14. Abandono.

La noche era oscura y tranquila cuando el teléfono de Yoongi comenzó a sonar.

—Señor Min, necesito informarle que el señorito Jimin ha desaparecido. Su habitación está vacía y no ha dejado ninguna nota.

Las palabras resonaron en los oídos de Yoongi como un eco. Jimin se había ido, sin ninguna explicación, sin ninguna pista de a dónde podría encontrarlo. La desesperación e impotencia comenzaron a carcomer su corazón mientras trataba de procesar la noticia.

—Sectretario Ahn cancele mis planes regresarnos a Seúl. —Pidió sin pensarlo dos veces.

El viaje de regreso fue tormentoso, su mente girando en todas direcciones mientras trataba de entender por qué Jimin habría desaparecido sin previo aviso.

Al llegar a casa, la angustia lo embargó por completo. Entró en la habitación de Jimin, encontrándola vacía y silenciosa. La sensación de que algo estaba mal le apretó el pecho, y un sentimiento de desesperación le recorrió.

Se dejó caer en la cama de Jimin, apretando el teléfono en su mano mientras luchaba por mantenerse cuerdo. La idea de que Jimin pudiera haberle abandonado lo asaltó con fuerza, y la idea de perderlo lo llenó de un dolor uno que no quería volver a experimentar.

El abandono por el hombre que ama.

Su mano temblaba mientras marcaba una y otra vez el número de Jimin. Cada llamada iba sin respuesta, y su ansiedad crecía con cada tono que pasaba sin ser contestado. El corazón de Yoongi latía con fuerza en su pecho, la preocupación aumentando con cada intento fallido.

—¿Dónde estás, Jimin?. —Susurró para sí mismo, sintiendo cómo la desesperación comenzaba a envolverlo. Cada llamada no contestada era como un eco de sus miedos más profundos.

Temía que algo grave le hubiera sucedido a Jimin, que estuviera en peligro o en problemas.

Cada tono se sentía como un martillo golpeando su corazón, recordándole que Jimin estaba fuera de su alcance y sin forma de comunicarse con él. La impotencia lo invadió, una sensación abrumadora que lo dejó sin aliento. No saber dónde estaba Jimin y por qué no respondía a sus llamadas era una tortura.

Cada vez que el teléfono pasaba al buzón de voz, Yoongi sentía un nudo en su garganta. Su mente comenzó a llenarse de pensamientos oscuros y temores, imaginando lo peor.

La posibilidad de perder a Jimin se había vuelto real y aterradora con cada llamada no respondida. La angustia era palpable en cada uno de sus movimientos, en cada latido de su corazón. No podía quedarse quieto, la incertidumbre y la preocupación eran demasiado abrumadoras.

Finalmente, después de innumerables intentos, Yoongi dejó caer el teléfono sobre la cama y se pasó las manos por el cabello, luchando por mantener la calma.

Las lágrimas amenazaban con caer, pero las contuvo con fuerza. No podía permitirse desmoronarse, no cuando su mente estaba llena de posibilidades aterradoras.

La noche pasó lentamente, Yoongi sintiendo como si cada minuto fuera una eternidad. Cada vez que el teléfono vibraba, su corazón se saltaba un latido, solo para sentir la decepción al ver que no era Jimin. La preocupación y el temor seguían ahí, opacando cualquier otro pensamiento.

En medio de la oscuridad de la habitación, Yoongi encontró la claridad de sus sentimientos.

La impotencia y la desesperación le habían mostrado la verdad: amaba a Jimin.

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El ambiente en el karaoke estaba lleno de luces parpadeantes y música animada, pero para TaeHyung, el lugar parecía estar en silencio. Con el corazón latiendo rápido en su pecho, buscó a Jimin, finalmente encontrando su figura en la entrada. Tomó una respiración profunda y se dirigió hacia él.

—Jimin...

Las palabras parecían atascarse en su garganta, pero se obligó a continuar. Se detuvo frente a él, viendo la sorpresa en los ojos de Jimin. TaeHyung sabía que había mucho por lo que debía disculparse, y las palabras comenzaron a fluir.

—Lo siento, Jimin. Siento cómo terminaron las cosas entre nosotros. No puedo expresar cuánto lo lamento, y me duele. No he dejado de pensar en ti, no he dejado de preocuparme.

Jimin lo miró con una mezcla de sorpresa y cautela en sus ojos. Aunque TaeHyung había sido una parte importante de su vida, también había sido la fuente de mucho dolor y decepción. Escuchar sus disculpas ahora, después de tanto tiempo, lo tomó por sorpresa.

—TaeHyung, ya pasó mucho tiempo. No puedo negar que hubo momentos buenos entre nosotros. No quiero volver a ese lugar, a esos sentimientos, a nosotros juntos.

Jimin lo miró con una mezcla de emociones en sus ojos. La sinceridad en las palabras de TaeHyung era palpable. Pero también había avanzado desde su relación pasada, había encontrado algo nuevo y emocionante.

Min YoonGi.

—TaeHyung. Mi corazón ha encontrado a alguien más, alguien que me hace feliz de una manera que no sentí contigo. No te guardo rencor, pero ya no hay amor en mi corazón para ti.

TaeHyung sintió como si le hubieran dado un golpe en el pecho. Aunque se había preparado para la posibilidad de que Jimin no quisiera volver con él, escucharlo de su boca era una herida fresca.

—Siempre estaré aquí, encontraré la forma de traerte de regreso a mi. —Confeso TaeHyung, con la esperanza de volver.

Jimin sonrió acercándose lo suficiente a los labios ajenos, robando un beso como era costumbre.

—Tus besos ya no me llenan. —Aceptó, sin sentir que su corazón de aceleraba, como lo hacía con Min.

Taehyung observo a Jimin, en in intento de buscar una señal que le indicaran que estaba mintiendo, que solo estaba jugando, pero no era asi.

No había nada de eso. ¿Quien le había robado todo su amor?

Lo encontraría y lo haría arrepentirse por robarle a Park Jimin.

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