Capítulo 11: No es lo que parece.

❝ Crawling back to you, too busy being yours to fall ❞

Jadeé con fuerza mientras intentaba respirar. Sentía todo mi cuerpo cosquillear. Las lágrimas se deslizaban con rapidez sobre mi rostro y caían sobre las sábanas.

Ah, cómo me encantaba la ansiedad.

Abracé mi cuerpo con las sábanas, conteniendo el aire que inhalaba por la nariz para calmarme. No estaba funcionando realmente, pero me consolaba de cierta manera el hecho de pretender que sabía lo que estaba haciendo. Me gustaba tener el control de las cosas, y por eso odiaba los ataques de ansiedad.

Por la furia, acabé por levantarme de mi cama y volteando todos los marcos de fotos que tenía junto a Niss. No me interesaba ese constante recordatorio de que jamás iba a pasar nada entre nosotros.

—Jodido Niss, te odio tanto —dije al aire.

—Pues vaya, siento que el beso fuera tan malo como para que me odies —resopló una voz en tono de broma a mis espaldas—. Y hasta para que hayas ocultado todas nuestras fotos juntas.

Salté del susto, tropezando con mis pies y cayendo, pero antes de abrirme la cabeza contra la esquina de un armario o mueble, Niss me sujetó por la cintura y agarró mi mano con su brazo libre.

—¿Niss?

—El mismo de siempre, vivito y coleando —sonrió con inocencia.

—Eres un cabrón —lloriqueé, dándole un golpe en el hombro.

—Pero, ¿qué he hecho ahora? —Frunció el ceño.

—Pensaba que eras un sueño. —Apoyé mi cabeza sobre su pecho y lo rodeé con mis brazos, con toda la energía que me quedaba, para que no escapase. No de nuevo.

—Ja, ¿yo? ¿Un sueño? ¿Tan bueno fui para que soñaras conmigo? —se burló, pero al ver que no me reía con él, correspondió mi abrazo y besó mi cabeza—. Oye, no llores más, ¿sí? Soy real y no me voy a ir. Estoy aquí.

—No te vayas.

—Ya te he dicho que no me voy a ir —resopló.

—Promételo.

—Te lo prometo, Mya, no me iré jamás, ¿vale?

Me puse de puntillas, agarré su rostro por sus mejillas y lo miré fijamente a los ojos.

—De nuevo.

—Te lo prometo. —Y entonces, presionó sus labios contra los míos brevemente—. ¿Así te sirve o te lo vuelvo a prometer?

—No, no me sirve nada, necesito que lo reafirmes aún más. —Junté nuestras narices y me pegué aún más a él.

Escuché una suave risa por su parte y deslizó sus manos hasta mis muñecas, guiando mis brazos hasta su cuello.

—Estaré aquí hasta que te hartes de mí, Mya.

Y volvió a darme un beso corto, y otro, y otro, y otro.

Si no hubiera tenido cosas que hacer, sabía que probablemente me habría quedado en mi habitación, a solas, con Niss.

El silencio se hizo presente entre los dos mientras nos cepillábamos los dientes y nos lavábamos el rostro.

Nada más volver a mi habitación, Niss volvió a abalanzarse sobre mí para besarme. Me aseguré de cerrar bien la puerta porque, lo que menos quería era que mi madre entrara de improvisto como solía hacerlo. Posiblemente, no iba a suceder porque era muy temprano y, aunque era madrugadora, las cinco de la mañana no parecía una hora productiva.

—Niss —murmuré sobre sus labios.

—Dime.

Se separó para mirarme a los ojos.

—¿No estamos yendo demasiado rápido?

—¿A qué te refieres?

Se sentó sobre la cama y yo junto a él.

—A todo esto; la confesión, tan repentina; los besos, como si estuvieras desesperado; no sé, todo. —Me encogí de hombros—. Tenemos tiempo. Yo aún tengo que asimilarlo.

Una risa brotó de su garganta. Era genuina e inocente.

—Lo siento, no había pensado en ello. Nos conocemos desde hace tanto que me he dejado llevar. —Acarició mi mejilla—. Por mí está bien si lo que necesitas es tiempo. Semanas, meses, lo que quieras.

Me sonrojé mientras fruncía el ceño.

—No necesito meses. Con unos días estoy bien —musité lo último—. Solo me preguntaba por qué tanta prisa.

—Supongo que porque llevo mucho tiempo esperando para poder decírtelo todo.

—¿Todo?

—Hay más cosas aparte de que simplemente me gustes —sonrió mientras se tumbaba.

—Pero hay tiempo.

—Eso es un pensamiento común, Mya.

—Tampoco es erróneo.

—Pero, ¿y si un día te despiertas y te dicen que solo te queda un año de vida o menos? —suspiró—. ¿No te arrepentirías por pensar así? ¿Por no haber aprovechado más el tiempo?

—¿Quizá? No sé, nunca me lo he planteado.

—No es un pensamiento recurrente, la verdad.

—¿Y tú por qué lo tienes?

—No sé, cuando me pongo filosófico, me pregunto muchas cosas.

—¿Y has llegado a esa conclusión? ¿La de que desaprovechamos el tiempo? —Vi cómo asentía con su cabeza por el rabillo del ojo—. ¿Y qué harás al respecto?

—Vivir cada día como si fuera el último.

Me tumbé junto a él y me apoyé sobre mi brazo para mirarlo. Él me imitó y quedamos cara a cara.

—Para qué hacer eso cuando la situación que has propuesto solo ocurre pocas veces.

—No sé. ¿Y si algún día me ocurre a mí? ¿Y si te ocurre a ti?

—Esto de tener que pensar tanto por la mañana creo que no es lo mío. —Entrecerré los ojos.

—Entonces no pienses tanto —río él—, estas son solo cosas mías.

Y para cuando me di cuenta, volvió a juntar nuestros labios. Sin embargo, esta vez fue más lento y relajado.

Solo éramos dos adolescentes que se gustaban y se estaban besando.

Sonaba estúpido, pero siempre había querido esto y no, no me refería solo a besar a Niss y gustarle, sino también a sentirme como un adolescente, uno normal.

¿Y lo mejor de todo? Que no estaba mal. Que no me sentía culpable. Que no era juzgado.

Que podía ser yo.

---
Hola 🤡, perdón, estuve bloqueada y no sabía cómo escribir el capítulo, pero por fin lo tengo.

Es relativamente corto, pero esa es la gracia, porque a pesar de ello, he podido plasmar lo más relevante jej.

Espero que os haya gustado y no, jamás fue un sueño. Nunca me ha gustado ese cliché y esta vez no iba a ser lo contrario.

Besitos de media mañana ✨.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top