Capítulo 8: ¿Es esta una cita?

❝ 'Cause I need this more than just a one night stand ❞

Solté un último jadeo antes de alcanzar el orgasmo.

Mi corazón latía rápidamente y el silencio de la habitación era opacado por mi agitada respiración.

Me levanté de mi cama de un salto y me dirigí al baño, en donde me lavé las manos y terminé de desvestirme para darme una larga ducha. Al salir, me senté delante de mi escritorio, ya vestido y con una toalla rodeando mi cuello. Con esta, me comencé a secar el cabello.

Afortunadamente, tenía una extraña habilidad —o suerte— que hacía que siempre necesitara satisfacer mis necesidades fisiológicas en momentos oportunos en donde me encontraba solo.

Es decir, nunca había tenido erecciones en lugares públicos o situaciones desafortunadas.

Llevaba toda la mañana solo, porque mis padres se habían ido con Eira a hacer "cosas", explicado así por ella. Tampoco intenté indagar mucho, sabía que odiaba que lo hiciera, por lo que me callé. Airy, en cambio, se encontraba en el médico, revisando su pierna. Al parecer, se estaba curando con rapidez, por lo que, si no la forzaba mucho, podría volver a correr en unas semanas, aunque hoy había ido para ver si le podían sustituir la escayola por una tobillera o algo menos llamativo.

Escuché una voz a través de mi ventana, así que bajé para abrir la puerta, esperando que fueran mis padres.

—Hola, mamá... —Me callé al ver quién era en realidad.

—No sabía que tenías ese tipo de fetiches —dijo con burla.

—Nissiro Walsh. —Hice una mueca, sintiendo una rara mezcla de emociones en mi pecho al recordar que acababa de masturbarme pensando en él.

Qué encuentro tan puntual.

Me sentía como un pervertido, pero en mi defensa, estaba seguro de que todos pensábamos en alguien que nos gustaba mientras hacíamos estas cosas, si es que nos gustaba alguien... o si lo hacíamos. Incluso Niss.

—Mya Hilliard —repitió con burla—. Se nota que te apetecía verme.

—Que te den —gruñí.

—Anda, ¿sigues enfadado por lo que pasó el otro día? Solo fue una broma.

—Tan buena que me sigo riendo hasta ahora. —Rodé los ojos—. La próxima vez no lo cuentas, Niss.

—Mya, Mya, Mya, tan rencoroso como siempre —rió él.

—Y así te gusto —suspiré, girándome y cerrando la puerta en su cara—. Airy no está en casa.

Sin embargo, colocó un pie entre la puerta y el marco, impidiendo que esta se cerrara por completo.

—No vengo a por él, sino a por ti.

—¿A por mí? —Me señalé a mí mismo, incrédulo.

—Sí, se supone que iba a salir con Airy a pasear por la ciudad, pero el maldito me ha cancelado en el último momento, así que vengo a secuestrarte a ti.

—No, no, ni lo sueñes.

Intenté huir hacia el interior de mi casa, pero él me atrapó por la cintura y cerró la puerta principal.

—Venga, nos lo pasaremos bien.

—No me va eso de ser la segunda opción, Nissiro.

—Jamás serías mi segunda opción. —Hizo un puchero.

Sentí mis mejillas calentarse mientras apartaba la vista de él, evitando que me viera sonrojado.

Vale, técnicamente, se podría considerar una cita y, ¿tener una con Niss? ¿Cuándo podría tener esta oportunidad de nuevo?

—Eso dices, pero me acabas de decir que...

Me cubrió la boca.

—Solo acepta, por favor —suplicó.

Hacerse de rogar era divertido, sí.

—¿Qué gano yo? —Quité su mano de mi boca—. Tú tendrás mi compañía, pero ¿qué tendré yo?

—¿La mía?

—No me sirve. —Me deshice de mi agarre.

—Oh, vamos, Sunshine, haré lo que sea, pero no me dejes solo —rogó.

—Invítame a cenar.

—¿Solo eso? —Frunció el ceño.

¿Cómo que solo eso?

—¿Qué te esperabas que te pidiera? —pregunté, confundido.

—Conociéndote, hubieras pedido cosas que no soy capaz de conseguir.

—¿Qué imagen tienes de mí? —Fingí ofenderme.

—La que me das. —Se encogió de hombros.

—Que sepas que esta te la guardo —siseé—. Odio los planes improvisados.

—Anda, será divertido. Será una forma para que aprendas a soltarte un poco.

—No necesito eso, estoy bien teniendo todo controlado.

—De eso nada. —Me tomó de la mano y comenzó a arrastrarme hacia fuera.

—Oye, ¿adónde crees que me llevas? —cuestioné.

—¿Al plan que acabas de aceptar?

—Ni siquiera me he preparado —repliqué.

—Pero si vas bien —resopló.

—Sí, todo despeinado y con el pijama, claro que sí.

—En mi defensa, te ves bien de cualquier manera. —Se cruzó de brazos.

—Qué tonterías dices —balbuceé—. Espérame en el salón.

Le di un pequeño empujón y corrí hasta mi habitación, sintiendo mi cara aún más caliente que antes.

¿Siquiera se daba cuenta del efecto que tenía en mí?

Me revolví el cabello con las manos, liberando un poco del nerviosismo que me estaba carcomiendo.

Yo había planeado tener un sábado tranquilo, no una cita con Niss. Aun así, no me quejaba.

Escogí sabiamente un conjunto que se viera bien y que abrigara. Sí, quería que pensara que estaba guapo, pero no que me diera una hipotermia.

Me coloqué un jersey negro ajustado de cuello alto y unos pantalones cargo sencillos del mismo color. Para terminar, agarré un abrigo largo grisáceo y una bufanda.

Me miré en el espejo y asentí lentamente.

Estaba bien así, ¿verdad?

No iba ni muy arreglado ni muy desarreglado. Además, Niss llevaba una sudadera con una chaqueta por encima, lo mío no podía estar tan mal.

Bajé las escaleras. Él no pareció darse cuenta de mi presencia, porque me acerqué sigilosamente por detrás para asustarlo, como siempre hacía él.

—Buh.

—¡Santa Madre, Mya! —Cayó en el sofá, con los ojos muy abiertos.

Yo solo me reí a carcajadas, celebrando mi exitoso plan.

—Dulce venganza —suspiré, calmándome.

—Rencoroso —refunfuñó.

—Como si fuera algo nuevo —reí—. ¿Vamos yéndonos?

Él asintió mientras me miraba embobado de arriba a abajo.

—¿Te he dicho que te ves espectacular?

Me sonrojé sin saber cómo reaccionar.

—Ya sabes, la suerte de la genética —titubeé, girándome y sentándome en el suelo del recibidor para calzarme unas botas negras.

—No creo que eso tenga que ver —rió—, pero lo que tú digas.

Me levanté de un salto y él se acercó a mí, abrió la puerta, dejando que una fría brisa nos golpeara el rostro.

—Te sigo —susurré.

No sentía mi nariz.

El frío había congelado mi cara, aunque llevase la bufanda cubriéndome la mitad del rostro.

—Pronto llegaremos a un lugar caliente —exhaló Niss, expulsando vaho por la boca.

Adorable.

—Se me están congelando las extremidades —declaré.

—Aguanta un poco —rió.

Asentí y me metí las manos en los bolsillos para mantener el poco calor que les quedaban.

«Agárralo de las manos», dijo mi voz interior.

Mi cuerpo obedeció instantáneamente, sin dejar que mi cerebro tuviese tiempo para procesarlo. Él pareció sorprendido, pero no se apartó, solo sonrió. Sus manos estaban calentitas, a diferencia de las mías.

—Me lo debes —me excusé.

—Tampoco iba a quejarme. —Entrelazó nuestras manos.

Volví a acomodar mi bufanda, a pesar de que estaba bien puesta.

La única ventaja del frío invernal era que mi sonrojo era más fácil de ocultar, porque: uno, tenía la cara cubierta y dos, las bajas temperaturas de por sí enrojecían mi piel.

—Hemos llegado —anunció, deteniéndose delante de la puerta del centro comercial.

—Curioso concepto de pasear por la ciudad —murmuré.

—¿Eso es bueno o malo? ¿A qué te refieres?

—Ninguna de las dos. Simplemente, ¿esto es lo que siempre haces con Airy?

—No —replicó—. He venido aquí porque sé que hay cosas que nos gustan a los dos —musitó.

Ha pensado en mí.

Me estaba aguantando las ganas de llorar y gritar de la emoción.

—¿Y qué cosas nos gustan a los dos? —Alcé una ceja.

—¿Librerías, cafeterías, tiendas de música...? —respondió, dudoso.

—Mnh. —Asentí con lentitud. Entramos al edificio, en donde la calefacción nos golpeó repentinamente y con fuerza—. Por fin una fuente de calor.

—Si tenías tanto frío, podrías habérmelo dicho —sonrió.

—¿Para? —Tiré un poco de mi bufanda—. ¿Qué hubieras hecho?

—Remediarlo. —Hizo un puchero.

—¿Y cómo se supone que lo remediarías?

—¿Dándote un abrazo? —inquirió.

—Ah, ¿y a qué estás esperando? —Abrí mis brazos.

—¿Qué? Digo, sí, era broma, pero no —titubeó. No obstante, se acercó a mí y me tomó por la cintura.

Nos fundimos en un cálido abrazo que disfruté.

Cuando nos separamos, se giró, completamente avergonzado. Tomó mi mano y comenzó a arrastrarme por el centro comercial mientras balbuceaba cosas sin sentido y nerviosamente.

No pude evitar reírme y solo lo seguí en silencio, contemplando su figura distraídamente. Un gigantesco árbol de Navidad que había en medio del establecimiento llamó mi atención.

Era verdad, pronto sería Nochebuena.

Mi familia no solía celebrar estas fechas, pero por la insistencia de Airy, mi madre comenzó a hacer una gran cena. Más tarde, la familia de Niss también comenzó a invitarnos a la suya (seguramente por Airy) y, al final, acabó por convertirse en tradición.

—¿Tanto te gusta el árbol de Navidad? —preguntó Niss, parando de caminar y observando en la misma dirección que yo.

—Solo me parece que es muy bonito —refunfuñé.

—Pues este año, el nuestro es más bonito y encima, decorado por el maestro, es decir, yo —presumió.

—Entonces debe ser un circo de luces. —Rodé los ojos.

—Mya —dijo con un tono de reproche.

—Era una broma. —Entorné los ojos de nuevo—. Seguramente, se verá muy bonito.

—Ahora ya no me sirve —bufó.

—Pues llora. —Me encogí de hombros.

—Qué mal me tratas. —Me abrazó por la cintura y apoyó su barbilla sobre mi hombro.

—¿Sabes qué podemos hacer? —musité cuando se me ocurrió una idea nueva. Murmuró algo inentendible que asumí que era una respuesta negativa—. Comprar los regalos de Navidad juntos.

—Pues sí, es buena idea.

—Hagamos eso entonces —sonreí y agarré su mano mientras tiraba de él hacia una librería.

Mi primer regalo iba a ser para él, y no sería solo uno, sino varios. Lo tenía claro desde el principio.

A pesar de que el centro comercial estuviese tan lleno por esas fechas, no parecía tan bullicioso como lo era en un día común. Quizá tampoco era una de los mejores conceptos para una cita, pero mientras fuera con Niss, ¿no era eso suficiente?

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Perdóóóón, he tardado mucho en actualizar y ni siquiera lo estoy haciendo un viernes, pero porque no he estado cumpliendo mis horarios JLKHSDLKA.

La verdad es que ha habido muchísimas razones, la primera es que he estado corrigiendo STO y actualizándolo, ahora me toca hacerlo con HEL. La segunda han sido todos lo exámenes que tengo y estoy por tener, para los cuales no he empezado a estudiar y debería. La tercera es que este capítulo me ha tenido bastante bloqueada, porque no sabía cómo seguirlo, pero justo hace una hora, se me ha encendido la bombilla y estoy feliz. No voy a prometer un capítulo nuevo este viernes, porque no sé si lo cumpliré, pero es mi intención.

Además, ¿UNA CITA???? Jej, ahí lo dejo. Mientras, iré editando otras cosas que tengo escritas para otras novelas, estad atentxs :)). 

UN BESAZO A TODXS Y GRACIAS POR LEER <3.

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