Capítulo 19
Narra Shadow:
Mi última clase del día esta llegando a su fin, con cada minuto que pasa las ansias de llegar al departamento se hacen más grandes. Pero debo controlarme, si esto se sale de control Rose puede terminar cogiendome cariño... Y yo solo le haré daño.
Tal y como te dañé a tí...
... María.
Narra Amy:
Te veo al rato preciosa.
Te veo al rato preciosa.
Te veo al rato preciosa.
Aquellas últimas palabras que dijo Shadow no dejan de rondar mi mente. Todos estos nuevos sentimientos que estoy experimentando, gracias a aquel erizo azabache, me son únicos y preciosos. Aunque de alguna manera tengo la sensación de que algo no anda bien y no puedo evitar sentirme temerosa. Sin embargo, prometí encontrarlo y no pienso retroceder a mi palabra.
Hecho un vistazo al reloj y tan solo quedan diez minutos antes de que Shadow llegue. Mi corazón se desboca al saber que dentro de poco podré verlo de nuevo. Arreglo los últimos detalles del almuerzo y todo esta en perfectas condiciones.
Voy a mi habitación a verme del espejo y vaya el susto que me llevo. Estoy vestida con andrajos, pero eso se puede arreglar. Mientras busco en mi armario algo para cambiarme se me pasa por la mente lo que Shadow llevaba hoy. Una camisa entre abierta y un chaleco morado encima, unos pantalones de mezcliya color café. Entonces me decido por unas prendas casi a juego: una blusa morada y una calza café. Es perfecto, casual y relajado; ya quiero ver a Shadow.
-¡¡Rose ya estoy en casa!! - lo oigo gritar desde la entrada.
Mi corazón de un vuelco de la emoción, las piernas me tiemblan y siento como la sangre se acumula en mis mejillas dejando en evidencia cuan nerviosa me siento al estar en el mismo lugar que Shadow.
-¡¡Rose!! - grita Shadow desde la sala de estar - ¿dónde te metiste?
-Bienvenido - digo al salir de mi habitación.
Me acerco a él lo más serena posible, evitando verlo a los ojos o notará mi sonrojo. Sin embargo, termino por verlo de todas formas; me encierro en el brillo de su mirada. Soñar despierta, eso es lo que experiemento cada vez que estoy junto a él.
-¿Rose? - dice Shadow de repente obligandome a salir del ensueño en el que me veía envuelta.
-Lo siento - digo desviando la mirada - creo es todavía estoy un poco afectada por la fiebre.
-De ser así lo más conveniente es que regreses a la cama - dice en tono preocupado.
-No es necasario - replico al instante - tan solo con poder alimentarme un poco estaré como nueva.
-Si tú lo dices... Entonces deberiamos empezar ahora, me intriga saber que tan desarrolladas estan tus aptitudes culinarias.
Una sonrisa picarona se forma en su rostro mientras pronuncia esas palabras. También siento el leve rubor que se ha de estar formando en mis mejillas.
Sin más que decir me dirijo a la cocina para poder calmar un poco mis nervios.
-Profesor - digo desde la cocina - lo invito a acomodarse en el comedor, ahora mismo serviré el almuerzo.
-Como digas linda - oigo en respuesta.
Vamos Amy Rose, no empieces a vacilar ahora que te has propuesto seguir a tus sentimientos.
Mientras logro mantener controlados los acelerados latidos de mi corazón, me dispongo a preparar la comida. Hice canelones de pollo cubiertos de salsa roja de carne, sin afán de presumir, pero en lo personal creo que me salieron exquisitos. Llevo los platos a la mesa empezando por el de Shadow.
-Tiene buena pinta - me dice mostrando sorpresa - pero nada esta dicho hasta probarlo. ¿verdad Rose?
-Usted tiene la última palabra profesor - le digo desafiante.
-Bien dicho - es así como el profesor Shadow toma un poco de lo que esta en su plato con los cubiertos y se lo lleva con calma a la boca hasta poder degustarlo - Hmp - le oigo refunfuñar (debo admitir que nunca me sentí tan nerviosa y ansiosa) me mira con picardía mientras traga y una sonrisa se dibuja en su rostro - lo admito Rose. Eres muy buena cocinando.
-¡¡¡Si, lo logré!!! - no puedo evitar gritar mi victoria y brincar en mi silla mientras Shadow me observa satisfecho.
En realidad me doy cuenta de que me esta mirando demasiado y me incomoda de alguna manera. Pero inexplicablemente me reconforta y a la vez me enloquece. De inmediato aquellos lamparines rubíes se percatan de eso y se retiran a otro lado. La seridad se apodera del rostro del erizo azabache que tengo al otro extremo de la mesa.
¿Qué es lo que me pasa? Tengo la necesidad de decir algo, pero no resuelvo en que es exactamente. El tiempo que dura la comida es en total silencio hasta el final.
-Estuvo delicioso Rose, gracias - dice el erizo azabache mientras se levanta para retirarse de la mesa.
-Por favor - digo al levantarme de golpe - profesor aún no se vaya.
-¿Qué es lo que quieres Rose?
-De hecho... quería agradecerle por haber cuidado de mí anoche. - digo timidamente ya que nunca hice esto por nadie.
-No tienes de qué - su tono es gélido e indiferente - solo es mi responsabilidad.
-Aún así - le respondo de golpe - quiero hacer algo para devolverle el favor - me acerco un poco más hasta quedar frente a Shadow - jeje a decir verdad me hizo muy feliz saber que alguien cuida de mí y yo...
No pude acabar con lo que decía ya que fui interrumpida por los labios de Shadow que se presionan fuertemente contra los míos. Ambos quedamos sentados en el piso por el impacto repentino.
Se separa lentamente, sin embargo mantiene su rostro muy cerca al mío y una mano apoyada en mi mejilla. Sus ojos estan fijos en los míos, pero es distinto, ahora su mirada es fría y maliciosa... algo no anda bien, esta cercanía me asusta.
-Puede que no lo parezca, pero no soy tan ingenuo como piensas Rose - dice secamente.
-¿A qué se refiere? - apenas logro decir con una voz temblorosa.
-Deja de jugar con fuego Rose... porque puedes terminar quemandote - su mirada géliga se hace más penetrante - lo he notado todo desde que llegue; para empezar, tu ropa esta a juego con la mía; seguidamente, la repentina comida de hoy; luego, tu forma tan amigable de tratarme y por supuesto, no puede pasar desapercibido ese rubor en tus mejillas que aparece con solo mirarme.
-Y-yo... - me quedo sin habla.
-¿Qué sientes? - me corta con su pregunta, no puedo evitar confundirme - ¿Qué sentimientos produzco en tí Rose?
-Te quiero - digo sin vacilar - es natural que le haya agarrado cariño, después de todo usted ha sido muy amable conmigo.
-Ya veo - dice indiferente - de ser así demuestrame ese afecto y agradecimiento como se debe.
No puedo ni replicar. Apenas terminó de decirme eso Shadow me besa y me recuesta en el piso. Pero este beso es distinto, no siento ninguna de las emociones que habían antes. Este beso es agresivo y lujurioso. Tengo miedo.
-Pare - le digo con una voz quebrada. -No me gusta esto.
-No tiene nada de malo Rose - vuelve a besarme con agresividad, pero lo empujo con la fuerza que tengo, logrando tan solo separarlo un poco - dijiste que me quieres y que quieres devolverme el favor. Esta es la forma de pago que quiero.
-Pero no de esta manera.- me esta entrando el pánico... no reconozco al erizo que tengo encima mío.
-Es la única manera que yo quiero recibir - me observa con enojo - desde que llegue esa blusa que tienes me ha estado molestando.
Sin más que decir Shadow sujeta mi blusa con fuerza y la desgarra. Mi cuerpo no hace más que temblar. Sus labios vuelven a fusionarse con los míos...
Pero... pero yo... no puedo más con esto.
-¡¡¡Basta!!! - grito con desesperación tratando de soltarme de su agarre.
Siendo un esfuerzo inútil. El erizo azabache sujeta mis dos muñecas con una sola mano y las aprisiona contra la fría madera del piso, haciendo que queden sobre mi cabeza.
-He sido muy paciente contigo mocosa - dice obligandome a prestarle atención - a partir de hoy nuestra relación será de profesor y estudiante, solo soy un apoderado temporal. Por lo tanto, te dirigirás a mí de esa forma - sus ojos destilan enojo - solo podrás dirigirme la palabra si es necesario o urgente ¿te quedó claro?
-S-si - lágrimas corren por mis ojos.
Narra Shadow:
Sus lágrimas provocan que algo en mi interior se quiebre, esta muy asustada y no deja de temblar. Lastimosamente, no hay otro camino, esto es por su bien.
Me levanto y la dejo libre, sin embargo, ella no corre. Seguro que debe estar débil.
-¡Levantate Rose! - grito a lo que ella se espanta - verte tan deplorable en el piso me da asco. - de inmediato ella se levanta con la intensión de salir de allí - por cierto más te vale no comentar nada de esto con tu hermanito o te irá muy mal - la sujeto fuerte del mentón para robarle un fugaz beso - sientete afortunada de que soy yo mocosa. De haber sido otro, el día de hoy dejabas de ser vírgen.
La suelto con brusquedad y ella corre aterrada a su habitación. Apenas escucho su puerta cerrarse su llanto se hace presente. Yo por mi parte recojo la blusa que le acabo de romper.
Te quiero.
La voz de Rose pronunciando esas palabras pasa por mi mente. También su expresión de terror y sus ojos llorosos. Me dirijo a mi habitación y cierro la puerta de golpe y con bastante fuerza, tiro la desgarrada blusa de Rose al basurero. Apenas lo hago me desplomo en el piso.
-Lo siento, Rose - susurro para mí mismo - pero no puedo permitir que llegues a sentir algo por mí.
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