Capítulo 48
Abrí los ojos rápidamente al escuchar el conocido sonido del filo de los cuchillos al ser puestos en sus fundas, me senté de golpe mirando a mi alrededor, tomando el cuchillo en mi mesa de noche, observando a Ardan dar media vuelta en medio de guardar sus propios cuchillos, estaba frente a su gaveta, él vestido y bien armado.
— ¿Problemas? ¿Por qué no me dicen si hay problemas?
En la cama solo estábamos Boris y yo.
— ¿Dónde está Rhett?
Pregunté al verlo tomar otro par de cuchillos, acercándose a la cama, organizándolos tranquilamente mientras me miraba.
— No hay problemas, tranquila, es sólo una misión pequeña.
— ¿Y por qué vas tú si es algo pequeño?
— Porque es la primera misión de las chicas asignadas a mi escuadrón y necesito estar ahí para cuidarles la espalda en caso de que bajen la guardia, Rhett está organizando tu agenda de hoy y me llevo a los mellizos, Ares insistió y Eris... le dije que descansara hoy, pero sabes lo impulsiva que es, Marchetti por supuesto — rodando los ojos, sonriente— Los cuidaré bien, no te preocupes.
Asentí un poco asustada, me daba ansiedad que fueran a otra misión por lo que le sucedió a Eris, pero esta fue su decisión y yo no soy quien para cortarle las alas, no quiero ser ese tipo de persona.
— Sí... te los encargo, por favor — llevando las manos a mi cabeza, he dormido demasiado, me duele— Ayer... No terminamos nuestra conversación — dije viéndolo ponerse tenso— ¿Hacemos borrón y cuenta nueva? La verdad, Rhett tiene razón, no desperdiciemos tiempo.
Asintió acercándose para besar mi mejilla.
— Me gustaría mucho eso, gracias — sonriente— Hoy quitarán todo de esos cuartos, quitarán las cosas, cambiarán el tapiz, desaparecerá todo, y me deshice de los juguetes también, tienes razón, fue un error ocupar esas cosas que ocupé con... ellos en tu cuerpo, fue mi error, compraré cosas nuevas, pero me gustaría que habláramos de eso más tarde, sobre las cosas que quieres ocupar y que no, tendré la misma conversación con Rhett.
Sigo pensando en contratos y sumisos, me molesta, pero sé que no lo hace con esa intención, él intenta no ponerme incomoda con el tema siendo que ya estoy incomodísima.
— O puedo no comprar nada, cómo tú quieras, no sé si lo prefieres o... o no sé...
Respondió él con incomodidad, tardé sólo unos segundos en pensar mi respuesta y ya está así... no quiero que nuestra dinámica sea esta de ahora en adelante.
— Sí, hablemos de eso más tarde, y agradezco el gesto de que desaparezcan los cuartos y los juguetes... no me gustan, no me gusta nada saber que otros... —suspiré— Ok, no hablemos más de esto, ya fue suficiente ayer — acomodando mi cabello— ¿Qué hora es?
— Son las nueve — terminando de guardar sus cuchillos— Habla conmigo ¿De acuerdo? Si hay algo que te molesta, cuéntamelo, no quiero que te sientas incomoda en tu casa, esta es tu casa y yo soy tuyo, no hay ni habrá otra chica además que tú.
— Ni chico — puntualicé— Además de Rhett.
— Ni chico — Respondió él— Ustedes serán los únicos en mi vida siempre. Oye pelinegra — sujetando mi barbilla para que lo mirara— Te amo ¿De acuerdo?
— Yo también te amo — sujetando su camiseta para acercarlo, plantando un beso en sus labios— Cuídate hoy aunque sea una misión simple, nunca se sabe cuándo puede complicarse.
— Volveré de una pieza y con tus hermanos impecables, no te preocupes.
Besándome otra vez.
Dejé la cama en cuanto caminó a la gaveta otra vez, un par de municiones es lo que le faltaba, para el De Santis nunca eran suficientes armas.
— ¿Y Travis? Fui irresponsable y dormí gran parte del día, él es mi responsabilidad.
— Está en su cuarto, despertó hace unas horas, a mí ni me mira, de las mucamas se esconde, Eris no lo ha intentado porque ha estado dando instrucciones a las chicas ahí abajo, mostrándoles el plano del lugar, los planes B, C y D, en caso de que el principal falle, ya sabes, lo que hace una capitana.
Estoy orgullosa de Eris, joder.
— Iré a ver al pequeño entonces, tiene que desayunar — atando mi cabello en un alto moño— Nos vemos abajo, me despediré de todos, les desearé éxito.
Asintió estirándose para tomar mis calcetas largas, él conoce mi outfit para andar por casa.
— Nos vemos abajo, Ari.
Me puse las calcetas y dejé el cuarto deseando escuchar el Bombón salir de sus labios otra vez, extrañaba ese apodo meloso.
Toqué tres veces fuera del cuarto del niño sin querer invadir su espacio, eso no va a ayudarle a sentirse seguro aquí, pero no escuché ninguna respuesta de su parte.
— Oye chiquillo — dije en un volumen fuerte para que me escuchara— ¿Puedo pasar?
Acariciando el pelaje de Boris que terminó por seguirme, sujetándose a mi pierna.
— Soy Aradia, el Boss.
— ¡P-pase!
Dijo con timidez, esa fue mi señal para cargar a Boris con delicadeza, mi cuerpo estaba delicado y mi pequeño oso ya estaba pesando mucho, o quizá soy yo que sigo fatigada y eso me hace una débil, eso debe ser.
Entré al cuarto y cerré la puerta tras de mí, caminando hacia el pequeño que aún se mantenía en la cama cubierto completamente por las mantas, se ve pequeño el bultito en esta gran cama.
— Buenos días, chiquillo ¿Por qué no has ido a desayunar aún? El desayuno es importante para alguien de tu edad.
Boris dejó mis brazos y buscó como meterse debajo de las mantas, adora las camas, cree que vamos a acostarnos, pero pareció asustar a Travis, salió de la cama rápidamente, subiéndoseme encima, abrazándome por el cuello, temblando.
— Tranquilo, chiquillo — acariciando su espalda— Este es Boris, mi mascota — acariciando el pelaje del oso— Es dócil y cariñoso, es un bebé aún, su mamá murió en manos de cazadores y mi hermana lo trajo a vivir con nosotros.
Travis levantó la cabeza mirándome con un poquito de temor aún.
— Mira, parece que le gustas — viéndolo empujar el hocico hacia la pierna del niño— Hazle cariño, te prometo que no te hará nada.
Tardó un par de segundos en tomar valor y estirar su mano para acariciar el pelaje de Boris, riendo cuando este chupó su palma, cubriendo su boca inmediatamente después, mirándome asustado.
— Lo siento, no volveré a hacerlo.
Se excusó.
— ¿Qué cosa no volverás a hacer, cariño?
Pregunté confundida, acariciando su espalda.
— Reírme, papá dice que los hombres no nos reímos, no nos tomarán en serio si nos vemos felices.
Ese hijo de puta...
— Tu papá era un idiota — sentándolo en la cama— En esta casa nos reímos todo el tiempo, somos fieles creyentes de que hay tiempo para todo en esta vida, así que...
Estiré mis manos y le hice cosquillas al pequeño, escuchándolo reír tanto que terminó derramando un par de lágrimas, agitado y con sus mejillas sonrojadas, se ve feliz acostado como una estrella de mar en la cama.
— Esa es la carita que más me gusta — tocándole la punta de la nariz cuando le di tregua— Aquí nos gusta sonreír y ser felices, aquí siempre demostramos como nos sentimos sin temor, así que no temas en ser tú, Travis, sé quién tú quieras y no dudes en pedirme lo que necesites ¿Trato?
Estirando mi mano hacia él.
— Trato, tía.
Sonreí.
Prefiero que me llame tía a que me diga cuñada siguiendo la mentira de Ardan, eso delataría inmediatamente lo que hizo y es importante que su papá no se entere... aún.
— Entonces ¿Vamos a desayunar? Me suenan las tripas, yo con hambre no puedo pensar.
Se sentó en la cama otra vez y asintió.
— Debo... cambiarme de ropa ¿Qué debo usar aquí?
Miré su pijama de dinosaurios, bonito pijama.
— Bueno, si no vamos a salir, puedes quedarte así como estás, sólo ponte las pantuflas, el piso está frio.
— Está bien.
Bajó de la cama y se puso las pantuflas sin dificultad, estirando su mano hacia mí.
— Vamos a comer, chiquillo.
Bajé a Boris y tomé la mano del niño, viendo al primero corretear a nuestro alrededor, bajando las escaleras corriendo mientras nosotros lo hacíamos un poco más lento, Travis me preguntó al menos tres veces si me sentía bien porque hacia muecas cada vez que bajaba un escalón, es un buen niño, sólo nació en una mala familia.
Llegué al comedor, la mesa atestada de chicos y chicas por igual llenándose como si su vida dependiera de ello, el lugar de Rhett estaba vacío igual que el mío, y junto a Ardan, un puesto vacío que pienso es para Travis, Eris estaría sentada junto a él, eso es bueno.
— Buenos días pequeño bastardo — besando la coronilla de Ares— Buenos días pequeña tontuela — besando su coronilla— ¿Cómo te sientes?
— Estoy perfecto, así que no te preocupes, quiero ir con Ardan al trabajo.
Dejé a Travis en su silla y yo fui a la mía viendo a Boris correr directo a la cocina, él ya tiene su propia rutina.
— No iba a impedírtelo, tú sabrás lo que haces, es tu vida y yo no voy a interferir en como quieres llevarla, así que disfruten su misión y cuiden a las chicas.
— Por supuesto — sonrió amplia mi hermana— Gracias Ari.
— Traeremos buenas noticias, eso seguro.
Dijo Ares, confiado.
Las mucamas pusieron un tazón de leche tibia para Travis, un sándwich y unas galletas de chispas de chocolate, el chiquillo alucinaba con todo lo que le pusieron en frente.
— Tía ¿Todo es para mí? ¿Puedo comerlo?
Preguntó en volumen bajo.
— Sí cariño, todo es tuyo, aliméntate bien para que crezcas grande y fuerte.
Respondí en el mismo volumen, guiñándole un ojo, sonriendo al verlo tan feliz comenzando a comer.
— Los niños son lo tuyo también ¿Es que hay algo en lo que no seas perfecta?
Dijo mi esposo.
— Bueno, Travis ya es grande, no es tan diferente a como trato a los mellizos.
— Esos cuartos que desmantelaré podríamos ocuparlos para nuestros hijos.
Sonrió amplio mientras yo lo miraba horrorizada.
— Son siete cuartos.
Puntualicé.
— ¿Necesito poner más?
— ¿Cuántos hijos quieres tener, carajo?
— Bueno, entre los que Rhett y yo pensamos darte, los que Rhett debe tener por su cuenta y los hijos que Sabina y Dane tendrán... yo creo que siete cuartos es poco.
María, la mucama en jefe tomó mi taza y vertió café caliente, colocando un plato de rollitos de canela frente a mí, también un volcán de chocolate.
— Señorita, en nombre de las mucamas, quiero informarle que desde que el señor nos despidió de nuestras... otras funciones nunca lo hemos visto con otras intenciones, nunca ha sido nuestra intención ofenderla, nosotras...
— María, no hablemos del tema o iré a incendiar la cocina mientras ustedes están dentro, y me aseguraré de que no puedan salir.
— S-sí señora, lo lamento.
Retirándose rápidamente.
Creo que comeré un poco antes de que haga realidad mis amenazas.
Tomando un rollito de canela, dándole una buena mordida.
— ¿Segura que no vas a hacer explotar nada hoy? Me da un poquito miedo dejarte sola.
Dijo Ardan, acercándome un sándwich de queso caliente.
— No lo sé, depende de si vuelven a sacar el tema.
Dándole una mordida al sándwich, estaba rico.
— Ari... tú las escuchaste, ellas sólo se desempeñan como mucamas ahora.
— Que sepan del tema quiere decir que hablaste con ellas ayer sobre esto.
Por el diablo, soy una maldita esposa toxica ¿Qué me pasa?
— Lo saben sólo porque les pedí que sacaran todo, sólo por eso.
Asentí abriendo la boca para morder el sándwich que me acercó.
— Déjame desayunar, te aseguro que veré el mundo desde otra perspectiva luego.
— Está bien, come Aradia, come todo lo que quieras.
Dedicándose a alimentarme pidiéndole a las mucamas disimuladamente que se fueran.
Un solo comentario y hoy rodarán cabezas.
Luego del desayuno, salí a despedir al escuadrón deseando éxito a las chicas en su primera misión, viendo a los mellizos subir al auto con Ardan y desaparecer todos juntos, saliendo de la mansión.
— Tía ¿Qué vamos a hacer?
Preguntó Travis sujeto a mi camiseta, quería ver cómo todos se alejaban.
— La tía tiene trabajo que hacer ahora, pero podrías ir a ver a los caballos mientras tanto — dijo Rhett, apareciendo tras nosotros, asustándonos— Está el veterinario en su visita mensual, es un sujeto agradable, dile que eres sobrino del Boss, te aseguro que te divertirás.
Travis lo miró con desconfianza, ocultándose tras de mí.
— Es mi esposo — Bueno, no aún, pero pronto lo será— Estás muy a salvo con él, te lo dije, en esta casa no se mueve una hoja sin que yo lo sepa — acuclillándome frente a él— De hecho, a las diez llegarán los niños de tu edad para comenzar sus lecciones, son niños De Santis, aprenderás trucos increíbles, los De Santis lanzan cuchillos con los ojos vendados, se guían por el sonido ¿No crees que es genial?
Los ojos le brillaron, al parecer el gusto por las armas era algo que tendrá en común con mi otro esposo, lo criaremos como un De Santis después de todo.
— ¿Seguro puedo ir? ¿No me regañarán?
Negué acariciando su cabello.
— Tú dile que yo soy tu tía y que eres Travis De Santis, ese es tu nuevo apellido, no lo olvides.
Asintió.
— ¿Qué hora es... señor?
Preguntó a Rhett.
El castaño se sorprendió al ver que el niño le estaba hablando.
— Para ti son... — mirando la hora en su reloj— las nueve y cuarenta y cinco, yo que tú me apresuraría para cambiarme ¿Necesitas ayuda?
— No, puedo hacer las cosas yo solo... pero gracias.
Vaya... tenemos un avance.
— Entonces, ve a cambiarte, chiquillo — le dije yo, irguiendo mi postura— En el patio hay un enorme galpón, ahí es dónde se reunirán, y yo estaré en el despacho, pregúntales a las mucamas por mí si me necesitas ¿Bien? Recuerda que estás a salvo aquí porque yo todo lo veo y todo lo sé, tendré un ojo puesto en ti en todo momento.
Abrazó mi pierna sonriente, mostrando dos filas de dientes.
— Gracias tía.
— Ve a cambiarte, Travis, nos vemos más tarde.
— ¡Nos vemos!
Soltó mi pierna y corrió hacia las escaleras, subiendo con rapidez, desapareciendo en dirección al pasillo.
— Es un buen niño, de a poco tomará más confianza — dijo Rhett, tomando mi mano— Al menos ya sabemos que las armas le gustan y se siente seguro si sabe que tú lo estás vigilando, dos cosas para poder manipularlo.
— Para hacer que se sienta seguro — corregí— Vamos ya ¿Qué tenemos que hacer hoy?
Caminando juntos hacia el despacho, tomé asiento en mi silla y él se sentó frente a mí.
— Bueno Boss, hoy tienes que recibir a una mujer que hará negocios contigo sobre el hotel que querías adquirir, le hice una oferta que no dudó en aceptar, viene a firmar, tengo los documentos listos, los legalizaré en cuanto se vaya, ella llega en treinta minutos. Luego iremos a presentar respetos por los fallecidos del día de ayer, están siendo enterrados en estos momentos — asentí, al menos me aseguré de vengarlos, todos los bastardos que los hirieron de muerte fueron cruelmente masacrados— Luego tenemos la reunión mensual con los lideres.
— Alto ahí — levantó la cabeza de la tableta, mirándome— Antes de que lo olvide o ustedes se me adelanten, yo haré los anillos, ya robé la medida de ambos mientras dormían, y notificaré a los lideres mi decisión de contraer nupcias nuevamente, no dirán nada, les he dado bastantes razones para temerme y no cuestionarme.
Asintió antes de que le permitiera expresar sus preocupaciones, Rhett sigue sintiéndose un poco fuera de lugar con todo esto, pero haré mi mejor esfuerzo para hacer que sea cómodo para él.
— De acuerdo, le diré a Ardan que te encargas de eso entonces, y recuerda que es la primera reunión con Isla, sería bueno que la presentes como es debido, la mujer debe estar ansiosa y nerviosa.
Asentí, tiene razón.
— Lo siguiente en la lista es una reunión con Max, la secretaria de Ardan, acordaremos la fecha exacta para poder hacer las reservas. Si trabajamos como perros, en tres semanas puedo liberar unos cuatro días como mucho, he estado revisando, por lo que hablé con ella, Ardan también podría esa semana y en esos días, tiene un par de contratos que firmar, unas visitas, mantenciones de equipo y esas cosas, sus negocios, ya sabes.
Sí, claro que sé.
Rodando los ojos, todo lo que tenga que ver con el tema me molesta, que bronca.
— Y al anochecer tenemos el rito de la iniciación, hay varias chicas entre los nuevos reclutas, eso es bueno ¿No crees?
Asentí sonriente.
— Me gusta saber que las cosas comienzan a cambiar.
— Ah, lo olvidé, mañana temprano salimos hacia Hawái, tu mamá está con la ansiedad viva y quiere que la acompañes en el proceso, dijo también que servirá para tener una boda tranquila, para que el Zar, Ardan y yo limemos asperezas, la dama dijo que tu padre quiere romperme el cuello... y a Ardan también.
Jalando del cuello de su corbata, las amenazas de mi padre son bastante reales.
— ¿Por qué mi madre te llama para avisarte a ti?
— Porque tú jamás contestas ¿O acaso sabes dónde está tu móvil ahora?
— P-pues no sé, pero de todas maneras...
— Que me avise a mi a que te avise a ti es lo mismo Sweety, te llegará el mensaje completo siempre.
Sonreí asintiendo.
— Gracias. Entonces ¿Qué tan temprano salimos mañana?
— Yo te despierto, no te preocupes.
— Travis y Boris van con nosotros.
— No se me estaban quedando abajo, te lo juro, de hecho, ya le informé la situación a tu madre, dijo que está orgullosa de ti, que Yura hizo lo mismo por ella y gracias a eso ahora tiene padres que valen la pena.
Mi madre es la mejor, joder.
— Bien entonces se hizo el día mierda — estirando el cuello— Tenemos una agenda grande por delante.
Rhett me miró alzando una ceja.
— ¿Qué?
Pregunté.
— ¿Por qué no estás cambiándote de ropa?
— Oh, cierto — poniéndome en pie— Ya regreso, si llega esa mujer, avísame.
Asintió, tomando el móvil, haciendo una llamada.
Sin Rhett me volvería loca, su organización me salva el pellejo siempre.
Salí del despacho y sin querer me topé con la puerta del despacho de Ardan abierta, escuché perfectamente a las mucamas hablar sobre sus experiencias con ciertos juguetes, probablemente los están quitando como Ardan ordenó, y yo, la masoquista, me quedé a escuchar un poco, odiando la idea de tenerlas aquí.
— Aradia, pensé que ya te habías ido.
Dijo Rhett saliendo diez minutos después, encontrándome apoyada en la pared cercana a la puerta para poder oír.
— Sí... ya me iba, me distraje, lo siento.
Caminando hacia las escaleras, crucé el pasillo y me metí al cuarto, directo a mi ropa, decidiéndome por un top suelto con hombro caído y unos mom jeans, no quería nada ajustado, necesitaba que sanaran mis heridas primero.
Solté mi cabello y me dispuse a ir al tocador, encontrándome con Rhett de brazos cruzados, apoyados en él.
— Qué te pasa, tú no estabas así.
Sentándome en el asiento frente al espejo, haciendo que lo mirara, tomando la crema, aplicando con delicadeza en mi rostro, mi maquillaje estaba encima, al parecer tendré el placer de dejar que él haga el trabajo hoy, Rhett es muy bueno con el maquillaje y los peinados, Santino le enseñó.
— No me pasa nada, es sólo...
— ¿Solo qué? Cierra los ojos.
Así lo hice, sintiendo las delicadas caricias del delineador en mis ojos, primero uno y luego el otro.
— Escuché a las mucamas hablando de cómo Ardan ocupaba los juguetes del despacho con ellas, que poses hacían, cómo las amarraba, lo que sucedía cuando iban a los cuartos, hablando del total desperdicio de deshacerse de ellos y... me molesta escucharlas, me gustaría cortarles la lengua para no volver a escuchar nada de ellas otra vez.
Abrí los ojos en cuanto el pincel dejó mis ojos, Rhett miró los trazos asegurándose de que quedaran igual y se ocupó de poner labial rojo a mis labios.
— Me encargaré de silenciarlas, tú tranquila, y no sé... te diría que te deshicieras de ella y traigamos mucamas de la casa principal Marchetti, son confiables, te conocen desde siempre, pero siento que pasaríamos a llevar al rubio.
Suspiré.
— Ok, habla.
Levantando el labial para que pudiera responderle.
— Siento lo mismo, quiero deshacerme de ellas, pero a la vez no quiero hacer tantos cambios en la casa, es su casa, él la armó como la casa de sus sueños y por mí ya está cambiando muchas cosas, entonces... no quiero desarmar lo que con esfuerzo construyó.
Regresó a terminar mis labios y tomó el encrespador, enchinando mis pestañas, colocando algo de mascara para dejarlas en su lugar.
— Ardan no se molestaría, lo sé porque ese idiota haría lo que fuera por ti, pero... yo también me sentiría mal si hacemos más cambios, ya duerme conmigo en la cama, está Boris, ahora llegó Travis, los mellizos que lo adoran y no desaprovechan la oportunidad para que él les enseñe algo sobre armas, o pasear a caballo, accedió al entrenamiento de las chicas aquí, accedió a que los perros entren y salgan de su propiedad cuando antes él vivía aquí sólo, entonces...
— Su vida cambió bastante con mi llegada, no quiero que haga más cambios y termine aburriéndose, me dijo que compraría juguetes nuevos porque a mí me molesta que ocupe los mismos que ocupó en ellas, pero ahora no estoy tan segura si quiero usarlos porque siento que me ve como las ve a ellas, lo mismo pasa con el hecho de bailarle otra vez ¿Y si sus sumisas lo hacían mejor? ¿Y si se aburre porque no es ninguna novedad? Me avergüenza que me vea ahora, yo pensé que había sido una buena idea para la boda la danza árabe, pero ¿Cuántos bailes así y mejores ha recibido? Entonces... entonces...
Rhett levantó mi rostro y acomodó mi cabello, sonriéndome.
— No pienses cosas negativas sobre ti, Sweety, eres maravillosa y estoy seguro de que todo lo que le des a él va a gustarle, yo me hubiese sentido el hombre más afortunado en la tierra si bailaras para mí.
Es cierto... es algo que nunca he hecho para él y sólo para él.
— Elige lo que quieres que te baile y lo haré, quiero bailarte a ti también, pero sólo a ti, no quiero que Ardan lo vea.
— Sweety... me gustaría mucho, pero si él se siente incómodo...
— Estoy haciendo las cosas equitativas nada más, él recibió un baile y es justo que tú recibas uno.
Encogiéndome de hombros.
— Quiero lo mismo que recibió él, me gusta como se mueven tus caderas y suenan esas moneditas en tus caderas, un baile árabe estará bien.
— Entonces apenas tengamos un tiempo, en la sala de música me vestiré y te daré un buen show — dejándolo aplicarme perfume— Vamos que tenemos un día largo por delante.
— Estaré esperando ese tiempo a solas, no lo olvides.
— No lo haré.
Cumplimos la agenda al pie de la letra, haciéndonos un espacio antes de la llegada de Max para cumplir mi promesa del baile, vestida con un traje rojo que cubría poco, casi idéntico al que ocupé en la boda, iba más o menos por la mitad cuando la puerta se abrió y María le mostró a Ardan mi ubicación, Ardan tenía un poco de sangre encima, estaba sonriendo, pero al ver que paré en cuanto me percaté de su presencia y apagué la música, intentando cubrirme... en ese momento supo que algo iba mal, se disculpó, nos pidió seguir con lo nuestro y se excusó diciendo que iría a tomar un baño, dejándonos a solas con Rhett otra vez, claramente no pude volver a concentrarme, me disculpé con el castaño, cambié mi ropa, tomé a Travis y lo monté conmigo en un caballo para visitar el lago al final del bosque.
El pequeño quedó fascinado con nuestro pequeño paseo, tocó el agua, acarició al cabello, tomamos un par de mandarinas que bajé del árbol más cercano escalándolo con un poquitín de dificultad, deleitándonos con lo dulces que estaban, hablamos un poco sobre el viaje que haríamos mañana y de que claramente iría conmigo, emocionándose por conocer el mar y poder bañarse en él, haré que le consigan unos bañadores para que se divierta cuanto quiera.
Y ya cuando se nos hizo la hora, regresamos a casa, Travis fue con el psicólogo para que conversaran mientras comían unos refrigerios y yo fui con Max y Rhett, de Ardan... no sabía nada, el castaño dijo que él había salido y que nos verá en el rito.
Menuda mierda todo este lío, todo mejoró un poco cuando el buen rollo de mamá se me pegó, ella está encantada con su nuevo embarazo, papá está feliz también, dice que este si que es el ultimo Marchetti que saldrán de sus bolas porque estaba convencido de que no habría más hijos luego de los mellizos, supongo que ese bebé es una niña, porque ya lo está jodiendo desde antes de nacer, mi sexto sentido de Petrova me lo dice.
Diez de la noche, me miré al espejo ya preparada para el rito, maquillada, con el cabello lacio, un top ajustado, un pantalón de cargo, mis botas de servicio y mis armas encima, colocándome el polo negro y corto para finalizar, dejé que Rhett terminará de alistarse y fui a comprobar si Travis estaba dormido, efectivamente fue así, estaba frito luego de todo el ejercicio que hizo hoy, le gustaron las lecciones con los De Santis, de seguro eso lo va a ayudar a abrirse a otras personas.
Besé su frente antes de salir silenciosa de su cuarto, reuniéndome con el castaño en el pasillo, tomé su mano y caminamos hacia los autos, encontrándonos con Sabina y Dane en el proceso, no los he visto durante todo el día ¿Qué habrán estado haciendo?
Y según dictan las reglas, nos dividimos en dos autos, Ares y Eris con ellos, dos autos más para mis escoltas y entonces fuimos al conocido almacén dónde el rito de la iniciación tiene lugar.
El espacio estaba organizado tal y como lo recordaba, cantidades impresionantes de alcohol, nuestros tatuadores a la derecha, mi gran silla al fondo, en el centro para escuchar sus votos y darles mi aprobación, música, las cuatro familias compartiendo en armonía, y los iniciados reconocibles por el brazalete amarillo que portaban en su brazo izquierdo, conté en total quince personas, nueve eran chicas.
— Llegó la hora, Boss, ve a hacer lo tuyo antes de que esos chicos se desmayen de la ansiedad.
Dijo Dane, dándome un empujoncito amistoso.
Este es mi primer rito de la iniciación siendo oficialmente el Boss, es emocionante.
— Ya regreso, guárdenme algo de alcohol.
En cuanto comencé a caminar, se me hizo divertido ver como me abrían camino intentando no chocar conmigo por accidente, di media vuelta y tomé asiento en mi trono, viendo a las quince postulantes a iniciados alinearse frente a mí, una rodilla apoyada en el piso, la mano derecha en puño apoyada en el pecho, miradas bajas.
La música cesó y las familias se alinearon.
— Damos inicio al rito de la iniciación— anuncié en voz alta— Como Boss, estoy orgullosa de ver postulantes femeninas en esta ocasión, me alegra saber que comienzan a tomar en serio el papel de las chicas, reconociendo que con la motivación correcta podemos reducirlos a cenizas si se nos da la gana — vi un par de personas temblar, mis castigos no eran menores— Y tampoco desmerezco la acción de los chicos, fieles perros que me han entregado su confianza, su tiempo, sus vidas, y eso es impagable, estoy agradecida por la presencia de todos los presentes.
De reojo vi a Ardan entrar al almacén vestido para la ocasión, acercándose a Rhett, susurrándose cosas, Sabina y Dane se involucraron también.
— No los haré esperar más tiempo, la primera chica de la derecha — esta levantó la cabeza— Nombre, familia y votos ¿Qué tienes para ofrecer a la mafia italiana?
La chica se acercó, tomó mi mano izquierda, besó el dorso y la apoyó en su frente, mirándome directo a los ojos después, dándome las respuestas a mis preguntas, hablando con una convicción increíble, entregándome su vida a mí y a la organización.
Los aplausos no se hicieron esperar cuando di mi aprobación y caminó hacia los tatuadores para recibir el honor del tatuaje de la serpiente.
Y así, chiquillo por chiquillo, los escuché a todos, recibí sus respetos, sus votos, sus vidas, sus promesas, aprobándolos a todos, viéndolos esperar su turno en los tatuajes, quitándose el brazalete que los diferenciaba del resto, ahora son uno de nosotros.
Luego vino la segunda parte, recibí el reporte de los cabecillas de cada casa, recibí sus respetos y escuché pacientemente casa por casa las inquietudes que presentaban, afortunadamente no era nada que no pudiera solucionar de manera rápida y fácil, fue divertido tener que guardar las formalidades con Santino y Lorenzo, mis suegros, no podía comportarme relajada con ellos como era siempre, había que guardar las apariencias.
Santino fue el ultimo en rendirme cuentas, se levantó del piso apenas terminó, guiñándome un ojo, sujetándome por los hombros, impidiendo que me pusiera de pie, señalando al chiquillo que venía entre las personas con un pastel entre las manos y unas velas encendidas.
¿Quién está de cumpleaños? Supongo que como Boss debería quedarme aquí para expresarle que me interesa, seguiré el silencioso consejo de Santino.
— Feliz cumpleaños, Aradia.
Dijo el rubio, sorprendiéndome ¿Hoy es mi cumpleaños?
Las cuatro casas, mis parejas, mi familia, comenzó a cantarme el cumpleaños en medio de mi desconcierto, no celebro hace tantos años que incluso olvidé la fecha, crecer no era un motivo de felicidad, solo ganaba más responsabilidades y más agobios, pasé tanto tiempo queriendo olvidarme de crecer y estancarme que ni siquiera puse en duda el hecho de no haber visto a mis amigos hoy, o la agenda llena cuando Rhett siempre me deja un par de horitas para mí, literalmente estuve todo el día atendiendo cosas.
— Pide tus deseos, Boss — dijo Rhett parado junto al rubio— Y sopla tus velas.
Pedí tres cosas:
Que la organización y el tratado fueran prósperos.
Que mis hermanos siempre gozaran de buena salud (Incluido el bebé en camino).
Que la vida me siguiera permitiendo ser feliz, porque realmente lo soy.
Soplé las velas y recibí los aplausos de todo el mundo, agradecí a las casas por sus buenos deseos y entregaron la torta para que fuera repartida, entonces comenzaron los abrazos, Rhett y Ardan los primeros, besándome en la boca.
— Felicidades Ari, que cumplas muchos años más.
Dijo el rubio.
— ¿Creías que a mí se me había olvidado qué días cumples años? ¿A mí olvidárseme algo con respecto a ti?
Dijo Rhett sonriente.
— Chicos... realmente olvidé que era mi cumpleaños, no tenía idea, gracias, fue un bonito gesto.
Sabina se me tiró encima, botándome al piso, plantándome un beso en los labios, fregando su mejilla con la mía, la que no estaba parchada.
— No tienes idea lo que me costó no contarte ¡Fui secuestrada! El viejo vino durante la madrugada, entre Ox, Rhett y Dane me amarraron y me subieron a su auto, volví a casa minutos antes de tener que venir al rito, será idiota tu tío.
— ¿Dónde está él ahora?
Riendo por las tonterías que hacen.
— Amarrado en la maleta del auto por idiota.
Encogiéndose de hombros.
— Sabina...
En tono de advertencia.
— ¿Qué? Se lo merece.
— Ve a sacarlo, se va ahogar ahí atrás ¿Con quién vas a casarte si se muere?
— ¿Puede ahogarse?
— Claro que sí, no llega aire ahí atrás.
— Pero metemos personas ahí todo el tiempo.
— Personas muertas Sabina — riendo— Ve a ver si sigue vivo.
— A la mierda — levantándose rápidamente— No sabía que las personas vivas no las podía dejar ahí atrás.
Corriendo hacia el exterior.
Es que Sabina nunca va a cambiar, ella me encanta así tal cual es.
— Mi turno, bonita — dijo Dane acuclillándose frente a mí, dándome un abrazo delicado— Traje un botiquín porque sé que Sabina es una bruta, deja que te ayudo.
— Deja que le de mis felicitaciones primero — dijo Santino— Sujetándome por las axilas para ponerme de pie— Niña Boss, espero que tus cumpleaños sean felices desde ahora y no motivo de agobio, espero que seas enormemente feliz y todo lo que desees se te cumpla.
Recibiendo su abrazo.
Joder, es que amo a Santino, es como mi segundo padre.
Tras él, vino Aless, Vitto y Ox, felicitándome, luego llegó mi tío un poco agitado y con la soga marcada en el cuello y las muñecas, pero al menos respiraba, su abrazó carecía de fuerza, supongo que aún se está componiendo, no dudó en apoyarse en la rubia después, sujetando su rostro para robarle un beso preguntándole que cuando lo amarraría otra vez.
Una familia disfuncional de tomo y lomo, me encanta.
Hablé por llamada con mi madre después, dijo que celebraríamos mi cumpleaños en cuanto llegara y luego se puso a llorar, papá dijo que estaba algo sensible con el embarazo y nos extrañaba mucho, que luego de la boda no moverá un dedo fuera de Italia y se relajará ahora que no tiene a los ancianos respirándole en el cuello, prometió que mi segunda boda será inolvidable y mejor que la primera, que estará conmigo en cada paso, y luego terminé llorando yo también porque realmente los extrañaba, claro que hablé con ellos afuera, no iba a dejar que las familias me vieran débil, por supuesto que no.
Al cortar la llamada, di media vuelta dispuesta a volver ahí dentro a la fiesta, mis planes se vieron frustrados al chocar con el cuerpo de Ardan, no lo sentí llegar, guardé el móvil en mi bolsillo y levanté la cabeza para mirarlo.
— ¿Qué haces aquí? Dije que volvería rápido, no tenías que venir a buscarme, aquí no hay peligro.
— Deja que revise el parche de tu estómago, es el corte más feo que tienes, ese golpe por culpa de Sabina pudo haberlo abierto.
Dijo levantando el botiquín.
— Claro... olvidé completamente eso — levantando el polo viendo que efectivamente el parche estaba teñido de rojo— Estaba tan contenta que no había sentido dolor.
— Vamos al auto, estaremos mucho más cómodos.
Asentí siguiéndolo hasta mi auto más grande que los otros, asientos en U, perfectamente caen seis personas ahí atrás, estaremos más que cómodos con todo ese espacio.
— Quítate el polo, Ari.
Dijo buscando en el botiquín lo que necesitaría.
Es extraño que me cure alguien además de Rhett, él siempre se encargó de esto.
Hice lo que me pidió dejándolo a un lado, quitándome el parche por mi cuenta, viéndolo arrodillarse entre mis piernas para trabajar más cómodo, comenzando a limpiar.
— Creo que tenemos que hablar.
Dijo él, rompiendo con el incómodo silencio.
— Tú y Rhett antes... cuando entré al cuarto de música, te detuviste.
Mordí la cara interna de mi mejilla, sabía que eso le había molestado.
— Intenté buscarte después, pero te habías ido.
— Rhett me contó que escuchaste un par de cosas de las mucamas ¿Es eso lo que te tiene así de distante? — tomando otra gasa con suero para limpiar mi herida— ¿O te incomoda que yo te vea bailar por lo que viste en esos cuartos?
Lo pensé unos segundos.
— Ambas cosas... son... ambas cosas...
— Voy a despedirlas.
— ¿Qué? No, no es necesario que lo hagas, no quiero que lo hagas.
Me alarmé.
No quiero que siga cambiando cosas por mi culpa.
— Entonces ¿Qué hago? —la desesperación palpable en su voz— ¿Cómo puedo hacer para que lo nuestro vuelva a ser lo que era?
Todo sin levantar la cabeza, ocupándose de mi herida.
Yo también quisiera saber lo mismo...
— Sólo... perdí un poquito de confianza en mi misma, eso es todo, me da vergüenza que me veas bailar, por eso lo hice cuando pensé que no ibas a llegar, Rhett dijo que le gustaría que lo hiciera por él alguna vez y era justo que lo hiciera, por ti lo hice, pero entonces tú llegaste y se me vino a la mente ese cuarto y... no pude seguir.
Su quijada se apretó al escuchar eso, por largos minutos no dijo nada y yo no lo presioné.
— Fue un error... un completo error no haber desmantelado esos cuartos apenas nos comprometimos, no sé en qué estaba pensando, no pensaba en ese entonces... estaba tan feliz por nuestra boda que... lo olvidé y ahora...
Sujeté su rostro y lo acerqué a mí para poder besarlo con ganas, deslicé mi lengua dentro de su boca, saboreando el whisky que debió consumir antes de venir a hablar conmigo, llevando las manos a mi pantalón, pateando las botas, dispuesta a desnudarme.
— ¿Qué estás haciendo?
Preguntó al ver mi pantalón junto con las bragas llegar a mis rodillas.
— Me desnudo, obvio.
Estirándome para poner seguro a la puerta antes de seguir en mi misión.
— Eso lo veo, pero ¿Por qué?
Siguiendo la trayectoria de mi ropa hasta verla descansar a mi lado.
— Creo que ambos lo necesitamos, necesito que me demuestres físicamente que me amas y tú necesitas que yo te demuestre que te seguiría eligiendo una y mil veces.
— Pero las cosas son incomodas entre nosotros en estos momentos... yo...
Lo silencié con un beso.
— Las relaciones no siempre son perfectas — sujetando el borde de sus pantalones de cargo— Lo siento por haberte hecho sentir mal antes, no fue mi intención.
Se levantó lo suficiente para bajarse los pantalones, mostrándome su orgulloso e hinchado pene, siempre listo para follarme.
— Lo siento por haberte puesto en una situación incómoda — quitándose todo de cintura hacia abajo, reuniendo sus cosas con las mías en el asiento— Yo sólo quería ser sincero, quería dejar de mentirte.
Separando mis piernas con delicadeza para ubicarse entre ellas, alineando su pene con mi entrada, mirándome antes de meterlo, buscando aprobación en mi rostro.
— Valoro tu sinceridad, el problema soy yo y mi falta de confianza, mejoraré, te lo prometo.
Moviendo mis caderas, dándole la aprobación que él necesitaba para comenzar a empujar, penetrándome.
— No tienes que mejorar nada, yo así te quiero, justo así.
Yendo por mis labios, moviéndose delicadamente, demostrándome cuanto me quería.
En estos momentos no estábamos follando como un par de animales, como siempre lo hacíamos, ahora estaba haciéndome el amor, lento, dulce, tomándose su tiempo.
— Lo siento... de verdad lo siento...
Rodeando su cuello con mis manos, acariciando el nacimiento de sus cabellos, disfrutando de la manera en la que su miembro me separaba y frotaba mis paredes, golpeando siempre en el mismo punto que me vuelve loca, él conoce mi cuerpo mejor que yo misma, sabe cómo y dónde me gusta, lo sabe siempre.
A pesar de haber tenido sexo normal por primera vez, lo sentí mucho más placentero, más intenso por todas las emociones que estaban sobre nosotros en estos momentos.
Ardan y yo nos quedamos un rato en el auto, apoyé mi espalda en su pecho y lo dejé trazar círculos en mi vientre con delicadeza luego de haber cambiado los parches sucios, digamos que se abrieron otras heridas luego de nuestra actividad.
Hablamos largo y tendido, me dio una y mil razones de por qué debería confiar más en mí misma, enumerando cosas sobre mí y mis habilidades desde que tengo quince años, ese psicópata no mentía al decir que me miraba a la distancia en ocasiones, y cómo él se estaba abriendo a mí, decidí contarle lo feliz que fui con nuestra primera cita, lo cómoda, lo normal... le conté cómo fui enamorándome de él, cuales fueron los detalles que me hicieron perder la cabeza, le conté todo detalladamente.
Para cuando regresamos a la fiesta, las incomodidades habían quedado en segundo plano, Ardan sostuvo el rostro de Rhett y plantó un beso en sus labios, dijo que para no perder la costumbre.
Regresamos a ser los mismos de siempre, nos faltaba un poco de tiempo a solas amándonos como a nosotros nos gustaba.
***
Cuando Rhett dijo que mañana en la mañana salíamos temprano, él no dijo nada de que saldríamos a las cuatro de la mañana, ni siquiera alcanzamos a pegar un ojo cuando regresamos a casa, las mucamas tenían nuestras maletas listas, fui por Travis ayudándolo a vestirse aún medio adormilado, cargándolo y cubriéndolo con una manta para que no se enfermara por la brisa nocturna, Boris fue cargado por Ardan y subimos a los autos otra vez, directo al avión, Travis durmió gran parte del camino sobre mí, mis chicos sentados a cada lado, Boris correteando por ahí y el cuarto de atrás siendo ocupado por las parejas cada tanto, un viaje de casi veinticuatro horas... había que buscar cómo divertirnos ¿No?
Al llegar a la isla, subimos a los autos y fuimos escoltados por mis perros hasta el hotel dónde mis padres se quedaban, el ultimo piso para todos nosotros, lo rentamos completo, la planta justo bajo nosotros para los perros, seguridad extra y comodidad, sólo luego de instalarnos y cambiarnos de ropa a algo más ligero, fuimos directo al enorme cuarto de mis padres, tocando la puerta tres veces.
Fue mi madre quien abrió lanzándose sobre mí en cuanto me miró, botándome la piso, repartiendo besos por mi rostro.
— Bueno ¿Y ustedes que esperan para revolcarse en el piso con su madre?
Le dijo desde el suelo a los mellizos. Ares y Eris no dudaron en ir hacia ella recibiendo sus besos y sus abrazos, mirándonos a Eris y a mí con preocupación, aún había rastros de aquel trabajo difícil.
— Llegaron mis personas favoritas — dijo papá colocándonos de pie uno a uno, besando la coronilla de todos— Los extrañé, pequeños bastardos.
Abrazándonos a los tres.
— También los extrañé papá, no tienes idea cuánto.
El siguiente en la línea de abrazos fue Santino, mamá se le colgó como koala comenzando a lloriquearle por no tenerlo cerca, que él conocía muy bien la frecuencia de sus antojos y extrañaba sus mimitos para dormir, digamos que era algo muy normal para ellos, ni papá ni Aless se ponen celosos por su relación.
El que si estaba celoso era papá, parecía querer matar a Ardan y Rhett en cualquier momento.
— Ok, no aguanto más — acercandose— Tú y yo hablaremos luego, chiquillo, bienvenido a la familia —le dijo a Travis— Y ustedes dos bastardos, iremos al gimnasio en la planta cero, fumaremos la hierba de la paz y veremos de qué están hechos, par de bastardos que quieren quedarse con mi niñita ¿Quién les dijo que ella es alguien simple que solo puedan compartir? Les voy a dar una puta lección.
Sujetando a ambos desde el cuello, arrastrándolos fuera de la habitación.
— Me da mucha curiosidad lo que van a hacer...
Dije yo.
— Espera a que llegue mi papá — dijo mi madre— Alexei se les va a unir y yo no sé cual de los cuatro quedará en peores condiciones, pero aprendí a ser relajada, que se rompan los huesos tanto como quieran, cosa de idiotas.
Encogiéndose de hombros.
— Bajemos a verlos en un rato, porfis — suplicó Sabina— Mi dama, siempre es un honor ver a su esposo deformar rostros.
— Mejor cuéntame de tu relación con Vincenzo ¿Cuándo se casan?
La rubia se sonrojo, Vincenzo la abrazó por la cintura, besando su sien.
— Nos casaremos apenas ella me deje hacerle una propuesta ¿Cierto, rubia loca?
Mamá me miró con sorpresa, acariciando el cabello de Travis.
— Chiquillo ¿Cómo te trata mi hija? ¿Te gusta su casa?
— Sí, me gusta mucho, la tía es agradable, me mima mucho y me da comida deliciosa, también paseamos a caballo, me entrena y me dice que siempre me tendrá un ojo encima para que me sienta seguro, me gusta vivir con ella.
Mamá le acarició el cabello.
— Mi hija es una buena persona, encontraste a alguien bueno, espero vivas una buena vida, ahora a comer, te propongo una competencia, quien come más chocolates, Caesar no quería jugar conmigo.
Arrastrándolo hacia la mesa más cercana, Travis terminó riéndose a carcajadas con ella, mamá no pierde el toque.
Joder, cómo la extrañaba.
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BUENAS BUENAS HIJAS DEL PECADOOO
COMO LES VA LA VIDA
EL CAPITULO LO COMENZAMOS CON ARADIA Y SUS MIEDOS, HAY COSAS QUE NO LOGRA SUPERAR
ARDAN Y ELLA SIGUEN SINTIENDOSE INCÓMODOS ¿COMO PUEDEN VOLVER A LO QUE ERAN?
Y TRAVIS, JODER, ADORO A ESE NIÑO YA, ME GUSTA LA FORMA EN LA QUE CONFIA EN ARADIA
ERIS TODO UN ORGULLO COMO CAPITANA, CON UNA FORTALEZA INTERIOR ADMIRABLE
RHETT DILIGENTE COMO SIEMPRE, UNA AGENDA BIEN ORGANIZADA
Y COMO SIEMPRE BUEN CONFIDENTE Y BUEN AMIGO/NOVIO SACANDO SUS HABILIDADES OCULTAS MIENTRAS CONVERSABAN
LAS MUCAMAS SE ESTÁN RE GANANDO QUE EXPLOTE LA COCINA, QUÉ QUIEREN QUE LES DIGA
Y LUEGO DE VER A ARADIA SINTIENDOSE INCOMODA CUANDO ÉL LLEGÓ EN MEDIO DEL BAILECITO A RHETT, ALGO SE QUEBRÓ EN ESE CORAZON
EL RITO DEL HONOR ESTABA SALIENDO INCREIBLE
LA NIÑA BOSS NI SIQUIERA RECORDÓ QUE ESE DIA CUMPLIA AÑOS, PERO A RHETT NO SE LE VA NADA CUANDO SE TRATA DE ELLA
ARDAN LLEGÓ A HABLAR CON ARADIA DESPUES CUANDO ESTABAN SOLOS, EN EL AUTO
ÉL Y ELLA SIGUEN CONTRARIADOS POR SUS PROPIOS MEDIOS, ARADIA LO NECESITABA Y ARDAN LA NECESITABA, NO DUDARON EN AMARSE COMO MEJOR SABEN, LIMANDO ASPEREZAS, CONVERSANDO CON CALMA DESPUÉS
Y LLEGÓ EL VIAJEEEEE
NATASHA ES IGUAL DE LOCA QUE SABINA, SE LE TIRÓ ENCIMA APENAS VIO A ARADIA, LLAMANDO AL PISO A SUS MELLIZOS TAMBIEN, UNA AGRADABLE FAMILIA
CAESAR FUMARÁ LA HIERBA DE LA PAZ CON LOS CHICOS JAJAJAJAJAJA TODOS SABEMOS LO QUE ESO SIGNIFICA
Y NATASHA SIENDO INCREIBLE COMO SIEMPRE, INCLUYÓ A TRAVIS COMO SI ÉL SIEMPRE HUBIERA ESTADO AHÍ
ADORO A ESA MUJER
NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO BBCITAS
BESITOS EN LA COLA
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