Capítulo 27
Mikoto y Kushina veían con corazones en los ojos a sus nietos -son divinos Kushina -la pelirroja embarraba su mejilla en la pequeña Shisui -son tan divinos ttebaneeee -ambas los abrazaban con amor, besaban sus regordetas mejillas -son adorables, pero pienso que los van a asfixiar -Kushina vio a su marido -te presto su otra mejilla -Minato sonrió, besó la otra mejilla del pequeño -Mina-chan es tan calladito -Mikoto lo veía con adoración -no entiendo anikii ¿cómo que te eligió? -Itachi respiró hondo, no quería decir más, pero era su hermano, fue interrumpido -Danzo experimentó conmigo, inseminó mi matriz como doncel, un hijo de Itachi Uchiha y otra de Shisui Uchiha Itachi decidió adoptar a Shisui -el rubio lo veía con seriedad -eres su hermano y creo que debes tener conocimiento -
El Uchiha menor sonrió entendiendo, su hermano tenía un gran corazón, Shisui era una gran persona, también él vería a la pequeña Shisui como una sobrina, Mikoto se acercó, le dio un poke a su hijo mayor -le diré a Shisui del otro lado que criarás a su hija con mucho amor -Itachi sonrió de dientes feliz, Naruto se pegó a su brazo, lo vio esperando algo, el azabache lo abrazó, besó su mejilla.
….
-Así que, viejo terco y testarudo -el anciano estaba en su celda sentado, veía hacia la pared con molestia y odio -sé que me escuchas, no responderemos contra tu aldea, puedes bajar la maldita guardia, no queremos más guerra -el viejo giró su rostro con coraje hacia la rubia -no necesito de tu lástima princesa de las babosas -la Hokage lo vio con molestia, Jiraiya apretó su hombro para calmar a la rubia -no es lastima viejo idiota, simplemente estamos cansados de las guerras, ¿no puedes verlo de esa forma? -el anciano vio al rubio junto a la Hokage -¿tú que puedes saber de guerras?, no sabes lo que es sufrir -los sannin lo vieron con reproche -Naruto dejó ver sus rendijas del zorro, afiló su mirada, siendo una copia al carbón de su padre -el que no sabe que es sufrir eres tu maldito anciano, tú no estuviste desde que naciste siendo torturado y experimentado, tu conociste el amor de tu familia, yo no lo tuve, lo único que tuve fueron golpizas diarias, doctores jugando con mi cuerpo, una celda oscura y lavados mentales constantes, tu no fuiste criado como un arma desde que naciste, no vengas a hablarme de sufrimiento anciano idiota -Oonoki lo vio con sorpresa, buscaba mentira en sus ojos, pero estos se veían vacíos y fríos al recordar su vida.
-Por mi parte no tengo rencor, no me interesa tener un conflicto contigo, no me interesa la guerra, lo único que quiero es poder vivir en paz, aprender que es la amistad, que es el amor que nunca tuve, pero si en verdad quieres seguir con este maldito infierno de guerras absurdas, en este momento destruiré la Roca, si dejan de existir, ya no habría guerra, ¿no es así? -el Tsuchikage chiteó con molestia, el anciano había visto su poder, no era mentira que podía hacerlo -tch bien, princesa habla, ¿cuál es tu propuesta? -la rubia acarició la cabeza de su nieto con cariño -un tratado de paz y tu apoyo "A" citó a una cumbre de kages, quiero aprovechar para proponer un tratado de paz y cooperación entre las cinco grandes aldeas, estas guerras se han llevado a nuestros seres queridos, no queremos más de eso -el anciano la analizó más tranquilo, aceptó.
….
Itachi metió en sus cunas a ambos bebés besando sus mejillas con cariño, sus padres se habían ido al mundo puro a los dos días, sus almas se habían liberado, Kurama absorbió la mitad de su ser en el cuarto Hokage en ese momento. Sasuke desde temprano salía para cumplir horas de servicio shinobi y purgar lo que restaba de su condena, sino había misión entre semana, él tenía que ayudar a otros equipos en sus misiones, funcionaba para reincorporarse a la aldea y mantenerlo ocupado. Sakura lo había estado ayudando a integrarse, a diario venía por él, ya que se estaba quedando en la casa de la pareja, lo habían invitado a vivir con ellos, en un cuarto que adaptaron para él, la pelirrosa lo buscaba con la esperanza de recuperar su amistad y esperaba que algo más surgiera con el azabache.
Naruto le había pedido a sus abuelos un año para disfrutar de su familia, él mismo caso fue el de Itachi, estaban de baja shinobi, su última misión sería la cumbre, tendrían que ir con la rubia. Después de que los padres de ambos se fueran, Naruto había estado bastante serio, se quedaba cuidando el jardín por horas mientras los bebés dormían, el azabache estaba preocupado, tenía una idea de lo que sucedía, se recargó en la puerta corrediza del porche que daba al jardín, lo observaba con cuidado. El pequeño limpiaba con calma hoja por hoja de sus plantas, su mirada se veía seria y algo perdida, con tranquilidad se acercó al pequeño, se sentó tras de él jalando de su pequeño cuerpo para sentarlo entre sus piernas y abrazarlo con cariño, colocó su rostro en el cuello del Uzumaki absorbiendo su aroma a vainilla, dejó un pequeño beso en el lugar -¿estás triste? -el rubio se había sorprendido por la acción de su pareja, pero se dejó hacer, cuando lo escuchó analizó su pregunta con cuidado -desde que papá y mamá se fueron, siento, siento un vacío en mi pecho y ganas de llorar, supongo que es así-
Itachi respiró hondo -me pasa lo mismo desde que mamá se fue, se llama tristeza, pero también estoy feliz porque la pude ver y la pude disfrutar aunque sea poco tiempo, aunque se fue siento que me observa y su alma está conmigo, con tus padres debe ser lo mismo, cuando te volvieron a ver, hablaron como si hubieran estado a tu lado toda tu vida ¿no crees? -el pequeño escuchaba con cuidado sus palabras, recordaba las palabras de sus padres, sonrió un poco, asintió -mamá dijo que estarían en mi corazón ¿a eso te refieres? -
Itachi sonrió en su cuello -a eso me refiero pequeño -el rubio sonrió ante su voz llena de algo que le agradaba, giró su rostro para ver el del azabache esperando algo de él, el Uchiha sonrió con cariño, besó sus labios con cuidado moviendo lentamente los suyos sobre los del pequeño, se separó un momento observando su rostro sonrojado, sonrió, volvió a besarlo, pero esta vez con cuidado coló su lengua dentro de su pequeña boca, acarició la suya suavemente, el rubio abrió un poco sus ojos, los volvió a cerrar, le gustaba esa sensación, comenzó a mover su lengua imitando los movimientos de su pareja. El beso era un vals lento, lleno de cariño. Itachi giró el cuerpo del rubio sentándolo a horcajadas en sus piernas, Naruto por instinto enredó sus brazos en el cuello del mayor disfrutando de esa conexión que tenían, esa tarde continuaron su sesión de besos, experimentando por primera vez sensaciones nuevas que comenzaban a inquietar al Namikaze.
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