Capítulo cuatro: Dudas
Summer Campbell.
El día estaba soleado, no había ninguna nube en el cielo celeste, solo había un poco de viento, el cual hacía que las ramas de los árboles se movieran.
Me estaba despidiendo de Leoncito, él ronroneaba mientras le acariciaba la cabeza delicadamente. Me gustaría llevarlo, pero el viaje es un poco largo y tengo miedo de que algo le suceda si lo llevamos a la cabaña.
Gracias a Dios Owen se ofreció a cuidarlo mientras no estuviéramos.
—Ten cuidado —comentó.
—No te preocupes, será lindo hacer este viaje —le sonreí de lado.
—Me refería a Mark —fruncí el ceño.
—Ya te dije que fue un accidente, Owen.
—Thea y yo no concordamos contigo —suspiró—. Piensa en esto: si realmente hubieras muerto, ¿te hubiera gustado que tu último recuerdo fuera que un hombre intentó hacer algo que no querías?
—Él se disculpó conmigo en el hospital. Estaba ebrio y no sabía lo que hacía.
—Pero si sabía lo que hacía cuando te abofeteó, ¿no? —preguntó con ironía y un poco molesto.
Bajé la mirada y lo pensé un poco. Era verdad, él no se detuvo, pero luego me pidió disculpas y yo acepté. Sé que Mark a veces es impulsivo, pero me quiere, de lo contrario no me hubiera pedido disculpas.
—El viaje es para ayudar a Thea, se siente una inútil y no quiero que sienta eso. Ella vale mucho más —él me dio una sonrisa pícara.
—¿Cuándo lo vas a admitir, hermanita? —lo miré extrañada.
—¿Admitir qué? —pregunté confundida.
—Que te gusta Thea —sonrió ampliamente.
—¡¿Qué?! ¡¿Estás loco?! ¡¿De dónde sacaste esa idea tan descabellada?!
—Tus ojos no saben mentir, Sum —rodé los ojos por su burla sin sentido.
Típico de hermanos, en el momento menos oportuno te hacen esta clase de cuestionamientos sin sentido y lo peor es que para él es gracioso.
—No es gracioso, tonto. Soy heterosexual —soltó una pequeña risita.
—¿Y no has pensado en que podrías ser bisexual?
—¿Bisexual? ¿Owen, que bebiste? ¿Qué te hace pensar que me interesa Thea? —me miró con cara de no te hagas la tonta.
—No lo sé, tú sabrás...
—¿No me vas a decir?
En ese momento oímos el sonido de la bocina del auto, giramos la cabeza y observamos como Mark nos observaba con molestia. Thea estaba acomodando sus cosas en el maletero del auto y por su cara de molestia estaba segura que se le estaba dificultando.
—Mejor ve a ayudar a tu amada —dijo burlonamente.
—Mira que todavía tengo el sueño de tener sobrinos, que no se te olvide —le guiñé un ojo de mala manera y él rodó los ojos.
Acaricié una vez más a Leoncito y me despedí de los dos, para luego bajar los escalones del edificio y acercarme a Thea. Miré el baúl y me di cuenta que una de las maletas se estaba por caer y antes de que cayera sobre la ojiverde, la tomé de la cintura y la acerqué a mi.
Ella me observó a los ojos y luego observó la maleta en el suelo.
No sé porqué, pero tenerla así de cerca, su cuerpo pegado al mío, sus ojos viéndome fijamente mientras su respiración chocaba con la mía, hizo que mi corazón casi abandonara mi cuerpo.
—¿Estás bien? —pregunté y ella asintió.
—Solo no me di cuenta que la maleta se iba a caer —respondió y sin querer nuestras narices se rozaron.
Eso provocó un escalofrío en mi, haciendo que la piel se me erizara.
La solté lentamente en cuanto vi que Mark se acercaba hacia nosotras. Me agaché y tomé la maleta, Thea me ayudó a subirla al maletero y la colocamos bien, para que no vuelva a caerse.
—¿Algún problema? —preguntó el pelinegro.
—Ninguno, solo una maleta se había caído —él observó el baúl, estiró sus fuertes brazos para bajar lentamente la tapa del baúl y cerrarlo.
—Entonces vámonos —ordenó un poco molesto.
Rodeó el auto, que por cierto Owen nos había prestado el, ya que él se quedaría en la casa de un amigo suyo. Abrió la puerta y al sentarse en el asiento del piloto, la cerró con fuerza.
—No sabía que él vendría —dijo con molestia.
—Lo sé, quería hacer este viaje solo contigo, pero Mark se puso eufórico cuando le dije que sería un viaje solo para nosotras. Ya sabes como es.
—Homofóbico, controlador, manipulador y tóxico. Lo sé, pero parece que eres tú quien no lo sabe, Sum.
—Conmigo es bueno —objeté.
—¿Tan bueno como para darte una bofetada?
No puede ser, primero Owen y ahora Thea. ¿Acaso es un complot o qué? Sé que ambos quieren mi bien, pero realmente no veo que Mark sea todo eso, aunque es cierto que detesta a Thea.
Tampoco puede reprocharme nada, lo ideal habría sido que solo fuéramos nosotras dos.
—Eso sin mencionar lo que sucedió en el bar.
—Cuando estabas inconsciente me pidió disculpas, Thea. Admitió lo que hizo.
—¿Y vas a seguir aceptando sus disculpas incluso cuando te vuelva a golpear? ¿Incluso cuando te maltrate? Y él seguirá pidiendo disculpas incluso en tu funeral, porque por como vienen las cosas, Mark terminará... —se detuvo, bajó la mirada y negó con la cabeza.
¿Acaso iba a decir que él iba a hacerme daño al punto de matarme? No, él no sería capaz. Todos cometemos errores y pocos lo admiten, él es una de esas personas.
—Mejor vámonos, no quiero discutir contigo, Sum —caminó hasta la puerta del auto, la abrió y luego se metió dentro de él.
Suspiré, porque estaba segura que este viaje no sería como lo imaginé, sería uno con problemas y peleas que tendría que evitar para que Thea y Mark no se maten entre sí. Subí al auto y el pelinegro empezó a conducir, mientras por el retrovisor podía ver como Owen nos saludaba junto a Leoncito.
꧁༻-༺꧂
Ya habíamos salido de la ciudad hace unas horas, Mark tenía la vista al frente y Thea no había dicho nada durante todo el viaje. La estuve observando por el retrovisor y me di cuenta que su mente no estaba aquí, es como si estuviera pensando en algo que la estuviera preocupando.
¿Pero qué podría ser? Owen me dijo que investigaron el choque y que fue un accidente, el hombre había sobrevivido y nosotras también. No había nada de qué preocuparse.
Tal vez luego se le pasaría.
Mientras Mark estaba conduciendo, su mano se dirigió lentamente hacia mi muslo izquierdo y lo acarició lentamente. Lo miré y él estaba tranquilo, como si la charla que tuvimos la otra vez no hubiera existido.
—Mark —sonrió de lado.
—¿Si, amor?
—Por favor quita tu mano de mi muslo —pedí con tranquilidad antes de que el pánico me invadiera.
Cerré los ojos por un breve instante, tratando de no pensar en lo que sucedió en el pasado. Tratando de no pensar en esa noche, en ellos, en Owen o en mi. Habían transcurrido muchos años, más tarde o más temprano debería superarlo.
Pero siento que Mark no me estaba ayudando mucho, sabe muy bien que detesto que haga esto sin mi consentimiento, pero es como si no le importara lo que yo siento.
—Son solo caricias —se excusó.
—Sabes lo que pienso respecto a eso, Mark.
Su mano izquierda se mantenía en el volante, su vista al frente de la carretera y su mano haciendo caricias circulares que me inspiraban desconfianza e incomodidad.
—Ya hablamos de esto y...
—¿Estás sordo o qué? —Thea se asomó desde el asiento de atrás—. Ya te dijo que no, idiota.
—¡No te metas, homosexual! —espetó molesto.
—Y con orgullo. Ahora, volviendo al tema —ella estiró su brazo, tomó la mano de Mark y la apartó bruscamente de mi muslo—. Deberías respetar a la mujer que tienes a tu lado —murmuró.
Agradecí internamente por el acto de Thea y suspiré.
Ya no sabía qué hacer para que Mark entendiera cuánto me incomodaba. No quiero contarle lo que sucedió aquella noche, no me siento lista. Además es algo que ni siquiera Thea sabe y no por desconfianza, porque pondría mi vida en sus manos de ser necesario, pero es que no quiero revivir esa horrible noche.
El la notificación de mi celular me sacó de mis pensamientos, lo tomé y al desbloquearlo vi que tenía un mensaje de Thea. Sonreí de lado y apreté el ícono de Whatsapp, para luego entrar al chat.
Thea: ¿Estás bien?
Summer: Sí, gracias.
Thea: ¿Pensaste en lo que te dije?
Summer: No es tóxico, Thea.
Thea: Claro y tú tienes todos los libros de Stephen King.
Reí por el comentario. Thea sabía que ese era uno de mis sueños, amo los libros de Stephen King, pero son demasiados y por desgracia los libros poco más valen oro puro.
Summer: Cállate, me duele no tenerlos. Oye, antes de irnos Owen dijo algo en lo que pensé durante todo el viaje.
Thea: ¿Qué te dijo?
Summer: Él cree que me gusta una chica, le dije que soy heterosexual y me dijo que podría ser bisexual.
Thea: Creo que es mejor que hablemos esto en persona, pero no te preocupes que te ayudaré con las dudas que tengas.
Summer: Gracias, Thea.
Bloqueé el celular y lo dejé sobre mi regazo. Mark no había dicho nada durante todo el viaje y luego de pasar por un cartel que nos daba la bienvenida al pueblo de Shooks, me di cuenta que un escalofrío me recorrió todo el cuerpo.
Que extraño...
Mientras Mark conducía por el pueblo tranquilo, vimos que había una librería pequeña, un café, una pizzería y otros lugares más que sin duda debíamos visitar.
Nos detuvimos en un pequeño restaurante a comer algo, ya que el pelinegro dijo que estaba hambriento. Al bajar del auto caminamos hacia la puerta del lugar, el cual se llamaba Shooks Restaurant.
Qué nombre tan original.
Él entró primero y luego sostuve la puerta para que Thea fuera la segunda en entrar. Escogimos una mesa redonda, en donde mi mejor amiga y mi novio se estaban matando con la mirada.
El restaurante era rústico, las paredes eran de ladrillo, pintadas de un color beige con algunas manchas pequeñas más oscuras, las mesas eran de color marrón, al igual que las silas, sobre la mesa había un mantel de color blanco con algunos diseños y había música antigua, así como todo el lugar.
Una camarera con una camisa de color rojo, un delantal de color blanco, una pollera de color negro y unos borcegos se acercó a nosotros. Sacó una pequeña libreta de un bolsillo trasero que tenía su uniforme y un bolígrafo que estaba sobre su oreja.
Nos preguntó que íbamos a ordenar y por un breve momento me di cuenta que miraba a Mark con una mirada extraña, pero no le di importancia.
—El almuerzo del día —contestó Mark.
—Yo quiero una hamburguesa triple —observé a Thea sorprendida y ella río.
—Vaya apetito —me sonrió de lado—. Yo quiero una hamburguesa con queso derretido, por favor —la chica asintió mientras con un anotaba todo en su pequeña libreta.
Ella se retiró y luego Mark dijo que necesitaba ir al baño. Thea se acercó a mí y me observó como si estuviera tratando de descifrar algo.
—¿Qué sentiste cuando esa chica se acercó a Mark? —fruncí el ceño ante la confusión
—¿Cómo? No entiendo.
—¿No te diste cuenta como la camarera miraba a ese idiota? —negué con la cabeza—. ¿Pero si te diste cuenta como me miraba la chica del bar? —asentí.
—¿Por qué me preguntas eso? ¿Qué tiene que ver con lo que te dije? —lentamente su mano se dirigió hacia la mía y la acarició con dulzura.
Ese pequeño movimiento hizo que mi corazón empezara a latir rápidamente y por algún motivo extraño mi piel se volvió a erizar.
—No tengas miedo de decirme si te gusta una chica, será nuestro secreto —el tono de voz que usó me dio confianza y tranquilidad, pero no podía decirle algo que no era verdad.
—No me gusta ninguna chica —afirmé.
—Está bien, ahora dime algo, ¿Sientes atracción por Mark? Porque sinceramente lo dudo mucho —tragué grueso.
—Últimamente él quiere que lo hagamos, pero no me siento lista... —admití con un poco de vergüenza.
—No tiene nada de malo, Sum. Es normal que tengas miedo.
—¿Sentiste miedo cuando lo hiciste con Melanie?
—No, porque lo deseaba y confiaba en ella —bajó la mirada y en sus ojos pude notar la tristeza que todavía había en ella.
Me acerqué más a ella y la abracé por los hombros, su cabeza se apoyó en mi hombro y tímidamente sus brazos rodearon mi cintura.
—Disculpa por preguntar, no debí hacerlo.
—No temas preguntar, tú no tienes la culpa de que sus actos me duelan —se acurrucó en mi.
La abracé más fuerte y estuvimos así hasta que vi que Mark salió del baño y se acercó a nosotras. Luego comimos y hablamos de los lugares que podríamos visitar el sábado y domingo, pero realmente mi mente no estaba allí.
No podía sacarme de la cabeza lo que Owen y Thea me habían dicho, es verdad que nunca sentía nada cuando una chica atractiva se acerca a Mark, pero tampoco puedo ignorar que cuando esa chica se acercó a Thea en el bar, algo en mi me dijo que debía alejar a esa chica.
También era raro que yo no deseara a Mark como sé que él me desea, es decir, es guapo, tiene buen físico, pero no siento que encienda en mí la chispa que se supone que debería encender.
En ese aspecto Melanie y Thea nunca tuvieron ese problema, era obvio que se deseaban mutuamente, al menos al principio de su relación, pero con Mark las cosas no son así. Nunca tuve ese deseo de sentir su cuerpo junto al mío.
En cuanto llegamos a la cabaña de Owen, desempaqué mis pertenencias y con Mark habíamos acordado dormir en habitaciones separadas, aunque claro que eso no le gustó mucho. Tuvimos una pequeña discusión, pero terminó aceptando mi decisión.
Estaba con mi celular, cuando en mis pensamientos volvió la pregunta de Owen.
—¿Y no has pensado en que podrías ser bisexual?
Entré a YouTube y busqué ¿Cómo saber si eres bisexual? Me salieron muchos videos y vi algunos, al igual que leí algunas opiniones de ciertas páginas de internet. De algún modo me ayudaron un poco, es decir, me ayudaron a tener más conocimiento del tema.
Luego como una niña de diez años, busqué cómo saber si una chica gustaba de mi y salieron varios tips, pero uno de ellos me llamó la atención, se interesa por las cosas que te gustan y lo hace notar.
Recordé el mensaje, el cual decía sarcásticamente que yo tenía todos los libros de Stephen King, ¿Será que realmente gusta de mi? No, es algo tonto. Apenas hace unos días terminó con Melanie, no tiene sentido que esté pensando en esto.
¿Y si mi hermano tenía razón? ¿Era probable que estando con Mark me gustara Thea?
Creo que es algo que no tiene sentido, quiero a Mark y a Thea, pero como mi amiga. Toda mi vida fui heterosexual y lo voy a seguir siendo. No puedo creer que le di tanta importancia a algo que dijo Owen, ese tonto me las pagará.
El sonido de la puerta de mi habitación siendo golpeada me sacó de mis pensamientos, me levanté de la cama y caminé hasta la puerta. Al abrirla vi a Thea con una caja de pizza, estaba tan distraída en mis pensamientos que no había notado el rico aroma que venía de la caja.
Ella estaba vestida con una blusa de pijama y un pequeño short. Se veía linda, es decir, como siempre.
Me hice a un lado para que pudiera pasar. Al entrar se sentó en mi cama, le dio dos palmadas al acolchado, indicando que me sentara junto a ella. Cerré la puerta y me senté a su lado.
—¿Por qué compraste pizza? Íbamos a ir a comer afuera —frunció el ceño, confundida.
—¿No te diste cuenta que empezó a llover? —miré hacia el ventanal y vi como llovía como si no hubiera un mañana.
Realmente llovía y mucho, incluso me había dado cuenta de que había un poco de viento, ya que vi como las ramas de los árboles y arbustos se movían.
—No, no me había dado cuenta —abrí la caja y tomé una porción de pizza con extra queso, justo como me gusta.
—¿Cómo van las cosas con Mark? Oí gritos —confesó.
—Le molestó que le dijera que quería dormir en habitaciones separadas —rodó los ojos.
—¿No te dije que era un imbécil? —sonreí de lado.
Thea entrecerró los ojos y me observó como si me estuviera analizando.
—Pero no es solo eso lo que te tiene al punto de no darte cuenta que estaba lloviendo, ¿Verdad?
Sonreí de lado, era inútil ocultarle algo a ella. De algún modo u otro siempre sabía que algo me perturbaba y esta vez no sería la excepción.
—No es nada, solo estoy cansada —mentí.
—Claro, ¿Y sobre lo que hablamos hoy? ¿Pensaste en eso?
—Se lo dije a Owen y te lo diré a ti, soy heterosexual y quiero a Mark.
—Pero no estás segura de amarlo, ¿verdad?
Llevo tantos años con él que, yo creo que sí lo amo, es decir, me intereso por sus gustos, sus amigos y trato de hacerlo feliz, pero no siento lo mismo que todas deben sentir al estar con su pareja.
—¿Puedo preguntarte algo? —asintió—. ¿Cómo te sientes al estar en una relación amorosa? Me refiero a si es verdad que sientes mariposas y cosas así.
—Ve directo al grano, Sum. ¿Quieres saber si amas a Mark y por eso me preguntas cómo se siente estar en una relación?
Tragué grueso, porque no sabía qué responder. Estaba dividida en dos, entre lo que sentía y lo que debería sentir.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top