Capítulo 3:

Su madre la había obligado a soñar con esa ola, la educó minuciosamente preparándola estrictamente para ese ansiado acontecimiento donde el universo le escogería un compañero para el resto de su existencia, el honor de su casta dependía del futuro esposo que se le asignaría en aquel sagrado ritual. Aquamarine sintió el peso del mar encima de sus finos hombros, las sirenas adultas de su clan la habían acosado todo su tiempo de luna nueva hasta el cansancio para que agradara ante el preferido de los candidatos, no solo su mísero futuro se decidiría en dicha celebración sino también el futuro de sus hermanos y el resto de tritones jóvenes de su familia.

De llegar a ser Neptuno el escogido los jóvenes varones de su casta pasarían a ser formados, en su gran mayoría, para pertenecer al gobierno real, ser una simple concubina no estaba tan mal para su descendencia, la carga sería solo para Aqua y el uso que le daría aquel dios arrogante. Si el candidato de su padre fuese el privilegiado, entonces pasarían a ser educados en el internado militar para formar parte del prestigioso ejército de Neptuno, todos sin excepciones, ese era el anhelo dorado del general, que toda su casta conste de guerreros valientes y audaces a servicio de su rey acuático, no había mayor honor para un líder.

Cada fibra de su ser se estremeció ante la angustiosa carga que tenía en ese momento, y al contemplar una luz cegadora salir disparada desde el precioso tridente de Neptuno comenzó a temblar, con elevada galantería, y sin quitarle los ojos de encima, el dios de los mares estrelló su poderosa arma en la arena, presumiendo a su vez los enormes músculos de su brazo que esperaba ansioso rodear en el fino y escamoso nacimiento de la cola de Aquamarine. Cuando el borde de la estrella de David se iluminó en su totalidad gracias al refulgente rayo del tridente, Aquamarine se acomodó sobre la roca del nacimiento sosteniendo su arpa dorada ante la mirada expectante de todos los invitados, los nervios no demoraron en invadir su cuerpo, el sonido de los aplausos acompañó cada uno de sus movimientos, era la única oportunidad que tendrían los tritones de cautivar a la diosa Luna con sus respectivos dones y elementos. 

—¡Oh maravillosa diosa luna! Madre que gobierna todas las olas con tu resplandeciente luz, esta noche te ofrezco a mi primogénita Aquamarine provista de toda la gracia y gloria acuática dispuesta a tu servicio, ¡ruego brindes honor a mi casta! —Su padre se apresuró a encender el fuego del altar, mientras su madre le daba ánimos a la distancia con la mirada embargada de preocupación—. ¡Elemento fuego!

Todos los tritones del sector rojo empezaron a cantar en perfecta sincronía a medida que las majestuosas aletas de Neptuno se desplazaban hacia la punta más cercana, cargando su estandarte sonreía confiado de ser el flamante elegido por la diosa, a la vez que se relamía los labios imaginando a la joven sirena en su lecho. El imponente dios clavó su estandarte con gran autoridad y soltó un tormeo pavoroso a la vez que su séquito chapoteaba de júbilo, hizo unos movimientos extraños, de aquellos similares a los dioses griegos, pavoneándose de su perfecta anatomía y mostrando orgulloso a la que aseguraba su futura concubina lo que estaba a muy poco de disfrutar. Neptuno juntó sus manos y las separó lentamente ante los incesantes chapoteos de sus servidores, y entre sus palmas apareció una burbuja dorada lo suficientemente grande para abarcar fuego dentro de ella, él cerró sus ojos soplando vehemente, haciendo flotar la burbuja hasta que se detuvo frente a él, presentándose de esa manera como el primer candidato oficial. 

—¡Yo soy el dios Neptuno rey de las aguas, gobernante de los mares, y reclamo a esa sirena para mí! —Todos en el recinto ovacionaron a su dios, estén de acuerdo o no él podía presentarse como candidato a las sirenas que le interesaban sin ningún reparo, la mayoría de veces la diosa Luna lo bendecía con su gracia y accedía a conceder el capricho, ya que su harén era cada vez más reducido, la mayoría moría asesinada por la esposa principal cuando la nueva concubina distraía a su esposo demasiadas olas—. ¡Le ruego a la diosa Luna me conceda su bendición!

—¡Elemento agua! 

Al instante que el progenitor de la futura novia dio la señal, el patriarca de la familia de su madre alzó su estandarte orgulloso, a la vez que el resto de sus familiares lanzaron luces de colores a lo alto del mar casi similares a los fuegos artificiales, pero estas luces explotaban exclusivamente en el límite marino. El estruendoso ruido no consiguió sacar a la joven sirena de su estado de consternación, y solo se limitó a observar en silencio como su bisabuelo le entregaba el estandarte azul oscuro a su primo mayor, un meridiano más adulto que ella, este se inclinó reverenciando al patriarca de su casta y sostuvo el oro resplandeciente entre sus escamosas manos como si se tratara de un báculo sagrado, sintiendo a su vez la presión que tenía sobre él. De ser el esposo escogido su descendencia tendría absoluta libertad para desempeñarse en la magia marina, solo unos pocos clanes poseían el privilegio de desarrollar ese poder, y la familia de Aquamarine estaba entre esa corta lista. 

Aquamarine no podía mover ni una sola escama porque estaba aterrada al imaginarse a su primo como esposo, aunque en el fondo del océano un matrimonio entre familiares era poco común, en el caso de los soberanos magos era mejor casarse con una sirena de su mismo clan para que de esa forma la magia se limite a heredarse entre su linaje. El joven tritón se desplazó con un par de aletazos hacia la punta de la estrella justo al lado izquierdo de Aquamarine, y todo el sector azul lo ovacionó entre estruendosos chapoteos soltando rayos de colores exóticos que acompañaron a su candidato en todo el trayecto. Clavó el estandarte con gran veneración y giró en su mismo lugar luciéndose para su posible futura esposa, la belleza de aquel ser era singular, preciosos ojos amatistas resaltaba el rosáceo de su piel, su cabellera dorada similar a la de su prima le llegaba hasta sus fornidos hombros, mostró una sonrisa encantadora y jovial cuando se detuvo a formar una gran burbuja con un simple movimiento de sus alargados dedos, cuyo contenido era una diminuta catarata mágica de aguas cristalinas y brillantes. 

—¡Yo soy Colek Ianasan hijo de Kadal Air, heredero del poder de la lluvia, mago excepcional, y por la honra de mi casta reclamo a esa sirena para mí! —Exclamó con elevado orgullo soplando, sin quitarle la mirada a su posible compañera, y la pompa gigante se movió obediente hasta colocarse frente a él—. ¡Le ruego a la diosa luna concederme su bendición! 

El magnífico espectáculo de los hongos azules cesó formando un respetuoso silencio para darle pase libre al sector turquesa, los tritones del ejército soltaron un fuerte tormeo de guerra golpeando sus pecheras de plata con ambas manos, era el momento de presentar al candidato del victorioso batallón del reino acuático. De inmediato Aquamarine sintió una penetrante mirada de uno de los invitados, pero no tuvo el valor de enfrentar aquel tritón de aspecto sombrío que había visto al entrar al salón de ceremonias, intentó prolongarlo la mayor espumosas posibles pero pronto se cruzó con los ojos celestes claros de su tercer posible esposo.

El semblante gélido del capitán la congeló de improviso, y tragó saliva cuando carente de expresión aquel tritón elevó el estandarte del elemento aire. El aguerrido representante del escuadrón de su amado padre avanzó lentamente sus aletas entre los múltiples cánticos de batalla que propinaron sus compañeros de batalla, tan ceremoniales como imponentes, todos los soldados lanzaron afiladas dagas de plata que él esquivó diestramente en todo su recorrido hasta detenerse en la punta del lado derecho, justo entre Neptuno y ella, cubriendo un poco la visión que tenía Aqua del majestuoso dios. Clavó con suma agonía el estandarte y tormeó severo golpeando su armadura de oro bordada con brillantes piedras preciosas ganadas en todas sus batallas, le faltaba espacio para proporcionar tantas condecoraciones que portaba, él era el valiente capitán del que tanto comentaban en el reino entero.

—¡Yo soy Tristán Trevel, capitán del majestuoso ejército de Neptuno, guerrero invaluable al servicio de nuestro dios, he traído miles de victorias igual que las múltiples cabezas de nuestros enemigos al altar de este reino, y reclamo a esa sirena para mí! —El tritón levantó su mano señalando la superficie atrayendo al viento con la mirada, un pequeño remolino se formó en las aguas y se agrandó un poco más a medida que se iba a cercando a la escamosa mano del capitán. El viento cesó en su palma esparciendo la arena de colores preciosos que cayeron en sincronía por el brazo del guerrero, dejando al descubierto una gran burbuja con la que había capturado el aire—. ¡Le ruego a la diosa luna me conceda su bendición! Realmente lo necesito...

Las últimas palabras del capitán Trevel impactaron demasiado en Aquamarine, aquel guerrero parecía estar sufriendo algo completamente doloroso, y despertó la curiosidad de la joven sirena en ese preciso instante. Aquamarine estaba a punto de rogarle a la diosa Luna que el torturado candidato del elemento aire fuese su esposo, sintió unas tremendas ganas de aliviar su pena, quería descubrir aquello que le aquejaba tanto hasta que se percató del sector verde, el lado que se había olvidado de observar con detenimiento porque estaba al final de todos y entonces pudo verlo, era él, su destino había vuelto...

📝¡TACHAN! Estoy tan feliz ya que estamos subiendo en vistas y eso ayuda a que esta historia se haga cada vez más conocida. Subiré un capítulo nuevo cada domingo con su apoyo y comentarios. 
Dedicación especial a la genial usuaria y editora que me hizo mi portada tan preciosa.¡Gracias totales, bella! Te luciste. 

Besos perversos.

ME.GA🔄

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top