Capítulo 10:

—¡La cuarta ola nupcial ha comenzado! ¡Sean todos bienvenidos!

El general anunció contundente ante los nuevos invitados, el castillo estaba vuelto un lío completo, sirenas y tritones nadando despavoridos trayendo cosas, obsequios y sacrificios. Algunos visitantes llegaron desde reinos muy lejanos y debían brindarles refugio, pero la feliz pareja estaba lejos de la celebración. Aquamarine con la cabeza recostada en el pecho del capitán lo contemplaba enajenada por su belleza, estaba bajo los efectos del hechizo del celo y nada podía sacarla de su estado de encantamiento. Lo miró en silencio durante varias acuosas ajena a la euforia de la planta baja de su castillo, su compañero tenía un olor diferente, uno que la embargaba de paz y confort, un aroma que le encantaba disfrutar. La sirena adulta pidió permiso para pasar y la novia le concedió el capricho, viendo a su madre invadir su alcoba con una bandeja de comida en sus manos.

—¿Cómo te sientes, pequeña? ¿Todo bien? —Ninfa se desplazó cerca de su lecho sentándose al pie del marco ventanal—. Te traje comida, cariño. No deberías permanecer tantas acuosas si probar alimento...

—Gracias, mamá. Estoy bien, no te preocupes... El capitán es gentil conmigo, no temas.

—Me alivia tanto que conserves la vida... Te dejo la comida luego bajan a recibir a los invitados por favor, así aprovecho para enviar a limpiar este muladar, está lleno de... Te cantaré un secreto... No todo es copular, hija. Ten un respiro...

—De acuerdo, pronto bajaremos. Anúncialo a todos.

Su madre abandonó sus aposentos más tranquila, Aqua observó la hermosa luz de luna que se reflejaba sobre el cabello de su amante mientras la dicha invadió su ser al tenerlo tan cerca, el capitán era hermoso, realmente bello, fornido, sensual y suyo...

—Si continuas mirándome de esa forma nos casaremos esta misma noche —la voz del tritón la hizo sonreír, solo fingió dormir por respeto a la sirena adulta—. Soy el asesino de esposas del océano, y lamento que eso angustie a tu madre... Te juro que yo no tuve nada que ver con sus muertes, nunca quise que les pasara nada malo.

—Te creo, Tristán —Aqua sintió los músculos de su dueño tensarse, con un rápido movimiento de aquellos largos dedos la vistió con un sujetador de seda fina repleto de piedras preciosas—. ¿Qué sucede?

—Es tu madre y no nada sola...

—Disculpe mi atrevimiento, capitán Trevel. He aquí este tritón solicita verlo, dice traer noticias de ese insignificante wallano, ¡¿me pueden explicar que significa esto!? ¡No tienes cura, Aquamarine!

—No se preocupe, sirena Mermaid. La ola anterior su hija se imprimó, no hay peligro alguno...

—¡¿Ya la imprimó!? ¡¿Tan pronto!? —La madre tormeó angustiada por la salud de su cría—. ¡Mi hija debe estar desangrando! ¡Llamaré a un soberano brujo, cancelaré el festejo ahora mismo!

—Me encuentro bien, madre. Deja de gritar que me avergüenzas...

—Mi capitán me ordenó traerle la prueba y aquí porto un obsequio de parte del wallano, aquel ser asegura que la sirena Trevel entenderá —Mlok entregó un misterioso paquete a su líder—. ¡Servido, mi honorable capitán! ¿Algo más en que su servidor le pueda ayudar?

—Escolta a la sirena Mermaid hacia el salón de ceremonias —ordenó el capitán con suma soberbia—. Le aviso que adelantaré la boda para la próxima ola, no me agradan las interrupciones.

—Como usted ordene, capitán Trevel —respondió el soldado, y la sirena adulta se quedó muy quieta suspendida en el agua, estaba aterrada por el comportamiento del futuro esposo de su hija.

—Gracias por todo, Mlok —el tritón abrazó a su sirena besándola con insistencia, y la madre lo miró asombrada—. Sirena Mermaid si me disculpa, deseo disfrutar a solas lo que es mío...

—Mamá vete por favor...—Aqua le rogó y la sirena adulta se marchó del aposento demasiado contrariada—. ¿Por qué eres grosero?

—¿Por qué tu madre no se resigna a perderte? Me perteneces a mí, es la ley —Trevel se levantó, colocándose la brillante armadura color azul claro que había llevado puesta, la pechera volvió a cubrir las alas marcadas en su espalda—. ¿Por qué no abres el misterioso regalo? Podría tratarse de una petición de escape, ¡los fugitivos del amor! ¿Te gusta ese apodo?

El enojo embargó a la sirena tan solo de escuchar el sarcasmo en la voz del tritón.

—¿Por qué no lo abres tú? No tengo ningún plan de escape en mente, Tristán.

—De acuerdo —el capitán abrió el paquete quedándose impresionado al ver el detalle—. ¿Un barco en una botella? ¡Qué original!

—No me interesa conservarlo, puedes destruirlo cuando te apetezca.

—Al menos sabes que tu amado obrero no murió, ¿por qué no lo acompañaste? 

—Me quedé asustada, además las Ondinas me desprecian...

—Las Ondinas odian a todas las criaturas conquistadoras, querida. Asumo que ellas elogiaron tu maravilloso romance, ¿cierto?

—Si pretendes colmarme la paciencia quédate tranquilo, lo has conseguido satisfactoriamente...

—La bella sirenita está enojada ésta ola, yo me pregunto... ¿Qué puedo hacer al respecto? —Aqua se levantó a alistarse para el festejo flotando frente al espejo, su novio nadó a su alrededor, provocándola—. ¡Oh sí, es perfecto! Feliz cuarta ola nupcial, deliciosa. Espero que te guste.

Trevel hizo aparecer un paquete finamente adornado entre las aletas de sus manos, la sirena lo abrió entusiasmada encontrando un precioso brazalete. Estaba a punto de cristalizar por la emoción al ver tan hermosa joya, se trataba de un brazalete de oro de tres hileras, una imagen de serpientes relucía delante mientras detrás, llevaba un extraño conjuro grabado en jeroglíficos.

—Está precioso, Tristán. No te hubieras molestado —su futuro esposo le sujetó el brazalete alrededor de su aleta superior, enseñándole su perfecta dentadura—. Muchas gracias.

—Entonces, ¿merezco que me acompañes a nuestra celebración? —Tristán le ofreció la mano, la cual Aqua recibió complacida—. Me apetece danzar esta hermosa noche junto a mi bella sirena.

La novia se quedó completamente desconcertada ante los repentinos cambios de humor de su compañero de vida...

"¿Porque eres así Tristán Trevel? ¿Qué secretos ocultas?"

Embargada de emoción se apresuró a adornarse un poco la apariencia, dándome un poco de color a sus labios y enroscando su larga cabellera en un peinado simple, de por sí su larga melena suelta ya era un gozo de presenciar. Al llegar juntos al salón de ceremonias todos los invitados los recibieron con grandes chapoteos y buenos deseos. Aqua bailó con su compañero pegada exageradamente a su pecho, en donde sorprendentemente y de manera curiosa, una paz extrema la acogió. Tristán se mantuvo sujetando con firmeza la cintura de su preciosa novia y juntó su aliento caliente al cuello de la sirena, volviendo esa noche la más mágica de toda la existencia de su futura esposa. Trevel la volvía loca entre querer besarla y no hacerlo durante toda la velada, ella burbujeó frustrada, a ese paso nunca tocaría sus labios durante la danza. El banquete comenzó luego de fracasar en su cometido, en esa oportunidad ella se sentó al lado de su madre, y su apuesto novio ocupó un lugar junto a su padre.

—Podrías cantarme, mi tesoro. ¿Desde cuándo te gusta tanto Tristán Trevel? ¿Desde la primera cópula? ¿Tal vez cuando te regaló esas preciosas estrellas? ¡Oh claro! Cuando te dejó ir tras el rastro de aquel wallano que ahora no te interesa para nada porque te imprimaste del capitán —la sonrisa de su madre no pudo ser más amplia—. Soy vieja, pero no tonta... Ese lujurioso tiburón te conquistó con su enorme báculo.

—¡Madre! No estoy de humor para tus reproches esta ola...—Aqua se quedó escandalizada por el comentario de su progenitora, guardó silencio observando a su apuesto amante platicando con su padre, sin preocuparse del resto del mar. Al culmino de la cena nadó hacia la roca del nacimiento y comenzó a cantar para distraer su mente confusa—. "Mi amado es un enemigo y es muy cruel... Él no sabe del dolor en el corazón, es un comerciante...—los asistentes empezaron a rodear la roca, interrumpiendo su cántico triste—. Es un cobrador de deudas, una bestia, yo recurro a Neptuno... ¿Cómo digo esto? ¿Cómo le digo esto, oh diosa? Él no sabe del dolor en el corazón, no sabe no sabe, no lo sabe..."

Aqua detuvo su cántico al observar la silueta de un tritón acercarse hacia la roca, la voz de Tristán retumbó en sus branquias alegrando su entristecido corazón, se giró a verlo emocionada aunque logró controlar las ansias que tenía de besarlo.

—¿Soy cruel? ¿Me explicas por qué me describes tan bien en tu canción? —El capitán acarició el rostro de su bella novia, sonriendo triunfante.

—Eso lo sabes, Tristán. Me provocaste durante todo el baile...

—¿Provocarte? ¿Yo? No me culpes, te advertí que sería peor luego de...—Tristán besó lentamente a su compañera, invadiendo su boca con su lengua experimentada, el guerrero de contuvo para no tomarla en ese preciso momento frente a todos los asistentes—. Debo irme...

—Llévame contigo...

—Contigo no podré concentrarme, querida. Tengo asuntos importantes que atender, organizar una boda no es cosa de chapoteos y diversión. Debo cerciorarme que todo esté listo para tu llegada a nuestra morada. A todo esto, no vendré hasta el amanecer, aprovecha para ir a despedirte del wallano.

—¿Hasta el amanecer? ¿Por qué? No, te lo ruego. No me abandones por tantas acuosas, capitán. 

—Duerme, querida. Cuando te lleve conmigo no podrás, prometo regresar mañana antes de la primera comida, ¿de acuerdo?

—No te creo... 

Con suma agonía la sirena dejó partir a su futuro esposo, sintiéndose vacía al instante que lo perdió de vista. Subió a sus aposentos a dormir con una honda angustia clavada en su corazón. La claridad de la ola nupcial al fin invadió el castillo, y su madre la despertó para que nadaran juntas a recoger el ajuar de novia. La sirena lució durante todo el recorrido en su fino carruaje el precioso brazalete de oro que su prometido le había obsequiado la ola anterior, despertando la envidia entre muchas habitantes del reino. A un corto tramo de distancia, luego de recoger su atuendo ceremonial, observó un grupo de Ondinas merodeando el lugar y las alertas de su sistema se encendieron, pero cuando empujó a la sirena adulta lejos del transporte, una de ellas logró capturarla nadando enloquecida hacia la superficie ante los tormeos aterradores de su progenitora.

—¡Suélteme! ¡Suélteme ahora! Cuando mi esposo se entere lo va a...

—¡¿Matar!? Creo que si ese hubiera sido su objetivo ya lo habría hecho en las olas anteriores... —la voz de Nereo la dejó impactada.

—¿Nereo? ¡¿Pero qué estás haciendo!? ¡Suéltame por amor a Neptuno!

—Se dicen muchas cosas sobre su flamante capitán, sirena Trevel —Nereo continuó arrastrando a su amada cuesta arriba—. Estuvo casado con tres esposas anteriores, a las dos primeras le dio muerte y la tercera le duró un poco más, pero en algunas lunas de matrimonio ella se quitó la vida. Todas las muertes acontecieron en extrañas circunstancias, ¡¿crees que deseo ese destino para ti, amada mía!? ¡No permitiré que ese tritón te asesine sin piedad!

—¡Nereo, basta! ¡BASTA! ¡PARAD! —Aqua agitó sus aletas muy rápido para lograr liberarse—. No me iré contigo, ¡hoy es la boda y ayer me imprimé del capitán Trevel!

Nereo se quedó viendo su deslumbrante joya evidentemente sorprendido.

—¡¿De dónde sacaste ese brazalete, Aquamarine!? ¡Confiesa! ¡Fue el capitán Trevel! ¿Cierto?

—Mi futuro esposo me lo obsequió, ¿algún problema con eso?

—Esa joya que luces es el brazalete de Medusa, si sales a la superficie te conviertes en piedra, sirena —todo su ser tembló ante aquellos reveladores sonidos—. El tonto de tu capitán cree que con eso no te llevaré lejos del reino pero se equivoca abismalmente, no encuentro otro final mejor para nuestra historia de amor...

—¡Nereo! ¿¡Qué haces!? ¡No hagas esto! ¡Suéltame! —Tormeó la sirena enloquecida en el momento que Nereo la sujetó de la cintura, arrastrándola hacia la superficie.

En la cola de la sirena fueron apareciendo enormes llagas, mientras convulsionaba de dolor al acercarse al límite marino. Sus cristales salieron sin control por esa horrible sensación, se fue acercando más notando la luz del exterior más cerca...

—¡Querida! ¡NOOOO! 

La voz lejana de Tristán fue lo último que escuchó al sentir el aire rozar su piel, a la vez que Nereo la soltó cayendo completamente inconsciente hacia el fondo del mar... De pronto Aqua sintió que una magia extraña la recorría desde las puntas de su cola hasta llegar a sus aletas superiores, entumeciéndola de inmediato...

Aquamarine cayó en un pozo de profunda oscuridad...

Y dejó de existir.

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