Capítulo 10
CAESAR
Llevo marcando por al menos una hora a Aradia y la chiquilla imprudente simplemente no contesta, le quitó el rastreador al auto, o peor, alguien se lo quitó, por lo que no puedo ver dónde la llevaron.
El pensamiento de que algo le haya sucedido me invade y ya estoy perdiendo la cabeza, Vincenzo tampoco contesta, Aradia siempre va con él cuando algo sucede aquí, es el único lugar en el que pienso cuando ella se marcha. Natasha es mejor en estas cosas de pensar en otros lugares, ella... ella sabe, ella siempre encontraba la solución a todos los problemas.
¿Cómo se supone que podré cuidar de mi hija si ni siquiera logro encontrarla?
— Santino, lamento molestarte, sé que te di el día para que cuides a Sabina, pero... Vincenzo no me contesta, no sé dónde se fue Aradia, estoy perdiendo la cabeza.
Irrumpiendo en el cuarto de la rubia.
Anoche, cuidó de Rhett y Dane sin descanso, terminó colapsando por la mañana, hierve en fiebre la pobre, sus heridas son de gravedad, está recostada boca abajo para así tener la espalda descubierta, se queja entre sueños y ha soltado un par de lágrimas mientras duerme, ella, una bebé que no lloraba, nunca le he visto lágrimas, debe estar sintiendo mucho dolor.
— Sí, no te preocupes, déjame intentar — Suspiró agotado, acariciando el cabello de su hija antes de tomar el móvil— ¿Has visto a Rhett? Aless fue a buscarlo, pero no me ha escrito nada.
Apoyando el móvil en su oreja, esperando.
— Rhett colapsó luego de que Aradia dejó la casa, Aless se lo llevó al cuarto le di el día, Dane no está mejor — suspiré— Le di el día libre a Vitto también, los hijos son primero.
— ¿Ahora lo son? — alzando su ceja en mi dirección— Porque tus prioridades cambiaron de un tiempo a esta parte. Las ultimas vacaciones que tuvieron fue cuando Aless y yo nos casamos.
Bajé la mirada sin saber qué responder.
Natasha tiene razón en estar molesta conmigo, no le dedico tiempo a ella ni a nuestros hijos, prácticamente no salimos de casa a menos de que sea por trabajo, hace años no hacemos algo en familia como lo que intentamos ayer... y yo me fui.
— Vincenzo, hombre, hola — Santino colocó el altavoz— Oye, bruto ¿La principessa está en tu casa?
— Sí, llegó hace un rato — respondió mi primo al otro lado de la línea— Primero me grito, me gritó como por diez minutos, luego dijo que me merecía verme como la mierda, por cierto, tu hija casi me arrancó una oreja, es una bestia, ponle bozal, pero regresando a Aradia, luego de gritar y desahogarse, comenzó a llorar ¿Qué mierda pasó? Aradia no llora.
— Te dije que no le buscaras motivos a Sabina para atacarte, Aless la entrena desde que logró mantener el equilibrio, es peligrosa, lo digo en serio.
Respondió este, ignorando por completo mi petición, necesito saber de mi hija.
— Ni me lo digas, ayer no pude dejar la cama gracias a sus cariñitos — suspiró— Pero en serio ¿Qué pasó en casa? Aradia está durmiendo a mi lado ahora, parece agotada, se quedó dormida llorando, no quiso contarme nada, pero dijo que no le respondiera a Caesar.
Aush... eso me dolió.
Sé muy bien que cómo padre he sido una mierda, pero al menos debió informar que llegó bien, esperaba al menos eso.
— Natasha y Caesar discutieron — suspiró Santino, masajeando el puente de su nariz— Natasha tomó sus cosas, a los mellizos y se fue a Rusia, Aradia se quedó acá para no darle en el gusto a los ancianos, pero sé que la niña quería irse con su mamá, Caesar... digamos que como jefe es estupendo, pero como padre deja mucho que desear.
Lo miré mal.
¿Para qué quiero enemigos si tengo a este bastardo cruel?
— Ya veo... por eso está tan triste, ella y Natasha son muy unidas, la muñequita debe estar destruida, la voy a llamar ¿Por qué Caesar se hizo un idiota de un tiempo a esta parte? Antes les dedicaba tiempo a los chicos, al menos, los escuchaba y se interesaba por las cosas que a ellos les gustaban, pero ahora sólo los usa como soldados, la relación que tengo con mi hijo no es así.
Tomé asiento en la silla frente a Santino, sintiéndome culpable, Vincenzo dijo prácticamente lo mismo que el castaño, lo mismo que Natasha me recriminó ayer... todo el mundo debe de pensar que soy de lo peor.
— Sí, te llevas bien con tu hijo porque cumples dos roles, hijo de puta — carcajeó— Si mataste a su madre, Aless aún no te lo perdona.
— ¿Querías que viviera con Irina para siempre y dejar que me marcara? ¿En serio? — carcajeó— Sin ofender, Santino, pero tu esposo sabe que su prima era sólo un polvo, y como la estúpida se quitó el método anticonceptivo creyendo que se iba a casar con Caesar... ¡Yo no lo sabía! luego dijo ¡Sorpresa, estoy embarazada! Al menos la dejé parir, eso habla muy bien de mí. Tuve que soportarla por meses.
— Le disparaste apenas nació Ox ¿Qué clase de bestia eres?
Riéndose de la desgracia de esa rubia que nadie soportaba.
— Ruleta rusa, Santino, reglas son reglas, fue al azar y le tocó bala, una lástima.
No sonaba nada arrepentido.
— Dame eso, a nadie le interesa Ox ahora — dije yo, quitándole el móvil al castaño que parecía divertirse mucho— Vincenzo, cuídamela ¿Ok? No lo ha pasado bien, no ha tenido un buen día, ayer tampoco, no ha sido su racha.
— ¿Qué hacías tú que no impediste que Natasha se fuera? ¿Qué era tan importante? — preguntó con molestia— Te creía más inteligente.
Bufé.
— El círculo íntimo de Aradia la protegió ayer, un candidato a prometido le quebró unos dedos, fueron al consejo luego para notificar lo sucedido y llegaron a casa con el cuerpo destrozado luego de la sanción, fui a abogar por ellos, me quedé para discutir la situación de mi hija, estaba haciendo mi trabajo. Para cuando llegué, Natasha se había ido.
— ¿No que el marica de Rhett se hizo hombre y se casaría con Aradia?
Su tono de voz me dice que sigue sintiendo resentimiento hacia el mocoso.
— Larga historia, te la cuento luego.
Dijo Santino.
— Entonces están todos hasta el cuello, ya entiendo — suspiró mi primo— Me hago cargo de la muñequita pequeña, parece realmente agotada, tienes ojeras gigantes ¿Cómo es que no te diste cuenta de la carga que soporta? Es cosa de prestarle atención a sus palabras, siempre diciendo que puede sola, que buscará soluciones por su cuenta, Caesar, está exhausta, casi la perdiste una vez cuando no pudo tolerar la presión ¿Quieres que eso vuelva a ocurrir?
Estiré el móvil hacia Santino antes de aventarlo contra la pared.
— No necesito que me digan lo mal padre que he sido, sólo cuida a Aradia, Ox le agrada, que Ox sea su juguete.
Respondí.
— Si no fueran primos, Ox le hubiese propuesto matrimonio, él si tiene bolas, no como el correcto de Rhe...
— De mi hijo no vas a estar hablando, hijo de puta ¿Quieres poner en balanza los logros de nuestros hijos? Porque Rhett es mejor que el tuyo.
Respondió el castaño, interrumpiendo a mi primo.
Le dieron justo en la fibra sensible.
Rodé los ojos sin querer escuchar su discusión sobre qué hijo es mejor, les encanta competir, acomodé mi cabello, suspiré profundo y di media vuelta, dejando el cuarto, caminando en dirección al que comparto con mi esposa.
— ¿No podías sólo... gritarme?
Observando el desastre en el piso, prendas de ropa tiradas, zapatos por aquí y por allá, un montón de pañuelos usados sobre la cama junto a un recipiente vacío de helado de chocolate... supongo que ahí fue dónde tomó la decisión de dejarme.
— Debiste haberme esperado...
Lamentándome mientras recogía prenda por prenda, preocupándome al sentir el olor a quemado ¿Habrá cometido alguna locura?
Solté la ropa y corrí en dirección al Walk in closet, viendo un basurero de metal en el centro, y dentro, completamente quemada, la colección de bragas que le he robado desde que la conocí.
— Mierda, debe estar furiosa conmigo — tomando el móvil— Hazte hombre, Caesar.
Marcando a mi esposa, esperando uno, dos, cinco, diez tonos antes de ser enviado al buzón.
Intenté de nuevo.
Y de nuevo.
Y de nuevo.
Y de nuevo.
Pero cada una de esas veces obtuve el mismo resultado, Natasha no quería contestar, por lo que me vi en la patética obligación de ir por el plan B.
— Papi... — contestó mi princesa, estaba llorando— ¿Por qué no hablaste con mamá? ¿Por qué tuvimos que dejar la casa?
— Eris... yo... lo siento, linda, te juro que voy a solucionar las cosas con tu mamá, tomaré un avión y hablaré las cosas con ella.
— ¿Es papá?
Esa es la voz de Ares.
— Sí, es papi.
Dijo mi princesa.
— Pon el altavoz.
Le respondió.
— Listo.
— Papá, el abuelo está saliendo ahora, va a Italia, dijo que ya te había advertido una vez lo que sucedería si hacías llorar a mamá, la abuela Yura dijo que hiciera lo que se le dé la gana siempre y cuando que mi hermana y sus amigos no estén en casa, dijo algo de hacer explotar cosas, algo así, no comprendo muy bien su ruso, habla demasiado rápido cuando está enojada.
Palidecí.
Si Alexei viene con la misma idea de aquella vez que también voló para darme una lección por hacer llorar su hija, querrá volar la casa.
— A la mierda — dije yo— Dile a tu abuelo que los chicos están convalecientes en casa, la espalda destruida y las manos imposibles, el consejo se ensañó con ellos, no puedo sacarlos de la casa, dile que si quiere hacer explotar algo que le compro fuegos artificiales.
— Pero ya está por salir.
Dijo Eris.
— ¡Corran! Corran, corran, corran, que, si su abuelo hace explotar la casa, la Xbox, sus récords y sus juegos, se hacen mierda.
— Yo voy.
Dijo Ares con rapidez.
— Yo soy más rápida que tú, imbécil.
Exclamó la princesa.
Tan mal hablada como su mamá y su hermana mayor.
— ¡Abuelo!
— ¡Abuelo, espera! No puedes ir a casa.
Dijeron ambos, jadeantes.
— ¿Y eso por qué? — respondió mi suegro, sonaba furioso— Iré a patearle el culo al imbécil de su padre, es un jodido imbécil.
Me odia.
— Abuelo, si haces explotar la casa, Rhett, Sabina y Dane se mueren, no pueden dejar los cuartos, recibieron latigazos en la espalda y varillazos en las manos ayer, el consejo de ancianos se ensañaron con ellos, están con fiebre, Sabina vomita del dolor, Rhett ni siquiera ha despertado, Dane tuvo dos shock por el dolor anoche — Ok Eris... estás siendo muy dramática, pero continua, pequeña mentirosa— Y Ari... Ari está muy triste, abuelo, no dejaba de llorar por la mañana, le rompieron dos dedos en una cita obligada que le impusieron como castigo, ese idiota dijo que se casará con mi hermana... ella debe estar encerrada en el cuarto, con la música a todo volumen, a puerta cerrada, sufriendo en silencio, porque siempre sufre sola... no puedes volar la casa con ellos ahí.
— Pero a papá puedes golpearlo todo lo que quieras — dijo Ares— Se lo merece un poquitín, mi mamá y mis hermanas llevan llorando toda la mañana... no me gusta eso.
Apreté mi puño, sintiéndome tan impotente, tan idiota...
— Vaya... eso es una mierda, chicos — dijo Alexei— ¿Ese castigo por qué fue?
— Algo escuchamos sobre eso, no nos dicen mucho por lo general — dijo Ares— Dane, Sabina y Rhett protegieron a Aradia, el sujeto de la cita obligada es nieto de uno de los ancianos, por eso el nivel del castigo...
— Bien, sólo por ellos, se cancela la explosión, vayan a la bodega y díganles a mis perros que regresen el ANFO a su lugar, iré a Italia, sí, pero para traer a Aradia, no voy a dejarla con Caesar, ese idiota no saca su cabeza de su culo, se lo advertí antes, ser el jefe y tener familia no son tareas incompatibles, siempre hay tiempo para la familia, pero él no lo ha sabido equilibrar.
Alexei tiene razón en eso, no sé cómo ser Boss, padre y marido al mismo tiempo.
— Papá ha estado bajo mucha presión... — me excusó Eris— Pero Aradia... Aradia está mucho más presionada, ella y mamá siempre son humilladas por el consejo... las casas no las quieren...
— ¿Qué hay de ustedes, mis mellizos? ¿Qué les hace el consejo a ustedes?
Preguntó el ruso.
— Nada... Aradia se lleva todo el peso siempre, para protegernos, no nos deja escucharlos, tampoco verlos, no tenemos contacto con el consejo de ancianos.
Dijo Ares.
— Voy a traer a su hermana, sólo esperen aquí y denle amor a su madre ¿Sí? La pobre no deja de llorar, está muy sensible. Si no supiera que Caesar no le presta atención ni para el sexo, pensaría que está embarazada.
¿Cómo sabe él que Natasha y yo no hemos tenido sexo hace un tiempo? Es cierto que el trabajo siempre interrumpe, pero ¿Por qué tiene que saberlo él?
— Papá... papá no llega a casa seguido... me gustaría que estuviese más tiempo con nosotros...
Corté.
Terminé cortando la llamada, no fui capaz de terminar de escuchar lo que Eris le contaba a Alexei con ese deje de dolor.
Dejaré abierta la puerta para Alexei, merezco esa paliza, y para cuando se calme, le pediré ayuda, estoy desesperado.
***
ARADIA.
Para cuando desperté, el estómago me gruñía con insistencia, estaba hambrienta a más no poder, muy hambrienta.
Mi mamá dice que cuando estamos tristes, debemos comer más, que el azúcar hará que me sienta mejor, y ya que Vincenzo no está en la cama, supongo que es hora de la comida, aquí siempre es hora de la comida, adoro esta casa.
Dejé el cuarto y arreglé el cabestrillo, tirando del moño en mi cabeza para soltarme el cabello, estaba demasiado desorganizado para dejarlo como estaba, muchos mechones sueltos.
Tomé el móvil en el camino y dejé la habitación, caminando por el conocido pasillo, saludando a las mucamas que se cruzaron en mi camino, bajando los escalones con cuidado, mi pierna sigue siendo delicada, yo no entiendo por qué sigue doliendo cada una de mis heridas si he reposado más que en toda mi vida.
— Vaya, vaya, vaya, justo iba a despertarte, bella durmiente ¿Cómo te sientes? ¿Mejor?
Ox salió por las puertas dobles del comedor justo cuando iba a entrar, tomándome por sorpresa.
Ox Marchetti, mi primo, codiciado por muchas, tan alto como mi padre, buen cuerpo, capitán del escuadrón E, divertido y arriesgado, es quien se escapa en ocasiones con Sabina y yo para ir a bailar.
Es un buen compañero de aventuras y... enemigo de Rhett, ambos simplemente no se toleran, siempre compiten hasta en la más mínima actividad, flexiones, pesas, kilómetros en la caminadora, estatura ¡Mierda! Cuando ambos estaban en pleno crecimiento, era la encargada de anotar cuanto había crecido cada uno, Ox se estancó en el metro ochenta y nueve, Rhett marca un metro noventa y uno, tan alto como mi padre, y como típicos hombres, el tamaño del pene siempre ha sido un tema para ellos, claro que eso yo no se los medí, ellos solitos se jactaban de sus centímetros, Ox estaba orgulloso con sus veinticinco centímetros, cortó la huincha de medir con su navaja cuando Rhett se jactó de medir unos milímetros más que él.
Ahora recuerdo por qué sentía que iba a partirme en dos, si Rhett la tiene enorme.
— Oye, tonta ¿Te estoy hablando?
Tocando mi frente con su índice.
— Lo siento... mi mente estaba en otro lugar.
Moviendo la cabeza hacia los lados para quitarme de la cabeza la imagen del pene de Rhett.
— ¿Quieres comer con nosotros? Papá preparó pizza, dijo que la vegetariana era tu favorita, así que hizo una gigante para ti.
— ¿Tu papá cocinó?
Extrañada.
— Sí, es viernes — encogiéndose de hombros— El cocina para nosotros los viernes.
Abrazándome por los hombros, guiándome hacia el comedor.
— Vaya, que divertido, debería venir más viernes seguidos — viendo dos enormes pizzas en la extensa mesa dónde Vincenzo las cortaba con total calma— Oh mierda, huele exquisito.
— ¡Sobrina! — dijo el golpeado sujeto, levantando la cabeza al observarme— ¿Cómo te sientes? ¿Dormiste bien?
— Dormí como un bebé — sonriendo— Tío... lamento lo que pasó con Sabina, yo tenía pensado golpearte un poquito, pero entre mamá y la rubia...
— Me lo merecía, sin rencores — dijo— No debí mentirles, yo sólo quería asegurarme de que tuvieras un buen compañero... Santino me puso al día con tu situación, lamento que no puedas casarte con Rhett, prefiero un bastardo conocido que uno por conocer, sin duda.
Suspiré.
— Solucionaré eso en el camino — tomando asiento junto a él, y Ox del otro lado— no me voy a casar con ningún otro.
Sirviéndome un trozo de pizza.
Podría quedarme unos días aquí, aquí todo es muy tranquilo.
***
SABINA
Para cuando desperté, el día se había hecho noche, papá estaba limpiando mi espalda, al parecer, no ha dejado de exudar líquido, tengo la espalda imposible.
Al verme despierta, dejó de hacer lo que hacía y acarició mi cabello, intentando darme su mejor sonrisa... pero papá Santino no estaba feliz.
— ¿Cómo te sientes, mi niña?
Preguntó.
— Bueno... siento como su estuviera en el infierno, me arde todo — sonreí— Me duele mucho... no pensé que fuese a doler así cuando los incité a que me castigaran.
Papá apoyó paños fríos nuevamente, aliviando momentáneamente el dolor.
— Tienes que aprender a quedarte callada, cariño, y lanzarle el diente que le arrancaste a Fabio a su abuelo... yo creo que eso fue lo que más lo enfureció.
Carcajee bajo, quejándome después.
— Valió la pena, estaba tan enojado...
Desvié la vista hacia la puerta, escuchando un fuerte estruendo, seguido de otro, y otro.
— ¿Qué está pasando?
Pregunté sin desviar la vista de la entrada.
— No es nada, linda, tú sólo descansa.
— ¿Qué está pasando afuera? ¿Dónde está Aradia?
Forzándome a saltar fuera de la cama, cubriéndome los pechos con mi brazo, acercándome a la puerta.
— Aradia no está, fue a casa de Vincenzo — se acercó— Lo que escuchas es a Caesar, está peleando con Alexei.
— ¿Alexei, el líder de la Bratva?
Pregunté, volteando para mirarlo.
— Sí. Natasha se llevó a los mellizos hoy, directo a Rusia, Alexei es muy sobreprotector, debió venir a acomodarle las ideas al Zar.
— Se escucha demasiado feo ahí abajo — mirando la puerta otra vez— Papá, hay que hacer algo.
Negó.
— Este asunto debe solucionarlo el Boss.
— Llamaré a Aradia, a ella van a escucharla — pasando de él, yendo por mi móvil— Ah, mierda, no puedo ¡Papá! con las vendas, no puedo desbloquear el móvil, ayúdame.
— No creo que sea buena idea que te entrometas, Sabina — Desbloqueándome el móvil de todas maneras— Alexei estaba furioso cuando llegó, hay que darle gracias a Satán que no hizo explotar la casa como la última vez.
Entregándome el aparato, ya marcando a Aradia.
— ¿Eso hizo? — Sorprendida— Tiene fama de cruel, pero no sabía que con su propia familia también lo era.
— No lo es — dijo papá— Sólo con Caesar cuando lo hace enojar.
— ¿Sabi?
Dijo mi amiga al otro lado de la línea, contestado.
— Hola guapa ¿Cómo estás?
— ¿Cómo estás tú? Supe que terminaron peor que yo ¿Por qué fueron al consejo? No quiero meterlos en problemas.
Dijo ella con tristeza.
— Porque es nuestro trabajo velar por tu seguridad, pero ahora, intento velar por la de tu padre ¿Podrías venir a casa?
— ¿Qué pasó con papá?
Debe estar molesta y dolida, aun así, sonó preocupada.
— Tu abuelo está en casa, vino a pelear con él, pero el ruido que se escucha abajo es bastante feo... estoy preocupada.
— ¿Estas segura de lo que estás diciendo?
Preguntando.
— Por supuesto que sí, estoy segura ¿Puedes venir? Ellos te escuchan.
— De acuerdo, tomaré el auto e iré a casa, gracias por avisarme guapa, y descansa, yo me encargaré.
— Descansar está sobrevalorado, te estaré esperando.
Corté la llamada y caminé hacia las vendas, tomándolas.
— ¿Me ayudas a ponérmelas? Voy a bajar.
Hablando a papá.
— Espera a que llegue Aradia, esos dos no se miden, puede sucederte algo.
Dijo mi progenitor con preocupación, tomando la venda, ayudándome a cubrir lo necesario para no ir por ahí con las tetas al aire.
— ¿Dónde está Rhett y Dane?
— Fui a verlos hace un rato, estaban dormidos.
— Pero ¿Están bien?
Insistí.
— Sí, están bien, les duele, claro, se quejan, pero bien por lo general.
Suspiré aliviada.
— Es bueno, eso es bueno.
Levantando ambos brazos para que continuara vendándome.
— Es trabajo de Aless, Vitto y mío preocuparnos por cosas como esas, nosotros somos los padres.
— De todas maneras, papá, siento que debo cuidarles la espalda.
Negó.
— ¿Y a ti quién te la cuida?
— Ellos — respondí sin dudar, encogiéndome de hombros— es un trabajo en equipo.
Me miró sonriendo amplio antes de besar mi frente y continuar vendándome.
— Estoy orgulloso de ti, pequeña loca, no olvides que esto no es sólo trabajo, es familia, y la familia se mantiene junta y se cuida la espalda.
— Lo sé papá, nunca lo he visto como obligación, Aradia y los chicos lo son todo para mí, por eso, volvería a recibir veinte, treinta sanciones más sólo para demostrar mi descontento con la forma en la que tratan a mi Boss.
Continuamos hablando del deber y la familia por al menos veinte minutos, hasta que logré ver por la ventana a los autos de Aradia ingresar a la propiedad, sólo entonces, dejé el cuarto y bajé cuidadosa las escaleras, acuclillándome para ver mejor como el Boss y Alexei el despiadado se golpeaban en el piso, salpicando sangre al pulcro piso, escuchando el crujir de los huesos de sus nudillos, también sus gruñidos, eran... verdaderas bestias.
— ¿Se puede saber qué está haciendo?
Dijo Aradia, pateando a cada uno de ellos para llamar su atención.
El chofer cerró la puerta desde afuera, no se atrevió a entrar al lobby.
— Cariño, vine a buscarte, nos vamos a Rusia — dijo Alexei, limpiando la sangre de su boca con el dorso de la mano— Tu papá no está calificado para cuidar de ti.
— Puedo cuidarme sola, gracias, no soy una niña — respondió mi Boss— Levántense del piso —mirándolos mal— No voy a ir a Rusia y tú no estás perdonado.
Señalando a Alexei y luego a su padre.
— Tu mamá está triste, yo creo que le gustaría tenerte allá, nadie te dice que no regreses a Italia, pero necesitas vacaciones, estás muy agobiada.
Le dijo el abuelo, intentando convencerla por el lado sentimental.
— Aradia se va a quedar conmigo, Alexei, ya te lo dije — respondió el Boss por mi amiga— Convenciste a mi mujer para que se llevara a los mellizos, deja que me quede con al menos uno de mis hijos.
Aradia rodó los ojos.
— Tú tienes que volar a Rusia, no yo. Tú la cagaste con mamá, ve y soluciona las cosas, mantendré todo en orden hasta entonces, pero por favor, papá, si te interesa esta familia, ve y habla con ella.
La desesperación en su tono de voz era más que palpable, Aradia sabe que Natasha no regresará sin más a casa, y por lo que escucho, Ari duda que su mamá quiera regresar.
— Pero si me voy...
El Boss dudó.
— Si no te vas, la rabia de mamá irá en aumento y no te lo va a perdonar ¿Eso quieres? Puede que un día me convenza a mí también, dijo que en Rusia viviríamos tranquilos, nadie nos molestaría ¿Quieres perder a tu familia? ¿Para qué decidieron tener hijos si no puedes cuidar de ellos?
El Boss apoyó las manos en el piso, utilizándolas como apoyo para ponerse de pie, tambaleante.
— ¿Ella te lo propuso? ¿Quiere irse?
Aradia asintió.
— Así que ve con el abuelo en su avión a Rusia, y arregla esto, me voy a hacer cargo, te lo prometo.
— Aradia, no es tan fácil como parece.
Dijo él, dudando aún, quería irse, pero las obligaciones lo mantienen atado aquí.
— ¿Quieres quedarte entonces? ¿Esa es tu respuesta?
Insistió mi amiga, cruel.
— No... tu madre... debo buscar a tu madre, debo pedirle perdón, pero no con un anillo, no puedo ser así de simple, necesito hacer más por ella, necesito unos días al menos ¿Podrás hacerte cargo por unos días?
— Puedo hacer eso, papá, así que, por favor, deja de ser un idiota, has algo por tu matrimonio.
— Mi nieta es sabia — dijo Alexei— Sacó eso de mi lado de la familia, claro, porque tú, eres estúpido.
El ruso es todo un encanto.
— Está bien, me voy, Alexei, ten preparado el avión, nos vamos ahora mismo — alisando su traje— Aradia, estás a cargo, Santino tiene mi agenda, él te ayudará durante estos días, utiliza a mi círculo íntimo, el tuyo sigue convaleciente, llámame si necesitas algo, no creo regresar pronto.
Se me hinchó el pecho de orgullo al ver que el Boss confía así en mi amiga, Ari lo hará estupendo.
— Papá ¿Y el equipaje?
Preguntó ella, viendo al Zar caminando hacia la puerta, abriéndolas e par en par.
— No necesito equipaje, compraré algo allá, Alexei, nos vamos.
— Por fin te estás haciendo hombre — le dijo el abuelo sexy— A mi hija le dará gusto ver que estás dejando de lado las obligaciones por ella, primera lección, bastardo, primero tus hijos, luego tu esposa, después el trabajo, siempre en ese orden.
Empujándolo a la salida, directo al auto.
— Adiós abuelo, gracias por venir.
Aradia abrazó a Alexei con fuerza, mientras él la envolvía.
— Prometo ayudar a tus padres, princesa, tú encárgate de aquí y yo me hago cargo allá, será trabajo en equipo.
Le respondió el hombre.
— Voy a demostrarle a todos que puedo con esto, así que sólo... ayúdalos.
Alexei besó su frente y se separó.
— No te preocupes por nada, guapa, pero tomará tiempo, tu mamá no quiere verlo, está dolida.
— El tiempo que sea necesario, me haré responsable.
Luego de despedirse, la puerta se cerró y Aradia vino dentro, llamó a las mucamas y les pidió que limpiaran el desastre de los dos idiotas que se daban golpes sin preocuparse de las consecuencias.
— Oye niña Boss — Dijo mi papá a mi espalda, asustándome— Mañana temprano tenemos un viaje programado a Estados Unidos, se casa el jefe y el Boss estaba invitado — dijo bajando las escaleras, llamando la atención de mi amiga— Primera tarea como jefa de todos, diplomática, inteligente, cruel, no olvides que tu posición es superior a la de todos, no actúes amistosa.
— De acuerdo, Santino, gracias por la ayuda ¿A qué hora debo levantarme?
— Rhett te despertará, como siempre.
Dijo él.
— ¡Papá! Rhett está...
— Listo para ver como funcionan las cosas — interrumpió papá— Todos irán ¿Quieres ir?
Troté hasta ellos, interesada.
— Claro que sí.
— Entonces mañana a las seis AM en pie, ahora a la cama, tengo que hacer unos ajustes para el viaje.
— Buenas noches papá.
— Buenas noches preciosa.
Besó mi frente, acarició el cabello de Aradia y se perdió por el pasillo, en dirección al despacho.
— Entonces, Boss... Las cosas se harán más difíciles desde ahora.
— Ni me lo digas — suspiró— Pero... con tal de que mis padres se arreglen, haré mi trabajo y el de papá, puedo con las dos cosas.
— Comenzaré a comprar Red Bull.
Dije yo.
— Sí, serán necesarias, pasaré muchas noches en vela desde ahora ¿Cómo está Rhett?
Preguntó, subiendo ambas las escaleras.
— No lo he visto ¿Qué tal si pasamos a ver su estado? ¿Dane querrá ir con nosotros?
— No quisiera molestar, se supone que deben descansar, están heridos, muy heridos.
Recorriendo el pasillo en dirección al cuarto de mi hermano.
— Dónde tú vayas, nosotros estaremos. Créeme que Rhett se enojará por semanas contigo si lo dejas aquí, sabes que se toma muy en serio lo de cuidar tu cuerpo.
Sujetando el pomo de la puerta, observándola, parecía querer hablar, lo que sea que pensara, no tuvo el valor de expresarlo en voz alta, por lo que sólo abrí la puerta para ahorrarle el momento incómodo, viendo a papá Aless sentado junto a Rhett.
Mi hermano estaba recostado boca abajo en la cama, la espalda descubierta, mostrando todas las líneas irregulares de su carne abierta, sus manos completamente vendadas también fueron visibles, y tenía varios hematomas en el rostro, se ve... bastante mal.
— ¿Cómo está él, Aless?
Preguntó Aradia a mi padre, acercándose a paso rápido, pálida.
— Bueno... se ve de la mierda, pero se mantiene bien — Acariciándole el cabello con ternura. Cuando papá Aless no nos entrena, es muy cariñoso— Despertó hace un rato para beber algo de agua, pero se durmió otra vez.
Aradia estiró su mano y acarició el rostro de Rhett, observándolo con ternura.
— Aless, papá se fue a Rusia.
Explicó mi amiga.
— ¿Rusia? Pero mañana debíamos viajar, tiene que asistir ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué dijo Santino? ¿Sigue respirando?
Observando a mi amiga con pánico.
— La agenda del Boss se cumplirá sin interrupciones, pero hasta que él regrese, yo tomaré el puesto, necesitaré de la ayuda tuya, de tu esposo y de Vitto para cumplir sus obligaciones. Y... creo que Rhett debería quedarse aquí, no se ve bien.
— Rhett te maneja la agenda, bonita ¿Cómo no va a ir? Tú también tienes tus cosas — dijo papá— ¿Estás segura de que te harás cargo? Ser Boss es difícil.
— Puedo con ello, no decepcionaré a nadie, mantendré todo a flote mientras papá salva su matrimonio, mi madre merece más que un par de anillos de mierda.
Papá sonrió y apoyó una rodilla en el piso, tomando la mano de Aradia, besando el anillo de su mano izquierda, apoyando la palma en su frente.
— Entonces, como tu asesino temporal, princesa, te juro mi lealtad, haré todo lo que esté en mis manos para cumplir con tus órdenes.
— Ok, estoy celosa — acercándome para empujar a papá y tomar la mano de Aradia— Ella es mi Boss y yo soy su asesina, no hay espacio para otro aparecido.
— Soy tu papá, mocosa, yo te enseñé todo lo que sabes.
Me señaló desde el piso con ojos entrecerrados.
— Ve a moverle la cola a tu Boss, papá, esta es mía — tomé el rostro de Aradia y lamí su mejilla— Marcada.
— ¡Agh! ¡Sabina! Eres una sucia.
Se quejó mi amiga, limpiándose la mejilla con rostro de asco.
— ¿Por qué están gritando en mi cuarto? ¿Qué no tienen nada qué hacer?
Tres pares de ojo se desviaron hacia el castaño que se levantaba con sumo cuidado en la cama, mirándonos mal.
— Estamos aquí para verte, mal agradecido.
Me quejé.
— Ya me vieron, ahora déjenme dormir, son unos idiotas, siempre gritando ¿Nadie les enseñó a hablar en un volumen normal?
— No me digas idiota, idiota — respondió Aradia, señalándolo— No fui yo el que no sabe quedarse callado, te dije que no era necesario que fueran al consejo y mira como regresas ¿Crees que me sirves así? ¿Qué parte de tu cuerpo me pertenece no entendiste? — dando un paso hacia él— Te sancionaré a mi manera en cuanto te recuperes ¿Entendido, capitán?
Rhett jaló de ella con delicadeza, acomodándola entre sus piernas, apoyando el rostro en los pechos de mi amiga, creo que estoy sobrando.
Y papá Aless también.
— ¿Y cómo vas a sancionarme, Sweety?
— Parece que te estás sintiendo mejor.
Le dijo ella, acariciando su cabello.
— Sí, estoy mejor, así que puedo recibir un buen castigo justo ahora.
— Papá ¿Nos vamos?
Observando a mi progenitor con pánico, aún sentado en el piso, mirando con asco a Rhett.
— Si, yo no quiero ver a qué se refiere este par de sucios cuando hablan de castigos. Rhett, como su segundo, tienes que calcular cuando le toca cambiarse el implante del brazo, el mata bebés tiene que estar funcionando todo el tiempo si no quieren sorpresas.
— Tengo todo bajo control — dijo él, acomodando a Aradia sobre sus piernas— Le toca cambio en cuatro meses, tiene cita dos días después de su cumpleaños, así que no habrá bebés, todo funciona como corresponde.
— Y usamos preservativo.
Dijo Aradia, besando la comisura de los labios de mi hermano.
— Ok, quiero vomitar — extendiendo mi mano hacia papá— ¿Vamos?
— Vamos, yo también quiero vomitar.
Tomó mi mano y se puso de pie, y como ambos somos un par de imbéciles, olvidamos mis heridas, rápidamente las vendas se tiñeron de rojo, toca cambio.
— Lamento interrumpir su noche de amor, niños — dijo papá Santino, apareciendo por la puerta— Rhett, mañana nos vamos a Estados Unidos, necesito que hablemos sobre la agenda de Aradia, necesito que coincida con la del Boss.
Rhett movió su cabeza hacia el lado, sin soltar a Aradia.
— ¿Por qué tendrían que coincidir? ¿El Boss quiere pasar tiempo con su hija?
Preguntó este.
— El Boss a partir de hoy es Aradia — dijo papi Santino— Por lo tanto, mocosos, trabajaran con nosotros, Aradia tendrá dos círculos íntimos hasta nuevo aviso.
— ¿Qué pasó con el Boss? ¿Qué pasó?
Mirando a Aradia.
— Te pondré el día — dijo papá Santino— Así que bájate esa erección, sucio, te espero en el despacho, y tú, niña Boss — mirando a mi amiga— A dormir, mañana te necesito con energía, porque serán días complicados.
Ambos bufaron, viéndose en la necesidad de separarse.
— Voy enseguida, papá.
Dijo Rhett, cubriéndose con un cojín lo que tiene entre las piernas.
Que triste debe ser estar caliente y que se note físicamente, a nosotras sólo se nos inunda la papaya, pero podemos disimularlo.
— Ya voy, iré a dormir, ya me estoy yendo.
Dijo mi amiga, haciendo una mueca, dando la buena noche antes de dejar el cuarto y entrar directo al suyo.
— Tú también a la cama.
Dijeron mis padres al unísono, señalándome.
— ¿No hay un te pondré al día para mí?
Mirándolos mal.
— No — dijo papá Aless— Tú sólo tienes que hacer lo que el Boss diga, y protegerla.
Bufé.
— Los odio a todos — dejando el cuarto— Buenas noches, los quiero.
Comenzando a brincar por el pasillo, entusiasmada por el día de mañana.
— Y nosotros a ti, loca de mierda.
Dijo papi Aless.
— Buenas noches, bonita.
Dijo papá Santino.
Sólo entonces regresé a mi cuarto, sin preocuparme de cambiar el vendaje, me lancé sobre la cama, boca arriba y en cosa de segundos, me dormí, estaba exhausta.
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BUENAS BUENAS BONITAAAS
AQUÍ IGUAL MEJORÓ EL PANORAMA ¿SI O NO?
CAESAR YA ESTABA ENTRANDO EN PÁNICO CUANDO SUPO QUE SU SUEGRITO IBA A VISITARLO JAJAJAJAJA
ENGAÑANDO A LOS MELLIZOS PARA QUE LE DIERAN UNA MANO
ALEXEI IBA DISPUESTO A HACER EXPLOTAR TODO
SABINA FUE RE PROTAGONISTA EN ESTE CAPITULO, GRACIAS A ELLA, ARADIA REGRESÓ Y PUDO HABLAR CON CAESAR
CAESAR IRÁ A BUSCAR A NATASHA A RUSIA ¿CUANTOS DÍAS TARDARÁ? TODOS DUDAN QUE ELLA QUIERA VOLVER RAPIDO, NATASHA ESTABA MUY DOLIDA.
ALESS JURANDOLE LEALTAD A ARADIA ME ENCANTÓ
PERO ME ENCANTÓ MÁS SABINA CELOSA JAJAJAJAJA
SON TODO UN CHISTE ESTA FAMILIA
Y RHETT? RHETT TODO MEDIO MUERTO, PERO TODO HOT
NI SIQUIERA LES IMPORTÓ QUE HUBIERAN PERSONAS AHÍ JAJAJAJAJA PAR DE SUCIOS
PERO SANTINO LOS SEPARÓ RAPIDITO, NADIE LE DICE QUE NO A SANTINO
NOS LEEMOS EN UN PROXIMO CAPITULO BABYS
BESITOS EN LA COLA
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