Parte Uno.
— ¿Quién de los dos fue?
Todoroki y Kirishima intercambiaron una mirada y mantuvieron el silencio como si estuvieran decididos a no dejar al otro morir en sus manos. Bakugou solo pudo bufar, descontento y presionar con la palma de su mano su pezón izquierdo, sea cuál fuera el que lo toco no lo hizo sentirse mal. La sensación fue extraña y ya que sus pezones eran sensibles le hizo sentirse un poco avergonzado, aparte de que soltó un gemido que estaba muy fuera de lugar.
Pero bien, no necesitaba preocuparse tanto. Solo ellos dos lo escucharon y no parecían afectados.
— ¿Qué haces aquí, Kirishima?
El pelirrojo vio el cambio de tema como una señal de paz y como tenía que calmar su molesto libido que no eligió mejor momento para aparecer, se puso a explicarle a el cenizo qué hacía en la playa.
Resultaba que su contrato en la agencia estadounidense terminaba en un mes pero como no tomo vacaciones en ese tiempo y cubrió varios turnos extras, le permitieron terminarlo antes con tal de no darle una compensación monetaria extra. Kaminari no tuvo esa suerte ya que sí tomo vacaciones y no cumplió tantos turnos extras, por lo que debería quedarse un mes más.
Al inicio, el de dientes puntiagudos pensaba acompañarlo, estaban alquilando un departamento mitad y mitad, aparte de que compartían otros gastos. Pero el rubio le insistió en que volvería a Japón, que tomara un merecido descanso y viera a sus amigos. Ya cuando volvieran podrían volver a alquilar un departamento juntos.
Aún así, le dejo una buena cantidad de dinero para que no tuviera problemas. Y él se vino a las Playas Azules por recomendación de Ashido, alquilaba una pequeña habitación en un hotel que no quedaba muy lejos del Complejo Vacacional Sol y Luna.
—Cuando terminen mis vacaciones tengo que ir con Sero a buscar dónde alquilar de nuevo —suspiró el de dientes puntiagudos —Den prometió hacerse cargo de mi equipaje y empezará a mandar en unas semanas los muebles por correo, pero creo que sería mejor venderlos y comprar otros por acá.
— ¿Vas a vivir de nuevo con Kaminari? —cuestiono el de quirk explosivo.
—Sip, es bueno para los gastos y es genial tener compañía. Aunque cuando Kaminari se pone de novio se olvida por completo de mí —se rió el de dientes puntiagudos —Aparte no somos tan malos compañeros. Y antes de que lo preguntes, sí, limpiamos.
—Sus dormitorios en Yuei eran un asco —hizo una mueca el cenizo al recordarlo.
—Te juro que ahora es diferente, Blasty —uso un apodo cariñoso, uno que hace tiempo el cenizo no escuchaba y le hizo sonreír un poco —Kaminari limpia, yo hago las comidas. Es un buen equilibrio. A veces puede ser que esté un poquito desordenado pero no está tan mal.
El cenizo volvió a hacer una mueca y el bicolor soltó una leve risa, parecía ser que ninguno de los dos le creía lo último.
— ¿Qué hay de ustedes? —preguntó el pelirrojo.
—Yo de vacaciones y el mitad-mitad escapando de sus padres, nos acabamos de encontrar —respondió el de quirk explosivo y el bicolor dió un asentimiento.
— ¡Vaya coincidencia entonces!
Katsuki dió un asentimiento y cuando pensó en preguntarle a los dos si querían pasar...bueno, un día en la playa con él, su estómago dió un pequeño gruñido, provocando que se sonrojara y los dos chicos le vieron con ternura.
—Al parecer alguien tiene hambre —comentó divertido el pelirrojo.
—Cállate, Kirishima. Todavía no desayuné —se puso de pie, sacudiendo la arena en su ropa y agarrando su toalla —Iré a comer algo, ¿vienen?
El bicolor y el pelirrojo intercambiaron de nuevo una mirada.
— ¿Puedo entrar al complejo de allá arriba? —preguntó el de quirk de endurecimiento —La escalera tiene un cartel de solo huéspedes, Blasty.
El cenizo miro hacia la escalera por la cuál había descendido a la playa. Realmente tenía un cartel al lado, con el nombre del complejo vacacional y la frase de "solo huéspedes". No lo había notado.
—Podemos ir a comprar algo para comer y luego ir a tu cabaña, Bakugou —propuso el de quirk dual —En lo que hacemos eso puedes pedir en el complejo que le den acceso a Kirishima como invitado tuyo o mío.
—Buena idea, mitad-mitad —acepto el de quirk explosivo —Iré a hacer eso. Mí cabaña es la número tres. Traigan algo bueno para comer, bastardos, que me muero de hambre.
El pelirrojo se rió y acepto con un sí señor, el de quirk dual solamente le sonrió. El cenizo se sintió satisfecho con eso y con el hecho de que no tuvo que preguntar directamente para que los dos pasarán un tiempo más con él. Se había dado todo de un modo muy natural. Por lo que se fue hacía las escaleras para hablar con la persona que estuviera en la gerencia.
Cuando se fue, Shoto suspiro, se abrazo las rodillas y Eijirou le dió una palmada en la espalda a modo de consuelo.
—Es duro, ¿no, hermano? —le sonrió levemente y el más alto hizo un puchero —Pero había pensado que te le declaraste o algo.
—Si tú no lo hiciste, ¿por qué yo lo haría? —bufó el bicolor.
— ¿Diferencia de relación? Blasty es...bueno, no quiero perderlo por una relación. Es más fácil seguir siendo amigos —suspiró el de ojos rojos —Pero en tu caso no es tan malo.
—Apenas nos hablamos —comentó el bicolor —Si le pido salir seré rechazado y ya ni creo que pueda volver a hablarle.
—Estás siendo fatalista —opinó el de quirk de endurecimiento.
—Estoy siendo realista, Kirishima —remarcó el más alto — ¿Te funcionó eso de estar en el extranjero para olvidar tus sentimientos por Bakugou?
—...Pues no, incluso tuve un novio pero no fue la gran cosa —confesó el de dientes puntiagudos — ¿Qué hay de ti? ¿El distanciamiento sirve?
—Lo he visto en algunas reuniones que organiza Ashido y, a veces, en el trabajo —respondió el de quirk dual —Y cada vez que lo veo pienso no, no hay forma de que supere esto.
—Estamos en el mismo barco entonces, amigo mío.
Hace mucho tiempo atrás, durante su primer año en Yuei, Kirishima Eijirou descubrió que su hermetico, frío y denso compañero de clases, Todoroki Shoto, tenía al igual que él profundos sentimientos por su amigo, Bakugou Katsuki.
¿Cómo lo descubrió? Pues, fue un cincuenta por ciento observación y un cincuenta por ciento intuición. Le enorgullecía haber sido el único capaz de descubrir que su compañero de clases que parecía ser tan cerrado y misterioso no era tan diferente a cualquier otro adolescente. Cuando estaba con el cenizo, durante sus clases intensivas, noto que siempre buscaba pegarse más a él, como si buscará cualquier excusa para poder tocarlo o hablarle, siempre intentaba hacer una conversación pese a que el de ojos rojos intentará apartarlo.
Los celos lo llevaron a descubrirlo. Porque claro que presto atención a esos acercamientos debido a su propio enamoramiento por el de quirk explosivo.
Sin embargo, ¿cómo se enteró Todoroki de los sentimientos de Kirishima? La razón era que cuando Bakugou quedó herido de fatalidad tras la batalla entre Shigaraki y Midoriya, el bicolor encontró al de quirk de endurecimiento en la habitación de hospital del cenizo, sosteniendo su mano y dejándole un beso en la misma. Quedó en shock ante tal escena, empezó a llorar causando pánico en el de dientes puntiagudos que se tuvo que parar a explicarle que no, no estaba en una relación con él. Y que no, no pensaba confesarse. Ni ahora ni nunca.
Desde entonces tenían una extraña relación donde aunque a ambos les gustaba la misma persona no sentían rechazo por el otro, ni odio, ni celos. Y podían ser muy honestos al respecto, ya que no tenían a nadie más con quién compartir sus sentimientos.
En el caso del pelirrojo, porque todos sus amigos le dirían que intentará algo con el cenizo —porque iban a creer de todo corazón que tenía una oportunidad— y él no quería porque sentía que el de quirk explosivo no deseaba una relación. Parecía muy enfocado en el trabajo de ser héroe. No deseaba incomodarlo y arruinar su amistad.
En el caso del bicolor porque pensaba que Uraraka, Midoriya e Iida podrían sufrir una conmoción cerebral si les decía que le gustaba el cenizo de quirk explosivo. La única que pensaría que le gustaba el cenizo sería Yaoyorazou y ella posiblemente preguntaría porqué no se lo dijo antes, lo que era todavía más difícil de explicar para el de quirk dual.
En fin, solamente se tenían el uno al otro para afrontar sus sentimientos.
— ¿Ya se bajó tu erección? —preguntó el de quirk dual a su compañero.
—Sí, vayamos a hacer las compras antes de que Blasty se enoje con los dos —se puso de pie el pelirrojo y le extendió una mano al bicolor para que también se levantará —Por cierto, quizás tengamos que hacer una señal de emergencia por si nos pasa esto otra vez. Deberías poder usar tu quirk de hielo para calmarnos, ¿no?
—...No había pensado en eso —murmuró el de quirk dual —Es buena idea, Kirishima.
—A situaciones desesperadas, medidas desesperadas.
El bicolor soltó una vez más una leve risa y el de dientes puntiagudos le dijo qué le podría gustar al cenizo y qué no para su desayuno.
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La recepcionista de la mañana, que era una señora a diferencia de la chica que lo atendió en la madrugada, le pidió un par de datos de Kirishima —que, por suerte, recordaba— para anotarlo como su invitado. Le dió un par de indicaciones para que el pelirrojo fuera presentado a los guardias del lugar —a los cuales nunca vio pero si esa señora decía que había guardias, entonces había guardias— para que no lo tomarán como un intruso y le volvió a decir que disfrutará de su estadía.
Una vez terminó de hacer eso, se dirigió hasta su cabaña y como le habían dicho, la encontró limpia. Incluso su cama que no la hizo antes de irse ahora estaba hecha.
Debería tomar una ducha.
Parte de estar en la playa era que después de nadar la piel quedaba muy pegajosa, entre la sal de mar y los protectores solares, la sensación podía llegar a ser demasiado incómoda. Por lo que el cenizo se dirigió a su baño para darse una rápida ducha y una vez salió se puso unos shorts cortos negros y se quedó sin camiseta.
O eso pensó en hacer. Pero al final se puso una camiseta, un poco demasiado conciente de la forma extraña que le estuvo viendo Todoroki y luego recordando la manera en que se sintió cuando Kirishima estuvo encima suyo. Le parecía adecuado quedarse con la camiseta que era de color negro y holgada.
Al salir de su habitación fue hasta el salón y busco vasos para poner sobre la mesa, luego se sentó al sillón a esperar a los otros dos, con su estómago gruñendo e impaciente por la comida. Cuando escucho a alguien tocando la puerta se paró de un salto y fue recibido por la enorme sonrisa del pelirrojo y el leve cabeceo de saludo del bicolor.
—Ha llegado el delivery —levantó unas bolsas el de dientes puntiagudos.
—Se han tomado su tiempo, maldita sea —gruño el cenizo, agarrando la bolsa y viendo qué era. Al ver todas las cosas que le gustaba y luego la sonrisa orgullosa del pelirrojo, soltó un bufido —Pasen de una vez. Puedes darte una ducha si quieres, Kirishima.
— ¡Genial, gracias! —se alegró el pelirrojo que estaba un poco incómodo por la sal en su piel —Ah, pero mi ropa...
—Puedes usar algo mío —sugirió el de quirk explosivo, recordando que el pelirrojo no había traído nada más a la playa que su tabla de surf.
Pobre Kirishima.
Fue el turno de Shoto de darle una palmada en la espalda a modo de consuelo a Eijirou que no sabía cómo decirle a Katsuki que si le daba su ropa, con su olor, para ponérsela tendría un grave problema en sus pantalones. Otra vez.
Peor fue cuando el de quirk explosivo le vio con esa mirada que decía estoy intentando ser amable, no me rechaces. El de dientes puntiagudos solo pudo aceptar e ir a darse un baño.
Ni Todoroki ni Kirishima podían recordar como rayos sobrevivieron en Yuei sin ser descubiertos por Bakugou en las duchas o en los vestuarios con sus penes a punto de explotar. Quizás fuera por las pequeñas tácticas, evitar mirar demasiado su trasero o su pectorales tan enormes que eran sumamente lascivos, pensar en otras cosas para distraerse e intentar en lo posible no bañarse o cambiarse cuando estuviera cerca. Eso podría ser la razón de que su secreto enamoramiento hubiera durado tanto tiempo.
Pero ahora era muy complicado para los dos mantenerse cuerdos.
El bicolor se sentó en la mesa de la sala, con el cenizo que estaba ordenando las cosas que ellos compraron para el desayuno y sus ojos se desviaron a el maldito short que estaba usando.
¿Por qué mierda tenía que ser tan corto y apretado? Además, la remera al quedarle holgada lo hacía parecer todavía más lindo y sexi a la vez. Estaba seguro que no babeaba por pura fuerza de voluntad.
— ¿Quieres algo en especial, Todoroki? Kirishima trajo un par de yogurts de frutilla —le mostró el de ojos rojos, atrapando al bicolor que observaba fijamente su cuerpo — ¿Todoroki?
—P-Perdón —se disculpó por estar distraído y se sonrojo, en lo que desviaba la mirada hacia otro lado —Estaré bien con cualquier cosa, Bakugou.
El de quirk explosivo se le quedó viendo un momento pero después le resto importancia a la sensación que traía encima sobre que había algo raro pasando ahí y no era capaz capaz de verlo aún. Se puso a hacer unos panqueques y repartió el yogurt de frutilla en unos tres vasos. Para cuándo el de dientes puntiagudos salió del baño, con el ropa del cenizo y el rostro rojo, se sentó a un lado del más alto.
Shoto lo tocó con su mano derecha para que le bajara la temperatura del cuerpo. Pero no pudo evitar el molestarlo.
— ¿La ropa huele a Bakugou? —le preguntó en un susurro para no llamar la atención del cenizo.
—Sí —confirmó el de dientes puntiagudos con un quejido y agradeciendo que el quirk de hielo del bicolor evitará que tuviera una erección por segunda vez en el día —Huele a él y huele muy bien.
Eijirou sonaba realmente abatido.
— ¿En Yuei no tenían que compartir también la ropa? —preguntó con curiosidad el más alto.
—No, él era más quisquilloso —respondió el de ojos rojos —Es la primera vez que me presta su ropa. Se siente bien por un lado y por el otro me estoy por morir de frustración sexual.
El bicolor sonrió levemente y cuando Katsuki les acercó su desayuno, se pusieron a comer y a conversar.
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Habiendo terminado el desayuno, el cenizo le preguntó al pelirrojo si le podía enseñar a surfear y cómo sabía lo que se venía a continuación, el de quirk dual también se sumo al pedido de clases. Así que iban a limpiar primero antes de irse nuevamente a la playa.
No es como que hubiera mucho por limpiar, por lo que Kirishima se terminó sentando en la mesa a la espera de que Todoroki fuera al baño y Bakugou terminara de lavar las cosas. Mientras estaba distraído, escucho un pequeño sonido que venía desde una mochila que se encontraba sobre el sillón y el de quirk explosivo le pidió que fuera a revisar qué era.
—Si es alguna mierda del trabajo puedes ignorarla —le dijo mientras seguía absorto lavando los platos.
—Vale —aceptó el de quirk de endurecimiento, abriendo la computadora y viendo que era una video llamada de Mitsuki Bakugou, la madre del cenizo —U-Uhm, Blasty, es tu mamá.
El cenizo hizo una ligera mueca y luego recordó que no le había avisado a sus padres de que llegó a las Playas Azules. Se le había olvidado. Mitsuki debería estar llamando para preguntarle si llego bien.
—Atiende —indicó.
— ¿Y-Yo? —tartamudeo el pelirrojo.
El cenizo hizo un sonido de ajá y como la notificación de la llamada llevaba ya bastante tiempo sonando, el de dientes puntiagudos solo pudo atenderla.
—Hasta que respondes...¿Eijirou-kun?
El menciono sonrió nerviosamente hacia la mujer en la pantalla.
—T-Tanto tiempo, Bakugou-san —se rió, en lo que inclinaba la cabeza hacia donde el cenizo seguía lavando las cosas —Blasty, Blasty...
—Ya voy.
El pelirrojo quería llorar. Se notaba que su amigo lo dejo atender para entretuviera a Mitsuki, la cual le miraba curiosa y él no podía evitar pensar que era realmente tan bonita como su hijo.
Aunque, bueno, su hijo le gustaba muchísimo más.
—Ese mocoso me dijo que estaría solo en sus vacaciones. Que sorpresa verte, Eijirou-kun, ¿cómo has estado?
—He estado bien, Bakugou-san. Nos encontramos por coincidencia.
En lo que la conversación entre la rubia y el pelirrojo iba en progreso, el cenizo se seco las manos y el de quirk dual justo salió del baño, al escuchar una voz femenina en la sala se giro hacia donde estaba el chico con la computadora. Quiso solamente mirar de reojo, no espero para nada ser empujado por el cenizo para que se acercara más.
La mujer en la pantalla era bonita. Muy parecida a el cenizo, por lo que Shoto comprendió rápido que debía tratarse de su madre.
—Muévete un poco, Kirishima —reclamó el cenizo.
—Sí, ya...¿B-Blasty?
Eijirou pensó que finalmente sería relevado de la tarea de hablar con Mitsuki y estaba por dejarla la silla al cenizo para que se sentara delante de la computadora. Pero Katsuki tenía otros planes, le pidió que se moviera solamente un poco y después se sentó encima de sus piernas. De ese modo los dos seguían delante de la pantalla y Mitsuki podía verlos, aunque el rostro del pelirrojo quedó un poco parcialmente cubierto.
Siendo totalmente inconsciente de que al de dientes puntiagudos le estaba por dar un derrame cerebral, el cenizo tiró de la remera del bicolor para que se agachara un poco y saludara a Mitsuki.
—Saluda a la bruja, mitad-mitad —indicó el de quirk explosivo.
—H-Hola, señora —tartamudeo nervioso el de quirk dual.
—Oh, vaya, ¿él es el héroe Shoto, no? Un gusto conocerte, cariño. Katsuki me habló un poco de cuando fueron a hacer las clases intensivas para la licencia de héroes. Ese niño se estuvo riendo por mucho tiempo de tí, aunque no me explicó porqué.
El bicolor pensó que capaz de lo que el cenizo se rió tanto en ese tiempo era de la ilusión Maboroshi-kun hecha por Camie. Y cuando el cenizo soltó una leve risa y le miro, supo que estaba en lo correcto.
—Eres muy guapo de cerca.
—G-Gracias —trago saliva nervioso y quiso apartarse pero el de quirk explosivo seguía agarrando su remera para que no se moviera mucho.
Mientras que Kirishima se encontraba pensando en miles de cosas desagradables para evitar que su pene se levantará en ese momento, Bakugou se movió un poco hacia atrás, frotando más su trasero contra su pene y haciendo que apoyará por un momento la nariz en su cuello.
Todoroki pensó que era buen momento para salvar a el de quirk de endurecimiento que estaba más rojo que una manzana y le pregunto al cenizo si quería hablar con su madre en su habitación para que tuvieran más privacidad.
El de quirk explosivo acepto ya que había cumplido el capricho que tenía. Le mostró a Mitsuki que no estaba solo y pudo hablar con los dos chicos, así que a él ahora no le molestaría tanto con sus preguntas.
Se agarró la computadora, se puso de pie y se hasta su habitación, dejando la puerta abierta sin importarle mucho que ellos escucharan su conservación con su madre. Eran puras tonterías, un par de insultos afectuosos y preguntas de qué comerían.
Apenas el cenizo se fue, Shoto uso su lado derecho en Eijirou que golpeó su cabeza contra la mesa y lloriqueo.
—Soy una basura de amigo, no soy digno de confianza —se quejo el de dientes puntiagudos —Soy horrible, soy escoria, soy un...
—Un buen amigo que intenta desesperadamente no arruinar su relación con alguien que le importa mucho —lo detuvo el de quirk dual de seguirse insultando —No digas cosas tan malas de ti, Kirishima.
El pelirrojo sonrió un poco y agradeció al apoyo del bicolor, en lo que los dos seguían escuchando desde la habitación la voz de Katsuki.
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