Capítulo 19
Una Juliette de 7 meses de embarazo ayuda a Armin. Afortunadamente para Lysandro, los divorcios aún no eran bien vistos en Londres.
Londres, primavera de 1817. Un día después de la boda de Alexy y Sophie.
Entre la penumbra de la mansión de los Condes de Snowdon, Lysandro y una de las criadas de su confianza recibieron a Armin, que convenientemente aún traía atada a Sophie.
Lysandro negó con la cabeza al notar aquello y simplemente cuando la bajo empezó a desatarla. — señorita Warren, lamento mucho esto... Mi amigo no suele ser el más amable.
Ella fulminó con la mirada a Armin y se froto las muñecas para calmar el ardor por la cuerda. — Lord Snowdon... No tenía idea de que veníamos aquí, estoy tan avergonzada.. — se cubrió las mejillas. — no quiero que su esposa se moleste, ella está delicada de salud.
Armin negó un poco. — Juliette es incapaz de molestarse por algo así, ella seguramente estará feliz de ayudarme.
Lysandro levantó una ceja viendo al pelinegro. — podrías sorprenderte. — murmuro. Volvió la vista hacía la mujer de la servidumbre que estaba a unos pasos de ellos. — ayuda a la señorita a limpiarse y llévala a descansar.
La criada asintió a la orden. — por aquí, señorita...
Cuando ambas estaban lejos Lysandro suspiró pasando una mano por su cara. — Esto es una locura, debes estar seguro de lo que seas haciendo... Será un terrible escándalo cuando sepan.
La sonrisa que Armin había mantenido en la presencia de Sophie desapareció. — lo sé, y estoy muy preocupado por el título, por el apellido de mi familia y sobre todo por Sophie... — Se aflojó el botón de la camisa y paso una mano por su cabello. — pero mi corazón dice que debo seguir con esto hasta las últimas consecuencias.
Armin y Lysandro decidieron no hablar más y le ofreció una de las habitaciones de huéspedes, tampoco lo dejaría a solas con Sophie. Cuando Armin estuvo con la cabeza sobre una almohada, se quedó al instante dormido. Tenía aún muchas cosas por resolver, pero su cuerpo le exigía un descanso. Esos últimos días había dormido y comido mal, de verdad necesitaba un respiro.
Por la mañana Lysandro dejó que sus invitados tuvieran un momento de privacidad en el comedor mientras servían el desayuno, el trataría de poner al día a Juliette y evitar que ella lo desollara.
Sophie estaba bastante sería sentada a unos lugares de Armin en el comedor. — ¿porqué me hiciste esto? — pregunto de la nada mientras picaba el plato con huevos revueltos.
—¿Hacerte qué? —Armin levanto la mirada. Su rostro era la imagen de la inocencia.
Si Sophie hubiera tenido un jarrón en las manos, se lo hubiera arrojado. O mejor aún, un bizcocho a medio comer. —Seducirme hasta que me pliegue a tu voluntad, interrumpir mi boda, secuestrarme después de ella...
—¿Por qué no? — su voz fue neutral.
—¿Por qué no? —Repitió con incredulidad—. ¿Por qué no? Porque yo... Porque tú... — estaba exasperada.
—¿Por qué, qué? —Estaba sonriendo ahora.
—Porque... ¡Oh! —Cerró las manos formando puños a los costados de su plato, y de hecho golpeó el suelo con el pie. Lo que la puso aún más furiosa. Ser reducida a esto... era humillante.
—Bueno, bueno, Sophie. — Armin se limpió la boca con la servilleta.
—No me vengas con "bueno, bueno" a mí, tú, desquiciado, arrogante... — señaló sin conservar la calma.
—Estás enfadada conmigo, ya veo. — murmuró Armin.
Ella entrecerró los ojos. —Siempre me pareciste inteligente... Pero esto... —
Él ignoró el sarcasmo. ¿Era eso lo peor que se le ocurría decirle? Armin resistió el impulso de sonreír. Esto no iba a ser ni la mitad de malo de lo que él había pensado que sería.
—Tienes razón —dijo él suavemente.
—Y más aún... ¿Qué? —Parpadeo ́ olvidando lo que decía.
— Dije que tienes razón. — volvió a repetir mientras bebía un sorbo de té.
—¿La tengo? — dudo un momento.
—¿No quieres tenerla? — alzó una ceja.
Abrió la boca, la cerró, y entonces dijo: —Deja de tratar de confundirme.
—No lo hago. En caso de que no lo hayas notado, te estoy dando la razón. —Le dedicó su sonrisa más atractiva—. ¿Aceptas mis disculpas? Me hubiera encantado ahorrarte todo este disgusto.
Sophie suspiró. Debería ser ilegal que un hombre tuviera semejante cantidad de encanto. —Sí, está bien. Las acepto. Pero, ¿qué —preguntó suspicaz—, piensas hacer para arreglar esto?
Armin la miró dejando de sonreír, si le decía "no tengo idea aún". Ella volvería a ponerse furiosa.
— yo... — musitó tratando de decir algo en vano.
— no sabes... — Sophie tragó sus ganas de aventarle la taza de té . Esto se estaba poniendo más difícil con cada segundo que pasaba. Se aferró al mantel. —No puedo casarme contigo y lo sabes...
Silencio de muerte. Sophie no volteo. No podía verlo, pero podía sentir la furia de Armin emanando de su cuerpo. Por favor, por favor, sólo sal de la habitación, suplicó silenciosamente. No vengas hacia aquí. Y por favor... oh, por favor, no me toques. Sus plegarias no fueron escuchadas, y Armin se puso de pie solo para cambiarse de lugar hasta quedar junto a Sophie.
—¿Qué fue lo que dijiste? — frunció el entrecejo.
—Dije que no puedo casarme contigo, y lo sabes.. —replicó. Bajó la mirada al suelo. Sus ojos azules la estaban perforando con ardor.
—¡Mírame, maldita sea! ¿En qué estás pensando? Debes casarte conmigo. — dijo Armin por primera vez perdiendo los estribos delante de Sophie. Le mostró algo que pocas veces hacia.
Ella negó con la cabeza. No hablaron más porque se escucharon los pasos en la escalera. — no puedo creer que hicieras esto sin consultarme... — se escuchó la voz de la Condesa.
La figura de la castaña apareció en el comedor seguida de Lysandro. — buenos días.. — murmuró mirando a ambos alternadamente. Después volvió su mirada a su esposo. — ¿Porqué crees que debo encubrir a Armin? — ella se cruzó de brazos.
Lysandro se intimido por las hormonas de su esposa. Últimamente estaba malhumorada y ese día no era la excepción. — Las familias de ustedes siempre han sido amigos.
Armin se puso de pie para recordarle a Juliette que estaba presente. — sigo aquí... — rodó los ojos.
Ella suspiro. — lo sé... Y créeme que normalmente diria "Nathaniel no haría esto", pero últimamente todos están locos en Londres...
— Si me permiten opinar... — dijo Sophie. — yo no quiero estar aquí...
Juliette dirigió su mirada a la azabache y puso una mano en su vientre para calmar las patadas de su hijo en camino. — claramente que este aquí señorita Warren, nos deja con limitadas opciones.
Lysandro miro a Armin. — sugiero que se realice una reunión con Alexy y el padre de la señorita Warren.
Juliette asintio a lo que dijo su esposo. — me parece que debemos enviar las notas ahora mismo y tratar de ser discretos y civilizados... — suspiro. — no quiero otra angustia como lo que pasó con Castiel el verano pasado.
Siguieron discutiendo los detalles de todo antes de que Juliette invitará a Sophie al salón de té mientras dejaba a Lysandro encargarse de lo demás.
••••••
Esta corto, lo sé. Pero todo esto tiene una razón, y no es mi pereza.
Estoy pensando en como aterrizar la escena de la discusión y viendo lo de la anulación. De verdad dejare que Armin sea feliz antes de que lo domestique Sophie como le pasó a Lysandro :v con Juliette.
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