Décimo sexto capítulo
Yeosang seguía con la mirada en la hoja donde estaban todos sus apuntes. Se conocía el camino hacia su salón de memoria, por lo que no le importo mirar alrededor suyo ni una sola vez, asi que no se daba cuenta de todas esas curiosas miradas que lo veian como si se tratase de una obra de arte. Es que realmente, Yeosang era muy hermoso.
Detrás de él, iba Jongho. No muy contento la verdad, ¿qué tenía que hacer para que dejen de mirar a su novio? Está bien que Yeonnie no se diera cuenta y sabía que no tenía la culpa de ser tan inocente, pero ¿es que acaso ellos no sabían que él no estaba soltero?
Aquí es - exclamó emocionado Yeosang deteniéndose al frente de un salón - ¿Jongho? - llamó el rubio al ver que Jongho no le había respondido, además se le veía pensativo.
Entra - ordenó serio el pelimarrón.
Yeosang frunció el ceño confundido, pero igual le hizo caso y entro primero el salón. Jongho entró detrás de él y cerró la puerta poniéndole seguro.
No podemos ponerle seguro a la... - Yeosang se sorprendió cuando Jongho empujó sus labios contra los de él.
El rubio no pudo corresponderle de inmediato, pero poco a poco iba cediendo y se acostumbró al ritmo del pelinegro. Jongho se sentía furioso y quería poseer a Yeosang lo más pronto posible y no le importaba si era en un salón.
Yeosang se separó del pelimarrón con la respiración agitada, le dedicó una sonrisa pícara pero esa sonrisa cambió cuando vio que Jongho jugueteaba con su correa tratando de quitársela.
¿Qué estás haciendo? – preguntó el rubio muy curioso.
¿No quieres hacerlo en este salón? – respondió con la calentura encima, finalmente pudo liberar su palpitante erección dejando un jadeo.
No... Jongho – Yeosang peleaba con su subconsciente para poder resistir a la propuesta de su novio, muy en fondo quería hacerlo, pero no era correcto. Si alguien los encontraba, sería su fin.
Yeonnie – dijo el pelimarrón con un tono sensual, se iba acercando al rubio y él no retrocedía, no lo detendría – Ven... – susurró antes de juntar sus labios nuevamente. Mientras distraía Yeosang con ese húmedo beso, Jongho lo guiaba a la mesa más cercana, cuando chocaron con ella, el pelinegro terminó el beso con ambas bocas mojadas.
Jongho... – jadeaba Yeosang pasando sus manos por el cuerpo de su novio.
El pelimarrón volteó a Yeosang y lentamente le hizo bajar el torso hasta estar a la altura baja de la mesa – Sujétate fuerte, Yeonnie – aconsejó susurrándole al odio y dándole un besito en su nuca.
Yeosang se estremeció y un espasmo recorrió su cuerpo, sabía lo que se acercaba así que se aferró al borde de la mesa y esperó a por el siguiente movimiento de su novio.
Jongho tenía una excelente vista desde donde estaba: Yeosang aferrado a una mesa universitaria con los glúteos al aire – Maldita sea – gruñó. Tomó los pantalones del rubio y los bajó toscamente, Yeosang soltó un pequeño quejido al sentir el frio chocando contra su piel.
El pelimarrón jugueteaba con las delicadas masitas de Yeosang, el rubio reaccionaba con quejidos y jadeos al sentir la mano de su novio chocar contra sus delicados glúteos. Al instante, se tornaron de un color rojo.
Jongho... ya basta – pidió con un pequeño gemido aferrándose más fuerte a la mesa, volteó la mirada hacia su novio y esos ojos lujuriosos que vio, le dijeron que no se detendría – E-entonces... hazlo rápido – dijo cerrando sus ojos y suspirando resignándose. Sabía lo que vendría, seria placentero, pero le dolería.
Jongho estuvo contento al recibir la luz verde por parte de Yeosang, así que, sin vacilar, sacó una la bolsita de condón que llevaba en su bolsillo y se colocó alrededor de su extenso falo. Yeosang mordía impaciente sus labios, escuchaba con precisión cada movimiento de su novio y al escuchar tal bolsita siendo rasgada por Jongho, sintió todo su cuerpo estremecer.
Terminaré rápido, ¿de acuerdo? – susurró al oído del rubio, dejándole un casto besito en su mejilla, lo tomó de las caderas y alineó su rosada entrada con su extensión.
Y de una sola estocada, ya estaba todo dentro del rubio.
¡Jongho! – gritó el rubio con los ojos bien abiertos – ¡Ah! ¡Espera! – pedía con sus ojos cristalinos, cerró los ojos tratando de acostumbrarse al tamaño de su novio.
Pensé que querías que sea rápido – jadeó sonriendo mirando las reacciones de su novio. Yeosang le respondía con gemidos como "¡U-hm!" o "¡O-oh!", evitaba hacer ruido y eso le parecía tierno al pelimarrón.
Rayos, está cerrado – se escuchó la voz de un compañero de Yeosang tratando de abrir la puerta.
Shh... – silenció Jongho a Yeosang para que no haga ruido.
Yeosang se mordió fuerte los labios para poder resistir lo más que podía, pero con su orgasmo tan cerca le era imposible.
¿Qué paso? – se escuchó la voz de otro compañero en la puerta.
Está cerrado – respondió el otro
Vamos a pedirle las llaves al conserje – exclamó.
Yeosang se concentraba por no hacer ningún ruido y Jongho, en llegar a su orgasmo. Finalmente, ambos chicos se fueron.
J-Jongho... Estoy cerca – advirtió el rubio con un hilo de voz rompiendo el silencio, sentía sus piernas flaquear, si no fuera por esa mesa, ya estaría en el suelo.
Mierda – gruñó el pelimarrón, tomó a Yeosang y lo cargo para ponerlo de espaldas encima de la mesa.
¡Ah! ¡Jongho! ¡Jongho! – el pelimarrón subió la velocidad de las embestidas y Yeosang no duraría ni un segundo.
Córrete – jadeó Jongho. Bastó esa palabra para que ambos llegaran a sus preciados orgasmos.
Olas de placer recorrieron sus cuerpos e hilos de semen mancharon todo el abdomen de Yeosang. Ambos regularon su respiración, Jongho ayudó a su novio a vestirse y limpiarse, y él solo se subió el pantalón y se acomodó su cabello.
En cambio, Yeosang parecía un terremoto humano.
Y yo que me había arreglado muy bien – se lamentaba el rubio al ver el desastre que era en ese momento – Lo siento mucho – dijo mirando a su pequeña maceta que había presenciado todo el acto coital.
¿Te estás disculpando con esa planta? – se burló el Jongho observando lo tierno y avergonzado que se veía su novio disculpándose con esa planta.
Cállate que esto es tu culpa – respondió Yeosang abriendo cada ventana del salón – Todo huele a sexo
Lo sé – replicó Jongho sonriendo.
Listo – comentó uno de los compañeros de Yeosang abriendo finalmente el salón por las llaves del conserje – ¿Ah? ¿Yeosang? – preguntó confundido, pensó que no había nadie dentro.
H-hola Hongjoong – el rubio se rascó la nuca con nerviosismo – ¿Cómo e-estás?
Pensé que no había nadie aquí dentro – el pelirosado frunció su ceño confundido – Fue por eso que fui con Seonghwa a pedirle las llaves al conserje. ¿Ya estabas aquí adentro?
Yeosang se quedó estupefacto. Definitivamente, acabaría contándole todo y todos enterarían que es un alumno sucio que tuvo sexo en un salón. ¡Pero qué alumno más irrespetuoso!
Acabamos de llegar – respondió Jongho de lo más normal, le dio una mirada cómplice a Yeosang para tranquilizarlo y que le siga el juego.
¡S-sí! – exclamó el rubio sobre emocionado – ¡Acabamos de llegar! – dijo casi gritando seguida de una risa escandalosa.
Ok... – Hongjoong simplemente ignoró el hecho de que había un condón tirado en el suelo y empezó a montar toda su exposición.
Bueno... Iré a traer las otras cosas del auto – dijo Jongho, Yeosang solo asintió y el pelimarrón salió del salón.
Entonces Yeosang... – el pelirosado se acercó muy intrigado – ¡Cuéntame todo!
¿Q-qué? – el rubio no sabía en dónde meter su cabeza.
Vamos, Yeonnie. Te conozco, soy tu mejor amigo – respondió – Además... hay un condón justo debajo de ti.
Yeosang se apresuró a tomar ese condón y tirarlo a la papelera. Hongjoong le levantó las cejas juguetón y el rubio solo suspiró – Está bien, siéntate. Es una larga historia.
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Hola jujuju ;v
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