~Capítulo 3~


El oscuro cielo plateado de aquella noche era iluminado apenas por un par de estrellas que titilaban en la lejanía. Ya era pasada la medianoche y los únicos ruidos aparte del ocasional pasar de los autos o el aleteo de unas palomas, provenían de unos grillos que cantaban desde la protección de unos arbustos. Un viento frío vino del oeste, despertando a la albina de su sueño. Abriendo sus ojos con desesperación, su respiración se volvió agitada mientras lentamente se acostumbraba al entorno nocturno e intentaba recordar lo que le había pasado.

Solo se acordaba de su sueño: un océano negro en el cual se hundía cada vez más hasta que, por fin, hasta hace unos segundos, logró salir de la penumbra.


No puedo ver nada... se dijo a sí misma


Se dio cuenta que estaba sentada sobre el frío, húmedo asfalto de alguna calle desconocida. Su espalda se apoyaba en un muro áspero detrás de ella. Intentó reconocer algún objeto o forma en aquel callejón sin salida.

Aún se sentía un poco mareada por el golpe que suponía que le había dado su contrincante para dejarla inconsciente.


¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Minutos? ¿Horas? No podía saberlo


Auch, me duele un poco la cabeza...


Intentó sobarse su frente con las manos, solo para descubrir que las tenía encadenadas a una tubería oxidada a sus espaldas. Los ruidos metálicos de las esposas cada vez que chocaban con el metal irritaban a la peli-plateada. Débilmente, intentó liberarse, más no tenía la fuerza necesaria. No tenía sentido pedir ayuda a un transeúnte o auto, debido a la posición desfavorecedora en la cual se encontraba.


Probablemente me llevarían a la policía y ese sería mi fin...


Con más fuerza jaló las esposas que la mantenían prisionera, con la esperanza que estuvieran mal puestas o su captor se habría olvidado de asegurarlas bien. 


- Si sigues tratando, te puedes herir las muñecas y no querríamos eso ¿verdad linda?~ - habló una voz misteriosa desde un rincón oscuro


Ella reconoció aquella voz al instante y se volteó inmediatamente hacia él, con una mirada fulminante.


- No te haré daño, si es eso lo que te preocupa...


Antes de que pudiera abrir su boca para responderle, él caminó hacia ella, no sin antes encender un farol público que al parecer había estado allí todo ese tiempo apagado. La luz los iluminó a los dos por igual, como una vela encendiéndose en medio de la noche.


En sus persecuciones previas nunca se había dignado ni a observarlo de reojo, pero ahora no tuvo más opción que alzar la vista a mirarlo, mientras se acercaba. Su traje y capa negra complementado por un yukata negro, junto con su gorra estilo militar con el emblema de las Agencia de Fuerzas Especiales de Japón en el medio le asentaban muy bien. No era muy musculoso, pero su contextura física señalaba que entrenaba mínimo varias veces a la semana. Ya había comprobado antes lo fuerte que podía ser. Todo esto lo hacía ver, para su gran pesar, un poco demasiado atractivo...


No, definitivamente no puedo sentirme atraída por él. Él es mi enemigo. Ni siquiera es mi tipo.


Pero lo que más intriga le causaba era su máscara tipo antifaz negro azabache que le cubría la mitad superior de su rostro, como en una fiesta de máscaras veneciana. Lo único que se podía apreciar de su rostro eran sus labios, quijada y grandes orbes rojizos que parecían transpasarla.

La peli-plateada estaba segura de que ese no era su verdadero color de pupilas. Sabía que, para mantenerse encubiertos, tanto agentes como criminales hacían uso de diferentes tácticas, como máscaras, lentes de contacto de colores diferentes, y muchas otras cosas más.

Pero esos grandes orbes que la miraban fijamente tenían un brillo... ¿peligroso? No podía estar segura.


No se atrevería a hacerme daño, sería demasiado incluso para él. ¿O tal vez no?


Recordó las innumerables historias que le contaban los compañeros de su padre, de criminales que habían sido torturados por agentes de la agencia, de la cual el joven llevaba su emblema.

Rompió contacto visual con él, mirando hacia un lado. Él se limitó a sonreír, confiado del efecto que había causado en ella.


Ahora veremos quien manda aquí


Alzó un aparato metálico parecido a un celular en su mano derecha.

- ¿Ves esto? Si presiono este botón la policía recibirá una notificación sobre mi ubicación y estará aquí en menos de un minuto...- la miró fijamente a lo ojos - Así que no intentes ninguno de tus trucos conmigo ¿sí? ~

Impotente ante la situación, Yashiro se limitó a fulminarlo con la mirada. Nadie en sus cortos años de criminal había sido tan cruel con ella. ¿Quién se creía que era él?

El joven ni se inmutó y permaneció tranquilo, dando un largo suspiro que indicaba que estaba perdiendo la paciencia.


- Te lo preguntaré una última vez. Tu padre... ¿dónde se esconde esta vez?

Oh no, claro que no. Si es que pensaba que le iba a contar sus secretos estaba muy, pero muy equivocado.

-Hmph!- volteó su cabeza al lado, inflando sus mofletes enojada

- Ah así que no piensas colaborar a las buenas...

¿Espera un momento, q-que está haciendo?

Con unas manos hábiles acarició su mejilla, mientras delineaba la parte superior de sus pómulos con su dedo índice


-Sabes, realmente no pensaba recurrir a esto, pero no me dejas otra opción...


De un modo al que incluso podría llamársele tierno y delicado, lentamente deslizó su máscara cubrebocas hacia arriba, tapándole su visión y dejándola aún en más oscuridad.


- Sé que probablemente me odias en estos momentos, y con justa razón claro está, pero...


Agarró el mentón de la fémina con su pulgar y dedo índice, obligándola a alzar su cabeza. Aún con su visión bloqueada por la máscara, sabía que él la estaba mirando como un gato que observa a su presa antes de abalanzarse sobre ella.

- ¿Que tortura o humillación más terrible sería que tu peor enemigo te robe un beso?



Empezó a acercarse.


-Tal vez hasta sea el primero, quien sabe...- dijo el zaino burlonamente


Se fue acercando cada vez más y más a ella, hasta que podía sentir su cálido aliento haciéndole cosquillas en su rostro.

Ya no podía pensar con claridad. ¿Por qué su voz tenía que ser tan terriblemente seductora y ronca? Sabía desde hace tiempo que no estaba escuchando su verdadera voz, sino una ligeramente distorsionada por un aparato de última tecnología, el cual también ella usaba. Esta era otra medida adoptada por agentes y criminales para proteger su identidad.


¿En qué parte del entrenamiento te preparan para esto?


Intentó rebelarse, sacudiéndose lo mas fuerte que pudo para quitárselo de encima, lo cual funcionó momentáneamente, pero lo único que logró fue hacer que acorralara su espalda contra el muro que tenía por detrás y la inmovilizara por los hombros.


- Que pena, no me queda otra opción que castigarte..


Justo en el momento en el que sentía sus labios rozando contra los suyos, la peli plateada le dio un cabezazo en su pecho mientras chillaba

- ¡Ok ok te diré lo que quieras solo paraa!

- Como tú digas preciosa~

Se apartó de golpe de ella, dejándola un poco confundida y mareada de tantas emociones, Su corazón latía aceleradamente, mientras intentaba retomar la compostura.


- Solo tienes que esperarme un momento aquí mientras traigo la grabadora, aunque no es como si pudieras ir a algún lado jaja- dijo con una sonrisa ladina que ella no pudo apreciar

- Disculpa-preguntó la fémina carraspeando- tal vez me podrías quitar mi máscara de mis ojos?

No hubo respuesta. Escuchó sus pasos apresurados alejándose del lugar.


Suspirando, feliz de no tenerlo cerca, Nene solo se echó de lado, aún esposada.

-Si cree que le voy a contar algo, debe de estar completamente loco. Y preferiría mil veces que me arrastre a prisión antes que dejar besarme por tales labios tan...tan...-

De repente, escuchó unos pasos que se acercaban a ella. Inmediatamente su enojo anterior empezó a crecer de nuevo, no esperaba que su captor volviera tan pronto.

Espera un momento...

No, no eran sus pasos gráciles, pero firmes. Estos pertenecían a otras personas, de las cuales se desprendía un desagradable olor.


Criminales de los barrios bajos. Ugh, los odio.


- ¿Vaya, vaya a quien tenemos aquí? La hija del Señor Yama. ¿Quién lo diría? - dijo uno de ellos con una voz demasiado áspera

Los pasos, de como mínimo 5 personas se acercaron a ella cada vez más, mientras la albina se apegaba al muro detrás de ella.


No tengo ni la más mínima oportunidad si peleo contra los 5. Y eso que ni siquiera puedo librarme de las esposas...


Nene cerró los ojos con fuerza detrás de su máscara, esperando lo peor.

De repente escuchó un zumbido encima de su cabeza. Una esfera blanca con una hélice en la parte superior y una mancha verde en el centro se alejó volando del lugar hasta perderse en la lejanía.

¿Un... dron?

Inmediatamente unos segundos después, se escuchó el frenar de un auto justo delante de ella, junto con golpes secos de los criminales siendo atropellados por este.

-¿Ahora si me crees que no quiero hacerte daño?- le preguntó encarándola- Si Hakujodai no me hubiera avisado en el momento justo, tal vez no seguirías con vida. Esos ladrones de baja clase también son los enemigos de tu padre después de todo ¿no?

La peliplateada se había quedado estupefacta

- No estarán... muertos, ¿verdad...?

A pesar de ser una criminal que había infringido la ley muchas veces, la buena y empática naturaleza de la albina seguía presente, incluso en ese tipo de situaciones.


- No, solo tendrán unas cuantas lesiones cuando despierten no te preocupes- respondió el zaino, arrodillándose para ponerse a la altura de la fémina y para por fin bajarle la máscara, sacándola de la oscuridad- Perdón, no esperaba que atrajeras tanta atención, incluso en un barrio como este. Debe ser que tu belleza realmente no puede ser ignorada- continúo, quitándole las esposas delicadamente para no lastimar su fina piel. El contacto de sus manos con las suyas provocó un cosquilleo en la joven, ya que le trajo memorias de su más reciente persecución.

Intentando ignorar esto, esperó que sus ojos se acostumbraran a la tenue luz del farol. Una vez libre de sus ataduras metálicas puso sus manos en su regazo, mientras se las sobaba. Entonces, alzó su mirada y lo vio. Su rostro tan cerca de ella, sonriéndole esta vez de manera genuina e incluso... ¿reconfortante?


- Así me gustas más- le confesó, sin borrar la sonrisa de su rostro


Ella bajó la mirada. Aunque lo odiara desde el fondo de su corazón, tenía que admitir que, en circunstancias normales, un agente nunca hubiera salvado a una rehén y mucho menos tratarla tan delicada y cuidadosamente como él a ella.


- G-gracias supongo- dijo casi en un susurro, sonrojándose un poco. Tampoco estaba acostumbrada a que halagaran su belleza, que creía que se veía opacada por sus piernas en forma de rábano.

- Veo que empezamos a entendernos mejor- dijo el peli-castaño, aún sonriendo. Sacó una pequeña grabadora en forma de un lapicero elegantemente de su bolsillo- Ahora es tu turno de cumplir tu palabra

Nene se lo pensó dos veces. Si es que le revelaba el escondite de su amado padre, significaría que tendrían que trasladarse a otro lugar, otra vez. Sería trabajoso y una molestia, pero no imposible. Sin embargo, antes deseaba saber una cosa importante.

- Tengo que preguntarte algo primero...

Amane se sorprendió cuando se acercó y le agarró con ambas manos el cuello de la camisa que vestía en el interior de su yukata. Agradecía al cielo que gracias a su máscara, la fémina no podía notar su leve sonrojo.

Ella lo miró penetrante, con una nota de desesperación y tristeza.


- El colgante en forma de camelia roja que encontraste. ¡Me gustaría que me lo devolvieras! - dijo Yashiro exaltada, casi gritando. Unas pequeñas lágrimas amenazaban con salir de sus vidriosos ojos

- Ah sí, lo tengo en mi bolsillo- respondió el joven mostrándoselo fugazmente antes de regresarlo al bolsillo de su pantalón- Pero no te lo daré antes de que me digas el escondite del señor Yama. Juzgando por tu reacción es muy importante para ti y justamente por eso te lo voy a dar, después de que cumplas lo que prometiste


Tener un hermoso rostro femenino tan apasionado delante suyo también hacía mella en el zaino, aunque no podía demostrarlo. Esa era la regla número 1 de su profesión: Nunca mostrar debilidad ante nadie, menos ante las personas que se suponía que debería estar metiendo en prisión.

A pesar de esto, había algo diferente en ella que no podía explicarse....

Aspiró su dulce aroma a jazmines, sintiéndose embriagado por su esencia.


 Algo debió notar ella, ya que, al verlo, rápidamente cambió su expresión por una mirada inocente casi de cachorrito

El joven pensó muy divertido que su esfuerzo en distraerlo había sido en vano. No se dejaba engañar por trucos tan baratos. Sonrió burlonamente. 




Al ver esto, la albina recurrió a su última arma.

Nunca antes lo había intentado, pero iba a perderlo todo de igual manera así que no importaba.

La situación justifica la acción- se dijo para sus adentros- y si mis sospechas son ciertas, este chico tiene tan poca experiencia como yo...


- Bueno supongo que no tengo más opción que confesarte todo. Aquí va...- empezó sospechosamente distraída, ladeando la mirada hacia un punto que Amane no reconoció


Pero si no se equivocaba... ¡¿estaba mirando sus labios?!


Ella se acercó de nuevo a él, esta vez un poco más segura de sí misma.

- Sabes te estoy muy agradecida por salvarme antes...Querías besarme ¿no es así? – dijo ella enredando un brazo alrededor de su cuello, acercándolo a ella, tomando por sorpresa a Amane- L-la verdad, creo que al final si es un precio justo...- continuó sonrojándose hasta las orejas


- Espera, no te lo decía en-


Su respuesta fue demasiado tardía.



Con un leve jalón, ella unió sus labios en un profundo, pasional beso que nunca olvidaría.




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N/A: tarde, lo sé perdónenme ;w; pero la escuela aaa

Solo dijo que la descripción detallada del beso viene en el próximo capítulo, así que no se la pierdan uwu

Realmente intenté esforzarme para que este cap saliera decente, incluso me salieron 2270 palabras wow O.O

¡Si te gustó el capítulo no te olvides de votar y comentar, onegaishimasu!~ Me hace muy feliz ver y leer sus comentarios >u<

Sin más que decir, nos vemos en el próximo capítulo~ nwn <3

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