Capítulo 34
DANE.
Miré de reojo a la pareja a mi lado, Vincenzo no deja de sonreír y eso a mis ojos ya es una victoria para mi amiga, en cuanto a mí, Ox simplemente no sabe qué hacer, su rostro refleja pánico absoluto, tengo miedo de haberla cagado, de haber confundido las señales.
— Ya sabía yo que mis encantos no pasarían desapercibidos, rubia — dijo Vincenzo, estirando una mano para apoyarla en su mejilla— Yo también te amo, si hay una loca por la que me dejaría marcar, serías tú.
— ¿Hablas del rito del honor cuando no te he pedido matrimonio primero, ni pienso darte hijos?
La felicidad era palpable en la voz de Sabina quien no apartó la mano de Vincenzo, más bien, se apretó a esta, dejándose mimar.
Esto es como la escena de un gato arisco dejándose amar por primera vez, difícil de creer, pero bonito, se me encoge el pecho de felicidad al saber que le fue bien con su declaración.
— Eventualmente te casarás conmigo, lo sabes, soy irresistible — carcajeó por lo bajo— Pero me conformaré con esto mientras tanto, me gusta saber que me quieres tanto como yo a ti.
— No te emociones, hay muchas cosas que debo cambiar de mí misma primero, por ejemplo, mi actuar impulsivo que termina lastimándote.
Vincenzo se encogió de hombros, restándole importancia.
— Inconscientemente me dejas vivo, eso es suficiente para mí, trabajaremos en eso juntos... ahora ¿Qué me dices si me muestras las cuerdas que combinan con mis ojos?
Está perdido, definitivamente está en las redes de mi amiga y dudo mucho que quiera salir de ahí, acaba de ponerle en bandeja de oro la posibilidad de marcarlo con su inicial, el rito aún más importante que el matrimonio para la mafia italiana. Él va muy en serio.
— Trato hecho — tomando su mano— Y dile al idiota de tu hijo que haga regresar su mente, Dane está nervioso.
Vincenzo miró a Ox y lo empujó con el codo, haciéndolo reaccionar.
— Sé un hombre, los Marchetti no nos acobardamos.
— Pero papá... yo pensé que tú... que no lo sabías.
Mierda... acabo de sacarlo del closet, yo creí que Ox había sido lo suficientemente claro con sus coqueteos, su padre estaba en la mesa hoy ¿Cómo yo iba saber?
Ay mierda... la cagué.
— Soy tu padre, yo siempre lo sabré todo — desordenando su cabello— Y te apoyaré en todo también, has lo que te haga feliz siempre, no intentes contentar al resto, eso no te traerá nada bueno.
— No te molesta que yo... que nosotros...
Mirándome de reojo, atorándose con las palabras, sonrojándose.
— ¿Por qué iba a molestarme? Es tu vida, mírame a mí, con una rubia sádica que tiene la mitad de mi edad ¿Con qué cara podría juzgarte?
Entrelazando los dedos con los de Sabina.
— Hijastro, tienes mi bendición.
Dijo la rubia, fingiendo persignar a Ox, jodiéndolo, como siempre.
— No me digas hijastro, Sabina, joder.
Apartándola con vergüenza y molestia.
— Si en el remoto caso de que me casara con tu padre, cosa que no pasará, no te emociones — señalando a Vincenzo— Serias mi hijastro ¿Quieres un abrazo de tu no madrastra?
Vincenzo se la subió a hombro sin mayor esfuerzo, golpeándole el culo, impidiéndole a la rubia seguir perturbando los nervios de su hijo.
— Vamos antes de que los distraigas de su conversación, Ox, por si no lo recuerdas, Dane se te confesó y espera una respuesta de tu parte, se claro y déjate de rodeos.
Dijo el padre del moreno frente a mí.
— Golpéame el culo de nuevo y te dislocaré el hombro.
Amenazó la rubia.
Fue lo ultimo que escuché de ella antes de que cerrara la puerta.
— Dane...
— Sí.
Volteando al frente rápidamente, poniéndome rígido, observando a Ox deslizar la mirada por mi cuerpo prácticamente desnudo, una mirada tan intensa que se sentían como sucias caricias en los lugares indicados, si dejaba a mi mente divagar tendré una erección y todos van a notarla, con mi vestimenta es imposible poder disimularla.
— ¿Lo dices en serio? ¿Yo realmente te gusto? Digo... quizá estás confundido, quizá soy el primer chico con el que te besas y yo... yo no quiero ser un experimento para ti, me ha sucedido antes y es... doloroso.
Miedo.
El amor por lo general nos aterra, puede hacernos sentir en las nubes y al minuto siguiente lanzarnos de bruces al piso, es un arma de doble filo.
— No bromeo con este tipo de temas, Ox, cuando dije que me gustabas, lo decía de forma sincera, no eres el primer chico que me gusta, me he acostado con chicos antes, sé lo que me gusta, lo que quiero y el camino que quiero tomar, esto no es un juego para mí.
Dando un paso más cerca de él, intentando parecer alguien firme cuando en realidad estaba muerto de miedo.
— ¿Juras que no vas a romperme el corazón?
Preguntó casi en tono de súplica, estrujando el órgano que me palpita errático dentro del pecho.
— Eso no está en mis planes, te lo juro.
Le diré a mi padre que soy homosexual, se lo diré hoy mismo... luego de esto.
— Entonces yo prometo no romper el tuyo — tomando mi mano, la suya estaba temblorosa y algo sudada, estaba nervioso— Me alegra saber que tuviste el valor de ir de frente primero, yo no sabía bien como actuar contigo, eres tímido y eso es lindo, me gusta, me gusta mucho como eres — soltó de forma atropellada— Por eso terminé gustando de ti.
— Llevo semanas reprimiendo el deseo y las ganas que tengo de ti, estaba asustado que después de tener sexo, te alejaras — admití— Pero ahora... las cosas cambian ahora.
Dándole un apretón a su mano, sonriéndole travieso.
— ¿Quieres decir que... que ahora sí? — abriendo mucho los ojos— ¿Justo en este momento?
— Justo en este momento, ahora.
Mente sana come manzana, piensa en peras y no en bananas...
No puedo tener una erección aquí, no ahora... cuerpo no me traiciones por favor.
— Encantado de complacer tus demandas, bonito.
Respondió el pelinegro, acortando la distancia entre nosotros, sujetándome por la nuca para besarme la boca con esa agresividad característica suya que me alborota las mariposas y las aloja en... en mi...
Demonios, no...
— ¿Tan rápido te pones duro, bonito? ¿Tanto me deseabas entre tus piernas?
Ronroneó en mi oído, apretando mi cuerpo con el suyo.
— Otro par más que va a follar — la voz fastidiada de Rhett reventó mi burbuja— Cancelada la reunión, váyanse a follar, carajo.
— Eso iba a hacer — dijo yo, mirándolo por sobre el hombro de Ox, empinándome para eso, guiñándole un ojo— Quien puede lo aprovecha, quien no, se queja.
Lanzándole un beso para molestarlo, soltando un gritito ahogado cuando el Marchetti me alzó del piso, sujetando mis muslos para hacerme rodear sus caderas, apoyando ambas manos en mi culo para asegurarse de que no terminara en el piso.
— Suerte con este par de idiotas bebé — le dije a Ari, mirando con pánico a los únicos dos que quedaron en su despacho— Detalles sucios después de las diez.
— Los estaré esperando.
Contesto sonriendo a pesar de sus nervios.
Adoro a mis amigos, joder.
Ox nos sacó del despacho rápidamente, apoyándome en la pared del pasillo, frotándose sin vergüenza conmigo, arrancando un gemido de mi boca, aprovechando la oportunidad de colar su lengua dentro de mi boca y besarme con ansias, quitándome el aliento mientras me masajeaba el culo, acariciando con uno de sus dedos el lugar que invadiría pronto.
— Cuarto... lleguemos a un cuarto... las mucamas están mirando...
Logré articular en cuanto sus labios viajaron de mi boca a mi cuello, succionando y mordiendo sin piedad, empeñado en dejar marcas.
— No creo que digan nada sobre esto, escuché por ahí que Ardan era un desvergonzado que follaba donde le daba la gana, dudo que les sorprenda si te follo aquí mismo.
Me estremecí.
Sus palabras repercutieron directo a mi entrepierna.
— ¿Relatos recientes o antiguos? Porque si son recientes, voy a matarlo, a Aradia no le ve la cara nadie.
Moviendo mi cabeza hacia un lado para darle mejor acceso.
— Antiguos claro, Ari es mi prima, yo sería el primero en matar a Ardan si llego a escuchar que le es infiel.
Deslizando su mano dentro del short, tocando mi nalga desnuda, apretándola, obligándome a dar un respingo.
— Por favor vamos al cuarto... — suplique nuevamente, moviendo mis caderas para frotarme con él— Me da... vergüenza.
Levantó la cabeza, observándome con sorpresa.
— Claro, tienes razón... toda la razón, lo siento.
— Yo también estoy emocionado — dije— Pero quiero hacerlo dentro de cuatro paredes sin ojos curiosos.
Quitó la mano de mi short, alzándome con delicadeza, sujetándome bien para no caer.
— Al cuarto entonces, ya he estado ahí antes así que...
Entre besos y un par de manoseos indecentes de manos curiosas incapaces de quedarse quietas, logramos llegar a mi habitación, cerrando la puerta con seguro para no ser interrumpidos, sintiendo la cama a mi espalda y a Ox encajado entre mis piernas, empujando haciéndome gemir, denotando lo mucho que estaba disfrutando esto.
— Sé delicado... por favor — dije con voz temblorosa— Hace meses que no me acuesto con nadie y los Marchetti tienen mala fama.
Sonrió travieso, tomó mi mano y la apoyó en su entrepierna, carcajeando bajo cuando sintió que dejé de respirar.
— No es real, eso no es real.
Intentando convencerme.
— Lo siento bonito, pero es muy real.
Soltó mi mano, desabrochó su pantalón y se levantó de la cama, pateó los zapatos y dejó que la ropa se le deslizara por las piernas, sujetándose la erección sin pudor, dejando que el glande se le escapara por el elástico superior del bóxer, sonriendo al escucharme soltar un grito ahogado.
— ¿Puedo llamar a Aradia primero que me dé libre el día? — pregunté con timidez, sin apartar la vista de su pene— Si dejo que me metas eso, dudo mucho poder salir de la cama.
Sonrió asintiendo, se quitó la camiseta y recogió su móvil del piso, entregándomelo.
— Todo tuyo, guapo.
Asentí, desbloqueé su móvil presionando su cumpleaños como contraseña y busqué el a Aradia entre sus contactos, la pelinegra contestó casi de inmediato.
— ¿Ya la cagaste? Yo te hacia follando, no puedo solucionar tus problemas ahora, tengo dos problemas justo frente a mis ojos.
— Soy yo...
Dije un tanto avergonzado por mi petición.
— ¡Dane! ¿Pasó algo? ¿Necesitas ayuda? Este par de idiotas puede esperar.
Sonreí, esta chiquilla es maravillosa.
— Quiero pedir un favor, si es posible, claro.
Jadeando al ver a Ox quitarse la ropa interior, masturbándose sin pudor alguno, mirándome.
— Uy, bonito... pareces ocupado — dijo— ¿Qué favor?
— ¿Puedes darme el día? Sé que la misión es importante, pero las cosas se pusieron complicadas aquí y no creo... no creo poder dejar la cama pronto... sé que no debería estar pidiendo cosas así, pero yo... quiero esto...
Usando mi mano libre para quitarme el short y la ropa interior, lanzándola al piso, exponiéndome a él, dejando que me mirara.
— Claro, tomate el día, retomamos mañana, no te preocupes.
Corté la llamada y solté el móvil, separando las piernas, consciente de como se le iba la vista a mi propio pene, mis muslos, mi culo...
— Hay lubricante y condones en la mesa de noche, sé gentil, ese tamaño puede lastimarme.
Asintió embelesado, estirando su mano para abrir el cajón y tomar lo que necesitaba, apoyando luego una rodilla en la cama, acercándose para acomodarse entre mis piernas, deslizando su mano por mi pecho, atrapando mi tetilla con dos dedos, apretándola y jalando ligeramente, arrancándome un gemido de dolor y placer por las sensaciones que recorren mi cuerpo ahora.
— ¿Me estás provocando a propósito? — Preguntó, sujetando mi pene con su mano libre— Dane... yo quiero ser paciente — masturbándome— Pero te ves tan sexy justo ahora, tan caliente, tan confiado...
Deslizando el pulgar por mi glande, haciéndome temblar, ese es un lugar sensible y que él me esté tocando aumenta el morbo y el placer.
— ¿Y qué vas a hacer al respecto?
Me animé a decir, viendo su quijada endureciéndose.
— Vas a lamentarlo, por supuesto.
Derramó un poco de lubricante por mi culo y bajó su rostro, metiéndose mi pene en la boca mientras introducía uno de sus dedos por completo, forzándome a arquear la espalda y sujetarme de su cabello, intentando no correrme por lo bien que me sentía.
A Ox pareció gustarle que lo jalara del cabello cada vez que deslizaba su lengua por mi glande, los gruñidos que soltaba y los jadeos cada vez que levantaba las caderas para ir más profundo en su garganta me calentaban tanto como sus acciones y sus dos dedos dilatándome para no hacerme daño, todo él estaba volviéndome loco.
— Me voy a correr... Ox, saca tu cabeza — intentando empujarlo— Ox... por favor...
Rodeó mi muslo con su brazo y apretó mi estómago hacia abajo para mantenerme en mi lugar, su lengua no me dio tregua, su boca húmeda, su garganta apretada, sus sonidos... mierda... no pude evitarlo.
Me corrí en gruesas descargas calientes, empujando su rostro, apretándolo contra mi pelvis, si no quería salir, entonces me descargaré en lo más profundo de su garganta.
Para cuando acabé, solté a Ox, viéndolo lamer la comisura de su boca por dónde una gota de mi esencia intentaba escapar, el morenito parecía muy complacido por los recientes acontecimientos.
— Te dije que me corrieras...
Solté con voz entrecortada, intentando recuperar el aire.
— Yo pensé haber dejado lo suficientemente claro que es justo lo que quería que hicieras.
Inclinándose hacia adelante, besando mi boca.
— Eres todo un pervertido.
Solté.
— Más de lo que te puedes imaginar.
Forzándome a arquear la espalda cuando tuve tres dedos dentro otra vez, moviéndose en mi interior, dentro y fuera, volviéndome loco.
Recosté la espalda en la cama otra vez y separé más las piernas, sintiendo la incomodidad de otro dedo invadiéndome, moviéndolos cuidadoso hasta lograr que el dolor se transformara en placer y relajara mis facciones mientras su boca le daba atención a mis labios, cuello y pecho, siento que podría correrme otra vez.
— Ya estás listo — dijo sin observarme— Sólo relájate bonito, yo haré todo el trabajo.
Rasgando el paquetito plateado, tomó el contenido y lo deslizó por su erección, grande e imponente, chocando con su vientre.
— Sé cuidadoso, por favor.
Estaba nervioso, esto casi parece como mi primera vez.
— Tú tranquilo — inclinándose hacia mí, sujetando su verga— Si quieres parar, paramos, tú sólo házmelo saber.
Cerré los ojos al sentir el primer rastro de dolor e incomodidad, Ox llevó su mano a mi pene, masturbándome para borrar el dolor, quedándose quieto, esperando hasta volver a empujar otro poco, y así... poco a poco se clavó en lo más profundo, abultándome el vientre, viéndose perfectamente qué tan dentro de mí estaba, me sentía lleno y era un poco morboso de ver, podría correrme sólo viendo su sonrisa coqueta mientras acariciaba mi estómago, sintiéndose, sintiéndome.
— Muévete, sólo muévete.
Pedí, alzando las caderas, pidiendo un poco más de contacto, más de acción.
— ¿Seguro?
— Completamente.
Sujetándome por las caderas, se retiró un poco y empujó de una vez hasta la empuñadora, con esa acción terminé corriéndome patéticamente, demasiado rápido, pero eso pareció motivar a Ox porque descaradamente me hizo voltear en la cama, me levantó el culo y me penetró con fuerza, casi me corrí otra vez, casi, pero logré contenerme afortunadamente, soportando sus duras estocadas y esa verga fuera de este mundo.
Agradezco tener el resto del día libre joder.
***
ARADIA
Ambas parejas dejaron el despacho, me dejaron sola con el par de idiotas con los que menos quería hablar en estos momentos, tenía toda la intención de dar media vuelta y salir antes de que pudieran atraparme, pero el maldito me conoce muy bien.
— ¿Dónde vas, Aradia?
Rodé los ojos y miré al castaño.
— ¿Necesitas algo de mí?
— ¿Qué tal si salimos los tres a beber algo para limar asperezas? Algo me dice que quieres matarnos.
Sonriendo. El bastardo estaba sonriendo.
— ¿Qué comes que adivinas? ¿Crees que no intentaré cortarte el cuello sólo porque estaremos rodeados de otras personas?
— Pues... sí, tengo esperanza.
Voltee otra vez para dejar el lugar, en esta ocasión no fue Rhett quien se interpuso.
— Aradia... es sólo trabajo, Rhett y yo estamos en buenos términos ¿No te pone feliz eso?
— Pues fóllense entre ustedes entonces, a mí no me metan en tonterías sin consultarme.
Dejando el despacho a paso rápido, regresando a la sala de música, escuchando mi móvil sonar en la colchoneta bajo el tubo que estaba usando, se trataba de Ox, contesté de inmediato pensando en que quizá la había cagado, pero no, se trataba de Dane pidiendo el día porque las cosas se tornaron un poco intensas, claro que no interferiría en lo que tanto estuvieron esperando, un día no hará la diferencia, que hagan lo que deseen.
— Bombón...
Apenas corté la llamada, lo escuché llamarme desde la puerta, giré para verle la expresión de arrepentimiento que enmarcaba su rostro.
— ¿Qué?
Pregunté de mala gana.
— Debí consultar antes... lo sé, es que sólo... sólo...
— ¿Sólo qué?
Colocando los brazos en jarra.
— Tengo curiosidad por saber cómo era su dinámica, sólo quiero saber como eras con él y como eres conmigo.
— Quieres comparar ¿Para qué? Para que luego te enojes conmigo y hagas una escena de algo que no es mi culpa, de algo que tú decidiste.
Afligido ser acercó tres pasos a mí, manteniéndose a una distancia segura.
— Te juro que no voy a hacer ninguna escena, es sólo trabajo, tú dijiste que entregarías tu cuerpo si a misión si es necesario, pensé que no te importaría.
— Sí, lo haría sin dudar, pero estamos hablando de mi ex novio Ardan, no de un desconocido.
— A Rhett no le importas, entonces ¿Por qué armar tanto problema?
Fruncí el ceño.
— Es una broma ¿Cierto?
— Ok, está bien, ya capté — alzando ambas manos a modo de rendición— No volveré a hacer cosas que te involucren sin consultar, Bombón lo lamento... — acercándose— No creí que te molestaría tanto, como Rhett y tú han vuelto a ser amigos, él me parece un hombre confiable, necesita una buena coartada para la misión... pensé que no te molestaría.
Acariciando mis brazos con lentitud.
— Sí... Rhett y yo ya nos toleramos, me resulta eficiente su presencia, pero de eso a dejar que me toquetee y me bese, quizá que otras cosas... es algo muy diferente.
— ¿Prefieres a un desconocido? Eres el Boss, lo decía en serio cuando dije que me vendría bien un poco de ayuda extra para mantenerte un ojo encima.
Rodé los ojos.
— ¿Es muy necesario?
— Cariño... sólo quiero asegurarme de que todo salga bien, irás con un disfraz, pero ¿Qué pasa si alguien te reconoce y te sucede algo cuando yo esté distraído?
— ¿Distraído tú?
Medio sonriendo, alzando una ceja.
— Digo... revisando que la seguridad esté como corresponde, ya sabes.
— Sabina te va a degollar por la noche si te escucha decir que te harás cargo de la seguridad, ella se toma muy en serio su papel como mi asesina personal y jefa de seguridad.
Se encogió de hombros.
— Puedo con ella, tengo más años de práctica, así que sólo... ¿Puedes complacerme con esto y dejarme tener otro par de ojos sobre ti? Por favor...
Suplicó.
— ¿Sabes que, si me lo hubieses consultado de esta manera, dándome razones que tienen sentido, yo habría aceptado sin enojarme?
Sonrió culpable.
— ¿Estoy perdonado o todavía quieres ahorcarme?
— Siempre quiero ahorcarte, las razones varían, claro.
Sonriendo.
— Ve y dile a Rhett que todo sigue según lo planeado, dile que modifique mi agenda para las clases de baile con Sabina y Dane, trabajos muy urgentes que se los derive a mis hermanos, ellos pueden, y a ti, te quiero desnudo en la cama hoy, nada de trabajar hasta tarde.
— Sí señora.
Besó mis labios, dio media vuelta y desapareció por el pasillo, directo a mi despacho, dejándome a solas para planear un par de ecografías que podrían salvarnos la vida de ser elegidos al azar para entretener a los clientes.
***
Me miré al espejo, viendo el reflejo de una chica que no conocía. Rubia, ojos verdes, el collar de obediencia en mi cuello, sin perforaciones en mis pezones, pueden engancharse en la especie de vestido de metal, que llevo encima, un diamante en cada unión, este es un vestido de billones de dólares, Sabina lleva uno igual, ambas luciendo una diminuta tanga, literalmente se nos ve todo, sólo que ella ya no era rubia ni tenía ojos azules, ahora era una castaña de ojos color miel, sigue siendo preciosa, pero no le está gustando nada ser la mascota, sigue mirando el collar con odio.
En cuanto a Dane, pelinegro y ojos azules, de torso descubierto, ropa interior que cubría sólo el frente, dos elásticos bajo el culo, levantándoselo, y uno en la cintura para juntar todo el material, los diamantes formaban un taparrabos, cubriendo el frente y su trasero, claramente se ve todo, pero uno se siente más protegido... inútilmente.
Las versiones de nosotros que nos devuelven la mirada a través del espejo listas para entregar todo lo que esté a nuestro alcance y más para acabar con la mierda de seres humanos que se ganan la vida destruyendo la de alguien más.
Ahora no somos Aradia, Sabina y Dane, ahora somos Edén, Lilith y Apolo.
— Se me ven todas las tetas... — se quejó Sabina— Al menos son tetas bonitas, pero se me ven todas.
Se quejó.
— Dímelo a mí, jamás usé ropa interior como esta — dijo con horror Dane— Estoy seguro de que Ox no dejará pasar la oportunidad. Si follamos, miren en otra dirección, pero no lo detengan, me dará vergüenza, sí, pero sigo en esa etapa en la que siempre me apetece.
Carcajeamos.
Ha sido creada una nueva máquina sexual.
— Yo no sé qué pensar sobre hoy — mirándolos— Estará Ardan, estará Rhett, iremos a un lugar peligroso, tenemos que fingir bien, no podemos llevar armas encima...
— Ya practiqué mucho con Vincenzo — dijo Sabina— Confianza. Confiaré en que él me mantendrá segura al no poder llevar nada conmigo, le dejaré todo a él, es difícil porque no está en mi naturaleza ser protegida, pero confío en mi viejo.
— Y yo confío en Ox, sé que mantendrá la situación bajo control, haremos lo que sea necesario.
Suspiré temblorosa.
Supongo que dejaré mi vida en manos de mi ex y mi actual.
— Chicos, ya es hora.
Escuchamos al líder estadounidense tocar la puerta del otro lado, sin abrir.
— Ya salimos, estamos listos.
Respondí.
— Me van a ver las tetas...
Se lamentó Sabina, tomando el abrigo.
— Será sólo un rato, nosotros podemos.
Mirando los cascabeles en mis tobillos y muñecas, una cadena de diamantes y pequeños cascabeles que tintinearán mientras bailamos si es que alguno es elegido.
Tomé mi abrigo y pasé los brazos por los orificios, anudándolo en el centro para cubrir mi desnudes, esperé a que ambos hicieran lo mismo y dejamos el cuarto, descalzos, reuniéndonos con nuestras respectivas parejas para iniciar el show.
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BUENAS BUENAS BBCITAS
¿CÓMO VA SU DOMINGO?
COMENZAMOS EL CAPITULO CON DANE NARRANDO LO SUCEDIDO
SABINA FUE CORRESPONDIDA, VINCENZO ESTABA SALTANDO EN UN PIE POR SU CONFESIÓN
SE ANIMÓ HASTA A USAR LAS CUERDAS QUE COMBINAN CON SUS OJOS JAJAJAJA
Y A DANE NO LE FUE NADA DE MAL TAMPOCO
OX NO SABIA QUÉ DECIR POR LA PRESENCIA DE SU PAPÁ... SI EL CHIQUILLO FUE DE LO MÁS DIRECTO EN EL DESAYUNO
VINCENZO COMO SIEMRE TRANQUILIZANDO A SU RETOÑO, TE AMO VIEJO
A DANE LE DIERON COMO CAJÓN QUE NO CIERRA JAJAJAJAJA
HASTA EL DÍA LIBRE PIDIÓ
Y ARADIA TUVO SU CONVERSACIÓN CON ARDAN
POR UN LADO ESTABA EL MORBO QUE ESTE SENTÍA POR LA SITUACIÓN
POR LE OTRO, NECESITABA QUE ALGUIEN MÁS LE PUSIERA EL OJO ENCIMA AL BOSS
SU SENTIDO DEL DEBER Y DE LA PROTECCIÓN, COMO DE SANTIS SIEMPRE TERMINA GANANDOLE
RHETT... NO SÉ ¿QUÉ APUESTAN?
¿QUÉ PROCEDE EN ESTA MISIÓN? TENGO MIEEEEDO.
NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO BEBAS
BESITOS EN LA COLA
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