Capítulo 22

Una semana.

Llevo una semana viviendo con Ardan y el muy hijo de puta correcto no ha querido dormir conmigo porque dijo que dormir es lo que menos haríamos y necesitaba cumplir su palabra porque un De Santis no faltaba a sus promesas y bla bla bla.

Marica, eso es lo que es, un marica.

Y para colmo, estoy de mal humor y todo por culpa de Santino.

Rhett salió del calabozo y Santino me ha pedido mínimo unas diez veces que lo deje venir a quedarse acá para que poco a poco se reincorpore a sus funciones cuando yo le dije expresamente que no quería su nariz metida en mis asuntos ¿Cómo joder se lo hago entender?

— Aradia, soy yo de nuevo.

Rodé los ojos viendo a mi suplente de Segundo entrar nuevamente a mi despacho.

— Si vienes a pedirme que reintegre a Rhett de nuevo, te juro que te sanciono nivel rojo para que dejes de joderme.

Lo señalé.

— Uy... ya suenas igualita a tu padre — tembló— No venía por eso, Lomonósov está afuera, acaba de llegar ¿Lo hago pasar?

Suspiré, apoyando la espalda en el respaldo del asiento.

— Sí, que pase.

Dije.

— Por cierto... Rhett dice que está muy arrepentido y que no la cagará otra vez porque hoy se bañó por primera vez en dos semanas y...

Calló en cuanto el cuchillo que lancé y fallé el tiro a propósito le rozó la mejilla, clavándose en el marco de la puerta.

— ¿Lo tengo que repetir, Santino?

— No, no hay para qué — sonriendo con miedo, mirando el cuchillo— Ya regreso con Lomonósov.

Asentí.

Cerró la puerta del despacho y masajee mi sien, estaba frustrada, molesta y necesitaba quemar algo de energía, Ardan no estaba disponible porque estaba entrenando con las nuevas reclutas y capitanes, por lo tanto, sólo quedaba mi nuevo saco de box, o Lomonósov, como prefieras decirle.

La puerta se abrió y empujaron al hombre ruso dentro, cayendo de rodillas frente a mi escritorio, mis hombres cerraron la puerta a sus espaldas, dos de ellos plantándose tras el sujeto para que no se me escapara.

— Buenas tardes, rata escurridiza — dije levantándome del asiento— ¿Creíste que podrías esconderte de mí? Tengo ojos en todas partes.

Apoyando la cadera en el borde del escritorio, mirándolo desde lo alto.

— Y-yo no me estaba escondiendo, sólo... sólo necesitaba tiempo.

Alcé una ceja, dando dos pasos hacia él, pisándole la mano.

— ¿Tiempo para qué? — aplastándola con fuerza, escuchándolo gritar— ¿Qué parte de yo ordeno y tú acatas no entendiste? No hay nada que tengas que pensar para necesitar tiempo.

Levantando el pie, aplastándole la mano de nuevo, regocijándome al sentir sus huesos crujir, sonriendo al escuchar sus gritos.

— Lo siento Boss... lo siento... — sollozó— Lo siento...

Dijo otra vez.

— ¿De qué me sirven tus lo siento? ¿Dónde está mi dinero? Te lo envíe como cada mes para que lo laves, necesito dinero limpio Lomonósov, pero ¿Qué crees? Llegó un mensaje de mierda diciendo que ya no querías hacerlo más y no lo enviaste de regreso tampoco ¿Crees que soy un chiste? — tomando mi arma, cargándola— ¿Crees que estoy jugando? ¿Qué estás en posición de negarte?

La puerta fue abierta, un sudoroso y sonriente Ardan con la intención de hacer una de sus visitas rápidas estaba entrando, mis ineptos escoltas con la boca abierta afuera, las palabras en la boca, sin advertirle la situación.

— Fuera.

Gruñí, hoy no estaba para bromas, lo siento papi, pero trabajo es trabajo.

— Lo siento, no me dijeron que estabas ocupada.

Dijo, dando media vuelta, dejando el despacho de forma inmediata.

Luego me disculparé por mi agresivo tono, pero no puedo mostrarme blanda cuando estoy por matar a alguien.

— ¿En qué estábamos?

Mirando al ruso a mis pies, orinado y muerto del miedo.

— Estás ensuciando mi piso, carajo — pateándole el rostro— En qué quedamos, pregunte.

— E-en que lavaré su dinero Boss... lo enviaré lo antes posible.

— Mañana.

Gruñí.

— Mañana es demasiado pronto, si me da al menos u...

Lo apunté con el arma.

— ¿Cómo dices?

Pregunté.

— Qué mañana se lo tendré sin falta — dijo— Lo juro, se lo juro.

Asentí.

— Una oportunidad, te doy una oportunidad Lomonósov, si mañana el dinero no está en mis manos, voy a ir por ti, le cortaré el cuello a tu mujer y a ti comenzaré a cortarte en pedacitos desde los dedos para que te desangres lentamente, no tendrás el privilegio de la muerte rápida ¿Fui clara?

— S-sí Boss, m-muy clara.

— Mañana entonces, sáquenlo de aquí.

Levantaron al hombre por los brazos y fue arrastrado fuera del despacho, la puerta quedó abierta y mi hermoso piso de mármol ahora era una mierda entre la sangre y la orina.

— Necesito que limpien esto — suspiré, hablando a uno de mis hombres— Vuelvo en treinta minutos ¿Y Ardan?

— Subió, dijo que tomará un baño, Boss.

— Gracias.

Descargué el arma y la regresé a su lugar, caminando por el pasillo directo a las escaleras, subí lentamente y luego recorrí el extenso pasillo hasta el ultimo cuarto, sigue utilizando el mismo a pesar de que nuestras ropas están en el cuarto que compartiremos cuando estemos casados, una tontería.

— ¿Ardan, estás aquí?

Pregunté abriendo el cuarto, no estaba a la vista, pero escuchaba el agua correr.

Tomé aire y caminé el cuarto de baño, viendo la espalda de Ardan y ese perfecto culo que se gasta, todo su cuerpo envuelto en vapor, y su cabello largo que tanto me gusta...

Concéntrate Aradia que no estamos aquí para apreciar su cuerpo.

Carraspeé para anunciarme y me acerqué, viéndolo dar media vuelta al percatarse de mi presencia.

— Lo siento por como te hablé antes, no fue correcto, es que... estaba en medio de mis amenazas y...

Suspiró, cortando el agua.

— Está bien, lo entiendo, pero me gustaría que intentaras no gruñirme la próxima vez.

Medio sonriendo.

— No me di cuenta de que la cagué hasta que se me escapó esa palabra — extendiéndole una toalla intentando no bajar la mirada— Ahh me siento tan mal.

Gimoteando, entregándole otra para el cabello.

— Ya está, ya pasó — dijo secándose ese rubio que me encanta— Te diste cuenta, pediste disculpas, yo las acepto, listo ¿Qué te tiene de mal humor? Has estado ladrando ordenes todo el día.

Caminando hacia el mueble del baño, tomando el secador.

— Yo lo hago — quitándoselo— Tengo treinta minutos libres mientras limpian el despacho.

— ¿Lo mataste?

Preguntó, siguiéndome al cuarto.

— No, pero se orinó y dejó parte de su sangre por ahí así que es un desastre ahí abajo — suspiré viéndolo tomar asiento frente al espejo— Lo de siempre.

Encogiéndome de hombros.

Asintió de acuerdo con mis palabras, mirándome al espejo mientras le ayudaba con el cabello, él lo hace casi siempre por mí, puedo hacerlo por él.

— No me dijiste ¿Qué te tiene de mal humor?

— Es Santino, joder, su hijo salió del calabozo y me ha jodido todo el día para que lo deje venir aquí y que se reincorpore.

— Bueno, es su hijo, claro que querrá salvarle el cuello ¿No has pensado en que Rhett tiene una disculpa preparada?

— Serían excusas, sólo basura — apagando el secador, cepillándole el cabello— Pero estoy cansada ya de tener que escucharlo.

— ¿Y por qué no sólo le dices que sí? Así ya no te molestaría.

Fruncí el ceño, mirándolo al espejo.

— No voy a reincorporarlo.

— Pero al menos lo escucharías y Santino dejará de estar ansioso e insistirte cada cinco minutos, piénsalo por tu paz mental.

Suspiré.

— Eres la voz de mi conciencia — tomando el secador nuevamente— haré eso para tener paz el resto del día.

Terminé de secar su cabello y besé su coronilla para anunciar que ya acabamos, dejando el secador de lado, Ardan jaló de mi brazo y me sentó sobre sus piernas, besando mi cuello.

— ¿Ya te calmaste, Bombón?

Preguntó.

— Sí, ya me calmé, ya me calmé, sólo estaba un poquito estresada y tú no me quieres ayudar con eso.

Acariciando su pecho.

— Falta una semana y tres días Bombón, puedes soportar eso ¿Cierto?

Aplastando mi mano contra su pecho para que no pudiera seguir acariciando a mi antojo.

— Podría soportar mejor si durmieras conmigo.

— Me atacarías en la noche.

Dijo.

— Pero dormiríamos mucho mejor.

— Sabes que no dormiríamos, preciosa.

Acariciando mi espalda baja, lentas caricias que comenzaban a encenderme.

Necesito que se repita lo del auto.

— Agh... por favor, préstame atención.

Moviéndolo de los hombros.

— Te presto atención, te presto mucha atención, lo que no hago es jugar contigo y tu cuerpo solamente.

Deslizando sus manos desde mi cintura a mis pechos, masajeándolos lentamente, observando mis expresiones a través del espejo.

— Te encanta tocarme y dejarme con las ganas, es tu pasatiempo favorito.

Apoyándome en su pecho, dejándolo hacer, disfrutando de las caricias, observando mi reflejo cargado de satisfacción.

— Bueno, creo que necesitas un poco de ayuda Bombón, sólo te estoy dando un masaje, pareces un poco... tensa.

— ¿Sabes qué más tengo tenso?

Sonreí maliciosa, tomando una de sus manos, apoyándola en mi entrepierna.

— Aradia, sabía que aquí estarías, te estaba buscando.

— A la mierda ¿Y ahora qué?

Rodé los ojos, sin dejar que Ardan quitara las manos de donde las apoyé, viendo a Santino con verdadero odio, realmente quería darle un tiro hoy.

— Tienes cita con el alcalde en dos horas más — sin inmutarse por lo que estaba presenciando— Y recibí las respuestas de los lideres de los demás países, todos confirman su asistencia, también llegó una carta para ti firmada como anónimo, es sospechoso, quise traerla de inmediato.

Fruncí el ceño, levantándome de encima de Ardan, caminando hasta mi suplente de Segundo, tomando la carta.

— Ok, esto es lo que haremos, leeré la carta, tú buscas a Rhett para que diga lo que tenga que decir y no te aseguro que va a quedarse — lo señalé— Todo para que dejes de joderme o te cortaré la lengua, y luego me iré a ver al alcalde que por cierto ¿Por qué quiere verme?

— ¿De verdad vas a escucharlo?

Sonriendo amplio.

¿Eso fue todo lo que escuchó?

— Sí, pero háblame de lo importante ¿Qué quiere ese viejo?

— Es sobre la patente del club que compraste, necesitas firmar los documentos, las remodelaciones comenzarán en cuanto tengas el contrato en tu mano.

Asentí.

— Esas son buenas noticias, ok, veré al viejo en persona y me encargaré de darle un pequeño recordatorio sobre quién llama a quién y de quien es esta maldita ciudad.

— No esperaría menos de ti, chiquilla, me sorprenden tus avances, llamaré a Rhett.

— Avísame cuando llegue, que espere en mi despacho.

— Por supuesto.

Dio media vuelta y dejó el cuarto con rapidez, dejándome a solas con mi prometido.

— Joder, estábamos por llegar a lo interesante — me quejé, tomando asiento sobre sus piernas— Estoy malditamente frustrada y esto es tu culpa.

Mirando mal al rubio mientras rasgaba uno de los extremos del sobre.

— Ya habrá tiempo para eso, te aseguro que no dejaré que pongas un pie fuera de la cama durante toda la estadía en el yate.

— Prometedor, suena muy prometedor — girando el rostro para besar su mejilla— Espero que cumplas tu promesa.

Abriendo la carta.

— Yo siempre cumplo mis promesas.

Abrazándome por la cintura, apoyando su mentón en mi hombro para leer junto conmigo.

Estimada Boss,

Mi nombre es Isla Wilson, líder de la mafia del reino unido, envío esta carta sin remitente en el exterior debido a los traidores que tiene bajo su amparo, no quiero levantar sospechas y es mi intención prestarle la ayuda necesaria para desenmascararlos.

Como verá, no formo parte del culto de la mafia que rinde homenaje e idolatran a los masculinos, no soy parte del tratado internacional ya que en mi tierra, somos las chicas quienes nacemos para ser lideres y tomar cada decisión de peso en nuestra mafia, los hombres nacen como soldados, compañeros que nos observan como sus iguales, el trabajo aquí es complementario, no existe uno sin el otro y eso no le gustó a los Boss anteriores, rechazaron todas mis solicitudes para ser participe del acuerdo, mis antepasadas tuvieron la misma suerte.

Lo curioso es que recibí una petición hace dos días, piden lo mejor que tengo en sicarios para matar a una persona en particular, la nota diciendo expresamente esto:

Mayo quince, interceptará el auto del Boss antes de llegar a la boda, es cuando estará vulnerable, no llevará armas encima y pocos escoltas la acompañarán, necesito que la elimine de la forma que estime conveniente, sé de los métodos precisos que utiliza la mafia inglesa para obtener el 100% de éxito.

Si decide aceptar, me comprometo a aprobar su solicitud para firmar el tratado del acuerdo internacional de las mafias, el nuevo Boss estará bajo mi influencia, hará todo lo que yo le pida.

Si decide aceptar, recibirá cinco billones en efectivo pagados inmediatamente luego de terminar el trabajo, o si prefiere, mitad antes y la otra mitad después para que usted tenga una garantía, contáctese en tres días a la una de la mañana hora inglesa, estaré esperando su respuesta.

5673XXXXX.

Quizá, si el Boss hubiese sido un hombre, hubiese aceptado el trabajo por esa cantidad de dinero, pero tomé mi tiempo e investigué a mi víctima, encontrándome con la sorpresa de que el cabecilla de toda una organización criminal internacional era una mujer y estaba haciendo importantes cambios en la forma de guiar a sus tropas, por lo tanto, quiero ofrecerle mi asistencia para encontrar al traidor de entre sus hombres, en mi mafia, la traición se paga deslizando un fierro al rojo vivo por la garganta de quienes me apuñalaron por la espalda, no toleramos esos actos y creo, usted debe pensar como yo, le ofrezco un trato, llámeme apenas reciba esta carta y le recomiendo quemarla para no dejar evidencia, su vida está en riesgos y no estoy de acuerdo en eliminar a una compañera que podría significar un avance para nuestra corrupta sociedad.

Atte.

Isla Wilson.

2354XXXXX

Miré a Ardan con preocupación, quieren deshacerse de mí antes de la boda, alguien de mí propia organización, esta mierda era algo serio, y si la tal Isla era sincera, debo tomar cartas en el asunto ahora.

— Llámala de inmediato — dijo— Veamos que ofrece y qué es lo que quiere, es obvio que el dinero la tienta, no podemos fiarnos.

Asentí.

— Tienes razón, dame un momento.

Tomé mi móvil y apunté el numero de la mujer con el corazón golpeándome el pecho en lo que presionaba el altavoz y sostenía el aparato entre Ardan y yo para que pudiera oír.

— Isla Wilson ¿Quién habla?

— Aradia Marchetti — dije— El Boss, recibí tu carta.

— ¿Qué piensa sobre lo que le comenté? Estoy dispuesta a cooperar con usted.

— ¿Qué es lo que quieres a cambio? Nada es gratis en esta vida.

Necesitaba ir directo a lo que me importaba.

— Quiero firmar para ser parte del tratado, eso fortalecerá mi mafia y tendremos el respaldo de las otras, no soy estúpida, eso tiene mucho más peso que cinco sucios billones, y preferiría tener como Boss a una chica que a un chico ¿Qué propone, Boss? Mi mafia y yo estamos a su disposición.

Ardan asintió, moviendo su mano diciendo de forma silenciosa que continue con la conversación.

— ¿Cuándo debe contactarse con ese sujeto?

— Hoy a la una de la mañana.

Mi prometido y yo asentimos al mismo tiempo con determinación.

— Haremos esto. Me comprometo a redactar el contrato para incorporarla al tratado internacional siempre y cuando usted me brinde asistencia con esto, viajaré para reunirme en persona con usted, quiero estar presente cuando hable con ese sujeto, si todo sale como espero y mi cabeza sigue en su lugar luego de la boda, yo le daré los cinco billones para que me ayude a cazar a los traidores, esto no es el trabajo de una sola persona.

— Tenemos un trato, siéntase cómoda en traer a todos los escoltas que desee, pero que sean de su total confianza, no sabemos quienes están enterados de esto, hay que ser precavidas.

Estoy de acuerdo con ella en eso.

— Envíeme su dirección, en unas seis horas saldrá mi vuelo — mirando mi reloj de muñeca— Será un placer trabajar con una mafia que no piensa con las pelotas.

— Digo lo mismo, la idiotez masculina de las organizaciones es contagiosa, todos creyendo que pueden decidir por nosotras, tomándonos como pieza de ajedrez, moviéndonos a su antojo, esa mierda me asquea.

Si esta mujer era sincera, porque no podía fiarme por la primera impresión, podríamos llegar a ser buenas amigas.

— No tiene idea lo que me ha costado mantener el cargo al ser chica, comprendo totalmente lo que dice.

— Le enviaré la dirección por mensaje, sea discreta, nos vemos más tarde.

— Nos vemos Isla, y gracias.

— Es un placer ser de utilidad, Boss.

Corté la llamada, segundos después recibí un mensaje de texto con las coordenadas de su casa, esta mierda se estaba poniendo seria.

— Por supuesto vendrás conmigo — dije— Necesito toda la asistencia posible — entrecerré los ojos— No serás tú el traidor ¿Cierto?

Golpeó mi frente con su índice.

— ¿Qué estupideces dices? ¿Cómo puedo probarte que te seguiría hasta el fin del mundo? Yo no falto a mis compromisos, me ofendes a mí y a mí apellido, además, no soy un aparecido de la nada, Sabina fue quien me ha estado hablando por años de ti, es mi prima, somos familia y...

Besé sus labios.

— Ok, con eso es suficiente, lo siento. Me pongo nerviosa en estas situaciones y eres tan bueno que me haces dudar, nadie es tan bueno.

— ¿Quieres que te demuestre que no soy bueno entonces?

Dijo con voz grave.

Me estremecí del gusto.

— Me encantaría, propuesta adecuada en el momento inadecuado — bufando— Deja que asegure mi sobrevivencia primero y luego seguiré provocándote para que me maltrates otra vez, pero por ahora, necesito que busques a Sabina, ella es mi jefa de seguridad, analicen la propiedad de pies a cabeza, quiero los planos completos del lugar, incluido el sótano.

Asintió.

— De acuerdo, me encargaré de la seguridad con ella, y tranquila, que vamos a encontrar a los traidores, aunque tengo una idea de quién puede ser.

— O quienes.

Complementé yo. También tenía mis sospechas.

— ¿Quién crees que sea?

— ¿Lo decimos al mismo tiempo?

Propuse.

— Ok, a la de tres.

— Uno. Dos. Tres.

— Los ancianos.

Hablando ambos al unísono.

— Esos hijos de puta están totalmente en contra tuyo — dijo— Han estado rondándote desde que incorporaste a las chicas a los entrenamientos y no quieren que te cases conmigo, insisten en que Fabio sería mejor, Fabio tiene el respaldo del consejo, no me sorprendería que él quisiera robarte el poder.

— Tengo las mismas sospechas — levantándome— Exactamente las mismas, y si es como pensamos, voy a matarlos a todos y cada uno de ellos delante de las cuatro casas, para que quienes sigan dudando de mis habilidades, terminen de convencerse al ver su posible futuro.

La puerta del cuarto se abrió nuevamente.

— Aradia, ya está aquí.

Dijo Santino, asomando la cabeza con los ojos cerrados.

Hombre astuto, sabe que podríamos estar haciendo algo.

— Ok, Santino ven aquí, hay problemas, graves problemas.

Frunció el ceño, abrió los ojos y entró al cuarto, acercándose.

— ¿Es sobre la nota?

Preguntó.

— Así es — asentí— Necesito que reúnas a mi círculo íntimo, Aless, Vitto y tú también deben estar ahí. Ardan, vístete y veme con ellos en veinte minutos — viendo al rubio— Todos en veinte minutos en mi despacho — observando al castaño— Y ni una palabra de esto a nadie.

— Por supuesto — dijo Satino— Parece grave, reuniré a todos lo antes posible.

— Me visto y te busco, Bombón, y tranquila.

Dijo el rubio, besando mis labios.

— Estoy tranquila — mentí— No soy yo quien debería estar nerviosa.

Tomé la carta ocultándola en mi bolsillo, mi móvil y dejé el cuarto, troté por el pasillo y bajé las escaleras, directo a mi despacho, necesito a mis personas de confianza para idear un plan, mi cabeza no deja de trabajar pensando en los mejores escenarios y también los fatales.

Ares y Eris no viajarán en el mismo auto que yo pase lo que pase.

Entré al despacho, viendo la cabellera castaña de quien era mi segundo, su rostro magullado e inflamado en ciertos lugares me dice que le dieron una buena despedida ahí abajo, dudo mucho que quiera faltarme al respeto otra vez luego de todo lo que le han hecho.

— Tú dirás — dije, tomando asiento en mi lugar— Tienes veinte minutos, estoy ocupada.

— Aradia... lo siento, lo siento tanto... — Dijo con manos temblorosas— Dije todo lo que dije guiado por la rabia, no me gusta la idea de que me desechen, soy yo quien rechaza siempre, soy yo quién tiene la última palabra, y...

— Si vas por ahí, te envío de regreso al calabozo, tú decides.

Entrelazando mis dedos sobre el escritorio.

— Lo que quiero decir es que metí la pata — se apresuró a decir— Mi lealtad siempre estuvo y estará contigo, soy consciente de que no debí jugar contigo siendo quien eres, tú eres mi jefa, eres mi Boss y mi vida debería dar vueltas a tu alrededor sin salir de lo profesional, la cagué, la cagué horrible — dijo— Y te prometo que no se volverá a repetir, no sé qué estaba pensando.

— ¿Se puede saber por qué le mentiste a mi papá sobre querer casarte conmigo?

— Porque estaba desesperado — dijo— Quería tenerte y con la aprobación del Boss podía hacer contigo lo que quisiera. En el momento sonó como un buen plan, pero cuando noté que con mis acciones y mis palabras te había lastimado... claramente no había pensado correctamente.

— ¿Te das cuenta que puedes arruinarme si abres la boca? Afortunadamente Ardan comprendió la situación, pero el resto...

La carta y mi situación se me vino a la cabeza.

Mi día sólo sigue empeorando.

— Te lo juro Aradia, te juro que no se volverá a repetir la situación, volveré a ser tu confidente, tu amigo y tu Segundo — arrodillándose junto a mí— Te lo juro, sólo... deja que me reincorpore, y por favor... Ayúdame con el Zar y Natasha, van a matarme cuando regresen y mis padres no podrían con eso, yo no quiero morir de esa manera tan patética, estoy listo para morir en una misión, recibir alguna bala por ti, mi Boss, pero por algo como esto... no quiero morir así...

Giró la silla y tomó mis manos, apoyándolas en mi regazo sin soltarlas, rogando con desesperación que le perdonara la vida y la protegiera de mis progenitores.

— No lo sé, Rhett, no sé si pueda confiar en ti y en estos momentos necesito personas que no me den la espalda cuando los necesite.

— Te lo juro, volveré a ser el diligente Rhett, seré alguien útil, no volveré a coquetear, no abriré la boca cuando no deba, no diré nada que pueda ponerte en aprietos, dame una oportunidad, es todo lo que te pido, y si la cago en algún momento, yo mismo me quitaré la vida.

La puerta del despacho fue abierta, Ardan entró con Sabina, ambos viendo la escena con confusión.

— Mira Rhett, si no necesitara personas de confianza en estos momentos, te juro que ni siquiera pensaría en considerarte, te mandaría a la mierda porque tendría tiempo de sobra para hacerte la vida imposible un poco más, de esa manera no volverías a pensar en traicionarme —Quitando mis manos de entre las suyas— Pero necesito de tu astuta mente para esto, una falla y cumplirás tu promesa, te dispararás frente a mí porque tu patética existencia no es necesaria si no eres de utilidad para mí.

De reojo vi al resto de mis personas de confianza en el cuarto, Santino estaba pálido, Aless cerró la puerta tras él, abrazando por los hombros a su esposo, observando lo que ocurría con total atención.

— Te lo juro — tomó mi mano y besó el dorso de esta, apoyándola en su frente— Si cometo un solo fallo, por más mínimo que sea, cumpliré mi promesa, seré útil, lo prometo.

— Una oportunidad, no más — quitando mi mano— Ahora ve allá con el resto, tenemos negocios que atender.

Respiró aliviado antes de levantarse del piso e ir con sus padres, Santino lo abrazó con fuerza, besando su coronilla, Aless le dio un apretón a su hombro, dándole a entender que estaba feliz por él.

— ¿Por qué nos convocas con tanta urgencia? — dijo la rubia— Ardan dijo que desconfiaste hasta de él — acercándose al escritorio— Te juro por mi cabeza que es de confianza, lo conozco de toda la vida.

— Abogo por él — dijo Aless— Nunca dudes de un De Santis, somos un poco extremistas, el día que no logremos probar nuestra valía y nuestra lealtad, somos capaces de ofrecer nuestra sangre al Boss. Nuestra crianza es dura, Aradia, no mentimos y no mordemos la mano del amo, jamás haríamos algo a espaldas del dueño de la correa, menos traicionarlo, así que... no dudes de mi sobrino, es más probable que Rhett vuelva a traicionarte a que Ardan haga algo en contra de ti, los principios de los Coppola no son como los nuestros.

Santino levantó el dedo medio y apuntó hacia su marido, dedicándole el peor rostro que le he visto en mi vida, de seguro esto les traerá problemas.

— Pues gracias por tenerle tanta fe a nuestro hijo.

Dijo el castaño.

— El trabajo es primero, Santino, lo sabes — le dijo Aless— Y aquí está en juego el futuro de la organización si se quiebra la confianza del Boss y su elegido, lo siento.

Rhett se acercó al mesón y apoyó ambas manos en la madera, inclinándose hacía mí.

— Hay algo que sigue rondando en mi cabeza, necesito saber, por favor.

Dijo.

— ¿Qué quieres?

Deslizando mi mano por el rostro, exasperada.

— ¿A él también le diste un collar?

Señalando a Ardan con la cabeza.

— No, él es mi compañero, no uno más de mis perros.

Respondí con seguridad, viendo al rubio levantar la cabeza, mirándome.

La conversación era audible para todos en la habitación.

— Pero dijiste que yo era tu favorito, mi collar era diferente al de todos los demás.

— Mi perro favorito, sí, un perro en el que confiaba, que me movía la cola cuando se me daba la gana, alguien que me cuidaba la espalda, pero mordió mi mano y perdió sus privilegios. Vete a tu lugar, necesito iniciar la reunión.

— Claro, lo siento.

Retrocedió, parándose junto a Dane, el muy observador estaba escuchando muy atento lo que pasaba, ya me dirá su veredicto después.

— Ardan ¿Puedo ocupar mi silla favorita?

Necesito tantear terreno, bien podría haberla cagado ya.

— ¿Te lo mereces?

Preguntó alzando una ceja.

Uuf... está un poco cabreado, pero esa cara coqueta me dice que me espera uno de esos castigos que me hacen olvidar hasta como me llamo.

— Creo que no, pero el escritorio es un buen lugar para que luego hablemos de eso.

Acariciando la madera.

Aquí sería un buen lugar para que me folle, necesito liberar tensión.

— Ok — acercándose a mí— Pero de esta no sales fácil, Bombón.

Levanté el culo de la silla haciéndome a un lado para que tomara asiento y me acomodé sobre sus piernas, apoyando el trasero sobre su verga, procurando acomodarme de forma inocente, sintiendo su pene hincharse levemente bajo mi peso.

— Prefiero las sillas sin resortes.

Susurré, sacando la carta de mi bolsillo.

— Oh tranquila, es más grande que un resorte y te aseguro que dolerá más que uno.

Me mordí la lengua para no soltar un jadeo, me gusta verlo enojado, pero es peligroso para mi cuerpo.

— Eres exactamente igual de desvergonzada que tu mamá — dijo Santino— Seguimos aquí, niña, cojan después.

— No voy a follarla hasta que sea mi esposa — dijo Ardan— Me juré a mi mismo y a ella que voy a respetarla... en la medida de lo posible — apretando mi muslo bajo el escritorio— Quiero probarle que soy mejor que otros.

Mirando mal a Rhett.

Uuy mierda, esto se pone interesante.

— De Santis — dijo Aless, mirando a Rhett— Leales antes que todo, no unos locos cómo tú nos llamas.

— Ok, ok — dije— Si seguimos así, saldremos todos peleados y yo necesito un poco de paz, he tenido un día de mierda — Apoyando la carta en la mesa para que todos pudieran leer— Este es el asunto, recibí esto hoy, cumpliré con mi agenda hoy hasta la cita del almuerzo con el alcalde, apenas termine, nos iremos a Inglaterra para hablar con la líder del Reino Unido, Vitto y Dane se quedan — señalándolos— Si no los contacto en veinticuatro horas es porque algo sucedió, fue una trampa y estoy muerta, de ser así, ustedes se encargarán de viajar a Hawái y avisar a mis padres, mis hermanos quedan bajo su cuidado, no los quiero ni siquiera con un rasguño, a Boris también me lo cuidan.

— ¿Por qué hablas de muerte tan temprano? No vas a morir — me regañó Rhett— No vas a exponerte de más, utilizaremos la distribución H para esta misión, no vas a poner ni siquiera un pie en su territorio sin que exploremos los alrededores, llevas tres capitanes contigo, esto va a salir bien.

La distribución H consiste en llevar conmigo cuatro grupos de seis personas como escoltas además de mi círculo íntimo para que me cuidaran la espalda desde tierra y también en lo alto.

— ¿Ves cómo sí puede salir algo útil de tu boca? — dije— Seguiremos esa estrategia, Ardan y Sabina, los planos de su territorio, necesito toda la información que obtengan de los edificios cercanos en un radio de cinco kilómetros, Dane, investiga a Isla Wilson y a la mafia inglesa, no voy a fiarme, necesito saber si tiene hijos, si está casada, si realmente es la líder — lo miré— Necesito todos los detalles de su vida por más mínimos que sean — asintió— Santino, despeja mi agenda por los próximos dos días y acomódalo a como puedas, Aless selecciona a cuatro escuadrones de tu total confianza, si esto llega a manos de quien me quiere muerta, no contaré con el factor sorpresa y esto no funcionará. Dane, Vitto, ustedes se encargan de que los planes de la boda sigan su curso, mis hermanos tendrán el doble de seguridad desde ahora y a Boris no le quiten el ojo de encima ¿Todos tienen claras sus tareas?

— Sí, Boss.

Respondieron al unísono.

— Bien, todos a trabajar, nos iremos lo antes posible — Mirando al castaño mayor— Santino, llama al alcalde y dile que nos reuniremos en una hora, no perderé más tiempo por su culpa — tomando la mano del rubio que hizo el ademán de ponerse de pie— Tú te quedas conmigo un rato, tenemos que hablar — la sonrisita arrogante que se instaló en su rostro hizo que se me enloquecieran las mariposas— Sabina, te lo entrego enseguida, adelanta trabajo mientras tanto.

— Por supuesto amiga — dijo la rubia, guiñándome un ojo— Ahora fuera de aquí, hay que mover el culo — empujando a todos hacia la salida— Suerte con tu conversación, masoquista de mierda.

Intenté no sonreír hasta que la puerta se cerró y nos quedamos solos.

— Sabes que estoy molesto porque desconfiaste de mí, y además, estoy celoso porque ese bastardo te tocó ¿Cierto?

Susurró en mi oído, moviendo mi cabello para tener acceso a mi cuello, depositando un beso húmedo sobre este.

Cerré los ojos un momento, recé un Padre nuestro en dos segundos y los abrí.

— Lo supuse, por eso te permití hablarme así, que no se te haga costumbre, tengo una imagen que mantener — viéndolo quitarme las armas ocultas en mis prendas una a una— Al menos no lo hagas frente a otras personas que no sean mi círculo íntimo.

Que me hable así cuando quiera, la verdad me importa una mierda el resto.

— Como digas, Boss — llevando las manos a mi pantalón, acariciando mi entrepierna— Se acabó el trabajo por ahora, estamos solos y voy a darte tu castigo ¿Alguna objeción?

Negué mordiendo mi labio, moviendo las caderas por cada caricia.

— Tienes boca, Bombón, úsala mientras puedas, no te escucho.

Ya estaba húmeda joder, y mucho no estaba haciendo el rubio de manos grandes y ojos bonitos.

— Has lo que quieras papi — elevando mi mano hacia atrás para tocarle el rostro, acariciando su mejilla— Sabes que me gusta cuando te pones rudo.

— Si te gusta ya no sería un castigo — sostuvo mi rostro con una mano, volteándome para que lo mirara— ¿De qué sirve castigar a una masoquista de mierda si no aprenderá la lección?

Gemí.

— Sí voy a aprender, te lo juro.

Si me dice que me ponga a cuatro patas y ladre, yo lo hago si conseguiré de recompensa esos tratos duros que me vuelven loca.

— Aradia, lamento interrumpir, papá me pidió que...

Rhett quedó petrificado en su lugar en cuanto vio la escena, la tableta se le resbaló de las manos, incapaz de hablar.

— Habla rápido, estamos ocupados.

Dijo Ardan sin apartar las manos, tampoco soltó mi rostro.

El brillo de los celos en su rostro me decía que quizá hoy obtenga más que una mamada, estoy emocionada.

— Em... sí, por supuesto — se apresuró a decir el castaño, recogiendo la tableta— Llamé al alcalde, dijo que, si estabas apretada de tiempos, él podría acercarse, está por la zona, llega en treinta minutos, prepararemos la comida para ambos aquí.

Ardan soltó mi rostro a regañadientes para que le prestara atención.

— Ok, encárgate de la comida — dije— El alcalde es vegetariano, bebe sólo agua mineral sin gas con su comida, siempre pide gelato de postre.

— ¿Pido tu favorito para el almuerzo? — observando el termostato en la pared, acercándose— Veintisiete grados... mmm... al Boss no le gusta de esa manera — moviéndolo— Lo ajusté a como le gusta, jefa — Ardan tensó la mano que se mantenía en mi entrepierna— ¿Y bien? ¿La comida?

— Da igual, no soy quisquillosa. Deja de hacer lo que estás haciendo.

— ¿Qué estoy haciendo? — preguntó con inocencia— Estoy siendo diligente nada más.

El chirrear de los dientes del sujeto bajo mi peso me hizo saber que mi culo corre peligro.

— Retírate — dije— Y no me molestes por un rato, nadie puede entrar.

— Por supuesto, Boss.

Dio media vuelta y dejó el cuarto, cerrando con suavidad tras él.

— Ardan...

— Arrodíllate, bombón ¿Está suficientemente húmeda esa boquita o necesito escupirte de nuevo?

Dijo apretando uno de mis pechos, obligándome a gemir.

— Creo que húmeda, húmeda, no está.

Levantándome de sus piernas, hice el ademán de arrodillarme, pero no me lo permitió, en vez de eso, buscó en mis cajones hasta dar con la cinta plástica girando el dedo índice en círculos, observándome.

— Hoy no vas a tocarte — juntando mis manos en la espalda en cuanto voltee— Quiero ver tu desesperación hoy, Bombón.

Juntando mis manos con la cinta, me giró e hizo arrodillarme entre sus piernas.

— Abre esa boca y trágatelo — sujetándome por el cuello— Si no haces que me corra antes de que llegue el alcalde, te va a encontrar en una posición poco decorosa ¿No crees?

Introdujo dos dedos en mi boca con malicia antes de derramar su saliva, esperando a ver que la tragara, susurrando un buena chica que me humedecía a una velocidad que me asustaba mientras acariciaba mi barbilla.

Liberó su pene y sujetándome por el cabello, improvisando una coleta con sus manos, me guio hasta este, haciéndome tragar hasta el ultimo centímetro tan rápido, que terminé por ahogarme, no podía mover mis manos, por lo tanto, sólo me quedaba mirarlo a modo de suplica para que fuera un poco más lento.

Fue su sonrisa de satisfacción lo que llamó mi atención mientras miraba hacia el frente, directo a la puerta que rechinó, anunciando a un visitante no deseado.

— ¿Es mejor que yo? Necesito saber, a mí nunca me dejaste someterte.

Rhett.







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BUENAS BUENAS HIJAS DEL PECADO

¿CÓMO LAS TRATA LA SUCIA VIDA?

OK, HOY AQUÍ QUEDÓ LA GRANDE

PRIMERO ARADIA EN SU FACETA DE BOSS, AGRESIVA, MAL HABLADA, DESPIADADA

ARDAN SE MOLESTÓ UN POCO POR COMO LE HABLÓ, PERO TERMINÓ ACEPTANDO SU DISCULPA

DESPUÉS TENEMOS A SANTINO, FANATICO EN INTERRUMPIR MOMENTOS, PERO ESTA VEZ POR MOTIVOS IMPORTANTES

UNA CARTA LLEGÓ, UNA CARTA QUE NO TRAE BUENAS NOTICIAS

¿QUIEN ES EL TRAIDOR?

RHETT MERECE REINCORPORARSE? 

CONFIAMOS EN ÉL?

ARADIA DEJÓ A VITTO Y DANE, LOS SUBSEGUNDOS, EN CASO DE QUE ALGO LE SUCEDIERA PARA QUE PROTEGIERAN A SUS HERMANOS Y FUERAN A BUSCAR A SUS PADRES EN EL PEOR DE LOS CASOS, LA COSA SE PUSO GRAVE

LUEGO RHETT SUPLICANDO, ARDAN CELOSO

ARADIA EN MODO: PARTEME PAPI COMO CRAYOLA E' KINDER

YO EN MODO: YA ME TOCAAA

Y RHETT REGRESANDO PARA VER LO QUE SUCEDÍA, RECLAMANDOLE QUE CON ÉL ELLA NO SE SOMETIÓ

UUUUH NO SÉ SI TENER MIEDO, PONERME ANSIOSA, NO SÉEEEE

NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO BEBAS

BESITOS EN  LA COLAAAA


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