15. Bajo la lluvia.

Los relámpagos rasgaban el cielo en la oscuridad de la noche, mientras la tormenta se avecinaba con fuerza. El tic-tac del reloj parecía resonar en la mente de YoonGi, recordándole que el tiempo avanzaba sin piedad. Eran las 3:50 de la madrugada, y la botella de vodka vacía en su mano era una señal de que había buscado refugio en el alcohol una vez más.

La idea de ser abandonado lo había llevado a beber, a buscar una manera de evadir el dolor y la incertidumbre que sentía. Las luces parpadeantes en su mente se mezclaban con la marejada de emociones que lo embargaban. Estaba ebrio, y la habitación parecía dar vueltas a su alrededor.

El alcohol había embriagado sus sentidos, sus pensamientos nublados y sus emociones desbordadas. La tristeza y el miedo habían dado paso a un torbellino de confusión y melancolía. Se sentía perdido, solo y herido en medio de la tormenta que azotaba tanto su mente como el mundo exterior.

Fue en medio de esa bruma que la puerta se abrió, y la figura de Jimin apareció ante él. Su presencia era como un destello de luz en la oscuridad, un faro que lo guiaba en medio de la tempestad emocional. Pero su mente embriagada luchaba por comprender si lo que veía era real o una ilusión creada por el alcohol.

Jimin se acercó, sus pasos resonando en el aire pesado de la habitación. Y antes de que YoonGi pudiera procesar completamente lo que estaba sucediendo, sintió los labios de Jimin sobre los suyos. La sensación fue abrumadora, sus sentidos se agudizaron en un instante. El sabor de los labios de Jimin era como una melodía que lo arrastraba fuera de la niebla alcohólica.

Las manos temblorosas de YoonGi encontraron su camino hacia la cintura de Jimin, sosteniéndolo como si temiera que desapareciera en el aire. El calor del cuerpo de Jimin contra el suyo era real, tangible, y el sabor de los besos de Jimin no tenían comparación.

La tormenta en su mente se calmó momentáneamente, reemplazada por una sensación de paz y necesidad cumplida. Jimin estaba allí, tangible y real, y YoonGi se aferró a ese momento con todas sus fuerzas.

Al separarse de aquel beso apasionado, el aliento entrecortado y los labios entreabiertos, YoonGi miró a Jimin con un profundo anhelo en sus ojos. La necesidad de entender lo que estaba sucediendo.

—Jimin estás empapado...—Murmuro mientras intentaba recuperar el aliento. — ¿dónde has estado? Te he buscado, he estado llamando. No sabía dónde estabas.

La voz de YoonGi resonó con preocupación y sinceridad mientras buscaba respuestas en los ojos de Jimin. La habitación parecía más silenciosa después del beso, como si el mundo exterior se hubiera desvanecido en el fondo mientras los dos se enfrentaban cara a cara.

Jimin bajó la mirada por un momento, como si lidiara con sus propias emociones antes de responder. Sus dedos jugaron nerviosamente con el dobladillo de su camisa, una señal clara de que había algo en su mente que quería expresar.

—He estado por ahí, tratando de encontrar mi respuestas después de todo lo que ha sucedido. No quería que te preocuparas más por mí.

YoonGi asintió lentamente, comprendiendo la lucha interna que Jimin había estado enfrentando. La después de todo termino a su lado gracias a su adicto padres

Jimin levantó la mirada, sus ojos se encontraron con los del mayor. Aunque habían compartido palabras duras y momentos difíciles, había algo entre ellos que no podía ser ignorado. Un relámpago rasgó el cielo y la habitación se iluminó momentáneamente con una luz intensa. En ese instante, Jimin se aferró instintivamente al cuerpo de YoonGi, buscando refugio en su calor y seguridad. La tormenta rugía afuera, pero dentro de esa habitación, los latidos de sus corazones parecían ahogar el estruendo.

Antes de que pudieran decir una palabra, Jimin se lanzó hacia YoonGi, sus labios encontrando los ajenos con una necesidad que no podía ser contenida. El beso fue un torrente de emociones acumuladas, una mezcla de pasión, anhelo y el deseo de sentirse cerca, de sentirse amados.

YoonGi respondió con la misma intensidad, sus brazos rodearon a Jimin mientras lo sostenía con firmeza. Cada contacto de sus labios era como una chispa eléctrica que recorría sus cuerpos, encendiendo una llama que parecía haber estado ardiendo en su interior desde siempre.

Los labios se movían en un baile apasionado, explorando cada rincón con urgencia. Las manos de YoonGi recorrieron la espalda de Jimin, mientras sus cuerpos se presionaban más cerca, sin dejar espacio para la distancia. El sabor de los labios de Jimin era adictivo, una droga que YoonGi no podía resistir.

El tiempo parecía detenerse mientras se perdían en ese beso, en medio de la tormenta que rugía afuera. Los rayos iluminaban la habitación de manera intermitente, y cada vez que lo hacían, los ojos de YoonGi capturaban la imagen de Jimin, el brillo en sus ojos y la pasión en su mirada.

Cuando finalmente se separaron, sus alientos agitados llenaban el aire. La habitación estaba cargada de electricidad, y ambos podían sentir el latido rápido de sus corazones sincronizándose.

YoonGi acarició suavemente la mejilla de Jimin con el pulgar, mirándolo con una mezcla de ternura y deseo.

—Jimin... Lo has logrado.

Sus palabras fueron un susurro cargado de emociones, una expresión de todo lo que sentía en ese momento. No necesitaban palabras para entender lo que compartían. La tormenta seguía afuera, pero dentro de esa habitación, habían encontrado un refugio donde el amor y la pasión eran más fuertes que cualquier obstáculo que pudiera interponerse en su camino.

—¿De que hablas?

—Me he enamorado de ti. —Confesó recordando su condición para estar con el menor.

Los ojos de Jimin brillaron entendiendo la referencia, ahora podrían compartir una noche juntos.

No, cientos de noches juntas.

Jimin tomó la mano de Min, mientras lo guiaba bajo la lluvia, sonrió coqueto, aferrándose a los brazos del hombre frente a él.

—Hacerlo bajo la lluvia es mejor por que, los relámpagos hacen que los gemidos sean débiles por lo que intentas gritar más fuerte, la adrenalina sube, eso es hacerlo bajo la lluvia, tu piel es mas sensible ante el tacto, la constante idea de que alguien podría estar viéndote lo hace mas excitante y peligroso. —Explico Jimin manteniendo su mirada en YoonGi, sintiendo la lluvia caer en su cuerpo, escuchando el ruido de las gotas al caer al suelo.

—¿De donde sacaste eso?— Interrogo, tratando de ocultar su sonrisa juguetona.

—Lo acabo de inventar, ¿quieres comprobarlo? —Indagó curioso y juguetón.

—Si...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top