Parte Seis
Si había cierta cantidad de sexo que el ser humano podía tolerar en su vida, el cenizo estaba seguro que la había sobrepasado. Estaba muy seguro de eso.
En las mañanas y en las noche. Antes del almuerzo y después del almuerzo. Antes de la cena y después de la cena. Prácticamente, oportunidad que había, oportunidad en la que terminaba siendo cogido por Kirishima o por Todoroki.
No solo en el maldito dormitorio de la cabaña, también en el sillón, en el piso, en la cocina, ¡dentro de la maldita bañera del baño! No hubo día donde no fuera cogido en cualquier momento posible.
Tener tantos orgasmos no debería ser jodidamente posible. Estaba convenciendo de que en algún momento su pene no podría volver a eyacular pero los dos chicos siempre conseguían que se viniera de alguna manera. Su trasero jamás volvería a ser el mismo.
Sin embargo, entre tanto sexo salvaje y rudo, también hubo momentos donde solo disfruto con el bicolor y el pelirrojo. Noches dónde fueron a la playa a hacer una pequeña fogata y nadar porque era el único momento donde nadie vería su cuerpo lleno de marcas. Salidas donde fueron a los parques, plazas y a bailar, terminando metidos en algún lugar para tocarse y besarse cuánto quisieran en privado. Tardes dónde jugo con Touya a pedida de un desesperado Natsuo que no sabía cómo convencer a su hijo de no molestarlos y terminaron siendo ellos tres más un pequeño niño jugando a la pelota por horas hasta la cena.
El cenizo había olvidado lo relajante que llegaba a ser estar con Eijirou, sentirse comprendido sin tener que decir mucho, seguro pese a que no estuviera incómodo por nada y pasarla bien porque el pelirrojo era como un enorme cachorro lleno de energía —un cachorro inocente cuando no estaban en la cama— que lo hacía feliz. Y aunque lo había vivido durante su periodo en Yuei, en el tiempo que hacía las clases suplementarias para su licencia de héroe, se encontró otra vez muy tranquilo cuando estaba con Shoto, encontró que también era divertido molestarlo porque no entendiera alguna frase o chiste por su densidad, aparte de que seguía siendo tan directo como antes lo cual el de quirk explosivo encontraba agradable y gracioso en ocasiones.
Katsuki nunca pensó que las cosas se darían así una vez llegó a la playa. Pensó en que, con mucha suerte, podría encontrar alguna persona para perder su virginidad y ya.
Lo que pasó entre ellos no estaba entre sus planes. Jamás se le habría ocurrido.
Pero ahora que estaba por terminar no sabía cómo mierda afrontarlo.
El cenizo abrió lentamente los ojos cuando sintió unas caricias en su cabello y se encontró con Kirishima, que tenía el pelo rojo hacia abajo y estaba con su celular, parecía concentrado leyendo algo. Él le vio cuando se movió y le sonrió.
—Buenos días, precioso —lo saludo el de dientes puntiagudos — ¿Has dormido bien?
Bakugou tuvo que hacer un esfuerzo enorme para no explotar algo cuando, la segunda noche que estuvieron los tres juntos, el pelirrojo le llamo lindo. Sino fuera por Todoroki que uso rápidamente su hielo, hubiera tenido que pagar unos cuantos inmuebles de la cabaña.
Luego de seis días y medio escuchando los apodos como lindo, precioso, bonito —porque el de dientes puntiagudos encontró demasiado divertido el verlo apunto de explotar algo y admiraba a la vez la capacidad del bicolor de evitarlo— no podía decir que estuviera remotamente acostumbrado. Mierda, incluso cuando el de dientes puntiagudos le decía al bicolor bebé sentía ganas de explotar algo.
El de quirk dual se quedaba en shock cada vez que escuchaba el apodo y él quería explotar algo. No sabía si el pelirrojo lo hacía ya que él los empezó a llamar por los nombres o por otros motivos. Al menos el bicolor le decía Katsuki de manera normal y al pelirrojo también lo llamaba por el nombre aunque usaba más el diminutivo, Ei.
Volviendo al punto, sí, los apodos amorosos no eran los suyo pero extrañamente no los odiaba.
—Apenas duermo por culpa de ustedes dos —bufo el cenizo acomodándose en la cama y girando al notar que tenía el brazo del bicolor sobre el estómago, le dió unas caricias sobre el suave cabello bicolor — ¿Qué hora es?
—Las diez con veinte de la mañana —le mostró su celular —Sero me mandó unos cuantos mensajes. Me preguntó si llegaría hoy a la noche a su departamento o mañana a la mañana.
— ¿Y qué le respondiste? —quiso saber el de quirk explosivo.
—Mañana a la mañana. Le pregunté ayer a Shoto si me podía quedar en su cabaña hasta que tuviera que abordar el autobús en la terminal.
Eso significa que no te irás conmigo en el autobús que sale en la tarde de hoy.
El cenizo sentía que sería extraño quejarse o incluso decir algo en esa situación. Porque después de toda una semana donde tuvo relaciones con los dos, era extraño volver de la nada a la relación de antes aunque sabía que tenía que hacerlo. Había algo que lo hacía sentirse deprimido e insatisfecho.
— ¿No...prefieres quedarte en mi departamento unos días? Hasta que consigas algún lugar seguro para instalarte.
Katsuki supo que fue una propuesta estúpida. No tendría que haberla dicho en primer lugar. Pero Eijirou le miro con dulzura y le dejo un beso en la frente con cariño, en lo que le decía lo siguiente.
—Gracias por la oferta. Pero sería mejor que me quedara con Sero, Bakugou.
Le llamó por el apellido. Realmente el pelirrojo era bueno marcando un límite cuando debía haberlo, era maduro e inteligente. A diferencia suya que se sentía idiota por no comprender que debían volver a ser amigos los tres de ahora en adelante, ¿o es que acaso estaba esperando mantener esa extraña relación durante más tiempo?
No había forma que eso pasara y menos que ellos lo aceptaran. Tuvieron sexo, se divirtieron, le tocaba pasar de página.
—Vale, tienes razón —suspiró el cenizo en lo que se sentaba mejor en la cama y se sacaba el brazo del bicolor para poder moverse y le tocaba gentilmente el rostro — ¿Vas a ir a la agencia de Endveador, no?
—Sí —confirmó el de dientes puntiagudos —Es la que le hizo una oferta primero.
—Entonces vas a poder ver a Shoto más que yo —murmuró el de quirk explosivo —La agencia de BeastJeannist es quisquillosa con las colaboraciones. Dile que coma sanamente.
— ¿Sigues molesto porque dijo que comía soba cinco días por semana? —preguntó en un tono divertido el pelirrojo.
—Es el maldito héroe número tres, si los niños saben que solo come soba lo van a imitar. Este tonto tiene que aprender a ser un buen ejemplo.
El de quirk explosivo pellizco una vez más la mejilla de Shoto y sonrió levemente al ver que no se despertaba. Después se salió de la cama y fue hasta el baño, cerro la puerta detrás suyo y encendió la ducha para bañarse.
Al escuchar el sonido del agua, el pelirrojo suspiro y se acostó en la cama con su codo apoyado en la misma en lo que veía hacia el bicolor.
—Ya puedes dejar de fingir que estás dormido, bebé —le aviso con una pequeña sonrisa cuando el más alto abrió los ojos y volteo a verlo con el rostro sonrojado —Puedes tener el sueño pesado pero es de esperarse que te despiertes si hacemos ruido y Blasty te toca la cara, ¿no?
El bicolor bufó pero no se movió de su posición, solo giro el cuello hacia el baño y pensó en la persona detrás de la puerta. Entonces, dijo lo siguiente.
—Deberías declararte, Ei.
El de dientes puntiagudos se le quedó viendo y supo que él le hablaba en serio, porque tenía los ojos un poco brillosos por las lágrimas contenidas.
—Tienes bastantes posibilidades —continuó hablando el de quirk dual —De ser aceptado por Katsuki.
—Tú también las tienes —argumentó el de ojos rojos —Él parecía bastante triste cuando mencionó lo de que yo te vería más ahora que vamos a trabajar para la misma agencia. Debes de tener una oportunidad, Shoto.
—No, creo que él debió parecerte triste porque no podrá trabajar contigo en el futuro. No por mí —apretó los puños el bicolor —Así que...uhm.
Kirishima se había subido encima del cuerpo de Todoroki, lo agarro del cuello y lo beso para que dejara de decir tonterías. Lo beso hasta que los dos se quedaron sin aliento y luego, apoyo sus dos frentes juntas.
—No me voy a declarar. No creo que pueda decirle a Blasty que me gusta sin pensar en lo que vas a sentir tú —confesó el de dientes puntiagudos en lo que besaba las lágrimas saladas que salían de los ojos del bicolor —No quiero que llores, bebé.
—No estoy llorando —murmuró el de quirk dual.
—Te caen lágrimas por los lindos ojos que tienes, bebé —alzó una ceja el de dientes puntiagudos —A eso le llamo yo llorar.
—No estoy llorando —empujo por los hombros al pelirrojo y se sentó en la cama para poder quitarse los restos de las lágrimas que sin querer se le salieron —Y deja de llamarme bebé. No soy un bebé.
—Para mi te queda bien. Eres lindo, adorable y llorón. Igual que un bebé.
Bakugou seguía siendo de quién estaba enamorado el pelirrojo. Obviamente seguía muy enamorado. Pero no por eso podía negar que tenía algunos sentimientos encontrados por el chico de quirk dual. O puede que estuvieran ahí desde que empezaron a compartir un mismo secreto y fue la intimidad que tuvieron en la semana lo que hizo que salieran a flote. No estaba seguro de qué era pero sabía que no sentía lo mismo que antes.
— ¿Acaso ahora yo también te gusto, Eijirou? —preguntó el de quirk dual, aunque era solo una especie de broma que no esperaba respuesta.
—Sí, tal vez —reconoció el pelirrojo en lo que se arrojaba en la cama boca arriba y miraba de lado al más alto que se había puesto rojo —No creo que hubiera aceptado compartir a Blasty sino me gustaras. No hubiera soportado verlo con otra persona pero como eras tú era mucho más exitante y emocionante.
Shoto no supo qué responder aunque se sentía muy identificado con lo que dijo el pelirrojo. Si hubiera sido otra persona, no habría aceptado compartir al cenizo ni habría aguantado verlo estando con otra persona. Fue porque se trató de Eijirou que estuvo bien y se sintió bien y fue gracias a él que lo disfruto. Que no se sintió mal.
—Sino estuviera tan perdido por Blasty, tú y yo podríamos ser una buena pareja.
— ¿No podemos serlo de la forma en la que estamos ahora? —cuestiono el de quirk dual.
— ¿Sabiendo que los dos amamos más a alguien más? —le preguntó el de dientes puntiagudos y el más alto comprendió que tenía razón —Sería injusto para ambos. Deberíamos intentar por separado, ir a citas o salir a algunos clubes, no sé. Tal vez le pregunté a Ashido. O puede este un tiempo solo, creo que es mejor eso que estar saliendo con alguien con un corazón tan entregado a otro...otros.
—...No sé si pueda salir con alguien más —murmuró el de quirk dual sin hacer caso a lo último que dijo el de dientes puntiagudos —No sin pensar en ti o en él.
—Bueno, pero si quieres tener sexo...—le guiño un ojo el de dientes —Puedes llamarme. Con todo gusto seré tu amigo con beneficios.
—Dijiste que no querías tocar mi trasero o que yo toque el tuyo —frunció el ceño el bicolor a la vez que su rostro se ponía más rojo.
—He cambiado de opinión. No me importaría dejarte mi trasero —sonrió el pelirrojo —Pero no puedo negar que me interesa mucho más el tuyo.
El de quirk de endurecimiento estaba muy seguro que Katsuki se estaría riendo de la cara que tenía el bicolor en ese momento. Más rojo no podía estar y aunque tenía el ceño fruncido como si estuviera molesto, no era para nada intimidante. Solo adorable.
—Te haré sentir muy bien...¡auch! ¡vale, no te gusta la idea! ¡baja esa almohada, bebé! ¡perdón, perdón!
Todoroki no había soportado más las tonterías que soltaba Kirishima, por lo que agarro una de las almohadas del suelo y empezó a golpearlo sin cesar. Bakugou se encontró con esa escena, se paro detrás del bicolor y lo abrazo por los hombros para detenerlo.
Y él se escondió en su pecho. Estaba vestido por lo que no había tanto peligro de que tuviera una erección en ese momento.
— ¿Qué mierda le hiciste a Shoto, Eijirou? —preguntó el de quirk explosivo viendo mal al de dientes puntiagudos que estaba despeinado y abrazando la almohada que antes fue usada en su contra.
— ¿Por qué estás tan seguro de que yo le hice algo? —se quejo con un puchero el de quirk de endurecimiento.
—Porque él es tranquilo, idiota. A no ser que le molestes no te hará nada —bufó el cenizo en lo que agarraba las mejillas del bicolor y se las apretaba, pensó que tenía algo raro en los ojos pero supuso que se debería a su propio estado de animo — ¿Qué mierda te hizo, eh? ¿Quieres que lo golpe?
—Hey, no hablen como si yo no estuviera —murmuró indignado el de dientes puntiagudos.
—No hace falta, Katsuki —respondió el de quirk dual ignorando la voz del pelirrojo —Pero no le hagas el desayuno.
—Bien, el idiota se quedará sin desayunar —se separó del bicolor y fue hasta la puerta —Por hacer llorar al bebé.
Eijirou soltó una carcajada cuando el de quirk explosivo uso el apodo y Shoto casi quemó algo por accidente.
Katsuki se sintió mejor cuando vio esas reacciones y fue hasta la cocina. Hizo el desayuno y aunque había dicho que no le haría nada al pelirrojo, le dió unas tostadas y un vaso de jugo de naranja. Cuando terminó su desayuno, el pelirrojo le dijo que iría a llevar sus cosas a la cabaña del bicolor y el de quirk dual salió un rato para ver a su familia. Así que se quedó solo en la cabaña, lo que le recordó a su primer día en ese lugar cuando espero a que ellos dos llegarán con las compras para el desayuno.
Debería ponerme a hacer mis maletas.
No tocó el papeleo que se trajo desde la agencia, ni uso la mitad de su ropa ya que pasó mucho tiempo en la cabaña y mayormente estuvo desnudo. Su computadora la uso en escasas ocasiones y solamente porque su madre lo llamo. Además, algunas veces uso la ropa del pelirrojo o el bicolor. Porque le quedaba más grande y eran más cómodas.
El hacer su maletas terminó muy rápido. Así que se puso a limpiar y cuando terminó de limpiar, se arrojo en el sillón, pensando en cuánto tardarían en llegar Shoto y Eijirou. No deberían estar tardando tanto, ¿verdad?
Se suponía que se iría en tres horas a la terminal de autobuses. Pero podía cambiar su pasaje e ir a la noche con el pelirrojo. Aunque si hacia eso existía la posibilidad de que él se sintiera incómodo y le hacía sentirse mal por el bicolor...
Bien, idea descartada. No podía hacer eso.
¿Cómo mierda se supone que siga teniendo una relación normal con ellos de ahora en adelante?
Tal vez debería tomar distancia. Hacer lo que quería hacer sutilmente Kirishima, poner un límite. Lo que pasó en esa cabaña se quedaría ahí en la cabaña y nunca lo mencionara.
Se quedaría con las cosas normales. La paz, la tranquilidad, la diversión. No pensaría en que sabía perfectamente bien que los cabellos en la zona de la entrepierna de Todoroki eran rojos y blancos, sin ningún tipo de orden, sin estar divididos como en su cabello. Que le gustaban mucho los besos, los mimos, las caricias. Que su lado derecho se volvía muy frío si estaba exitado, para controlarse y bajarle a la intensidad de sus embestidas, para evitar hacerle daño cuando se metía profundamente dentro suyo. O la forma en que le sonreía en medio del sexo, esa linda sonrisa que era pequeña pero no por eso dejaba de ser hermosa.
No pensaría tampoco en que Kirishima tenía más cicatrices en su cuerpo que en su tiempo que estuvieron en Yuei. O que durante el sexo se volvía más dominante y más controlador, pero siempre seguía siendo cuidadoso al tratarlo y le gustaba siempre molestarlo, provocarlo. Su voz ronca, la manera en que le decía lo que necesitaba escuchar par sentirse a gusto y sus ojos rojos, que le miraban atentamente.
Olvidaría todo eso. Se quedaría con lo básico. Con lo que era normal saber de ambos y ya. No pediría nada más.
En serio que no lo haría.
Pero mientras más pensaba en eso, más deprimido se ponía y cuando estaba por llamar a alguno de los dos para saber porqué mierda estaban tardando tanto en volver, escuchó unos ligeros golpes en su puerta y se puso de pie para abrir.
El letrero de no molestar había sido retirado por lo que no debía tratarse del servicio de limpieza. Ellos hubieran pasado al pensar que no había nadie en la cabaña. El cenizo se preguntó quién podría ir a buscarlo cuando al abrir la puerta se encontró con el pequeño Touya Todoroki.
— ¡Bakugou-san! —lo abrazo el niño — ¡El tío Sho y Kirishima-san me mandaron a buscarlo!
—Oh, vaya, ¿en serio mocoso? —le paso una mano por la cabeza al menor el cuál se rió y asintió con entusiasmo.
— ¡Es una misión especial que me dieron! ¡Tenga! —le extendió al cenizo una venda negra — ¡Tiene que ponérsela para que lo lleve con ellos!
¿Qué diablos habrán planeado estos dos?
Katsuki empezó a sentir mucha curiosidad, agarro la venda y se la puso. Después le dió la mano a Touya el cuál en todo el momento le informo lo que estaban haciendo, por dónde iban y le avisaba si tenía que tener cuidado en algún lugar. El niño lo estaba llevando hasta la playa lo que aumento la curiosidad del cenizo por saber lo que le esperaba ahí.
— ¡Ya llegamos! —avisó el pequeño — ¡Puede quitarse la venda!
El cenizo llevo sus manos detrás de su cabeza para quitarse la venda y lo que se encontró fue que ahí, en medio de la playa, había una mesa con un mantel blanco preparada, con varios platillos listos para un desayuno y tres sillas. Eijirou y Shoto le miraron con cariño y lo invitaron a sentarse, en lo que el de quirk dual le daba al menor un dinero por haberlo traído hasta ellos correctamente.
—Esto sí que no lo esperaba —comentó el de quirk explosivo viendo el increíble desayuno que tenían en la mesa y luego el mar — ¿De dónde mierda sacaron todo?
—Lo pedimos en el complejo. Pensamos que sería una linda forma de terminar tus vacaciones, Blasty —sonrió el de dientes puntiagudos un poco avergonzado porque el cenizo encontrará muy cursi un desayuno a la orilla del mar. O muy complicado de aceptar.
— ¿Te ha gustado? —preguntó directamente el bicolor que no podía ocultar su nerviosismo.
Bakugou sonrió hacia ambos y si hubieran estado con menos gente en la playa, los habría besado. Le pareció lindo, una en verdad muy linda forma de terminar sus vacaciones, estaba viendo el mar y estaba con los dos hombres que habían hecho que tuviera —en varios sentidos— la semana más espectacular de su vida. Claro que le gustaba.
—Sí, gracias a los dos —agradeció y se sentó en una de las sillas, sintió la brisa que venía desde el mar junto con el aroma salado del mismo y pensó que la opresión que sentía en su corazón por saber que el momento no podía durar para siempre se iba reduciendo —Me ha gustado mucho.
Todoroki y Kirishima se sintieron aliviados de que le hubiera gustado la sorpresa. Después se sentaron junto con el cenizo, trataron con todas sus fuerzas de que fuera un desayuno normal entre amigos y no como los anteriores. Con el pelirrojo tocando sutilmente las piernas del cenizo debajo de la mesa o el bicolor rozando su mano sobre la mesa. Hicieron todo lo posible porque fuera normal y lo consiguieron. No hubo contacto físico pero si las miradas hablarán hubiera sido diferente.
Cuando todo terminó, el cenizo pregunto cómo se llevarían todo y ellos le aseguraron que le habían pedido al personal del complejo que se hicieran cargo, tendrían que pagar un extra por eso. Estaban subiendo las escaleras para ir hasta la cabaña cuando el de quirk explosivo se dió cuenta que iba tarde para su autobús y el de quirk dual le dijo que lo alcanzaría con el auto de Enji.
Se subieron los tres juntos en el auto. Hicieron un viaje muy rápido donde Shoto ignoró arriesgadamente todas las señales de tránsito y límites de velocidad, haciendo que Eijirou tuviera más de un infarto y que Katsuki lo maldijera todo el camino.
Pero al menos habían llegado con cinco minutos de sobra a la terminal de autobuses. El cenizo pudo pasar por el check-in de su equipaje y solo le quedaba subirse al autobús.
—Nunca más me vuelvo a subir a un maldito auto contigo, mitad-mitad —dijo con el ceño fruncido y cruzado de brazos.
—Ibas a perder el autobús —se justifico el de quirk dual.
—Bebé, estuvimos por morir —se quejo el de dientes puntiagudos que seguía pálido del viaje —Estoy muy seguro que en una curva ví mi vida pasar lentamente por mis ojos. Ni siquiera Kaminari conduce así y a él le gusta ir rápido.
—Estás exagerando —se defendió el más alto.
—Dice la verdad. Maldita sea, aunque te diga que este apurado conduce con cuidado —suspiro el cenizo y le dió un golpecito en la nariz al de quirk dual —Eso fue peligroso.
Todoroki hizo un puchero ante los regaños. Bakugou estaba por soltarle uno más cuando el conductor hizo el último llamado para que los pasajeros subieran y supo que en ese momento tenía que despedirse de los dos.
Kirishima se adelantó para no hacer el momento difícil y le dió un abrazo al cenizo que no duró mucho tiempo, pidió que le llamara y le avisará cuando llegara a casa. El de quirk dual también lo abrazo, aunque un poco más rígido y no menciono lo de llamar o enviar mensajes, porque para empezar él no mandaba mensajes ni se llamaba con el cenizo desde que iban a Yuei.
El cenizo empezó a sentir una especie de nudo en su garganta y se subió al autobús antes de que algo extraño le pasará. Cuando vio a los otros dos por la ventanilla con las manos despidiéndose imitó el gesto e hizo lo mismo. Hasta que el autobús salió de la terminal.
Fue entonces cuando las primeras lágrimas salieron, tomando por sorpresa a su compañero de asiento, una mujer que debía tener unos treinta años le miro preocupada porque empezó a llorar de la nada y él le dijo que solo se sentía mal. Ella claramente no le creyó, le pasó unos pañuelos y le dió un poco de agua en lo que le decía unas cuantas cosas.
—Ay, ay, niño. Los amores de verano son así. No tienes que llorar tanto. En una semana va pasar. Ten, toma agua. No llores más. Ya pasara.
Amores de verano. Sí, el tuvo dos amores de verano. Tal vez fuera correcto llamarlos así, tal vez fuera demasiado.
Pero lo que él no sabía en ese momento era que los dos chicos que dejó en la terminal también estaban llorando por su partida y pensaban lo mismo que él.
¿Cómo mierda sería su relación a partir de este punto?
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