Dijo con la vista fija en la pelinegra que jugaba con el pequeño en la orilla, Santino venia hacia acá otra vez.
— ¿Qué quieres decir con eso?
Abrazándolo por los hombros, acercándolo a mí.
— Libre interpretación — quitando mi brazo— Lo dejo a tu imaginación, puede que sea justo lo que estás pensando, puede que no.
Para mí eso es un "Te entrego mi culo" en todo su esplendor.
Antes de poder preguntarle, me silenció con un beso y se levantó, siguiendo a Aradia hasta el agua, subiéndose a Travis al hombro, caminando un poco más allá para nadar los tres juntos.
— No hablaré de lo que acabo de escuchar porque mi hijo acaba de admitir públicamente que va a entregarte el culo — dijo Aless— De lo que sí voy a hablar es de la forma en la que Aradia te defendió, no sé qué te pasó, pero definitivamente no la dejes ir, nunca nadie defendió a un De Santis con esa convicción, yo no lloro, pero pudieron habérseme caído un par de lagrimas cuando nos defendió así, Aradia es una Boss increíble.
Sonreí como él, mostrando dos hileras de dientes.
— Digo lo mismo, ella es... es todo lo que yo siempre quise en la vida, gracias a ella no me siento solo, me siento querido y acompañado, ella me ama y me protege como si fuera lo más precioso que tiene, sólo un tonto pensaría que yo podría dejarla o lastimarla alguna vez.
¿Escuchó eso suegrito? Fue para usted.
— Me gustas chiquillo, me gustas mucho — dijo Natasha— Mi hija se sacó la lotería contigo — levantándose de dónde estaba, sentándose a mi lado— Quiero pedirte disculpas por las acciones de mi esposo, yo no sabía que intentaría matarte, a mí me dijo que sólo quería conocer mejor al esposo de su hija, Caesar es impulsivo y muy idiota en ocasiones, pero no es mala persona, sólo deja que lo apuñale un par de veces, que lo deje dormir en el balcón otro par de días y te aseguro que se lo va a pensar mejor al ser hostil contigo.
Aradia sin duda sacó lo sádica de su madre, habla sobre apuñalar como si fuese algo de todos los días, yo fácilmente podría ser el apuñalado un día de estos por haberle hablado de algo que moleste a mi mujer antes del desayuno.
— No entiendo a Caesar —le dije— No me agrada, le seré sincero, yo no le he dado motivos para querer matarme, si no fuera por Aradia, lo hubiese conseguido, y si no fuera por mi mujer, yo ya me habría marchado porque no soy alguien muy tolerante que digamos, pero por ella aguantaría todos los desaires del mundo. Con usted la cosa es diferente, mi dama — comprándole una brocheta de fresas esta vez bañadas en chocolate, viéndola aplaudir con emoción antes de recibirla y llenarse la boca con una— Usted es alguien amable y razonable, puedo tener una conversación con usted.
— No puedo culparte por querer marcharte, sé que debe ser complicado que no te acepten, a mi no me aceptaba nadie, por años fue así, mi boda fue una mierda, mi primer embarazo traumático las primeras semanas... todo fue gris, todo horrible, pero por amor soportamos muchas cosas, y yo veo la forma en la que miras a mi hija, la amas, la miras como si fuera lo más preciado de tu vida, y ella se ve tan feliz... — mirando con nostalgia a Aradia— Es la primera vez que veo que la sonrisa le llega a los ojos, ella... ella no era feliz, es algo que todos sabíamos, puso la obligación antes que cualquier otra cosa, funcionaba porque Rhett le decía dónde o qué debía hacer, cuando hacerlo, cuando levantarse, cuando bañarse... Rhett la mantuvo con vida todos estos años, a Caesar y a mí no nos contaba nada, no podíamos llegar a ella... estábamos tan asustados de que las cosas se repitieran... cuando ella intentó... intentó...
Se le saltaron un par de lágrimas, no se molestó en secarlas, en su lugar se inclinó hacia mí, tomó mi brazo y se rodeó los hombros, viéndose pequeña y frágil, alguien que debe ser protegido cuando todos sabemos lo letal que puede llegar a ser.
Caesar está a dos movimientos de venir a partirme la cara otra vez, no le gusta nada que su mujer esté hablando conmigo o que la esté consolando.
— Sé lo que pasó cuando ella era niña, también sé el bien que Rhett le hace, por eso no dudé en aceptar que estuviésemos los tres juntos, ambos le aportamos cosas diferentes a Aradia, ella no será plenamente feliz si tiene a uno y no al otro, cuando Rhett le contó las razones de por qué se alejó y le mintió, ella estaba tan confundida... lloraba tanto... no sabía a quien elegir, no quería herir a ninguno, pero tampoco quería soltarnos.
— ¿Fue tu idea lo de quedarse juntos los tres?
Preguntó ofreciéndome una fresa. No dudé en aceptarla, la dama era conocida por apuñalar a quien tocaba su comida, esta es una oportunidad única, un honor.
— Sí, la vi tan contrariada, vi a Rhett tan roto que... no dudé en proponerles estar juntos, Rhett siempre estaba en medio después de todo, nos despertaba, nos apresuraba para ir a bañarnos, si tardábamos demasiado nos sacaba de la ducha, nos daba la ropa... teníamos una dinámica, siempre éramos tres ¿Por qué no funcionaría si lo profundizábamos? — mascando la fresa— Y afortunadamente funciona increíble, Rhett me gusta, yo le gusto, ambos amamos a Aradia, ella es feliz, todos somos felices, fue la mejor decisión para todos.
Terminando de comerme la fresa.
— Se le nota yernito, se le nota que por fin obtuvo lo que siempre buscó en la vida, apoyo, amor, contención, paz... lo tiene todo — lamiéndose el resto de chocolate de los dedos— ¿Me compras otra de estas, porfis?
Carcajee.
— Definitivamente Aradia sacó mucho de usted — dándole en el gusto, comprándole dos más— Me da gusto poder conocerla mejor, no tuvimos mucho tiempo para hablar luego de la boda.
— ¡Lo olvidaba! Quiero agradecerte también por todo lo que has hecho por mis mellizos locos, Ares te ve como un modelo a seguir, para Eris eres lo máximo, ambos dijeron que han aprendido un montón de ti, de hecho, los mocosos mal agradecidos no quieren regresar a casa conmigo, dijeron que su casa era tu mansión, pequeños bastarditos esos no entienden que ustedes tres tienen otros planes de vida, que serán una molestia.
— Bueno... usted es su madre y tiene la ultima palabra, pero a mí no me molestan en lo más mínimo, ya tenemos una especie de rutina, practicas por las mañanas, luego entrenamos con las nuevas reclutas, ya hay iniciadas, tiene que ver de lo que son capaces, son increíbles, su hija es increíble, a logrado muchas cosas, los mellizos son capitanes... ambos le hacen honor a su apellido, son buenos chicos, y si usted se los permite, yo estaría honrado de tenerlos bajo mi techo, ellos son mi familia también, usted es mi familia, todos ustedes.
Señalando con la cabeza a las personas que nos rodean.
— Ay yernito, ya veo por qué mi hija cayó tan fácil, eres imposible de odiar, mi esposo es un estúpido.
Natasha fue arrancada de mi lado, Caesar se la subió al hombro, los brazos de ella intentando mantener las brochetas rectas, mirándolo mal.
— Oye, estoy hablando con el yerno, me estoy disculpando en lugar de otros.
Tomando otra fresa.
— Pues no me arrepiento, así que no hay de qué disculparse, no me gusta que seas tan cercana con desconocidos.
Soltó Caesar.
— Tengo dos brochetas en las manos y tu culo muy cerca, así que deja de decir tonterías ¿Qué demonios te pasa?
Caesar se la llevó al agua asegurándose de llevarla lo suficientemente profundo para que ella tuviera que sujetarse de la cintura de él con sus piernas para no hundirse, tiene las manos ocupadas, no va a poder nadar, pero feliz no se ve, está más que claro que están discutiendo.
Suspiré agotado, desordenando mi cabello ¿Qué hago? No quiero darle problemas a nadie ¿Debería regresar a casa para que Aradia pueda disfrutar y Natasha no quiera matar a su esposo? Se casará dentro de poco, sólo estoy dando problemas.
— Oye baboso, lo que sea que pienses, es un no absoluto — dijo Sabina dejándose caer a mi lado— Claramente no puedo apuñalar al ex Boss porque es el ex Boss y le tengo respeto, pero puedo mover un par de hilos, hoy es la despedida de soltera y Natasha saldrá con nosotras, deja que me encargue.
Alcé una ceja en su dirección.
— Rubia, no hagas nada, soy perfectamente capaz de solucionar por mi cuenta las cosas.
— No te estoy preguntando, te estoy avisando, eres mi primo, el esposo de mi Boss y no quiero que te lo pases mal, así que te echaré una mano.
— Gracias...
— No es nada, ahora intenta relajarte, son vacaciones, no contamos con muchas de ellas.
Empujándome amistosa con su hombro.
Ella tiene razón, debería relajarme un poco.
Santino fue por tragos para todos, tragos tropicales refrescantes y deliciosos, el alcohol siempre era un buen anestesiante, pensaré las cosas con la cabeza fría en vez de tomar una decisión precipitada.
***
ARADIA.
Rhett, Travis y yo, dejamos el agua y regresamos con todos, Ardan nos esperaba con unas brochetas de frutas para todos, mamá desde que dejó el agua no se le despega por la única razón de que le ha comprado todo lo comestible que se le a ocurrido y papá le controla un poquito el consumo de azúcar, pero como Ardan intenta agradarle al menos a ella, le ha dado en el gusto.
Mamá tiró de Travis para sentarlo a su lado, dándole una de sus brechas, besando su mejilla antes de seguir comiendo, la abuela se le acercó a Ardan susurrándole si podía comprarle unos churros, y claro que el rubio se los compró, aprovechándose de su bondad.
Papá y el abuelo no estaban nada de contentos.
Tomé asiento junto al rubio, entre las piernas de Rhett, recibiendo la toalla del primero que se encargó de cubrirnos los hombros a cada uno antes de comprarme unos churros a mí también.
Creo que lo golosa viene de familia.
— Ardan me contaba que tienes una yegua preciosa — dijo mamá— Y que comen frutas y verduras del huerto y los árboles, me invitó a su casa, dijo que podía ir cuando quisiera porque es tu casa.
Sonreí a mamá.
— Ve a visitarnos las veces que quieras, avísame para tener tus antojos, quiero consentir a mi nuevo hermanito.
Acariciando su panza.
— Con los embarazos me pongo mucho más hambrienta, así que ten en cuanta las cantidades hija — apoyando su mano sobre la mía— Oye, le contaba al rubio — robándome un churro— Que los mellizos no quieren volver a casa, se acostumbraron a vivir contigo, sé que no son tu responsabilidad, pero...
— No es problema mamá, yo también me acostumbré a ellos, y así tú te concentras sólo en este embarazo, pero visítanos con frecuencia ¿Comemos juntos todos los domingos?
— Me gusta ese plan, hagamos eso — robándome otro churro— ¿Te vas a comer ese?
Señalando el único churro que quedaba en la bolsita, no pude evitar reír y entregárselo, sus antojos son cosa seria.
— Más churros.
Dijo Ardan entregándonos dos bolsitas a cada una, otra para Travis, otra para la abuela.
— Me agradas, yernito, me agradas — le dijo mamá— Rhett, buen esposo te sacaste.
— Lo sé, mi dama, soy afortunado, tengo a dos personas increíbles a mi lado.
Ardan le guiñó un ojo sonriente, acercándole un churro a la boca que no dudó en morder, limpió el manjar que se quedó en su labio inferior y se lamió el pulgar después.
— Son sexys ¿No crees? — dije a mamá— Me encanta mirarlos, es que no me canso.
— Hija, eres una genio —susurró— Yo le ofrecí un trio a Santino y Aless cuando era joven y soltera, Santino dijo que me ve como su hermana pequeña y no quiso — chasqueando la lengua— Tú cumpliste mi sueño del trío, y marcaste a ambos, eres la puta mujer más inteligente del mundo.
El resto se unió a la plática, comimos, bebimos y reímos hasta que llegó la hora de comer (Otra vez) y juntos fuimos a buscar un restaurante, eso sí, papá y el abuelo no dijeron nada en todo este tiempo, no sé si esto vaya a funcionar, no le veo futuro a esta relación de suegro y yerno.
***
Embutida en un corto y ajustado vestido, sobre mis tacones, bien maquillada y peinada, con mi bolso pequeño entre las manos, me despedí de mis hombres, besando a cada uno, a mis esposos en los labios, a Travis en la frente y Boris también se llevó uno en su húmeda nariz.
— ¿Seguros que van a quedarse? — mirándolos entristecida— Es la despedida de solteros... podrían ir a divertirse.
— Yo podría quedarme con Boris y los escoltas.
Dijo Travis.
— No te preocupes, chiquillo — dijo Rhett, acomodándole el cabello— No queremos ir de todas maneras.
— Sería muy sínico de mi parte ir a la despedida de soltero de tu padre cuando él no me soporta y yo preferiría no verle la cara, Bombón lo siento... me gustaría llevarme bien con él, pero...
Suspiré, asintiendo.
— Lo sé, sé que... es complicado — dije— Lo entiendo... llámenme si me necesitan, o si alguien me extraña — tocando la punta de la nariz de Travis— Tengo el móvil con carga y con volumen, estaré pendiente.
— Solo diviértete, Sweety, no nos moveremos de aquí, veremos unas películas con este chiquillo y luego a la cama.
— No hagan cochinadas sin mí, yo quiero ver.
Advertí cubriéndole los oídos al niño.
— Rhett dijo que primero debo recuperarme así que debo obedecer a mi esposo.
Dijo Ardan, coqueto.
— Así que eso dijo — asentí viendo lo nervioso que Rhett se puso— Eso es sugerente, pero ya, nada de cosas raras que hay un pequeñín presente — besando su frente otra vez, quitando las manos de sus oídos— Nos vemos chiquillo, tú quedas a cargo de la casa y de mis hombres.
— Cuidaré todo muy bien, tía.
— Ese es mi niño.
Desordené su cabello, me despedí una vez más de los chicos y dejé el depa, caminando hacia el de mamá, ella y papá terminaban de arreglarse.
— ¿Y tus esposos, cielo?
Dijo mamá, colocándome una corona rosa en la cabeza, la misma que ocuparía ella, la misma que llevará Sabina, Dane, mi abuela, mis tías y tios... y Santino, Aless y Vitto, digamos que mamá los secuestró para llevarlos a su despedida de soltera, dice que papá es un aburrido, ni siquiera irá a una fiesta, sólo se reunirá para beber con mi abuelo y los perros, que los clubes son demasiado ruidosos, un aburrido.
— No van a venir, no quisieron — suspiré— ¿Cómo después de como papá los ha tratado?
Papá ni siquiera volteó para mirarme, no iba a disculparse.
— Mejor vámonos — dijo mamá— Están esperándonos abajo, nos divertiremos hoy, cariño, me disculparé con tus esposos otra vez más tarde, ellos no se merecen esto.
Tomó mi mano y me sacó del depa, subiendo al ascensor para ir a la primera planta donde todos esperaban, de seguro Ares y Eris están revolcándose en el piso de los celos, son muy jóvenes para ir a un club.
— No necesitas disculparte — dije— Tú no hiciste nada malo y los chicos te adoran, eres la suegra ideal, y la mejor madre, te amo.
Besó mi mejilla y sonrió.
— Yo también te amo, bonita, y tienes que saber que amo a tu padre, pero mis hijos siempre estarán primero, ellos y su felicidad.
Joder... amo a mamá...
***
Para cuando llegamos a la primera planta, mamá se encargó de ponerle coronas y collares de plumas a todos antes de ir al club, lo primero fue conseguir una tanda de chupitos para cada uno, mamá pidió uno con jugo de arándano para simular que estaba bebiendo, a pesar de que la mujer no necesita alcohol para ser el alma de la fiesta, de hecho, no llevábamos ni quince minutos cuando se quitó los zapatos y se apoderó del tubo para hacer de las suyas, hay cosas que no se olvidan, memoria muscular dijo ella, eso y le gusta el dinero de desconocidos, se guardó el fajo de billetes en el brasier antes de volver por una tanda de tragos para todos y un vaso de jugo de naranja para ella, tenía sed la desquiciada, pero eso no iba a detenerla, seguirá bailando.
— Tu mamá sigue brillando como siempre — dijo Santino, acercándose a la mesa para tomar un descanso— Ya me duelen los pies por intentar seguirle el ritmo, pero ella no se cansa.
Acercándome un vaso.
— Mamá jamás va a cambiar, ella es alegre, divertida, un poco loca y muy glotona, es alguien tan llena de vida... — suspiré— Me gusta verla feliz.
Bebiendo de mi vaso, era vodka con bebida blanca, mi favorita. Santino sí que me conoce.
— A mí también me gusta, ya le hacía falta a la muñequita que tu padre le prestara más atención, ahora es lo único que puede ver, tu sacrificio de tomar el poder les ha ayudado y te ayudó a ti también en el proceso, estoy orgulloso de todo lo que has logrado.
Apoyé mi cabeza en su hombro, yo estaba en medio de un descanso también mientras Sabina iba a al baño, a la rubia tampoco se le acaba la pila.
— ¿Te he dicho que te quiero, Santino?
— No, pero me alegro escucharlo, yo también te quiero, niña Boss, eres como mi hija, saliste de mi mujer favorita en todo el mundo... después de Sabina obvio — carcajeó— Adoro a tu madre y te adoro a ti, por eso me quedaré cerca de ti, no estoy listo para dejar mi trabajo, seguiré bajo tus órdenes.
— Si Rhett te escucha se pondrá celoso — carcajee— Pero será un honor seguir trabajando contigo, me siento segura cuando tú estás cerca, con tu esposo, con Vitto... crecí con ustedes, son mi familia también.
— Y siempre nos vas a tener, niña Boss — acomodando mi cabello— Ahí viene la revoltosa de mi hija, yo que tu voy quitándome los tacones si quieres mantenerte en pie por lo que queda de noche.
— Sí, la verdad es que tienes razón, me están matando.
Me los quité y dejé sobre la mesa sin preocupación, bebí de un sorbo mi trago, besé la mejilla de Santino y me reuní con Sabina en la pista para bailar otra vez, recibí el chupito que mamá me acercó y decidí mostrarle que he practicado, bailando en el tubo, ganándome un buen montón de billetes, me hubiese gustado ser stripper.
Esta noche, mamá dormirá con Ares y Eris en su propio depa, quiere mantener la tradición de no ver al novio antes de la boda, mañana a medio día se cumplirá su sueño de una boda feliz, quiero que todo sea perfecto para ella.
— Bueno, bueno ¿Por qué veo tus manos vacías?
Dijo la abuela, colocando una botella de tequila entre mis manos, sonriendo maliciosa.
— ¿Cómo en la madre rusia?
Pregunté alzando una ceja en su dirección.
— Sabes que nadie nos gana cuando en beber se trata, así que... a beber.
Choqué botella con ella y la empiné, bebí trago tras trago, trago tras trago, viéndola a ella terminar cinco segundos antes que yo, jactándose de sus habilidades nada oxidadas, invitándome a beber otro poco, yo a este punto no podía seguir ingiriendo alcohol, decliné su ofrecimiento para tomar un poco de aire y comer algo, la abuela terminó llevándose a Aless consigo, Vincenzo se les unió, la abuela les ganó otra vez, esa mujer es de acero no se doblega por más alcohol que ingiera.
— ¡Hace mucho calor!
Gritó la abuela, llevando sus manos al cierre de su vestido, mamá se apresuró a ir con ella y sujetarla.
— ¡Oye! No estamos en casa, no puedes quitarte la ropa, si papá se entera le va a sacar los ojos a todas las personas en este club.
— ¿Y a mí qué? Su culpa por mirarme — llevando las manos al cierre otra vez— Además, yo tenía toda esta situación planeada — quitándose el vestido— Vine con bañador — guiñándole un ojo a mi madre— Mujer prevenida vale por dos.
Lanzando el vestido al piso antes de seguir con la fiesta, y mamá como no quería ser menos, se quitó el vestido y se le unió, ambas dando todo un espectáculo en los tubos, muy consciente de que las personas que les tomaron fotos estaban desapareciendo lentamente, papá no fue tonto y dejó escoltas por aquí y por allá para mantenerla segura, ya me imagino su cara al escuchar lo que sucede, peeero él no se pondría celoso por algo así, sabe como es mamá y sabe como son de salvajes sus fiestas, se lo permite todo mientras no bese ni se acueste con nadie, mamá es dueña de su cuerpo totalmente.
En algún punto de la fiesta, Sabina y yo nos sentimos fuera de lugar y nos quitamos el vestido también, nos hicimos amigas de otro grupo de chicos y se nos ocurrió la fantástica idea de meternos al mar en ropa interior, como estábamos ebrias, un par de chicos intentó aprovecharse de la situación, antes de que los escoltas hicieran algo, Sabina los redujo y les quebró un par de dedos, rodeándome por los hombros para seguir la fiesta con esas chicas, reuniéndonos con el resto, buscando a Dane que hasta el momento había estado muy perdido con Ox, todos sabemos lo que ha estado haciendo, suertudos perros cachondos.
Subí al tubo un par de veces más, gané dinero y compré más tragos para todos, bailé en la pista con mi bolso cruzado sobre mi pecho, no encuentro mi vestido y perdí los tacones, pero al menos conservo la ropa interior intacta sobre mi cuerpo, ya está casi seca, debí haber previsto esta situación y venir en bikini, mi abuela es un genio, aún hay cosas que debo aprender de ella.
Regresé a casa a las seis de la mañana prácticamente arrastrándome, no, sí me estaba arrastrando, me tardé al menos diez minutos en lograr meter la llave en la cerradura y gatee hasta el interior del depa, cerrando la puerta con el pie, gateando hasta llegar al cuarto, viendo a mis dos personas favoritas dormir plácidamente.
— Ahh... me saqué la lotería — apoyando la espalda en la pared— Podría quedarme sentada así y mirarlos por siempre.
Susurré abrazando mis rodillas, llegué a casa sin vestido y sin zapatos, pero al menos conservé el bolso, eso es todo un logro.
En algún punto me quedé dormida en esa posición, estaba tan ebria y cansada que no se me ocurrió subir a la cama, el suelo parecía un muy buen lugar.
***
RHETT.
Abrí los ojos mirando la luz que se filtraba por las cortinas, Aradia no estaba en la cama y para esta hora el club debería estar cerrado ¿Le habrá pasado algo?
Salí de la cama de un salto con toda la intención de vestirme e ir por ella, Ardan me convenció de dormir en ropa interior para supuestamente estar más cómodo, no me engaña el idiota, pero lo dejo hacer.
Mi sorpresa fue grande cuando la vi durmiendo con la espalda apoyada en la pared, abrazando sus rodillas y la cabeza sobre estas, lleva su bolso cruzado en el pecho aún, va desnuda y tiene los pies sucios, el cabello con un poco de arena, algo me dice que se lo pasó increíble.
— Aradia... oye preciosa, despierta... despierta...
Moviéndola con suavidad.
— Oye ratita sucia, ya despierta — viéndola levantar la cabeza lentamente— Este no es lugar para dormir ¿Hace cuanto llegaste?
La forma en la que se mueve su cabeza me hace saber que sigue ebria ¿Cuánto habrá bebido?
— Estaba saliendo el sol ¿Me creerías si te digo que gateé hasta aquí? — riendo bajo, cubriéndose la boca— No le digas a Rhett, pero perdí mi vestido y los zapatos en el club.
Negué sonriendo, esta chica no tiene remedio.
— Vamos al baño, tonta — quitándole el bolso— Tienes que tomar una ducha, hueles a mar ¿Estuviste nadando?
Alzándola sin dificultad, caminando hacia el baño en el cuarto sentándola sobre la tapa del váter.
— Tengo dos esposos muy celosos, así que quítame las manos de encima o Ardan te dejará el rostro cóncavo — me señaló— ¿Ya dije que tengo dos esposos? Joder... que bien suena eso...
Di el agua de la bañera y cerré la puerta para no despertar al rubio, acuclillándome frente a la pelinegra.
— Oye niña sucia ¿Quién más sabría que eres una consentida que después de beber no se acuesta sin haber tomado un baño? ¿Quién es el desgraciado que siempre tiene que bañarte?
Ladeó la cabeza, frunciendo el ceño.
— ¿Rhett está aquí? ¿Cómo es que sigues respirando?
La besé, viéndola cubrirse la boca luego, mirándome con horror.
— Le voy a decir a mi mamá y te arrancará las bolas.
Amenazó.
— Soy Rhett, retrasada, ahora vamos a bañarte.
Llevé las manos a su brasier, pero no me permitió quitarlo, abrazó su pecho y me miró mal.
— ¿Cómo me hice esta cicatriz?
Señalando la que tenía sobre sus costillas.
— Te lanzaste sobre Sabina cuando teníamos doce, la tomaste por sorpresa y te cortó con su cuchillo sin querer.
Respondí.
— ¿Y qué hay de esta?
Señalando la que tenía en la cadera, bajo el hilo de su ropa interior.
— Esa te la hiciste el día en que se volcó el auto, cuando conocimos a Ardan, se te clavó el cinturón de seguridad, Sabina tuvo que cortarlo.
Frunció el ceño.
— Haber, la ultima ¿Qué pasó aquí?
Señalando la gruesa cicatriz en su pecho.
— Intentaron apuñalarte... casi no llegamos a tiempo, estuviste dormida tres días después de eso, pasamos un susto de muerte.
Suspiró.
— Ok, vale, si eres Rhett — quitando las ma nos— ¿Me bañas, por favor?
Le quité la ropa y la cargué otra vez hasta sumergirle medio cuerpo en el agua, cortándola y colocando lavanda al agua, se dormirá más rápido así, tenemos un día largo por delante.
— Creí escuchar la voz de alguien diciendo apuñalar y muerte — dijo el rubio entrando en el cuarto de baño, fregándose un ojo— Veo que llegó nuestra borrachita ¿Cómo lo pasaste?
— ¡Piensa rápido!
Tomando el jabón, lanzándoselo.
— Veo que aún sigue borracha — dijo Ardan, atrapándolo antes de que le llegara al rostro— ¿Dónde está el resto de su ropa?
Mirando la ropa interior en el piso.
— Dice que la perdió junto con los zapatos — mojándole el cabello— Debió sacárselos en medio de la fiesta, suele desnudarse cuando le da calor.
— Vaya... hay muchas cosas que debo aprender de esta borrachita aún.
Tomando una esponja para limpiar su cuerpo.
— No le digan a Ardan y Rhett, pero anoche hice un par de buenos negocios, los anillos para nuestra boda están listos, pero shh... es sorpresa.
Susurró.
El rubio y yo intercambiamos miradas y nos largamos a reír, Aradia es todo un caso. Aunque la curiosidad me mata y quiero saber cómo son esos anillos, quiero que llegue el día de nuestra boda.
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BUENAS BUENAS HIJAS DE SUS MADRES
COMO ESTAAAN, YA ES JUEVEEEEEES
COMENZAMOS EL CAPITULO NARRADO POR ARDAN, EL RUBIO ESTÁ DELEITADO POR EL SUFRIMIENTO QUE ARADIA LE ESTÁ PROVOCANDO A ESA CHICA
SIEMPRE ES TIEMPO PARA PONERSE CACHONDO DICE ÉL
EL ZAR SE DA CUENTA DE QUE SU HIJA ES REALMENTE DE TEMER
Y NATASHA LE RECRIMINA EL POR QUÉ ESTE NO PUEDE SER COMO SU YERNO
LE GUSTA LA FORMA EN LA QUE DICE SER PROPIEDAD DE ARADIA
LUEGO TENEMOS LAS PALABRAS SUGERENTES DE RHETT ¿QUIERE ENTREGAR EL CULO? ESAS SON PALABRAS IMPORTANTEEEES
ARDAN EMOCIONADO ENTRANDO AL CHAT JAJAJAJAJ
DESPUÉS TENEMOS A NATASHA HABLANDO CON NUESTRO RUBIO, UNA MUJER AMABLE QUE NO DUDA EN AGRADECERLE POR SUS ACCIONES, SU HIJA ES FELIZ Y PARA ELLA NO HAY MEJOR COSA EN EL MUNDO
CLARO QUE NO DESAPROVECHÓ LA OPORTUNIDAD DE PEDIRLE QUE LA ALIMENTARA JAJAJAJA
Y AL ZAR ESO NO LE GUSTÓ NADA, ES UN HOMBRE CELOSO, SIMPLEMENTE ARDAN NO LE AGRADA
DEBIDO A ESTOS DESACUERDOS, ARDAN Y RHETT NO VAN A LA DESPEDIDA DE SOLTEROS, DESPEDIA QUE EL ZAR TRANSFORMÓ EN UNA SALIDA NORMAL PARA BEBER, NATASHA SÍ QUE SABE COMO DISFRUTAR DE LA VIDA
SIGUE SIENDO LA STRIPPER DE SU DESPEDIDA DE SOLTERA, YURA NO OLVIDA LAS VIEJAS COSTUMBRES, ARADIA NO LES PIERDE PISADA
Y TODAS PERDIERON SU ROPA Y ZAPATOS ESE DÍA, ARADIA NO TIENE IDEA DE CÓMO LOGRÓ LLEGAR AL DEPA Y SE DURMIÓ EN EL PISO, NO DIO PARA LLEGAR A LA CAMA
RHETT FUE QUIEN LA ENCONTRÓ Y TUVO QUE CONVENCERLA DE QUE ERA ÉL, LA PELINEGRA ESTABA RE IDA TODAVÍA, CONOCIMOS UN POCO MÁS DEL ORIGEN DE LAS MARCAS EN SU CUERPO, MEDALLAS QUE CELEBRAN QUE SIGA VIVA A PESAR DE TODO
Y BUENO, YA SABEMOS QUE ARADIA TIENE LOS ANILLOS JAJAJAJAJA ESTA MUJER NO SABE GUARDARSE LOS SECRETOS
NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO BEBAS
BESITOS EN LA COLA.
Xoxo
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