Capítulo 18
-Jin, necesito que vayas a hacer diez fotocopias de estos documentos, por favor -pedí mientras le pasaba una carpeta.
Ella agarra tal carpeta para comprobar el número de hojas de los documentos. Asiente sin más y cuando se estaba por ir sujeté su muñeca deteniéndola y me levanté de mi lugar.
-¿Quiere algo más? -pregunta volteando a verme.
-Dos cosas solamente... -sonreí-. La primera, que me respondas cuando te hable, quiero escuchar tu voz -me iba acercando a ella hasta acorralarla contra mi escritorio-. Y la segunda...
Rocé nuestros labios con claras intenciones de besarla pero ella nos separa con la carpeta que le di, haciéndome reír un poco. Bajé la carpeta y la besé rápidamente antes de que pudiera colocarla de nuevo entre ambos. Jin presiona la carpeta contra mi pecho para intentar empujarme sin esfuerzo, yo rodeé su cintura y la apegué a mí. No pudo resistirse y me correspondió con la misma intensidad, haciéndome sonreír sobre sus labios.
-Ahora sí... -murmuré aún estando cerca de ella-. Ve a hacer las fotocopias.
Jin se cubre la mitad de su rostro para abajo con la carpeta, tratando de ocultar el sonrojo de su rostro, y se va casi corriendo, aunque al salir casi choca con Rod, pues este estaba entrando a la oficina. Jin se disculpa en murmullos y se va cerrando la puerta.
-¿Ya lo conseguiste? -pregunta sorprendido. Me di vuelta para rodar los ojos sin que él lo viera y me senté en mi lugar de nuevo.
-Se podría decir que no falta nada para conseguirlo.
-Ya te conozco y cuando creo que no puedes sorprenderme más, lo haces -se queja más bien pero sonríe. Me deja unos documentos sobre la mesa-. Como sea, solo vine a dejarte esto.
Asentí agarrado aquellos papeles para revisarlos y saber de qué se trataban, él se va mientras yo sigo trabajando. Jin tarda en regresar, pues no eran tan pocos los documentos que quería hacer fotocopias. Al hacerlo vuelve a su lugar para seguir trabajando, y yo sonreí al verla de nuevo tan concentrada.
Las horas fueron pasando, no me había dado cuenta por todo el trabajo que tenía pero al ver a Jin recogiendo sus cosas y ver que sr había terminado el horario de trabajo, decidí detenerme.
-Finalmente. Esto se siente como cuando quieres que termine el horario escolar -comenté y noté el atisbo de sonrisa en su rostro, pero lo disimuló.
-Pero si tú puedes hacer lo que quieras, eres el jefe ¿no?
-Claro, pero no por eso evitaré mi responsabilidad como tal -me levanté de mi asiento, recogiendo mis cosas.
En ese momento se me paso la vaga idea de invitar a Jin a salir hoy, quizás y acepte esta vez. Debía intentarlo. Ambos salimos del edificio, ella se acercó a mi auto, pues ya nos acostumbramos a que yo fuera quien la llevara al bosque después de varias veces haciéndolo.
-Oye, Reina... -ella me voltea a ver a unos pasos del auto- ¿Me harías el honor de acompañarme y salir conmigo ahora?
-¿Qué? -soltó sorprendida y abriendo más ampliamente los ojos.
-Te lo diré de otra forma -la tomé por la cintura hasta acercarnos más, sujeté su barbilla con suavidad para hacer que me mirase a los ojos-. Reina... tengamos una cita... tú y yo.
Ella se tensa al sentir mis caricias en su piel pero aparta la mirada y hace una mueca dudosa por un tiempo.
-Hm... está bien... -murmuró, apenas audible.
-¿Huh? Perdón, no te oí -insistí para molestarla. Ella aprieta los dientes y me mira sonrojada.
-Dije que está bien, sí quiero salir -habló más alto.
-Perfecto... ¿Qué quieres comer? -pregunté tomándo de su mano y yendo hacia el auto. Ella observa nuestras manos sorprendida pero intenta ignorarlas.
-Lo que sea... está bien -responde por lo bajo.
-Genial... -sonreí y le abrí la puerta, ella se monta en el auto y yo lo rodeé para hacer lo mismo.
Conduje hacia uno de mis restaurantes favoritos, pero no pude evitar sentir mi corazón realmente acelerado por pensar en que iríamos a cenar como en una cita...
Hice una mueca de confusión y me llevé la mano al pecho un momento sintiendo mis propios latidos alborotados.
-¿Qué pasa? ¿Estás bien? -note a Jin preocupada al ver mi expresión y mi mano sobre el pecho.
-Sí, por supuesto, no pasa nada -respondí volviendo a agarrar la palanca de cambios con la mano que estaba en mi pecho.
También me parecía raro el que me sintiera ansioso y nervioso... Me es tan extraño mi comportamiento, ya que... no es la primera vez que estoy en una cita... bueno, en realidad, si contamos que sea una cita real... entonces nunca he estado en ninguna.
Y esta no es la excepción... quiero creer.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top