Capítulo 49

Mamá se ríe a carcajadas viendo el video que Santino le enseñaba, video en el que me entretuve destripando y desmembrando ancianos, riéndose aún más fuerte cuando obligué a Fabio a comer el dedo de su abuelo y luego lo quemé, no le habíamos mostrado esto, era información que sabía, pero no le habíamos mostrado lo que se grabó especialmente para que ella y mi padre pudieran presenciar el final de nuestra tortura familiar, mamá lloró cuando los vio a todos rendirme respeto, dijo sentirse orgullosa de lo que conseguí y agradecida por hacer un mundo mejor para todas.

Mi abuela también estaba aquí, llegó poco después que nosotros, y el abuelo Alexei al saber lo que papá y mis chicos hacían en la planta cero, se apresuró a ir con su hierba de la paz, dijo que nunca era suficiente hierba cuando se trataba de moler a golpes a alguien con la misma fuerza que uno.

Por supuesto que a la abuela Yura le importó tres pitos que fueran a madrearse, mamá tampoco parecía perturbada por eso, ambas bebían té y se ponían al día sin problemas.

Los tíos Luke y Landon se entretienen con Travis, al parecer al niño le gustó la falta de tornillos de ambos, se fue a jugar con todos mis tíos y tías a la playa, él quería mucho ir a ver el mar y con ellos estará seguro, Eris y Ares los acompañaron.

— Tengo antojo de helado — dijo mamá sobándose la panza— Tengo antojo de dulce, de seguro es niña.

— Yo creo lo mismo, está jodiendo a papá desde antes del nacimiento, debe ser una mujer.

Dije yo, levantándome para conseguir su helado, llevo cuarenta minutos aquí y ya se acabó un helado completo de chocolate, dijo que papá le tenía el refrigerador lleno de sus antojos, por lo que no dudé en tomar un pote sólo para ella y otro para compartir, sirviendo porciones generosas para todos quienes estábamos en la mesa, la abuela, mamá, Sabina, Dane, Ox, Vincenzo, Santino, Aless y Vitto, llevándolos en una bandeja con la ayuda de la rubia que vino en mi ayuda al ver que estaba tardando.

— Bueno y entonces, Vincenzo ¿Cuándo vas a formalizar con la señorita aquí presente?

Preguntó mi abuela, señalando a la rubia mientras nos acercábamos.

— Es mi novia, señora mamá Yura — respondió con seguridad— Y estoy felizmente emparejado con ella.

Sabina le guiñó un ojo mientras le daba un potecito de helado, ayudándome a entregar helado al resto.

— Aless, tú eres muy sobreprotector ¿Cómo fue que pasó esto? Me divertiría mucho escuchar la historia.

Dijo la abuela, carcajeando.

— A mí ni me pregunte señora mamá Yura, yo pestañee y estaban juntos, pero Sabina es grande, ella puede hacer lo que desee, además, Vincenzo la cuida bien y le tiene una paciencia única.

— ¿Cómo fue que comenzó todo, niña Sabina?

Preguntó a la rubia mientras tomaba asiento.

— Bueno, mi Boss me envió a torturarlo y claro que lo hice, lo dejé incapacitado por semanas, peeero — alargando la palabra— Una cosa llevó a la otra y terminé cogiéndomelo — tomando una cucharada de helado— Y al sádico le quedó gustando así que comenzó a perseguirme para que lo lastimara otra vez y así luego teníamos sexo, y bueno, señora mamá Yura, me enamoré del viejo, me tolera, me entiende, me ama y me complementa, no elegiría a ningún otro bastardo, prefiero darme un tiro antes de emparejarme con otro que no sea mi viejo.

— ¿Lo ve, señora mamá Yura? ¿Cómo no iba a enamorarme de esta criatura de aquí? Es lo mejor que hay.

Respondió mi tío incapaz de no estirarse y besarle la mejilla.

— Oye Ari... — Santino susurró, acercándose a mí— ¿Puedo pedirte un favor?

— Dime Santino.

Hablando en el mismo volumen.

— ¿Puedes ir a ver si mi hijo está vivo? Alexei y Caesar deben estar moliéndolo a golpes.

— ¿Ardan no te preocupa?

Pregunté.

— De seguro también lo están moliendo a golpes, pero es un De Santis, debe estar bien.

— Rhett debe estar bien.

— ¿Y si no?

Estaba bien preocupado el pobre.

— Démosle un rato más, funcionó para que el abuelo y mi padre limaran asperezas, quizá funcione con mis chicos y papá.

Suspiró tembloroso, mirando la puerta.

— Bueno sí, quizá funcione, esperemos otro rato.

Acaricié su espalda.

— Si pasan dos horas y no llegan, los traeré a todos de las orejas, no te preocupes.

Asintió y se relajó un poco, comió helado y puso al día a mi madre y la abuela sobre los temas de la mafia, mis avances y lo que sucedió con Eris y conmigo, también la manera en la que Travis se hizo parte de la familia, a mamá se le desfiguró el rostro de la rabia y el miedo, Santino fue hasta ella y le besó la mejilla, abrazándola por los hombros desde atrás, susurrándole que llegué a tiempo y que nadie tocó a su pequeña, para calmarla le conté cómo los castigué, como los torturé, como los maté, nunca vi más satisfacción en su rostro.

***

RHETT.

Bajé en silencio mirando de reojo la sonrisa sádica del señor Caesar, llevaba su famosa hierba de la paz en la mano, vestía una camiseta sin mangas y unas bermudas con zapatillas, iba cómodo y yo tenía un yeso puesto, iba a darme una paliza.

— Oye, es una buena oportunidad para golpearse con el suegro, estira el entrecejo.

Dijo Ardan muy relajado, manteniendo la mirada del Zar, la misma mirada sádica en su rostro, el De Santis disfrutaba esta manera de solucionar las cosas, yo sé de lo que es capaz mi suegro y le tengo miedo.

— ¿Crees que tendrás oportunidad de golpearme, chiquillo? — le dijo el Zar al rubio— No he olvidado que tengo cuentas pendientes contigo.

— ¿Por qué? ¿Por casarme con su hija? ¿Las marcas en su cuerpo por nuestra primera vez luego de la boda? Porque no me arrepiento, lo disfrutamos, o quizá ¿Existir?

A la mierda, es que Ardan no le tiene miedo a la muerte.

Al señor Caesar le tembló una ceja.

— No olvido jamás el rostro de quién cuida mis tesoros, y tú eras bastante grande cuando le salvaste la vida a mi hija cuando ella apenas tenía quince años, tú pululaste a su alrededor desde entonces ¿Cuánto tenías? ¿Veintidós? no me atrae la idea de que mi niñita esté con un pedófilo.

Ardan rodó los ojos.

— ¿La toqué alguna vez? ¿Me le acerqué? No, porque yo la respetaba y lo hago aún. Yo sabía muy bien lo incorrecto que era, por lo que, cuando ella cumplió la mayoría de edad y me enteré de la selección claro que me postulé, por años Sabina me contó las cosas que ella siempre deseó hacer y no pudo por ser hija suya, así que sólo dé las gracias y no le haga la vida difícil a ella, Aradia ha pasado por mucho.

El zar lo sujetó por el cuello de la camiseta, acercándolo.

— ¿Estás queriendo culparme por algo? Dilo claramente.

Prácticamente gruñéndole en el rostro.

— Sólo digo que ser hija del Boss fue bastante agobiante para ella, las pesadillas aún la despiertan, no duerme tranquila, cualquier ligero movimiento por la habitación mientras ella duerme la pone en alerta y toma el cuchillo de su mesa, es desconfiada, insegura en ocasiones y no hago magia, suegrito, hago lo mejor que puedo, así que claro que me estresa que nos arrastre para sus juegos infantiles, a mí me encantaría probar fuerza con usted, lo sabe, pero no sé que tan estresante sea para mi mujer y quiero evitarle problemas.

Las puertas del ascensor se abrieron y me metí entre ellos para evitar que terminaran golpeándose... antes de tiempo, viéndolos salir cada quien por su lado sin quitarse la vista, entrando al gimnasio, lugar que afortunadamente estaba vacío.

— ¿Por qué ambos tienen un brazo roto?

Preguntó cruzándose de brazos, mirándome.

— Hicimos enojar a Aradia.

Respondí yo, viendo su sonrisa de Satisfacción.

— ¿Y Aless por qué lo tiene roto?

— Aradia.

Respondimos con Ardan al unísono, viéndolo sonreír más amplio.

— Esa es mi principessa —Sonaba orgulloso— ¿Quién les rompió el brazo?

— Fue papá Aless.

Dije yo.

— Agh, ese idiota les aseguro que no hizo bien su trabajo, trae aquí, dame el brazo, Rhett.

Lo miré con temor.

— ¿Qué va a hacer?

— No seas marica, dame el brazo.

Ardan se adelantó y extendió el brazo hacia él, cubriéndome.

Maldito don juan, quiere que comience a gustarme con estas pequeñas acciones suyas.

— Bueno ¿Y ustedes qué? — dijo el Zar— Quieren casarse con mi hija, ambos, pero ¿Ustedes qué?

— Su hija es mía y Rhett es mío, así funciona esto.

El Zar gruñó y golpeó el yeso con su rodilla repetidas veces hasta crear una fisura, metió los dedos entre la ranura y lo abrió, viendo la posición extraña del hueso de Ardan.

Joder que susto, ya estaba viendo el brazo del rubio hecho pedacitos.

— ¿Qué mierda?

El rubio no parecía nada contento.

— Cállate, estoy ayudándote, cierra la boca y agradece luego, Aless no fue tonto, ni siquiera les rompió el brazo.

Jaló la extremidad y acomodó los huesos casi por arte de magia, el rubio apretó los dientes al escuchar el chasquido, eso parecía doloroso, pero funcionó.

— ¿Qué... carajo?

Viendo asombrado el brazo funcional otra vez.

— Dolió lo suficiente como para pensar que estaba roto.

Dije.

Extendiendo mi brazo hacia él cuando me lo pidió, repitiendo lo mismo que hizo con Ardan, mordiéndome la lengua cuando el chasquido se hizo escuchar y el dolor me recorrió completo, segundos después se detuvo y mi brazo regresó a su posición normal.

— Sólo les dislocó el codo lo suficiente para hacer pensar a todos que cumplió con lo que mi hija pidió ¿Quién le rompió el brazo a él?

— Sabina.

Respondimos al unísono.

— Ah. Entonces el suyo si está roto, no pongo en duda las acciones de su hija, ella es tan leal a Aradia que podría matarme si cree que soy una amenaza para su Boss.

Asentí.

— La verdad, yo no descartaría la idea, por Aradia, Sabina haría lo que fuera.

Dije.

— Es cierto, pero ya no sean maricas — entregando un porro grueso a cada uno— Fúmenlo completo, de esa manera tendrán alguna oportunidad de darme un golpe.

— Yo creo que podría darle varios sin la necesidad de drogarme, suegrito — dijo Ardan— Pero no me gustaría faltarle al respeto, mi mujer se molestaría — tomando el porro— Para que no me importe golpearlo, voy a fumar esto completo.

Yo definitivamente no quiero hacer esto, me gustaría seguir viviendo la verdad, pero como no era ningún cobarde, acepté el porro, lo encendí y lo fumé con ellos, viendo al señor Alexei entrar al espacio con una sonrisa maliciosa en la cara, encendiendo su propia hierba de la paz.

— ¿Qué fue lo que pasó? Escuché algo de que mi nieta se casará con los dos ¿Con que derecho creen que mi nieta es alguien que pueda compartirse? Ella es única.

A la mierda, si antes pensé que iba a morir, ahora estoy muy seguro de que aquí será mi tumba.

— No la compartimos — dijo Ardan cuando en realidad sí lo hacemos— Ella es codiciosa y tiene dos hombres sólo para ella, uno no es suficiente para semejante mujer.

Botando el humo.

Alexei dio una calada y mantuvo el humo, acercándose, exhalando en mi rostro.

— Tú la hiciste llorar, no se me olvida.

Me hubiese gustado decirle a Aradia que la amaba una ultima vez antes de morir.

— Tenía buenas razones para hacerlo — suspiró el Zar— Gracias a este mocoso — apoyando su mano en mi cabeza— Aradia conservó el cargo, el bastardo de Fabio los grabó follando, iba a mostrar el video, Rhett se sacrificó y dejó que se casara con otro, yo no hubiese podido dejar que Natasha se casara con otro idiota, eso jamás.

— Pero que huevos, Coppola — palmeó mi brazo el líder de la Bratva— Y yo que venía derechito a matarte.

— Agh ya déjenlo en paz — tiró de mí el rubio, rodeando mi cintura con su brazo desde atrás, apoyando su mentón en mi hombro— Este muchachito también es mío, me pongo celoso si dos vejetes lo tocan tanto.

Me sonrojé ligeramente empujándolo con el codo consciente de que no ejercía la fuerza suficiente para provocarle dolor, este idiota no desaprovecha su oportunidad para decir que soy suyo... ni siquiera he aceptado.

— ¿Te gusta Rhett?

Preguntó Alexei al rubio.

— Sí, me casaré con él también, es obvio que debe gustarme.

Lo miré con sorpresa, no lo había dicho de esa manera antes.

— ¿Y tú qué? Pensé que no te gustaban los hombres.

Preguntó el Zar.

— Y no me gustan — respondí— Pero este idiota absorbente — mirando de reojo al rubio dar una calada— Yo... no sé...

Ardan sonrió por mi indecisión e hizo lo que más le gusta, joderme, sujetando mi rostro por las mejillas para darme un beso, sorprendiendo a ambos sujetos frente a nosotros, eso fue suficiente para que el Zar acertara un puñetazo en su rostro, demonios, comenzó la parte que temía.

Casi no nos quedaba nada del porro cuando los puñetazos comenzaron a ir y venir, Alexei terminó sentado sobre mí en el piso dándome puñetazo tras puñetazo, el hombre tiene experiencia y puede que todavía me odie un poquito, así que supongo que, si no respondo, terminaré en el hospital.

Regresé el golpe y le patee el rostro para poder ponerme de pie, Alexei limpió la sangre de su labio reventado con el dorso de la mano sonriendo malicioso antes de venir hacia mí de nuevo, esta vez no dejé que me golpeara, ya recibí muchas palizas por hacer llorar a Aradia, comenzaré a defenderme.

A Ardan parecía estarle yendo no tan mal, pero tampoco bien, el Zar estaba golpeando como para matarlo y Ardan se los devuelve con la misma intensidad, el crujir de los huesos me pone nervioso, he pisado el yeso que tenía puesto hace unos minutos un par de veces y tenemos el piso echo un desastre entre polvo y sangre, al menos tengo dos manos funcionales y puedo devolver cada golpe y defenderme lo mejor posible.

Al menos eso es lo que pensaba cuando la famosa hierba de la paz hizo de las suyas, comencé a fallar golpes, Alexei terminó en el piso un par de veces tropezándose con sus propios pies, riéndose de sus estupideces antes de ponerse en pie, encender otro porro y ofrecérmelo para seguir fumando un poco más, Caesar estaba haciendo lo mismo con Ardan, ambos con un porro entre los labios, los ojos rojos y pequeños, la risa del rubio vibrándome en el pecho.

— Demonios, creo que sí me gustas un poco, maldito De Santis.

Mostrándole el dedo medio.

— Yo sabía que iba a conquistarte antes del matrimonio, se lo diré a Aradia, le dará gusto — tocándome la punta de la nariz con su dedo— ¿Y sabes lo que nos va a pedir? Yo estoy dispuesto siempre — deslizando su mano por mi costado— ¿Y tú?

Apretándome el culo, obligándome a dar un respingo.

— ¡Oye! No delante del señor suegro y el señor abuelo Alexei.

Sonrojándome.

Fue el Zar quien me golpeó ahora, Alexei se quedó con Ardan, lo miré con sorpresa llevando la mano a mi mejilla.

— Me mordí la lengua — escupiendo un poco de sangre— Me mordí la maldita lengua, casi me la corto, viejo cascarrabias.

Devolviéndole el golpe, escuchando al Zar reír mientras me golpeaba duro, tirándome al piso, esperando a que me levantara y golpeándome otra vez, hoy de seguro caigo rendido a la cama por las palizas que estoy recibiendo.

— ¡Caesar, antes de venir me cogí a tu hija, en el auto!

Le dijo Ardan, llamando su atención al ver que estaba un poquitín en problemas, estaba un poco descoordinado y me distrae la forma en la que él disfruta ser golpeado.

— ¡No pongas coger y a mi hija en la misma frase!

Volteó el Zar para acertarle un duro golpe en el estómago.

— ¡Madura! ¡Coger es lo que más hacemos! Tu hija nos pide todos los días, y si ella dice todos los días, son todos los días. Y estoy preparando siete cuartos porque planeo tener un montón de hijos con ella.

Claro que Alexei y el Zar se le fueron encima luego de soltar todas esas tonterías, Ardan terminó en el piso con esas dos bestias encima.

— Creo que siete son pocos, entre los que le daremos tu y yo, creo que vamos a tener que hacer un pasillo sólo para los chiquillos, porque planeo ir directo a coger con mi futura esposa apenas salga de aquí.

Dije yo.

Eso fue suficiente para que ambos sobreprotectores giraran el rostro, Ardan se sacó al Zar de encima golpeándole el rostro y aprovechando que Alexei volteó para mirarlos, lo golpee yo, si el rubio me cubre la espalda, yo se la cubro a él.

— Así funciona un matrimonio — dije yo— Te cuido, tú me cuidas, cuidamos a Aradia y ella nos cuida a nosotros, comiencen a aceptarlo porque he esperado toda mi vida para casarme con esa mujer, he estado enamorado desde siempre y eso no es secreto para nadie, un par de golpes no me hará cambiar de opinión.

Se me vino el Zar encima y estábamos tan drogados que terminamos los dos en el piso, el Zar comenzó a reírse de espaldas, contagiando a Alexei que sostuvo a Ardan del cuello quitándole un poquito de aire, pero como todos se reía, incluido el rubio a pesar de la falta de aire, terminé contagiándome, agitado, con los puños hechos pedazos y el rostro imposible, pero no deja de ser divertido.

Fumamos otra vez, en esta ocasión sí que no fui capaz de acertar ni un golpe, terminaba en el piso más rápido de lo que tardaba en volver a ponerme de pie, el Zar y Alexei se revolcaban en el piso dándose golpes y Ardan en ocasiones terminaba en el fuego cruzado, yo preferí quedarme en la comodidad del piso viéndolos matarse unos a otros... o ese era el plan hasta que el señor suegro del pie me atrapó y quedé en medio de la golpiza otra vez.

Estaba todo muy relajante, me hacían falta unos golpecitos yo creo, al menos tengo dos brazos funcionales ahora, hay que ver el lado positivo de la vida.

— Imagina las maravillas que podremos hacer ahora Ardan, nos faltaba una mano para poder jugar con Aradia como corresponde.

Dije, y fue un grave error, se me vino encima el Zar y el señor abuelo Alexei, Ardan intentó quitármelos de encima y hacerse cargo de uno mientras yo lo hacía con el otro, pero ellos toleraban mejor la hierba de la paz, yo soy nuevo en esto.

— ¿Se puede saber qué están haciendo?

Cuatro pares de ojos voltearon a ver a la pelinegra que entró en el gimnasio, pateando trozos de yeso y evadiendo salpicaduras de sangre, parando frente a nosotros.

— ¡Tú te casas mañana! — le gritó a su papá— Eres un idiota, las fotos van a salir horribles ¡Y tú! — señalando al señor abuelo Alexei— Ya estás lo suficientemente grande para seguir jodiendo ¿No crees? ¿No podías ser la voz de la conciencia una sola vez?

Y entonces nos miró a nosotros y a mí me dio miedo, es la mirada que usa cuando tortura personas.

— ¿Qué pasó con el yeso de ambos? ¿Por qué joder están todos golpeados? Aagh son unos idiotas, unos verdaderos idiotas.

— Aradia, dile a tu papá ¿Cierto que tenemos siete cuartos dispuestos para nuestros hijos? Pero creo que debería hacer más, quiero que hagamos muchos, muchos bebés.

El Zar se le tiró encima y comenzó a golpearlo otra vez, Ardan lo hizo girar y sentado sobre él le regresó los golpes, Aradia los miraba de forma desaprobatoria antes de que Alexei de aburrido me golpeara a mí también.

***

ARADIA.

No estaban escuchándome, se estaban golpeando entre sí, Ardan cuidaba en ocasiones de Rhett para que no le rompieran la cabeza contra el piso, pero parecían muy entusiasmados en seguir peleando, y Ardan no dejaba de buscarle pelea a mi papá, lo de ellos parecía ser personal.

— No voy a dejar que te cases con ella, te dije que no me agradas, no te perdono el que le tuvieras los ojos encima desde que era una niña, te falla el puto cerebro, si es necesario la voy a amarrar y la voy a llevar dónde no la encuentres.

Amenazó mi progenitor.

— Pues inténtelo, porque quiera o no, ella es mi mujer ahora y dónde sea que se la lleve la voy a encontrar, como pareja del Boss las mafias me escuchan y me respetan, darían vuelta el mundo buscándola y para cuando la encuentre, voy a hacerle pagar por seguir arruinándole la vida.

Golpeándolo con rudeza, pero papá no se quedó atrás, giró para quedar sobre él y darle una buena tanda de golpes que terminó por asustarme, el rostro del rubio se llenó de sangre, esto no terminará bien, ya ni siquiera se esforzaba en defenderse.

Me acerqué a paso rápido hasta ellos, sujeté a papá del cuello viendo que no pensaba soltarlo, rodeándolo con mi brazo, sujetando mi codo con la otra mano, con la intención de quitarle un poco de aire, el idiota no escucha razones y va a terminar matando a mi esposo a pesar de que Ardan no lo hace nada mal, tuve que aplastarle el rostro en el piso con mi pie para poder mantener a ambos a una sana distancia.

— Déjalo en paz — asegurándome de ahorcarlo bien, papá tenía fuerza, se estaba conteniendo conmigo— Si lo sigues golpeando te juro que voy a desterrarte y hablo muy en serio.

Dejó de forcejear y se quedó quieto, sólo entonces lo solté y empujé hacia un lado para quitar mi pie de la cara de Ardan y dejar que se incorporara.

— ¿Estás bien? ¿Te pisé muy fuerte? Fue la desesperación, no me medí.

Arrodillándome a su lado, limpiándole la sangre del rostro con las manos para observar mejor las heridas.

— Sí, estoy bien, casi me rompiste la cabeza con el piso, pero sigo vivo —mirando mal a papá— Bombón, esto es con fines deportivos, no te preocupes ¿Y si regresas más tarde y nos dejas terminar lo que comenzamos?

El rubio estaba bufando, se contiene, quiere partirle la cara a mi padre... y es reciproco.

— No, nada más de peleas, maldita sea, mírense todos, son un desastre. Tú — señalando a Ardan— No le hables así a mi papá, él nunca me arruinó la vida así que no hables de cosas que no sabes, y tú — señalando al Zar— Yo le dije a Ardan que ojalá se hubiese quedado conmigo cuando me salvó hace años, porque quizá me hubiese sentido menos vacía, menos triste, menos agobiada, él me hace bien, así que acéptalo, no me importa la diferencia de edad.

Levantándome.

— Y tú — mirando a Rhett— Creí que eras el sensato, pensé que contigo aquí no iba a resultar así esto, pensé que iban a estar hablando como personas civilizadas, pero veo que me equivoqué.

— Linda, esto es parte de limar asperezas, tu papá tiene mucho que limar aún, que tal si subes y te quedas con las chicas mientras nos dejas a los hombres hab...

Se calló al ver la forma en la que lo miraba.

— Levántate y sube, la abuela Yura tendrá mucho que decir sobre esto, todos levántense, nos vamos.

A duras penas se levantaron, Ardan terminó sentado en el piso otra vez, debe estar algo aturdido y bien drogado como para estar así, papá casi lo mata a golpes, es comprensible.

— Yo te ayudo — suspiré— Te curaré eso y te vas a descansar, sin peros.

Cerró la boca estando a punto de reclamar, asintiendo.

Lo levanté a duras penas, su peso no era ninguna broma y mi propio cuerpo era un desastre, apoyé su brazo en mis hombros y cargué con la mayor parte de su cuerpo viéndolo perder fuerza en las piernas cada tanto, pero manteniéndose digno mientras subíamos todos al ascensor, cada uno viéndose peor que le anterior.

— Vas a estar en muchos problemas papá, sólo espera y verás.

Jaló de mi camiseta poniendo rostro de cachorro.

— No le digas nada a tu mamá... no ha cenado y va a querer clavarme el tenedor en la mano, mira, ya lo ha hecho.

Mostrándome las cicatrices en su palma, le ha clavado dos veces un tenedor.

— Debiste pensarlo antes de intentar matar a mi esposo.

— Él se lo ganó.

Puntualizó.

— ¿Intentabas realmente matarlo?

Mirándolo horrorizado.

— Bueno... me molestó lo que dijo ¿Qué querías que hiciera?

Salí del ascensor sujetando bien a Ardan, con Rhett apoyando sus manos en mis hombros para mantenerse derecho, dejando al par de viejos tontos atrás, entrando al apartamento de mamá, observando las miradas horrorizadas de los presentes.

— ¿Qué pasó? ¿Qué mierda?

Mamá se acercó preocupada, mirando el estado de Ardan y Rhett, apoyando cada mano en una mejilla de ellos.

— Pasa que papá quiso matar a Ardan y lo hubiera hecho si yo no intervenía, es un idiota.

Aless miró el brazo de los chicos, acariciando el de Rhett.

— ¿Qué pasó aquí? ¿Y el yeso?

— El señor Caesar golpeó el yeso con su rodilla hasta que lo rompió, pensé que me quebraría el brazo en dos, luego me acomodó los huesos, mira, está morado.

Riéndose, señalando los feos hematomas en su piel.

— Caesar, te pasaste de la raya — dijo mamá viéndolo con desaprobación— Tu hija no lleva ni un solo día aquí, trajo a sus parejas para poder hacer más armoniosas las cosas, conocernos ¿Y tú intentas matarlo? ¿Qué hay en tu cabeza?

— Tú no te hagas el tonto — dijo mi abuela mirando al abuelo— Vamos a nuestro cuarto a curarte eso, idiota, vamos a hablar muy bien sobre lo que pasó.

— Yo también me voy, necesito curar a los chicos, que se cambien de ropa y Ardan necesita descansar, no se ve bien.

Mamá asintió.

— Yo voy a tu cuarto en un rato más, deja que hable con tu padre.

Asentí.

— Te lo encargo, y Aless, Santino, cuidaré bien de Rhett, no se preocupen.

Ambos asintieron.

— Te lo encargo, yo ya pensaba que estaría muerto, al menos respira.

Dijo con alivio Santino.

Salí del cuarto para ir al nuestro, Sabina, Vincenzo, Ox y Dane ya no estaban, habían dicho que irían a la playa.

El escolta encargado de Boris dejó el cuarto apenas me vio llevar, recosté a Ardan en la cama y Rhett se dejó caer junto a él.

Para cuando regresé con el botiquín, ambos se habían dormido.

— Ardan primero —suspiré tomando asiento entre ellos— Joder... realmente podrías haber muerto, idiota — limpiándolo para quitar toda la sangre— Mi papá sí te recordaba y no me dijo nada, le pregunté por ti a lo largo de los años y dijo que no sabía nada, debí prestar atención a cuando te presentaste, estabas más cerca de lo que pensaba.

Cambiando de gasa para volver a limpiar, entrando un poquito en pánico viendo que la sangre sigue saliendo, su piel comienza a tornarse lentamente de colores, tiene los labios imposibles, un ojo inflamado...

— Joder, papá... — Tomando otra gasa, intentando parar el sangrado— Joder...

Secándome una lagrima con el brazo, me da rabia y pena ver a los chicos así, no me gusta que se lastimen, esto podría haberse evitado.

— Boss, su madre está fuera del cuarto ¿La hago pasar?

Preguntó uno de mis escoltas personales.

— Sí, déjala entrar, no hay problema.

Asintió y dejó la habitación yendo hacia la puerta exterior que daba al pasillo, cruzando por la enorme sala con una increíble vista al mar, mamá llegó rápidamente a mi posición, mirando horrorizada el rostro de Ardan.

— Ay... linda... a tu papá sí que se le pasó la mano.

Asentí tomando otra gasa, sin mirarla, estaba concentrada.

— Dijo que quería matarlo porque lo hizo enojar, es un idiota.

Secándome otra lagrima escurridiza con el brazo, llorar de la rabia me molesta, antes no lloraba tanto, ahora que tengo personas con quienes puedo mostrarme débil se me desbordan las emociones.

— Intenté hablar con él, lo llevé al cuarto para curarlo, pero se quedó dormido antes de poder sacarle los ojos — tomando asiento en la mesa de noche, mirándome— Lo siento... no pensé que de verdad fueran a matarse, cuando Caesar lo hacía con mi padre no era así... de saberlo...

— No fue tu culpa — suspiré— Papá y Ardan parecen tener algún motivo en particular por el cual no se soportan.

— Tu papá dice que no le gusta su personalidad altanera, dice que tu esposo no lo respeta, yo no sé que quiere, no todos pueden lamerle los pies, ya no es Boss, que se acostumbre — sacando un paquete de chocolate con maní de su bolsillo— Y tampoco le gusta el hecho de que tenga casi treinta.

— Tiene veinticinco — rodando los ojos— Le falta aún para los treinta, además ¿De qué se queja él? Tú eras menor de edad cuando lo conociste y eso no lo detuvo, yo estoy por cumplir veinte, esta es mi vida, es mi esposo y yo lo elegí como compañero, lo amo, así que tendrá que acostumbrarse a su presencia tarde o temprano, y acostumbrarse a la idea de que me casaré pronto con Rhett también, son ambos míos y no pienso soltar a ninguno.

Mamá se llevó un puñado de maní a la boca, pidiéndome con señas que la esperara mientras se golpeaba el pecho, estaba un poco ahogada.

— Yo creo que tu padre aún no se da cuenta que creciste, si conmigo es sobreprotector, con sus hijos es mil veces peor, y como no presenció la boda, para él no estas casada, él no se ha hecho la idea aún, pero ya verás que poco a poco se acostumbra a la idea, amenázalo con algo que le duela, te aseguro que se va a esforzar.

Asentí cambiando las gasas otra vez, ahora le sangra la nariz, no debería mantenerlo acostada, esa sangre contaminada le entrará al cuerpo, por lo que con esfuerzo lo senté apoyándolo en mí, haciendo mi mejor esfuerzo por detener el sangrado siendo salpicada por su propia sangre, él me pesaba, pero tengo que soportar.

— Realmente lo quieres ¿No? — sonrió mamá al mirarnos— Con Rhett yo no lo pongo en duda, ustedes dos siempre se quisieron como más que amigos, era cuestión de tiempo para que se juntaran, pero con Ardan... yo tenía mis dudas, pido disculpas, no creí que fuera a funcionar por la manera en la que sucedió todo, fue muy rápido, pensé que ibas a divorciarte más temprano que tarde, pero me equivoqué, él te ama lo suficiente para seguirle las estupideces a tu padre y malcriarte como lo mereces, Ardan te ha dado una buena vida, te ves más feliz, con la piel más bonita y el cabello más brillante desde que están juntos, me alegro de que se encontraran, se necesitaban.

Acaricié su cabello con la mano libre, mirando cada tanto su nariz para observar si sigue sangrando.

— Ardan le dijo a papá que me arruinó la vida... El se equivoca claro, se lo dejé en claro, pero también es cierto que era un poco asfixiante porque vivía bajo presión constantemente, no podía hacer nada de lo que deseaba hacer, entrenar y resolver problemas era todo lo que hacía de la mañana a la noche, quería desaparecer cada día, maldecía mi reflejo por el espejo en las mañanas por haber despertado, pero... pero llegó Ardan y me llevó a citas increíbles, visitando los lugares que siempre quise, era detallista y romántico, ramos de rosas cada vez, zapatos de diamantes, collares y anillos de zafiros rojos, y no es sólo un buen hombre conmigo, los mellizos lo adoran, se van de misiones juntos, dan paseos a caballo, Ardan los entrena en sus tiempos libres, los escucha y los acompaña cuando lo necesitan... mi esposo es una buena persona, no sé por qué papá no lo quiere.

— Ya verás cariño, cuando él note la forma en la que se miran, dejará de ser una piedra en tu zapato, los hombres son mucho más lentos, son idiotas y sobre todo nuestro tipo de hombres resuelven todo con la violencia porque así fueron criados, tú tranquila, van a cambiar las cosas.

Mamá y yo hablamos largo y tendido sobre mi relación, mi casa, nuestro estilo de vida ahora que somos tres y ella me contó de las veces en las que le ofreció un trio a Santino y Aless, pero el primero la respetaba demasiado para eso, mamá siempre con sus estupideces, ella no cambia, sigue siendo un imán de felicidad y locuras, cómo la extrañé joder.

Para cuando logré detener el sangrado y lo recosté para comenzar a curarlo, su rostro estaba mucho más amoratado e inflamado, dudo mucho que despierte temprano, luego me ocupé de Rhett, pálido hasta decir basta, sudaba y lloriqueaba en sueños, no parecía sentirse bien, vomitó un par de veces, afortunadamente lo hizo en el basurero, pero no descarto que vuelva a hacerlo, no se ve bien.

Mi madre nos dio espacio cuando me vi en la obligación de cambiarles de ropa a algo limpio, limpiándoles el cuerpo con trapos húmedos para quitar el sudor y la sangre, vistiéndolos a duras penas, haciendo maravillas para poder recostarlos debajo de las mantas, quitando la primera para reemplazarla por una limpia, sólo entonces tomé un baño rápido para limpiarme los rastros de ellos en mí y regresar al cuarto, tocando la frente de ambos, tenían fiebre ¿Cómo no?

— Mamá, ya los vestí, pero ahora tienen fiebre, no creo poder ir contigo a tu cuarto, me da miedo que Rhett muera en su vomito.

Se levantó del sofá esta vez con una bolsita de chocolate blanco entre las manos ¿Dónde oculta tanta comida?

— Ese Caesar, joder, podríamos haber aprovechado el día si no fuera por sus niñerías.

— No te enojes tanto con él, cásate o vas a arrepentirte.

— Es mi esposo ya — encogiéndose de hombros— Es un idiota, me dan ganas de apuñalarlo casi a diario, pero quiero una boda bonita y feliz, así que lo voy a arrastrar al altar si no se puede el culo por dárselas de madrazos con sus yernos.

Asentí riendo.

— Iré a cenar contigo de todas maneras, o podrían venir todos aquí, eso podría ser mejor, así les tengo un ojo a mis chicos, Travis llegará de la playa pronto y tengo que bañarlo para quitarle toda la arena... bueno quizá quiera hacerlo solo, es un niño grande, pero si le queda arena puede irritársele la piel... ¿Qué hago? Es grande, pero pequeño a la vez.

— Es simple cariño, pregúntale — acercándose para besarme la mejilla— A ti te bañé hace unos meses por ebria ¿Lo recuerdas? Los hijos nunca dejan de ser pequeños para nosotros, tú sigues siendo mi bebé, mi bebé grande y con gran autoridad, pero mi bebé a final de cuentas.

La abracé por la cintura, apoyando mi rostro en su cuello.

— Mamá de verdad te extrañé... te extrañé mucho —sintiendo sus caricias en mi cabello— Si no es mucho pedir, un día de estos ¿Me lavarías el cabello? Me gustan los mimos.

— Claro que sí, tesoro, las veces que quieras — besando mi cabeza— Recuerda que siempre vas a ser mi bebé.

Mamá se fue, pero prometió regresar casi de inmediato, sólo iría por su circulo intimo para ir de compras, algo rápido para la cena, con muchas calorías y muy dulce, dijo, y su casi de inmediato se transformó en una hora, el apartamento estaba lleno de personas, y como pensé, Travis estaba repleto de arena, parecía haberse revolcado en esta.

Seguiré el consejo de mamá.

— Chiquillo, pero que sucio estás — apretándole la mejilla con cariño, haciéndolo reír— ¿Quieres que te ayude a darte un baño o puedes solo?

Se lo pensó, parecía querer decir que sí, pero algo lo detiene.

No es mi hijo, pero supongo que también le gusta ser mimado, a todos nos gusta un poco de mimos de vez en cuando.

— Si quieres que te ayude, sólo dímelo con confianza, y si no quieres mi ayuda, puedes decirlo también, a mí no me molesta en lo más mínimo — acuclillándome a su altura— Yo no soy tu madre, pero voy a criarte como una, voy a quererte, voy a protegerte, voy a mimarte — tocando su nariz— Así que confía en mí y siempre dime como te sientes y lo que quieres, siempre voy a querer lo mejor para ti, nadie te apartará de mi lado así que acostúmbrate a mi presencia, chiquillo.

Agradecí llevar el cabello sujeto en un moño alto, porque dos bracitos pequeños con arena rodearon mi cuello, luego sentí algo mojado y caliente, estaba llorando.

Mi familia se hizo a un lado para darnos algo de privacidad, pero el volumen de sus gritos no disminuyó, somos unos escandalosos.

— Tía... sí quiero ayuda, no sé cómo quitarme la arena... y yo... estoy feliz de saber que me quedaré con usted.

Lo cargué sin dificultad importándome bien poco la arena que se me pegaba al cuerpo y la ropa, caminando hacia el baño de su cuarto con él, cerrando la puerta, dando el agua de la bañera sin bajarlo.

— Esto es de por vida, así que no te preocupes más adelante si esto se acabará en algún momento, yo te criaré — besando su mejilla— ¿Quitamos el traje de baño sucio?

Asintió mientras lo bajaba al piso, sonriente.

— Bien, aquí vamos.

Le quité la ropa sucia dejándola en el lavabo para lavarla a mano más tarde y quitarle la arena, metiendo al niño a la bañera después, lavé bien su cabello, dos veces para quitar toda la arena, tomé la esponja suave y limpié su rostro, su cuello, sus brazos, su espalda, su pecho, terminando mi labor ahí.

— Recuerda que tus partes privadas puedes tocarlas solo tú — le recordé— Saldré un momento para que te limpies tranquilamente, y cuando termines, me llamas para ayudarte a salir, estaré justo fuera de la puerta ¿De acuerdo?

— De acuerdo.

Sonriendo.

— Cuidado con resbalarse ¿Ok? Con cuidado.

— Sí tía.

Tomando el jabón.

Como le dije, salí del baño y cerré la puerta para darle privacidad, sacudiéndome la arena de encima, yendo hacia su maleta para buscarle ropa, las tardes eran un poco más frías acá, no quiero que mi propio pequeño bastardito se enferme, tendré que pedirle consejos a mamá porque no tengo idea de cómo criar un niño, pero supongo que es parecido a Boris... yo creo...

Para cuando me llamó, dijo que había quedado muy, muy limpio, quitamos el tapón del agua y lo saqué de la bañera, sequé su cabello con la toalla primero, luego su cuerpo, acercando el secador para terminar con el trabajo, aplicando crema a su cuerpo para que no tuviera la piel tirante, caminando hacia el cuarto envuelto en una toalla seca para vestirlo, y de la mano dejamos el cuarto para reunirnos con nuestra familia.

— Cariño ¿Cómo están tus esposos? — preguntó la abuela— Escuché de tu madre que no muy bien, que Ardan estaba sangrando mucho.

— Sí... no están muy bien, Rhett vomitó un poco, pero al menos ahora están durmiendo tranquilos.

— Bueno, por hoy Alexei tampoco podrá salir, está despierto, pero amarrado en la cama, le di uno de esos castigos que tanto le gustan.

Sonriendo maliciosa.

Las Petrova somos cosa seria.

— Bueno, se lo merece por idiota, son unos brutos todos.

— No hay duda de eso mi niña, no hay duda de eso, pero por eso no vamos a beber ¿Cierto? Tengo que enseñarte a beber como lo hacen en rusia, vamos por las botellas, y tú, pequeño caballero — acuclillándose para mirar a Travis— Dile a tu tía/mamá/Boss/Aradia que te enseñe ruso para cuando vayas a visitarnos ¿Trato?

Travis sonrió.

— Trato.

— Para ti, soy la abuela cariño, bienvenido a la familia.

Desordenando su cabello antes de tomar su mano libre y guiarlo hacia el resto de la familia para comer algo antes de que mi madre se lo comiera todo, esperaríamos a que Travis fuera a la cama con mi pequeño Boris que en cuanto me vio se sujetó a mi pie con fuerza, para comenzar la fiesta y beber como si no hubiese un mañana.

***

A la mañana siguiente, desperté con un dolor de espalda terrible, la cama no era tan grande para los tres, Rhett deliraba de la fiebre, Ardan estaba con tercianas, pesadillas constantes, me quedé despierta prácticamente toda la noche para vigilar que no les pasara nada, sentándome en el piso con la espalda apoyada en la pared intentando no dormirme, o durmiendo a ratos, despertando asustada, viendo la hora en el móvil, preocupada de haber dormido demasiado cuando no llevaba ni cinco minutos, pero lo vale porque ellos se han desvivido por mí en muchas ocasiones, es lo mínimo que puedo hacer.

— ¿Podemos hablar?

Tres toques en la puerta dieron aviso antes de que papá entrara y viera la escena, a mí sentada en el piso y a mis dos chicos aún medio muertos en la cama.

— ¿Qué quieres, papá?

— ¿Dormiste ahí? — señalando el piso horrorizado— ¿Siquiera has dormido algo?

Me quité el cabello del rostro, levantándome y estirando la espalda.

— Prácticamente no he dormido, los chicos no pasaron buena noche, se te pasó la mano.

Se rascó la nuca, claramente arrepentido, levantando una bolsita de papel con su mano libre.

— Hice rollitos de canela, tus favoritos ¿Comemos mientras hablamos?

Suspiré asintiendo.

— Prepararé café.

— Sí, yo también lo necesito, tu mamá me hizo dormir en el balcón y entró el sofá — estirando la espalda, siguiéndome a la cocina— Tuve que dormir en el piso.

Sonreí dándole la espalda, mamá es cosa seria.

— Te lo mereces — encendiendo la cafetera— Ardan se equivocó y se lo recriminé, no debió faltarte el respeto, pero tú también tienes que aprender a respetar a mi esposo, si lo elegí fue por algo, y lo amo — girando para mirarlo— Ayer estaba muy asustada, Ardan no dejaba de sangrar, no tienes idea de lo preocupada que estaba — suspiré— No vuelvas a intentar matarlo papá, te quiero un montón, eres mi héroe, pero debes entender que mi vida está junto a los chicos inconscientes en la cama.

— Él dijo que tenían siete cuartos destinados para sus hijos ¿Cómo tú, mi niñita tendrá hijos siendo tan joven? ¿Por qué tantos? ¿Cómo no quieres que me moleste?

Suspiré.

— Sabes que como Boss en algún momento debo dejar descendencia, y créeme que no será nada obligado porque me siento lista para tenerlos en cualquier momento, además, mamá prácticamente me tuvo siendo una adolescente, y ambos sabemos que hizo un trabajo fabuloso, ella es mi mundo completo, adoro a mi madre, y sé que, con su ejemplo, con la forma en la que me crío, llena de amor, yo seré muy capaz de criar a mis propios hijos de la misma manera, sean los que sean.

— Pero cariño... siete...

— Ese pasillo no será sólo para los hijos que Rhett y Ardan me den, te estuvieron molestando, también contamos los que Rhett debe tener por su cuenta, los de Sabina y los de Dane, por eso pensamos que debemos hacer más cuartos.

Suspiró apoyando la cadera en la barra del desayuno, dejando los rollitos a su espalda antes de tomar mis manos.

— Me disculparé con ellos ¿De acuerdo? Y te prometo que hablaré con Ardan para arreglar la situación, hablar sin golpes de por medio — dijo antes de que respondiera— No quiero que nosotros nos alejemos porque no tolero a uno de tus esposos.

— Si lo conocieras papá... si fueras a nuestra casa, si vieras lo feliz que somos, te agradaría.

— Conviviré con ellos ¿De acuerdo? Con ambos, me disculparé, tesoro, así que por favor... no te enojes conmigo... Estoy arrepentido.

Algo me dice que mucho de esto es influencia de mamá.

— Bien, estás perdonado — rodé los ojos sin quitar mis manos de entre las suyas— Pero quiero que te disculpes con ellos, que te esfuerces por intentar conocerlos, ser agradable, quiero que mi papá me entregue al altar en Brasil y me gustaría mucho que fuéramos felices ese día.

— Te lo juro princesa — besando mi frente— Haré de tu día especial, perfecto, no te arruinaré nada — abrazándome— Lo siento otra vez... No quería matarlo, digo, no al principio, pero perdí la cabeza y yo...

— ¿Mamá sigue queriendo casarse contigo?

— Sigue queriendo.

— Gracias al diablo — suspiré— Entonces hay mucho que preparar, pero primero desayunemos antes de que yo te apuñalé con un tenedor.

Soltándolo para tomar el café, dispuesta a servirla en nuestras tazas.

— Me asusta lo mucho que te pareces a tu madre, eres mi karma.

— No es igual, es peor — dijo Rhett, sujetándose las costillas, dejando el cuarto— Aradia ¿Tenemos termómetro? Ardan está muy caliente, está teniendo pesadillas, estoy preocupado, me despertó lo mucho que murmura.

Solté a papá y me apresuré a caminar hacia el cuarto, Ardan parecía asustado por algo, sigue murmurando disculpas, dice "No me odies" o "Yo no elegí lo que soy" y también "No quiero... sé que tengo quince ya, pero no quiero hacerlo contigo... por favor..."

me acerqué a él, levanté su cuerpo a duras penas, acomodándome a su espalda, secando el sudor de su frente con mi mano.

— Rhett canta para mí cuando yo tengo pesadillas, yo cantaré para ti — acariciando su brazo— Tú tranquilo amor, estoy contigo, siempre estaré contigo, te amo tal cual eres Ardan De Santis.

— Oye tonto — Rhett se acercó, tomándole la mano— Ya te dije que me gustabas un poco, sólo un poco, no te emociones, así que quien sea que dijo que te odia, deja que le rompa el cuello por idiota, nadie podría odiar a alguien como tú.

Papá miraba desde el marco de la puerta, sorprendido al vernos así de unidos, nuestra dinámica es diferente a la suya, pero seguimos teniendo una relación y es tan real como la suya.









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BUENAS BUENAS TESOROOOS

COMO LES VAAA

COMENZAMOS EL CAPITULO CON NATASHA DISFRUTANDO DE LA TORTURA DE QUIENES LA TORTURARON POR AÑOS PRIMERO, NO HABÍA TENIDO EL  PLACER DE VER DE LO QUE SU HIJA ERA CAPAZ

SANTINO SIEMPRE DEMOSTRANDO QUE ESTÁ PARA ELLA SIN IMPORTAR NADA, SIENDO SU SOPORTE CUANDO LE CONTARON LO QUE PASÓ CON ERIS Y ARADIA, DEBIÓ SER DIFICIL PARA ELLA, NO LLEGARON A TIEMPO CUANDO LA SECUESTRARON 

Y YURA NOS SALIÓ BIEN CHISMOSA JAJAJAJAJA VINCENZO NO DUDA EN EXPRESAR CUANTO AMA A LA RUBIA, Y ELLA NO LO HACE NADA DE MAL, YA NO SE GUARDA QUE ESTÁ ENAMORADA

LUEGO TENEMOS A ARDAN Y CAESAR, UNA LUCHA DE TITANES

JODER, QUE AMBOS LITERAL NO SE SOPORTAN

CAESAR LO RECORDÓ TODO ESTE TIEMPO, PERO NO QUIERE QUE ESTÉ CERCA DE SU HIJA POR LA DIFERENCIA DE EDAD ¿CON QUÉ CARA?

ARDAN LE RECRIMINÓ LOS AÑOS EN LOS QUE ARADIA SE SINTIÓ AGOBIADA Y TRISTE

Y NOS ENTERAMOS DE QUE ALESS EN REALIDAD SÓLO HIZO EL SHOW PORQUE EL BRAZO ROTO NO LO TENÍAN

ESO SÍ, EL ZAR NO PUSO EN DUDA SI EL BRAZO DE ALESS ESTABA ROTO JAJAJAJAJA PORQUE SABE QUE SABINA ES FIEL A ARADIA AL 100%

Y JODER QUE LAS COSAS COMENZARON A SALIR MAL, EL ZAR SE ENOJÓ Y COMENZÓ A GOLPEARLO PARA MATAR, CASI PERDIMOS A ARDAN, SEÑORITAS

ARADIA ESTABA BIEN ENOJADA, PREOCUPADA, NI SIQUIERA PUDO DESCANSAR POR LA NOCHE

Y TRAVIS? ME ENCANTA ESE NIÑO, DE A POCO SE LE VE TOMANDO UN POQUITO MÁS DE CONFIANZA

LUEGO CAESAR LLEGANDO CON LOS ROLLITOS COMO OFRENDA DE PAZ PARA HABLAR CON ELLA, DISCULPANDOSE Y EXPRESANDO SUS MOLESTIAS

Y LA FORMA EN LA QUE RHETT Y ARADIA LO CALMAN... JODEEER, CAESAR ¿CÓMO NO VES EL AMOR?

NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO BEBAS

¿QUÉ CANCIÓN CREEN QUE ELLA LE CANTARÁ?

BESITOS EN LA COLA



XOXO

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