Capítulo 23
Rhett.
Esperé su respuesta por al menos un minuto, pero Aradia ni siquiera volteó a verme, se dedicó a subir y bajar con el pito de ese bastardo De Santis en la boca, muy complacido por tener al Boss de rodillas frente a él, completamente sometida.
¿Dónde quedó la chica que me ponía un collar para follarme? Aquí parece que el que lleva la correa es él y no es justo.
— ¿Qué hiciste tú que yo no he hecho por ella en todos estos años?
Me quejé, viendo su maldito rostro de satisfacción, sosteniéndola del cabello para guiar sus movimientos.
— No lo sé, pregúntale cuando no tenga la boca ocupada, vete de aquí.
Gruñó el rubio, cerrando los ojos un momento por algo que le hizo Aradia con la lengua.
Me hirvió la sangre cuando vi que llevaba las manos pegadas a la espalda, se entregó completamente a él, está a su merced.
— ¡¿Qué hiciste tú que yo no haya hecho?!
Exigí saber, dando un paso hacia ellos.
La puerta se abrió de golpe, papá Aless abrió los ojos con sorpresa mirando la escena en el escritorio, luego me miró a mí, levantó la mano y golpeó mi mejilla con fuerza, jalándome por el brazo para sacarme del despacho y cerrar la puerta.
— ¿Qué mierda crees que estás haciendo? — preguntó con rabia— ¿Quieres que te maten? Aradia te dio una oportunidad y tú la estás desaprovechando ¿Qué tienes en la cabeza?
— A él le dio mucho más que a mí ¿Por qué? ¿Qué me faltó? ¿Qué mentira olvidé inventar?
Protesté, llevando la mano a mi mejilla, ese golpe fue duro.
— Ese es el problema Rhett — me señaló— Ese fue tu maldito problema, le mentiste, nunca fuiste sincero, Aradia te dio lo que creía que merecías. En poco tiempo Ardan le ha demostrado que puede confiar en él, sabe que está segura, él jamás le ha mentido, en nada.
— Claro, y tú pones las manos al fuego por él sólo porque comparten apellido — dije molesto— No confías en mí ni un poco.
— ¿Cómo crees que puedo confiar en ti si estabas a punto de ofrecer tu cabeza en bandeja de plata? — bajando el volumen de su voz a un tono amenazante— No tienes idea cuanto se ha rebajado Santino para protegerte y no dejaré que eches a perder sus esfuerzos por culpa de tu ego herido.
— ¿Y qué vas a hacer? ¿Pegarme otra vez?
Provoqué.
— No, yo voy a pegarte — voltee para mirar a la rubia que apareció a mis espaldas— Papá Aless me envió un mensaje — estiró su mano y golpeó la parte trasera de mi cabeza— Si vuelves a joder a Aradia y le arruinas la boda, yo misma voy a matarte, el Boss es primero, siempre es primero.
Me jode que siempre la ponga antes joder, sus principios de mierda... su apellido de mierda.
— Sólo quería saber por qué él y por qué...
— Comencemos por el hecho de que él sí se está casando con ella — dijo la rubia—Y también hablemos de que no han follado porque él cree tener el deber de protegerla de imbéciles como tú, quiere demostrarle que no la está usando, también la trajo a vivir a su casa — enumerando con sus dedos— Duerme, come y respira por Boris, sabes que Aradia adora a ese oso, tiene un refrigerador sólo para ella con todos los dulces que le gustan y accedió a las practicas para las reclutas nuevas cuando está hasta el culo de trabajo, siempre tiene tiempo para ella, siempre la ayuda con su papeleo, siempre está cuando ella lo necesita, no sólo cuando él está caliente y necesita liberarse, como otros.
Clavando su dedo en mi pecho.
— Así que, si preguntas por qué él y por qué no tú, ahí tienes parte de las razones — empujándome— Vete a trabajar si no quieres que alguien muera hoy, a papá Santino ya le ofrecieron el castigo nivel rojo por intentar salvarte, no eches a perder sus esfuerzos, date cuenta de lo que pasa a tu alrededor, nuestros padres no están bien y todo es tu culpa.
Los ojos de Sabina se humedecieron cuando pronunció esto último, pero no derramó ni una sola lagrima, las cosas sí deben estar un poco intensa desde mi encierro.
— Ok, está bien — suspiré— Lo siento, está bien, no lo haré otra vez.
— De seguro eso dijiste mientras le rogabas de rodillas al Boss que te perdonara — rodó los ojos— Vas a acompañarme hasta que estos dos terminen — Señalando la puerta del despacho— No confío en ti.
— Sabina, todo tuyo — dijo papá Aless— Santino... está enojado conmigo, necesito hablar con él, necesito tiempo para eso — mirándome— Y no puedo tenerte un ojo encima todo el tiempo, madura de una vez.
Asentí lentamente.
Si soy sincero, no quiero que vuelva a darme una cachetada, tiene la mano pesada y mi rostro es una mierda ahora, todo duele.
— Lo siento papá.
Dije.
— No es a mí a quien tienes disculpas, es tu otro papá el que ha perdido el orgullo intentando salvarte, a él agradécele de rodillas por seguir respirando.
Dijo papá Aless, dando media vuelta, desapareciendo por el pasillo, parecía muy familiarizado con la casa del idiota.
— Vamos, deja de perder el tiempo y cumple con lo que el Boss pidió, si no lo haces bien, terminará muerta y si eso pasa, perderás un padre y una hermana, porque mi razón de vivir, mi existencia fue porque esa chica nació y papá le juró completa lealtad — señalando el despacho— No lo arruines.
Jalando de mi brazo en dirección contraria a papá, llevándome a un amplio cuarto con una mesa enorme, computadores de ultima generación en un escritorio pegado a la pared, un estante increíblemente grande con un montón de libros y archivos en otro de los extremos, planos y una pantalla gigante en los espacios libres.
Este lugar está bien equipado.
— Vas a ayudarme, Aradia me envió las coordenadas, buscarás la mitad Este en un radio de cinco kilómetros, yo me encargo del lado Oeste y de la casa de Isla Wilson, a trabajar.
— De acuerdo.
Compartió las coordenadas y me dispuse a trabajar para ocupar la mente en otra cosa.
***
ARADIA.
Afortunadamente el alcalde no me encontró en ninguna posición poco favorecedora, los escoltas lo retuvieron hasta que Ardan me acomodó el maquillaje y el cabello, besándome en la boca antes de guardar ambas manos en sus bolsillos y dejar el despacho, relajado, dispuesto a buscar a la rubia para comenzar a trabajar.
En cuanto a mí y al cerdo, tuve que mostrarme amable y comer con él, perdiendo mi tiempo cuando sólo debía firmar y ya, no le gusta el hecho de pedir permiso para cada movimiento, una lástima, no estaba en mis planes flexibilizar.
En cuanto cada parte notificó que cumplió con lo solicitado, llamé a Isla para avisarle que iba en camino y pusimos el plan en marcha.
***
Montada en el avión, revisé con detenimiento cada documento que Dane preparó, Isla tenía más o menos la edad de mamá, estaba casada con un hombre cinco años mayor, Luke, tienen dos hijos Malia y Zac de veinte años, Malia es la sucesora, pero por lo que dice aquí, Zac ha recibido la misma educación, el mismo entrenamiento, las mismas exigencias, en su mafia no se le da más a uno y menos a los otros, es la misma exigencia para cada hijo.
Me gusta eso, me gusta la igualdad.
Isla recibió el cargo cuando su madre murió de un disparo en la cabeza, tenía apenas veintidós años, es por eso que nos preparan desde tan jóvenes, no tenemos idea cuando se acabará el legado de uno y tendrá que comenzar el nuestro, ruego a Satán todo el tiempo que no se lleve a mis padres pronto, aún los necesito.
— Te ves muy seria, bonita ¿Por qué te aíslas aquí adelante?
Levanté la cabeza, viendo a Sabina tomar asiento frente a mí, apoyando los brazos en la mesa que se interpone entre ambas.
Giré el cuerpo y miré a mis espaldas, las personas estaban sentadas cuatro filas tras de mí, estaba en la primera fila de mi avión, no me di cuenta que no había nadie sentado cerca.
— Estoy trabajando, sólo quería silencio, necesito memorizar esta información antes de llegar... y tus padres...
Sabia suspiró, observando en la misma dirección que yo, Santino y Aless siguen discutiendo en lo que ellos creen, es un volumen bajo.
— Llevan así desde hace unas horas — dijo la rubia, triste— Rhett tiene los ánimos un poco tensos desde que salió ¿Qué te dijo Ardan por la irrupción del idiota?
— Bueno... se puso celoso, claro, intentamos volver a lo nuestro, pero el ambiente se había ido a la mierda, así que sólo me soltó las manos, arregló mi maquillaje, me atusó el cabello y se fue aparentando calma, dándome un beso antes de dejar el despacho, no hemos hablado desde entonces... así que... no sé.
Sentándome derecha, mirándola.
— ¿Crees que está enojado?
Preguntó.
— No sé, porque se fue pareciendo muy tranquilo, así que... si está enojado, no lo sé.
— Rhett estaba conmigo cuando Ardan llegó, pensé que iban a matarse, pero mi hermano recogió sus cosas y se fue, no sé qué habrá hecho hasta entonces.
Deslicé las manos por mi cabello.
— Guapa, sabes que te amo y adoro hablar contigo, pero ¿Puedes llamar a tu papá?
— ¿A cuál de los dos?
— Santino, necesito darle un poco de paz a ese hombre o terminará matando a Aless.
Asintió, sonriente, dándole un apretón a mi mano.
— Gracias.
Se levantó y desapareció tras de mí, Santino regresó segundos después, tomando asiento dónde antes estaba su hija.
— ¿Me buscabas?
Preguntó con el ceño fruncido, mirando tras nosotros, probablemente a su marido.
— Sí, desde aquí escucho tu pelea con Aless, es un poco...
¿Cómo se lo describía sin sonar insensible?
— Lo siento... intentaremos hablar en un volumen más bajo.
Se sonrojó.
— No voy a matar a Rhett ¿De acuerdo? — bufé— No me agrada, no confío en él y definitivamente no estoy segura de que haberlo traído sea una buena idea, pero me crie con él, no me atrevo a dispararle, pero quiero que él crea que sí, me está dando problemas con Ardan.
— Algo me contó Aless... lamento tanto eso... no me escucha, no sé qué más hacer, lo he hecho todo, pero ya no me hace caso, yo ya...
Sonaba realmente acomplejado mientras se sujetaba la cabeza con ambas manos.
— Puedo sola con él, no te preocupes, no voy a matarlo y lo protegeré de papá, te lo prometí antes y pienso cumplir mi palabra, así que sólo... no discutas con Aless, estará todo bien, yo cumplo mis promesas siempre, no te preocupes de más — estirando mi mano hacia él, dándole un ligero apretón a su brazo— Estará todo bien, relájate o realmente puede pasarte algo, no quiero que te enfermes por mi culpa.
Levantó la cabeza, tomando mi mano, dándole un apretón, medio sonriendo.
— Gracias por preocuparte por mí, pequeña Boss, y de verdad... lamento los problemas que te estamos dando, voy a solucionarlo.
— Deja que yo me encargue, deja a ese bastardo de Rhett solo, me encargaré de tenerlo bajo control y no te hagas mala sangre, Aless y tú pueden ocupar el cuarto del fondo, está vacío, hablen cuanto quieran y hay condones en el mueble de la derecha, queda una hora de vuelo, aprovéchenla.
Su rostro rápidamente se tiñó de rojo hasta las orejas.
— A-Aradia ¿Qué insinúas?
— No hay nada que el sexo no repare, vayan a divertirse, yo me encargo de Rhett, lo digo en serio ¿Dónde está?
Me miró dudando de su respuesta.
— Está... con Ardan, jugando ajedrez, pareciera que ambos van a matarse en cualquier momento.
Suspiré, soltando a Santino, apretando el puente de mi nariz.
— Iré a sentarme con Sabina, los mantendré vigilados, ve y arrastra a tu marido al final del pasillo, estaremos bien.
Se puso de pie rápidamente, apoyando ambas manos en la mesa.
— Si hay turbulencias, me disculpo.
Luego de eso caminó con rapidez hacia Aless, lo tomó de la mano, le dijo que se callara y se encerraron atrás, espero que logren reconciliarse.
— Bueno, aquí vamos.
Reuní mis documentos y me levanté, caminando hacia la rubia, sentada a la derecha de Ardan y Rhett, dejándome caer en el asiento, consciente de que ambos sujetos voltearon a mirarme.
— Les di todo el viaje que queda a tus padres — mirando a Rhett— No la cagues y dale un respiro a Santino.
— No pensaba cagarla.
Respondió de mala gana.
— Yo si lo estaba pensando.
Dijo Ardan.
— Intenten no matarse al menos sobre al avión, necesito toda la ayuda posible y no me sirven a medias — señalándolos— Ya sólo... basta — bufé— Basta de esta mierda, me agotan. Rhett, entiende que ya no me interesa nada de ti, ni siquiera como Segundo, Ardan, metete en la cabeza que quiero casarme contigo, no importa si aparece...
— ¿Benito?
Preguntó medio sonriente el rubio.
— No pidas tanto, nadie le dice que no a Benito — señalándolo sonriente, agradeciendo el buen humor— Así que hagan lo que sea que estén haciendo, yo voy a leer esto y ayúdenme a llegar viva a la boda porque realmente me quiero casar.
Sabina extendió su mano hacia mí, la tomé sin dudar y di un apretón.
— Cuenta conmigo, yo les pateo el culo se vuelven salvajes.
Asentí y la solté, regresando al trabajo, tenía mucho que leer aún.
***
Llegamos a Inglaterra en medio de una tormenta horrible, peor para nosotros maldita sea, vigilar será más complicado, ellos conocen su ciudad, están en su territorio, nieve o no, esta es una ventaja para Isla y los suyos, sólo espero que no aparezcan más sorpresas o terminaré por volverme loca, este día ha sido horrible.
— Oye... Fue sólo un intercambio de palabras amistosas, no te enojes.
Me siguió Ardan hasta el auto, subiendo conmigo, sacudiéndome la nieve de los hombros.
— ¿Intercambio de palabras? Lo golpeaste porque se comió a tu reina.
Frunció el ceño, recordando el momento.
— Esa reina en sentido figurado eras tú, estábamos peleando por ver quien se comía a la reina primero.
Refutó.
— ¿Y se supone que tengo que aplaudirte por eso? — rodando los ojos— Tengo ganas de ahorcarte ahora.
— ¿Premio o castigo?
Preguntó, atrayéndome a su cuerpo para que tomara asiento sobre sus piernas.
— No es gracioso.
Dije.
— A él no le estás gritando ¿Por qué a mí sí?
Protestó infantil, besando mi cuello.
— Porque a él lo atrapó Sabina, Sabina no debe estar hablando, debe estar golpeándolo.
Hizo una mueca de dolor.
— Agradezco no haberme ido con Sabina, Rhett no me agrada, pero lo compadezco.
Suspiré.
— Si quieres te golpeó para igualar las cosas.
Medio sonriendo.
— Te estoy quitando el mal humor ¿Cierto? — preguntó sonriente— Tranquila, bombón, todo saldrá bien, no dejaré que nadie te haga nada, te tendré en mi radar todo el tiempo.
Y no mentía, iba armado hasta los dientes, yo no iba diferente, traje a Tacha conmigo, Tacha es mi compañera fiel de batallas, no salía a una misión sin ella, era de la suerte.
— Si todo sale bien ahora y nos quedamos esta noche... ¿Puedes dormir conmigo? No voy a saltarte encima ni nada de eso... Es que me pone nerviosa dormir sola en casa ajena, nunca sabes quién puede entrar, papá me contó unas historias aterradoras de las veces que han intentado matarlo mientras duerme, sus miedos son los míos ahora.
Dejó de bromear y besó mi coronilla, dándome paz.
— Claro que dormiré contigo, para esto soy tu compañero, saldremos adelante, ya verás.
El auto nuestro estacionó dos cuadras antes de la mansión dónde Isla residía, Ardan cargó su arma y ambos, con el comunicador en el oído, esperamos a que mi gente estuviera en sus puestos para revisar que todo estuviera en orden. La nieve les dificulta el trabajo, hacen lo que pueden, nada parece sospechoso hasta ahora, no hay francotiradores, no hay vigilantes por los alrededores, no hay personas armadas ni civiles por las calles, todo está desierto por la cantidad de nieve que cae sobre nosotros.
A pesar de que todo parecía en orden, Ardan no bajó la guardia en ningún momento, muy pendiente a lo que sucedía fuera del auto, alerta.
— Nada sospechoso — dijo Sabina— Adelante, escolten al Boss hasta la entrada, posición H en marcha.
El auto comenzó a moverse otra vez, cargué a Tacha por las dudas y observé a mi alrededor, esperando lo peor, todo el mundo es mi enemigo ahora, no puedo fiarme de nadie, estoy muy ansiosa.
— Es hora — dijo Ardan apenas el auto se detuvo— Yo bajo primero, quédate en el auto.
Sujetó mi rostro con una mano y me besó, bajando del auto con rapidez, reuniéndose con el resto de sujetos que estarían para escoltarme y asegurar mi sobrevivencia, tampoco parecía que las cosas estuvieran fuera de lugar, todo se ve muy normal.
El corazón me palpitaba con tal fuerza que podía oírlo en mis oídos, palpitándome en la cabeza, los brazos, las piernas, el silencio me ensordece, estoy sudando, esta mierda no me gusta.
Fue Aless quien tocó la puerta principal, armas apuntando en caso de tener que contraatacar, pero en vez de armas, sangre y enemigos, lo recibió una mujer menuda de mediana estatura, abrazando su cuerpo, señalando el cielo.
Aless dio la señal y Rhett vino hasta mi auto, abrió el paraguas y abrió la puerta, extendiendo su mano hacia mí.
— Boss, acompáñeme.
A regañadientes tomé su mano y dejé el auto, siendo escoltada por él, que sujetaba el paraguas, directo a la entrada de la casa, las armas y mi gente pendiente de cada uno de mis movimientos, atentos a mi alrededor.
— Boss, es un placer tenerla en mi casa — dijo la mujer, haciéndose a un lado, invitándome a pasar— Bienvenida — estirando su mano hacia mí, esperando que la estrechara— Estoy ansiosa de trabajar con usted, adoro eliminar la basura.
Estuve a punto de estirar mi mano hacia la suya cuando Rhett me lo impidió.
— Así no es como se saluda al Boss, que falta de respeto.
Le dijo el castaño, sorprendiendo a la inglesa.
— ¿Acabo de ofenderla? Ay lo lamento — llevando ambas manos a la cabeza— No conozco el protocolo ¿Qué debo hacer?
— De esta manera es cómo se saluda al Boss, ella es la máxima autoridad, no es una amiga, ni está a su nivel.
Rhett tomó mi mano, besó el dorso y apoyó esta en su frente, rindiendo sus respetos.
Intenté con todas mis fuerzas no rodar los ojos, no sé si intenta ganar puntos conmigo o joder a Ardan, podrían ser ambas.
— Claro, claro, lo siento — dijo la mujer— No cometeré este error otra vez.
Tomando mi mano temerosa, imitando la acción de Rhett.
Sinceramente no me hubiese importado estrechar su mano, ella aún no trabaja para mí, no tiene por qué rendirme respeto, aún.
— Disculpe a mi Segundo, es un poco... intenso — alzando una ceja en dirección al castaño a modo de advertencia— Antes de ingresar, necesito que mis hombres comprueben que el lugar es seguro ¿Le molesta eso?
— Claro que no, Boss, adelante.
Asentí hacia Sabina para que procediera con la revisión, esperando bajo techo con Rhett, Ardan, Santino y Aless mientras mi jefa de seguridad y los perros comprobaban que todo estuviese en orden.
— Escuché que va a casarse — dijo la inglesa— ¿Vino con el afortunado o lo dejó en casa?
La curiosidad le brillaba en el rostro, se ve como alguien amable.
— Sí, vine con mi prometido, es un asesino formidable, vine a territorio desconocido, necesito todas las manos posibles.
Rhett rodó los ojos, ganándose una mirada desaprobatoria de Santino.
— Y es...
La mujer miró a mi Segundo, si mencionaba algo sobre él, ardería troya.
— Mi prometido — señalando al rubio tras de mí— Ardan De Santis.
Este estiró su mano para estrechar la de la mujer, ésta viéndose aliviada de que alguien sí estrechara las manos por aquí.
— Guapo, alto, musculoso, buenas proporciones y parece saber lo que hace, un candidato formidable, Boss.
— Lo sé — dije con seguridad— Y además de lo físico y sus destacables habilidades, es un amante excepcional, me saqué la lotería, lo tiene todo, me ayuda con el trabajo, es bueno con mis hermanos y con mi mascota, las circunstancias de mi vida hacen que deba llevarlos conmigo a todas partes, pero de seguro eso ya lo sabe, me investigó.
La mujer soltó la mano de Ardan y sonrió inocente.
— De seguro usted también lo hizo, no esperará que me encuentre con alguien a ciegas sin conocer sus puntos débiles.
— Envíe mis saludos a Zac y Malia.
Devolviendo la sonrisa con inocencia, que sepa que también tengo sus puntos débiles bien identificados.
— Están conmigo, yo tampoco le quito la vista de encima a lo que me importa — respondió manteniendo la cortesía en todo momento— En eso estamos de acuerdo.
Sabina salió de la propiedad, jugando con su arma, haciéndola girar con habilidad en su mano.
— Todo limpio, Boss, es seguro, confiemos en ella por ahora.
Señalando a Isla.
— Hagamos eso entonces — sonriendo a la líder de la mafia inglesa— Lamento todo esto, es el protocolo.
— Lo entiendo — asintió— Acompáñeme por aquí, debe tener frío ¿Café y algo para acompañar mientras hablamos de negocios?
Guiándome al interior de su enorme casa, cruzando puertas tras puertas.
— Acepto, no me gusta trabajar sin algo dulce de por medio — miré a la rubia— Tú no vas a probarlo, envía a otro.
— Sí, Boss.
Respondió Sabina.
Le dije una vez que no me gusta que ella prueba mi comida antes, de estar envenenada, lo pasaría mal y prefiero que otro cruce por eso, alguien fuera de mi círculo.
Pensé que me llevaría hasta su despacho, me sorprendió terminar en su sala, frente a la chimenea, tomando asiento en el piso, una mesa grande y cuadrada cercana al fuego, sus hijos estaban sentados ahí.
— Malia y Zac — dije yo— Es un gusto, mi nombre es...
— Aradia Marchetti.
Dijo la chica.
—Boss de la mafia internacional — complementó su mellizo, Zac— Lo sabemos, la investigamos.
Sonreí de lado.
— Astutos, eso me gusta — descargando el arma, tomando asiento frente a ellos, mis círculos íntimos se quedaron atrás, cerca, vigilando— Ya que estamos aquí por negocios y todo está en su lugar, dejemos la hostilidad de lado, mis hombres van a comportarse.
— ¿No te repugna trabajar sólo con hombres? — preguntó Malia— Yo no podría lidiar con sus pequeñas mentes que sólo piensan en chochos, culos y tetas las veinticuatro horas del día.
Sonreí, una pregunta sincera.
— Sí, la verdad es que me molestaba un poco, había comentarios que no me gustaban, tuve que abrirme paso de la mano de la violencia para hacerme de un nombre, por eso estoy cambiando el sistema, antes las mujeres no tenían permitido enlistarse, conmigo a la cabeza, yo decido quien puede o no puede hacerlo.
Malia sonrió maliciosa.
— Me gusta cómo piensa Boss.
— Será un placer tenerte como subordinada, Malia.
Respondí.
— Bueno, ya que se conocieron y no quieren matarse — Dijo Isla, acomodándose— Tenemos temas que tratar ¿No?
— Por supuesto, mi segundo te proporcionará toda la información que necesites sobre el tratado y también sobre el contrato que firmaremos cuando este trabajo culmine — Rhett hizo el ademán de moverse para atender a mi petición— Santino, acércate.
La indignación en el rostro del castaño menor lo decía todo, eso no le gustó nada, pero se quedó callado.
— Eso es, buen perro.
Dije sin voltear a mirarlo, él sabe a qué me refiero, sabe a quién le hablo.
— ¿Tienes dos Segundos?
Preguntó Zac.
— Sí, por el momento tengo dos Segundos, dos SubSegundos y dos Asesinos, bueno, tres, contando a mi prometido.
— Sabemos que vas a casarte, pero no decía con quién en tus archivos ¿No se decide aún?
Preguntó Malia, la chica era frontal, me gustaba su modo de abordar las cosas.
— Sé muy bien con quién voy a casarme, de hecho — miré hacia atrás— Ardan, tu lugar es a mi lado, no allí.
— Por supuesto, Boss, mis disculpas.
Dijo el rubio, sonriendo triunfante al furioso Rhett, caminando hasta mí, tomando asiento a mi costado.
Estos dos están juntando ganas, el día que se den de golpes no habrá quién los detenga.
— Mmm... me gusta lo que veo ¿No te gustaría casarte conmigo mejor? Seré la siguiente líder, siendo mi esposo también tendrás una buena posición.
Me tembló la ceja ante los descarados coqueteos de la chica, ni siquiera dudé en cargar a Tacha, apoyándola en la mesa.
— Primera advertencia, no hay tercera — dije— Mi hombre — señalando al rubio— Coquetéale nuevamente y te abriré la cabeza a balazos.
Ardan rodeó mi cintura y besó mi mejilla, mirando a Malia.
— Como el Boss no hay, agradezco el ofrecimiento — dijo Ardan— Pero mi lealtad y mi amor está con ella.
Señalándome.
Es la primera vez que pronunciaba la palabra amor refiriéndose a nosotros, se siente bien oírlo.
— Oye imbécil — Le dijo Zac a Malia, Isla podría tener un infarto ahora de lo pálida que está— ¿Te das cuenta de los problemas que ocasionarías si el Boss se disgusta? Tiene el respaldo de un montón de mafias por el mundo, nosotros no somos nada, necesitamos ese tratado para tener mayor alcance, contactos y posibilidades de respirar un día más.
— Sí, mira, te cortaría la lengua ahora porque me jode que quieran lo que es mío — dije, mirando a la chica— Pero ¿Aceptas que tu hermano te diga qué hacer? Eres la próxima líder, de dónde vengo, mis hermanos ni siquiera meten sus narices en mis asuntos.
Isla interfirió, tomando la mano de su hija para responder en su lugar.
— Aquí, los hermanos funcionan como unidad, Malia será líder, sí, pero Zac será sus ojos, sus oídos, su voz de ser necesario, su corazón, su cerebro, porque Malia en ocasiones llega y dispara preguntas fuera de lugar — mirando mal a su hija— Le ruego disculpe su falta de respeto, ella no retiene, es un poco tonta.
— No soy tonta, sólo no soy ciega — dijo la chica, cruzándose de brazos— Además, aún no se casan, no es pecado robarle el novio si aún no le pone el anillo.
— Dos.
Gruñí, tomando a Tacha.
— Boss, me encanta cuando se pone celosa — dijo Ardan— Pero no importa quién me coquetee, yo me casaré con usted.
Tomó mi mano y besó cada uno de los nudillos, llevándose la molestia, instalando una sensación de calma y placer.
— Podría ser la prostituta de tu despedida de soltero ¿Qué me dices?
Insistió la maldita hija de puta.
— Dije que no doy terceras oportunidades, a la mierda.
Tomé a Tacha y apunté con toda intención de volarle la cabeza, fue Santino quien interfirió y me quitó a Tacha antes de tirar del gatillo.
— Viene el café — señaló— No puede comer en una mesa sucia, Boss, mátela luego de comer algo dulce, eso siempre la pone de buen humor.
Entrecerré los ojos, mirándolo mal.
— Preferiría que no interfirieras en mis asuntos, Santino — dije— ¿Quién te dio derecho a meter la nariz en lo que no te compete?
El castaño miró a Isla.
— Le aconsejo que controle a su hija. Tacha — señalando el arma que aún sostenía— No es lo único que carga encima y yo no soy nadie para detener al Boss, estoy arriesgando mi cuello ahora.
— S-sí, s-sí, lo lamento, lo siento tanto — empujando a Zac— Llévatela de aquí.
El chico rápidamente se levantó y cargó a su hermana sobre su hombro mientras la maldita le hacía señas a Ardan de que la llamara, si se descuida durante las próximas horas, nada impedirá que la mate.
— Boss, lo siento, es... imprudente.
— Olvidémonos de ella, si me la recuerda iré a volarle la cabeza — dije— Mejor cuénteme sobre sus tradiciones ¿Cómo deciden que ella es apta para ser líder? — haciendo alusión a Malia— La mafia italiana tiene reglas estrictas sobre todo con nosotras, uno de los requisitos es casarme, otro es llegar virgen a la boda, otro es mostrar la prueba de mi virginidad perdida el día de mi matrimonio, y así una serie de humillaciones, quiero saber cómo funciona aquí.
El café y los dulces fueron puestos frente a Isla, Santino, Ardan y yo, uno de los perros comprobó que todo fuera seguro antes de que tocara la comida, este sujeto sí valoraba su vida, aplicó los líquidos en las cintas reactivas e hizo una pasta con parte de lo solido para probar con el mismo método que lo que iba a llevarme a la boca no me fuera a matar, ya todo en orden, probé las galletas, estaban deliciosas.
— Aquí no hacemos esas barbaridades — tocando su pecho, ofendida— Por Lilith — se quejó— ¿Con qué clase de animales convive? Aquí cada quien se casa cuando quiere hacerlo, la virginidad ni siquiera se menciona, somos todos hijos del pecado ¿Por qué íbamos a intentar ser santurrones ahora? Vivimos de la sangre y la pólvora, no somos unos hipócritas, nosotros somos fieles creyentes de disfrutar todo lo que la vida nos ponga en frente, no sabemos si respiraremos mañana, por eso tomamos todo lo que queremos, siempre, sin remordimientos.
¿Somos los únicos neandertales? Ese estilo de vida es magnífico.
— ¿Qué más se podría esperar de una mafia que siempre fue guiada por hombres? Creen tener poder sobre nosotras — Dije— Una lástima que llegue yo al poder, yo no me dejo pisotear por nadie, y su modo de hacer las cosas me gusta, imitaré el modelo para que las futuras generaciones hagan lo que se les venga en gana.
— Boss ¿Puedo hacer una pregunta personal?
Probando su café.
— Adelante.
Metiendo otra galleta a mi boca, intentando que pasaran algunos minutos entre una y otra, estaba deliciosas y los dulces son mi debilidad, pero no quiero dar una mala imagen.
— Entonces ¿Usted no desea casarse? ¿Lo hace por obligación?
— Al comienzo sí era por obligación, luego lo conocí — señalando al rubio a mi lado— Y ahora lo hago por placer, lo quiero, por eso vine aquí a hacer tratos con usted, quiero llegar a casarme con este sujeto.
— Yo también te quiero, Bombón.
Dijo Ardan, sincero, olvidando los títulos, besando mi mejilla, tomándome desprevenida por esa muestra de afecto en público, y pude ver la sorpresa en su rostro al percatarse de su lengua suelta.
— Yo... yo lo...
— Está bien —Lo interrumpí— Lo que nos nace no lo podemos ocultar — entrelazando mis dedos con los suyos— Me gusta cuando me dices así.
Botó el aire, aliviado, acariciando el dorso de mi mano con su pulgar.
— Me alegro que le haya resultado bien todo esto, Boss — dijo Isla— Se ven felices.
— Lo somos, definitivamente lo somos.
Asentí convencida.
Durante la siguiente hora, Santino le explicó los términos, las cláusulas, las penas de muerte por la traición, la rebeldía y las faltas de respeto hacia mi persona, el contrato de confidencialidad y también mi compromiso de pagar cinco billones al terminar este trabajo, los contrataría como sicarios para mí beneficio sólo para quien sea que me haya traicionado sepa con quien está intentando pelear, conmigo no se juega y voy a demostrárselos.
***
Nueve de la noche, decidí ir y descansar un poco hasta que llegue la hora en la que Isla debe marcar al traidor, tomé una ducha caliente para calentar el cuerpo y cambié mi ropa a algo más para andar por casa, más grueso y me recosté a dormir un poco, estaba agotada luego de tanto sube y baja de emociones, han pasado demasiado cosas en un día, yo sólo quería acurrucarme con Ardan para sentirme segura y relajarme, sé que él va a estar atento, sé que puedo confiar en él.
Lo ultimo que escuché salir de su boca fue un "Descansa, bombón".
La alarma que pusimos nos despertó a media noche, tanto Ardan como yo nos montamos las armas encima para ir preparados, de él aprendí a ir siempre con un plan B, C, D y todo el abecedario de ser necesario, así lo hacía ahora, siempre.
Dejamos el cuarto que nos prestaron para la ocasión y caminamos hacia la sala, dónde parte de mis hombres estaba, ambos círculos íntimos esperaban por mí, Isla, sus hijos y el que reconocí como su esposo según los archivos estaban presentes también con parte de sus escoltas, en su mayoría mujeres.
Adoro aquí.
Pero jamás voy a admitirlo, puta de Malia.
— Boss, es un placer conocerla — se acercó Luke, marido de Isla— Lamento no haberme presentado más temprano, tenía trabajo fuera de aquí.
Tomó mi mano, besó el dorso y la apoyó en su frente, rindiendo sus respetos, al parecer, su esposa le estuvo comentando sobre los protocolos para dirigirse a mí.
— Es un placer conocerlo — dije— le presento a mi prometido, Ardan De Santis.
Ambos estrecharon sus manos a modo de saludo.
— Es un gusto, señor — dijo Ardan— Estoy agradecido de que ustedes decidieran cooperar con nosotros, mi intención es tener mucho más tiempo para estar junto a mi Boss.
Rodeándome por los hombros.
— Mi esposa es una mujer sabia, reconoce las oportunidades y lo que merece ser rescatado de la mierda cuando es necesario — dijo Luke— Celebramos el amor también, siempre.
Rhett se acercó a nosotros con su tableta en la mano.
— Llamé a Dane y Vitto, les informé que todo resulta bien — dijo— Tus hermanos están bien, llegaron de la escuela sin problemas, Boris está impecable, te extraña, pero fuera de eso, todo bien.
Asentí.
— Gracias, infórmame si hay algún cambio.
Respondí.
— Por supuesto.
Dio media vuelta y regresó a su lugar, Ardan sigue mirándolo mal, ahora entiendo su posición, yo también estoy celosa, Malia no deja de mirar lo que es mío.
— Aradia ¿Me prestas a Tacha, por favor?
Dijo Santino.
— No.
Respondí tajante, ese hombre me lee el pensamiento, va a quitármela.
— Boss, por favor, sólo quiero revisar una cosa.
Rodé los ojos y se la entregué, atento a lo que estaba haciendo con ella, viendo cómo con descaro le quitaba todas las balas.
— ¿Qué se supone que estás haciendo?
Acercándome a él, confundida al verlo poner otro tipo de balas dentro, balas con una punta parecida a la de una aguja.
— Dardos tranquilizantes para elefantes — explicó— Hice lo mismo por tu madre cuando quiso matar a media mafia, ahora puedes dispararle a quien quieras, una dosis muy alta lo enviará al hospital — devolviéndome a Tacha— Le provocarás daño de todas maneras, neurológicos si se te pasa la mano.
Peor era nada, Santino no me iba a dejar disparar para matar, al menos podré divertirme.
— Le quitas lo divertido a Tacha — me quejé de todas maneras— Tacha no se hizo para hacer dormir a sus víctimas.
— ¿Quién joder es Tacha?
Preguntó Malia.
— Ella es Tacha.
Respondí, levantando mi M4A1.
— ¿Qué clase de idiota le pone nombre a un arma cualquiera?
Santino retrocedió y Ardan dejó de tocarme, dando un paso al costado, ya conocen mi temperamento.
— Mi madre le puso así a su arma favorita y yo le puse así a la mía porque Tacha no es una cualquiera que se desecha — dando un paso hacia ella— Me tienen bien cansadita tus juegos, voy a cortarte la maldita lengua para que dejes de irritarme ¿Quién mierda te crees?
Sosteniéndola por el cuello de su polo, zarandeándola.
— Boss, solo era una pregunta ¿Por qué se lo toma a personal?
Dijo la descarada.
— Un dardo de elefante no será suficiente — cargando a Tacha, apoyándola en mi espalda, tomando la navaja mariposa de mi bolsillo, levantando el filo— Te voy a dejar una bonita marca para que no olvides con quién estás hablando.
Acercando el filo a ese rostro de perra que se carga.
— Boss, no por favor — Zac interfirió— Mi hermana se equivocó y merece una penitencia, pero por favor, castígueme en vez de ella, márqueme el rostro a mí.
— Sweety, hoy estás de muy mal humor ¿Por qué no me acompañas y vamos a comer rollitos de canela? los preparé especialmente para ti, son tus favoritos.
Me tembló una ceja cuando sentí las manos de Rhett sobre mí, una en mi cadera y la otra sobre mi mano, impidiendo que le marcara el rostro a esa perra.
No tuve oportunidad de apartarlo cuando Ardan lo jaló por la ropa y estampó su puño en el rostro del castaño, enviándolo al piso.
— Tócala de nuevo y voy a matarte — amenazó el rubio— Me tienen cansado tus intentos de mierda, no le pongas las manos encima a lo que es mío.
El instinto asesino me abandonó, solté a la chica y miré al castaño en el piso.
— Una provocación más y te enviaré de regreso a Italia para que te castiguen en nivel rojo, Rhett. Le prometí a tu padre no matarte, pero bien puedo entregarte a él de a pedacitos, sabes que soy capaz, no me provoques.
Isla apoyó la mano en mi hombro, llamando mi atención.
— Llegó la hora, le prestaré mi calabozo si quiere para que discipline a su perro, pero primero lo primero.
— Acepto el ofrecimiento — dije— Creí que mi perro había comprendido su lugar, pero creo que debo ser un poco más directa con él.
Tomando aire, intentando prestarle atención a la mujer.
— Aradia, lo siento, no se repetirá.
Dijo Rhett.
Hizo el ademán de acercarse para rodear mi pierna, Ardan lo pateó para impedir que se acercara, esto no terminará bien.
— Levántate y espera con los escoltas afuera — ordené— Estoy en medio de algo importante, no tengo tiempo para perder escuchando tus mentiras.
Sabina fue quien lo jaló de un brazo para ponerlo de pie, sacándolo de la sala, cerrando la puerta tras ella, el rostro de molestia no se lo quitaba nadie.
— Llama ahora.
Dije, acomodándome el cabello, mirando a Isla.
Dia de mierda.
La inglesa asintió, tomó el móvil y apuntó los números anotados en la carta que ella recibió, puso el altavoz, ordenó silencio a sus hombres mientras yo miraba a los míos, quienes acataron esa orden silenciosa, atentos a lo que sucedería.
— Isla Wilson ¿Y bien? ¿Cuál es su respuesta?
Dijo el hombre al otro lado de la línea.
— Aceptamos — dijo sin titubear, mirándome— Nadie en su sano juicio rechaza esa cantidad de dinero, necesito que me brinde información sobre ella, quienes la siguen, en quienes confía, si su matrimonio es seguro o es una farsa para comprobar si el prometido será un estorbo, necesito todos los detalles y por supuesto, la mitad del dinero como garantía, nada es gratis en esta vida.
— Una mujer sensata, me gusta — carcajeó malicioso— Como bien dice, nada es gratis en esta vida, necesito que firme un acuerdo de confidencialidad para nosotros cerciorarnos que cumplirá con lo estipulado y no nos apuñalará por la espalda.
Nosotros dijo, primer error, no está sólo en esto.
— Claro, no tengo problema ¿Viene usted o me acerco yo para firmar y recibir el primer pago? Y claro, usted sabe todo sobre mí, es justo que yo sepa al menos su nombre y el nombre del Boss para quién trabajaré.
Asentí hacia Isla, va por buena dirección.
— Claro, es lo justo, dama. Mi nombre es Luciano Caruso, el Boss para quien trabajará es mi nieto, Fabio Caruso, estará encantada de trabajar para nosotros, el consejo de ancianos es quién domina todo, usted podrá hacer lo que desee con nuestro respaldo, el respaldo del Boss. Podrá tomar todo lo que siempre ha querido sin temor a las represalias.
Bingo.
Que comience la cacería.
— ¿Dónde y cuándo? — Dijo Isla, mirándome— Queda poco tiempo para la fecha señalada, necesito idear mi estrategia, estamos hablando del Boss, no es una víctima cualquiera.
— Esa zorra no le dará problemas — contestó— Una perra vulgar sin educación, nos encargaremos de que viaje sola y sin escoltas, inventaremos algo, la mantendremos al tanto. Nosotros la visitaremos mañana cerca de las cuatro de la tarde para firmar y entregar el dinero, necesitamos a hombres de confianza para el trabajo, sin ofender, pero no confiamos en la supuesta fortaleza femenina, preferimos ir por el camino seguro.
Apreté los puños con fuerza, va a ser tan divertido torturarlos a todos...
— Por supuesto, lo que el cliente pida — respondió la inglesa— Nos vemos mañana entonces.
— Nos vemos.
Cortó la llamada y me miró.
— Nos vamos ahora, no voy a dejar que esas mierdas se dispersen, los quiero a todos en el almacén colgados de los pies ¿Vas a ayudarme?
Mirando a Isla.
— Estoy a su servicio, Boss.
Respondió.
— Pues selecciona a tu gente, partimos en una hora, te entregaré el rostro de cada uno de esos perros para que no se te escape ninguno, voy a disfrutar tanto torturándolos.
— Por supuesto, Boss.
Dijo, dando media vuelta, caminando hacia los suyos mientras yo repetía su acción hacia mis hombres.
— Hoy nadie duerme sin entregarme el cuerpo de todos esos hijos de puta, y a Fabio me lo van a traer sin un solo rasguño — mirando a mis perros— Voy a hacer picadillos a su abuelo, voy a hacer que vea como ese viejo de mierda se rompe, dejaré que vea como los mato a todos para que, cuando llegue su turno, esté tan asustado que se cagará encima. Muévanse.
Esto no se va a quedar así.
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BUENAS BUENAS HIJAS DE LILITH
COMO LAS TRATA LA COCHINA VIDAAA
HOY LES TRAJE UNN MINI POV DE RHETT, EL HIJOEPUTA NO SE FUE NI SIQUIERA CUANDO VIO QUE ARADIA NO IBA A ESCUCHARLO, NI SIQUIERA LE PRESTABA ATENCIÓN
Y CUANDO ARDAN LE DIJO QUE LE PREGUNTARA CUANDO ELLA TUVIERA LA BOCA DESOCUPADA... UUUF ES QUE YO ME IMAGINÉ SU CARA DE SATISFACCIÓN AL DECIRLO
Y ALESS? ALESS LE DIO UNA MERECIDA CACHETADA QUE IGUAL NO DEJÓ DE DOLERME PORQUE ÉL ESTÁ TENIENDO PROBLEMAS CON SANTINO POR LA SITUACIÓN, ME DUELE, ME QUEMA Y ME LASTIMA QUE PELEEN
SABINA COMO SIEMPRE SIENDO EL MEDIADOR, TE AMO SABINA
Y LUEGO TENEMOS A RHETT Y ARDAN JUGANDO AJEDRES, PELEANDO DESPUÉS POR QUIÉN SE COMIÓ A LA REINA... JODER CON ESTOS DOS
ARDAN EN MODO CARIÑOSO EN EL AUTO ME RE GUSTÓ JFSFDHFJL ES QUE NO PUEDO ENOJARME CON ÉL, ES IMPOSIBLEEEE
Y DESPUÉS, RHETT ABRIENDOLE LA PUERTA A ARI, ENSEÑANDOLE A ISLA CÓMO SALUDAR AL BOSS, JODER, QUE ARDAN TUVO QUE ESTAR CONTANDO HASTA MIL PARA NO MATARLO
Y DESPUÉS TENEMOS A MALIA, LA HIJAEPUTA NO QUIERE VIVIR
¿QUÉ SE CREE COQUETEANDOLE AL PROMETIDO DEL BOSS?
AGRADECELE A SANTINO
Y NUESTRAS SOSPECHAS ERAN CIERTAS BESTIES, FABIO Y LOS ANCIANOS ESTÁN DETRAS DE ESTO, NO VAN A RENDIRSE
YO QUIERO VER LA VENGANZA DE ARADIA, VA A SER DIVERTIDO VER COMO ACABA CON TODOS ELLOS
NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO BEBAS
BESITOS EN LA COLA, LAS AMOOOO
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