capítulo 6

Sangwoo observaba en completo silencio la ventana del autobús de regreso a casa. Le resultaba molesto no poder dejar de pensar en aquel chico que siempre parecía demasiado inmerso en su mundo como para preocuparse por él -así como lo veía- y su complicada relación -la cual quería arreglar-, ahora adhiriendo que lo había visto con una expresión tan triste y hasta desaparecida, indescifrable, era algo que le preocupaba. 

Pero al final del día, él era bueno ocultando sus sentimientos y no dejaba ver ni un solo rastro de preocupación o ansiedad, ni aunque se tratase de no saber que pasaba con su amigo quien era más fácil de leer que cualquier libro.

Se cuestionó a si mismo si valía la pena o no hacer las paces con él a pesar de todo lo que había sucedido y el tiempo que creía perdido. Sin embargo, eso era algo que no podía responderse por si solo, aquello no podía leerse en un libro de la biblioteca. Decidió entonces que era -por fin- momento de hablar con alguien y pedir opiniones. Volteó a ver a su compañero de al lado que casi lo seguía a todas partes. Quizás se llevó una ligera sorpresa al verlo sonriéndole a la pantalla de su teléfono.

—Ali— Lo llamó. El mencionado lo volteó a ver inmediatamente, como si hubiera sido atrapado cometiendo alguna travesura. —, ¿qué haces como para reaccionar así?

—Ah, hyung. ¿Recuerdas que había una chica de mi pueblo natal con la que mantenía contacto desde que nos mudamos acá?— Explicó el moreno rápidamente.

—Ajá.— Sangwoo asintió mientras recordaba que Ali le había contado eso hace mucho mientras le ayudaba a mejorar su habilidad para hablar su idioma. En realidad, su amistad había comenzado cuando Sangwoo fue asignado como su tutor en el idioma por la escuela cuando Ali llegó a Corea por primera vez.

—Bueno, estaba hablando un poco con ella.— Y la sonrisa que apareció en el rostro del moreno se veía enteramente sincera. A Sangwoo le agradaba aquello, parecía que Ali tenía buenos sentimientos y era un buen chico, quizás él podría ayudarle a aclarar sus dudas sobre lo que sentía por Gihun y su distanciamiento.

—¿Tienes experiencia con eso de... personas especiales?— Sonó un poco apenado de preguntar eso, y parecía que su compañero pensaba eso mismo, ya que lo miró con una expresión sorprendida. Sangwoo no estaba muy seguro de que la pregunta haya sido bien formulada; era la primera vez que decía eso en voz alta, de alguna forma natural. Si quería progresar, tendría que aceptarlo, ¿no...?

—¿Por qué? ¿Me vas a pedir un consejo?— Adivinó. El otro solo se mordió el labio inferior mientras asentía un poco. —¿Tú?— Preguntó incrédulo y Sangwoo sintió sus orejas calentarse de la pura vergüenza de ser atrapado.

—Si vas a reaccionar así, no quiero preguntar nada.

—No, no, no, hyung. Lo siento, es solo que no creí escuchar algo así viniendo de ti. De por sí fue extraño verte dormitar en las clases de ayer, ¿eso se debió a lo mismo que quieres preguntar ahora?

Parpadeó varias veces, casi perplejo. —Niño, ¿cómo adivinas todo?

—¿Lo adiviné? ¿No te parece algo obvio?— Ali guardó su teléfono con cuidado en su bolsillo.

Sangwoo miró un momento al frente y pensó las cosas un segundo. ¿Hay algo más que se vea obvio y yo no me dé cuenta?, se regañó mentalmente, pero decidió que era momento de ignorarlo. Había cosas más importantes por las cuales preocuparse.

—¿Qué tal si mejor te pregunto otra cosa?— Observó al moreno asentir entendiendo que pudiera sentirse incómodo tras su comentario. Y a decir verdad, Sangwoo se sentía incómodo con la situación en general. Con Gihun nunca fue así... —Bien, ¿qué harías tú para acercarte a alguien con quién no hablas hace años?

Ali lo miró perplejo. Le tomó unos minutos pensar en alguna respuesta, ya que nunca había estado en una situación igual o similar a aquella. Mientras pensaba, Sangwoo volvió a desviar la vista al frente. Estaba esperando la respuesta o el consejo del otro, y por primera vez en mucho se permitió no dejar que sus pensamientos lo consumieran, olvidándose de todo por un momento. Y entonces el recuerdo de Gihun alejándose de la escuela junto a Saebyeok y Jiyeong esa misma tarde llegó a su mente. Mientras eso sucedía, el tomaba el autobús y ahora estaba allí.

—Realmente... dependería bastante del contexto— Ali habló y Sangwoo solo lo escuchó. —. Quiero decir, si peleaste con esa persona especial, pues una disculpa sería lo adecuado. Si fue por algún malentendido, aclararlo. Si fue porque tomaron caminos diferentes, un saludo podría ser agradable, ¿no crees?

Pero Sangwoo no respondió. En cambio, se quedó pensando en silencio todas las cosas que el otro había nombrado. Solo que no sabía cómo definir su situación, ¿estaban peleados? o ¿se trataba todo de un gran malentendido? Lo que era cierto era que sus caminos se habían dividido hace mucho y sabía que había sido principalmente su culpa. ¿Entonces debía disculparse?

Una mueca apareció en su rostro. ¿Cómo pedirle perdón...?

Bufó y por un rato todo alrededor no importaba una mierda. Esperaría solo un poco más, y cuando pareciera más oportuno, se obligaría a acercarse a Gihun. Aún si no tenía las respuestas que buscaba.

•●•

Nervios. No recordaba cuando había sido la última vez que su estomago se retorcía de los nervios y no podía concentrarse en las voces de las personas a su alrededor. Por alguna razón, sus manos sudaban, su respiración era pesada y su mente le convencía de que ese día sería el día.

Sangwoo caminaba con pasos pesados y buscaba entre las galerías de su memoria alguna excusa para salir corriendo. Quería hablarle a Gihun, sí, pero tampoco creía estar listo para eso. ¿Con qué cara lo miraría? ¿Qué le diría? ¿Gihun lo aceptaría de vuelta en su vida o lo mandaría a la mierda? ¿Cuál sería la mejor forma de hablarle: lanzarle un lápiz o chocar contra él? ¿Alguna cosa tendría sentido o se vería como un retrasado por-? Mierda, maldijo mentalmente al entrar al salón de clases y ver que el único chico allí era su amigo.

Ahora o nunca, se dijo. Pero se quedó congelado en la entrada. No podía moverse, no podía ir hacia adelante pero tampoco podía ir hacia atrás. Fue cuando cayó en cuenta de que algo no andaba bien. Gihun ni siquiera sabía que estaba allí; su rostro estaba oculto en sus brazos mientras estaba lo suficientemente inclinado hacia su mesa como para no saber que Sangwoo estaba viéndolo. Y quizás hubiera pegado un brinco si supiera que el otro lo observaba detenidamente, Sangwoo sabía cómo era y recordaba sus pequeños comportamientos. Solo que eso no pasó.

El corazón del chico en la entrada latía con fuerza, bastante fuerza que sentía que estaba a una nada de abandonar su cuerpo y morir allí mismo. Y no tenía idea de si era por el nerviosismo o si era nuevamente preocupación.

Entonces retrocedió y se recargó en la pared, saliendo completamente del área y posible campo visual de Gihun -si es que se animaba a levantar la cabeza. Sentía que no podía con todo aquello. Miles de preguntas estallaron contra sus pensamientos, ¿por qué Gihun estaba tan temprano en la escuela? o ¿por qué parecía que se escondía? Aquella imagen de su amigo era tan inusual; él lo recordaba más alegre, más risueño y contento, aún si no estaba hablando con él. ¿... Por qué ahora tenía un mal presentimiento por todo?

Poco a poco el resto de sus compañeros comenzó a llegar y se sintió un tanto salvado. Decidió entrar al salón pretendiendo para sí mismo que era la primera vez que lo hacia y dió una fugaz mirada a Gihun. El chico se encontraba ahora con la mirada levantada, pero no lo suficiente como para verle el rostro completo. Sangwoo se dirigió hasta un lugar vacío, casi al lado de Gihun de no ser por la otra fila de bancas que los dividía. Poco a poco se acercaría, aún si sus pasos eran pequeños.

•●•

Gihun prestaba atención a la clase. Él estaba seguro de que lo hacía. Solo que sus ojos estaban lo suficientemente ocultos de los demás para que no les fuera posible verlos. Y tampoco quería que alguien leyera sus pensamientos y averiguaran lo que había sucedido la noche anterior. No cuando luchaba enormemente por ser un buen estudiante.

La Segunda Guerra Mundial sucedió entre los años 1939 y 1945, Gihun anotó en su cuaderno a la par que escuchaba la voz del profesor Jung dictar, el mismo que caminaba entre los bancos de los estudiantes y sostenía un libro de historia con su mano derecha. Su voz era lo único que sonaba sobre las plumas de los estudiantes que escribían en sus libretas, y el ambiente resultaba un tanto incómodo para algunos. Pero así eran las clases de historia.

Los labios de Gihun permanecían juntos con fuerza mientras trataba de seguirle el ritmo al profesor, sin darse cuenta de que su postura lo hacía ver como si estuviera dormido y no oculto.

Entonces, un fuerte golpe en su mesa lo asustó -y al resto de los alumnos por igual- y al mismo tiempo lo obligó a enderezar su espalda. No tuvo el valor de levantar la vista hacia el profesor ni para ver a ninguno de sus compañeros que ponían su atención en él. Su corazón latió más rápido de lo que alguna vez lo hizo.

—Lo quiero despierto.— Dijo el estricto profesor sin expresión en su voz. El chico tragó saliva, evidentemente nervioso por todo lo que estaba sucediendo.

—Estoy despierto.— Gihun murmuró y apenas fue entendible. Pero el señor Jung parecío no darle importancia y siguió caminando, recobrando el ritmo con el que dictaba el tema de la clase. Casi inmediatamente, la atención de sus compañeros volvió al dictado y sus manos temblaron mientras seguía escribiendo.

Sin embargo, el chico parecía no estar tranquilo. Llevaba casi toda la mañana evitando a Jiyeong, Saebyeok y las preguntas que le hacían que no estaba dispuesto a responder. Se sentía un poco culpable por eso, pero tampoco quería explicarles porqué se sentía de aquella manera ese día. Además, una mirada taladrante estaba sobre él y no tenía el valor de voltear a ver de quién se trataba, aún si en el fondo sabía de quién era...

•●•

Y las clases pasaban. Y volvían a pasar. Y desde luego seguían pasando. Artes, matemáticas, literatura,... tantas clases en las que Sangwoo no podía prestar atención. Su mente inmediatamente se rendía cuando trataba de obligarse a la tarea de entender las clases y escuchar a sus profesores. Su cerebro parecía no querer cooperar y le molestaba porque generalmente no le costaba atender sus obligaciones escolares.

No podía dejar de observar a Gihun. Y de alguna manera, sabía que el otro se daba cuenta de eso. Quizás por eso jamás lo volteó a ver de vuelta. O solo era que Gihun estaba completamente perdido en la ventana, viendo el cielo que poco a poco se nublaba. Los días lluviosos estaban próximos a llegar, pero si no iba bajo un paraguas, brincado en los charcos que se formaban de camino a casa y junto a su mejor amigo, entonces a Sangwoo no le gustaban en lo absoluto.

Parecía que el día nuevamente iba a ser un desperdicio, porque las clases casi acababan y él no había hablado con Gihun. Aunque en el fondo estaba agradecido consigo mismo, ya que aún no encontraba la forma perfecta de acercarse. Y fue entonces que el mundo se cayó a sus pies: Jiyeong se había acercado a Gihun para decirle algo, y cuando Gihun se dió la vuelta, Sangwoo lo vió. Estaba morado. Había un moretón en el rostro de Gihun. Y eso era lo que estaba ocultando. Un golpe. Alguien había golpeado a Gihun. Alguien estaba golpeando a Gihun. Alguien le estaba haciendo daño a su Gihun.

Gihun, Gihun, Gihun,...

Y casi dió un brinco en su silla cuando el timbre de salida sonó y lo sacó a la fuerza de sus pensamientos. Estaba seguro de que en algún momento le daría un paro cardiaco de puro miedo. Todos comenzaron a ponerse de pie y tomar sus cosas para salir del aula, todos menos Gihun. Sangwoo se puso de pie, viendo como Saebyeok y Jiyeong parecían despedirse de su amigo y luego se iban. Pero Gihun no.

Sangwoo pensó que no tenía nada que hacer ahí, no le incumbía y no tenía porqué preguntar. No tenía realmente porqué quedarse ahí. Pero de todos modos, tomó su mochila con fuerza y esperó pacientemente cuando estuvo fuera del salón, al otro lado del pasillo. Era ahora o nunca.

•●•

La escuela había sido una tortura, tratando de ocultar lo más que pudiese el moretón en su rostro y evitar comentarios indeseados. Gihun esperó a que todos los demás se fueran para salir con un poco más de serenidad e incluso llorar en la comodidad de su soledad. Todo era tan cansado, y de todos modos se había puesto de pie. Aún así, no tenía ganas de hablar con nadie. No ese día que salió -casi huyó- lo más temprano posible de casa y rogaba por no tener que llegar a la misma.

Un agonizante suspiro salió de sus labios mientras olvidaba todo por un segundo, cuando alguien lo llamó y su cuerpo dejó de funcionar un momento.

—Gihun.— Él mencionado palideció al escuchar la voz de quien jamás podría confundir. Se dió la vuelta lentamente para ver a los ojos al chico que hace tanto tiempo no veía de frente. ¿Por qué pasaba todo eso ahora?

—Sangwoo-ah...

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