Capítulo 40

AVISO DE UTILIDAD PUBLICA, LENGUAJE EXPLICITO, VOCABULARIO VULGAR, NO LEER SI ERES UNA PERSONA SENSIBLE (CLARO QUE MIS PECADORAS SE PASAN POR LAS NALGAS MIS ADVERTENCIAS, ASÍ QUE ADELANTE Y MUESTREN LAS DOS MANOS, SUCIAS)

ARDAN.

Aluciné.

Nunca pensé que pudiese ver una imagen como esta, mi esposa, siendo follada desde atrás, mientras yo tenía su cabello bien sujeto en mi mano, moviendo las caderas para clavarme en lo más profundo de su garganta, viendo sus ojos llorosos, su rostro sonrojado, escuchando sus gemidos ahogados y la forma en la que rogaba que la cogieran más fuerte, completamente ida en el placer.

Ahora es cuando le agradezco al diablo por no haberme dado la espalda. Cuando Rhett me contó la realidad de por qué dejó a Aradia y me mostró la evidencia... se me cayó el mundo, pero yo haría lo que fuera por esta mujer, estaba dispuesto a ayudarlos a acercarse con tal de que ella fuera feliz.

Yo sabía que Aradia fue prácticamente obligada a casarse, yo sólo era mejor que los otros, por eso me eligió, y decía quererme, decía amarme, lo pasamos estupendo, pero ¿Si no era yo lo que ella realmente anhelaba? Los pensamientos sobre eso inundaban mi mente, necesitaba pensar en qué hacer, es por eso que desaparecí tanto tiempo en nuestra luna de miel, quería contarle todo, quería preguntarle, pero fui cobarde y egoísta, la quería para mí al menos esas dos semanas, la quería para mí siempre, porque la amaba, me había enamorado de la mujer que quizá pensaba en otro hombre, que amaba a otro hombre.

Cuando Rhett soltó la verdad en medio del castigo que Aradia nos impuso mientras lloraba, casi se me salieron los ojos, estoy muy seguro de que se me paró el corazón un par de segundos, comencé a sudar por otras razones, me temblaban las manos, estaba horriblemente nervioso, más nervioso que en toda mi vida ¿Y si la perdía? ¿Y si lo elegía a él?

El tiempo que pasamos juntos la conocí realmente fuera de esa mascara de dureza y fría perra sin corazón que aparenta a las demás casas y las mafias en general, conocí una mujer dulce, mimada y sensible, una mujer fuerte, de grandes habilidades, responsable y amorosa con sus hermanos, siempre anteponiéndolos a todos, una mujer amable con el personal, celosa y posesiva, una mujer de carácter fuerte que se ablandaba sólo cuando estaba entre mis brazos, una mujer que me gustaba cuando comenzó todo lo nuestro, una mujer que terminó robándome el corazón, estoy malditamente enamorado y no quiero perderla, me aterra perderla.

Le prometí a Rhett ayudarlo, le di mi palabra, razón por la cual respaldé la declaración de Rhett mientras se me partía el corazón, Aradia lo miraba como me miraba a mí, se resistía a dejar que él la tocara sólo porque estaba yo ahí, yo estaba estorbando.

Tenía pensado marcharme para darles tiempo a solas, no me sentía capaz de ver lo que sucedería, no quería ver como lo elegía a él, ellos tienen historia, nosotros somos prácticamente desconocidos ¿Por qué me elegiría?

Podría haber llorado de la felicidad cuando dijo que me amaba y que no quería perderme, ella lloraba porque no quería que me apartara de su lado, quería seguir siendo mi mujer.

En ese momento supe que haría lo que fuera para conservarla, por eso acepté el matrimonio con Rhett, si hay alguien que merece el amor de Aradia es él, se sacrificó para que ella fuera feliz aun si eso significaba dañarla un poco al principio, un hombre que nació para servirle a ella, un hombre que conoce cada rincón de ella, cada trauma, cada solución a cada problema aún no planteado, Rhett la conoce mejor que cualquier otro, y Aradia merece tener todo lo que desee, ya le han quitado mucho, es tiempo de que comience a vivir, que explore, que ame, que tome la decisión que quiera sin importarle lo que diga el resto.

Yo haría lo que fuera por ella, lo que sea.

— ¿Te estás ahogando Bombón? — sonriendo travieso— ¿Quieres terminar el juego?

Negó aún con mi pene hasta la empuñadura dentro, los ojos brillantes y las lagrimas recorriendo sus mejillas, tosió un poco sin retroceder, se está haciendo la dura.

— Vaya... hoy estás valiente — observando su garganta abultada, odiándome por tener el brazo roto ahora, quiero tocársela— ¿Qué dices Rhett? ¿Está comportándose como alguien valiente?

Cruzando mirada con el castaño, jalando a Aradia del cabello para que retrocediera y tomara algo de aire, viéndola respirar largas bocanadas, un hilillo de saliva escurriéndole por el mentón, una imagen tan erótica que dudo poder olvidar pronto.

— Yo digo que ella quiere más que esto, quizá quiera sentir lo que sintió cuando nos tuvo a ambos dentro — deslizando su mano entre sus piernas, Aradia gimió— Me gustaría verle el coño rosado por las embestidas y su rostro contraerse de placer — besando su espalda— Pero hoy haré lo que ella quiera, sólo lo que tú quieras.

Aradia sonrió con malicia, conocía muy bien esa cara, alguna maldad debe tener planeada esta masoquista de mierda.

— Bueno, ambos saben que tengo una doble personalidad cuando de ustedes se trata —limpiándose la boca con el dorso de su mano— Me gusta dominar a Rhett, pero me encanta que Ardan me domine a mí ¿Qué hacemos?

Rhett quitó su pene, escuchando a Aradia protestar por lo bajo, acomodándose el cabello, mirándola.

— Te lo dije, has conmigo lo que quieras, cualquier cosa, yo también disfruto de tu personalidad fuerte y me pone la manera en la que te dejas hacer con Ardan.

El castaño estaba completamente perdido.

Me alegra saber que Aradia sigue disfrutando que sólo la domine yo, y me pone mucho pensar en verla dominando a Rhett mientras yo la someto a ella.

— Rhett, acuéstate de espaldas en la cama — ordene— Vamos a divertirnos.

El castaño obedeció sin chistar sorprendiéndome un poco, no pensé que accediera tan fácil, quizá sea divertido someter a los dos, cuando quiere, quien será mi esposo es bastante sumiso.

— Aradia ¿Por qué no te le montas? ¿Me dejarías meter el mío también? Te prepararé bien.

Viéndola observarme sobre su hombro.

— Prepárame bien, aún estoy sensible.

Esa es mi chica.

— Por supuesto, seré delicado.

Gateó hasta ubicarse entre las piernas de Rhett, se levantó y ubicó sobre su pelvis, sostuvo su pene y descendió suavemente, ambos gimieron cuando llegó al final, y antes de que se lo pidiera, la pelinegra se inclinó hacia adelante, pegando su pecho al castaño, mirándome.

— Toda tuya, papi.

Golpee su trasero incapaz de contenerme, se ve deliciosa en esta posición, y el tatuaje... oh mierda, el tatuaje...

Mordí su nalga con mi nombre antes de darme cuenta siquiera, mi cuerpo se movió por sí sólo, viendo la hilera de dientes enrojecida en su blanquecina piel, Aradia dio un respingo en el proceso, pero no me dijo nada, estaba muy ocupada comiéndole la boca a Rhett, apretándole el cuello en el proceso, lo estaba ahorcando.

— ¿Qué pasa? ¿Olvidaste lo mucho que me pone verte suplicar y llorar?

Me saltó el pene endureciéndose a tal punto que terminé gruñendo, ver a Aradia en esa faceta me pone, me pone muchísimo.

Este matrimonio es la mejor puta idea de la vida.

— No lo olvidé, lo extrañé.

Se forzó a decir el castaño mientras Aradia le daba unos sentones que me resultaban dolorosos y eso que no me los estaba dando a mí.

A decir verdad, podría correrme con sólo mirarlos, la cosa se pone interesante por cada segundo que avanza, por lo que decidí quedarme de rodillas tras ellos, mirando mientras me masturbaba.

— ¿Qué pasa? ¿Ya quieres correrte? — aflojando el agarre en su cuello, sonriendo con malicia al verlo toser— Pídeme que te deje hacerlo — moviéndose más suave, después paró, quedando estática sobre su pelvis con el pene hasta el fondo— Te encanta suplicar después de todo.

Meciendo sus caderas ligeramente y luego deteniéndose, torturándolo. Era divertido ver como Rhett enroscaba los dedos de sus pies, las piernas le temblaban, pero no se movió, no hizo ningún intento por tomar la iniciativa, era Aradia quien mandaba.

— Ara... — se ahogó con la saliva— Aradia — intentándolo otra vez— Deja que me corra, por favor... por favor aprieta un poco más — apoyando su mano en las de Aradia quien las mantenía en su cuello solamente sin ejercer presión— Haré lo que me pidas, pero deja que me corra...

Sonrió traviesa dándole un corto beso, mirándome de reojo, silbando en cuanto miró lo que estaba haciendo, gesticulando un te amo antes de volver la mirada a Rhett, apretándole el cuello con fuerza.

— Tenemos un juego por delante, así que voy a hacer que te corras rápido, quiero ver cuanto semen de calidad puedes darme luego de todo lo que te has corrido, sucio pervertido — comenzando con los sentones otra vez, bajando con agresividad, yo no sé si Rhett puso los ojos blancos por esa razón o porque Aradia sí que lo está ahorcando fuerte, eso me prende— Mi perro favorito tiene que volver a ponerse la correa en cuanto regresemos, supongo que la tienes guardada.

Apretando un poco más fuerte, moviéndose más rápido, más agresiva, viendo con satisfacción como el rostro de Rhett se torna rojo rápidamente, su mano apoyándose en el brazo de nuestra chica, entreabriendo los labios, buscando aire, cerrando los ojos cuando se corrió, contrayendo todo su cuerpo.

La imagen fue tan erótica que terminé derramando mi esencia en la espalda de Aradia, escurriendo directo a su culo, mezclándose mi semen y el de Rhett que ahora le resbala por los muslos.

— Buen perro...

Le dijo Aradia, soltándole el cuello, viéndolo tomar grandes bocanadas de aire, tosiendo, intentando recuperar el aire perdido sin borrar esa tonta sonrisa de su boca.

— Yo... lo tengo guardado aún, no podía deshacerme de él, me lo regalaste tú, era especial.

Ahora estoy celoso, yo también quiero un collar.

— Haré que te lo pongas en algún momento — acariciándole el cabello— Y nos la vamos a pasar muy bien los tres — volteando el rostro para mirarme— Lo humedecí bien para ti — inclinándose hacia el frente— ¿Hice bien? ¿Me lo metes, por favor papi?

Apoyándose por completo en el pecho de Rhett, separando bien las piernas, dándome una vista fabulosa, mi pene duro y erguido pensaba lo mismo que yo, somos afortunados.

Gracias al diablo.

— No tienes idea de cómo me pone verte someter a Rhett —acercándome hasta posicionarme tras ella, metiéndole un dedo en la vagina, el pene del castaño aún dentro— Creo que acabamos de encontrar nuestra dinámica sexual perfecta — metiendo otro dedo, escuchándola jadear— Sigues blanda y suave por dentro, ni siquiera tengo que esforzarme por dilatarte — moviendo mis dedos como tijera, sintiendo el pene de Rhett temblar, lo estaba rozando en el proceso— Podría meter mi mano aquí y aun así la recibirías bien.

Cuatro dedos dentro, sus caderas tuvieron la intención de moverse para mayor contacto, fue el castaño quien la inmovilizó, apretándola contra su cuerpo, besándole el hombro.

— Quieta... ya viene lo que tanto quieres, ansiosa.

Alternando la mirada de ellos a su vagina llena por ambos, algún día metería mi mano ahí sólo para ver cómo reacciona, el fisting era una de mis practicas favoritas antes de conocerla, hay muchas cosas que debo contarle sobre mí aún.

Movió sus caderas nuevamente, desesperada por contacto, quité mi mano de su vagina escuchando sus protestas, golpeándola con fuerza en el culo, viéndola dar un respingo.

— Te han dicho quieta ¿No has entendido?

Jadeó observándome suplicante sobre su hombro.

— Por favor... por favor ya sólo... sólo mételo, estoy volviéndome loca.

Acaricié la zona enrojecida en su nalga.

— Aradia ¿Me dejarías ponerte algo aquí en una próxima vez? — acariciando sobre su otro agujero— Bien recuerdo que disfrutaste tener dentro el plug anal, disfrutaste como se frotaba en tu interior mientras el pene de nuestro amante y el mío estaban dentro...

Acariciando ligeramente, empujando con mi pene con suavidad sin querer invadir ese orificio, la lastimaría, sólo quiero ver cómo reacciona, qué rostro pone, qué dice su cuerpo.

— Sí, me gustó — admitió sonrojándose— Hice cosas que no había probado antes, pero me gustaron... quiero seguir explorando si es con ustedes — meneando las caderas— Pero ya ponlo, ponlo y dámelo como me gusta.

Tan demandante como siempre mi pequeña masoquista de mierda.

— Por supuesto Bombón, lo que tú pidas, te lo daré.

Besando su espalda antes de sujetar mi pene y empujar con suavidad, apretando los dientes por lo apretado que se sentía, escuchando a Rhett jadear bajo el peso de Aradia, sujetándola de la cintura con mayor fuerza, moviéndose ligeramente, rozándose con el mío, ambos terminamos gimiendo por eso, me detuve y tomé aire, si continuo así voy a correrme apenas lo ponga y no puedo manchar mi orgullo así.

Se siente demasiado bien aquí dentro, húmedo, suave y caliente, siento que se me va a derretir el pene en cuanto logre ponerlo todo.

— Continua, estoy bien... estoy bien...

Ay Bombón... si supieras que no me detuve por ti sino por mí...

Acomodando mi mano en su cuello, rodeando la delgada estructura, tomé aire y empujé con fuerza hasta meterlo por completo, viéndola arquear la espalda, soltando un gritito y una maldición.

— Hijo de puta, animal, bastardo — maldiciéndome— ¿Por qué no te estás moviendo? ¿Por qué tú no te estás moviendo?

Mirándome a mí y luego a Rhett, ambos cruzamos miradas, la misma sonrisa maliciosa.

Sujeté su cuello con fuerza, Rhett clavó sus dedos en sus caderas y comencé a moverme, usando mi agarre para empalarme más profundo en su interior, frotándome con Rhett dentro de Aradia, se sentía tan bien que dudaba poder durar por más tiempo, y en vista a que Rhett estaba siendo torturado por nuestra chica en el proceso, sus manos en el cuello de este, ahorcándolo, dudaba mucho que pudiese aguantar por más tiempo.

La humedad de nuestra chica fue lo primero que sentí, recorriéndole los muslos, un squirt y un profundo orgasmo que nos apretó de tal manera que no pude contenerlo por más tiempo, Rhett se corrió segundos después y puedo jurar que cuando le solté el cuello y apoyé mi mano en su vientre, lo sentí abultado por lo llena que estaba.

— Chicos... muy rico y todo — dijo ella, apoyándose en el pecho del castaño, los tres respirando de forma trabajosa— Pero en vista de que ya estaba algo dolorida y con las piernas temblorosas, no es de mi agrado informarles que no siento mis extremidades inferiores, háganse cargo par de sádicos de mierda, estoy demasiado cansada como para moverme.

Rhett y yo intercambiamos miradas y fue imposible no largarnos a reír, salí de Aradia, jadeando todos por el roce, Rhett lo sacó después, Aradia no se movió de su posición, parecía cómoda y a punto de dormirse.

— Sí que hicimos un desastre — bajando de la cama, observando la mezcla de fluidos— Me compadezco de quien tenga que limpiar todo esto.

— Hay toallas limpias en el mueble — señaló Rhett, arrastrándose con Aradia hasta apoyar la espalda en el respaldo, acariciando a la chica sentada sobre él, una pierna a cada lado de sus caderas— Agua embotellada en las gavetas inferiores, hay toallas húmedas también y ropa interior, este cuarto se utiliza para el sexo siempre, hay de la talla de Aradia y también del nuestro, mandé a acomodar cosas para ustedes aquí.

— Y esas cosas vamos a disfrutarlas los tres ahora, eres realmente detallista Rhett.

— Mi trabajo es mantener todo en orden para el Boss y su pareja, yo guiaría tu agenda si no tuvieras secretaria.

— Eres la pareja del Boss también — acercándome a la cama con todo lo necesario— Tienes que acostumbrarte a tu nueva posición — arrodillándome tras ellos— Aradia... tengo que sacar todo lo que metimos ahí dentro ¿De acuerdo?

El castaño hizo la cabeza para atrás y miró su rostro al ver que la pelinegra no responde.

— Se quedó dormida.

Avisó.

— Creo que nos emocionamos un poco.

Metiendo los dedos en su interior para arrastrar todo el semen fuera, es necesario limpiarla, debimos usar preservativo, estaba tan ansioso que lo olvidé.

— Aradia cumple veinte en cuatro días — Dijo Rhett, tomando toallas húmedas para limpiarle el cuerpo— Podríamos hacerle una celebración a lo grande, últimamente todo ha sido trabajo y trabajo, no le vendría mal un respiro.

— ¿Cuatro días? Ella no me dijo nada, yo sabía que su cumpleaños era este mes por los plazos que los ancianos le habían dado, pero nunca me dijo la fecha.

Procurando quitarlo todo mientras ella movía las caderas de forma innata, gimoteando en sueños.

— Aradia no suele celebrar sus cumpleaños, ni siquiera de niña. Ella solía decir que por cada año que ganaba, más asfixiada se sentía, prefería hacer que ese día que debería ser especial pasara simplemente sin mayor parafernalia.

Eso es triste...

— Vive estresada la pobre... me encantaría poder hacer más por ella.

Admití.

— Le haces bien — dijo mientras tomaba otra toalla húmeda y comenzaba a limpiar otra vez— Desde que te conoció, ella sonríe más, se siente menos estresada, más apoyada — sonrió— Sus ataques de pánico eran constantes antes, muy seguidos, las pesadillas la visitaban casi cada noche, no podía despegarme de ella, necesitaba saber que estuviera bien, porque me moriría de la pena si ella intenta quitarse la vida otra vez, de niña lo intentó ¿Te contó que se ha odiado prácticamente toda su vida por ser mujer? Desde que está contigo, dejó de odiarlo, ahora lo utiliza como una ventaja, ella se ama ahora, ama lo que es, ama lo que hace...

— Aradia merece ser feliz — coincidí, terminando de sacar todo, humedeciendo una toalla para limpiar bien la zona— Me contó de ese episodio de su niñez, me contó un poco de sus traumas, no todos claro, no tenía idea que lo pasaba mal tan seguido, hay mucho que debo conocer de ella aún, hay mucho que ella no sabe de mí todavía, quien era y que hacía antes de comprometernos por ejemplo, he hecho cosas de las que no estoy orgulloso con otras mujeres, he perdido el control con ella en ocasiones, tratándola un poco brusco, pero esta... sádica lo disfruta, me acepta tal cual soy — entregándole otra toalla mojada a Rhett para que termine de limpiarla bien— Siento que soy afortunado de poder seguir a su lado, nunca me sentí más cómodo y más aceptado que con ella, ya sabes que los De Santis tenemos mala fama, temía no encontrar a nadie que me soportara, temía quedarme sólo.

Limpiando sus piernas ahora.

— Debo admitir que en un desesperado intento por convencerla para que no te propusiera matrimonio, le dije que no le convenías porque eres un De Santis, lo dije sin pensar, mi papá es un De Santis y es lo mejor que me ha pasado en la vida junto con mi otro papá, en ese tiempo había tocado fondo y me sentía tan inútil, tan solitario... tenía miedo de perderla, más bien, la había perdido, se iba a casar con otro, yo estaba de manos atadas, ella te había elegido y yo no quería arruinarle eso, la felicidad, porque ya había sufrido suficiente — suspiró tembloroso, ocupándose de atarle el cabello con dificultad, tomando la liga que llevaba en la muñeca con los dientes para sujetarle el moño— No sabes lo agradecido que estoy de ti, me regresaste las ganas de vivir la vida, me regresaste a mi amor.

— Por Aradia haría lo que fuera, me enamoré de ella y todas sus facetas, me llevo bien contigo, esto — señalándonos— Nosotros tres... funcionamos, no se siente incómodo, es como si siempre hubiera sido de esta manera porque tú siempre estabas presente dónde sea que ella estuviera, y lo del beso... lo siento, Aradia hace que pierda la cabeza, no estaba pensando, sólo quería darle en el gusto.

Carcajeó bajo, viéndome limpiar mi propio cuerpo ahora, ese pervertido me estaba viendo el paquete.

— Bueno, entre hombres y sin que Aradia lo sepa, fue ese beso lo que me puso duro, eres un maldito bruto, no sé cómo Aradia te soporta.

Carcajee.

— Sin que Aradia se entere, me pasó igual, eres tan sumiso, perro — golpeándole la mejilla con suavidad— Quien te viera y quien te ve, disfrutas ser sometido.

Se sonrojó hasta las orejas, lo que provocó que riera un poco más fuerte, es divertido molestarlo.

— No te burles de mí, bien que le suplicabas cuando te estaba aplastando el pene con el pie.

Se defendió.

— Tú estabas suplicando más.

Puntualicé, tomando a Aradia para limpiarle el frente, dejando que Rhett se aseara.

— Que quede claro que yo no soy gay.

Me dijo.

— Yo tampoco.

Aclaré, recostando a Aradia en la parte limpia de la cama, metiendo sus piernas por los orificios de las bragas.

— Pero nos vamos a casar.

Dijo limpiándose, y admito que se me fueron los ojos, pero el mío es más grande.

— Así es, niño inteligente.

Me enseñó el dedo medio antes de continuar en lo suyo.

— Y vamos a tener que besarnos en la ceremonia.

Puntualizó.

— ¿Qué? ¿Ya quieres que te bese de nuevo? — lo molesté— A Aradia eso la prende, por hacerla feliz a mí no me molestaría.

Caminando hacia él sólo para molestarlo, inclinándome ligeramente hacia él.

— No te estoy pidiendo ningún beso, sucio pervertido.

Echándose para atrás.

— Ambos sabemos que volverá a pasar — sujetándolo del pelo, era divertido molestarlo mientras está sonrojado— Y sucederá más temprano que tarde.

Robándole un beso, guiñándole un ojo y soltándolo, regresando con Aradia mientras el castaño me observaba indignado.

— Te voy a acusar con la pelinegra.

Señaló de manera infantil.

— Dile — encogiéndome de hombros, vistiéndola— Te puedo apostar que va a ponerse cachonda.

Entornó los ojos y con piernas temblorosas se acercó, su ropa estaba tirada cerca de mí, iba un poco tembloroso y se le doblan las rodillas ¿Cómo no? Si Aradia casi lo mata a sentadas.

— Joder — sujetándolo antes de que terminara en el piso— ¿Estás bien?

Me miró por unos segundos, permitiéndome que lo ayudara a tomar asiento en la cama.

— Sí, estoy bien, Aradia me succionó la vida hoy, tengo sed y hambre.

Estoy de acuerdo, mi semen tampoco estaba tan concentrado como siempre, ese vibrador casi me deshidrató, casi.

— Pídele algo de comer a la azafata cuando salgamos — recogiendo su ropa, entregándosela— Yo saco a Aradia, temo que ambos terminen en el piso y se partan la cabeza.

Recibió su ropa frunciendo el ceño, sonrojándose un poco más, sin responderme, tampoco apartó la mirada.

— ¿Qué?

Pregunté.

— Eres demasiado bueno, ya veo por qué Aradia se enamoró de ti tan fácil.

— ¿Qué? ¿Estás cayendo por mí, Coppola?

Medio sonreí, molestándolo.

— En tus sueños, De Santis, no me gustan los hombres.

— Pero te vas a casar con uno.

— Agh, jódete.

Mostrando el dedo medio antes de comenzar a vestirse, y en cuanto Aradia estuvo lista, me limpié y vestí yo también, subiéndome a la pelinegra a la espalda, sujetándola del culo, rodeándole la cintura a Rhett, esforzándome en hacerlo más bien, con el yeso era un poco complicado, pero no quería que terminara en el piso, se le doblaban las piernas cada dos pasos mientras dejábamos el cuarto, el castaño sigue sonrojado y aceptó la ayuda a regañadientes, sabiendo que solo no podía salir.

— Lo escuchamos todo, yo sólo digo — anunció mi prima— Siempre he dicho que ese cuarto debería ser insonorizado, yo no sé cuantas pajas se han hecho todos aquí ¿Hueles el ambiente? Es olor a sexo, y aquí claramente no puedo abrir la ventana.

— Y lo pasamos muy bien Sabina, muy, muy bien, así que agradezcan el porno gratis que no se repetirá seguido.

Siguiendo mi camino, topándonos con Santino un asiento tras nuestros lugares, mirándonos de pies a cabeza.

— A la mierda, hijo ¿Entregaste el culo?

Preguntó el hombre.

Si Rhett estaba sonrojado antes, ahora estaba completamente rojo.

— P-papá, claro que no ¿Qué cosas dices?

— Bueno, en vista de lo que observo — dijo Aless, inclinándose hacia el frente para quedar junto a su marido— Y en base a mi vasta experiencia, se te doblan las piernas porque entregaste el culo, pregúntale a tu papá, le encanta morder almohadas ¡Aush!

Santino lo golpeó en el brazo ante el comentario, sonrojándose.

— No entregó el culo — carcajee— Aradia se puso un poco sádica y casi lo mata a sentones, por eso está así, sólo ayudo a que no se parta la cabeza en el piso — sujetándolo más fuerte, mirándolo con una media sonrisa— Pero ¿Saben qué sí hicimos?

Su codo se clavó en mis costillas, quitándome el aire unos segundos, haciéndome reír.

— No te atreverías...

Entrecerrando los ojos mientras me miraba.

— Ok, eso despertó mi curiosidad — dijo Aless— Suena a una historia que merece la pena ser contada.

— Aradia me lo contará todo más tarde papá — dijo Sabina, acercándose la chismosa— Te cuento ese dato importante para que puedas dormir esta noche, vieja chismosa.

— Vivo del chisme hija — tocándose el pecho indignado— ¿Qué es la vida sin detalles como estos? Sigo pensando que Rhett entregó el culo, por fin supo lo que es bueno en esta vida.

— Tu papá Aless también muerde la almohada en ocasiones, que no se haga el muy macho — dijo Santino— Así que sabe lo que dice.

Sabina y Rhett se asquearon por completo por la charla sexual de sus padres, ambos comenzaron a discutir sobre posiciones y quien se comía el pene de quién, preferimos ahorrarnos esos datos y caminar hacia nuestros asientos, Rhett junto a la ventana, me senté en medio y Aradia en el otro asiento, no pasó mucho rato para tener a ambos apoyados en mis brazos, completamente fritos.

— Entonces... ¿Entregó el culo o no? Con esto podría molestarlo por el resto de su vida.

Preguntó Ox desde los asientos de en frente, Dane se parte de la risa por la curiosidad de su novio.

— No lo hizo — reí bajo yo para no despertarlos— Digamos que... sólo practicamos algunas cosas para la boda.

— Sí entregó el culo — dijo Dane— Yo camino así, igualito.

— Yo opino lo mismo — respondió Ox— Lo tocó el gusano gay — carcajeando— Voy a joderlo de por vida por esto.

Carcajeé por lo bajo, hice lo que pude, lo siento Rhett.

Abracé a los dos por los hombros no sin antes ponernos los cinturones en caso de aterrizar y seguir dormidos, porque yo también estaba cansado y me espera una noche dolorosa que afrontaré con la frente en alto y la mejor de mis sonrisas, porque luego de años de estar solo, luego de años creyendo que algo no estaba bien conmigo y que jamás encontraría a nadie que me aceptara por lo que soy, recibiré el honor de la quemadura con la inicial de Aradia, una promesa de unión, amor, comprensión y protección de por vida.







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BUENAS BUENAS HIJAS DEL PECADO

CAPITULO DOBLE POR HABER LLEGADO A LA META SUPER RAPIDO 

CUANTAS SALIERON CON CALOR POR AQUÍ?

ESTOS SE PUSIERON BIEN APASIONADOS Y NO HABLO SOLAMENTE CON ARADIAA

COMENZAMOS EL CAPITULO CON LOS PENSAMIENTOS DE ARDAN CUANDO SE ENTERÓ

SENTÍ FEO PORQUE ÉL ESTABA SUFRIENDO

YA SABEMOS POR QUÉ DESAPARECIÓ EN LA LUNA DE MIEL, NO FUE POR TRABAJO

BEBÉ, LAMENTO HABERTE PUTEADO EN ESE ENTONCES

ARDAN ESTABA SUFRIENDO, ESTABA ASUSTADO, NO QUERÍA PERDERLA, PERO AÚN ASÍ  HIZO LO QUE CREÍA CORRECTO

AFORTUNADAMENTE SE QUEDARON TODOS CON TODOS, YO TAMPOCO PUDE ELEGIR

LUEGO TENEMOS EL TRÍO, ARADIA SE PUSO MODO SADICA, RHETT ESTABA ENTRE IRSE Y VENIRSE, LO QUE PRENDIÓ A ARDAN, LE GUSTÓ LA DINAMICA

Y PARA CUANDO LA PELINEGRA SE QUEDÓ DORMIDA POR EL CANSANCIO...

ARDAN MOLESTÓ A RHETT HASTA DECIR BASTA

INCLUSO LO BESÓ

DIGANME QUE NO SINTIERON LA TENSIOOOOON

Y TODOS PENSARON QUE RHETT HABÍA DADO EL CULO POR NO PODER CAMINAR JAJAJAJAJA

PERO NO CULPO AL CASTAÑO, ARDAN ES EL SUEÑO ARDIENTE DE TODAS

NOS LEEMOS EN EL PROXIMO CAPITULO BESTIES

BESITOS EN LA COLAAA

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