Canción

—¿Se puede saber cuál es tu problema? ¡Es la segunda vez que te pido el informe y lo vuelves a hacer mal! Si aprecias tu trabajo, más te vale que esta vez lo hagas bien de una vez por todas ¡No me hagas perder el tiempo! ¡Ese informe es importante! —tu jefe tiró los papeles sobre tu escritorio después de gritarte un buen rato.
—L-lo siento, lo haré de nuevo.

Con una mirada de odio, se fue a su oficina, cerrando la puerta con fuerza. Mirabas los papeles pasando tus dedos por tu frente, pensando porqué lo estabas haciendo mal. Con el ceño fruncido y una expresión de preocupación, pensabas en la forma de arreglarlo.

—¡Pst! ¡Hey! —te llamaba alguien para que levantes la cabeza. De mala gana lo hiciste, mirando a Ana.
—¿Si? —preguntaste desinteresada.
—Ya es hora de irnos ¿Qué esperas? —preguntó intrigada.
—Pues... —suspiras profundamente— hoy saldré tarde, tengo que hacer de nuevo el informe y no me dejará salir viva sin él... ya sabes cómo es... —respondiste y volviste a bajar los ojos a los papeles.
—Ah... de acuerdo, me voy sin ti... cuídate ¿si? —contestó risueña como siempre.
—Sí, adiós... —le dijiste un poco cortante. Tenías que concentrarte en los papeles ya para arreglar el maldito informe.

—Hmm.... Algo le pasa, nunca se ha equivocado tanto con un informe nada más... —se preguntaba Ana un poco preocupada por su amiga.

Salió rápidamente de la oficina. Como [Nombre] se había discutido con las demás chicas, no le gustará la idea de que le pida ayuda a ellas para ver qué le sucede.

—Entonces... la única persona con la que puedo contar es Arthur... —dijo seriamente mientras bajaba en el ascensor dirigiéndose a la salida.

Buscó en su cartera su teléfono, del cual sacó el teléfono del inglés y lo llamó.

—¿Hola? —contestó la llamada el hombre, dejando los papeles que estaba leyendo.
—Hola, soy Ana, hay algo de lo que quiero hablar contigo y no puede esperar ¡Ahora mismo voy para allá y más te vale recibirme! —contestó la muchacha un poco agobiada.
—Pero... *BIP BIP BIP* —mirando como estúpido su teléfono, el rubio se preguntaba de qué demonios podía tratarse.

Ana aceleraba el paso lo más que podía camino a la empresa donde trabaja el novio de su mejor amiga. Por el camino recordó que la fecha estaba cerca, lo que no era muy bueno, y por lo cual suponía que su amiga estaba así de distraída.

Llegó al edificio y subió rápidamente para llegar junto al inglés. Se dirigió a la secretaria que se encontraba allí.

—Buenas tardes, vengo junto al señor Arthur —le comunicó muy tranquila con su sonrisa de siempre.
—Sí, un momento que se lo comunico —sonrió la chica tomando el teléfono y apretando un botón.
—¿Qué sucede?
—Aquí viene una señorita junto a usted.
—Hágala pasar.
—Bien —colgó el teléfono y mirando a Ana le dijo que podía pasar.

Ella fue a la oficina y entró rápidamente. Arthur levantó la mirada, observándola extrañado mientras ella se sentaba.

La chica lo miraba seriamente y después de suspirar y tomar aire, su expresión cambió por completo, a una muy preocupada.

—Estoy muy preocupada por [Nombre] —soltó sin más rodeos.
—¿P-por qué? —preguntó extrañado, comenzando a preocuparse.
—¿No has... notado algún comportamiento extraño? —preguntó mirándolo como si supiese algo.
—Hmmm... —el hombre se llevó la mano a su barbilla, pensando seriamente en los sucesos de los últimos días— Pues, lo único extraño es que anteayer a la madrugada estaba despierta, sentada en la cocina, y creo que estaba llorando... —respondió no entendiendo muy bien la situación.
—¡Lo sabía! —se levantó de la silla apoyando las manos en la mesa.
—¿Qué está pasando? —pregunto más confundido.
—Hmm... por lo visto no te lo ha dicho... es obvio... —contestó cruzando los brazos.
—Ya me estás asustando.... —Arthur se puso de pie sin dejar de mirarla, algo ya lo estaba inquietando.
—Sigh, mejor siéntate, es una larga historia —con un semblante serio, ella también se sentó.

Después de una larga conversación, Ana le contó cómo había llegado [Nombre] a la capital.

—Eso fue lo que pasó... y estoy segura que fue eso lo que soñó... suele pasar siempre cerca de estas fechas, pero creí que después de conocerte ya no tendría problemas con eso... —lo miró seriamente, como echándole la culpa.
—E-espera... no entiendo por qué me miras así... —el inglés se alejó un poco en su silla.
—Su cumpleaños está cerca... —dijo la chica, frunciendo su ceño cada vez más.
—Y... ¿eso qué? —estaba sintiendo que su vida corría peligro.
—¡Argh! ¡QUE ESO PASÓ EL DÍA DE SU CUMPLEAÑOS! —se levantó de su asiento, acercándose más al inglés.
—¡¿Qué cosa?! —también él se levantó del asiento.
—Sí... por eso no le gusta que llegue su cumpleaños, realmente lo odia y prefiere que nadie se lo recuerde —cruzó los brazos, volviendo a tener preocupación en su rostro.
—Y... ¿Qué debo hacer? —preguntó más preocupado que antes.
—Hace muchos años y no estoy exagerando, que no la veía tan feliz con alguien, así que estoy segura que de verdad te ama, como a nadie —volvió a sentarse sin despegarle la mirada al rubio— y yo realmente no sé muy bien cómo es la relación entre ustedes, ella jamás me cuenta nada —hizo un puchero— pero lo que quiero decir es, ¿de verdad la amas?
—Claro que sí... —contestó un poco nostálgico, volviendo a sentarse— ¿Acaso ella duda de eso?
—No es eso, lo que pasa es que, es un poco insegura...
—Ya veo... es eso...
—Sí, así que... en unos días es su cumpleaños, y... ¡más te vale hacerle algo especial! ¿entiendes? —se limpiaba unas cuantas lágrimas de sus ojos.
—No te preocupes —sonrió—, definitivamente lo haré...
—Eso espero, ¡o si no te juro que voy a castrarte! —se levantó de la silla sin dejar de limpiarse los ojos.
—Puedes estar tranquila, sé que te preocupas por ella, después de todo la conoces desde hace mucho, déjamelo a mí...
—Voy a confiar en tu palabra, ¡no me falles! —con una pequeña sonrisa se retiró de la oficina.

Arthur se quedó sentado en su silla, cruzado de brazos, mirando el techo, aunque realmente se estaba perdiendo en sus pensamientos.

—Así que... no somos tan diferentes... —esbozó una triste sonrisa, tapándose los ojos con una mano.

########################

Al abrir los ojos, miraste el reloj, 7:15. Te sentaste en la cama, Arthur no estaba. Miraste el calendario colgado en la pared. Esa fecha de noviembre que antes tanto detestabas, pero que ahora, realmente ya no te importa. Habías olvidado por completo que es tu cumpleaños.

«Por fin lo superé...» —pensaste con una sonrisa en tu rostro.

—Pff... Por eso Ana estaba tan preocupada en estos días, aunque no me decía nada.

Sólo esperabas que no se ponga paranoica o algo, porque tiempo atrás, en estos días estarías hecha un desastre.

Como hoy es sábado, podrás pasar el día con tu querido novio. Fuiste al baño para darte una ducha. Saliste del baño, te vestiste, fuiste a la cocina... Nada.

Fuiste a la sala y el inglés estaba sentado en el sofá.

—Buenos días —dijiste con una sonrisa.
Good morning, darling —escondiendo las manos tras suyo, se acercó a ti con una sonrisa.
—¿Qué pasa? —preguntaste curiosa.
—Ya lo sabrás... —sin decir más con una venda te tapó los ojos y tomó tu mano, guiándote al sofá.

Te sentaste junto a él, seguía sin decir nada. Sentiste que se alejó un poco, pero no entendías lo que estaba sucediendo.

—Bien... soy un gran idiota para estas cosas... pero por favor... sólo escúchame.. ok? rompió el silencio un poco nervioso.
—Claro —seguías teniendo una gran sonrisa.

Escuchaste sus pasos alejándose, y después de un rato, volvieron. Escuchaste un lento, triste, pero muy dulce sonido de guitarra eléctrica. Muy bien, eso sí que no lo sabías, que sabía tocar la guitarra, pero como sea, la melodía era hermosa.

How can I explain? The things I feel, when I'm with you
I don't found the words to say it.
You're an angel, a broken angel... but MY angel
I know the way you feel, and I really know how much it hurts...

Hizo una pausa, sin dejar de tocar la guitarra. Tu sonrisa, por un momento se borró por completo al escuchar ese verso. De inmediato supusiste que fue Ana quien le contó.

Quiero que sepas, que contigo aprendí a vivir
El cielo me ha tocado a través de ti
No tendré vida suficiente
para demostrarte todo el amor
que mi corazón siente.

Cubriste tu boca con ambas manos, podías sentir que tus ojos estabas derramando lágrimas de la emoción. Las palabras que decía, estaban tocando profundamente tu corazón.

El haberte conocido, es un privilegio
el sentirte mía, el saberme tuyo
no existe la palabra soledad
en ti encontré la verdad
el amor sincero
la cálida convivencia

At your side, I don't care anything
I belong to you, never forget

You can trust me, when I say
that you are the only one
I will love my whole life...

Después de esas palabras, la música se detuvo. Estabas tan feliz, fue la primera vez en toda tu vida que te sentías así ese día en especial. No podías dejar llorar, pero era de felicidad ¡En serio estabas tan feliz!

—Arthur...
—Lo sé... soy un asco... —se rieron.
—Claro que no... sé que lo dices de corazón, y yo también me siento de la misma manera contigo...
My beloved... —se acercó a abrazarte.
—¿Ya puedo quitarme la venda?
—N-no... es vergonzoso... Además... todavía tengo muchas cosas que decirte...

Se apartó un poco de ti, podías notar que estaba nervioso, aunque no podías verlo, ya te lo imaginabas en tu mente.

—Pues... Ana me contó lo que te pasó, y quiero decirte que realmente eres un ángel. Hasta ahora siempre fuiste tú la que me ha dado su apoyo, la que hizo todo lo posible para que yo confiara en ti, a pesar de eso siempre me regalas una sonrisa, siempre me das tu amor...

Las lágrimas volvieron a salir, el pasado fue difícil, pero como dice su nombre, ya es pasado, ya quedó atrás.

—Quiero que estés segura de que cuentas conmigo siempre, una vez más te digo, que nunca me voy a ir de tu lado...
—Ngh... Sí... —respondiste entre sollozos.

De nuevo te abrazó muy fuerte.

I love you so much —te susurró al oído.

Con una sonrisa, tanteaste con tus manos buscando sus labios para besarlo.

—Gracias por la canción y por las palabras... de verdad, soy muy feliz contigo... sin ti no sé qué sería de mi vida... ten por seguro que mi corazón nunca dejará de latir por ti... —te aferraste a su remera, escondiendo tu rostro en su cuello.
Sweetie, eres tan tierna... y n-no es nada... sabes que haría lo que sea para verte feliz... —te volvió a besar.
—Lo sé... —rodeaste su cuello con tus brazos

Te sacó la venda, y al abrir los ojos, te encontraste con su rostro sonriente, levemente sonrojado.

—Fue el mejor regalo que recibí en toda mi vida...
—Me hace feliz escuchar eso... nunca olvides la promesa que te hice, ¿De acuerdo? —te abrazó de nuevo.
—Claro, nunca olvidaré nada de lo que pasé contigo, de verdad te amo —te acurrucaste en su pecho.
—Yo también, y pase lo que pase, nunca dejaré de hacerlo... —te acariciaba la cabeza.

Escuchabas cómo estaba acelerado su corazón, no podía ser mentira lo que te decía.
De verdad, es alguien muy impredecible y lo mejor de todo, es saber que se aman.

—Y... ¿no tienes otro regalo? —preguntaste para molestarlo.
—E-eh... —desvió la mirada mientras ataba la venda a su muñeca, en forma de moño.

Mucho más sonrojado, volvió a mirarte. En seguida entendiste lo que trataba de decirte.

—Pff... eres increíble...

Sonrió y te besó apasionadamente. Poco a poco ambos cayeron sobre el sofá, dejando pasar los minutos entre besos y caricias, uniendo lentamente sus cuerpos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top