Jǫtunheimr (EDITADO)




AVISO: CAPÍTULO LARGO

Jǫtunheimr: morada de los gigantes.



Escuchaba voces de fondo. Sentía los párpados demasiado pesados y su cuerpo apenas respondía. Emitió algunos sonidos.

- Está despertando.- la voz de Hanji, maravillada, se fue haciendo más audible.

- Ey, Astar...- sintió el tibio roce de la mano de Petra en su mejilla mientras Astar le regalaba una sonrisa.

- Hanji...duele, duele mucho.

- Eh? ¿Qué te duele? ¿Sabes que tus heridas sanaron por completo?

- Si, desde que conseguí controlar a mi frenesí y mi bestia, mis heridas sanan. Pero me duele él.

- Me estás asustando.- Petra acercó su mano y la posó en la frente.

- Fiebre parece que no tiene.- afirmó Hanji suspirando.

- Iré a avisar a Erwin de que estás despierta, te espera un buen sermón enana.

- Iré yo a avisar al escuadrón de que has despertado por fin.- dijo conciliadora Petra.

- Oye, ¿cómo que por fin?

Las dos chicas se giraron.

- Llevas durmiendo casi 3 semanas.

Se empezó a erguir en la cama.

- ¿Dónde crees que vas jovencita?.- Astar arqueó sus cejas.

- Bueno en verdad soy más mayor que tú.

Hanji bufó y se sentó a los pies de la cama mientras Petra iba a avisar a los susodichos. Astar se retiró las sábanas. Su cuerpo estaba cubierto únicamente por un vendaje en el pecho y una malla negra que se ajustaba a su figura.

Se puso de pie y se estiró, poco a poco, crujiendo todos los huesos de su cuerpo.

- Dios se siente bien.

- Me alegro de verte en forma ya, Astar. Petra me avisó de que estabas despierta.

- ¡Comandante!.- entregó su corazón manteniéndose firme. Erwin se ruborizó levemente ante la chica así vestida.

- Seré directo Astar, necesitamos respuestas.

Se sentó en el borde de la cama y respiró.

- Durante las primeras noches y de acuerdo con el mito de los Vástagos, el primero de ellos fue Caín, el primer asesino, que por el crimen que cometió, fue maldito por Dios y transformado en vampiro...

La puerta se abrió de golpe

- Hay dos titanes excéntricos intentando escalar el muro Comandante.- El Capitán Levi irrumpió agitadamente en el sitio.

- Bien, moviliza dos guarniciones.

- No, iré yo.- dijo Astar levantándose.

- No.- ambos hombres al unísono miraron a la chica.

- No me bastaba con la niñera Levi que ahora también tengo niñera Smith, mira qué suerte tengo.

- Astar, dentro de los muros debes ser muy precavida con lo que tienes, por seguridad y por la gente que te rodea. Dos guarniciones pueden perfectamente con dos titanes idiotas intentando escalar. Hablaremos cuando esté esto más tranquilo - El Comandante abandonó la sala seguido de Hanji.

- Demasiadas ojeras, deberías descansar más Capitán.

- Estoy bien, debo irme.

- No estás bien, porque me duele a mí también.- Levi se quedó quieto. Sus ojos se abrieron como platos y se giró. Astar se puso de pie y se situó muy cerca de él, poniendo sus manos en su rostro. Recuerdos muy dulces llegaron a la mente de Levi, recuerdos con sus amigos. Una pequeña sonrisa se dibujaba en él.

- ¿Lo ves? Así es como debes recordar las cosas, y así es como se empieza a aprender a levantarse.

Se miraron a los ojos por unos segundos y nuevamente él se inclinó hacia ella, hablando sobre sus labios.

- Qué es lo que eres, Astar, qué eres y que me has hecho?.- ella sonrió y juntó los labios, húmedos, suaves. Era perfecto.

- Luego vengo a verte, esta vez por lo que más quieras, no te muevas de aquí. ¿Lo harás?

- ¡Sí Capitán!.- le entregó su corazón y él echo una última sonrisa antes de abandonar la habitación.

Y realmente fue poco el tiempo. Apenas hubo jaleo, al menos que ella escuchase desde allí. Era cerca de la hora de la cena. Salió de su habitación y se fue ahí, al sitio donde solía tirarse a ver el cielo.

La noche estaba despejada, silenciosa. La luna en cuarto menguante tenía un reflejo rojizo.

- Y bien, me contarás a mí...¿la historia?.

Ella lo esperaba.

- ¿Hubo bajas?

- Todo bien, mi escuadrón bien, ellos están perfectamente.

- Eso es bueno.- Levi se tumbó al lado de Astar y la miró, sin la cara tapada. Estaba hablando de algo pero realmente él no la escuchaba, sólo veía sus labios moverse, cómo sonreía todo el rato, sus facciones, el hoyuelo en la mejilla izquierda cuando reía.

- ¿Levi? ¿Me estás escuchando?.- ella se sentó dejando escapar algunos mechones de pelo por delante de su cara, que él no dudó en tocar con muchísima delicadeza.

- Desde luego quién me iba a decir que el hombre más fuerte, arrogante, antipático y aburrido de la humanidad fuera un hombre tan meticuloso.

Dejó caer su cabeza en el pecho de Levi. Se quedaron en silencio por un leve momento hasta que él lo rompió.

- Erwin debe de andar buscándote desde hace rato. Eres la única soldado que nos ha desafiado tanto a mí como a él, debes estar orgullosa.

- Mmm...iré a su despacho entonces. Supongo que me acompañarás porque sois excelentísimos altos mandos que comparten información secreta.

- Tan idiota como siempre.- Levi removió su pelo de manera infantil y se adelantó a ella.

...Dentro del despacho...

- Y bien, Astar, qué me dices?.- todos miraron a la chica. Ella sintió la mirada pesada de Levi en ella.

- Con todos mis respetos, es un honor que me ofrezcan el puesto, Comandante, pero mi propia naturaleza no me permite eso.

- Explícate.- dijo calmado el Comandante. Hanji no dudó en sacar una libreta desde el inicio de esa reunión a altas horas de la noche, apuntando mil cosas.

- Yo...yo no suelo mantener lazos afectivos con gente, con lo cual no protejo gente con la que no tengo ningún vínculo o algo que me motive a hacerlo.

- Vaya, sí sabes pasar desapercibida, no tienes empatía, demasiado agresiva, sarcástica...- Hanji se acomodó las gafas.- ¿porque en la exploración acabaste con la gran parte de titanes entonces?

- Porque tengo un vínculo que conecta a todos los humanos.

- ¿Ese vínculo es tu amiga Petra? ¿El escuadrón quizás?.- preguntó curioso el Comandante.

- Esa información no es relevante en esta reunión, de verdad, no puedo ser Capitana de ningún escuadrón. – se levantó de la mesa y una vibración la hizo paralizarse.

- Hanji, el material de la piedra, descubriste algo?.- la pregunta pilló a todos por sorpresa.

- Bueno...realmente lo único que sabemos es que es de fuera y muy mortífero.

Levi se quedó pensando, y su mente viajó al instante en el que estaba junto a Astar enfrente de aquella cosa, que había creado algo muy similar al cristal. "Es muy mortífero".

- Hay algo que debamos saber, ¿Astar?.- Levi la miró directamente tras esa pregunta.

- Los titanes que han muerto el otro día, los que estaban en formación, debieron dejar muchísimos de esos cristales, y con ellos podrán fabricarse armas nuevas.- cerró los ojos y caminó hacia la ventana, asomándose. Soltó el aire ante aquella espantosa, pero familiar visión.- los titanes que vamos a enfrentar ahora...no son titanes normales.

Todos se acercaron a la ventana y dirigieron su mirada al mismo cielo. Astar cerró rápidamente la contra de madera. Retrocedieron y se alejaron del lado de ella que no dudó en abandonar el lugar. Cogió su capa y, con la neblina negra del rastro de su sangre, llegó a la cima del muro Sina.


 Aquel tétrico ojo formado en la espesura del cielo desapareció al momento.

Erwin, Hanji y Levi se quedaron en aquella estancia.

-Desde que ella está aquí los titanes han aparecido dentro de las murallas y hemos visto cosas que los humanos no deberían ver, ni siquiera ella sabemos realmente qué es.

- ¿Y qué propones, Erwin?.- preguntó la cuatro ojos.

- Desterrarla o...

Levi se puso en pie dando un fuerte golpe en la mesa.

- ¿Ni hablar, te has vuelto loco? ¿Desterrarla? ¿Es la única capaz de acabar con toda esta sangría, y propones desterrarla? ¿Acaso prefieres seguir eternamente en una guerra con esos gigantes encolerizados?

Erwin sonrió sobre sus manos.

- O descubrir qué es el vínculo que la hace proteger a todos, Capitán Levi.

Los sentidos de Astar se pusieron en alerta. "Él está en peligro".

Irrumpió nuevamente en la sala de reuniones y miró a Levi arrodillado con un cuchillo en su cuello, empuñado por el mismo Comandante, mientras Hanji seguía sentada con su cuaderno.

- Buen trabajo Capitán.- fue lo único que dijo Erwin en cuanto ella se personó.

Enfundó la cuchilla, Levi se puso de pie sacudiéndose y Hanji sonreía como una loca.

Astar suspiró algo dolida por aquello.

- La situación es bastante más grave de lo que parece y vosotros os ponéis a jugar.

-Sabes perfectamente que haríamos esto. Era necesario confirmalo.

- No deberías jugar con cosas antinaturales. Erwin.

-Si tu juego mete a mis soldados, yo también jugaré.


Los caballos galopaban a paso lento protegiendo los carros que servirían para transportar todos los cristales recogidos.

- ¿Se puede saber qué te pasa Astar?.- Petra notó que andaba algo rara esos últimos días.

- Solamente estoy cansada, no te preocupes y mantente alerta, hazme el favor.- Astar removió su pelo cariñosamente y se adelantó unos metros de sus compañeros.

Hanji saltaba, corría y gritaba de alegría ante tanto material extraño.


Si bien en ese medio año los muros estuvieron demasiado tranquilos, la población no parecía decir lo mismo. Algunos profetas de calle lanzaban mensajes al aire "Gehena", la gente no entendía nada, unos pasaban, otros invertían sus ahorros ante el inminente final y muchos optaron por quitarse la vida.

La tecnología avanzó al punto de tener armas con las cuales los soldados podían acabar con esos titanes inteligentes y con una pérdida menor en lo relativo a vidas; además pudieron conseguir luz artificial con la energía de los mismos, dejando a un lado las arcaicas velas.

Astar evitaba a los altos mandos, evitaba la pregunta temida, evitaba contar la verdad... y se mantenía en la retaguardia siempre, protegiendo a los soldados, protegiéndole a él.

- ¿Quieres dejar de tomar tu vida tan a la ligera?.- Levi se puso a la altura de Astar mientras rodeaban a un titán para acabar con él.

Ella vaciló y miró al cielo. Se posó en el suelo y sintió un tirón en su brazo.

- Deja de ignorarme, a mí, a tus compañeros y a tus jefes.- los ojos de Levi se clavaron fríos en los de ella.

Se soltó de él, y lo encaró de forma firme.

- Dejad de jugar conmigo. - notó la ira y el doble sentido de esas palabras.- se perfectamente cuanto vale mi vida, y se qué pongo en riesgo y qué no.

- ¿Cómo dices? Si eres una mocosa impulsiva que actúa por instinto sin pensar consecuencias, te recuerdo que estás en mi escuadrón y no acatas ni una sola orden. ¿Cuál es el resultado? Tú inconsciente durante días.

- ¿Y la contrapartida? ¿Cuántas bajas?

Justo, él se quedó en silencio. Iba a abrir la boca, pero el Comandante lo hizo callar.

- ¿Vuestras diferencias las resolvéis fuera del campo de batalla, estamos?

El dolor en su cabeza atravesó todo su cuerpo haciendo hincar las rodillas en el suelo, gritando de puro dolor.

El cielo se cubrió.

Todos estaban asustados ante eso. Levi se agachó cogiéndole la cara.

- Mírame Astar.- ella lloraba de una forma totalmente desconsolada y la situación era incontrolable. Su temperatura corporal subía más y más y su piel palideció más, si cabe. Rasgó la tela que cubría su boca. Se sofocaba.

- Aléjate, Levi, vete, que se vayan todos. Tenéis que retiraros de aquí. Él va a venir.

Erwin tocó el hombro de Levi, aceptando la iniciativa de la chica.

- No me voy a ningún lado. Retiraros los demás, yo me quedo con ella.

De forma inconsciente Astar buscó el pecho de Levi, buscaba el sonido de sus latidos. Él se mostró reacio, por el absoluto silencio y las miradas que caían, pero terminó por ceder. El llanto cesaba lentamente y su temperatura se reguló.

El cielo, cubierto, mostró la extravagante imagen que perturbaría la mente de muchos soldados allí presentes.

- Astar - una voz, procedente de algún sitio, hizo eco en el bosque. Nadie se atrevió a abrir su boca en ese momento. La chica sintió cómo, escondida entre las capas de Levi y ella, la mano de él se posaba suavemente en la suya. Sintió una punzada, y con esa punzada esa misma voz soltó una leve risotada.

- Ya veo. Es hora de irnos.- volvió a hablar.

De entre algún lado, algo se acercaba, una figura humana que iba cogiendo forma a medida que avanzaba. Levi levantó aquella espada hecha por el cristal, en señal de duelo.

- No. No me voy a ningún sitio.

- ¿Rechazas tu condición, pequeño monstruo? ¿Rechazas a Lilith? Tan fuerte ha sido tu maldita imprimación con un humano que rechazas lo que eres y traicionas todo lo que eres.

- Aléjate bastardo. No eres más que una mierda creada por los otros antideluvianos. Lilith no tiene que ver con esto.

- Desprecio al antideluviano que escogió el camino de la humanidad, Astarté, y ocultarse como estás haciendo, eso no es una buena idea. Ellos deben saber qué eres, y porqué vives.- notó las vibraciones y eso le dio una mala señal. "Debes decidir, Astar"

Astar le dio la espalda a aquel hombre de apariencia ancestral y mirando a Erwin hizo una seña con sus dedos, señal que rápidamente entendió. Al mismo tiempo que volvía a ponerse en frente del señor, tiró de la capa de Levi, y él entendió el mensaje. "Vive".

- ¡Retirada!.- la voz de Erwin resonó en la cabeza de todos, que no dudaron en espolear sus caballos y emprender la marcha. Astar dio una cálida sonrisa a Petra, Auruo, Ghunter, Erd, Hanji,incluso a Erwin.

Aquella tenebrosa visión del cielo se fue disipando y se abrió nuevamente.

- ¡Capitán Levi!.- sonaba algo lejana ya. Pero este parecía no responder.

El hombre se acercó a Astar. Ella seguía sin entender porque esos estúpidos vástagos tenían poder sobre ella. Astar era la primera mujer engendrada por Lilith, y eso, eso era ser el ser más fuerte de la existencia.

- Veamos.- y le clavó un puñal en su estómago. La sangre salió a borbotones del vientre de la chica y el hombre rio sádicamente, lamiendo y oliendo la sangre. Varios titanes se acercaron corriendo.

- Quietos ahí.- ordenó el hombre. Volvió a oler la sangre de Astar. Levi se encontraba tremendamente quieto, con los ojos muy abiertos.

- Astar...- su fina voz hizo girarse a Astar y mirarle, sonriéndole.- no le mires a los ojos, Levi, por favor.

- Oh, interesante. La mente de este joven es imperturbable. Esto puede ser divertido.

Ella escupió sangre.

- ¿Dónde quedó la Tercera Tradición de los antideluvianos? No abrazarás a nadie distinto de tu progenie.

Más silencio. Levi no podía moverse.

Bajó el brazo y los titanes empezaron a caminar nuevamente. Ella cogió aire y se giró nuevamente hacia Levi.

-¿Confías en mí?

- Siempre.

- Pues mírame fijamente.

Se miraron por un instante y Levi sintió una corriente de energía por su torrente sanguíneo. Sus ojos chispeaban de pura energía.

- ¿Qué haces pequeña perra? Sigues quitándote años de vida por salvar miserables humanos.

Ignoró al hombre, y miró a Levi, que sintió una voz en su mente. Era ella. " Acaba con estos titanes, te garantizo que puedes con ello"

Miró al hombre fijamente y sintió algo turbar su mente. Él quería entrar. Ella sonrió.

- Para ser del clan Lasombra tienes muy poco poder, no has sido enviado para derrotarme, dime, ¿cuál es tu cometido?

Con una velocidad impredecible, saltó sobre el cuerpo de Astar, que, evitando cualquier contacto visual, se apartó por los pelos.

- Acabaré contigo ahora mismo, si no me dices qué quieres.

- Sabes bien qué quiero Astar. Y si acabas conmigo, irás de todas formas, es la voluntad, lo he visto.

El último titán había caído a manos del Capitán, que no dudó en correr hasta Astar. Lo único que vio fue como estaba completamente estática, moribunda, y cómo la cabeza de aquel hombre era decapitada sin ningún pudor, ni arma que lo haya hecho. El cuerpo del hombre, se evaporó. Aquella energía sintió como se iba perdiendo, y esa capa protectora desaparecía.

- Cómo se siente ser como yo por un tiempo?

- Es...es como si quitase vida.

Levi puso la mano en el vientre ensangrentado de ella, que respiraba con dificultad.

- Tenemos que darnos prisa para que te vean eso.

- Levi, no voy a morir...- tosió sangre. Él insistió y ella acabó empujándolo.

- No puedo morirme, Capitán, ¡no puedo! Entiendes? Yo...yo no soy como tú. Debo marcharme.

Sabía lo que venía ahora. La temida pregunta.

- ¿Qué eres Astar? He confiado en ti antes, hazlo en mí...yo realmente quiero entenderte y entender tanta sangre derramada.

Sus ojos tomaron una mirada conciliadora hacia él, una mirada que hizo temblar a Levi. Una mirada con sus ojos naturales, desconocidos hasta ese momento.


- Soy la represión, la sombra, la pesadilla de muchos niños, el monstruo que alimenta leyendas infames, la perseguida por la Inquisición, la muerte, Levi, soy la muerte o incluso peor,, la última de mi estirpe, la humanidad y yo.

Él se quedó completamente absorto, sin saber qué decir.

- Hago cosas que no son de este mundo, porque no pertenezco a este plano, soy la oscuridad, soy la niebla...entiendes.

- Astar.- Levi la miró fijamente.- no te tengo miedo.- ella apartó la mirada.

- Tengo que marcharme y acabar con esto.- se incorporó colocando la capa.

- No me has dicho qué eres.

- ¿Podrás cuidar de Petra? Es bastante inocente todavía, y Auruo se mete demasiado con ella.

El se agarró el pelo y lo echó hacia atrás.

- porque si he aprendido a levantarme, ha sido por ti, joder, Astar, tienes que quedarte conmigo, ¿Qué no entiendes?

- El que no entiende eres tú, todo lo que pasa a mi lado acaba roto, Levi, todo. Yo... yo no soy para ti, te hago mal, y de verdad, mi misión aquí está marcada de forma ancestral, y tú no estás en el pacto.- se acercó a él y rozó sus labios con los suyos, hasta pegarlos.

"Soy la primera hija de Lilith, el primer demonio y ser humano hembra, desterrado al inframundo"

Se desmoronó de rodillas, delante de aquella chica que, sin querer, se llevó la parte humana de él, la parte más profunda de todo su ser. Se alejaba, poco a poco, con aquellos ojos verdes, puros y aquel poder que lo tenía ensimismado.


ACLARACIONES AUTORA


Los antideluvianos son seres nacidos directamente de Caín, según textos bíblicos.

Caín por su parte fue condenado por Dios a vagar en el exilio y a alimentarse de la sangre de los seres humanos soportando sus penurias.

Astar es un antideluviano con capacidad para cualquier cosa cuando se reúnen todos. Sólo siente fragilidad ante Levi Ackerman porque ha sido un linaje que la estuvo protegiendo desde hace decenios sin que ella lo supiera. Esa protección desapareció cuando partidarios del mundo de las sombras erradicaron a la mayor parte de los Ackerman.

Los Ackerman son inmunes al poder de ellos, por eso ella no puede leer su mente, pero si pueden mantener en situaciones de máxima tensión, conversaciones telepáticas.

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