Apoyo Intrafamiliar ch 2
CAPÍTULO DOS: NO ES ALGO DE LA NOCHE A LA MAÑANA
Lo sucedido ese día con la fuerte discusión que la Familia Loud tuvo causó graves repercusiones, mucho peores de las que normalmente tendrían luego de sus disputas cotidianas.
Desde hace cierto tiempo las hermanas de Lincoln habían desarrollado fuertes roces entre sí, hartándose de tener que seguir conviviendo día a día aún cuando ya eran adultas y con carreras propias y con descendientes a los que se supone deben darles el ejemplo para que al crecer fuesen personas de bien y no cometan los mismos errores que han cometido (Y vaya que son varios)
Cosa que se hacía cada vez más difícil con el pasar del tiempo, porque la nueva Generación Loud al crecer sus propios desacuerdos también crecían a tales extremos que más que hermanos o primos, se trataban como una jauría de hienas que se comerán entre sí a la más mínima oportunidad, dejando la pésima impresión de que podrían volverse incluso más disfuncionales de lo que ellas fueron en su juventud.
Por lo que algunas decidieron tomar medidas extremas para evitar eso.
-Ya, Loan. Literalmente estoy cansada de repetirte que esto es por tu bienestar- regañó una molesta Lori a su hija que lloraba a cantaros mientras la sujetaba de una muñeca.
-Pero-pero-pero...- la mayor de los Sin Kids no podía hablar bien por los sollozos -¡PERO NO QUIERO SEPARARME DE MI PAPI Y HERMANOS!- al soltarse de un jalón, corrió hasta Lincoln abrazándolo con todas sus fuerzas descargando en su pecho sus lágrimas.
La más grande de Madres las Loud decidió llevársela a un lugar en dónde pueda vivir tranquila y lejos del caos demencial al que siempre es expuesta y que no le hace ningún bien a sus nervios y mentalidad frágil que siempre parece estar colgada de un hilo. Hace que uno se pregunte como ha podido mantener la cordura hasta ahora sin perder la cabeza (Tanto figurativo como literal)
-No te angusties, mi princesa. Esto no es el fin del mundo- el hombre de la casa trató de calmarla acariciando su abundante y desarreglado cabello rubio -pero debes hacerle caso a lo que tu madre te dice. Vivir en Great Lakes City cerca de tu Tía Lily y del Tío Carlitos y tus primitos te hará mucho bien y ahí podrás seguir desenvolviendo tus grandes dotes como informática, ¿No es lo que más deseas? ¿Ser la más grande técnica informática que haya existido?
Aunque también le dolía bastante separarse así de la primera de sus hijas y la mayor de sus hermanas, sabía que Lori tenía razón y que esto era lo mejor para alguien tan emocionalmente delicada como lo es ella y no quería seguir exponiéndola a todos los percances que vive a diario.
-Además, no es como si jamás nos volviéramos a ver. Recuerda que tu madre prometió que nos vendrían a visitar todos los fines de semana, ¿Verdad, Lori?
Miró acusadoramente a la rubia mayor, porque sabía muy bien que lo que menos desea es dejar que su prole vuelva a interactuar con, qué según sus palabras, son pésimas influencias que la han vuelto la chica que ahora es.
-Arg... sí, así es. Siempre los podrás ver de nuevo todos los Sábados y Domingos. Te lo prometo, hija- afirmó después de soltar un para nada disimulado gemido de fastidio.
De una en una, se despidió de sus tías y hermanos-primos, que en su mayoría también estaban deprimidos por su partida, porque con desacuerdos y deslices, seguían siendo familia.
-¡NO QUIERO QUE TE VAYAS, LOAN!- Lizy, siendo la nenita que es, se aferraba a ella negándose a dejarla ir; Leia trató de aparentar fortaleza aún cuando también soltaba lágrimas.
Liena también le dio un fuerte abrazo y le deseo suerte al hacer sus señas de manos, Lyra hizo lo mismo y después Lemy al quitarse la bandana de su cabeza dejando que le diera un beso en la frente también haciendo a un lado su fachada de rebelde sin causa.
A las otras Madres Loud también se les estrujaba el corazón ver como la mayor de ellas y más grande de sus sobrinas dejaban el nido e iban a hacer sus vidas en otro lado, pero entendían que era algo necesario tanto por el bien de ambas como para la estabilidad de la familia; haciéndose a la idea de que en algún momento deberán hacer lo mismo.
Por lo que esperaban que sus propias hijas se lo tomaran con más calma cuando también deban despedirse... pero, a algunas parece que les resultará más fácil que ha otras decir adiós.
-¿Qué no pueden ver el lado bueno de este triste intento de poema desgarrador? Ahora son dos bocas menos que alimentar- todos vieron fijamente a Lupa cuando dijo este comentario tan mordaz y ácido con el que expresaba el nulo impacto emocional que le generaba la situación.
Lincoln, Lucy e incluso Lynn hicieron el ademan de darle una fuerte reprimenda, el peor castigo de su vida, pero alguien se les adelantó y todos soltaron un gemido colectivo de asombro.
Cuando vieron el puño derecho de Lacy volar a toda velocidad contra la cara de la albina tumbándola al suelo.
-¡¿CUÁL ES TU JODIDO PROBLEMA, PENDEJA?! ¡¿QUÉ NO PUEDES DEJAR DE SER UNA COMPLETA IDIOTA POR UNA VEZ EN TU MALDITA VIDA?!- las lágrimas que tristeza que soltó al despedirse de Loan se volvieron de ira y la alzó al tomarla del cabello para propinarle otro puñetazo.
-¡YA BASTA, LACY!- Lincoln la tuvo que agarrar para que no moliera a golpes a la única hija de pelo blanco que tiene; Lynn solo se limitó a cruzarse de brazos haciendo una mueca equivalente a sonrisa de orgullo porque al fin le dieron su muy merecida buena tunda.
-¡Te lo advertí, Lupa!- Lucy al alzarla bruscamente del brazo hizo que de nuevo la viera a los ojos sin importarle que el derecho de ella esté morado y que expulse sangre de la nariz -te dije muy claramente que si salías con otra de tus estupideces, aplicaría en ti los hechizos que tiene el libro de tu Tatarabuela Harriet para sacarte esos demonios que llevas adentro, ¡ASÍ QUE ANDANDO!- la jaló rumbo escaleras arriba.
-¡ESPERA, ESPERA, NO LO ENTIENDEN, YO SOLO LO DIJE PARA ALIVIAR LA TENSIÓN!- trató en vano de justificarse -¡PAPI, AYÚDAME, PAPI, NO DEJES QUE ME LANCE ESOS CONJUROS, POR FAVOR!
Lincoln hizo oídos sordos a sus súplicas y le dio la espalda, porque por más que la quiera tanto como a sus otros hijos-sobrinos y no le desea mal alguno, sabía muy bien que rebasó el límite y que se tenía más que merecido lo que su hermana pelinegra fuera a aplicarle.
-Para quién tuviese aún dudas si lo que hago por Loan es lo correcto o no... ahí tienen el literal ejemplo de mis preocupaciones- Lori negó con la cabeza viéndolas desaprobatoriamente hasta que ingresaron al ático oyendo un último grito de súplica por parte de la altanera.
-Ya toma tus cosas y vámonos, hija- ordenó, y después de despedirse de nuevo de su basta e histérica familia, abandonaron la residencia.
-Mucha... mucha suerte, Lori... hija...- luego de agitar la mano, Lincoln agachó la cabeza dejando salir sus propias lágrimas.
-Descuida, apestoso. Aún me tienes a mí... y a las demás- Lynn quiso reconfortarlo al ponerle una mano en el hombro, todavía riendo en su interior al ver como una de sus contendientes por el completo amor de su hermano ha abandonaba la competencia.
Todavía sin saber lo que el destino le tenía guardado.
Porque el tiempo al pasar, los roces también incrementaban entre los demás Loud, tanto las madres como los hijos, lo que las llevó a tomar la misma decisión de expandir sus horizontes.
Lisa fue la siguiente, afirmando que ese ambiente caótico sería contraproducente para el desarrollo de Lulu (Y también porque al desarrollar más atributos mutantes se volvía un peligro para los demás) después siguieron Luan y Leni.
Con cada una que se iba, la esperanza de Lynn aumentaba. Ahora era casi la única figura materna en la casa, la única en ejercer el rol de la esposa de Lincoln, porqué aunque Lyra, Lemy, Lupa, Leia y Lizy siguieran dependiendo de él como figura paterna, sus respectivas madres poca amenaza representaban.
Especialmente Luna y Lola, qué debido a sus profesiones glamurosas al ser celebridades, seguían siendo incapaces de ser buenos ejemplos de madres todavía dejándole a él la tarea de cuidar a sus descendientes siguiéndolo usando como niñero y pocas veces dignarse en permanecer en la Residencia Loud dejándole más brecha libre; hasta Lana se ausentaba por su labor de protectora del medio ambiente.
En cuanto a Lucy, aunque no eran tan distante como ellas, no representaba una gran amenaza, es más, deseaba con todo su ser que su antipática hija dijera o hiciera algo tan atroz que Lincoln ya no lo toleraría e hiciera que le perdiera el amor que le tiene y les exigiese irse de la casa.
Pero, sus planes no se cumplirían al pie de la letra. Si bien ya no todas vivían bajo el mismo techo, sus otras hermanas todavía recurrían a Lincoln para que cuidasen a sus hijas cuando no estuvieran disponibles, lo que significaba que jamás dejarán ser importantes y presentes en su vida.
Reforzando las palabras de él, que las amaba a todas por igual y haría lo que fuese por ellas.
-¿Otra vez vas a dejarnos a Lulu, Lisa?- le reclamó a su hermana científica.
-Lamento mucho encargarles así de repente el cuidado de mi descendencia, Quinta Unidad Fraternal. Pero ese experimento con partículas de Antimateria puede generar resultados potencialmente mortales y no puedo exponerla- se disculpó hablando con prisa por ir a realizar esas pruebas.
-Pero descuiden. Contarán con la ayuda de Todd 5.0 que les dirá como tratarla- le pidió a un muy sofisticado robot que diera un paso al frente tomado de la mano con una Lulu de 4 años.
-¡TÍA LYNN, TANTO TIEMPO SIN VERTE!- la nena saltó para abrazarla y besarla en las mejillas... con un tentáculo que salió de su boca, el mismo que usó esa vez con Loan cuando reveló tener el poder de trepar por las paredes.
-Pero si solo ha pasado un mes, sobrinita...- quisiera decir que le daba asco ser tocada por ese apéndice, pero no tenía el corazón tan frío para tratar así a una de las niñas que con todo y sus muy inusuales defectos (O mejoras desde la perspectiva de Lisa) la quería tanto como a una hija.
-Descuida, Lisa. Ve tranquila a hacer tus pruebas, nosotros cuidaremos bien de Lulu- pero no disimuló el gruñido de molestia que le generó ver como Lincoln se despidió de ella con un beso.
-¡Lemy, niñas, vengan a ver quién llegó!- apenas dio el aviso, aparecieron Lacy, Lupa, Lemy, Leia y Lizy siendo también 3 años más grandes de lo que eran cuando ocurrió esa horrible disputa.
-¡LULU, VOLVISTE, MI HERMANITA!- la hija de Lana fue la primera en recibirla dándole un tierno abrazo y no asqueándose al ser baboseada por esa extremidad estilo Henta... (sonido de censura)
-Pero que dicha. De toda la manada de fenómenos, tuvo que volver la más anormal de todas...- la quinceañera albina soltó un bramido de fastidio rodando los ojos.
-Ni se te ocurra empezar con tus estupideces, enana malcriada- Lynn de inmediato le apretó con fuerza el hombro derecho haciéndole gemir adolorida al inclinarse -tu mamá va a estar muy ocupada en estos días exorcizando esa casa, así que seré yo la que te imparta disciplina mientras tanto y sabes perfectamente que cualquier castigo de mi parte es mil veces peor que cualquiera sus hechizos, ¿O debo recordártelo?- hizo que estuviese de rodillas.
-Siga así... y verá que seré yo la que algún día aplique esos hechizos en usted y deje de ser la ogra del cuento- apegándose a su actitud tan rebelde y altanera, quería demostrar coraje.
-¡Sin dudas eres peor que una masoquista!- cerró los ojos cuando la atleta le levantó la mano.
-¡LYNN, YA, SUFICIENTE!- Lincoln le tomó la muñeca derecha -por favor, no delante de Lulu. ¿Ese es el ejemplo que le quieres dar a la más pequeña de tus sobrinas?- vio como la nena hablaba animadamente tanto con Lizy como con Leia, totalmente ajena a lo que pasó entre ellos.
-Gr... solo porque no quiero perder tu... el cariño de ella- renuente, soltó a la peliblanca -pero ya estás advertida, niña odiosa. Si sales con una de tus idioteces, no habrá nada que evite que te componga a base de golpes esa jeta tan soez que tienes, ¿Comprendido?
-...- Lupa abrió la boca para responder con otro impropio, pero al ver como Lincoln le dedicó una cruda mirada tanteando los dedos en la hebilla de su cinturón, supo que él no la protegería de cualquier tunda que Lynn le fuera a dar, de hecho, también pondría de su parte en eso.
-Sí, ya, entendido...- contestó agachando la cabeza y sobándose el hombro derecho.
-¡PAPI, TÍA LYNN, MIREN LO QUE TODD ES CAPAZ DE HACER!- los llamó Lulu.
No sabían que pasó en ese pequeño lapso de tiempo en el que reprimieron a Lupa, pero de un momento a otro, el robot asistente que Lisa aseguro les ayudaría con el cuidado de su hija, se transformó en una especie de androide de batalla, del que surgieron muchas armas y sus ojos se volvieron miras láser.
-¡MUY LINDO, VERDAD!- afirmó la niña con todo entusiasmo, no percatándose de las miradas de horror que tenían ellos y sus primos-hermanos.
-Estos tres días hasta que Lisa regrese... serán un completo caos- Lincoln retrocedió unos pasos sudando a chorros y tragándose un nudo que se le formó en la garganta.
-Me sacaste las palabras de la boca...- Lynn parpadeaba sin control, pero carraspeó para reunir el valor suficiente y enfrentar lo que ese "primo de Terminator" fuera capaz de hacer.
Todavía le quedaba mucho camino por recorrer en su infructífera labor de ganarse el corazón de su hermano, pero a la vez que lidiaba con esas locuras aberrantes a su lado, fue que comenzó a fijarse en como Lemy al crecer y desarrollarse como hombre, también desarrollaba algunas de cualidades que tanto le han gustado del peliblanco.
-¡NO, ES MÍO, MI MAMI ME LO REGALÓ!- al día siguiente de la visita de Lisa (Y después de hacer malabares para que Todd 5.0 no los elimine) Leia y Lizy estaban peleando por un osito de peluche.
-¡PERO TÚ LO TIENES TODO EL TIEMPO, QUIERO JUGAR CON ÉL TAMBIÉN!- la hija de Lana jalaba ese juguete del brazo izquierdo y la de Lola por el derecho amenazando con rasgarlo.
-Por todos los cielos...- Lynn no se hallaba lejos y hacía Lagartijas manteniendo un brazo tras su espalda -sin dudas ustedes son las hijas de Lola y Lana...- al pararse se rascó la cabeza ofuscada.
-¿Pasa algo, Tía Lynn?- preguntó Lemy saliendo del garaje en dónde volvía a practicar.
-Pensando en cómo evitar que estas dos pulgas se despellejen entre sí- contestó viendo como las pequeñas rubias seguían discutiendo por ese peluchito que milagrosamente seguía entero.
El hijo menor de Luna vio a las pequeñas. Las conocía bien y sabía que intentar hacer que a la fuerza dejasen de pelear no serviría de nada y solo haría que sus asperezas empeorasen con el tiempo, pero por justamente saber cómo piensan, supo cómo arreglar el problema.
Para el desconcierto de Lynn, se dirigió a su cuarto y en menos de lo que es capaz de entonar una nota musical, regresó manteniendo los brazos tras su espalda.
-Lizy... mira lo que tengo aquí...- ofreció un peluche de conejo -¿No prefieres tener a Bum-Bum en vez de ese osito?- era el antiguo juguete favorito de su padre y que le heredó.
-¡OH, PERO QUE LINDO!- soltó ese peluche y tomó al conejito para darle un tierno abrazo, no viendo como la hija de Lola le sacó la lengua apegando también su muñeco.
-Sabía que te gustaría a ti. Nunca fue de mi estilo- palmeó un par de veces la cabeza.
Enarcando una ceja, Lynn esbozó otra sonrisa de orgullo. Ese ingenio y rapidez mental para solucionar cualquier problema que se le presente de repente, especialmente alguno relacionado con sus hermanas, siempre fueron algunas de las cualidades que tanto adoró de Lincoln.
Le gustaba mucho saber que su sobrino favorito heredó de él algo más que ese viejo conejito.
-Bien pensado, Lemycito. Es bueno ver que tienes dentro de la cabeza algo más que tímpanos rotos- lo felicito revolviéndole su abundante cabellera café como siempre lo hace.
-¡Ya, Tía Lynn, que estoy recién peinado!- reclamó muy apenado haciéndole reír.
No lo dirá en voz alta, pero en verdad le gustaba mucho que la madre de Lacy le dedicase esa clase de gestos. Puede que tal vez en un inicio cuando era más chico sea porque su propia madre pocas veces le ha dado ese tipo de mimos, pero al ya volverse un adolescente, que una mujer que consideraba bastante atractiva y con la que convive todos los días lo toque de ese modo sería para cualquier otro joven de su edad que una súper modelo lo bese.
Despertando en sí sentimientos de apego más allá del que un sobrino tendría por una tía, y más aún si esta se parece tanto a la chica por la que tanto suspira.
-Si terminaron con ese par de pequeños demonios, entonces échennos una mano con el "siguiente paso en la evolución humana"- siendo algo característico de su parte, Lupa arruinó el momento.
Eso se debía a que Lulu hizo un berrinche de niña chiquita... y que en su caso era transformarse en una especie de cefalópodo humanoide teniendo varios tentáculos en lugar de piernas, con los que había agarrado al pobre de Todd 5.0 estrellándolo contra las paredes mientras chillaba.
-¿Cuánto tiempo se demorará Lincoln y Lacy en regresar del Supermercado?- otra vez Lynn se asustó como pocas veces lo ha hecho.
-Pu-pues se dice que la música es ca-capaz de calmar a las bestias. Tal-tal vez yo logre lo mismo- tomando una guitarra acústica, Lemy fue a ejercer su rol de "El hombre de la casa temporal" para cantarle una dulce melodía al mutante que tiene por hermana menor.
Arriesgar el pellejo para mantener la precaria paz y calma en la Casa Loud, otro atributo que le hacía ganarse puntos ante la autodenominada "mujer de la casa"
Y a eso se le suma ciertas... "tensiones" que eran inevitables, pero, que ninguno podía negar que le resultaban atrayentes por parte del otro.
-Te felicito, Lemy. Esta vez pudiste completar las 100 vueltas alrededor de la Manzana junto a mí- recibió un halago por parte de la chica que lo idiotiza cuando regresaron a su hogar después de una ardua jornada de ejercicios.
-¿Qué puedo decir? Tanto tiempo practicando contigo y la Tía Lynn han servido de algo- presumió inflando el pecho como la hace siempre que quiere mostrar su hombría ante ella.
-Tal vez a la próxima puedas aguantarle un partido de baloncesto a mamá. Creo que a ella le va a...- cuando abrió la puerta del cuarto que comparte con Lynn, enmudeció y Lemy se puso tan rojo de la pena que parecía un faro de Navidad.
Porque ahí se hallaba la deportista mayor... ¡Totalmente desnuda debido a que se cambiaba de ropa!
-¡LACY!- también colorada como un tomate, se tapó con la sábana de su cama -¡¿CUÁNDO VAS A DEJAR LA MALA COSTUMBRE DE ENTRAR A LAS HABITACIONES SIN ANTES TOCAR?!
-¡NO VI NADA, NO VI NADA!- Lemy se tapó la cara con ambas manos casi expulsando humo.
-¡PERDÓN, MAMÁ, FUE SIN QUERER!- abochornada como pocas veces lo ha hecho, cerró la puerta tan fuerte que resonó por toda la casa -¡Lo lamento mucho, Lemy! No quería que esto pasara, ¡Es solo que siempre se me olvida tocar la puerta y...!
-¡Ya, ya! Descuida, no... no pasó nada- no quiso que se acomplejara y le puso una mano en el hombro y se llevó la otra su pecho por la potencia con la que le latía el corazón -mejor... mejor vayamos a tomar algo a la cocina, ¿Te parece bien?
Lacy accedió y se retiró dándose unos golpecitos en la frente regañándose a sí misma. En vez de seguirla, Lemy vio fijamente la puerta de esa habitación oyendo perfectamente las quejas de Lynn.
Más allá de la enorme vergüenza que le dio, si era sincero consigo mismo, no puede negar que también sintió cierta emoción y placer culposo por ver el atlético cuerpo de su tía más querida.
Porque al ser justamente un adolescente con las hormonas alborotadas subiendo por su cuerpo como la lava de un volcán en erupción, imposible le resultaba no quedar maravillado por ver así a una mujer; en especial si dicha mujer se parece a la chica que ama y que es combustible para sus nada infantiles fantasías que todo joven en su posición tiene de vez en cuando.
Sentimiento qué en cierto sentido, era compartido por Lynn.
-¿Jamás se cansan de hacer tonterías?- regañó a las hijas de sus únicas hermanas gemelas persiguiéndose por los pasillos, más bien, a Lizy montada en Todd yendo tras una asustada Leia mientras que una risueña Lulu las seguía caminando en el techo.
-¡LUPA!- detuvo su andar al oír un grito del baño -¡¿TE ACABASTE TODO EL CHAMPÚ LÍQUIDO?!
De ahí salió un muy molesto Lemy. Lynn se quedó quieta en su sitio al verlo, porque solo usaba una toalla alrededor de su cintura y dejaba al descubierto todo su torso.
Ahora los roles se invirtieron y no pudo evitar quedar algo embelesada. Él será un adolescente que aún no llega a los 15 años, pero ya se le notaba una condición física que no cualquier otro puberto posee (Y que ni siquiera Lincoln tuvo a su edad) gracias a todas las rondas de ejercicios que hace a su lado y al de Lacy.
Era su turno de dejar volar su imaginación hasta esos rincones para nada pulcros al pensar en cómo sería él cundo ya fuese todo un hombre hecho y derecho.
-No eres el único que debe darle cuidado a su preciada cabellera, hermanito, ¿O qué? ¿No te basta el agua para facilitar tu autoplacer carnal?- Lupa le hizo burla y le soltó en la cara el humo de cigarro que fumaba haciendo que se pusiera rojo de la ira.
Algo que a Lynn le generaba el mismo encanto que ella causaba en él cuando también se enojaba.
Sumándole los roces de tipo más "directo" que tenían ocasionalmente.
-¡OLE, LACY!- cuando jugaban al baloncesto, Lemy le arrebató de un rápido movimiento el balón y lo hizo rebotar dirigiéndose hacia Lynn para encestarlo.
-¡No me podrás torear tan fácil, Lemycito!- corrió hacia él para interceptarlo.
Ambos saltaron, ella para detenerlo y él para arrojar la pelota, pero en un giro caricaturesco de los acontecimientos, chocaron cabeza contra cabeza en pleno aire cayendo duramente al suelo mientras que el esférico siguió de largo haciendo la anotación por pura casualidad.
Eso no fue lo peor, sino la posición en la que terminaron en el suelo. Lynn de espaldas, teniendo unos pajaritos volando alrededor de su cabeza, y Lemy cayó sobre ella... acomodado entre sus piernas y sus manos apoyadas en sus pechos.
-¡¿Están bien?!- Lacy se les aproximó temiendo que se hubiesen herido de gravedad.
-Estaré bien... no es nada que haya enfrentado an...- al despertarse y sobarse la frente, Lynn cerró la boca al percatarse de lo que hacía el hijo de Luna -eh... ¿Se puede saber que estás haciendo, sobrinito?- lo vio acusadoramente.
-¿Ah?- parpadeó confundido hasta que sintió lo que ahora mismo tenía en manos y notó la mirada que ella le dedicaba -¡LO SIENTO, LO SIENTO, TÍA LYNN, FUE SIN QUERER!- si cuando la vio sin prenda alguna se puso colorado como fierro al rojo vivo, ahora todo su cuerpo ardía como si de un pedazo del Sol se tratase.
-¡Mira, no te doy uno no más porque...!- soltó un leve grito cuando ella hizo el ademán darle un coscorrón -porque... porque lo hiciste bien- tanto él como su hija quedaron impresionados por esas palabras -¡Me refería a la anotación! Se nota... que si has aprendido mucho de nosotras- esbozó otra de esas sonrisas de orgullo.
-Oh, bueno, sudar tanta sangre a su lado me ha servido de algo- sonrió cohibido ya aliviado porque no va a molerlo a patadas por ese enorme acto descarado.
-Siempre supe que la dejarías de lo más maravillada, hermanito- Lacy al rodearle los hombros, causó que de nuevo su cara se volviera una remolacha fresca.
Lynn negó con la cabeza riendo ligeramente al mirarlos alejarse, hasta que se vio las manos y las posicionó sobre sus senos.
No lo negará, en verdad le gusto ser tocada así por su sobrino. Será la Madre Loud que más tiempo pasa junto a Lincoln, sin embargo, siente que este no la complace como su cuerpo tanto lo requiere y pide a gritos ser satisfecha.
No es como si luego de haber hecho el acto carnal con el que se originó Lacy él y ella no hayan vuelto hacer ese tipo de cosas privadas, pero le frustraba bastante que en tiempos recientes ya no le quiera dedicar atenciones así, aun cuando ya la mayoría de sus hermanas no están presentes.
"Todo con tal de no darle un mal ejemplo a las niñas" es lo que siempre le decía, mejor dicho, lo que siempre le ha dicho cada vez que ella se le insinuaba a hacer cosas no aptas para menores de edad, aunque se tratase únicamente de gestos más simples como besos o caricias.
Comprendía que lo que menos quería es dar un mal ejemplo al momento de expresar cariño hacia alguien a quién ame mucho, pero parecía olvidársele que es una mujer adulta con necesidades que solo el hombre que ama podía complacer.
Y como Lemy se le parecía mucho a su edad, sentía que a través de él consigue aquello que el peliblanco ya no quería darle (Siendo por supuesto, algo que no diría abiertamente)
Lo que una necesidad impulsada por un subconsciente hambre de placer carnal pueden generar, uno de los puntos que generaría la futura relación entre esos dos.
Pero para el músico era algo más difícil de disimular, porque usó el balón de baloncesto para cubrir el "pequeño problema" que se generó debajo de su ombligo mientras que Lacy seguía hablando totalmente ajena a eso. ¿Hacía falta decir que eso le gustó porque casi sentía que tuvo esa clase de contacto con la chica que le quita el sueño en las noches?
Esos roces y "accidentes placenteros" tal vez hayan sembrado las semillas de su futura relación, pero, nada comparado con un evento crítico que los afectaría tanto a ellos como al resto del rebaño Loud y que paradójicamente los hizo más cercanos.
No mucho después de que Lisa los dejara al cuidado de Lulu, Lori había invitado a toda la familia a su actual residencia para una celebración especial: Loan había logrado graduarse como técnica informática.
-¡Desde hace tiempo que no veo a mis hermanas y tías!- Lizy daba unos aplausos muy ilusionada.
Se hallaba dentro de Vanzilla junto a Lemy y las hermanas que siguen viviendo con Lincoln. Este conducía y por supuesto tenía a Lynn en el asiento del copiloto.
-¿Y Lyra irá? Casi no la veo desde que se unió a ese convento el año pasado- aunque no estaba tan entusiasmado como ella, el chico también tenía muchas ganas de ver a su hermana mayor.
-Por supuesto que irá, todas irán. Algo como esto no se ve a diario y debemos celebrarlo como se debe- su padre si era más abierto al expresar la alegría que le daba saber que pronto estarán todas juntas.
-Claro, claro. Y por eso mi mamá ni se tomó la molestia en venir con nosotros, ¿No?- pero cerró los ojos soltando un gemido ronco ante ese comentario de Lupa.
-¡No comiences con tus...!- iba a reprenderla Lynn cuando se giró, pero él le puso una mano y le dedicó una mirada con la que le decía que debía ser comprensiva.
-Lupa... no es que ella no quiera estar contigo o con nosotras. Sabes bien que no puede dejar sus deberes como médium espiritista así como así. Es una labor qué si se hace a medias, podría ser perjudicial tanto para ella como para quienes la contratan- la vio por el espejo retrovisor.
-Ajá... y es por eso que en mi decimosexto cumpleaños no me dejó ni una simple tarjeta de presentación, pero claro, cuando digo sin tapujos la realidad de nuestras para nada envidiables existencias, ahí si viene volando para "exorcizarme" y lanzarme uno de esos condenados conjuros para componerme después de una hora de sermones, ¿Verdad?- miró por la ventana cruzándose de brazos teniendo un evidente tono de molestia, decepción y tristeza.
La ausencia de la verdadera madre, eso podría explicar el porqué de su pésima actitud.
Lincoln detuvo el vehículo ante un semáforo en rojo y se giró para seguir pidiéndole paciencia y que no se desquitara con los demás por toda la ofuscación que le generaba la ausencia de Lucy.
No dándose cuenta de que el conductor de un camión había perdido el control y se dirigía a ellos.
-Oye, papi, ¿No deberías retroceder a Vanzilla para dejarle pase a ese camión?- la única en haberse percatado de eso fue la hija de Lana al señalarlo.
Al seguir la dirección en la que apuntó su índice izquierdo, Lincoln abrió enormemente los ojos.
-¡OH MIERDA, SUJÉTENSE A ALGO!- presionó el embrague y movió desesperadamente la palanca de cambio para retroceder.
Demasiado tarde, la parte izquierda delantera del viejo vehículo recibió un impacto casi de lleno por parte de esa poderosa maquinaria que les hizo dar giros por la carretera y se golpeasen duramente en el interior de Vanzilla que dejó tras de sí un rastro de fierros retorcidos.
Dándole también un giro total a sus vidas.
Lynn, Lemy y las chicas sufrieron múltiples heridas, pero no de gravedad y mínimas si se comparan con las de Lincoln, que de no haber sido por los cuidados especiales que recibió por parte de los robots asistentes de Lisa, no habría vivido otro día.
Era la peor crisis por la que la Familia Loud ha pasado en mucho tiempo, tanto así, que Lynn Sr. y Rita dejaron el asilo en el que se internaron apenas sus hijas le dieron el comunicado y fueron a la clínica en dónde la más inteligente de sus hijas atendía a su único hijo varón.
-Esto literalmente es una pesadilla...- Lori se sujetó el puente de la nariz, acompañada por su hija, hermanas y sobrinas que se habían juntado con ella para celebrar lo que se supone debía haber sido un día de dicha para todas.
-¿Papá estará bien, verdad mami?- Loan será la mayor de los Sin Kids, pero no podía evitar llorar como una niña pequeña.
No se le podía culpar. Tanto sus hermanas que ya eran adultas como sus tías se hallaban en el mismo lamentable estado de ánimo, como no lo han estado nunca y con el corazón en la garganta por la incertidumbre de si el padre de tantas chicas podrá salvarse.
-¡TODO ES CULPA DE ESA IDIOTA!- sorpresivamente, Leia se separó de Lola que había tratado de consolarla, y señaló acusadoramente a Lupa -si no hubieras distraído a papi con tus estupideces, ¡ÉL HABRÍA ESQUIVADO EL CAMIÓN A TIEMPO Y NADA MALO LE HABRÍA OCURRIDO, IMBÉCIL!
De un momento a otro las demás chicas comenzaron a culpar a la única peliblanca entre ellas, incluso algunas de sus madres debido al enorme fastidio y repudio que le tienen por todos sus actos impropios y que la hacen la menos querida de todas las hijas de Lincoln.
Y lo peor, es que Lucy aún no había llegado para defenderla.
-¡Tú eres lo peor que le ha pasado a esta familia! ¡ERES LA OVEJA NEGRA!- debido al fuerte estrés emocional, Lyra no se contuvo al expresar eso que ha querido decir desde hace mucho tiempo.
La albina agachó la cabeza abrazándose a sí misma cerrando los ojos y llorando con más fuerza al no poder contener sus sentimientos de desdicha. No solamente se siente culpable de lo ocurrido, ¿Sino que a partir de ahora deberá soportar las miradas acusadoras del resto de su familia por siempre sin que nadie la apoye?
Nada bueno para alguien que en verdad no disfruta mucho de estar viva.
Pero, no está realmente sola en esta situación tan crítica.
-¡CÁLLENSE YA, MALDITA SEA!- inesperadamente, Lemy dio un paso al frente poniéndose entre ella y el resto como un escudo humano.
-¿Lemy?- Lupa abrió bastante los ojos por verlo como si de un caballero de brillante armadura defendiendo a la princesa de un feroz dragón escupe fuego se tratase.
-¡Ella no tiene la culpa de nada! Papá hizo lo correcto al detenerse ante ese semáforo, el único culpable es el jodido idiota que conducía ese maldito camión, ¡No se pueden desquitar con ella por lo que pasó!- las dejó sin habla cuando se paró al lado de ella para darle un reconfortante abrazo mientras le acariciaba el cabello.
La situación no será la más apropiada, pero Lynn no pudo evitar mirarlo con admiración. Que sea capaz de dar la cara así por una hermana, apoyarla cuándo más necesita de alguien, sin importarle lo que otros piensen de él y tampoco importándole los fuertes dolores de cabeza que esa misma hermana le haya causado era sin dudas uno de los mejores rasgos que heredó de Lincoln.
Una de las cualidades que tanto hicieron que se enamorad de él cuándo eran unos jovencitos.
De entre todos esos ronces antes mencionados y tensiones que podían clasificarse como caprichos infantiles, ahí fue cuando se empezaron a alzar los verdaderos cimientos para su insana relación.
Y también, porque mientras Lincoln estuviese convaleciente en un coma inducido, él tuvo que ejercer realmente el rol del hombre de la casa hasta nuevo aviso lidiando con sus hermanas.
-¡Déjense de pelear! ¿Qué no se cansan de ser las mismas caprichosas inmaduras de siempre?- regañó a Leia y Lizy que de nuevo se pusieron a discutir por banalidades.
Solo habían pasado dos semanas desde el accidente y los ánimos estaban más ardientes que nunca, por lo que no había espacio para ser flexible o pasar por alto las diabluras que hicieran sus hermanas-primas y debía ser más estricto de lo que sería en otras circunstancias.
-Pe-perdón, hermanito. Es solo que Leia no me quiso prestar su...
-¡¿De nuevo con esas tonterías?!- interrumpió la disculpa de Lizy -¿Siguen sin comprender que papá está grave? Lo que menos necesitamos ahora es que hagan el mismo escándalo de siempre, ¡¿Cuándo van a crecer?!- las hijas de sus tías gemelas retrocedieron por su forma de hablar.
-Lemy, ya, cálmate- irónicamente, Lynn tuvo que intervenir y le tomó la muñeca derecha.
-Debo cambiarme los vendajes, ¿Me ayudas?- pidió para que no se siguiera amargando.
Aunque no quedó tan mal como Lincoln, no salió bien librada del suceso también poseyendo varias lesiones, siendo que su pierna y brazo izquierdos los que en peor estado se encontraban por lo que debe usar yesos y estar confinada en silla de ruedas hasta recuperarse del todo.
Gimiendo pesadamente para no descargar el estrés en sus pequeñas hermanas rubias, empujó su silla hasta su cuarto lleno de diversos elementos deportivos y la ayudó a postrarse en su cama para quitarle las vendas y gasas alrededor de su cuerpo.
Antes habría gozado a lo grande poder tocar así a la tía que más quiere, pero ahora su cara expresaba cualquier cosa menos algún tipo de gozo, solo un reflejo del caos en su mente mil veces peor que cualquiera de las locuras en las que alguna vez ha sido metido.
Algo que Lynn no pasó por alto.
-Descuida, sobrinito. Tu padre es alguien muy fuerte, por algo siempre fue capaz de soportar las locuras que tus tías y yo hacíamos a diario- quiso calmarlo y le acarició una mejilla.
-Lo sé... también sé que con la tecnología médica de la Tía Lisa tiene muchas más chances de reponerse... pero... pero cada vez que lo visito en la clínica y lo veo ahí tendido u... unido a esas máquinas...- no era capaz de contener su gran preocupación y comenzó a llorar.
Aguándole el corazón a ella que tampoco pudo aguantarse sus lágrimas.
-Lemycito...- con su brazo sano lo atrajo para darle un abrazo -hay que ser fuertes... por él, por tus tías y por tus hermanas, especialmente por estas. Ahora más que nunca, requieren de todo tu apoyo para que no se derrumben y les hagan actuar más histéricas que de costumbre.
-Es que también me preocupa lo que ellas puedan hacer, especialmente Lupa. Con lo que todas le dijeron esa vez, temo que ella... en un desesperado intento por quitarse toda la culpa que la carcome, haga... haga...- un desmedido horror le generaba pensar en lo que la albina podría hacerse a sí misma.
-No digas esas cosas que me asustas también. Mira el lado bueno, al menos ahora Lucy si estará más pendiente de lo que ella y las demás harán y la ayudará a sacarse esos pensamientos de Emo y no haga una atrocidad como esa.
Una parte de sí aborrece la idea de que todas sus hermanas volvieran a tener relevancia y otra vez fuesen competencia para ganarse el amor de Lincoln, pero por tan delicada situación actual, debía poner su orgullo y egoísmo en segundo plano priorizando el bienestar de la familia.
-Ahora termina de cambiarme las vendas y luego ve con Lacy a buscar los víveres, ¿Te parece bien?- sabía que pasar tiempo con su hija era lo único que lograba alzarle los ánimos.
-Sí-sí, Tía Lynn- luego de secarse los ojos, prosiguió a vendarle la parte superior del muslo, pero hizo un mal movimiento y por accidente su mano tocó su entrepierna causándole un sobresalto.
-¡LO SIENTO! ¡NO QUISE HACERLO, TÍA LYNN!- de nuevo se puso rojo como una manzana.
-¡Ya-ya, no armes un Show!- por reflejo cruzo sus piernas también abochornada -ve-vete, que ya puedo sola desde aquí- ordenó desviando la mirada.
Todavía había espacio para roces de esa índole.
(...)
Ejerciendo aún la labor de la "mujer principal de la casa" ahora teniendo que imponer el orden junto al "hombre de la casa temporal" Lynn debía batallar aún más para sacar adelante a las Sin Kids que todavía vivían en la Residencia Loud, porqué aunque sus hermanas ya no se harán de la vista gorda ni serán tan irresponsables, debían turnarse para cuidar a Lincoln en la clínica mientras que ella aún se hallase convaleciente.
Generándole una enorme impotencia e ira igual de grande, porque se suponía que debe ser la que lo cuide y estar ahí cuando él abra los ojos y sea ella lo primero que vea y le demuestre que lo ama más que el resto.
-¡Dejen de estar corriendo por todos lados! Apenas ayer terminamos de hacer la limpieza en la casa, ¡¿Y ya la quieren volver a dejar hecha un chiquero?!- regañó a Leia y a Lizy.
-¡Necesitamos ayuda en la cocina!- pidió Lacy cuando salió humo de ese lugar.
-Lo que daría por tener aquí a Liena... ¡Lupa! Ve y ayuda a Lacy- le ordenó a la albina.
-¿Es que nunca se cansa de tratar de mandarme como si fuese mi madre?- aún con todo lo ocurrido, la albina no desistía de su actitud tan irreverente.
-¡MIRA TÚ, QUE TE VOY A...!- quiso agredirla, pero ella solo tuvo que correr un poco para estar fuera de su alcance.
A esas alturas, Lynn ya no necesitaba de una silla de ruedas, pero requería de unas muletas para poder caminar debido a sus extremidades heridas. Algo que la hija de Lucy aprovechaba para retarla sabiendo que no podrá ponerle las manos encima.
Pero un importante detalle se le olvidaba.
-¡Ya déjate de tus pendejadas!- no pudo escapar de Lemy que le jaló una oreja tal y como Lynn solía hacerle también alzándola un poco y soltara agudos chillidos.
-¡¿Cuándo vas a entender que necesitamos de la cooperación de todas?! Hasta que nuestras tías decidan regresar aquí con el resto de nuestras hermanas, nosotros debemos hacernos cargo de toda la casa, ¡Así que coopera de una jodida vez!
-¿Có-cómo te atreves? Yo soy un año mayor que tú, no debo obedecer a un niñito insolen...- iba a protestar, pero ahora le jaló ambas orejas haciéndole gritar más fuerte (Y que se viera chistosa)
-Un año menor, pero más fuerte que tú. Así que muévete o ensayo contigo los latigazos con la correa- solo la soltó cuando ella asintió despacio mordiéndose el labio para aguantar las lágrimas.
-Bien hecho, Lemycito. En verdad has aprendido mucho de tu padre y de mí- felicitó Lynn alzando el pulgar izquierdo, pero de inmediato gimió adolorida sobándose el brazo.
-¿Te duele mucho, Tía Lynn? ¿Quieres que llame a la Tía Lisa para que te revise?- preocupado, le puso una mano en la espalda temiendo que fuese a desplomarse.
-No, no... no es nada por lo que debas alarmarte- afirmó y respiró entrecortada -mejor vamos a la cocina a ver que pasó- al querer caminar, expulsó otro jadeo de dolor ahora frotándose la pierna.
-Permíteme ayudarte- impresionada quedó cuando él pudo cargarla al estilo princesa para bajar las escaleras hasta el primer piso.
Se nota que en verdad le han servido todo el ejercicio que ha hecho con ella y Lacy.
-No... no tenías porqué tomarte tantas molestias, sobrinito. Yo podía sola- quiso aparentar orgullo, pero en el fondo le encantó que la tratara con esa clase de cuidado y cortesía.
-Es que no quiero que se sobre esfuerce, Tía Lynn. Recuerde que Tía Lisa le dijo que debe hacer la menor cantidad de esfuerzo físico para que se recupere por completo.
Pensar el bienestar de alguien más y asegurarse de que no hiciera algo que comprometiera su salud física. Otro rasgo que le resultaría de lo más atrayente a cualquier mujer.
-Sí... se nota... que también heredaste lo cursi de tu papá- desvió la mirada para que no notara lo conmovida que quedó por tales palabras -eso me recuerda... ¿Y tu banda? Desde hace rato que no vienen aquí a practicar contigo o que tú vayas con ellos a ensayar a otro lugar, ¿Te echaron o qué?
Solo hasta ese momento se dio cuenta de que ya no se oía el escándalo que él siempre generaba antes del accidente, algo que no solo se le hacía raro, sino que en verdad echaba de menos tanto como alguien que de repente pierde el sentido de la audición.
-No es eso, es que no puedo volver a tocar con ellos, no mientras la casa está patas arribas y las chicas me necesitan para no perder la cabeza. Hasta que esta situación no se arregle, no puedo volver a tocar la música que tanto me gusta.
También ser capaz de sacrificar lo que le apasiona por el bien común. Era otra cualidad digna de elogiarse y que le hizo ganarse una mirada enternecida por parte de su tía favorita, porque demuestra las señales del gran hombre que algún día será.
Siguieron así por un buen tiempo. Lemy continúa ejerciendo su rol paterno junto a Lynn que cada vez veía más en él todas las virtudes que le hicieron enamorarse de Lincoln y que sinceramente nunca creyó que poseía por su actitud de rebelde sin causa, mostrando una sensatez que ella y sus hermanas no tenían a su misma edad.
Algo bueno salió de todo esto, no se podía negar.
-¡Chicas, a comer!- avisó luego de poner en la mesa los platos y quitarse el delantal.
-Snif, Snif... ah, pero que rico huele. ¡Te luciste, Lemy!- felicitó Lacy degustándose con el aroma que emanaba los deliciosos alimentos, haciendo que desviara la mirada apenado.
-¡AUCH, CARAJO, MIREN LO QUE HACEN, ENANAS!- Lynn cayó al suelo porque Lizy y Leia al correr hacia la mesa accidentalmente la tumbaron.
-¡TENGAN MÁS CUIDADO!- el chico las regañó y la ayudó a levantarse -¿Te duele mucho, Tía Lynn?
-Despreocúpate, Lemycito. Tu deliciosa comida es lo único que necesito para sentirme bien- también lo apenó con este cumplido.
Diciéndole que fue un placer, la ayudó a sentarse haciendo el caballeroso gesto de correrle la silla ganándose otra mirada tierna de su parte.
-¡JIJIJI!- extrañamente, eso le causó mucha risa a Lizy que se llevó ambas manos a la boca -tenías razón, Leia, ¡Lemy y Tía Lynn se comportan como marido y mujer! ¿Eso quiere decir que algún día se van a casar y él se volverá un segundo papi para nosotras?
Su inocente comentario hizo que Lacy escupiera lo que tomara salpicándolos a todos, que Lupa se golpeara el pecho varias veces al atorarse con su comida y Leia se palmeara la cara por decir algo que no quería que dijese.
Pero las expresiones de Lynn y Lemy eran dignas de un premio Oscar.
Se vieron mutuamente por un momento, para desviar la mirada otra vez tan rojos como el trasero de un bebé al que le dar una fuerte nalgada.
¿Un sobrino y casándose con su tía? Eso sin dudas sería el siguiente nivel en la escala de rarezas con la familia, un paso prohibido que les haría ganarse el completo repudio por parte de los demás al cruzar la línea imaginaria de los "estándares normales" del rebaño (Junto con el hecho de que seguramente Lynn Sr. sufrirá su último y definitivo infarto)
Lemy iba a reprender a Lizy, pero al ver de reojo a Lynn, permaneció con la boca entreabierta. Muchas veces se vio a sí mismo casándose con Lacy, teniéndola en frente con un bello vestido blanco cuando ya fuesen mayores, por lo que tener ahí a Lynn a su lado y siendo una versión completamente desarrollada de la chica que tanto le gusta...
Basta, ¡Basta! ¡BASTA! ¿Cómo podía tener ese tipo de pensamientos en esas circunstancias?
-¡LIZY! ¡Deja de decir esas tonterías!- Lynn fue la que impartió el regaño, pero la pequeña rubia seguía riendo y contagió a las otras de su humor.
-¿Puedo ser la madrina de sus hijos-sobrinos- primos?- hasta Lupa se unió a las burlas -pero, les sugiero que si van a contraer nupcias, háganlo en privado. No vaya a ser que Lyra al enterarse los quiera exorcizar como mamá siempre trata de hacer conmigo- disfrutaba a lo grande el momento.
Que poco a poco las demás Sin Kids volvieran no sirvió para mitigar la imagen que la hija de Lana creó de ellos, al contrario, cada vez más parecía parecían efectivamente una pareja de esposos teniendo que hacer piruetas para mantenerlas bajo control.
Ante los ojos de las Madres Loud y de las chicas más grandes, lo que Lemy hacía no era algo más de lo que un buen hermano haría, por lo que jamás se les ocurrió la locura de que pudiera formarse una relación así entre ambos y solo les daba risa cuando se hacían ese tipo de insinuaciones que los apenaban a no más poder.
Siempre tuvieron ante sus narices el presagio de lo que se volverían más adelante, pero jamás lo pudieron interpretar como lo que realmente era.
(...)
-Con cuidado, con cuidado. Lulu, ayuda a Lupa con la parte derecha del cartel.
Un año ya había pasado desde el horrido suceso y Lincoln al fin podía regresar a casa. Todavía seguía delicado, pero se sentía lo suficiente mejor para querer estar de nuevo con su familia en el lugar que los vio crecer a todos.
Debían recibirlo como se lo merecía, con una cálida bienvenida y alzando un enorme cartel que decía: "¡BIENVENIDO, LINCOLN!" rodeado de muchos globos y que era colocado por sus hijas siendo dirigidas por Lemy... más bien, él pidiéndole a Lulu que usara sus apéndices para cargar a sus hermas y las ayudase a asegurar ese letrero al extenderlas a lo alto.
-¡Ya terminé con mi parte!- avisó Lizy cuando fue dejada en el suelo.
-Lulu, acércame para corroborar- la hija de Lisa lo tomó y aproximó a esa parte del cartel -no, Lizy. Hiciste mal los nudos y se puede caer- deshizo su trabajo para rehacerlo correctamente.
-Ah... ah... ¡ACHUHU!- pero cuando la engendra mutagénica estornudo, lo soltó accidentalmente y debido a la altura de la caída podría lastimarse mucho.
-¡LEMY!- al ver eso, Lynn corrió a la velocidad de una bala y lo atrapó con sus brazos al más puro estilo de Scooby Doo -¡¿Estás bien?!- lo miró minuciosamente.
-Lo estoy, gracias a ti, Tía Lynn- afirmó sonriéndole, hasta que notó la posición en la que se encontraba -eh... ¿Podrías bajarme, por favor?- ella al también percatarse lo hizo sonriendo muy abochornada.
-¿Ahora los roles se invirtieron y es la mujer la que debe cargar al marido? Todo un deleite para esas locas que afirman que nosotras las mujeres no debemos estar bajo el sometimiento de los hombres- pero la ácida broma de Lupa hizo que ahora compartieran la misma mirada de molestia.
-¡Ahí viene, ahí viene! ¡Todos alístense!- informó Leni al ver una ambulancia acercándose.
-¡BIENVENIDO, PAPÁ!- fue lo que le dijeron las Sin Kids apenas se bajó con la ayuda de Lisa y de los robots asistentes que ella creó específicamente para cuidarlo.
-Oh... ¡NO SABEN LO MUCHO QUE SIGNIFICA PARA MÍ!- súper conmovido quedó por tal gesto y extendió los brazos para que le dieran un abrazo grupal -¡AUCH, CUIDADO, QUE SIGO FRÁGIL!
-Ya lo oyeron, niñas. Deben ser más cuidadosas con él a partir de ahora- Lynn fue la primera de las Madres Loud en acercársele para darle un directo beso en los labios sin importar el posible mal ejemplo que les dé o las miradas de inconformidad que genera en sus hermanas.
-Pero no te preocupes. Con mi ayuda... y la del resto estarás de nuevo en una sola pieza y todo volverá a ser como antes- dijo con seguridad sobándole un cachete.
No viendo la mueca de molestia de Lemy por eso y que ni siquiera se dio cuenta de que expresó.
-O sea que le dejaran a él toda la responsabilidad de cuidarnos poniendo poco de su parte en nuestra crianza y formación, ¿No?- pero este pésimo comentario fuera de lugar de Lupa lo sacó de su trance.
-¡CÁLLATE!- le gritó él y Lynn al unísono jalándoles la orejas derecha e izquierda respectivamente.
(...)
Afortunadamente, Lincoln solo requeriría de tiempo para reponerse del todo. Para las Madres Loud significaba que debían hacer lo mismo que Lynn y saber poner primero sus prioridades por encima de sus oficios y otros objetivos, porque lo principal era asegurarse de que tenga una sana y pronta recuperación y ahora sí estar disponibles para sus hijas cuándo estas requieran de su apoyo al estar todas de nuevo viviendo en la original Residencia Loud.
Inicialmente eso era de completo desagrado para Lynn, pero no se demoró mucho en ver el provecho que podía sacarle. Si lograba dedicarle más cuidados a Lincoln y estar siempre ahí para él le demostrará que lo ama más que cualquier otra y así será la total dueña de su corazón.
-Bien, bien. Un paso a la vez, Lincoln- lo tomó de las manos ayudándole a caminar como parte de su terapia de recuperación.
Lo soltó para que pudiera caminar por sí mismo, sonriendo enormemente y dichosa de que podía dar sus primeros pasos propios luego de tanto tiempo siendo ayudado por ella y por el resto. Él le devolvió el gesto y estuvo a punto de decirle unas palabras de profundo agradecimiento.
Hasta soltó un rugido gutural de dolor y estuvo por caer si no fuese porque ella lo sujetó.
-¡LINKY!- Leni y varias de sus hermanas habían atestiguado eso y enseguida lo rodearon para ponerlo con el mayor de los cuidados en su cama.
-¡¿CÓMO SE TE OCURRE, LYNN?! Te había dicho específicamente que su cuerpo aún no está listo para hacer actividades motoras sin el respaldo de un apoyo externo- la regaño Lisa que con una sonda recorrió el cuerpo de Lincoln temiendo que sus lesiones se agraviaran.
-Chicas, basta- habló el lisiado para que no se formara otra disputa -yo le pedí a Lynn que me dejase caminar por mi cuenta. Es algo que ya quiero hacer, porque me estoy aburriendo de siempre tener que depender de otros para realizar aunque sea la más pequeña acción.
-Ay, Lincoln. Entendemos que esto es de lo más frustrante para ti- Lori hablo con tono materno mientras preparaba una almohada para colocarla bajo su nuca.
-Pero recuerda que tu comodidad y recuperación es lo más importante para todas ahora. Siempre has hecho tanto por nosotras y por nuestras hijas, que esto es lo mínimo que podemos hacer por ti, por nuestro hermanito, por el hombre que más amamos- Leni lo arropó y acarició su cabello.
Ante ese tipo de argumentos, Lynn desarrollaba unos fuertes deseos de decir un comentario con el que reflejase lo molesta que le generaban, porqué según su criterio, era de lo más hipócrita y cínico por parte de todas ellas.
¿Acaso necesitaban que él estuviese herido de muerte para darse cuenta de lo mucho que ha hecho por todas desde siempre y retribuirle como se lo merecía?
-"Sigan creyéndose esa mentira mientras puedan, jodidas pendejas desagradecidas. Ya quiero ver sus caras cuando él diga que me ama más que a cualquiera de ustedes"- pensó afilando la mirada cuando Luna y Luan le daban algo de comer y beber.
Por su parte, Lemy también pudo ver con el tiempo el provecho que le podía sacar a la situación al seguir luciéndose ante Lacy y continuar mostrando los dotes tanto de hermano para las más pequeñas, como de líder al imponer el orden cuando las Madres Loud no estuvieran presentes.
-¡LULU, DEJA A TUS HERMANAS!- regañó a la más chiquita de todas... que de nuevo se había transformado en un monstruo cefalópodo y con sus tentáculos había tomado a Lyra, Liby y Lupa para metérselas en su enorme boca de la que solo sobresalían las piernas de ellas.
-¡NO QUIERO!- negó con voz de monstruo de cuentos infantiles, volteando la cara y en sus mejillas se mostraron las siluetas de sus hermanas que trataban de liberarse mientras pataleaban.
-O las sueltas ahora mismo, ¡O te olvidas de que te lleve al parque de diversiones el Domingo!- la mutante abrió bastante los ojos ante esta advertencia, pero seguía sin querer soltar a sus bocados -a la una...- se cruzó de brazos moviendo de arriba bajo el pie derecho -a las dos... ¡Y A LAS...!
-¡YA, YA!- las escupió generando el sonido de un gargajo y lentamente volvió a su forma normal -pe-perdón, Lemy. Es que quería ver como papi caminaba en el parque con las tías- cruzó los brazos tras su espalda y balanceo una pierna, tal y como lo haría cualquier otra niña al ser regañada.
-Esa no es excusa para que hagas ese tipo de berrinches. Ahora ve con Todd para que te inyecte ese suero que suprime tu lado más feo, ¡Y RÁPIDO ANTES DE QUE SEA A TI A QUIÉN LE JALE LA OREJA!- no tuvo que repetir esa orden y la castaña se retiró cabizbaja y escoltada por el androide (Que le apuntaba con su variado armamento en caso de que volviera a salirse de control)
-Auh... auh... ahora... ya sabemos cómo se sienten las paletas que los padres les dan a los niños malcriados para tranquilizarlos luego de un berrinche... je, je, je.... ¿Comprenden?- bromeó la hija de Luan, tendida en un charco de babas junto a las hijas de Luna y Lucy.
-Pero que asco...- la albina miró lo que la recubría, teniendo unas enormes ganas de vomitar -¿Cuánto tiempo más le tomará a la científica loca que tenemos por tía en hacer más normal a la más anormal de todas nosotras?
-No más tiempo del que le tomará a la Tía Lucy terminar de sacarte todos esos demonios que tienes dentro- le reprendió la mayor de las Sin Kids castañas sacudiéndose las manos.
Tener que volver vivir todas bajo el mismo techo, no es algo que les emocione a todas.
-Ya no comiencen con sus tonterías y vayan a lavarse- tampoco tuvo que decir dos veces esta petición y ellas, incluso su hermana más grande, fueron al baño mientras Liby decía otro de sus estúpidos chistes sin gracia.
-Ya, Lemy, cálmate- pidió Lacy tomándole un hombro habiendo atestiguado todo eso desde una distancia segura junto con Leia y Lizy que se abrazaron a sus piernas temblando de miedo.
-Es que esto se me hace más difícil cada día, ¡Podría jurar que las locuras por las que papá pasó a mi edad eran solo un juego de niños comparado a lo que debo hacer yo!- esto no lo dijo para aparentar hombría, sino porque realmente se estresaba a niveles peligrosos.
-No podría corroborar eso, pero, confío en que sabrás como guiarnos cuando las tías no estén para que así la casa no termine patas arriba- al agarrarle ahora una mano, bastó para que el enojo se le fuera y diera paso a una pena que solo ella era capaz de generarle.
Convencido de que con acciones como las que acaba de hacer, le hacían ganarse su corazón al igual como Lynn creía ilusamente al ayudar a Lincoln.
Un vínculo que los unía aún más sin que se dieran cuenta.
(...)
Dos años ya pasaron desde el accidente, y tal como se afirmó, con la avanzada tecnología de Lisa y los cuidados de toda la familia, Lincoln al fin se recuperó del todo y sin repercusiones.
Siendo motivo de celebración para todos. Haciendo una fiesta alocada en su hogar, generando mucho más escándalo que de costumbre gracias a la potente música de Luna.
-¡¿POR QUÉ NO ME HE MUERTO YA?!- protestó el Señor Quejón, que asombrosamente, sigue vivo y continuaba siendo su cascarrabias vecino y se tapó los oídos con corchos.
-Desde hace tiempo que no las veía a todas tan felices- dijo Lemy a Lynn viendo como sus primas hacían las típicas estupideces que siempre solían hacer.
-Sí, pero... ahora que él se recuperó... ¿Las cosas volverán a ser como antes? ¿Todas le volverán a dejar el cuidado de sus hijas tan irresponsablemente? ¿O de nuevo se las llevaran ahora que toda la conmoción se terminó?
Una parte de sí desea que todas se fuesen para ser la única mujer en su vida ahora que ésta ya no está en peligro. Pero si eso ocurre y sus sobrinas que quiere casi tanto como si fuesen sus propias hijas se vuelven a ir, incluyendo las más pequeñas al crecer, entonces ya no tendrá nada que hacer en la casa y su presencia ya no sería requerida.
Ese pensamiento le daba mucho miedo.
-Despreocúpate, Tía Lynn. Todo esto nos volvió a unir como familia. Las tías ya no le dejaran a él o a nosotros dos la labor de ser sus "padre y madre" temporales y ahora más que nunca serán importantes en las vidas de todos. Es como él me lo dijo una vez: siempre hay que tomar lo bueno, de lo malo, porque cuando esto ocurre, es cuando la gente más se une a quienes quiere.
Jamás dejó de impresionarse por la sabiduría que ha adquirido, siendo más sabio que ella o las Madres Loud en algunos aspectos.
Hasta que posó su vista en Lacy, que reía por una tontería dicha por Liby. Este era el momento de al fin decirle lo que realmente siente, confiado en que ella siente lo mismo por él.
-Este... si me disculpa, Tía Lynn. Debo hacer algo de vital importancia- terminó su refresco y fue hasta la deportista más joven para pedirle hablar en privado.
-Ve por tu chica, Tigre- le deseo suerte, riendo por saber que no ha desistido de sus intentos por también ser el dueño de su corazón.
No comprendió el porqué sintió una rara opresión en el suyo, un malestar que no sabría explicar, pero qué si tuviera que hacerle alguna comparación, sería casi igual a lo que siempre experimenta cuando Lincoln ríe al relacionarse con sus otras hermanas.
Lo vio charlando con Lily y jugando con sus únicos sobrinos normales (O sea los hijos de esta)
-Porque pronto yo iré por mi hombre- debía esperar el momento oportuno para confesársele.
El hijo de Luna le había pedido a la chica deportiva hablar en el patio trasero. Comenzando a decirle lo mucho que la aprecia.
-Ay, Lemy. Yo también te quiero mucho- dijo muy enternecida Lacy.
-Sí, pero... yo...- agachó la cabeza, más apenado de lo que nunca antes ha estado, pero reunió el coraje para seguir hablando -es que no te quiero como hermana, sino... como algo mucho más profundo- la dejó sin palabras al tomarla de las manos.
-Te amo, Lacy, y mucho- ella abrió de par en par los ojos por esta declaración.
Empezó a decirle la declaración romántica que tanto ha ensayado, seguro de que la dejaría tan conmovida, que ella lo abrazará y besará apasionadamente diciéndole que también lo ama.
Habrá madurado bastante en muchos aspectos, pero seguía siendo un chico que no sabe que los sueños que uno más desea no siempre se hacen realidad aún por más nobles que estos sean.
-... entonces... tú... ¿Qué dices? Quieres... ya sabes, ¿Seguir los pasos de papá y de la Tía Lynn?- el corazón le latía tan fuerte, que los latidos podían oírse por afuera de su pecho.
Debido a como Lacy lo observaba, con una expresión de desmedida conmoción, estuvo listo de recibir un apasionado beso de su parte como siempre lo soñó.
-Yo... no... no puedo, Lemy. Lo siento, pero, no te quiero de ese modo.
Ahora lo que se escuchó de su interior fue el corazón haciéndose añicos como un cristal y esa sonrisa esperanzadora se invirtió por completo.
-¿No-no?- traspiró como si hubiese corrido una maratón cuando ella lo soltó -por... por... ¡¿Por qué?! Tú... ¿No me quieres acaso?- las lágrimas no se demoraron en salir de sus ojos.
-No, Lemy. Te dije que te quiero mucho, eres de las personas que yo más amo en esta vida- mucho dolor le daba verlo así, pero debía ser clara al decirle como lo ve.
-Pero jamás podré amarte del modo que tú me amas, porque solo puedo quererte como lo he hecho hasta ahora: como mi hermano menor y nada más.
-Pero... pero... pero... ¡Pero si tú y yo podemos ser más que eso! ¿Qué no te gustaría tener una familia como la nuestra? Siempre me has dicho que quieres ser como tu madre al crecer, ¡¿Qué mejor que casándote con tu único hermano varón para ser totalmente igual a ella?!
Desesperadamente trató de convencerla de porque deberían ser novios, de qué si sus madres y padre no tuvieron problemas en serlo ellos tampoco, hasta incluso trató de hacerle entender de que era una tradición familiar y de que nada malo saldría de una relación incestuosa.
Nunca pensó que decirle en caso de que lo rechazara.
-Basta, Lemy, detente, ¡Detente!- pidió la chica para que dejase de decir tales incoherencias -ya te lo dije. No puedo quererte así, y por más que nuestros padres lo hayan hecho, no significa que debamos seguir sus mismos pasos. Así que discúlpame, pero no puedo ser la mujer de tu vida. No puedo... no puedo.
Le dio un beso en la mejilla para que dejara de sentirse tan mal y en un intento de tampoco sentirse mal consigo misma por haber arruinado así los sueños e ilusiones de alguien a quién quiere mucho.
No importara que más le hiciera o dijera, el daño ya estaba hecho y no había modo de revertirlo. Apenas se fue, Lemy cayó de rodillas en el césped, sujetándose los costados de la cabeza sin dejar de soltar cataratas de lágrimas.
Siempre vio esto como el mejor momento de su vida, el momento en el que al fin recibiría un beso apasionado de la chica dando por hecho que le diría "¡SÍ!" cuando le abriera su corazón y que en algún mañana serían los que formarían una familia de lo más peculiar y fuera de los estándares de normalidad.
Por lo que ahora que recibió tal rechazo, que aun siendo el más sutil posible, le dolía tanto como si ella le hubiera incrustado una estaca en el pecho.
Como se dijo sobre Lynn, si tan solo supiese lo que le deparará el mañana... no sentiría en ese mismo instante las ganas de cortarse las venas que sintió Lupa cuándo creyó que ese accidente ocurrió por culpa.
Capítulo dos completado el 05/05/2023.
Hasta aquí llegó el capítulo de hoy. Lamento haberme demorado en actualizar uno de los pocos fics Loudcest que tengo, pero como saben, he estado ocupado en otras cosas últimamente.
También me disculpo porque aquí no puse la acción Triple X que prometí antes, pero, no podía pasar a esto sin antes mostrar... ¿Cómo decirlo? ¿Los cimientos de la relación de Lynn con Lemy?
Porque tampoco podía hacer que de la nada desarrollasen fuertes sentimientos entre sí, debía hacer que pasaran por momentos cruciales para que un fuerte vínculo mutuo se formase.
¿Y qué mejor manera de unirlos a ellos y a una familia disfuncional que con un grave accidente que casi le cuesta la vida al hombre de la casa? Porque en la ausencia del "macho alfa principal" el segundo debe tomar la batuta y demostrar de lo que realmente es capaz dejando de lo más cautivada a la "hembra dominante" de toda la manada.
De igual manera, me siguió dando mucha risa escribir las interacciones de los Sin Kids (En especial lo relacionado con Lulu XD) pero eso sí, en el siguiente capítulo si hago el tan ansioso Lemon... en el que debo recordar que solo junto a un personaje de caricatura con un OC para quitarme el amargo sabor de boca al hacer que una tía y su sobrino hacen ese tipo de... "cosillas"
Pero, no puedo irme sin antes decir algo muy importante...
¡FELIZ ANIVERSARIO THE LOUD HOUSE! (Muestro un cartel igual al que le mostraron a Lincoln)
Es increíble como la serie ya ha cumplido siete años. Me hubiera encantado hacer un fic especial para conmemorar eso, pero, al estar ocupado escribiendo esto no tuve tiempo de hacer algo así.
Bueno, tal vez se me ocurra algo más adelante. Así qué hasta entonces, a seguir escribiendo mis locuras para darle más vida a este Fandom y siga durando por mucho tiempo más, en especial porque pronto la serie Live Action se estrenará en español y así tal vez lo revitalice, ¿No lo creen? (Se oye el canto de grillos)
Eh... creo que mejor dejo de hacer preguntas cuya respuesta no quiero oír.
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