22 Baila para mi.
Jimin yacía semidesnudo, su piel cálida y suave contrastaba con la firmeza del pecho de YoonGi. La comodidad y la intimidad del momento los envolvía, creando un espacio en el que solo existían ellos dos.
Con voz suave y un brillo de anticipación en los ojos, Jimin le habló a su novio. —YoonGi, hay algo que quiero pedirte. —Una chispa de curiosidad se encendió en los ojos de YoonGi mientras lo miraba, atento a las peticiones del menor. —Desde que llegué a tu casa, no he tenido la oportunidad de ensayar danza. —comenzó Jimin. —Me encantaría volver a bailar, sentir la música y moverme otra vez. —Su voz llevaba una mezcla de nostalgia y pasión, y YoonGi podía sentir la importancia que tenía la danza en la vida de Jimin.
Min asintió con una sonrisa. —Por supuesto, Jimin. Si eso es lo que deseas, estaré encantado de ayudarte a retomar tus clases de danza. —Sus palabras fueron recibidas con gratitud por parte de Jimin, quien le dedicó una mirada llena de afecto y emoción. Pero YoonGi tenía un pequeño deseo propio. —Sin embargo. —agregó con un tono juguetón. —Quiero ver cómo bailas ¿Qué tal si bailas para mí en este momento? —La sonrisa de YoonGi era un cómplice de su propuesta, esperando que Jimin aceptara su desafío.
Jimin lo miró con una mezcla de sorpresa y diversión. Sabía que YoonGi estaba bromeando, pero también le gustaba la idea de mostrarle su talento. Se acomodó un poco sobre el pecho de YoonGi, con una expresión traviesa en su rostro. —Está bien, pero no te rías si cometo errores.
YoonGi rió suavemente y acarició el cabello de Jimin. —Te prometo que no me reiré. Solo quiero verte disfrutar.
Jimin se puso de pie con una mirada determinada en sus ojos y selecciono una hermosa melodía, la música llenando la habitación de notas suaves y melódicas, Quería expresar su talento a YoonGi de una manera que trascendiera las palabras, y eligió el lenguaje del baile para hacerlo.
Los primeros pasos fueron suaves, fluidos, como si estuviera siguiendo los movimientos de las olas del mar. Su cuerpo se movía con gracia y elegancia, transmitiendo una sensación de calma y serenidad.
A medida que la música fue creciendo en intensidad, Jimin aumentó el ritmo de sus movimientos. Cada giro y cada salto estaban llenos de pasión y energía. Sus movimientos eran precisos, cada músculo de su cuerpo parecía estar perfectamente coordinado en cada paso y movimiento.
Con cada giro, Jimin extendía sus brazos, pareciendo querer tocar las estrellas en el cielo. Su expresión facial reflejaba tanto la alegría de estar bailando como la profunda conexión que sentía con la música.
El ballet clásico que Jimin había elegido para su baile era un equilibrio entre la gracia y la fuerza, y él lo estaba interpretando con maestría. Cada vez que sus pies tocaban el suelo, transmitían una combinación de ligereza y determinación.
YoonGi observaba con admiración, completamente cautivado por la actuación improvisada de Jimin. Cada giro, cada movimiento de cadera, le recordaba por qué se había enamorado de él. Era como si la danza fuera una extensión de Jimin, una forma de expresión que hablaba de su alma.
Con el final de la pieza musical, Jimin concluyó su baile con un último giro y una pose elegante. Su respiración estaba ligeramente agitada, pero en sus ojos brillaba una chispa de satisfacción y emoción. Se acercó a YoonGi con una sonrisa y extendió su mano, invitándolo a unirse a él en un abrazo.
Era un gesto de gratitud y amor, una forma única y hermosa de decir "gracias" por todo lo que YoonGi había hecho por él. El baile de Jimin no solo era una muestra de sus habilidades artísticas, sino también una expresión sincera de sus sentimientos hacia su novio.
Cuando Jimin finalizó su pequeña actuación, YoonGi aplaudió suavemente. —Increíble. —Jimin sonrió, apoyando la cabeza en el pecho de YoonGi.
—Gracias, no puedo esperar para volver a tomar clases de danza contigo a mi lado.
YoonGi besó la frente de su novio con cariño. —Será un placer. Siempre estaré aquí para apoyarte en todo lo que hagas.
—Escuche qué hay una academia muy buena... —YoonGi lo miró atentamente, esperando a que Jimin continuara. —El problema es que es un poco costoso. —Admitió Jimin, jugueteando con sus propios dedos.
YoonGi sonrió suavemente y acarició la mejilla de Jimin. —Pequeño, no me importa el costo, si es algo que realmente quieres hacer, lo harás... Mañana iremos a inscribirte.
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