Capítulo 32

Recostada en una reposera a la sombra sobre mi toalla, con un Sexo en la playa en la mano, refrescándome, secándome al aire luego de haber nadado un rato para despejar mi cabeza.

Mis escoltas recostados en las hamacas contiguas con un agua de coco con alcohol entre las manos, lentes de sol incluidos, observamos al perro arrepentido que se acercaba caminando por la arena, vistiendo un short de playa, una camisa de manga corta abierta, mostrando esos abdominales a los que me gusta pasarle la lengua, y sus cicatrices, luciendo estas últimas como medallas, acercándose con sonrisa culpable, cargando una enorme copa entre las manos de algo que parece malteada con crema, se ve delicioso.

Espero que no intente sobornarme con eso porque descubrí que soy muy débil ante la comida y el sexo.

— Vaya, hasta que decides aparecer.

Viéndolo arrodillarse junto a mi reposera, dejando la copa sobre la mesita entre el escolta De Santis y yo.

— Lo siento... sé que no es excusa, pero lo olvidé, estaba tan sumergido en la misión que se me fue el tiempo y yo...

— Y te cortaste el cabello.

Hablando en tono neutro, dándole un sorbo a mi trago.

El largo cabello rubio que tenía, ahora luce rapado a los costados y detrás, un flequillo texturizado, más bien un corte Ragnarok, cortándole el cabello en capas hasta la nada, se ve masculino y sexy, sí, mi hombre siempre ha sido sexy, pero no entiendo por qué se cortó el cabello que tanto cuidaba.

— Es por el bien de la misión, tú te vas a disfrazar, yo no puedo parecer yo o...

— ¿Se puede saber por qué estás trabajando en nuestra luna de miel?

Pregunté con molestia, desviando los ojos hacia la copa... se ve deliciosa, quiero ponerle las manos encima y eso me distrae de la discusión.

— Ari... yo sólo quería tener todo listo para tu regreso, quería ayudarte... se me fue el tiempo, se me olvidó la luna de miel.

A mis espaldas escuché a los escoltas emitir un sonido que coincide con mi pensamiento, la está cagando.

— ¿Se te olvidó? — pregunté alzando una ceja— ¿Y si a mí se me olvida que estoy casada? Porque vendré al carnaval sí o sí esta noche, ya tengo un cuarto de hotel, ropa y calzado.

— Q-quiero decir, no se me olvidó — se corrigió— Es sólo que... mi vida se resumía sólo en trabajo, ahora te tengo a ti y es todo tan nuevo que... que lo olvido, olvido lo bueno que tengo ahora y la cagué, lo sé, lo siento un montón.

Tras de mí el De Santis intentaba no reír, debe resultarle interesante ver a su duro capitán suplicando y rogando.

— Si no te hubiesen avisado que pensaba irme si sigues anteponiendo la misión antes que a nosotros, no hubieses venido.

Tomando la copa, después de todo, debe ser para mí, quiero cómela toda antes de que la crema se deshaga.

— Iba a terminar de cortarme el cabello y regresar al yate...

Mi vista se desvió desde su rostro hasta su camisa, dónde un par de labios deformes en rojo estaban dibujados.

Me hierve la sangre de los celos en estos momentos, lo voy a matar.

— Al parecer te la pasaste bien mientras te cortaban el cabello.

Señalando la mancha de labial.

El grito ahogado de los escoltas lo dijo todo, saben que voy a matarlo.

— Aradia, fue una turista, se tropezó, probablemente intentaba coquetear, le dije que estoy casad...

— Ahórrate las explicaciones — interrumpí— No te las estoy pidiendo.

¿Es que estoy destinada a que todos los hombres de mi vida sean una mierda?

— Aradia, te lo juro por Boris, ella fue la estúpida que se me cruzó buscando algo, te prometo que no hice nada, estoy casado contigo ¿Por qué buscaría algo más?

— Señorita, mi deber es protegerla a usted y sus propiedades — dijo uno de los escoltas que vino con él— Yo creo que le interesará ver esto.

Entregándome su móvil.

Puse Play al video viendo a Ardan sujetando por los brazos a la chica pelirroja que se le abalanzaba mientras esta se empinaba intentando llegar a su rostro.

— Ya te lo dije, estoy casado — Dijo el rubio— ¿Cómo más quieres que te lo explique? ¿En qué idioma?

— Casado, pero no muerto — ronroneó ella— Y además... — mirando a su alrededor— No veo a tu esposa por aquí ¿Por qué no nos divertimos un rato? Habrá carnaval hoy, te prometo un espectáculo para ti sólo hoy, en mi cuarto.

— Tú no conoces a mi esposa — carcajeó sin gracia Ardan, alejándola— Mi esposa es una víbora astuta, si se entera de tu presencia y de lo que acabas de decir, va a poner sus bonitas manos en tu cuello y te va a matar, no lo digo en sentido figurado, era literalmente va a matarte, así que te aconsejo soltarme, dar media vuelta y hacer como si esto no hubiese pasado.

Un Coppola se les acercó.

— Tengo la obligación de reportar esto al Boss — dijo el castaño— Tenemos su rostro, señorita, le sugiero que corra muy lejos de aquí, porque si ella nos pide que le demos caza, será alimento para los peces por la mañana.

Sonreí de lado.

Adoro a mis escoltas.

— L-llamaré a la policía, están amenazándome de muerte, eso es completamente ilegal, yo sólo quería divertirme.

Temblando de pies a cabeza mientras su rostro pierde color.

— Llámala haber si te ayudan ¿O crees que tratas con personas comunes y corrientes?

Le dijo un De Santis, acercándose, intimidándola.

— Revuélcate con quien quieras, menos con el hombre del Boss — dijo el Coppola, empujándola con asco para que soltara a Ardan— Búscate a cualquiera, menos al esposo del Boss, ella no tendrá piedad de tu alma si se llega a encontrar de frente contigo y sabe lo que intentaste hacer.

La chica dio media vuelta y se echó a correr, perdiéndose por las calles de la ciudad.

— Parece que nuestra pelirroja al final fue inteligente — Dije yo regresando el móvil— Lamento haber dudado de ti.

Mirando a Ardan.

Por muy enojada que esté, hay que saber reconocer los errores propios.

— Bueno, la prueba estaba a la vista, cualquiera hubiese dudado — mirando mal a los escoltas— No sabía que me siguieron para ser unos soplones.

— Como esposo del Boss, es nuestro deber mantener su seguridad, el Boss nos mataría si sabe que algo le sucedió por descuido nuestro.

Dijo un Caruso.

— Pero ahora están de soplones, además, no necesito que nadie me proteja, puedo hacerlo muy bien por mi cuenta.

— Reglas son reglas — dijo un De Santis— Usted firmó un contrato prenupcial, uno de los incisos dice que no puede salir sin escoltas, nunca.

— Debí haber leído mejor ese documento que Santino me pintó tan bonito...

Apretando los dientes.

— ¿Ya comienzas a arrepentirte de casarte conmigo? — pregunté— Yo te advertí cuales eran los riesgos, te dije que sería molesto.

Bebiendo media malteada de dos sorbos, los nervios me hacen comer más.

— Arrepentirme nunca, sólo me gustaría haber leído mejor ese documento, no sé qué cosas puedo hacer, cuales no, y si hay reglas, cómo cumplirlas.

— Le diré a Santino que te envíe una copia.

Dije.

— Está bien, pero ahora... deja que te compense lo de ayer ¿Vamos a nadar?

Tomando mi mano con lentitud, como si temiera que lo apartara.

— No lo sé ¿Lo mereces?

Alzando una ceja en su dirección.

Los De Santis se parten de la risa al ver la situación, hijos de puta burlescos.

— No, no lo merezco, pero quiero compensarte, por favor...

— Una malteada no es suficiente para disculparte.

Dándole otro buen sorbo a mi copa.

— ¿Almuerzo, turismo, jacuzzi y carnaval? Sólo tú y yo bebé, mañana bucearemos, podemos ir a ver el arrecife, lo que quieras.

— ¿Sin trabajo de por medio?

Sólo para estar segura.

— Sin trabajo de por medio, nos ocuparemos a nuestro regreso, le diré a Rhett que quieres matarme y que se encargue por el momento.

— Tú le avisarás — mirando al Coppola— Notifícale y dile que si descuida la inauguración del hotel al que debe asistir por mí con el resto de mi círculo íntimo, lo lamentará.

— Sí, Boss.

Bebí el resto de mi malteada y dejé la reposera tomando la mano que Ardan me ofreció luego de quitarse la camisa, viéndolo besar mis nudillos mientras le mostraba el dedo medio a parte de su escuadrón que no paraba de reírse de él.

— Gracias por perdonarme, sé que la cagué, tenemos sólo una semana y yo desperdicié un día y parte de la mañana.

Dijo apenas nuestros pies tocaron el agua, caminando más y más profundo hasta tener le agua al pecho, yo ya no tocaba, sé nadar, pero era mejor rodearle la cintura con mis piernas y sujetarme por sus hombros.

— Si hay algo que tienes que saber sobre mí — acariciando su cabello, lamentándome por los centímetros que faltaban— Es que no me gusta sentirme sola, mi miedo al abandono me hace ser insegura... puede que eso te sofoque en ocasiones y lo siento, es sólo que... me gusta como me siento cuando estoy contigo.

Rodeó mi cintura con sus brazos y besó mis labios de manera corta, negando mientras sonreía.

— Esto me gano yo por casarme con una chiquilla, quieres ser mimada todo el tiempo ¿Quién soy yo para ir en contra de los deseos del Boss?

Sonreí como él.

— Lamento las reglas, los escoltas, que te graben... no sé si está en el contrato, yo no lo leí, pero debe ser molesto.

— ¿Hay algo importante que deba saber? Algo que Santino te haya dicho.

Me encogí de hombros.

— Puta idea, pero supongo que nos enteraremos sobre la marcha.

***

Tal y como prometió, nos divertimos el resto del día, fuimos a dar un tour, compramos artesanías para llevar a casa, recogimos un tronco gigante para que Boris jugara y fuimos directo al cuarto de hotel que rentaron mis escoltas para nosotros, tomamos un baño relajante en el jacuzzi mientras nuestro oso correteaba por el lugar, luego cada quien se preparó para el carnaval en habitaciones separadas, quería sorprenderlo.

Debo admitir que la sorprendida fui yo.

Cuando vi a Ardan, lucía una falda tipo gladiador, cada rectángulo puntiagudo lucía un color diferente alternándose entre plateado y dorado para combinar con mi traje, luciendo unas sandalias de cuero, como accesorio, llevaba un collar de plumas en el cuello, además de utilizar glitter para pintar una línea vertical que cruzaba por sobre su ceja hasta media mejilla, cruzando sobre su ojo en tono plateado.

— Exquisito.

Dije yo, repasándolo de pies a cabeza.

Admito que el corte de cabello lo hace ver mucho más caliente, de ser eso posible.

— Digo lo mismo, Bombón — repasando mi cuerpo— Te ves... wow... serás la envidia de las mujeres ahí abajo.

— Y te puedo apostar que puedo darte un mejor show privado que esa pelirroja — acercándome a él, deslizando mi índice por su pecho— Puedo bailarte samba si quieres, iría bien con el traje.

— Tentador... muy tentador — apretando mi culo— Tus shows son lo único que me gusta.

Carcajee tomando una de sus manos, arrastrándolo fuera del cuarto antes de que no saliéramos y nos quedáramos follando ahí, pidiéndole al escolta que se quedó el deber de cuidar de Boris mientras nosotros salíamos del hotel y nos reuníamos con las demás personas en la calle.

Música por todas partes, mujeres y hombres bailando, luciendo estos bonitos trajes que Ardan y yo vestíamos, cada cuerpo único y maravilloso, muchas complexiones, muchos colores, muchas nacionalidades, todos divirtiéndose, riendo y disfrutando del encanto nocturno del carnaval.

— ¿Cómo fue que tú y yo terminamos combinando en la ropa?

Dije yo, bebiendo una caipiriña mientras movía mis pies al ritmo de la música.

— Los escoltas me avisaron, compré lo mío antes de reunirme contigo y lo envié al hotel.

— Ya veo, hombres inteligentes.

Tomó mi mano y me hizo girar, riendo al ver cual era su objetivo, mirándome el culo por más tiempo del necesario, riendo conmigo al ser atrapado.

— Eres un pervertido.

— Y tú me estás provocando.

Debatió, señalándome.

— Nos encontramos de nuevo ¿Será este el destino?

Voltee para ver a la misma pelirroja del video que me mostraron los escoltas, luciendo un traje verde, amarillo y naranjo, un tocado enorme sobre la cabeza con plumas gigantes, a sus espaldas un montón de plumas formando una circunferencia lo suficientemente grande para hacer de ella vistosa y hermosa, con sus largas piernas y tacones de veinte centímetros, acariciándole el pecho a mi marido.

— ¿Qué parte de estoy casado no entendiste?

Le dijo Ardan, quitando sus manos de encima.

— Soy bailarina de este carnaval, si me esperas a que termine el show...

Toqué su hombro dos veces y me crucé de brazos, observándola.

— Creo que mis hombres te advirtieron muy bien cual será tu destino si le coqueteas a lo que es mío.

— No es un objeto, hija de puta, ya veo por qué el pobre hombre pasea sólo, no quiere verte la cara de egocéntrica que te gastas.

Abrí los ojos y carcajeé por la osadía que tiene al hablarme así.

— Es mío, mi esposo, mi hombre — dije yo, empujándola con cada palabra— Y así como él es mío, yo soy suya, y te dijeron que lo que es mío, no se toca, le lo advirtieron y preferiste hacer oídos sordos.

— ¿Estás amenazándome? ¿Quieres pegarme? Pégame — amenazó, empujándome— Pégame y la policía vendrá a hablar contigo.

— ¿Un cadáver va a delatarme a la policía?

Viendo el pánico de los escoltas al haber sido empujada.

— ¿Q-qué quieres decir?

— Que vas a desaparecer — lanzándole un beso— Espero que no tengas familia porque no vas a regresar con ellos.

Palideció.

— Desháganse de ella, una muerte rápida, le daré ese placer.

Ordené.

Mis escoltas la hicieron dormir antes de que las personas a nuestro alrededor notaran lo que sucedía, sacándola del lugar rápidamente.

— Yo creo que tuvo una buena vida.

Dijo mi marido.

— Sí, yo también lo creo, hubiese disfrutado más si las advertencias las hubiese escuchado.

— Bueno, una molestia menos, mejor enséñame cómo mueves ese culo ¿Me darías el placer?

Acariciando su barbilla, observando mi rostro, mis pechos y mis caderas.

— Este y todos los días, guapo.

La fiesta terminó al amanecer, sólo entonces fuimos al cuarto, nos quitamos el sudor del cuerpo y terminamos probando las superficies del lugar, las paredes, la cama, el sofá y el mesón de la cocina, la puerta fue el ultimo lugar que probamos antes de ir a la cama para dormir un poco recién a medio día.

Estábamos muertos.

El tercer día buceamos y disfrutamos de las maravillas del mar.

El cuarto día hicimos kiteboarding, consiste en el deslizamiento sobre el agua en el que el viento propulsa una cometa de tracción unida al cuerpo mediante un arnés para navegar en una tabla sobre las olas. Fue un día cargado de adrenalina.

El quinto día tomamos clases de surf y nos pasamos el día en el agua, tragué litros y litros de agua salada antes de que me saliera bien, pero no dejó de divertirme, la acción, la adrenalina me gustan.

El sexto día nos dimos un descanso y disfrutamos de la paz en el yate, nadando en el mar cada tanto, utilizando la piscina, disfrutando al máximo nuestro último día, recostándonos sobre las reposeras para observar el cielo estrellado sobre nuestras cabezas.

El séptimo día el yate se puso en marcha para llevarnos al punto de encuentro con el avión, con pesar lo abordamos y de regreso a casa, a la realidad.

Estas fueron mis primeras vacaciones y sin duda las recordaré como unas felices, me divertí a concho.

***

Ardan cargaba a Boris dormido en sus brazos mientras la puerta de nuestra casa fue abierta por las mucamas, dándonos la bienvenida, no tenían buen rostro, se ven preocupadas.

— ¿Qué es lo que sucede? ¿Algo grave?

Pregunté preocupándome inmediatamente por mis hermanos.

— La señorita Samanta... — me miró a mí, luego a Ardan— Entró a la casa con las llaves que usted le había dado, señor, se le dijo un montón de veces que usted se casó, que estaba de luna de miel, no nos creyó y decidió entrar para encararlo por cortarla de forma tan abrupta.

— ¿Sigue adentro?

Preguntó Ardan frunciendo el ceño.

— Sí... se encontró con la señorita Eris... están discutiendo.

El corazón brincó en mi pecho casi de forma dolorosa, estrujándose de la preocupación.

— ¿Dónde están?

Pregunté.

— En la sala, señorita.

Troté con rapidez por el lobby, recorrí el pasillo y puse un pie dentro de la sala, sólo un pie, por que lo que vi necesito verlo en silencio y hasta el final, parando a Ardan en medio de la carrera para que ambos retrocediéramos y pudiéramos escuchar lo que sucedía.

— ¡No me interesa si se casó con una maldita mafiosa o la reina de Inglaterra! Ardan y yo tenemos historia, de seguro se casó obligado con esa zorra ¿Quién querría ese lugar? Le van a pautear toda la vida, pobre de mi león, él me necesita a mí, no a esa mojigata con complejo de superioridad.

Eris tomó impulso, giró la cadera y utilizó el peso de su cuerpo para darle un puñetazo a la chica, botándola al piso.

Bien hecho hermanita, buen gancho derecho.

— De mi hermana no vas a estar hablando, hija de puta ¿Quién te crees que eres para colarte en la casa de otra persona exigiendo explicaciones cuando no te dan ni la hora? — pateándole el rostro, sonriendo de satisfacción al escucharla gritar y lloriquear— Mi cuñado se casó porque ese fue su deseo, mi hermana lo eligió porque se enamoró, es un matrimonio legitimo y tú no tienes pito que tocar.

— ¡Estoy segura de que no es así! ¡Ardan siempre dijo que nunca se casaría! Mocosa de mierda, te voy a demandar por esto, eres tan violenta como la hija de puta de tu hermana. Ella ya me envió sus saludos por medio de una paliza con su séquito de perros.

Levantándose a duras penas, intentando pegarle a Eris, un patético intento que mi hermana evitó sin mayor esfuerzo.

— No se quería casar, pero contigo, bruta. Y claramente ella no se rebajaría para ensuciarse las manos con mierda como tú cuanto tiene hombres felices de complacer sus deseos.

— Una zorra, eso es lo que es, una zorra con un harem de hombres ¿Con cuantos se acuesta a diario? Teniendo tantos, dudo que le sea fiel a mi pobre león.

— Al cuñado sólo le dice león mi hermana — tirándola al piso de un golpe— Y no vas a insultarla, no frente a mis narices, como ella me cuida, yo la cuido a ella.

Tomándola del cabello, jalándola mientras la pelirroja lloriqueaba e intentaba soltarse.

— ¡Mierda! — se sorprendió al vernos parados fuera de la sala— ¡Llegaron!

Sonriendo feliz.

— Ardan... Ardan ayúdame... esta familia de psicópatas me va a matar.

Dijo la estúpida, sujetándose de la pierna de mi hombre.

— Bueno, insultaste a mi esposa y a mi pequeña cuñada — dijo este, soltándose y dando un paso atrás para no ser tocado— Te lo mereces.

— Iré a sacar la basura y vengo a saludar.

Dijo Eris.

— Te esperamos en la sala, bonita — dije yo— Gracias por defenderme.

Sonrió.

— Estoy feliz de que estén de regreso.

Dio media vuelta y siguió su camino, jalando el cabello de la pelirroja, encontrándose con un par de perros en el camino, dando ordenes muy especificas de lo que quería que hicieran con la chica, todo con tal de hacerla desaparecer.

— Uy... al parecer tengo que cuidarme muy bien de las Marchetti Petrova, tu hermana no te pierde pisada, son unas violentas.

Se mofó Ardan, abrazándome por detrás con un brazo par no tener que soltar a Boris, besando mi mejilla.

— Eris está recibiendo ahora la misma educación que yo recibí, quiero que sea tan despiadada y peligrosa como nuestros familiares.

— Ya lo es ¿No viste como Samanta casi se orinó encima cuando supo lo que mi pequeña cuñada tenía pensado hacer?

Dejando pasar a las mucamas para limpiar las gotas de sangre del próximo cadáver.

— Estoy orgullosa de mi pequeñita — sonriendo— Y tú ¿Te gustan pelirrojas?

Medio sonriendo, alzando una ceja en su dirección.

— Pues sí, me gustaba que fueran diferentes a lo que se acostumbra a ver en las cuatro casas, pero terminé cautivado por una pelinegra.

Besándome la boca.

— Los rubios tampoco eran lo mío hasta que me topé contigo.

— ¡Bienvenidos!

Gritó Eris cuando regresó, limpiándose las manos en la ropa antes de lanzarse a nosotros para abrazarnos, Boris claro que despertó cuando ella le besó la nariz unas diez veces.

— Te extrañé, mocosa ¿Cómo te portaste?

— Depende — separándose un poco para mirarme— ¿Cómo se considera haber hecho explotar la bodega de ACATHA de los Fiore?

Abrí mucho los ojos.

— ¿Y eso por qué?

— Se metieron a nuestras bodegas, los rastree con mi escuadrón, Ares me ayudó con el suyo, les quitamos lo que nos robaron y un poquito más por las molestias, y luego los hicimos explotar con su maldita droga ¡BUM!

Carcajee acariciándole la mejilla.

— Eres una capitana estupenda, estoy orgullosa de ti, pequeñita ¿Dónde está tu hermano

— Está en una misión ahora, pero debería regresar pronto, se pondrá muy feliz cuando vea que llegaron.

— Te trajimos unos regalos, a ambos — dijo Ardan— Pero te entregaré los tuyos primero ¿Quieres verlos?

— Adoro los regalos, no le diría que no a eso ¿Es comida?

El rubio carcajeó.

— Marchetti Petrova, lo hambrientas va en la sangre.

— Y eso que no conoces el apetito de mamá, es peor que el de nosotras.

Advirtió mi hermana, dejando los tres la sala para ir al segundo piso dónde de seguro llevaron las maletas para entregarle sus regalos.

— ¡Muñequita! ¡Llegaste!

Sabina vino en mi encuentro, lanzándose sobre mí, rodeando mis caderas con sus piernas, sujetó mi rostro y me plantó un beso en la boca.

— Que asco, Sabina, con esa boca besas a su tío.

Se quejó Ardan, empujándola hasta hacer que se bajara.

— Yo la besé primero que tú, primo — debatió la rubia— Estoy feliz de verte a ti también, pero tengo que llevármela, hay cosas de chicas que necesito hablar con ella.

— Toda tuya, yo le entregaré los regalos a Eris.

Dijo, plantándome un beso.

— Nos vemos en un rato.

Besé la mejilla de Eris y acaricié su cabello antes de dejarme arrastrar por la rubia directo a su cuarto, señalando el maletín con su propio collar y ropa que la representa como mascota nivel diamante, un producto de lujo.

— Perdí — lloriqueó pateando el aire— Ahora tendré que hacer todo lo que Vincenzo quiera, la idea me excita, no te voy a mentir, pero no quiero que confunda las cosas, la que manda soy yo.

Carcajee al ver su preocupación, imaginando la situación.

— ¡Oye! No te rías, hablo en serio, no tienes idea de cuanto se a burlado tu tío en mi cara.

— Entonces dijo que asistiría, debe estar ansioso de ser el dominante.

— Claro que irá, mi viejo no quiere que nadie más me ponga las manos encima, y a que no adivinas quién más recibió collar.

Moviendo las caderas hacia los lados, contorneándose con emoción.

— ¿Quién más?

— Dane.

Aplaudiendo con emoción.

— Y a que no adivinas quién va a ser su amo.

No me digas que aceptaron ambos.

No me digas, no me digas, no me digas.

— Quién.

— ¡Ox!

¡Lo sabía!

Me alegro por ellos, espero que esta misión los ayude a acercarse.

— ¿No los has molestado, cierto? Ellos recién se están descubriendo, se están conociendo. Es mejor que todo fluya natural.

— No he hecho ni siquiera una broma sobre el tema, quiero que Dane y mi hijastro sean felices.

Carcajeó.

— ¿No que Vincenzo sólo era un polvo?

Alzando una ceja en su dirección, viéndola sonrojarse hasta las orejas.

— Es un decir, una tontería, yo hablo muchas tonterías — soltando una risa nerviosa— ¿Vincenzo y yo formalizando? Jamás, yo soy del pueblo y para el pueblo.

— Claro, y el pueblo se llama Vincenzo Marchetti, porque son exclusivos.

Me empujó sin ánimos de lastimarme y se cubrió el rostro.

— No sé que hacer para que funcione ¿Qué hiciste tú para que funcionara? — preguntó sin mirarme, probablemente por la vergüenza— Vincenzo es un buen hombre, yo soy una perra con él la mayor parte del tiempo... quiero ser buena.

Escuchar sus complejos en voz alta y lo mucho que le interesa esta relación habla de que por primera vez se está tomando algo en serio y no como un juego.

— Yo te ayudo — apoyando mis manos en sus hombros— En el amor no hay una regla universal, rubia, eso es lo primero. Lo que me funcionó a mí, puede que a ti no te funcione, puede que, por ejemplo, tus padres tuvieran un método diferente para que a ellos les funcionara, cada pareja encuentra su modo, buscaremos el de ustedes, serás feliz, lo prometo.

El sexo es una de las áreas que prueba si somos compatibles como pareja o no, y por lo que escuché, la rubia y Vincenzo no tienen problemas con eso, ya están un paso más cerca, sólo tienen que pasar más tiempo a solas sin que ese tiempo involucre una cama, tienen que conocerse, salir a citas, divertirse, lanzarse hacia lo desconocido y confiar en que esta vez es la definitiva.





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BUENAS BUENAS HIJAS DEL PECADO

EL CAPITULO COMIENZA CON ARADIA DISFRUTANDO DE UN DÍA DE PLAYA CON SUS ESCOLTAS, SE LO ESTABAN PASANDO FENOMENAL

TODO BIEN HASTA QUE LLEGA EL PAPACITO DE ARDAN CON SU PELO CORTO, SOSTENIENDO LA MALTEADA DE LA PAZ, EN UN INTENTO DE SER PERDONADO

LUEGO  LA MANCHA DE LABIAL, YO YA LE ESTABA CANTANDO LA DE "ESTE COMPA YA ESTÁ MUERTO..." 

PERO RESULTA QUE LOS EFICIENTES ESCOLTAS GRABARON EL MOMENTO Y ARDAN EFECTIVAMENTE NO HIZO NADA

FUE LA TURISTA QUE SE FUE A NADAR CON LOS PECES MÁS TARDE POR DECIRLE EN LA CARA A ARADIA LO QUE QUERÍA

LO SIENTO, LO SIENTO PELIRROJA, PERO AQUÍ LA PERTENENCIA ES ABSOLUTA

LUEGO TENEMOS SEXO EN LAS SUPERFICIES, YA ME TOCAAA. CANSADA DE SER ESPECTADORA

TUVIERON DÍAS LLENOS DE ADRENALINA Y SEXO, PERO COMO TODO  LO BUENO, LA LUNA DE MIEL LLEGÓ A SU FIN Y TUVIERON QUE VOLVER

ENCONTRANDOSE CON ERIS DEFENDIENDO LOS INTERESES DE SU HERMANA

ORGULLOSA ESTOY DE LA MENOR DE LAS MARCHETTI PETROVA 

A SAMANTA NO LE QUEDARON GANAS DE DEBATIRLE

PEDIRLE AYUDA A ARDAN ¡JA! 

LA PEQUEÑA ERIS TE LLEVÓ DIRECTO A LA MUERTE, PELIRROJA

Y DESPUÉS TENEMOS A LA RUBIA CONTANDONOS QUE PERDIÓ EN EL JUEGO DEL DESTINO Y  LE TOCÓ SER MASCOTA

¿CUÁL SERÁ EL METODO QUE LE FUNCIONE A SABINA Y VINCENZO PARA FORMALIZAR?

¿QUÉ ESTARÁ PASANDO ENTRE DANE Y OX?

NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO CHIKI BABYS

BESITOS EN LA COLA


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