rauða (EDITADO)


- El repaso general, es, por tanto Hanji.- arqueó las cejas Erwin, mientras miraba con detenimiento a la morena de gafas.

- Es recogida en el subterráneo. Muestra un comportamiento arisco al principio peo acaba siendo dócil con la gente cercana. Los primeros síntomas comienzan en los entrenamientos, notando un pequeño color blanco sumirse en su mirada que únicamente el Capitán Levi es capaz de ver.

Los presentes no dijeron nada, solo se escuchaban respiraciones.

- El día de la última salida ella pudo tomar el control de la mente de un titán. - la voz de Levi se hizo presente. Las miradas se dirigieron a él. - fue cuando se dio cuenta de que yo si podía ver sus ojos cambiantes.

La reunión acabó sin muchas salidas, una chica con un talento innato, un poder sin origen y unos recuerdos que vienen y van a su antojo sin dar respuestas.

El capitán caminaba por los pasillos, pensando en esa frase que ella le había dicho, hasta que escuchó una voz aterciopelada que iba subiendo en decibelios. " Qué garrapata de chica"

- ¿Se puede saber porque coño no me has dicho que tú te apellidas Ackerman?

Levi iba a abrir la boca pero ella en una retahíla de insultos, se lo impidió.

- ¿Eres el ser más arrogante, insípido, pesado, enano exasperante, he dicho pesado?, pues eso, pesado, arrogante dos veces más que la primera, maniático, vanidoso, creído, altivo, pretencioso...- en ese momento un puñal amenazaba su yugular. La mirada de ella se clavó en la de él, penetrante y firme. Nuevamente esos ojos blancos.

- Está pasando, lo noto. - cogió aire manteniéndole la mirada.- esto es importante, para mí y para todos, creo. Ackerman es un recuerdo de mi mente, si sabes algo debes decírmelo ahora

- No sé nada, no tengo nada que ver con esto que te pasa.- ella cogió su mano para apartar el puñal de su cuello. El tacto le dio un fuerte escalofrío, a ambos.

"Es ley de vida y así está escrito en los libros sagrados que ambos linajes obtengan el sello de los guerreros que salvaron al mundo, por eso, Astar, los Ackerman siempre, siempre te van a proteger."

"No tengas miedo a la hora de recordarla, ella está en ti, un ser lleno de energía, el guerrero".

- Todo bien, ¿enano? .- Hanji retumbó e hizo sonar la frase con mofa hacia el chico, que chasqueó los dientes molesto. Astar se giró hacia ella.

- Ya empiezo a entender esto Hanji, cada vez que este humano se acerca a mí, mis sentidos de mala leche aumentan por lo que me pongo agresiva, y como para mi desgracia paso más horas al día con él que con nadie, surge de forma frecuente este poder.

Levi más molesto aún, guardó el puñal y se fue aguantando las risotadas de las chicas.

- Estás abusando, recluta, recuerda tu posición y recuerda la mía.- sonó frío, haciendo callar la risa de Astar, que, ofreciéndole su corazón...

- Si, mi ex – ce – len- ti – si – mo Ca- pi- tán.

Diciembre del año 843

- Llevamos mucho tiempo sin ningún ataque ni siquiera cerca de las murallas.- dijo Petra mientras comían. Astar la ojeó.

- Mejor,¿no?.- anotó feliz, su compañero de tropa Auruo.

- Eso es porque el enemigo está dentro de las murallas.- todos se quedaron callados ante las palabras de Astar, que salieron realmente de su mente, sin querer.

- ¿Qué has dicho, Astar?.- Auruo mostró un ápice de preocupación en la pregunta.

- Nada, paranoias mías, supongo.

Recogió su bandeja y subió a su cuarto. Entró y echó un rápido vistazo a su mesa, empantanada de libros prohibidos, escrituras y anotaciones de ella. Miró rápidamente la marca en su mano.

Dio un fuerte puñetazo contra la mesa.

- Aún encima de ser terca, altiva también, maleducada, desobediente, desafiante, amenazadora...tienes problemas de ira. Eres un problema mocosa.

- Tengo que ir a hablar con alguien de la Iglesia.

Los ojos de Levi se abrieron más de lo normal.

- Escúchame,el hombre que me visitó en el subterráneo era alguien de ahí. Y yo necesito algunas respuestas.

- ¿Qué se supone que harás?

- Improvisar.- sonrió malévolamente.

Levi dejó de apoyarse en el marco de la puerta y se fue.

- No y mil veces no, Astar, ellos no deben saber eso.- el comandante de cabellera rubio se alzó en la mesa apoyando sonoramente las manos en la mesa.

Salió dando un portazo.

- Tengo que disciplinarla más... es muy terca.- añadió Levi algo fastidiado por su comportamiento.

- Que la vigilen, por si acaso.- terminó Erwin.

- No es necesario, ella no va a ir, no es tan imprudente.

Se puso la capa y en el marco de la puerta, la voz de su comandante, le retumbó en la cabeza.

- Se tu prudente haciendo preguntas a esas ratas de la Iglesia, Levi.

Fue durante el último entrenamiento de diciembre que aprovechó para ausentarse e ir a la Iglesia a ver de dónde ha salido esta chica.

Desde el tejado de una casa vio el torreón de la Iglesia. Sin dudarlo saltó hacia ahí irrumpiendo el claustro.

- ¿Quién osa interrumpir esta reunión sagrada?.- el hombre más mayor se alzó al tiempo que su voz hacía eco en las paredes de aquella vieja instancia. El sonido se vio ensordecido por el sonido de un papel estampándose contra la cara del hombre. Levi se retiró la capa y las caras se alargaron.

"Ackerman" "Los traidores de la corona"

- Qué es eso, viejo.- el hombre analizó la imagen y su expresión cambió a una de puro terror.

- De dónde has sacado esto, maldito traidor.

- Qué importa el origen, sólo contesta.- puso una cuchilla en su frente. El hombre suspiró.

- Sólo son viejas leyendas, es el símbolo de la legendaria, del único antideluviano hembra existente.

- ¿Seguro que son viejas leyendas?.- hizo presión en la cuchilla, haciendo sangrar levemente al viejo, que empezaba a sudar en frío.

- El poder de esas criaturas era tan inmenso que tuvieron que ser selladas, por siempre, trajeron paz, pero también destrucción.

- Entonces en qué quedamos, ¿leyenda o realidad?

La Policía Militar del Interior hizo acto de presencia en ese momento, por las ventanas y la puerta, sin escapatoria para el azabache.

Iban a abalanzarse sobre él pero un policía, con mayor rango debido a su insignia se adelantó y alzó el brazo dando el alto. Caminó lentamente hacia Levi, le retiró la cuchilla y lo esposó.

Alzó la cabeza y dio orden con el brazo de dispersión. Se agachó a recoger el papel arrugado, y salió de la instancia con el Capitán de las tropas de operaciones especiales.

Estando un poco alejados, el policía desprendió las esposas, para su sorpresa.

- Mira que te dijeron que fueras cuidadoso, luego me llamas a mí desafiante, Capitán.

- ¿Qué coño haces aquí y así, Astar?

- No es obvio, salvarte el culo. Eres demasiado predecible cuando se trata de sacar información.

No pudo evitar sonreír, levemente claro, ante la osadía de esa chica. Se pusieron en camino al cuartel antes de levantar sospechas. A la mente de Levi le vino una inquietante duda; "¿y el dueño del uniforme que lleva ella?".

En algún callejón del centro de la ciudad, un hombre desnudo y fornido pedía ropa a gritos, alegando ser el jefe del escuadrón de la Policía de Interior.

- Pero y este mendigo qué se cree...

Llegando al cuartel, la cara de pocos amigos del Comandante Smith hizo que Astar se amedrentara considerablemente.

- Capitán Levi Ackerman, su subordinada, usted mismo dijo que no se atrevería a ir.

- La castigaré Comandante

- Con todos mis respetos Comandante, todos sabemos del poco tacto que tiene el Capitán.

- Saltándote el entrenamiento, pidiendo a tus amigos que te cubriesen metiéndoles en un compromiso.

- Mmm sí, eso también, pero no me parecía relevante comentarlo.

No pararon de correr durante un rato enorme, a todos les faltaba el aire. El viento les azotaba cortando, debido al frío de diciembre.

- Nos debes la vida entera, Astar.- Auruo estaba desgastado, al igual que el resto, que solo hacían maldecir contra Astar.

- Oye ya dije que lo siento.

Las campanas sonaron. No, no podía pasar ahora. Estaban en diciembre y la mayor parte de soldados estaba disfrutando de sus permisos. Astar echó una mirada a los chicos, que asintieron ante eso.

Rápidamente se equiparon y se fueron a la entrada, encabezados por Astar. Él estaba ahí, esperándoles.

- El muro ha sido derribado. Vamos. El protocolo se va a llevar acabo tal cual, nos encargaremos personalmente de la zona 0. Las tropas de guarnición no aguantarán demasiado.

Era caótico y desesperante, el polvo cubría todo, no había rastro de casas. Había miembros y vísceras esparcidos por todos lados. No había rastro de titanes. Los mensajeros que comunicaban a los líderes de los escuadrones compartían lo mismo "No hay un titán aquí".

Astar se acercó al boquete hecho en el muro, con cuidado de no tropezarse con las piedras. Algo brilló y le hizo agacharse. Sacudió el polvo de aquella roca que reposaba al lado del muro. Su símbolo, esculpido perfectamente y relleno de una roca translúcida y muy brillante.

Un griterío se hizo en el lugar y el sonido de collares chocando entre sí. "Pastores de la Iglesia". La oratoria no se hizo esperar delante del muro derrumbado con frecuentes lamentos y sollozos por parte de la secta. Un fuerte temblor hizo a todos ponerse en alerta sin saber la procedencia. Astar actuó rápidamente, controlando de forma total el poder que le surgía, y de la misma forma que uso el equipo 3D para tirar titanes al suelo, usó esta vez los cables para juntar a todos aquellos "malditos sádicos" y empujarlos antes de ser aplastados por el cuerpo de un titán desplomándose.

Recogió su cable y alzó la vista a aquellos hombres.

- No...no puede ser...

- Es, la mismísima hija del demonio.- el hombre que dijo esto sacó un puñal y lo lanzó en dirección al pecho de Astar. El puñal fue evitado por él.

- Ackerman...¡tú tienes la culpa muchacho insolente, tú y tu linaje, por proteger a la mismísima muerte! ¡Ella es un completo castigo!

"Castigo, entiendes eso, ¿pequeña? Tú y ella castigareis todo el mal que ellos están produciendo en este mundo, es tu misión"

Una extraña figura ataviada de negro y custodiada por curas caminaba lentamente en dirección a la chica. No se podía ver su rostro. Levi levantó su arma delante de ella, obligándole a colocarse detrás de él, a lo que ella respondió bajando su arma y mirándole de forma amigable. Él asintió.

El hombre de negro se posicionó frente a frente, inspeccionando su rostro, pasando sus rugosos dedos por las venas marcadas.

- Cuando recuerdes todo, acude a mí, sabrás qué hacer. Y vive hasta entonces, no te alejes de Levi.

"La voz de mis recuerdos". Sintiéndose pequeña e indefensa en ese momento, se echó hacia atrás posicionándose detrás de aquel cuerpo de baja estatura, sin darse cuenta.

- Pero...señor...ella, ella es...- el hombre de negro agarró el cuello del cura que le increpaba y lo apretó hasta crujir y caer sin vida. "La salvación, eso es lo que es". Se dirigió a los demás pastores.

- Si algún miembro más de la Iglesia está en desacuerdo con mi decisión, que haga el favor de decirlo.

Temblorosos, se alejaron del lugar soltando calumnias.

Levi sintió presión en su chaqueta. Echó un vistazo y vio las manos de Astar agarrando con fuerza, con miedo. Su mirada emitía pavor.

- Oye no te va a pasar nada mocosa.

- Eh? Esa es tu manera de decir que me vas a proteger? Acaso te estás declarando? Oh Capitán, me deja asombrada.- saliendo de su trance, Astar bromeó usando el "usted" con él, mientras aflojaba su agarre.


rauða - Sangre 

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