~One-Shot~

Era un día martes, uno que podría tomarse para muchos como un día hermoso. Todos estarían de acuerdo en Konoha.

El sol brillaba sin que ninguna nube opacara la luz que iluminaba toda la aldea. No había ninguna misión de suma importancia para los ninjas. Cómo era un día especial, los ninjas que normalmente deberían estar en servicio estaban en descanso para pasar en este día, uno que todo el mundo conocía muy bien.

Hoy era San Valentín, día en el que todas las parejas se la pasaban muy enamorados y demostrando su afecto una a la otra.

Aunque dejando esa parte de lado, también había otra parte importante de este día y era un poco más físico para las chicas y para los hombres. Un presente, exclusivo para estos últimos mencionados.

El chocolate.

En una parte en el lado oeste de la aldea de la hoja, Sumire, Sarada y el resto de las demás se encontraban en casa de la Uchiha, todas estando específicamente en la cocina preparando unos chocolates.

La gran mayoría había comprado algo de ingredientes para hacerlos desde muy temprano. Cerca de las 9 de la mañana del día, por lo que todas habían comenzado lo más pronto posible.

—Creo que ya hemos hecho muchos chocolates. —comentó Sarada mientras limpiaba su frente.

Todo aquel trabajo la había cansado. No estaba acostumbrada a la repostería, ni mucho menos cocinar algo más que solo huevos en la mañana, ya que siempre tenía de prioridad más su entrenamiento ninja.

No está acostumbrada a cualidades mucho más alejadas de lo que es su trabajo profesional de la vida.

— ¿En serio?

—Por supuesto. —asintió Sarada al mirar a Tsubaki, la cual aún estaba con un delantal que obviamente parecía disgustarle tenerlo puesto.

Se notaba que no era de esas chicas que no mostraban o probaban cosas que toda chica muy femenina se representaba.

—Pero Sarada, todavía no hemos terminado los chocolates.

— ¿Es necesario? —preguntó la Uchiha al mirar la parte de Tsubaki y los númerosos chocolates que había hecho. Le costaba creer lo motivada que había estado haciéndolos, aún cuando al principio no estaba interesada en hacerlo—. Wow, dices que aún no hemos terminado, pero veo que ya hay suficientes chocolates como para más de veinte personas.

—Totalmente —afirmó Tsubaki con una sonrisa orgullosa, pero miraba confundida ante la perplejidad de la azabache—, es San Valentín y la costumbre dice que se debe obsequiar un chocolate a todos los amigos.

— ¿Nunca has celebrado San Valentín? —preguntó Namida con expresión de cachorro abandonado.

—No, nunca tuve la oportunidad.

— ¡Es Horrible! —comentó Chouchou preocupada.

— ¿Qué hacían en San Valentín en dónde vivías? —preguntó Tsuru junto a Enko que estaban por el otro lado.

Se habían puesto curiosas con la plática que estaban teniendo con la samurai mientras seguía muy perdida en los comentarios de las demás.

La chica en cuestión que le habían hecho esa pregunta, buscó en sus recuerdos que tenían en su mente sobre sus diferentes experiencias y tradiciones sobre este día.

—Bueno, normalmente nos enfrentamos en un duelo de práctica para después tomar algo de chocolate caliente —respondió la chica sin quitar aquella sonrisa orgullosa que llevaba siempre—. Es método para hacer que nuestros lazos se fortalezcan mucho más.

—S-Supongo que los samurais tienen su forma buena de demostrar su afecto —dijo Enko medio nerviosa, tratando de al menos no mostrarse tan incómoda con la confesión que había dado Tsubaki.

—Ciertamente, los samurais tienen lo suyo.

Hako le sonrió a la chica usando su muñeco para que éste asintiera a las palabras de la chica.

—Pero Tsubaki-san, aquí es muy diferente en como hacemos las cosas. —se acercó Sumire mientras le ponía una mano que compadecía a su amiga.

—No te preocupes, te enseñaré lo básico de las cosas —se auto señaló Chouchou con emoción en su voz—. En San Valentín las chicas entregamos chocolates a nuestros seres queridos, hay tres tipos.

— ¿Tres? —repitió Tsubaki.

—Los giri-choko se entregan a los conocidos, compañeros de clase y vecinos. Luego están los tomo-choko, para los amigos, ya tengo listo el tuyo y finalmente el honmei-choko que es para la persona que se ama.

—Oh, ya entiendo. Supongo que debí de haber hecho muchos de los segundos.

Se la tuvo un poco difícil para Tsubaki, ya que no estaba muy familiarizada con todo esto. Al menos agradecía tener a todas las demás cerca para no estar muy perdida.

Tenía su orgullo, así que le era imposible pedirles consejo o algo similar para no verse tan despistada, aunque ya se mostraba ahora y se sentía avergonzada.

No pudo evitar sonrojarse por eso.

—Cambiando de tema —Chouchou se giró hacia donde estaba Sumire, la cual había terminado de preparar sus chocolates.

La mirada penetrante de la Akimichi había sido lo suficientemente para estremecer a Sumire. No entendía muy bien porque le estaba mirando de esa forma tan repentina.

— ¿Qué pasa? —preguntó—. Chouchou, tu sabes muy bien que no te entenderé si no me dices algo. No tengo alguna habilidad para leer mentes.

—Es sobre tu chocolate —interrumpió las palabras de la pelimorado sin darle mucha importancia—. Este año se lo darás a Boruto o tienes algo en mente más.

Está fue ganándose el apoyo de Sarada desde su otro lado mientras miraban a su amiga, la cual no tardó en colorarse de las mejillas.

Desvió la mirada para otro lado para estar fuera de su rango de burla hacia ella. No quería que jugarán con ella así, y no es que tengan malas intenciones, pero les gustaba verla muy vulnerable cuando hablaban de la persona que ella siempre tenía en su mente.

No solo ellas, sino también el resto de las chicas estaban también atentas a la respuesta de Sumire. Les había llamado la atención el tema en cuestión y no querían perderse de lo que podría decir con respecto a Boruto.

Odiaba cuando sus sentimientos por el chico pelirrubio fuera tan evidente. Bueno, lo era para cualquiera peor extrañamente no para él..

Fue decepcionante como también aliviador.

—O-Obviamente el chocolate es lo que le voy a regalar —desviaba la mirada.

No hizo mucho esfuerzo para ocultar tanto su vergüenza como su molestia hacia su amiga por sacar ese tema. Su puchero la delataba como también su sonrojo.

—Ay Sumire, no sabes lo mucho verte de esa forma —sonrió Chouchou mientras su cara daba a la de una persona bromista—. Es tan divertido.

—Que mala. —Susurró eso último.

—Aun así, hiciste un chocolate para él. No te avergüences de eso.

Sarada se le acercó mientras le daba una pequeña palmada en su hombro para darle un poco más de confianza.

Al menos entre ellas dos, Sumire agradecía la comprensión de la Uchiha y le ayudara de esta forma, no como la otra chica que solo le gustaba jugar con ella y sus emociones.

—La cosa es que no sé si le vaya a gustarle los que hice. —se avergonzó un poco mientras miraba la pequeña caja con los chocolates dentro.

—Vamos, lo hiciste muy bien estoy segura.

—Nunca he preparado unos, así que no estoy segura si los habré hecho bien —los volvió a mirar mientras suspiraba. Haciendo evidente lo cansado que estaba—. Seguí la receta, es lo único sue puedo sostenerme que al menos lo hice medianamente bien.

—Dejame probar.

Tanto Chouchou como Wasabi que se pusieron de voluntarias, comieron uno de los chocolates de Sumire.

Una vez que ambas habían terminado de masticar y saborear el chocolate, las dos se habían quedado un poco paralizadas mientras se miraban un tanto nerviosas.

Rápidamente voltearon a ver hacia Sumire, la cual esperaba ya una opinión de ellas, al igual Sarada que le llenó de intriga.

Agitaron un poco la mano de lado, dando una mitad buena y mala en lo que les pareció su chocolate. Esto por supuesto hizo decaer un poco a Sumire con la vista abajo mientras suspiraba.

No podían hacer más que sentir culpa al ver a su querida amiga de ese modo.

—T-Tu tranquila Sumire, nosotras te ayudaremos a hacer el mejor chocolate del mundo para ese bobo—la animó Sarada a la vez que tomó el cacao de la despensa, era la última bolsa que quedaba.

Lastimosamente la mayoría que habían tenido en su casa fue yendo hacia los que había hecho Tsubaki. Ésta por supuesto al notar el descontento de la Uchiha por la cantidad mínima que había de cacao, trató de disimular mucho su falta de información a la razón de porque se había bajado tanto.

Claro, esto obviamente no fue efectivo.

Busco buscó los moldes de corazón que había en un cajón, eran algo lindos. Sé imaginaba que la madre de Sarada los tenía guardados para hacer chocolate para la misma Sarada, aunque también intuía que el señor Uchiha también era el objetivo de estos.

A pesar de que tenía sus dudas no rechazó la oferta de sus amigas. Preparar un chocolate para Boruto era una tradición que hacía todos los años como agradecimiento por haberle dado una oportunidad en su vida y por tener una buena vida en la aldea con los demás. Sin embargo, está vez este chocolate no tenía como objetivo hacer llegar a entender su amistad, eso ya estaba claro, sino más bien expresar sus sentimientos que había generado dentro de su corazón.

Se había dado cuenta que lo amaba, está vez sus sentimientos eran completamente diferentes a los de gratitud, y ahora está vez la actitud de cada año se esfumó. Sentía que ahora no tenía el mismo valor de siempre para entregarle el chocolate.

Estaba mucho más nerviosa de lo normal.

Abrió el refrigerador buscando algunas nueces pero cambió de opinión. Las berenjenas le parecían una mejor opción pero el surimi se veía delicioso por lo que no tenía sus dudas sobre cuál elegir. Después de unos minutos tomó su decisión, usaría ambos.

—Espera Sumire —le reclamó Sarada a la vez que le quitó sus ingredientes—, creo que Boruto le puede gustar un chocolate con algo de nueces. Mucho más crujiente, ¿No te parece?

***

Pasaron varias horas antes de que Sumire fuera terminando el chocolate que tenía pensado darle a Boruto. Hubo muchas veces en las que Sarada y Chouchou le tenían que darle una guía entre las dos para evitar que agregara su amiga ingredientes que no fueran raros.

Aún así, hicieron lo posible para ayudarle, en hacer cumplir los deseos de la joven de hacer un chocolate perfecto. Si no era capaz de decir con palabras en como se sentía hacia el Uzumaki, entonces esperaba que su obsequio transmitiera lo que su corazón sentía.

Una vez terminado eso, el resto de las demás también habían terminado sus respectivos chocolates.

Cómo algunas tomaron de referencia uno que otro error en el proceso en que Sumire fue haciendo su chocolate, no perdieron el tiempo en hacer bien los pasos junto con los ingredientes.

—Es hora de repartir los chocolates —dijo Sarada con expresión triunfal al ver el trabajo terminado entre todas.

—Al menos denme todas uno de los que fueron preparando. —Chouchou no pudo evitar derramar un poco de saliva de su boca cuando veía los chocolates.

—De eso nada.

Se puso en medio Wasabi, Sarada y Tsuru muy asustadas al ver la expresión hambrienta de su amiga.

—Ya comiste mucho cuando estábamos haciendo los chocolates —Sarada la confrontó con dureza mientras junto a las demás—. Además, de que te comiste los que se supone que le darías a Shikadai e Inojin.

—Ellos pueden sobrevivir sin uno, tampoco es para tanto.

Dicho eso, solo podían en sentir lastima por los pobres dos chicos que se habían quedado sin chocolate para este día, y todo por la aterradora hambruna que tenía siempre la Akimichi.

Sin embargo, unas dos envolturas de chocolate se habían aparecido en frente de la joven. Se asombró a la aparición de estos con emoción, pero luego de eso fue viendo que eran sostenidos por un brazo que la fue llevando ver a la que le había puesto esos chocolates en frente suyo.

Tsubaki le estaba ofreciendo uno de los que había preparado mientras actuaba con mucha humildad.

—No te preocupes Chouchou, toma uno de los que hice —sonrió—. Después de todo, hice para muchos.

De eso tenía razón, no podían creer los 24 chocolates que tenía en la pequeña mesa de la sala del apartamento.

—Bueno, supongo que con eso al menos ya están para esos dos. —dijo Enko un tanto incómoda por la situación.

—Bien chicas —Sarada les dirigió con la voz mientras obtenía la atención de todas las presentes—, debemos apurarnos, ya son un poco más después del medio día.

***

Tuvieron que correr para llegar antes de que el tiempo exacto para entregarles chocolate fuera siendo perdido. Normalmente se les daría a medido día para que los chicos fueran disfrutando del día con el obsequio lo más largo posible, pero luego de estar un poco retenidos con Sumire, tuvieron que dar marcha rápida.

Por otro lado, Sumire se sintió intranquila mientras iba caminando por las calles de la aldea. Ya habido ocasiones en que ha ido en busca del joven Uzumaki, pero está vez era muy diferente.

Ahora no lo buscaba porque lo mandaban a llamar en la oficina del Hokage o que Katasuke le estuviera llamando, al igual que Amado para su revisión habitual sobre su karma, no, está vez lo buscaba para ella y por un tema más íntimo.

El solo pensarlo le ponía muy ansiosa, al igual que muy temblorosa de los pies que hasta creía que caminaba de forma torcida.

Sarada la intentó calmar, ella le había dicho que lo muy probable es que haya ido al campo de entrenamiento cosa que era lo más normal del mundo tratándose ahora de Boruto, aunque también tenía un mal presentimiento.

En los últimos días Boruto había actuado un poco distante, algunas veces que lo veía pasando por el laboratorio para su chequeo siempre no decia una palabra con ella. Incluso no estaba en casa la mayoría del tiempo.

Casi se moría de vergüenza al recordar cómo se encontraba con el Hokage en la casa cuando fue en una ocasión. Las palabras de su padre fueron demasiado descuidadas, aún teniendo un peso muy grandes en ellas. Él le había dicho de forma abierta de que no estaba su hijo, pero que no debería de tardar si supiera que ella fuera esperándolo, después de todo Boruto le correspondía hacerlo.

Su cara  fue poniéndose muy roja cuando él lo dijo de esa forma.

¿Realmente ella y Boruto se veían como si fueran saliendo?

Es cierto que eran muy cercanos, y después lo del año pasado en su casa fue mucho más incómodo para ella estar junto a él, aunque casi no lo veía porque actuaba raro.

Tuvo algo de miedo en cuanto recordó esa vez en la que Boruto estuvo demasiado distante de cuando regresaron luego de acabar con Isshiki Otsutsuki, se preocupó demasiado.

¿Qué pasaría si otra vez ocurrió algo con Momoshiki en su cuerpo?

Más ganas tenía de encontrarlo lo más pronto posible, ya no solo para darle sus chocolates, sino también para darle algo de ánimos si estuviera preocupandole algo.

—¡Delegada!

De forma imprevista, Mitsuki apareció de pronto interrumpiendo sus pensamientos. Lo vio correr hacia ella desde un tejado hasta después aterrizar en medio de la calle de la aldea.

Le había sorprendido que estuviera aquí, además de solo él. Normalmente siempre estaba con Boruto, por eso también había ido a buscar tanto él como al otro. Ellos dos usualmente son quienes ambos entrenan siempre, así que pensó que estarían al menos dónde iba dirigiéndose ella.

Lo iba a saludar de forma formal por el día de San Valentín, sin embargo, su expresión seria le hizo pensar que algo había pasado, que las cosas estaban mal.

— ¿Qué sucede Mitsuki-kun? —preguntó con preocupación—. ¿Pasó algo?

—Es sobre Boruto, estábamos hace un rato entrenando y lo fui a dejar en el laboratorio hace unos minutos. —afirmó con mucha prisa mientras mostraba su evidente frustración en sus palabras.

— ¿Boruto-kun? —pronunció el nombre de su amado inconscientemente mientras la cabeza aún estaba procesando lo que acaba de escuchar—. ¿Él está herido?

—Por suerte no, pero se desmayó mientras estábamos entrenando.

Entonces realmente habían estado en el campo de entrenamiento. Que tenga algunas heridas por el entrenamiento era algo lógico, y lo mismo pasaba con desmayarse, eso pasa siempre cuando alguien agotaba su chakra.

Sin embargo, el caso de Boruto era algo completamente diferente, mucho más serio que de otra cosa. Siendo un usuario que poseía algo como el karma, tenía a Momoshiki Otsutsuki, su alma y si lo que decían los informes que se habían hecho, entonces Momoshiki podría haber salido, cosa que la espantó más.

En ese momento Sumire sintió como las fuerzas la abandonaban. Entre esta corta conmoción que estaba teniendo, se escuchó un sonido seco pero poco le importó. El chocolate que llevaba se había caído pero no intento tomarlo, no cuando no podia ni quería perder mas tiempo.

Mitsuki no tardó en contarle el resto de lo que había sucedido. Boruto había querido probar un poco para experimentar el karma, aunque no quería. Sin embargo, después de 6 minutos activado se había caído hasta estar inconsciente.

Poco tiempo después de haber pasado eso, Mitsuki lo habia llevado al laboratorio para que lo revisen, al menos este Amado. Luego de eso hizo acto de presencia Mitsuki.

Cómo sabía que había sido dejado en el laboratorio, especialmente Amado, el cual era experto en esto del karma, estaba segura que estaria bien Boruto, pero no estaba al cien por ciento confiada.

Salió corriendo hasta dirigirse hacia donde estaba el laboratorio de Konoha, dejando a Mitsuki solo en la calle. Luego decidió en disculparse con él después.

***

Luego de unos minutos después había llegado al laboratorio de herramientas de científico ninja. En cuanto le preguntó a la recepcionista si había llegado Mitsuki y Boruto hace tiempo. Al final si fue como lo había contado Mitsuki.

Lo habían llevado allí para no llamar la atención en el hospital, ya que no era algo que podrían manejarlo allá, además de que no querían preocupar a su familia.

Inmediatamente fue dirigiéndose hacia donde lo había dejado Mitsuki, y esa era la sala de dónde siempre lo van a revisarlo.

En cuanto abrió la puerta fue donde su corazón se había acelerado aún más, ya no solo por haber corrido mucho, sino por quién se encontraba allí mismo, por quien se había apresurado a venir. Boruto estaba allí mismo, ya no estaba inconsciente, sino despierto mientras estaba sentado en la orilla de la cama. Se presionaba la cabeza con mucha presión por el dolor que debía de estar teniendo.

Sumire no predio el tiempo y se acercó rápido hacia donde estaba, tomando por sorpresa al joven con su aparición.

— ¿D-Delegada? —preguntó al mirarla toda seria mientras de acercaba—. ¿Qué estás…?

No había podido acabar cuando vio como ella le fue tomando de la mano mientras inspeccionaba la palma de dónde estaba el karma, al igual que darle pequeñas observaciones de su cara.

La mirada de la chica se había centrado en él profundamente hasta ver su mismo reflejo en los ojos de ella, al igual que Sumire con los de él.

— ¿Sientes algo raro? —preguntó muy apresurada hacia él.

— ¿Cómo?

— ¿No te duele nada? —hizo otra pregunta sin detenerse.

La voz de la chica estaba muy diferente, él lo notaba, como si algo había pasado y ella estaba muy intranquila. Lo sabía muy bien, incluso sentía ese apretón de mano tan desesperado que estaba haciendo.

Ella le estaba mirando fijamente mientras se encontraba a su lado sentada en la cama y con sus manos agarrando su mano derecha con más fuerza.

Sumire estaba muy angustiada, no sabía que había ocurrido y de la nada había sentido unas lágrimas que peligrosamente querían salir de sus ojos. Ella se contuvo en hacerlas salir, solo había agachado la cabeza para que Boruto no la viera. Esto lo puso alterarse al chico.

—¡D-Delegada! —se asustó al verla muy decaída y notando en como todo su cuerpo estaba temblando mientras tenía agachado la cabeza—. ¿Qué sucede delegada? ¿Por qué estás así? ¿Que ocurrió?

No recibió respuesta alguna de ella, no parecía que estaba de ánimos para decir algo hacia él, ni mucho menos ver en como quería evitar el contacto visual ahora.

Esta vista fue insoportable para él, no le gustaba verla así. Al parecer había cometido un error, eso estaba claro, no le gustó ver qué sus consecuencias se fueran viendo reflejadas en Sumire.

Los sollozos eran lo único que podía oírse en la habitación, y él era participe de ello. La culpa le devoraba y su corazón le apretaba hasta sofocarlo..

En la habitación estaba esperando alguna explicación de ella de su preocupación y tristeza. Realmente odiaba el no tener nada bueno que decir en estás circunstancias, pero sabía muy bien que debía hacerlo.

Antes de hacerlo, nuevamente se vio interrumpido por las palabras de Sumire.

—No desaparezcas, Boruto-kun—le dijo mientras seguía haciendo grandes esfuerzos para no dejar salir las lágrimas que seguían colgando—, no quisiera perderte.

La mirada seguía estando hacia abajo, no se le podía ver la cara, pero tampoco no es como si él quisiera verla.

Sumire se ocultó en el pecho de Boruto, las lágrimas que intentaron detener salían sin que lo pudiera evitar.

—Dele… —se detuvo un rato, mirando con más profundidad el estado de la chica y con un miedo en su garganta la fue aclarando para ser un poco más suave en sus acciones mientras la llamaba de la forma que casi nunca lo hacía—. Sumire…

Ella sintió una mano sobre su cabello que la acariciaba suavemente, lo que hizo que fuera levantando la mirada para así encontrándose  con los ojos del joven Uzumaki.

—No llores —le dijo con una sonrisa gentil en su rostro, una que esperaba él que fuera surtiera efecto—, no me iré a ninguna parte y tampoco desapareceré. No tienes que pensar en esas cosas 'ttebasa.

Sumire estaba feliz de verlo siendo él, por un segundo creyó que estaba perdiendolo y a su identidad. Nunca antes había sentido tanto miedo, no logró imaginar su vida sin él y en como este se desvaneciera por culpa del Otsutsuki que estaba en él.

Al instante sus mejillas se sonrojaron. Se había percatado de la forma en la que ambos estaban ahora, muy pegados hasta la linea de sus espacios privados. En ese momento recordó el chocolate perdido.

Se olvidó haberlo dejado caer, aunque no sabía exactitud cómo o donde. Estaba muy concentrada en venir a ver a Boruto y revisar si estaba bien.

— ¿Por qué llorabas?

—Lo siento, perdí un poco la compostura y me preocupe demasiado, luego de que vine corriendo hasta aquí.

— ¿Viniste corriendo? —se mostró muy sorprendido ante la declaración de la chica.

Pronto ya no le hizo tan extraño cuando la vio llegar y con mucha falta de aire. No creyó que fuera corriendo, y por como había visto fue demasiado, quien sabe cuánto.

—Si, eso hice. —asintió mientras se mantenía mirándolo un rato más sin romper el contacto visual.

— ¿Por qué?

—Me enteré que llegaste aquí luego de que te desmayaste en tu entrenamiento. —dijo entre voz baja, pero lo suficientemente audible para ser escuchado por Boruto.

—Oh… ¡Oh!

Eso había puesto rápidamente en orden sus pensamientos, él pronto volteó y miró por todos lados a alguien más que estuviera presente aparte de ellos.

— ¿Dónde está? —preguntó Boruto molesto.

Sumire alzó la mirada sin comprender a la pregunta del joven. Temía que se refería a Momoshiki, que posiblemente se había presentado ante él o algo similar, pero lo veía ilógico, por el momento.

Le aterraba que algo así pasará, pero de todos modos no dejaba de lamentarse no saber mucho del tema para ayudarlo.

—Oye Sumire, ¿Sabes dónde está Mitsuki?

— ¿Eh?

El aire se cortó, causada por la repentina y extraña pregunta que le había hecho el joven Uzumaki.

Ella no encontraba palabras correctas para decir en los siguientes segundos.

— ¿Mitsuki-kun? —repitió el nombre de la prioritaria persona ahora—. ¿Qué pasa con él?

—Es él —dijo a regañadientes mientras se revolvía el cabello. Bajo la cabeza, pero no la miraba a los ojos—, fue responsable que haya quedado inconsciente.

La acusación repentina de él hacía el otro chico que se supone que era su amigo, no fue lo que esperó.

Ciertamente Mitsuki hacia toda clase de cosas con las que siempre son raras, pero hacer algo como dejar desmayado a Boruto era algo que lo superaba viniendo de él.

Si fue así como es la cosa, entonces fue éste mismo quien hizo eso y trajo a Boruto aquí con la excusa de que había sido por culpa de su karma.

¿Por qué haría algo así?

Si fuera alguna clase de juego no tenía nada de gracia, aunque claro, no es como si Mitsuki tuviera sentido del humor.

— ¿Estás diciendo que te desmayaste por culpa suya? —le seguía costando procesar las afirmaciones del Uzumaki—. ¿Por qué hizo algo como eso?

—Eso es porque…

Pronto la mente del chico había funcionado un poco mejor hasta estar normal. Había sido ahora capa de volver a usar de forma correcta sus pensamientos, recordando en buena memoria lo que había ocurrido.

En cuanto la imagen de Mitsuki estando en frente suyo se hizo evidente, se había puesto de piedra el pelirrubio.

Ya recordaba las razones de esto, y no eran para nada agradables que su amigo haya tenido la idea de hacerlo.

Mitsuki siempre era tan extremista en cuanto a decisiones que no tengan mucho que ver con ser ninjas. Sin embargo, en cierta forma apreciaba la ayuda, pero no es algo como si lo había pedido.

¿Desde cuándo era buena idea dejarlo inconsciente en medio del entrenamiento?

¿Era tan buena idea traerlo al laboratorio de Konoha con una excusa grave?

Todo para qué él pueda tener una buena oportunidad de hablar con Sumire. Eso es la razón principal, tal y como lo había olvidado luego de la perdida de conciencia que había tenido, cortesía de Mitsuki.

—L-Lo siento… —bajo la cabeza para ir ocultando sus mejillas que se habían tornado de un leve color rojo—, no me acuerdo muy bien.

No tuvo de otra que mentir, se moriría de la vergüenza si ella lo supiera.

No solo estaría avergonzado por eso, sino también porque él la había descuidado e ignorado estos días.
Luego de hablarla pasado en navidad con ella en su casa fue la última vez que habían tenido un hermoso momento en el que hablaran.

Sin embargo, no solo había pasado un buen momento con ella, sino también también en como se sentía cuando la tenía ahora cerca.

Fue algo demasiado difícil de entender, es más como algo más diferente a lo habitual en quererla. Lo hacía, pero ese sentimiento es mucho más intenso, no por nada en algunas ocasiones quería monopolizar su tiempo solo para él.

Cómo ahora mismo.

Luego de ese día, ya no tuvo tiempo para volver a verla, ya no se presentó una buena oportunidad para hablar, todo en un mes.

Al final  decidió reprimirse en verla, llegó a la conclusión que era lo mejor. Usaría ese tiempo reordenar estás emociones hacia la joven pelivioleta. Necesitaba algo de tiempo para tener en claro todo.

No fue suficiente.

El tema lo había olvidado por un mes completo luego de muchas cosas, y cuando volvió a ver a Sumire hace días —casi una semana—, éste no podía confrontarla directamente.

El simple contacto visual hacia ella le puso muy nervioso y no sabía que hacer, por lo que siempre usaba una excusa de que tenía que verse con los chicos o quería entrenar.

¿Un cobarde era?

Sería lo más justo de ponerlo con ese sobrenombre, después de todo, solo estaba escapando a encararla.

Esto mismo es de lo que le habló a Mitsuki cuando entrenaban. Había querido en usar el karma como práctica para no tener que sorprenderlo si llega a activarse de manera tan independiente.

Todo iba bien, hasta que llegó el punto en que Mitsuki había tocado él tema suyo. No era un tono, sabía bien que había estado evitando a Sumire.

Siendo Mitsuki del que hablaban estaba bastante claro que no podía engañarlo, o al menos en ocultarle que ese era el caso.

No dijo toda la verdad, solo había dicho que había pasado algo entre ellos dos y ahora no sabía cómo hablar con ella. ¡Claro! Como si pasar la noche juntos en su casa antes de navidad fuera algo tan simple como para no tomarle importante.

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A/N: Esto hace referencia a mi otro One-shot que tengo en mis historias. Una Navidad No Solitaria.
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Una vez que le dijo lo necesario a Mitsuki, le propuso fingir en estar mal he ir hacia donde estaba Sumire. Sin embargo, Boruto era un cobarde como para hacerlo, aún no se sentía listo para hacerlo.

Gracias a esa última respuesta a la sugerencia de su amigo y compañero es como fue acabando ahora en la actualidad.

—Supongo que sus acciones siguen siendo muy desconocidas y raras 'ttebasa. —fue continuando su actuación.

—…

—Aun así, no te preocupes —sonrió Boruto con una mirada reconfortante, al igual que tener una actitud acorde a como siempre suele ser él—. Sobre Mitsuki ya hablaré con él cuando lo vea y…

Había parado sus palabras, dejando que el viento las hiciera volar antes de que fueran pasando por los oídos de la joven.

Boruto no lo hizo porque se haya quedado sin ideas o algo de lo que pueda sostenerse a sus excusas, sino más bien por la misma Sumire.

—…

Sus ojos se abrieron un poco más en cuanto la vio expresarse con una sonrisa, pero no una como siempre daba. Estaba decaída, su mirada no parecía muy conforme con lo que había contado él.

Se atragantó con sus propias palabras, las cuales ya no salían de su boca y solo se fue limitando a observar como ella estaba con la cara larga.

Las pequeñas lágrimas por las orillas de sus orejas seguían estando allí, que estén allí no ayudaba mucho a la imagen de ella.

— ¿Qué pasa delegada? —volvió a llamarla por su apodo que más la identificaba, aunque lo hizo más por instinto.

Se acercó un poco más para reconfortarla mientras pone una mano en el hombro. Se esperó a que ella le mirara a la cara, pero no lo hacía. Al menos Sumire alzó la voz, pero sin verle a la cara.

—Lo siento, es que me da gusto que no haya sido tan grave el asunto. —para decir algo como eso, no fue la mejor forma de poder expresarlo.

— ¿Entonces por qué…?

—Es solo que… lo perdí… —sus palabras siguieron decayendo mientras suspiraba con pesadez.

— ¿Perdiste? ¿Qué cosa?

—Es que… —dudó un poco, ya que no iba a tener sentido si lo dijera, pero ya para este punto no importaba tanto—, me acabo de acordar de que perdí el chocolate que te había preparado. —agregó la joven de cabellos violetas, imaginando su chocolate arruinado al haberse caído.

Esa declaración había dejado helado al joven Uzumaki. Se quedó mirando a Sumire mientras observaba como ella elevaba su mirada hacia él.

Los dos se miraron en silencio. Aunque eso no le tomaba mucha importancia ahora, su mente trabajaba más para otro lado, en sus pensamientos sobre lo que ella dijo.

Había olvidado por completo por el día en el que estaban específicamente… No había sido conciente de San Valentín hasta ahora que mencionó el chocolate.

Tardó, pero ahora era conciente que iba a tener un chocolate de parte de Sumire. Eso fue un gesto que le fue conmoviendo.

Sin poder evitarlo sus mejillas se habían sonrojado, cosa que para Sumire le parecía de lo más tierno.

Boruto lentamente llevó sus pulgares hasta el rostro de ella y cuidadosamente limpió el rastro de las lágrimas que había estado cayendo en pequeñas gotas. Posiblemente se habrá esforzado mucho en hacer uno.

No le gustó verla llorar.

—No se queden callados, al menos digan algo ahora —dijo una tercera voz que había invadido su burbuja.

Ambos voltearon bruscamente hacia donde estaban la voz invasora de ls habitación.

Sus ojos se agrandaron cuando identificaron que la persona que había llegado, y quién estaba en la puerta, no era más quien la persona que estaba a cargo y dueña de esta habitación.

Así mismo se mostró a Amado fumando un pequeño cigarro mientras los veía con una mirada inexpresiva e indiferente. Aún así, su cara parecía estar un poco decepcionado en cuanto ellos le miraron sin decir una sola palabra.

Un suspiro fue lo siguiente que se soltó de su boca mientras volvió a ponerse el cigarro en su boca y comenzaba a consumir el tabaco hasta soltarlo en un pequeño humo.

— ¿Entonces no dirán nada?

—¡Q-Qué…! —la cara del Uzumaki se había encendido hasta tener el aspecto de un tomate enorme—. ¡¿Por qué se quedó sin decir nada?! ¿Cuánto tiempo estuvo allí?

La puerta se abrió de golpe dando paso a Sarada, Wasabi, Chouchou y Mitsuki. No le hacía falta ser inteligente para ver qué era muy evidente que llevaban un buen rato allí afuera de la habitación. Lo podía ver por sus expresiones.

—Lo siento por escuchar…  —al menos entre ellos se estaba disculpando Sarada.

—Compórtate como un hombre —le dijo Chouchou con expresión seria—, y responde a la declaración que te acaba de hacer Sumire. No seas cobarde Boruto.

—¡Salgan de aquí! —les gritó el chico muy molesto a la vez que les lanzaba una almohada que estaba en la cama.

— ¿Olvidas que es mi laboratorio? —Amado le dijo sin afectarle el enojo.

—¡Solo vayanse!

—Ya, ya… entendemos —respondió entre un suspiro, quien volvía a fumarse el cigarro mientras iba saliendo—, la pareja quiere algo de privacidad.

Todos de inmediato salieron con un poco de burlas en sus palabras mientras les veía a los dos de forma coqueta. Amado solo había encontrado esta situación un tanto molesta e indiferente, así que decidió tomarse un descanso en otro lugar.

Mitsuki por otro lado, se había acercado hacia donde estaba Sumire hasta extender una pequeña caja.

Ella se sorprendió en cuanto vio la pequeña caja en las manos de su amigo. Este Mitsuki le había traído su pequeña caja de chocolate que se le había caído, aunque la única mala cosa que veía de esto es lo mal que se vía el envoltorio.

—Sospechaba que era importante para ti delegada, así que lo traje mientras venía con los demás —se sincerisó el joven mientras se lo entregaba delicadamente—. No tienes que preocuparte, hice lo posible para que no se vaya a estropear.

—Y-Yo… gracias… —sinceramente no sabía cómo sentirse. Estaba muy perpleja por la humilde y delicado comportamiento de su amigo.

Ella podía estar más que halagada por esta buena atención de su amigo, pero no era nada agradable de ver para Boruto.

Ciertamente era un comportamiento tan bueno que podía estar feliz por Sumire, pero aún con eso no fue una vista que le sea de su agrado.

Mitsuki era su amigo, pero increíble que se sintiera tan molesto cuando veía como se comportaba con ella.

Para su suerte, está tortura no duró mucho. Mitsuki humildemente se fue despidiendo de ella tranquilamente, esto mientras dirigió una sonrisa hacia el Uzumaki.

Su enojo ya no iba enfocado a que su amigo haya sido muy "cercano" a Sumire, sino fue remplazada por uno rencoroso.
Sus recuerdos de antes de ser neutralizado hasta perder la conciencia fueron volviendo a su mente.

Irónico para él fue que se había acordado perfectamente cuando vio le vio sonreír a Mitsuki. Una sonrisa completamente "inocente".

—Oye Mitsuki, luego hablaremos.

—Por supuesto. —le sonrió a su amigo.

Boruto estaba molesto y decepcionado que su amenaza no había hecho efecto en su compañero. Parece que no notó cuan enojado se encontraba con él.

Sacó su frustración con un suspiro.

Pasaron minutos después de que salieron todos de la habitación, eso con el fin para que estos dos se animaran a hablar. La situación era incómoda, ninguno sabía que decir ahora.

Sumire estaba siguiendo sosteníendo la pequeña caja de chocolate en mal estado, y Boruto estaba mirando para otro lado, cualquier dirección que no sea verla a ella.

Los minutos se sintieron como inmensas horas de espera. Todo fue igual hasta que el mismo movimiento y cercanía de Sumire fue lo que hizo reaccionar a Boruto, ya que ella había acercado algo hacia él por su brazo izquierdo.

Por su lado veía como ella había acercado la pequeña caja de chocolates, aunque seguía igual de mal estado.

—Esto es para ti… —dijo en voz baja, pero aún así fueron suficientemente claros las palabras de ella para que Boruto las pudiera oír bien.

— ¿Es el chocolate, verdad?

Pasó medio segundo y ya se había arrepentido por lo que preguntó. No había una pregunta más tonta que pudo haber soltado.

Aún de todos modos, Sumire había sentido sin importarle mucho la pregunta. Tomó un poco de aire Boruto, aliviado de que no se haya dado una situación incómoda por ese pequeño tropiezo.

Después de que ella le haya respondido con la mirada mientras asentía, Boruto fue tomando cuidadosamente la caja como si fuera un objeto de suma importancia.

Desató el listo que había y comenzó a abrir la caja lentamente, mirando por dentro su contenido:

Chocolate.

Eso es lo que veía adentro, pero claro, no eran lo suficientemente presentables. Unos estaban partidos por la mitad, otros estaban en pedazos pequeños y habían unos espacios vacíos. Esto último tal vez es cosa de Mitsuki por no haber tenido cuidado de levantarlos y se le habrá caído algunos.

—Lo siento, supongo que al final si se estropearon —se lamentó Sumire. Extendió la mano hacia donde estaba la caja—. Ya no son comestibles.

Repetidamente vio como Boruto había apartado la caja de ella, mostrándose un tanto serio con su mirada. Los ojos de ambos se conectaron, como si trataban de entenderse entre si.

Boruto tomó más la iniciativa está vez y redirigió su mirada hacia la caja y los chocolates que había en ella.

Cuidadosamente tomo uno que estaba partido por la mitad, esto por supuesto había sorprendio a Sumire. Este acto fue tan inesperado y extraño de parte del Uzumaki.

—Es-Espera Boruto-kun —se paró de un pequeño salto mientras se ponía de frente para que tuviera la atención del chico. No lo consiguió cuando éste estaba con los ojos cerrados para concentrarse en degustar el chocolate—. ¿Por qué te lo estás comiendo?

— ¿No es obvio? —la pregunta fue tan sarcástica como también seria, terminando de pasarse el chocolate por su garganta mientras el sabor seguía impregnado en su papila gustativa—. Este chocolate lo hiciste tú, además de que tal vez hiciste un enorme esfuerzo oara hacerlo.

— ¿Eh?

—Digo, Sarada me ha comentado que tú no cocinas mucho cuando se trata de hacer repostería 'ttebasa.

— ¿Eso te dijo ella? —se ocultó la cara con ambas manos para que él no la viera a la cara. No cuando la tenía posiblemente roja.

Él no le importaba mucho, ya que seguía concentrado en volver a comer otro chocolate partido de la pequeña caja.

—No te avergüences delegada —volteó a verla, sonando lo mas humilde posible para que Sumire le pueda ver la cara—, aún si están como están te quedaron bien. No tienes que avergonzarte 'ttebasa.

— ¿Eh? ¿Realmente está bueno?

—No es el mejor chocolate que puedas decir que es excelente —probó otro más mientras le volteaba a ver con una sonrisa—, pero eso no quita está delicioso. Eso demuestra que lo hiciste bien.

Esa declaración fue suficiente para ponerla feliz. Talvez no haya sido un chocolate que esté al nivel de los profesionales, pero ver qué Boruto le gustó mucho le bastaba.

Aunque, para el otro año tal vez consiga ya darle uno mucho mejor hasta hacerlo querer más.

—Ahora con eso dicho, me quiero disculpar contigo. —su tono era más apagado y con más seriedad en su mirada mientras la volteaba a ver.

— ¿Disculparte?

—Ya sabes, he estado evitandote desde hace unos días. —dijo Boruto.

Eso lo hania olvidado, cosa que le tomó muy desprevenido a ella. Sus ánimos decayeron un poco, pero al escuchar que él estaba disculpándose por eso, me llenó el vacío y se encontró feliz.

—Descuida, no tienes que preocuparte por eso Boruto-kun… —esbozó una leve sonrisa en su rostro mientras de dirigía hacia él.

— ¿No estás enojada?

—Sinceramente debería, ya que es algo muy grosero hacer eso a una chica —ya parecía más a un regalo que una comprensión de parte de ella, pero de igual forma Boruto lo iba a tomar—. Sin embargo, no soy tan rencorosa.

Las palabras de Sumire había llegado hacia los oídos del Uzumaki, poniéndolo con la piel erizada.

«No se porque, pero eso sonó demasiado espeluznante.»

No quería engañarse, pero juraría él que eso último había una pizca de negatividad en las palabras que había recibido. Sumire sonreía de igual forma, como siempre lo hacía desde que la conocía, pero en algunas ocasiones soltaba comentarios algo extraños que no sabía cómo tomarlos.

—Aun así, me gustaría recompensar lo malo que hice… ¿Me permitirías?

—Bueno, podría… —ya estaba jugando con él, se notaba en su mirada sarcástica. Su forma de hacerse la pensativa—. ¿Qué es lo que ofreces?

—B-Bueno… —desvió la mirada por un lado mientras ocultaba sus mejillas, muestra de su vergüenza—, ¿Podrías esperar un mes?

— ¿Eh?

—…

— ¿Por qué un mes?

—Bueno, ya sabes… —se rascó de la parte trasera de la cabeza—. Falta un mes para el día blanco, así que… lo pensaría para ese día.

—Oh, ya entiendo…

Comprendió el punto de Boruto. No quería admitirlo en voz alta, pero había olvidado por completo la existencia del día blanco. No sabía cómo o por qué, y ahora que lo tenía contemplado esa fecha, no parecía tan mala la idea.

Sumire por muy calmada que puede ser, no lo estaba cuando entendió lo muy humilde que estaba siendo Boruto.
Él estaba apartando un dia para que ella sea solo exclusivo de sus prioridades para ese día y eso la alegró.

Quería seguir estando más momentos con él y sin perder esta forma tan cálida cuando lo tenía presente.

—No te preocupes, Boruto-kun —asintió mientras le sonreía—. Cómo dices, falta un mes para el día Blanco, no hay porque apresurarse en saber cómo recompensar tu error. Aunque…

— ¿Aunque?

Ella se le acercó mientras le iba acariciando la cabeza, sintiendo ella la suave cabellera del Uzumaki y éste sintiendo la cálida mano de la Kakei.

Ninguno lo sabía, pero ante esta sensación de contacto e íntimo, los había dejado con un sonrojo en sus mejillas mientras ambos se miraban.
Boruto le veía s los ojos completamente perplejo e ido por la forma en como ella le estaba tratando. Por otro lado, Sumire se dirigió a él con una sonrisa mientras seguía acariciando el cabello.

—Si hay algo que me gustaría de tí —ella dijo y sin esperar a que el pregunte, responde con mucha delicadeza—. Eso sería tu mismo bienestar, y nada más.

Dicho eso, ella prosiguió en apartar la mano y dirigirse hacia la salida. Ella necesitaba algo de aire luego de lo de ahora.

Sus mejillas seguían rojas, pero no quitaba su sonrisa por mucho que quería ocultarla. Había sido un buen momento junto a Boruto y aunque no había sido el San Valentín con el que soñó no lo cambiaría.

Boruto la quería en cierta forma monopolizar para un día, y eso era suficiente. Se sentía muy valiosa para él y eso le hacía feliz. Sabría esperar hasta el día en que pudiera tener sus sentimientos más claros.

El día apenas iba a iniciar y ahora tenía que ir con las demás chicas para seguir disfrutando de este día, porque aún si se trataba de amor el San Valentín, también necesitaba estar con sus amistades.

FIN

***

A/N: Bueno, quiero discúlpame por esta larga espera de una señal de vida mía en actualización o de cualquier otra cosa.

Vengo estando escribiendo este One-shot por un tiempo y no podía simplemente terminarlo por culpa de mis cosas de la Uni, la verdad que me estuvo comiendo el tiempo para escribir.😬

Afortunadamente me las arreglé para subirla el día de hoy 20 de febrero, día en el que también se ha actualizado el manga de la serie.😎

También debo de aclarar algo. Originalmente este One-shot iba a ser un especial de San Valentín, y siguió siendo de la temática. Sin embargo, como se me pasó el bendito día psra subirlo, decidí que este One-shot iba a ser en parte del San Valentín, pero también considerarlo como un One-shot para este mes. Lo sé, una forma de justificarme en como tarde en sacarlo cuando debía serlo el 14 de febrero.😅

De todos modos, espero que les haya gustado mucho esta historia. Si les gustó háganme saber con un voto y comentarios para ayudar a que sea más visible para muchos.

Además, si es bien recibido me plantearé en subir una segunda parte pero que trate del día blanco como una continuación.

¡Nos leemos hasta la próxima!

¡Sayo!

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