Capítulo 28: La suave brisa y los rayos de sol.

❝ Whisky on ice, Sunset and Vine. You've ruined my life, by not being mine ❞

—Niss, despierta. —Lo agité un poco, viendo que no me hacía caso, aumenté la fuerza—. ¿Niss? Niss, Niss.

Lo sujeté por la cabeza y comprobé su respiración.

—No estoy muerto aún, Mya —rió este cuando acerqué mi oreja a su nariz.

Me sonrojé y me aparté rápidamente.

—Me habías asustado —mascullé.

—Lo siento, no te había escuchado. Últimamente, tengo el sueño muy profundo, no sé. —Se rascó la nuca.

—Los medicamentos, seguramente.

—A ver, sí, pero ya he vuelto a mi dosis normal —contestó.

—Tu cuerpo aún se está acostumbrando.

—También, aunque aún no se ha acostumbrado a estar sin ti —dijo antes de abalanzarse sobre mí y abrazarme, apoyando su cabeza sobre mi pecho.

—Niss, tenemos que levantarnos —musité.

—¿Por? ¿No podemos estar cinco minutos más?

—Por poder, podemos, pero estamos a nada de llegar a la casa de la playa —repliqué.

—Entonces, nos podemos quedar así hasta que lleguemos.

Dejó un beso sobre mi frente y después sobre mis labios para luego tumbarse de nuevo.

Nos encontrábamos en la caravana alquilada, rumbo a la playa en un viaje en conjunto, tanto con Hass y sus amigos como Arley y Nix. Sin embargo, mientras Niss y yo habíamos estado durmiendo en la parte trasera, ellos se encontraban en la zona de la cocina y asientos principales, charlando y comiendo aperitivos.

Debido a que vivíamos muy centralizados, tuvimos que hacer un viaje de más de cuatro horas para llegar a una ciudad costera. No estaba muy emocionado y tenía ganas de vomitar después de todo ese tiempo dentro de un vehículo, encerrado, pero tampoco me interesaba fastidiar la emoción del resto.

—Oye, ya podríais despertaros —bufó.

—No quiero —masculló Niss, como un niño pequeño.

—Pues vale —contestó Airy y se fue.

Entrecerré los ojos sin entender la situación.

¿Quizá seguía soñando?

—Deberíamos levantarnos —sugerí.

Niss rodó los ojos, pero obedeció haciendo un puchero.

—Odio esto.

—Ya tendremos tiempo para estar juntos en la playa, la casa, el parque o donde sea. —Acaricié su cabeza.

—Tiempo es lo único que no tenemos —rió, pero se puso de pie y me ofreció una mano, inclinándose un poco.

Cuando la tomé, besó el dorso, sonrojándome y me guio a donde estaban todos.

—La parejita por fin ha aparecido —resopló Arley.

—¿Te callas? Gracias —gruñí—. Me he levantado porque me han dicho que habíamos llegado.

—Papá está aparcando —comentó Hass.

Asentí lentamente y hundí mi cabeza en el pecho de Niss mientras lo rodeaba con mis brazos.

Él me abrazó de vuelta y aprovechó para acariciar mi cabello.

—¡Ya hemos llegado! —exclamó tía Audrey, volviendo a aparecer de la nada.

Realmente no me explicaba cómo Niss había heredado tan equitativamente los rasgos de sus padres.

Comenzamos a bajarnos uno a uno, agarrando nuestras bolsas.

De alguna forma, tía Audrey consiguió convencer a los padres de todos para que les dejaran venir, acabando por ser diez adolescentes y un niño, cuidados solo por dos adultos. Esto iba a acabar en desastre con todas sus letras.

—Quiero ir a la playa, ahora —ordenó Logan.

—Ni siquiera hemos tenido tiempo para dejar las cosas en casa y cambiarnos —replicó tío Henry.

—Detalles —indicó Hass, pasando por su lado y abriendo la puerta de la casa alquilada—. Lo hacemos ahora y rapidito y solucionado.

—Sí, sí, sí, rápido, así vamos deprisa —insistió el pequeño.

—Os dais cuenta de que aun así habrá que andar quince minutos para llegar a la playa, ¿verdad? —inquirí.

—Detalles —repitió el pelinegro.

Bufé y todos lo seguimos. Nos repartimos en habitaciones como la última vez, dejamos nuestras cosas y en cuestión de minutos, ya estábamos todos reunidos en el salón, cambiados.

—Esa no es ropa para ir a la playa —señaló Tyler, agarrando mi camiseta y toqueteándola con sus dedos.

—No me voy a bañar. —Me encogí de hombros.

—Vienes a la playa, ¿para no bañarte? —Entrecerró los ojos.

—Vengo para acompañaros.

—Eres un aburrido —se quejó—. Voto por que lo echemos del grupo.

—¡Oye! No puedes hacer eso.

—Yo voto a favor —se unió Hass, apoyándose en el hombro del rubio.

—Yo también. —Ben levantó su mano.

—¿Me estáis jodiendo? Este complot es un circo —resoplé.

—Pues cámbiate —dijo Tyler con un tono burlón.

—Ty, no insistas, ¿quieres? —rió Niss, acercándose por detrás de mí—. Mya no se va a bañar.

—Qué aburridos que sois. —Hizo un puchero, pero obedeció.

—Si ya habéis terminado de discutir, ¡rumbo a la playa! —chilló el menor, corriendo hacia la puerta, seguido por el resto.

Mis mejores amigos me miraron con pena, comprendiendo la situación. Sin embargo, yo les sonreí para despreocuparlos. Arley me dio un abrazo y Nix un beso en la mejilla y siguieron su camino sin comentar nada, sabiendo que era mejor que actuaran normal a que comenzaran a hacer preguntas incómodas.

A pesar de que no me iba a bañar, llevaba un bañador, así que no entendía sus quejas. Era verdad que llevaba una camiseta de manga corta y zapatillas, pero al menos aparentaba algo.

No es que odiara bañarme en el agua, simplemente no me gustaba quitarme la ropa frente a otros, y más si eran desconocidos.

Además, les ahorraba los traumas de verme. Seguramente, Tyler no sabía de mi relación con la comida y tampoco quería que se enterase viéndome.

Costillas que sobresalían y vértebras marcadas no eran cosas nada agradables de ver, lo sabía perfectamente, porque si ni siquiera a mí me gustaba verme en el espejo, ¿cómo lo iban a hacer el resto de personas?

—Antes de que se te llene la cabecita de tonterías, eres hermoso —susurró Niss cerca de mi oreja, dándome la mano mientras andábamos por la calurosa calle.

—No sé de qué hablas. —Desvié la mirada.

—Debes estar pensando en lo mal que se debe ver cada parte específica de tu cuerpo que tú mismo odias cuando eso solo es tu percepción, porque eres precioso.

—Dices eso porque nunca me has visto sin camiseta —repliqué.

—Y si lo llego a hacer, mis palabras no van a cambiar. —Se encogió de hombros—. Quitando todo eso, sé lo difícil que ha sido para ti comenzar a utilizar ropa corta, así que no te estreses, ¿sí? Mya, poco a poco.

—Supongo.

—¿Cómo que supones?

—No sé, pensaba que todo estaba bien, pero últimamente la comida se me vuelve a hacer bola en la garganta. No quiero que tía Audrey se entere y se decepcione porque no estoy avanzando. —Agaché la cabeza.

—Mya... —Se acercó para abrazarme, aunque era algo difícil de hacer mientras caminábamos—. El proceso no siempre es lineal. Tienes que entender que darte cuenta del problema ha sido el primer gran paso y que intentar solucionarlo es el segundo. Deberías valorar el progreso, no los resultados, ¿sí?

—Pero...

—Pero nada —me interrumpió—. Mya, ¿te crees que no me he dado cuenta de lo mucho que te ha costado volver a usar ropa ajustada o corta? ¿Comenzar a comer más y no ir al baño después? ¿Que no te he visto alejarte del espejo en vez de mirarte durante minutos enteros haciendo muecas? Sé que para ti eso son cosas básicas, pero no entiendes lo impresionante que eres solo por esto.

Entrelazó nuestras manos.

»Deja de menospreciar todo lo que eres, ¿vale? Lo estás haciendo genial y es normal que en los procesos de mejora haya altibajos. No se puede ir en línea recta. Es normal caer, pero tienes que aprender a levantarte, eso es lo importante, ¿vale? Y no me voy a callar hasta que me digas que sí.

Abulté mi labio inferior y musité un bajo "sí".

En respuesta, dejó un beso en mi sien y después en mi mejilla, aunque yo quise que fuera en los labios.

Para cuando quise darme cuenta, ya habíamos llegado y Logan estaba desesperado buscando un sitio para colocar las toallas. Había bastante bullicio en la playa, aunque era normal, todos debían estar disfrutando de sus vacaciones.

Nada más encontrar sitio y tirar nuestras cosas desordenadamente, los más pequeños corrieron directo al agua, dejándonos a cargo de vigilar las pertenencias.

Niss rió al ver de lejos cómo Hassel se ahogaba con los tres litros de agua que Kyle, otro de los amigos de Hass que acababa de conocer, le estaba tirando encima, sin parar.

Logan en cambio, estaba acaparando toda la atención de Zack, obligándolo a levantarlo y a jugar con él, aunque parecían divertirse mucho.

—Os podéis ir al agua todos, si queréis. Yo me quedo vigilando las cosas —sonreí.

—Si te crees que te vamos a abandonar para irnos a jugar —comenzó a hablar Airy—, estás totalmente en lo correcto.

Y corrió hacia el agua, arrastrando a Niss con él y tirándome sus camisetas. Reí y miré a los padres de Niss.

—¿Estás seguro, Mya? Nos podemos quedar contigo. —Tía Audrey me miró apenada.

—No pasa nada, disfruta de la tarde con tío Henry, lleváis mucho tiempo sin salir juntos. Yo ni siquiera quiero bañarme.

Después de unas dudas, dejaron todo a mi cargo y se fueron juntos al agua, quedándome a solas.

Los primeros cinco minutos, los observé a todos jugar, pero cuando me aburrí, saqué el móvil para empezar a escuchar música o leer un libro, lo que más me pudiera distraer en ese momento.

Me quedé inmerso leyendo, sin darme cuenta de la presencia de Niss hasta que abrió la boca.

—Entonces, deslizó sus manos hasta su cintura y siguió por dentro de sus pantalones para agarrarle el pen...

—¡Cállate la boca, Nissiro! —espeté, avergonzado y apagando el móvil al instante.

Él carcajeó mientras se secaba el pelo con una toalla.

—No sabía que leías esas cosas impuras.

—Impura tu mente, lo has leído sin contexto —argumenté.

—No sabía que para agarrarle el pene a alguien tuvieras que tener contexto, curioso saberlo —se burló.

—¡No lo digas!

—¿Qué cosa? ¿Pene? No me digas que te da vergüenza la palabra.

—No, claro que no, tengo uno, ¿por qué me iba a avergonzar? ¡Eso no significa que tengas que estar repitiendo la palabra todo el rato!

—¿Pene? Pene, pene, pene —repitió.

Me cubrí la cara, completamente rojo.

—Eres como un niño pequeño —declaré—. ¿Cuando lo hagamos también estarás repitiendo pene todo el rato? Porque si es así, no quiero.

—Guau, ¿cuando lo hagamos? ¿Es esa una propuesta indecente, Hilliard? —Se acercó peligrosamente a mí.

—Si no tenías planeado que folláramos en algún momento, no tenemos que hacerlo. —Fruncí el ceño.

—No, no, yo no he dicho nada de eso —rió—. Ya cuando sea el momento, no te presiones.

—No me presiono. —Agaché mi cabeza, ocultando mi sonrojo.

Él carcajeó con más fuerza y se sentó a mi lado.

—Qué adorable eres cuando te sonrojas.

Apoyó su cabeza sobre mi hombro.

—Que te den, Nissiro Walsh —bufé.

—Si eres tú, no me niego. —Rodeó mi cintura con sus brazos y dejó un beso en mi mejilla.

—Por Dios —me lamenté—. ¿Qué haces aquí?

—Quería descansar.

—Oh, ¿quieres algo de beber o comer? He traído comida. —Comencé a rebuscar en mi bolsa.

—¿Tú estás entre las opciones? —preguntó con diversión.

—Lamentablemente para ti, no. —Abulté mi labio inferior—. Al menos no ahora.

—¿Eso significa que más tarde sí? —Alzó una ceja.

—Quizá. —Me encogí de hombros—. Ya lo descubrirás.

Esbozó una sonrisa de oreja a oreja y se pegó más a mí.

—¿Tienes algo de azúcar?

Le pasé unas galletitas de chocolate, sus preferidas.

—Pensaba que pedirías algo así —expliqué antes de que comenzara a picarme de nuevo.

—Siempre pensando en mí, qué romántico —rió. Abrió el paquete y comenzó a comer—. Quitando el hecho de la ropa, ¿de verdad que no te quieres bañar?

—Bueno, estaría bien, supongo. —Me encogí de hombros.

Asintió y siguió comiendo.

—¿Alguna vez has bebido ginebra? —preguntó de la nada.

—Niss, soy menor de edad. —Lo miré, incrédulo.

—Yo no —sonrió maliciosamente.

—¿Y cuál es tu plan?

—Esta noche, cuando mis padres y Logan se vayan a dormir... —Dejó la frase al aire.

—¿Van a ir todos?

—Sí —sonrió inocentemente.

—Supongo que me acoplaré.

—Nada de suponer, te obligo —rió—. No hace falta que bebas, solo quiero que estés presente.

—Vale —mascullé.

—Si no quieres, no te voy a obligar, Sunshine —murmuró.

—No, está bien, quiero ir —sonreí.

Me miró y farfulló algo que no entendí, pero se sonrojó y miró en dirección a donde estaba el resto.

Lo observé con curiosidad, preguntándome qué habría dicho, pero le resté importancia y seguí viéndolo. A él también se le marcaban las costillas, la clavícula y la cadera. Estaba perdiendo mucho peso en poco tiempo, pero de alguna forma, no era tan notorio.

La suave brisa acariciaba su cabello, dándole un aire despreocupado, como si no estuviera a punto de morir y el sol besaba su piel, haciéndolo brillar.

Y era por momentos como estos que me preguntaba, ¿cuántas veces más podría verlo así?

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No tiene nada que ver con el capítulo, pero me di cuenta de que en la playlist todas las canciones son sobre la pérdida de alguien y en los tags hay uno que es "muerte", KWJDKS solo digo que es curioso.

En fin, capítulo bonito porque Niss y Mya son bonitos <3. Yyyy, se viene más felicidad :D.

No quiero prometer nada, pero me he dado cuenta de que he estado subiendo un capítulo por día y podría hacerlo hasta terminar la novela y así podría decir que casi cada día del mes de junio habría actualizado KAJSKA.

Peero, no sé qué pensáis. ¿Capítulo cada día hasta terminar la novela o capítulo cada 3 días? A mí no me importa juas juas, lo que deseéis.

Es algo tarde y, así que besitos de media mañanaaa y nos vemos prontito.

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