Capítulo 5: Expuesto.

❝ Maybe you should fall, that's what rivers do ❞

La vuelta a clase fue exactamente como lo predije. Nada más entrar al aula a primera hora, el profesor ya nos había mandado cinco páginas solo de deberes. Lo mismo se repitió a segunda y tercera hora. Afortunadamente, había conseguido sobrevivir hasta la hora del almuerzo.

—Esto de ser el futuro de la generación no me gusta —bufó Arley.

—Mira el lado bueno, de ti ya no esperan nada. —Me encogí de hombros.

—Que sí, que sí, que eres muy inteligente y sacas buenas notas —dijo con burla.

—De hecho, la que tiene buenas notas es Nix —suspiré.

Esta solo sonrió con inocencia mientras metía algunos libros dentro de su taquilla.

—Entonces, ya está claro, ¿no? Nix nos tiene que mantener. —Arley se apoyó en la taquilla de al lado.

—Por favor —reí—. Por cierto, ¿la falda del uniforme tiene un nuevo diseño? Te queda bien, Nix.

—Gracias, Mya. —Se enderezó y dio un par de vueltas mostrando la falda.

—Te queda genial, aunque sea la del uniforme. —Arley la tomó por la cintura y le plantó un beso en los labios.

Era bonito que tus amigos fueran pareja y fueran felices, pero tener que presenciar estas escenas únicamente me recordaban lo solo que estaba.

—Qué buen clima, eh. —Giré la cabeza.

—No seas tonto, darling, a ti también te queremos. —Nix se abalanzó sobre mí y dejó un beso en mi mejilla mientras me abrazaba por el cuello.

—Qué linda que eres, Nix. —La apreté contra mí mientras le sacaba la lengua a Arley.

Los tres reímos y nos dirigimos a la cafetería. Al entrar, tuvimos la mala fortuna de encontrarnos a Austin.

—¡Ethan, deja de vestirte de mujer! —Él y su grupo de amigos se rieron.

Nix no reaccionó y siguió a lo suyo, al igual que Arley. Desafortunadamente, estábamos acostumbrados a esos comentarios de mierda. Sin embargo, que estuviera acostumbrado no significaba que lo fuese a dejar pasar.

Nadie se metía con mis mejores amigos más que yo mismo.

—Oye, Austin, ¿celoso de que aun así reciba más atención femenina que tú?

—Tú, pedazo de imbécil, no te creas mucho porque estoy seguro de que a ti te van estas cosas.

—¿Con estas cosas te refieres a follarme a tu madre? Pues sí. —Me encogí de hombros.

Nix, quien había estado callada todo el rato, dejó escapar una risa, pero la de Arley la opacó rápidamente.

—¿De qué se ríe el gay? —bufó el mono.

Que el pobre fuera tan corto de mente estaba acabando con mi paciencia lentamente.

—Mira, Austin, que sí, que estás celoso de que Nix se vista mejor que tu madre y que le dé la atención que deseas a Arley, pero no hace falta que lo muestres tanto, ¿sabes? Ya se podría considerar acoso lo tuyo. —Hice un puchero fingido y me puse en la fila junto a mis amigos para poder servirme comida.

Discutir con imbéciles me daba hambre.

A pesar de que me dijo más cosas, lo ignoré olímpicamente. Llegaba un punto en el que ya me daba pereza tener que procesar su lenguaje de primate para poder entenderlo.

—Lo de follarte a su madre ha estado bien —musitó Nix.

—Gracias, cortesía de Airy —sonreí—. ¿Te encuentras bien?

—Sí, estoy acostumbrada a sus imbecilidades, ya sabes.

—Con Mya no te enfadas por responderle —refunfuñó Arley.

—Porque él no se mete en peleas, Arley. —La pelinegra rodó los ojos mientras sonreía.

—¡Pero yo tampoco! —rebatió el rubio.

—No sabía que las sillas casualmente volaran a las cabezas ajenas —murmuré.

—¡Cállate, Mya! —ordenó.

Levanté las manos y asentí lentamente mientras agarraba mi bandeja y me sentaba en alguna mesa lo más alejada posible del circo. La ventaja de alejarse de ellos era que no seríamos objeto de sus burlas, lo malo era que tenía que estar alejado de Niss y mi hermano.

Mis mejores amigos me siguieron y se sentaron a mi lado.

—Si tan solo Niss no se sentara con esos imbéciles —suspiré.

—Sigo sin saber por qué se lleva bien con ellos. —Nix le dio un bocado a su sándwich.

—Porque forman parte del mismo equipo de fútbol —señaló Arley.

—FIFA tenía que ser. —Negué con la cabeza—. Como a mí me gustan.

—Escucha, mejor FIFA que Austin —indicó Nix.

—Vale, sí, eso es obvio —reí —. Prefiero mil veces a Niss.

—¿Para qué me prefieres a mí? —interrumpió el mencionado.

Creo que en el momento en el que se acercó a mí por detrás y tocó mi hombro, solté un grito muy agudo, e incluso salté de mi asiento.

—Niss —pronuncié lentamente—. ¿Cómo tú por aquí? —Me giré para verlo mientras mostraba la sonrisa más forzada que había hecho jamás desde hacía un tiempo.

—He escuchado que hablabas de mí y me he acercado. —Se encogió de hombros.

—Sabes que eso es ser un cotilla, ¿no?

—Seré cotilla, pero al menos me enteraré de las cosas que dicen sobre mí.

—Pues no voy a decirte nada, así que ya puedes ir yéndote. —Le di un pequeño empujón.

—Eso solo hace que quiera ser aún más cotilla. —Soltó una carcajada—. Anda, dime lo que le estabas contando a tus amigos.

—No te voy a decir nada...

—Le pareces muy guapo a Mya —respondió Nix por mí.

Abrí mucho los ojos mientras observaba cómo ella sonreía inocentemente y cómo Arley contenía la risa.

—Cabrona —siseé—. ¡Eso no es cierto!

—Auch, y yo que me había ilusionado. —Hizo un puchero y se sentó sobre la mesa, apoyando sus pies sobre el banco—. ¿Me puedo acoplar?

—Sí, claro —replicó la pareja al unísono.

—¡No! —espeté yo.

—Mayoría —sonrió Arley.

—Traidores —gruñí.

—Sigo delante —murmuró Niss—. Si quieres, me voy, lo que menos quiero es molestar.

—No, ahora te quedas.

—Vale, no discutiré para irme. —Volvió a sonreír.

¿Quieres parar de sonreír? ¿Acaso no ves que estoy cayendo lentamente por ti?

—En fin, ¿qué te cuentas?

—Núm...

—Como digas números, te echo de la mesa. —Se calló al instante y desvió la mirada—. Cabrón.

—Wow, últimamente tienes la boca muy sucia, Mya —comentó Niss.

—Si te molesta, puedes limpiarla tú... —Debía dejar de seguirle las bromas—. Es broma.

—No me molesta, pero podría hacer lo segundo...

—¿Necesitáis que nos vayamos para que sigáis vuestro coqueteo? —cuestionó Arley.

—¿Coqueteo? ¿De qué habláis? —Airy apareció e imitó a Niss, sentándose sobre la mesa y apoyando su pierna rota en el asiento.

—Nada —tosí mientras miraba mal a todos. Pensé en algún tema para cambiar el rumbo de la conversación porque, lo que menos deseaba, era que Airy supiera que estaba enamorado de Niss y que a veces coqueteaba de broma con él—. Oye, sabéis que las mesas están para comer y no sentarse. ¿no?

—¿Quién lo dice? —Airy sonrió socarronamente.

—Airy, no comencemos porque sales perdiendo contra mí. —Fruncí el ceño.

—Baja esos humos, Mya, no eres el único que ha sido productivo durante la ventisca —advirtió.

—¿Productivo? —pregunté confundido—. Literalmente, me pasé tres días tumbado en la cama de Niss mientras que él que era productivo.

—Ojo, tumbado en la cama de Niss —murmuró Arley a Nix, yo respondí con una mala mirada.

—Niss no me ha dicho eso.

Ambos, confusos, lo miramos al mismo tiempo.

—Sí que fuiste productivo: aprendiste a tocar la guitarra, me ayudaste a componer ya sabes qué —contestó mirando de reojo a mis mejores amigos—, y me ayudaste a limpiar mi habitación.

—Saben que compones, no te preocupes por mencionarlo.

—Ah, pues eso, hiciste mucho. —Se encogió de hombros.

—Creo que tienes un concepto un poco distorsionado de lo que es ser productivo —declaré.

—El que tiene el concepto distorsionado eres tú, Mya —señaló Nix—. Tu productividad tóxica te va a hacer mal tarde o temprano.

—¿Productividad tóxica? ¿Qué oigo? Mentiras y más mentiras. —Me crucé de brazos.

—Literalmente, una vez, te pusiste a llorar porque solo habías pasado 3 horas haciendo deberes en vez de 6. Si eso no es productividad tóxica, no sé qué lo será. —Alzó un ceja.

—¡Tenía mis razones! —discutí—. ¡Deja de exponerme, imbécil!

—¿Siempre es así de agresivo? —preguntó Niss.

Ninguno de mis mejores amigos respondió, pero ambos se miraron con complicidad, dando a entender que sí que era así.

No iba a mentir, a veces me salía la vena agresiva, pero tenía mis argumentos.

Estar rodeado de adolescentes hormonales durante 6 o 7 horas, no era precisamente mi actividad favorita del mundo y, muchísimo menos cuando entre estos, había gente como Austin.

—Sois unos cabrones —suspiré.

Durante lo que pensé que sería un almuerzo tranquilo, mis mejores amigos estuvieron intentando que me juntara más con Niss mientras mi hermano no se enteraba de nada y se burlaba de mí.

Por eso decían por ahí que, para qué tener enemigos si podías tener mejores amigos como los míos, a Airy y a Niss.

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Holaa, bueno, este capítulo es un poco más cortito que el resto, pero es como una introducción a la vida estudiantil de Mya. De ahora en adelante, se desarrollará todo jej.

Como veréis, esta vez también tenemos personajes terribles como Austin 💀.

En fin, eso qkdkw, y por cierto, a partir de ahora, intentaré que las actualizaciones sean cada viernes para mantener un ritmo e incluso haré maratones si puedo :)).

Besitos y esta vez, no de media mañana, sorprendente, lo sé.

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