capítulo 4: Cuenta regresiva
En silencio volvió a inspeccionar la habitación nuevamente...
Lo podía ver dormido con algunas sombras oscura bajo sus ojos y su piel algo pálida, prueba clara de las malas noches que sufrió.
Con cuidado se sentó a su costado mientras acariciaba distraídamente una oreja dorada, el dormido sonrió tiernamente entre sus sueños.
Era la quinta vez que vigilaba el sueño de su contraparte.
-sigue descansando tails, no estás solo... Verás que saldremos adelante- susurró Miles sin dejar de acariciarlo.
Observó por unos segundos el vientre de tails, ya se le notaba mucho... A ambos, ya iban por el 5to mes de gestación.
Desde que llegaron a una nueva ciudad intentaron rehacer sus vidas... No fue nada fácil.
La casa que hace mucho tiempo Miles adquirió estaba llena de polvo, felizmente unos amigos ayudaron en la limpieza...
Con el dinero que poseía, administró todo para llevar una vida digna junto a su contraparte, era bueno saber que ambos compartían casi los mismos antojos (chillidog y algunas frutas y dulces), hacía las cosas mucho más fáciles.
Tenían la ayuda de un viejo conocido, anti-sally, su mejor amiga.
Amablemente ella siempre venía y les ayudaba, sobre todo a tails, con los cuidados básicos y la buena alimentación que deben llevar hasta que sus cachorros nazcan.
Todo bien con él... Pero Tails... Se empezaron a complicar las cosas.
Empezó cuando de la nada dejó de comer, Miles tenía que obligarle a ingerir algún alimento porqué de lo contrario, se la pasaría días enteros sin probar bocado.
Creyó que era normal por lo del embarazo, pero estaba equivocado, era el mismo tails que se negaba a comer.
¿Cuál era el motivo?
Extrañaba a ese bastardo... Lo veía triste y escuchaba en las noches sus llantos... Preguntándose ¿Por qué le tuvo que pasar eso? ¿Por qué tuvo que confiar en él?
Intentó consolarlo... Tails se negó a recibir ayuda pero Miles era constante y no lo dejaba sólo... Aún si el menor se enojaba y lo echaba de su propia casa.
En otro momento estaría muy molesto y lo sacaría de su hogar... Más no lo haría, entendía que el zorro estaba demasiado dolido.
Fué muy difícil pero al final logró convencerlo y comenzó q comer como es debidamente.
Tiene que cuidarlo mucho, la última vez casi pierde a su "sobrino" como le llamaba de cariño al cachorro de su contraparte.
Esa tarde se llevó un susto cuando Tails se desmayó en medio de la sala, se alarmó más al ver algo de sangre descender de entre las piernas del menor, llamó a anti-sally y juntos lo llevaron al hospital, si tardaban algunos minutos... Mejor no recordarlo.
'Está demasiado delgado, tiene mucho estrés y sufrió un sangrado, debe estar en absoluto reposo o de lo contrario puede perder al bebé'
Fueron las palabras del médico, tails estaba en malas condiciones.
Al despertar le informaron de su delicado estado... Palideció al enterarse que casi pierde a su bebé por su descuido.
Cuando estuvieron solos, tails pidió perdón mientras lloraba por su irresponsabilidad, estaba pensando en él mismo y se había olvidado que llevaba una vida en su vientre... Estuvo a punto de perderlo.
Miles no le iba a juzgar ni mucho menor enojarse, lo abrazó susurrándole que todo iba a estar bien.
Con esfuerzo poco a poco su contraparte fué recuperándose, aumentó de peso, ya no lloraba mucho, su ánimo había cambiado a uno risueño y soñador... Pero aún quedaban secuelas, las ojeras y su palidez aún permanecían, esperaba que pronto desaparecieran.
Despertó de sus pensamientos al sentir una mano sobre la suya, miró atento y descubrió que tails estaba despierto.
-buenos días... Creo que te había dicho que estoy bien, ya no necesitas cuidarme- dijo haciendo un puchero.
No quería preocupar más a Miles.
-buenos días dormilón, solo vine para avisarte que el desayuno está listo- respondió revolviendo los cabellos del menor.
-¡Oye! ¡Era mi turno de cocinar!- protestó mirando algo enojado a Miles.
Su contraparte lo miró con superioridad mientras se levantaba.
-la última vez casi nos mandas al hospital por tu comida... ¿A quien se le ocurre darnos hotcakes de café?- murmuró con desconfianza.
-no es mi culpa, lo leí de internet- se defendió mientras se estiraba y buscaba un abrigo, ya estaban en otoño.
-debes dejar de hacer todo lo que dice en internet, no demores o se enfriará- fue lo último que dijo mientras salía de la habitación.
Sonrió con burla al escuchar al menor quejarse porque no le entraba los abrigos por su abultado vientre.
No tardó más que unos minutos, ya sentados en la mesa disfrutaban de sus delicioso desayunos... Unas tostadas con mantequilla o mermelada, jugos, leche, alguna fruta y cereales.
Había mucha variedad pues aveces sus gustos cambiaban.
-luego del desayuno iremos a comprar ropa, ya no me entra mis abrigos- inició una pequeña conversación mientras comía de su tostada.
-a mi tampoco no me entra mis abrigos, están creciendo muy rapido- miró curioso su vientre.
-y también tenemos que empacar para irnos a nuestro nuevo hogar, ese nuevo lugar es más amplio para nosotros-
-pero irnos... ¿Qué pasará con esta casa?-
-lo pondré en alquiler, así sacamos más dinero-
-desearía poder ayudar, yo no tengo nada que ofrecer y me siento una carga- habló desanimado mirando su tazón de cereal.
-y yo ya te dije que no sigas con lo mismo, tengo suficiente dinero, además claro que te cobraré y con intereses- sonrió con malicia.
-siento que seré un esclavo- musitó con desconfianza.
-algo así.... Jajajaja, luego lo sabrás así que termina, no quiero ir tan tarde- finalizó la conversación.
Luego de limpiar todo y usar ropa abrigadora se encaminaron al centro.
El hogar de Miles estaba en las afueras, muy ideal por si algunos idiotas se les ocurra buscarlos en el corazón de cada ciudad.
Caminaron por algunos segundos mientras hablaban de cosas triviales, está vez Sally no los pudo acompañar, tenía un "negocio" que atender.
Visitaron diferentes tiendas y compraron lo suficiente, al final decidieron entrar a una cafetería por algunos postres, era inevitable sentir antojos.
Fue una agradable tarde, ambos necesitaban aire fresco y dejar de estar encerrados.
Todo iba bien hasta que Miles se percató de algo, su corazón se congeló al reconocerlo... Sin dar explicaciones tomó con una mano sus bolsas y con la otra agarró con fuerza la muñeca de Tails.
-¿Miles?- preguntó algo asustado de ver que era arrastrado devuelta a las galerías de ropa.
-no preguntes, ¡sólo corre!- gritó exaltado mientras entraban a una tienda al azar.
La contraparte de Tails maldijo en voz baja, se estaba acercando demasiado a ellos...
Fueron de tienda en tienda ocultándose lo más que podía, pero aquello se acercaba más y más.
No lo pensó dos veces y tomó otro rumbo, nada mejor que usar los callejones para ocultarse.
Y vaya que funcionó, ambos ocultos entres cajas de cartones y bolsas de basuras vieron un rayo azul pasar por las tiendas principales.
A buena hora lo vió a la distancia... Ese maldito los encontró pero no, no le dejará las cosas fáciles.
Tails sudo del miedo al ver que ese rayo azul iba y venía por todos lados... No tenían escapatoria.
Miles supo que debían salir de ahí pero ¡ya!, El problema era que no podían correr por su condición y menos volar.
Usando su nuevo comunicador, mando un mensaje y esperó, a los segundos recibió la respuesta que buscaba.
'vayan al parque por los callejones, ya sabes a cuál... Les espero ahí'
Miró con cautela a los alrededores, por el momento no lo veía, observó a Tails y su corazón se comprimió de dolor... Estaba llorando y diciendo en voz baja que no lo quería ver.
Con suavidad volvió a tomarlo de las manos y lo condujo por los callejones, tardaron al menos unos 15 minuntos hasta que llegaron a un gran parque frondoso.
Esperó atento y su comunicador indicó una señal, justo muy cerca de ellos una camioneta negra se había estacionado.
De inmediato tomó a su contraparte y entraron al auto.
-gracias por venir Sally, mejor salgamos de aquí- apresuró a su amiga.
-parece que a partir de ahora seguiré con las compras... ¡Pero no me dirás nada si me como algún postre de por medio!- sentenció mientras levantaba todas la lunas del auto, éstas eran de color negro.
Todo se quedaron mudos cuando a los segundos de levantar todas la lunas, un rayo azul pasó muy cerca del auto, por un segundo creyeron que habían Sido descubiertos pero para su buena suerte no fué así.
De inmediato Sally condujo hasta el hogar de Miles.
-¿que es este auto?- preguntó tails olvidándose por un segundo de su casi descubrimiento.
-lo uso para mis negocios- respondió Sally mirando al menor por es espejo retrovisor.
-mejor no preguntes por sus negocios, Sally, necesito hablar contigo respecto a lo que sucedió hoy- su semblante se volvió muy serio.
-ya sé lo que vas a decir y no, no los va a descubrir, ese erizo idiota sólo está buscando a lo tonto, pasará lo mismo con el otro erizo verdoso- respondió sin darle importancia.
-no lo sé, ese idiota no se da por vencido- gruñó con impotencia.
-tú confía en mí, haré lo mismo para despistar lo... Oye dulzura... ¿tienes alguna prenda u objeto que el reconozca?- preguntó sin dejar de conducir.
-tengo un collar que me dió, lo iba a tirar pero nunca puedo hacerlo...- musitó con nostalgia.
-excelente... ¿Me lo puedes dar? Con esto le vamos a despistar por un tiempo más hasta que el nuevo hogar esté listo-
Miles dudaba en que tails aceptara tal petición... Se sorprendió mucho al ver como desengancha algo de su cuello, al verlo mejor se dió cuenta que era un collar de plata con un curioso dije de un trébol de cuatro hojas en color verde esmeralda.
-ten... - le entregó dicho collar.
-esto es más que suficiente, después de dejarlos en casa me encargaré de que ese erizo no vuelva más por aquí-
-confiamos en tí, ¡no quiero verlo nunca más!-
Tanto Sally como Miles se quedaron perplejos ante las palabras del menor...
Cuando llegaron a su destino, observó en silencio cómo ambos zorros descendían del auto, se despedían e ingresaban a su hogar.
Observó con detalle el collar entre sus manos, era muy hermoso y fino, al darle la vuelta al dije podía apreciar dos iniciales entrelazadas.
-si que son unos erizos estúpidos... Ahora creen que encontrándolos cambiarán la estupidez que cometieron con ambos zorros, no voy a permitir que le causen más daño- prometió empuñando el collar en su mano.
Prendió nuevamente el auto y condujo hasta la carretera principal, la que conectaba con las demás ciudades.
Llegó hasta otra ciudad, estacionó a las afueras y miró a los alrededores...
Encontró un buen lugar y cualquiera que lo viera ahí creería que en verdad el zorro lo pondría ahí para olvidar su pasado.
Una vez terminado volvió al auto y se dispuso a regresar, vió por el espejo retrovisor el cartel de bienvenida y en la cima un objeto que brillaba con intensidad, sin duda alguna captará su atención.
Debían terminar de empacar y encaminar a ambos zorros a su nuevo hogar, scourge casi los descubre hace una semana atrás y ahora Sonic... Definitivamente ya no podían seguir en esa ciudad, tal parece que ambos se mudaran con ella...
Continuará...
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Sí... Al fin terminé de ordenar algunos capítulos, ya estaré poniéndome al día con subir más cuando pueda.
Vaya vaya... Tal parece que esos erizos no se rinden, andan buscando hasta por debajo de las piedras a ambos zorros, es una lastima que ellos no quieran verlos ni en pintura.
Cómo siempre agradecer por su paciencia, sus votos y comentarios.
Espero desocuparme más seguido para seguir trayendo les nuevas actualizaciones.
Usagi2233 se despide... ¡Hasta la próxima!
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