31. Estupro.

La mano de Yoongi se aferraba con fuerza a la de Jimin mientras se acercaban a su casa, iluminada por las luces intermitentes de las patrullas y rodeada por una multitud de curiosos y reporteros. Su corazón latía con una mezcla de miedo y confusión. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué estaba la policía allí?

—¿Qué está pasando? —preguntó Jimin, su voz temblando, mirando a su alrededor con pánico.

Antes de que Yoongi pudiera responder, los oficiales se acercaron rápidamente. Sintió cómo Jimin era arrancado de su lado; la mano que había sido su ancla ahora sostenía la de alguien más. Un vacío helado llenó el espacio donde sus manos se habían entrelazado. Intentó luchar, intentó mantenerse a su lado, pero fue inútil.

—¡Yoongi! —gritó Jimin, con la desesperación teñida en su voz mientras los oficiales lo alejaban.

Todo sucedió en un caos vertiginoso. Las cámaras de los reporteros destellaban sin cesar, capturando cada segundo de su desgracia. Los micrófonos se estiraban hacia él, los flashes de las cámaras cegándolo, mientras los reporteros gritaban preguntas sensacionalistas, revelando su orientación sexual al mundo de la manera más cruda y pública posible.

—¡Yoongi, ¿es cierto que eres gay?! —gritaba uno—. ¡¿Cómo manipulas a Jimin?! ¡¿Qué tienes que decir en tu defensa?!

Sus voces se mezclaban en un zumbido insoportable. Su mente giraba, buscando alguna salida, alguna manera de protegerse y proteger a Jimin de esta tormenta mediática.

—Por favor, déjenme hablar —intentó decir, pero su voz se perdió en el tumulto.

Sintió las frías esposas cerrarse alrededor de sus muñecas, el metal mordiendo su piel. Era una sensación helada, brutal, que solo servía para intensificar el sentimiento de desesperanza. Los oficiales lo empujaron hacia la patrulla, sus pies arrastrándose mientras intentaba procesar lo que estaba sucediendo.

—¡No dejen que se lo lleven! —La voz de Jimin resonaba entre la multitud, llena de angustia. Yoongi lo vio siendo retenido por otros oficiales, su expresión de puro terror y confusión grabándose en su mente.

—¡Jimin, todo estará bien! —intentó gritar Yoongi, aunque no estaba seguro de a quién trataba de convencer más, si a Jimin o a sí mismo.

Mientras lo metían en el coche patrulla, una cámara se acercó lo suficiente para capturar su rostro completamente, mostrando al mundo un Yoongi que nunca quiso revelar públicamente. Sintió como si su vida entera estuviera siendo arrancada de él, desmenuzada ante millones de espectadores que no conocían ni comprendían su verdad.

A medida que el coche patrulla se alejaba, su hogar se convirtió en un mero punto en el horizonte, rodeado de luces rojas y azules, cámaras y voces que seguirían difundiendo esta pesadilla. Sabía que la lucha apenas comenzaba y que, de alguna manera, tenía que encontrar la manera de proteger a Jimin y demostrar su inocencia.

—Todo estará bien —susurró, aunque el frío metal de las esposas le recordaba lo incierto que era ese futuro.

Jimin observaba la escena en cámara lenta, cada segundo parecía durar una eternidad. Su corazón latía descontrolado mientras intentaba comprender qué estaba ocurriendo. ¿Qué hacían su padre y Taehyung allí, rodeados de abogados? Nada tenía sentido.

—¡Papá! ¡¿Qué estás haciendo aquí?! —gritó Jimin, pero su voz se perdió en el caos.

Vio a los policías llevarse a Yoongi, y un miedo paralizante lo invadió. Los flashes de las cámaras iluminaban la noche, capturando cada momento de la pesadilla que se estaba desarrollando ante sus ojos. Yoongi miraba a su alrededor con una expresión de desconcierto y desesperación, mientras los reporteros lanzaban preguntas llenas de veneno.

Las palabras "manipulación" y "gay" retumbaban en su mente. Pero lo que realmente lo enloquecía fue cuando escuchó a uno de los abogados de su padre mencionar la palabra "estupro".

—Min Yoongi, esta bajo arresto por cargos de estupro —anunció la abogada con una voz firme y cruel.

Jimin sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. No sabía exactamente qué significaba "estupro", pero intuía que era algo terrible. La gran mentira de su padre lo enfurecía. ¿Cómo podía hacerle esto a Yoongi? ¿Cómo podía inventar algo tan vil?

—Jimin, necesito que escuches con atención, yo soy Moon Byul Yi, tu abogada. —dijo con una voz firme pero compasiva—. Estupro es un término legal que se refiere a las relaciones sexuales con un menor de edad, o cuando una persona mayor manipula a alguien más joven. En este caso, tu padre y Taehyung están acusando a Yoongi de manipularte debido a la diferencia de edad y están alegando que no eras lo suficientemente maduro para consentir.

Jimin se detuvo en seco, su mente girando con la información. No podía creer lo que estaba escuchando. La palabra "manipulación" seguía resonando en su cabeza, y se sentía furioso y traicionado.

—¡Eso es una mentira! —exclamó Jimin, su voz temblando de indignación—. Yo amo a Yoongi y nuestra relación fue siempre consensuada. ¡No pueden hacer esto!

Jimin, con los ojos llenos de confusión y miedo, asintió. Moon Byul Yi continuó, manteniendo su tono profesional.

—Según lo que me han informado, estás en una situación psicológicamente comprometida, lo que te impide diferenciar la realidad de la manipulación. Necesito que me cuentes, con el mayor detalle posible, lo que ha pasado entre tú y Yoongi.

Jimin sintió una mezcla de desesperación y rabia ante esa declaración. Respiró hondo y comenzó a hablar, intentando mantener la calma.

—Eso no es cierto, señora. Yoongi nunca me manipuló. Nuestra relación fue consensuada desde el principio. No hay ninguna manipulación —dijo Jimin con voz firme—. Yo amo a Yoongi y él me ama a mí. Mi padre y Taehyung están mintiendo.

Moon Byul Yi observó a Jimin atentamente mientras hablaba. La sinceridad en sus ojos y la firmeza en su voz empezaron a hacerla dudar de la versión que le habían dado. Decidió escuchar más detenidamente.

—Explícame con más detalle cómo fue que empezó tu relación con Yoongi. ¿Cómo se desarrolló? —preguntó, suavizando un poco su tono.

Jimin suspiró, sintiendo que finalmente alguien estaba dispuesto a escucharlo.

—Nos conocimos hace un par de meses. Yoongi siempre ha sido respetuoso y considerado conmigo. Nunca me presionó para nada. Todo lo que hicimos fue porque ambos queríamos. Mi padre nunca entendió nuestra relación y Taehyung... no sé por qué está haciendo esto —dijo Jimin, su voz temblando con una mezcla de tristeza y frustración—. Yoongi no me ha hecho ningún daño. Todo esto es una mentira.

—Jimin, quiero que sepas que mi trabajo es protegerte y buscar la verdad. Si lo que dices es cierto, necesito que me des todas las pruebas posibles: mensajes, correos, cualquier cosa que demuestre que tu relación con Yoongi fue consensuada y basada en amor y respeto —dijo Moon Byul Yi, mostrando por primera vez un atisbo de empatía. —También deberás someterte a un examen psicológico, puede que todo lo que me digas sean solo idealizaciones.

—Abogada, dejémoslo aquí, vayamos a casa, Jimin necesita descansar. —Interrumpió el padre de Jimin.

—Papá, ¿cómo pudiste hacer esto? —susurró Jimin, sus ojos llenos de lágrimas de rabia e incredulidad.

Su padre evitó su mirada, enfocándose en la abogada. La traición de su propia sangre era como una daga en su corazón.

Mientras el coche patrulla se alejaba, Jimin quedó de pie, rodeado de la multitud y los flashes de las cámaras, sintiéndose más solo y traicionado que nunca.

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