Capítulo 18
Cuándo la mañana se hizo presente en mi nueva habitación supe que ya era hora de despertar. A mi y a la holgazana del frente.
Con flojera, camine hasta el baño que estaba fuera, era sólo un baño para toda la casa. Menos para Bulma, claro.
Entré y me refresque tomando un baño, apenas eran las seis y cuarenta, a las siete tendríamos que ir al instituto. Lo que aún no sabía es si tendría que llevarla, que molesto iba a ser.
Salí del baño entre abriendo mis ojos que aún gritaban por seguir durmiendo. Pero me di una cachetada interna para evitar dormirme en pleno pasillo.
Cuándo alcé la cabeza, pude ver su silueta saliendo de su habitación, portando sólo un pequeño vestido de dormir muy corto, casi podía notar sus bragas.
Mierda. Tenía el cabello desordenado y se le notaba soñolienta aún, por lo que no sentía mi presencia detrás de ella.
Ella se fue bajando las escaleras y yo me metí a mi cuarto.
Y si, un notable bulto se notaba entre mi short gris.
¿Por qué tenía que usar algo tan provocativo? ¿Se le olvidó que tiene a un hombre viviendo en su casa y que ya tiene tiempo sin tener relaciones y que esta tremenda mente desesperado por ello? ¿Acaso no sabe que a los hombres enciende cosas cómo esas?
Maldecí bajo por eso
Tuve que volver al baño y tomar una ducha fría. Cosa que odiaba.
Empiezo mal mi mañana.
(•••)
— Buenos días. — saludé tratando de esquivarla entrando a la cocina.
Decidí por ponerme una chompa gruesa roja con la capucha puesta y unos pantalones de algodón y gruesos. Si, algo caluroso para un tiempo caluroso.
— Buenos días. — me miró extrañada, ahora traía algo más decente, unos pantalones y una camisa manga corta aun con el brazo vendado — ¿Por qué usas eso? Es verano.
— Tengo frío, es todo. — abro el refrigerador y saco la botella de jugo y me sirvo un poco en un vaso. Luego de eso, me voy sin verla gracias a la capucha. Mis ojos captaron un pan, entonces sólo lo agarré y regresé mi mano dentro del bolsillo. Caminé hacia el comedor y me senté en una de las sillas.
— ¿Eso es todo lo que vas a tomar? — me pregunta desde la barra que conectaba la cocina con el comedor.
— Si. — respondí mordiendo el pan.
Genial. Lo que tenia que hacer para evitar otra erección. Aunque aún seguía ahí, pero más calmado, pero no era muy controlable.
Ella se trajo su desayuno propio, lo peor fue que se sentó en frente de mi. Trajo Leche fresca, con cereales y fruta cortada en otro plato.
Y yo con sólo jugo y un pan. Que gran desayuno.
— ¿Qué tal amaneciste? — pregunta.
— Bien.
— ¿Soñaste algo?
— No.
Demonios, era mi oportunidad para ir llevándome bien con ella, pero mi bendita erección tenía que fregarla toda.
— ¿Estás bien? No me has dirigido la palabra desde que despertaste.
Fingí toser un poco. Quería cambiar de tema.
— Entonces, ¿Te irás sola o te tengo que llevar? — le doy un mordisco a mi pan con soledad mientras agarraba el valor para verla.
Ella deja de beber su bebida y me mira.
— Como quieras. Si quieres me llevas o voy sola.
Una pequeña gota de la leche resbaló desde su boca, ella rápidamente se lo limpió.
¡Mierda!
Sentí un dolor en mi entrepierna. Como impulso, golpeé mi cabeza contra la mesa haciendo que los utensilios chillen.
— ¿Qué sucede? ¿Estás bien?
— ¡Me parece perfecto! ¡Te vas sola entonces! Yo iré con Raditz y no te va a gustar las cosas que él y yo hablaremos, tu sabes. Ahora, necesito ir al baño urgentemente. — entre en desesperación, me levanté y fui corriendo hacia el baño del primer piso.
Llegué y me encerré dentro.
¿Por qué ahora? ¡¿Por qué no pudo ser en la escuela?!
Diablos, ya ni a uno le dejan desayunar tranquilo.
(•••)
Fue una mañana muy revoltosa. Lo primero que me pasaba al sólo despertar era excitarme, ¿Algo peor? ¡Si! Que no la puedes tomar, era claro. Y quedarte con las ganas de poseerla era hasta mucho peor.
Eso era para mi.
— Comenzamos mal ehh. — dice Raditz sonriente.
— Ni que lo digas. No vamos ni un día y ya voy con erecciones. — digo mientras manejaba.
— Recuerda que ahora es sólo acostarte con ella, esa es la apuesta reducida ahora a cuatro meses.
— Lo sé. ¡Oh! Y por cierto, la carta ya le llegó.
— ¿En serio? ¿Y qué tal mis palabras?
— Una mierda por cierto. Pero eso no es lo peor. Descubrí algo horrible por eso.
Con sólo recordarlo me daba escalofríos.
— No tienes sentimientos, idiota.
— Tú mucho menos.
— ¡Esta bien! Ya dime la maldita cosa que descubriste.
— Ella se corta.
— ¿Corta? Pero.. eso cualquiera lo hace, quiero decir, puede cortar papeles.., cartón.., ropa, ¿Qué hay de eso con interesante? Es más ¿Recuerdas en quinto grado cuándo yo..?
— ¡No, cerebro de almendra! Eso no es a lo que me refiero, no me refiero a cortar papeles, se corta ella misma, las venas, la piel, con una navaja. ¿Entiendes? ¿O quieres que también te lo diga en inglés?
La paciencia se me acababa. Y peor cuándo se trataba de Raditz, con él tenía que aplicar lo extremo de mi.
— Carajo.. — hizo una expresión de asco mirando al frente — Y.. ¿Cómo fue? Es decir ¿Cómo lo descubriste?
— Por eso mismo, al parecer ella leyó la carta, y claro, cómo cualquiera se acaba de enterar que su amiga esta "Muerta", ella entró en un momento de pánico y desesperación, y según lo que me dijo, no es la primera vez que lo hace.
— Entonces.. si a ti te llegara una carta diciendo que estoy muerto, ¿Te cortarías también? — dijo él sonriendo burlón.
Lo miré rodando los ojos. Él sólo se encogió de hombros sin dejar de sonreír.
— Eso no es a lo que quiero llegar. Lo que quiero decir, es que por cualquier cosa que le choca bastante, ella entra a.. cómo.. no saber que hacer y lo único que le pasa por su mente es cortarse. ¡Eso es algo suicida!
— Entonces..
— Entonces.. si ella llega a enamorarse de mi, me acuesto con ella, y luego la boto, quién sabe de que cosa es capaz. — otro escalofrío me recorrió.
— Un momento.. ¿Tratas de decir que quieres terminar la apuesta? — insinuó.
Aunque era una de las cosas que me daban ganas de hacer, entendió lo que quise decir, es un avance.
— No lo sé. Sólo te hago saber su problema mental.
— Yo no lo creo. Pero.. si quieres que esto acabe, acuéstate con ella ya y así se evitan problemas.
— No es tan fácil ¿Sabes? Es una mujer desconfiada, difícil, enojona, y sobre todo.. lamento decir pero esta buena. Es lo bueno.
— Entonces sólo drogala o embriagala y ya. Una noche cómo cualquiera ella no se recordará de nada.
— Buscaré el momento perfecto para hacerlo. En serio no soportaría volver a pasar por eso. Quedé traumatizado.
— Tienes dos semanas con ella, tienes tiempo suficiente.
— Lo sé.
Cuándo llegamos, bajamos y nos dirigimos a nuestra clase debido a que llegamos algo tarde.
— Nos vemos en el receso entonces.
Asentí mientras me iba a Química.
(•••)
Cuándo fue hora de salida. Decidí por esperarla, admito que en la mañana la traté un poco mal por decirle que se vaya sola, aunque tenía algo urgente.
Todo el día en clase no nos hablamos. Yo estaba en lo mio y ella estaba metida en no sé dónde.
Ella sale por la entrada principal. Alcé mi brazo para que me vea, y así lo hizo, me miró, yo le hice una señal para que venga, y así lo hizo.
Los demás a nuestro alrededor nos miraban, otros murmuraban, ella se incomodó por lo visto. Pero igualmente se acercó fingiendo no verlos.
— ¿Qué quieres? — pregunta.
— Nada. Sólo quiero llevarte. ¿Está mal eso?
— No.., pero.. — la detuve.
— Sólo entra al auto. — ordené entrando al lado de conductor.
Pares y sus amigas estaban al fondo, ella aún cargaba el moretón en su ojo izquierdo que Bulma le provocó el día de la pelea. Lo que si sabía era que ella no se iba a quedar con los brazos cruzados.
Cuándo estuvimos dentro, ella se nos acercó furiosa.
Bulma se dio cuenta que venía.
Mierda, si venía y preguntaba algo, ella le iba a decir que fui yo.
Arranqué y nos alejé de ella, que gruñó y pateó el suelo con rabia al ver que nos fuimos.
— Me tiene harta. Todo el día me busca, tanto que hasta tengo que esconderme en el baño. — dice colocándose el cinturon.
— No le hagas caso, ya viste que está loca.
— Gracias por esperarme, de hecho. — sonríe viendo a través de la ventana.
— Ahora que vivimos juntos, me parece lo más justo. — digo.
— Oye.. una pregunta ¿Y por qué actuaste en la mañana tan extraño?
Tragué saliva nervioso. Ella sabe que soy un poco de mente perversa — tal vez no tan poca — pero otra mentira no iba a hacer daño a nadie, es más, a estas circunstancias tenía que quedar lo suficientemente bien con ella si quería por lo menos ganarme su confianza.
— Tuve una pesadilla, quedé tan traumado que tuve que verme algo.. frío y cubierto. Es todo.
— ¿Qué tipo de pesadilla?
— Esas ya son dos preguntas no te pases.
— Oh vamos.. sólo una más.
— Perdón, pero eso ya es mucha información.
— ¿Qué tanto puede ser un sueño?
— Bastante. Pero ¿Ya para qué? Ya estoy aquí, con mis dos ojos.
Luego de eso, una extraña pero entretenida conversación comenzamos a entablar, ¿Acerca de qué? De payasadas realmente, pero era un buen avance, es decir, se soltaba un poco conmigo y se permitía reír con cualquier cosa que decía.
Nunca la había visto reírse así, su risa era algo contagiosa y escandalosa, aunque ese era el propósito. Según Raditz, esas cosas sirven para ganarse la confianza de una persona.
Yo sólo quería acabar con esto ya. Necesitaba hablar con alguien. Alguien que no fuera Raditz.
Ya tengo en mente quién podría ser.
(•••)
— Vaya.. vaya.. hace tiempo que no nos veíamos. ¿Verdad? — dijo ella caminando hacia dónde me encontraba.
El escandalo era bastante. Pero aún podía oírla.
— Ni que lo digas, pasaron años ¿No? Dime, ¿Cómo está la familia? ¿Los hijos, el esposo, el suegro, el perro? — sonrío al ver su expresión de asco.
— Que gracioso, pero sólo te puedo responder del perro y él está bien, muchas gracias. — dijo sarcástica, se sentó en el piso — ¿A qué viniste? Llevaba algo de tiempo sin verte por aquí.
— A contarte mis problemas, claro. — me senté casi a su lado, una piernas mía estaba recostada mientras la otra la doble hasta que esté a la altura de mi hombro, dónde lo recosté de largo.
— ¿Tengo que cara de psicóloga o qué? — sonreí.
— La cosa es.. — casi.. casi soltaba la lengua sobre la apuesta que ella no sabe claramente. Le hice creer que aquella chica me gustaba de verdad aunque fuera todo lo contrario. Seguiré actuando cómo aquel chico "Tratando de consquistar a una chica", algo hipócrita pero que va.
— ¿Es ella?
— ¿Qué comes que adivinas? — digo sarcástico.
Ella ríe cubriendo su boca — Ese fue el único tema que tuvimos la última vez.
— En realidad sí, es ella. De nuevo. Las cosas estan ahora muy.. cómo confusas un poco.
— ¿En qué sentido?
— Siento que está yendo todo bien. Es todo. Ahora.. lo más interesante es que ahora vivimos juntos.
— ¡En serio! — sonrió — ¿Están saliendo?
— Es decir.. no, nunca salimos, es sólo que nuestros padres se casaron, y ahora estan dos semanas de luna de miel, y sólo vivimos juntos. ¿Sabes? Muy aparte de eso, agradezco salir del infierno que lastimosamente llamaba hogar antes.
— ¿A que te refieres?
— Literal.. — carajo, metí algo personal sin querer, metí la pata. — Nada, estoy delirando.
— Vamos.. dime, me dejaste con la intriga.
— No seas metiche. No diré nada. — digo cruzando mis brazos.
Ella curvó sus labios — Está bien, no insistiré.
— Creo que ya debo de irme. Dejé a "Mi hermanita" sola en casa y no quiero que algún fantasma aparezca en su cuarto y se asuste. — decía mientras me levantaba.
— Bueno.. aunque no me dijiste ni un problema en específico, está bien. — se levantó ea también.
— Mmh.. — musité.
— ¿Qué sucede? — pregunta.
— ¿Estaría mal traerla aquí? ¿A este lugar?
— ¿Perdiste la cabeza acaso? — alzó un poco la voz indignada.
— ¿Qué hay de malo?
— Ella.. no creo que le gusten este tipo de lugares, sólo míralo, un feo ambiente y gente enferma, ¿Eso quieres para ella? ¿Y si le dice a su papá el tipo de persona que eres y el tipo de lugares a que la traes? Pueden tener problemas por eso, y no creo que los quieras ¿O si? — cruzó sus brazos sin dejar de mirarme.
— No creo que le importe. — me di media vuelta listo para irme — Grandiosa charla por cierto. Hasta la próxima. — comencé a caminar, sólo vi cómo hacía un ademán con la mano y se iba corriendo a la dirección contraria.
Que chica tan extraña.
— ¿Qué hacías tanto allá? — me preguntó Raditz.
— Nada, sólo conversaba con alguien. Nada importante. — saqué las llaves de mi auto. — ¿Nos vamos ya? Tengo sueño y dejé a la chibola en casa sola. — dije.
— Me iré con Steven, va a comenzar un espectáculo y no me lo quiero perder, tú sabes.. ¿No te quieres quedar? — susurró lo último. Sabía a que se refería.
— No vengas con tus mierdas ahora.
— No te hagas el santo. Sé que en la fiesta de Pares, follaste con una. Debería descontarte por eso. ¿Recuerdas?
Tenía razón. Mientras ella estaba perdida con Pares y sus amigas, cabe admitir que me di un rápido con una chica allí dentro.
— Lo sé. Pero tengo mis necesidades ¿No?. Así cómo tú.
— Estuvimos de acuerdo en que no lo harías
— Sé me olvidó — digo sonriendo.
— Debí suponerlo.
— Entonces me voy. — doy por terminada la conversación. Él me dabjna pequeña palmada en el hombro mientras se iba con la botella de cerveza en manos.
(•••)
— ¡¿Dónde estuviste?! ¡Te desapareciste toda la noche! — gritó bajando de las escaleras con una bata y el cabello desordenado. — ¡¿Sabes la hora?! ¡Son las dos de la mañana, ingrato!
Bufé dejando mis llaves sobre la mesa.
— Deja de gritar, por dios. Sólo me fui por una hora, no exageres, no te pasó nada. — dije yendo a la cocina por un vaso de agua. Con ella detrás de mi.
— No, pero pensé que ya te habías aburrido de mi y que te fuiste a no sé dónde.
Sonreí burlesco, dejé escapar una pequeña risa.
— Entonces tuve que asegurarme y entré a tu cuarto, vi que todas tus cosas estaban intactas, y me alivié y supuse que sólo saliste a hacer cualquier cosa.
Casi me atragantaba con el agua al oír lo que dijo.
— ¡¿Entraste a mi cuarto sin mi permiso?! — grité.
— ¡¿Qué querías que hiciera?! ¡Estaba asustada! — cruzó sus brazos, luego alzó una ceja. — Por cierto, no sabía eras fan de Ariana Grande y Billie Ellish, pensé que eras el típico chico que sólo escuchaba música reguetonera o trap.
— ¡Carajo! — dejé el vaso en el fregadero mientras salía de la cocina avergonzado con ella todavía detrás de mi riéndose. — ¡Ya calláte!
— Bueno, ahora que sé que no me abandonaste, puedo irme a dormir tranquila, buenas noches. — sonrió y caminó por delante de mi hasta las escaleras y desaparecer subiendo en ellas.
— Maldita sea. — terminé de subir las escaleras, estaba listo para irme a dormir por fin.
Llegué a mi habitación, sólo me quité la camisa y pantalones quedando sólo en bóxer y me eché a dormir.
En pocos días subo el otro❤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top