Capítulo 16
Nos separamos y dimos distancia.
— No puede ser cierto. Esto es una maldita broma. — ríe nuevamente. — ¿Tú? ¿Mi hermanastra? ¡Me están jodiendo! — comenzó a caminar en círculos.
— Hey.. calmadito eh.. que esto tampoco es fácil para mi.. — me abracé a mi misma, fue cuándo sentí que estaba temblando. Yo tampoco creía en lo que acababa de decir y ver
Iba a desmayarme al recibir tantas noticias en menos de diez horas, que récord. Además que era una gran carga y procesar todo esto cansaba, me costaba asimilar todo lo que estaba pasando.
La puerta se abrió, dando pase a mi padre y a Soledad, no era una mentira, si eran ellos lo que mis ojos veían. Tragué saliva nerviosa. Cada uno tomó su distancia.
La madre de Vegeta se hizo a un lado un mechón y se lo colocó detrás de la oreja, estaba avergonzada, se notaba por que miraba a todos lados cómo si estuviera buscando una salida o algo que la sacase de ahí. Luego miró abajo.
— ¿Entonces? — habló Vegeta metiendo sus manos a sus bolsillos — ¿Tú eres el padre de Bulma? — señaló a mi papá.
Dios, este chiquito y sus modales. Mordí mi labio siendo ahora yo la nerviosa esperando el regaño que mi padre probablemente le de a Vegeta por señalarle y faltarle el respeto.
Muy estricto en eso.
— Bulma, ¿Se puede saber que rayos estás haciendo aquí? ¿A qué hora te dije ayer que llegaras, eh? ¿Y qué haces vestida así? — me regañó señalando mi cuerpo.
Al fin y acabo terminé siendo yo la que recibió el regaño. Cruce mis brazos mirando al suelo.
Diablos, me había olvidado de ese detalle. Que vergonzoso. ¿Qué pensará de mi?
— ¡Oiga! ¡Le hice una pregunta! — gritó Vegeta.
— Vegeta, no te lo voy a repetir dos veces, respeta a tus mayores. — dijo la señora ahorrando las ganas de gritarle apretando los dientes. Iba a decir algo, pero calló, apretó los puños mirando a otro lado susurrando cosas muy inaudibles.
— Larga historia.. — fue lo único que de mis labios salieron, no iba a reclamarle nada sobre lo que acababa de ver, tenía que comprender, después de todo, no estaba él engañando a nadie. Pero a quién si le debería de dar una explicación es a Vegeta, quién no ha dejado de ver a mi padre cómo si fuera un bicho raro.
— Hablaremos sobre esto más tarde. — me miró con su penetrante mirada. Eso significaba peligro.
Pasé saliva nerviosa. Y volví mi mirada al suelo desviando su mirada de la mía.
— ¡¿Puede alguien explicarme exactamente que carajos está pasando?! — perdió la paciencia Vegeta agarrando sus cabellos viendo a su madre.
Su madre se aguantó las ganas de golpearlo, se notaba a la distancia, apretó su puño mirando a otro lado mordiendo su labio. Soltó un suspiro, intentando buscar su relajación.
— Tenemos noticias. — dice ella sonriendo mientras me ve. Alzo una ceja confundida. ¿Con que otra más nos iban a sorprender?
— ¿Así? ¿Qué clase de noticias? ¿Qué son pareja? ¡No me digan! Cómo si no hubiésemos visto nada allí dentro. — expresó con sarcasmo Vegeta soltando una sonrisa colocando sus manos en su cintura.
— Vegeta, ya cállate. — dijo ella colmando su paciencia — Son diferentes noticias. — volvió a sonreír. Que rápido de humor cambiaba esta señora.
Ella intercambió miradas con mi padre, quién le dedicó una cómplice, luego sonrió. Y nos miró a ambos.
— Nos vamos a casar. — soltó mi padre sin dejar de sonreír.
— ¿Ah? — fue lo único que salió de mi. Mi quijada cayó de la sorpresa.
¿Qué?
— ¿Tú? ¿Te vas a casar aún estando casada con mi padre? — dijo Vegeta refiriéndose a su madre.
— Nos dimos divorcio la semana pasada Vegeta. — ella lo miró, y él quedó estupefacto.
— ¿Ya? — su boca quedó abierta durante unos segundos aún sin creer todo lo que le acababan de decir. Nos dio la espalda pasando sus manos por su rostro, y un sonoro suspiro salía de él.
— ¿Tú no dirás nada Bulma? — mi padre me miró. Esperando una respuesta mía.
¿Yo? Ni siquiera recuperaba el habla al recibir tal noticia.
¿Qué esperaba que dijera?
— Fe-felicitaciones. — formé una sonrisa forzada. Una torcida exactamente.
— ¡Un momento! — interrumpió de nuevo Vegeta. Captando la atención de todos — ¿Eso quiere decir que ella y yo seremos hermanos? — volvió a señalarse y luego a mi.
Miré a mi padre y a su futura esposa curiosa.
— Exacto. Además, luego del matrimonio. Pasaremos a vivir los cuatro juntos, como una verdadera familia. — ¿Qué acababa de decir?
¿Eran esas las palabras de mi padre?
No puede ser cierto.
¿Vivir con él?
— ¡¿Qué mier..?! — no terminó de decir por que nos dio la espalda a todos agarrando sus cabellos nuevamente con desesperación.
— ¿Es en serio? — solté sin tampoco creerlo.
— Sabemos que esto es muy fuerte para ustedes, pero tienen que aceptarlo. La boda se llevará acaba dentro de una semana. — fue lo último y la señora entró a la habitación junto con mi padre atrás.
— Mierda.. — bajó las escaleras con rapidez. Yo lo seguí sin esa misma prisa, pero con ganas de saber que se traía.
Lo encontré sentado en un sillón con la cabeza gacha. Me acerqué a él, y me senté a su lado.
No sabia cómo sentirme, si sentirme bien o mal.
Siendo sincera, me importaba poco que hiciera mi padre con su vida, aunque a estas circunstancias tenía que ver mucho conmigo, iba a ser un gran cambio en mi vida.
Lo que si no me esperaba era una boda y luego de ello ir a vivir con una persona indeseable. No lo desprecio, pero en cierta parte sería extraño, que de pronto te digan que tu padre se volverá a casar y tendrás de hermano un compañero de clases no es una de las mejores cosas que te podrían pasar, menos cuándo se trata de un chico problemático cómo él.
— ¿Cómo estás? — fue lo único que se me ocurrió preguntar.
Tonta pregunta, lo sé. Él sería uno de los más afectados en todo esto. Es decir, vivir la separación de tus padres no debe ser una bonita etapa que presenciar que digamos. Se sufre mucho ver cómo tus padres poco a poco dejan de verse o hablarse, mientras estás tú aún de por medio. Todo simplemente porque el amor entre ellos se fue.
Él negó con la cabeza mirando abajo.
— ¿Qué cómo estoy? ¿Cómo debería estar? ¿Bien? ¡No! ¡No estoy bien! Mi madre engañó a mi padre y ahora me sale con la tontería que se va a casar con un hombre que resultó ser tu padre.. ¿Debería estar bien con todo esto? — dijo sin dejar de mirarme. Podía notar la rabia a través de sus ojos, los cuáles chispeaban de furia.
No sabia que responder a todo. No pasaba lo que él vivía, por lo que no tenía ni la menor idea de cómo sentirme. Sólo confundida.
¿Soledad engañó a su padre con el mío?
Vaya, eso no sabia.
— No comprendo. ¿Vivir contigo? — rió, agachó su cabeza entre sus piernas con ayuda de sus brazos. — Esto no puede estar pasando. — se levantó de dónde estaba, agarró una chaqueta.
— Espera.. ¿A dónde vas? — pregunto antes que cruce la puerta.
— No te importa. — y se fue.
Sin duda había aún mucho que conocer de él, y el plazo en el que viviría con él me iba a servir bastante para conocerlo, más de él y lo que era su vida antes de conocerlo. Todo con buenas intenciones.
No sabia que hacer ahora. Quería irme también, pero no tenía a dónde, si tan sólo Launch me contestara los mensajes o llamadas podría tener la oportunidad de ir a su casa. Pero no. ¿Qué le habrá pasado?
(•••)
Vegeta
— Y luego dijo que se va a casar. — digo — ¿Y sabes lo peor de todo? Qué se va a casar con su padre. — terminé dándole otro sorbo a la cerveza. — Pasando todo eso, de la maldita boda, viviremos los cuatro juntos.
— Viejo.. eso es.. una novela completa. — sonrió — Al parecer tendrás más posibilidades ahora que vivirán juntos, ¿No lo crees?
— Ahora con tus nuevas reglas. Pienso que sí.
— No será ahora tan complicado. ¿Verdad?
— Como digas.
Raditz cambió su semblante — Pienso que seria muy malo de mi parte eso de enamorarla, y luego romperle su corazón frente a toda la escuela. Entonces.. ¿Por qué no sólo mejor un acostón sin sentimientos?
— ¿En serio piensas que eso sería lo mejor?
Sin duda había perdido la cabeza. ¿Y si ella llegaba a encontrar sentimientos hacia mi antes de lo esperado?
— Así es, ambos salen ganando. No seré tan desquiciado. — jugó con el vaso.
— ¿Y porqué cambiaste de opinión? — me atreví a preguntar. Y es que era una duda que tenía desde que cambió las reglas de la apuesta.
Él pasó saliva con cierta dificultad. — Me daría pena eso, y todo por mi culpa. Ya sabes. Ella nos odiará, su loca amiga igual, no quedaríamos tan mal pero.., también están sus padres y.. no sé sólo se me ocurrió. — miró a otro lado.
— Oye.. ¿Y no sabes nada de su amiga? ¿La bipolar? No la he visto en estos días, y ella ha estado muy preocupada. — el recuerdo que tampoco la había visto estos días me resultó muy raro. Y quizás él sabría algo.
Él vuelve a tragar saliva y una gota de sudor resbala desde su cabeza. — No lo sé. La última vez que la vi fue luego de haber tenido sexo. De ahí, no la vi más. Yo tampoco sé nada. — dijo y le dio un sorbo a su jugo.
Yo era el único tonto tomando cerveza.
— Pero entonces.. ¿Qué tal te fue ayer? No me dijiste si en verdad te acostaste con ella o no. — habló cambiando de conversación.
Sonreí.
— No, por más droga que le eché en su bebida ella no respondió. Siento que abusé con echarle bastante, perdió la conciencia y perdí la oportunidad. — dije sin dejar de sonreír — Ni siquiera quedó un poco para mi.
— ¿Y ella sabe que fuiste tú? — sonrió.
— Jamás lo sabrá. Fue de mucha ayuda Pares en aparecer en esos momentos, iba a echarle en la primera que fui a buscar bebidas, pero ella se me adelantó, eso me sirvió para ponerla como la verdadera culpable de todo y no yo. — sonreí orgulloso. — Todo fue inesperado, pero resultó mejor de lo que esperaba, superó mis expectativas. Quedé limpio.
— Tremendo suertudo. ¿Quién con esa suerte? — cruza sus brazos.
— Ahora ella la odia, y le va a buscar bronca el Lunes. Ya quiero ver que pasa.
Sé lo hijo de puta que sueno, pero.. ¿Qué se le puede hacer? Es sólo una apuesta.
— Pero, Pares negará todo. — dijo.
— Lo sé, pero no le va a creer, fácilmente creerá que ella está mintiendo y le va a importar poco. — le di otro sorbo a mi bebida. — Y seguiré siendo el inocente de la película. Ganaré su confianza más ahora que nos volveremos más cercanos, me acostaré con ella. Y listo. — di otro sorbo fondo.
— ¿Qué tan excitante puede ser follar con tu hermanastra? — dice él sin quitarme la mirada.
Miré hacia el arriba — No puedo esperarlo, debe ser muy excitante. — mordí mi labio sin dejar de sonreír.
Él ríe.
— ¿Irás hoy a la carretera?
— Si, quiero conducir, siento que lo necesito, hace tiempo que no voy.
— Genial. — se levanta del suelo. — ¿Quieres jugar algo? — se acerca a su pequeño mueble y saca unos cuántos juegos de consuela.
— Me debes una partida. — me levanto junto con la botella en mi mano derecha — Voy a agarrar jugo.
— Agarra. — teniendo la autorización innecesaria, me dirijo a la cocina, dejo la botella a un lado y abro el refrigerador, saco el jugo de manzana en caja que él acostumbra comprar. Pasó cerca de su sotano, pero al momento que mi pie roza con la pequeña puerta que lleva abajo o trampilla, oigo sollozos, unos bajos, casi inaudibles. Quedo algo idiota al pensar que era sólo mi cabeza imaginando cosas. Trato de ignorarlo, pero al dar un paso vuelvo a oír sollozos. Me detengo unos segundos en oír mejor, necesitaba verificar que realmente no me había vuelto loco.
Otro sollozo se escuchó abajo. Permanezco en silencio aún oyendo aquellos ruidos.
Luego. Raditz llega — ¿Qué pasa? ¿Por qué tanta tardanza? El juego ya está por comenzar y tú aún no estás.
— ¿Escuchas eso? — alzo mi dedo índice para que guarde silencio mientras me concentro en esos sollozos.
Él alza una ceja, pero luego abre los ojos sorprendido.
— Yo no oigo nada, será mejor irnos. Creo que es producto de tu mente. — me jala del brazo, pero yo me zafé rápidamente.
— ¡No! ¡Hombre, escucha! — le grito volviendo a estar cerca de esa puerta — Viene de allí abajo. — señalo la puerta.
O era eso, o es que realmente me había vuelto loco.
Pero conozco a Raditz, lo creía capaz de cualquier cosa.
— No, no hay nada ahí. Vamos ya, vamos a perder el juego. — vuelve a acercarse a mi.
Oímos otro silencio, ya no eran sollozos, era sólo silencio.
— Vamos ya. — intenta jalarme, pero un grito hace que nos detengamos.
— ¡Ayuda! ¡Ayuda por favor!
— ¿Qué carajos? — me agacho hasta quedar enfrente de la puerta.
No estaba loco, si había alguien ahí.
— ¡Ayuda!
— ¡Hay alguien abajo! — agarro la pequeña manija que había, no consigo abrir la puerta porque siento un fuerte empujón que logra hacerme caer y dejar la manija. — ¡¿Qué te pasa Raditz?! — grito.
— ¡No abras esa puerta! — me dice él alterado. Me levanto.
— ¡¿Qué hiciste?! ¡¿A quién tienes allí abajo?! — pregunto.
Él agacha la cabeza — Launch.
Mis ojos se abren, él la tenía. La tenía secuestrada.
— ¿Acaso la secuestraste Raditz? — susurro sin salir de la sorpresa.
— Yo.. ella iba a decirle todo, ella sabe todo acerca de la apuesta. — señaló la puerta, en ese cuarto estaba ella.
Con razón tantas faltas.
— ¿Cómo lo supo? Si los únicos que lo sabemos somos tú y yo. — le recordé. Él volvió a tragar saliva.
— Ella me embriagó a propósito, me sedujo a propósito con tal de sacarme esa información. Y lo logró, yo borracho le dije todo, y ella le iba a decir todo a Bulma, y sí ella se entera se echa todo a perder y nos jodimos. — estaba desesperado, estábamos desesperados.
— Pero.. ¿Para qué la quería? ¿Se lo preguntaste? — pregunté.
— ¡No! ¡No lo sé! — tapó su cara con sus manos.
Había empezado a sudar inesperadamente, traté de quitar todo lo que había expulsado con mi mano, pero aún seguía —Rayos.. ¿Qué hiciste Raditz? Estamos en graves problemas. — siempre he tenido esa maña de agarrarme los cabellos cuándo estoy desesperado o enojado, y ahora lo estoy haciendo, desesperado sin saber que hacer.
— Escucha.. lo vamos a dejar así, aquí no pasó nada, la voy a dormir por otros días más, aquí no pasó nada, ¿Oíste? — trató de calmar la situación, lo sentía temblando, él estaba igual de desesperado que yo, y aún más que ahora yo lo sé.
— ¿Estás loco? ¿Piensas seguir dejándola ahí?
— Si la dejamos, va ir a contarle todo, ¿Tienes otra mejor idea?
— Si, y te apuesto que es mejor que esa.
— ¿Quieres apostar? Hagamos una apuesta y veamos si tú manera de arreglar las cosas es mejor que la mía.
— ¡Agh! ¡¿Quieres dejar las apuestas a un lado de esto?! ¡Es algo serio! — no dijo más — Sólo hay que dejarla ir, hay que darle una amenaza y decirle que si dice una sola palabra acerca de la apuesta se las verá con nosotros. Ya está.
— ¿Crees que no lo hice? Llegué a golpearla Vegeta, le hice daño y ella aún así no entendió. — dijo entre dientes, para luego soltar un suspiro.
— ¿Sabes que puedes ir a la cárcel por hacer esto? — dije negando con la cabeza sin creer lo que me acababa de decir. Otra vez.
Díganme hijo de perra y todo. Pero no tendría la valentía o coraje para ponerle un sólo dedo encima a una mujer con el fin de lastimar. Detesto eso. Y que ahora uno de los míos cometió tal delito y falta. Me hace rabiar.
— ¡Lo sé y no sé que hacer! — apretó sus dientes — Iría a la cárcel por todo, hasta tú. Pero no importa. Ahora no sé que hacer y tengo mucho miedo de cualquier decisión que pueda tomar.
— Sólo hay que dejarla ir, con una advertencia y ya.
— ¡No! — comenzó a mirar a todos lados — Olvida todo, olvidemos que pasó esto y hagamos cómo si nada pasó. ¿Bien?
— ¡Déjenme salir maldita sea! — gritó Launch — ¡Quiero salir! ¡Vegeta! ¡Raditz! ¡Déjenme salir! — ya sabia quiénes éramos. Joder.
— ¡Cállate! — le gritó.
— ¡No me calles! ¡Desgraciado mal nacido! ¡Te odio!
— ¡Di lo quieras, mientras más hablas, son más los días que te tendré ahí metida! — advirtió.
— ¡Idiota! ¡Vegeta déjame salir!
No dije nada. No sabía que hacer.
— Vamos ya. Sola se va a aburrir. — me jaló del brazo y me arrastró a la sala. Y yo sin hacer nada, accedí.
No podía, no podía con esto, era bastante carga, bastante para menos de un día, y era muy frustrante, iba a volverme loco.
Me senté en el sofá, Launch no dejaba de gritar que la saquen, era desgarrador oírla gritar así, implorando que la saquen y que tengamos piedad de ella. Nosotros no hacíamos caso, ignoraba sus gritos al igual que Raditz.
No sé cómo podré vivir con esta conciencia. Sin duda Raditz normalmente yo lo caracterizaba por ser una persona de cometer malas decisiones, uno que hace las cosas sin pensar. Comete errores constantemente, no hace las cosas bien cuándo se trata con las personas. Habla por hablar sin pensar las consecuencias.
Algo parecido a mi, pienso que estamos en la misma línea, pero muy pocas veces soy consciente de lo que hago, aunque en estos días he actuado sin pensar, hoy me estoy empezando a arrepentir por todo. Estoy actuando como una completa basura y odio sentirme así. Supongo que todo lo que viví en mi pasado acerca de mis padres y también sobre la gente que me rodeaba me convirtieron en ser lo que soy ahora. Sin darme cuenta me había convertido en lo que de niño me había prometido no ser, alguien que lastima las personas, alguien que no muy constante consume sustancias tóxicas, hace carreras ilegales, casi mandar a alguien al hospital, hasta ser cómplice de un secuestro en el que no puedo hacer nada más que esperar.
Cuándo llegué a mi casa, no había nadie, fui a la habitación de mis padres, y cómo era de esperarse no había nadie.
La puerta de la casa se abrió, bajé a ver de quién se trataba, y era mi padre.
Al verme sonrió sarcástico.
— ¿Te enteraste? Tú madre se va a casar con un perdedor. — ríe aún con ese toque de sarcasmo.
Por más que sea mi viejo, tenía que responder si tampoco quería problemas.
— Lo sé. — me limité a decir.
— Es una perra, ¿Sabes cuántas veces la encontré con ese hombre follando en mi propia cama? Varias. Pero tú no estabas, por lo que no escuchabas nuestras discusiones. — señaló un punto inespecifico — Cómo detesto a esa mujer.
Me fui a mi habitación, no quería seguir oyendo sus cosas, estoy harto de todo.
Terminé sin ir a esas carreras. Todos mis ánimos se fueron al piso después de todo.
Mi teléfono vibró. Me había llegado un mensaje.
Me di vuelta en cama hasta estar enfrente de la pequeña mesa se noche, alcancé agarrarlo.
— ¿Te encuentras bien? No supe nada de ti en toda la tarde.
Era Bulma. ¿Cómo hablarle sin soltar ninguna palabra acerca del secuestro del amiga? Aunque, era escribirlo. Pero ahora el verla no iba a ser lo mismo teniendo la conciencia sucia, y eso que ya de por sí la tengo. Sin embargo, esto era diferente.
— Estoy bien. Quiero dormir. Nos vemos el Lunes.
Apago mi teléfono y lo dejo a un lado.
No quería saber nada de nadie, ni siquiera de ella. Quería olvidar todo mientras duermo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top