Capítulo 28: Lluvia
—Apuesto todo a que hoy va a llover.
—Pues yo digo que simplemente es una nube.
—Ya veremos si dices lo mismo cuando estés totalmente empapada.
Len terminó de cerrar la casa con el paraguas en mano.
—¿Por que solo uno? No estarás pensando en dejarme bajo la lluvia... que nunca vendrá.
—Solo tengo uno, te recuerdo de que antes que vinieras yo vivía solo. Y ¿Acaso no quieres compartir el paraguas conmigo?—Preguntó con tristeza.
Me sonrojé ante tal pregunta para luego comenzar a caminar. O eso intenté hasta que alguien tomó mi mano.
—¿Q-Que haces?—Mentiría si no digo que me gustó
—Vamos, podemos llegar a tiempo hoy.
Su mano era cálida, y un poco mas grande que la mía.
Por suerte, a Len parecía no haberle afectado mi postre. Todavía respiraba, por suerte.
El caminar hasta la escuela, esperar el bus y esa aburrida y agotadora rutina ya nos había aburrido. Habíamos pensado varias veces en ir en la aplanadora, pero esta estaba guardada en la casa Vocaloid.
Aparte...
¿No era ilegal andar con una aplanadora por la calle?
Los días de frío ya se habían ido casi por completo, ahora las lluvias indicaban la pronta llegada de la primavera. Época seguida del verano.
—Guardaré el paraguas en mi bolso—Explicó Len mientras guardaba el objeto.
—¿Acaso nunca traes libros?
—Los dejo en el casillero. Me gusta tener el bolso ligero.
—¿Y cuando hay que hacer tareas?
Apartó la mirada.
Rubio idiota.
Pero, MI rubio idiota.
¿Que estoy pensando? ¡Maldita consciencia/Cabeza/Imaginación/Mente sensual!
Las clases pasaban rápido, normalmente los primeros horarios eran para las materias básicas. Ya para mas tarde, eran las artísticas.
Las clases de historia, química, lengua y matemáticas no me resultaban problema alguno, mas las de música y otras me incomodaban bastante.
Aun tenía mucho que aprender.
Cuando menos me di cuenta, la primer hora de clases había terminado, dando con el timbre resonando por toda la escuela.
Durante el receso, Len se mantuvo a mi lado. Lo cuál me consiguió alegrar.
Hacía mucho ya que no caminaba con Len a mi lado, desde que había comenzado el segundo periodo para ser exactos; desde que Mei había llegado.
—Pronto se hará un año de que estas aquí...—Len rompió el silencio.
Asentí con una melancólica sonrisa.
No me había olvidado de Osaka, de Lucy, mama y Nati. Obviamente las extrañaba y pensaba todo el tiempo en ellas.
Nunca había aclarado aquello, pero "Lucy" y "Nati" Son solo unos apodos que yo misma les puse por mi amor a los nombres latinoamericanos. En realidad, Nati se llama Momo Kagamine y Lucy, Akari Misaki. Pero yo las apodé.
Soy algo rara.
Ya que Momo antes me sonaba a mono, se solía molestar demasiado cuando hacía eso. Y pues, Akari era la única que hablaba conmigo en clase.
Realmente las extraño.
Sentí nuevamente aquella dulce calidez en mi mano, reconfortándome. Levanté mi mirada hacia Len.
Era increíble que hubiera crecido media cabeza en un año. Ya no era el mismo idiota que conocí en el aeropuerto. Ahora tenía que levantar la cabeza para mirarle directamente a los ojos.
¿Tanto puedes crecer los hombres en un año? Y yo aquí como un hobbit.
—Todo está bien, las peores cosas ya pasaron —Me sonrió.
Aparté la mirada con un evidente sonrojo en mis mejillas, aquellos gestos eran lo que mas feliz me ponían.
"—O eso es lo que tu crees—"Pensé.
Tenía un mal presentimiento, de que algo malo sucedería pronto.
Len continuaba sosteniendo mi mano firmemente mientras caminábamos por el pasillo. Todos estaban allí hablando.
Quería detener el tiempo allí, ya no existía Mei, ni vocaloid, ni ninguna otra cosa que nos molestara.
Quería quedarme allí junto con Len.
Pero como el destino es mi tan buen amigo y suelo llevarme totalmente bien con él...
—¡Rin, Len! —A nuestras espaldas se escuchó un chillido.
Giramos sobre nuestros talones para encontrarnos con Gumi y Lenka. Lucían preocupadas.
Se acercaron corriendo a nosotras.
—Wow, cálmense chicas ¿Que sucede? —Len soltó mi mano mientas tomaba a Gumi por los hombros.
Esta se detuvo unos segundos a calmar su respiración.
Mientras, Lenka seguía con la mirada aterrada y totalmente nerviosa.
—Es Miku.
Finalmente, Lenka y Gumi terminaron por llevarnos a ambos a la enfermería, donde encontramos a Miku recostada en la cama, con unas vendas en su tobillo. Kaito estaba a su lado sosteniendo su mano.
—Me he caído mientras bailaba, y me golpeé en la pierna. Solo un moretón, nada mas—Aclaró mientras miraba la marca morada en su pierna derecha.
—Solo que estas idiotas se desesperaron. Ya que estaban cerca—Kaito señaló a Gumi y Lenka.
Ambas hicieron un puchero y Gumi le mostró su lengua.
Len suspiró mientras se acercaba a Miku, sentándose al costado de su cama.
—¿Segura que estas bien?—Miku asintió.
Según Len me había contado, él llegó a Crypton poco después de que Miku hubiera debutado, Kaito y Meiko ya se encontraban allí, pero con Miku era con quien mas bien solía llevarse.
"—Miku me ayudó a olvidar un poco de todo lo que me preocupaba, mis tíos y mi hermano... Miku es como mi mejor amiga —"
Así que su relación era bastante estrecha, Len no solía llevarse bien con todos.
—Ve con Rin al receso, por mi no se preocupen—Miku dirigió su mirada a mi.
Len asintió mientras se acercaba a mi.
Me sonrió con calidez.
¿Realmente yo había llenado aquel vacío que dijo Miku?
"— ¿Sabes? Realmente todo es gracias a ti Rin—Miku miraba el techo de mi habitación—.Len siempre se mantenía alejado, solo. Tampoco mostraba muchas sonrisas por así decirlo. Era frío y serio.
Tomó mi almohadón de naranja entre sus brazos, estrujándolo.
—Siempre estaba aburrido y lo único que le veíamos hacer era tocar instrumentos y cantar; pero en su voz, había algo malo. Soledad. La voz de Len se encontraba sola, por ello abrimos el concurso para el dueto. Pero él seguía siendo así por cada participante de la escuela que veía. Así que lo abrimos a nivel nacional... Durante 3 años él fue así de serio y solitario... Luego, dijo que acompañaría a Carmen con las audiciones, y volvió siendo el chico que conoces ahora, contigo —"
Pero, no creo que yo lo haya sido tanto. Ahora, junto a Mei se lo ve mucho mas feliz y despierto.
—Len—Lo llamé mientras ingresábamos nuevamente al salón.
Debido a que ya casi terminaba el receso, volvimos al salón. Que aun se encontraba vació.
—¿Que sucede?
Dirigí mi mirada hacia mis zapatos, nerviosa.
—¿Que es lo que sueles hablar con Mei? Pasas... Mucho tiempo con ella y me pica la curiosidad.
Len me sonrió mientras que volvía a sentarse.
—Pues verás, resulta que coincidimos con muchas cosas con Mei. Ella también intentó la audición de Crypton para entrar, efectivamente no lo consiguió ya que bueno, tu estas aquí—Eso dolió—.Y luego ingresó aquí por recomendaciones. Realmente quiere aprender a cantar y toca el arpa como una ángel. También toca otros instrumentos y tenemos gustos similares a la hora de melodías y letras.
Una. Dos. Tres. Muchas punzadas en mi corazón.
¿Acaso quería que llorara allí mismo?
—Por cierto Rin, ahora que lo recuerdo, al salir quiero que vallamos a un lugar. Hay algo importante que debo decirte.
Asentí con una forzada sonrisa.
Y así, comenzamos nuevamente a dirigirnos al salón, necesitaba hablar con Neru y Lenka.
No las veía mucho últimamente, salvo en las horas de clases. Ellas habían tomado el mando ante la preparación para todos los eventos del semestre.
Y yo realmente quería ayudarles.
—¡Len!—Esa voz.
Ambos giramos, aun tomados de la mano, para encontrarnos con Mei detrás nuestro. Mirando atentamente nuestras manos entrelazadas.
Envidia perra.
Por primera vez, me sentí orgullosa de ser yo quien estaba junto a Len. Tomando su mano.
—¿Mei?—La chica pareció despertar ante el llamado de Len.
—A-Ah... Len ¿Puedes venir un rato?—Me miró fijamente—.Necesito hablar contigo.
Esta chica quería hacer que llamara a Tei ¿Verdad?
—Claro, ya vuelvo Rin. Espérame en el salón, llegaré a la siguiente clase.
Y así, Len soltó mi mano mientras se iba junto con Mei.
Nuevamente sentí ese vació en mi interior.
—Esa perra esta buscando que le enseñe a quien no debe ladrar...
Miré hacia atrás para encontrarme con Tei.
—Ven, te acompaño al salón.
Esos sentimientos posesivos, el solo querer que no se acercara mas a ella me inundaba. Pero debía de confiar en él.
Aparte, no era como si tuviera razones para estar así.
Él no era mi novio.
Mei solamente era una amiga con la que tenían muchas cosas en común, tanto en gustos musicales como artísticos. Era normal.
Pero nosotros somos tan diferentes.
Las últimas clases pasaron rápidamente, Len había llegado minutos antes de que el profesor llegara. Su cara se encontraba seria y no me dirigía la mirada.
Algo le inquietaba.
Y no podía estar tranquila pensando en ello, solamente le miraba a él. Intentando adivinar lo que podría atormentar a Len.
Por ello, varias veces me llamaron la atención en clase.
En una ocasión giré a mirar a Mei, ella se encontraba escribiendo en un cuaderno con notables nervios pero con concentración en su mirada.
—Rin, debería prestar mas atención a la clase.
Asentí mientras nuevamente dirigía mi mirada al rubio, disimuladamente.
No estaría tranquila hasta que él me hablara a la salida.
Cerré mis ojos mientras pensaba en ello.
En cuanto le apreciaba.
En cuanto le quería.
En cuanto quería gritarle estos sentimientos.
Pero me pondría tan nerviosa que solo podría tartamudear palabras incompletas.
El sonido de a última campana del día resonó por mis oídos, indicando el final de las clases. Tomé mis cuadernos y los guardé rápidamente en mi bolso.
Quería saber que quería decirme Len.
Estaba ansiosa por ello.
Len se acercó a mi, tenía su bolso en el hombro y ya estaba listo para irse.
—Ya termino, los cuadernos no entras—Expliqué poniendo fuerza para guardar estos.
—Rin—Len me llamó con un tono de voz serio.
Giré a mirarle.
—Lo siento Rin, acompañaré a Mei al centro. Lo dejamos para otro día ¿Vale?—No me quedó de otra que sonreír con dificultad.
¿Que era eso tan importante que querías decirme?
—Claro, yo te esperaré en casa.
Él asintió antes de irse del salón, junto con Mei que le esperaba en la puerta.
Algo dentro de mi se quebró, por quinta vez en el día. Su ausencia y el vacío que me provocaba esto. El saber que me había sus plantado por Mei. Y el miedo de que me olvidase.
Me agobiaba.
Sin ganas algunas, tomé mi bolso mientras salía del salón. Ya no había nadie en la escuela.
¿Tan rápido se vaciaba este lugar?
Mi pecho dolía, sería la primera vez que volvía sola a casa. O bueno, creo que la segunda...
No importaba.
Al salir por la puerta principal, doblé hacia la izquierda, a la parada del bus. Revisé mis bolsillo para buscar el dinero suficiente.
Me desesperé al no encontrar nada.
—No importa, siempre se puede ir caminando—Intenté sonar positiva.
Lo mejor era sonreír ¿No?
—En mi vida cual ruin, el peor día para mi
Y mi corazón no cesa de reír.
Aquella melodía de "the worst carnival" era lo que me calmaba. Finalmente había conseguido ponerle un nombre aquella canción.
Tenía ya algunos estribillos escritos o una pequeña melodía de nuevos proyectos, necesitaba comenzar con ellos.
No estaba aquí solo por Len, sino también por la música.
Caminaba por una casi desolada calle cuando sentí unas gotas en mi cara. Miré el cielo gris.
—¿Y justo hoy tenías que llevar la razón?
Lo que parecía ser una pequeña llovizna, terminó convirtiéndose en un chaparrón, comenzando a acumular agua en las esquinas de la calle.
Mi uniforme se pegaba a mi cuerpo, y mis zapatos estaban empapados.
La lluvia no se comparaba al dolor de mi pecho.
Debía llegar a casa, antes de que Len se adelantase.
Pensé.
Seguramente ahora se encontraba debajo de su paraguas con Mei. Juntos. Apegados.
Una lágrima cayó de mis ojos.
El miedo al olvido, su compañía y su calor, todo aquello no se encontraba conmigo. Todo desde que yo le había aconsejado acercarse a Mei en un principio.
—Soy una idiota.
La calle estaba vacía, los truenos resonaban por la ciudad de Tokio, las gotas rebotaban en los grandes charcos de agua.
No exigía que me amara, solamente que estuviera a mi lado.
Pero...
¿Por que ahora estaba sola?
¿No habías prometido protegerme?
*-*-*-*
Hol-*Le pegan*
Si, puede que la imaginación en esta historia se me haya volado.
Me disculpo.
Bye! Ejercito Kagamine :3
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