Capítulo 1. Ciclovía
Capítulo 1. Ciclovía
Siempre tuvo una vida entre las sombras, adoraba el ocultismo, y uno que otra brujería, había rumores de él matando a una gallina, pero la verdad, es que era su mascota, Rashomon, era su nombre y era de color negro.
Había un club en la universidad al que pertenecía. Allí, su mentor y gran admiración, Osamu Dazai, era el presidente. Aunque el vicepresidente era su amigo Nakahara Chuuya quien de cierta forma no era muy creyente, pero era como si no pudiera dejar a Dazai. El club era "el suicidio bajo la sombra negra de un poema".
Era un viernes cualquiera, tenían su reunión en una pizzería. Era famosa por sus juegos, sus zonas exclusivas, y claro, la música ¿y que hacían chicos de un club ciertamente que habla de muerte, suicidios, ocultismo y rétalos?
Aquella pizzería se caracterizaba por tener una temática cada viernes y ese viernes, era sobre ocultismo. Lo vio de un momento a otro, un chico de cabello gris disfrazado de un yokai nekomata. Uno tierno de especie tigre, con ojos morados y dorados. Quedo ligeramente encantado – hey, - le sonrió Dazai de forma picará - ¿te gusto eh?
- Claro que no, que tontería
Chuuya comenzó a reír – Kaiji, ¿Qué deberíamos hacer?
Kaiji alzo su mano - ¡JOVEN! – grito al chico – necesitamos servicio. Aquel chico se acerco sonriente
- Díganme ¿Qué necesitan chicos?
- Hoy el tema es ocultismo ¿verdad? – pregunto Dazai
- Así es
- ¿podemos invocar demonios?
Atsushi comenzó a reír tiernamente – por favor, háganlo, pero cuando se vayan se los llevan, recuerden no dejar sus pertenencias. – los chicos del club rieron, pero Akutagawa se había quedado embobado en la risa del mesero. - Les traeré un refresco extra – menciono a los chicos del club.
Se retiro y Akutagawa lo siguió con la mirada, Dazai y Chuuya se sonrieron – oigan, apostemos
- Si, noche de apuestas
- ¿Qué quieren apostar? – pregunto Dazai
- Apuesto a que Kaiji no puede beberse un limón entero – dijo Dazai
- Apuestas ridículas – expreso Kaiji sacando limones de su abrigo.
Lo logro sin dudarlo – ahora, Chuuya
- ¿sí?
- Te apuesto a que no puedes estar parado de cabeza por más de 10 minutos
- Tu culo – Chuuya se paró rápidamente de cabeza en la pared de la mesa.
Kaiji puso el temporizador.
Entre que Chuuya terminaba su reto el mesero llego – hey ¿juegan chicos?
- Así es – respondió Dazai - ¿quieres jugar?
- Por favor no rompan nada, es mi reto – dijo sonriente para después retirarse.
- Bien – respondió Dazai y miro a Akutagawa – es mi turno
- ¿Qué? Pero Chuuya
- Ya oíste al mesero, me reto ahora me toca a mi – menciono y miro a Akutagawa – te reto a que no logras enamorar al mesero
Akutagawa lo miro serio, sonrió ligeramente – pan comido.
☙
La universidad de Yokohama, tan extensa como su ciudad.
Era normal ver todo tipo de chicas o chicos en ella, pero claro, no era como si pudiera, llevaba una semana buscándolo, ¿Cómo sabia que estaba en la universidad? Bueno, ese día en la temática de Halloween escucho la conversación entre él y otro mesero sobre tareas de la universidad, era obvio. Reconocía los lugares que mencionaron, pero no lo encontraba.
Si había algo que odiaba era perder, y una apuesta con Dazai Osamu era un premio al que iría como gorda en tobogán.
Decidió caminar por todo el campus aquella mañana de un lindo miércoles, el viento era cálido pero el día en si era fresco. Anduvo por cada especialidad, alguna que otra aula, las bibliotecas, y nada. Desanimado, más de lo usual, decidió caminar un poco más por el campus, había logrado ver un poco de terreno abandonado boscoso que llamo su atención, quizá para la siguiente reunión.
Entonces, pudo escuchar risas, se acerco hasta un círculo, desde los árboles pudo ver, había unas sillas y una pequeña casa de campaña, había varios cuadros, relojes, botes de pintura y uno que otro bote enorme de cilindro.
Allí lo vio, con otros chicos de intercambio, el chico de cabellos grises, y en aquel entonces creía que era un cosplay lo que llevaba, pero sus ojos realmente eran morados con tonalidades doradas. Quedo impresionado de ello. Siguió oculto detrás de un árbol. Movió algunas hojas como si un animal pasará para evitar el ruido de su celular al tomarle una foto. Con una enorme sonrisa salió del lugar victorioso.
Por la tarde noche, fue a la pizzería, allí se lo encontró en la zona de caja a donde se aproximó – ¡hey! Bienvenido a Pizza lips ¿puedo tomar tu orden?
- Mi orden podría ser sencilla
- Claro ¿sencilla solo con salsa y queso o?
- No, sencilla. Mi orden es, que me digas tu nombre
El chico comenzó a reír, señalo su pecho y si, error número uno, su nombre estaba en su gafete - ¿algo más? Cliente.
- ¿tus ojos son reales?
- Lo son, ¿algo más cliente?
- Dame una pizza clásica con queso y un jugo de higos
- ¿llevar o comer aquí?
- Comeré aquí
- Perfecto, lo llevarán a su mesa, ¿a qué nombre saldrá la nota?
- Es obvio, al próximo amor de tu vida
- Cliente ¿no usted acaba de preguntar el mío?
Akutagawa se ruborizo – bien, ponlo a nombre de Akutagawa
- Perfecto. Estará en 25 minutos.
Akutagawa espero, 20 minutos de hecho, la pizza había salido y un mesero la llevo a su mesa, pudo reconocer al chico, estaba con Atsushi detrás de la escuela por lo boscoso. En cuanto dejo la pizza, el chico de cabello igual gris fue a la barra a platicar con él. Akutagawa en esos 20 minutos había enviado un mensaje, necesitaba un aliado y, de hecho, acababa de llegar. - ¡hey Aku! – grito el pelirrojo al entrar y ver al chico en la mesa. Se sentó con confianza – me alegra verte.
- Lo mismo digo – menciono y uso su filosa mirada, lo cual indico a Tachihara que mirará hacia la dirección que le indicaba. – lo quiero para mi
- Nunca dejarás de ser un don juan ¿eh?
- Espero que no, ¿me ayudas?
- ¿Cuál de los dos?
- El de cabello corto.
- Bien, tenemos un objetivo capitán
Tachihara comenzó a comer, después de un rato, obviamente quería algo de beber, Akutagawa fue quien se levantó y fue a la barra – oye, Atsushi ¿cierto?
- ¿pudiste verlo? Que suerte – menciono divertido y algo sarcástico
- Lindo, ¿tienes una soda para mi amigo?
- Claro, puedes tomarlo del refrigerador, te lo pondré en cuenta.
- En la cuenta ¿podrás poner tu número?
Atsushi sonrió, se inclinó en el mostrador para susurrar y totalmente sonriente dijo – Ni en un millón de años.
- Eres un reto, pequeño tigre
- ¿tigre?
- Pero me encantan los retos. Cóbrame
- De acuerdo.
Atsushi cobro, Akutagawa pago.
Salieron de allí después de eso, claro las horas debían pasar y alrededor de las 11:00 todo estaba cerrado, Atsushi terminaba con su inventario de caja. Se estiro y sonrió – por fin, todo perfecto. Vámonos a casa – dijo alegre el chico para sí mismo.
Fue a los vestidores en la parte de atrás, se quitó el uniforme, se puso su pans y una camisa. Usaba un abrigo negro largo y su mochila. Salió por la puerta de empleados con una bicicleta. Color negro con azul, por cierto. Apenas iba a subir al paso de ciclovía cuando un auto encendió las altas. Quedo ciego de momento por el gran flashazo en su cara.
El auto se acomodó a su lado, Atsushi estaba molesto mirando como la ventana bajaba, si, era Akutagawa – estás algo mareado ¿te llevo?
- En tus sueños
- ¿Qué paso con esa sonrisa?
- No eres un cliente ahora. – insistió – aléjate de mí, loco acosador.
Atsushi comenzó a andar en la ciclovía. Akutagawa lo seguía de lejos, solo quería averiguar donde vivía, y lo logro, era una zona de departamentos para estudiantes. Varias casas grandes con habitaciones en renta, edificios altos con departamentos. Todo era estudiantil. Entonces sonrió. Tenía cada vez más de él.
...
Bien, ya saben que va la apuesta, aquí van a ver dos grupos, que terminaran uniéndose, creando conflictos y demás. en serio creo que debo de ver series estado unidenses, creo que es demasiado drama, pero ¡hey! eso quería.
¡Disfrútenlo!
Siendo un AU universitario hay ligeros cambios en las personalidades de los personajes pero la esencia continua.
Quiero leer sus opiones
¡Gracias por leer!
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