Capítulo 32
-Renacuajo, aún estás a tiempo de arrepentirte, mira aún estás chiquito, tienes mucho por vivir, entiendo que tienen hijos, viven juntos y realmente no marca la diferencia si están o no casados, pero sería bueno que lo analizaras un poco más -un carraspeó del azabache paró la conversación -Jiraiya-sama, ¿podría entregarme la mano de Naruto y dejar de tratar de convencerlo de dejarme plantado frente al altar? -el sannin iba a regañar a Itachi cuando Tsunade tomó su oreja, jaló de él -tuviste suficientes semanas para convencerlo, ahora deja que los case viejo tonto -el sannin se rodeó de un aura oscura -pero Tsuna, aún está chiquito -la rubia negó con diversión, susurró en su oído sacándole una sonrisa perversa -si, si, si lo que digas preciosa, digo Tsuna -la rubia volteó los ojos con diversión -bien, ahora sí comencemos -Naruto sonrió divertido, se colocó frente a su pareja, lo besó tomando desprevenidos a todos. La Hokage carraspeó, el azabache ya se había acomodado para responder el beso -Naru eso es al final, espera un poco -el rubio se separó, asintió. Itachi sonrió divertido, tomó su mano con cariño. Sasuke y kakashi como padrinos no sabían qué hacer ante toda la escena, mientras la boda ocurría la pareja de novios se veían con diversión de vez en cuando acariciando sus manos discretamente, los bebés en manos de Ino y Sakura observaban todo con cuidado, aunque la pequeña Shisui tomaba el cabello largo de Ino cimo trofeo cada que se descuidaba y en un combate silencio luchaban por la libertad del mechón rubio, de inmediato jaló su blusa provocando medio accidente, la chica casi se desmaya.
Al finalizar la boda un banquete en el jardín de la casa junto al altar de bodas habían organizado, fue algo sencillo pero romántico, las chicas se habían lucido con los adornos florales, pequeños lienzos de tela blanca caían de los árboles con luces cálidas entre los arreglos.El montsuki del rubio era blanco tradicional de boda como el de las chicas, al ser un doncel se inclinaba más por gustos femeninos, tenía una flores de cerezo en la parte baja y destellos rojos en los brazos, el de Itachi era negro con gris tradicional, ambos se observaban con cariño mientras la boda se presentaba.
Naruto abrazaba a Minato mientras Itachi cargaba a Shisui para la tradicional foto familiar, ambos bebés bestia ropones blancos, cuando la foto tomada por Tenten terminó, el rubio entregó a Minato a su ahora marido -¿te sientes bien pequeño? -el rubio levantó su vista, negó con cuidado, caminó con velocidad al baño de la casa, regresó toda su comida -de… monios -el azabache lo siguió -¿te cayó algo mal? -Naruto negó -deberíamos comprar otra cuna -Itachi levantó una ceja, después abrió y cerró su boca sin saber qué decir, claro que había recibido una cuantiosa cantidad de dinero por su misión en Akatsuki y su herencia compartida con su hermano, el dinero no era problema ¿pero en serio? -quieres decir… -el rubio sonrió un poco -vienen otros dos en camino, creo después de que nazcan deberíamos pensar seriamente en un método de control natal -Itachi sonrió con diversión -me parece excelente, mientras tanto creo que nos esperan muchos pañales por cambiar en los próximos meses sumando los de Shisui y Minato -lo cuatro salían de la casa bajo la mirada de las visitas -abuela, abuelo-
Itachi tragó saliva grueso y lentamente -ya sé que son padrinos de mis bebés, pero ahora supongo será Sasuke con los nuevos -ambos mayores se desmayaron -creo que no lo tomaron tan bien -las chicas gritaron emocionadas. Sasuke sonreía como bobo emocionado, más bebés por cuidar y mimar. Shikamaru se levantó a felicitar a la pareja, abrazó al rubio con cariño -felicidades rubio -el ahora Uchiha Namikza sonrió feliz -maa maa debieron esperar un poco, pero, no me niego a disfrutar de los sobrinos -Itachi agradeció a su senpai, los abrazos, felicitaciones llegaron, el zorro sonreía feliz en el interior. Por mucho tiempo ambos vivieron en la soledad y la oscuridad, ahora en este presente la luz brillaba con intensidad en sus vidas, tenían una vida larga y feliz que disfrutar, tenían muchos soles que cuidar, pero nada podía detener la explosión de emociones gratas que sentían, el rubio se acercó a su marido y susurró -kurama dice que son niñas -Itachi sonrió de dientes al igual que su pareja , dejó los bebés en manos de su hermano, abrazó a su rubio levantándolo del suelo con cariño -te amo Itachi -el azabache abrió sus ojos con sorpresa, al igual que el resto, una sonrisa y mirada llena de cariño salía del rubio.
Fin
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