seis.
― Hola, HyunJin, ¿cómo estás?
HyunJin le sonrió a Felix como si nada, sentándose frente a él con Yeji en sus brazos, la niña sorbiendo su nariz llena de mocos, mirándolo con ojos llorosos.
― Yeji no ha mejorado mucho desde la última vez que nos vimos ―dijo el mayor con pena en su voz―, ya me está poniendo nervioso, ¿y si empeora, Lix?
― Oye, tranquilo, Hyunnie ―trató de consolar Felix poniéndose de pie―. Vamos, Yeji, ¿confías en el tío Felix?
―Sí ―lloriqueó Yeji dejando que Felix la tomara en brazos.
Silenciosamente, Felix comenzó a revisar a la niña con el ceño fruncido en concentración, preguntándole dónde era que le dolía más y consultándole también a HyunJin ciertas cosas. Luego de diez minutos examinando al menor, Felix suspiró y le dijo a su padre que al parecer la amigdalitis de Yeji había derivado a una pequeña sinusitis bacteriana aguda.
― Tendrá que tomar antibióticos por una semana y media ―le dijo a HyunJin anotando los nombres de los remedios en la receta―, luego lo volveré a evaluar. Ya te vas a poner mejor, Yeji, y podrás corretear en el parque.
Felix hizo amago de caminar hacia la puerta para abrirla, sin embargo, antes de poder hacerlo, fue tomado del brazo deteniéndolo en el acto. Miró a HyunJin, con una ceja enarcada por la intriga, para luego sentir su garganta seca al notar los ojos suplicantes del contrario.
― Lixie, um... ―comenzó a decir HyunJin con timidez―, yo... te quería preguntar sobre lo que ocurrió con tu exesposo. Sé que no debo meterme, pero...
― Oh ―Felix se removió, incómodo, mordiendo su labio inferior―. Bueno, Bang Chan y yo... nos estamos dando una nueva oportunidad...
La mirada del mayor pareció apagarse ante las palabras de Felix, y sin saber por qué, se sintió algo culpable. Quería que HyunJin no se hiciera ilusiones con él, que no lo esperara, pero tampoco se sentía capaz de intervenir en su corazón de esa forma porque, por mucho que quisiera que Hwang no lo mirara de esa forma, él no podía decidir por él.
― ¿Estás seguro? ―levantó la vista ante el tono serio que usó el mayor―. Tú dijiste que Bang Chan ya no te amaba. Entonces, ¿estás seguro de que vale la pena darle una oportunidad a alguien que dejó de amarte?
Sabía que HyunJin no lo hacía con mala intención, que debía estar preocupado por él, que no quería verlo pasándola mal -eran, después de todo, las mismas palabras que Jisung y Minho le dijeron dos días atrás-, pero eso no lo hacía más fácil.
Todo el mundo creía que Bang Chan no lo merecía, y puede que tuvieran razón, pero el mundo no se trataba de dar oportunidades a personas que realmente lo merezcan y quitárselas a quienes no valían la pena.
No, Bang Chan no merecía que estuviera haciendo esto por él, lo tenía claro, pero Felix lo amaba con tanta fuerza, con tanta desesperación, sentía un amor tan inmenso con él, un apego tan enorme por ese hombre, que sentía que debía hacerlo.
Por él. Por Bang Chan. Por esos ocho años que estuvieron juntos, como novios, casados, compartiendo días, semanas, meses; compartiendo sueños y anhelos; compartiendo risas y gritos y llantos.
Y Bang Chan estaba poniendo de su parte, eso lo podía jurar por su vida, porque su marido lo estaba yendo a buscar todos los días, le preguntaba cómo le había ido, desayunaban y cenaban juntos, conversaban y no permitían que el silencio entre ellos se instalara.
¡Incluso habían salido dos veces el fin de semana pasado! No sólo fueron al cine y luego a cenar, sino que el día domingo decidieron ir al zoológico a ver un show de pingüinos recién inaugurado, aquellos que le gustaban tanto a Felix, y si bien no se besaron, hubo un breve momento en el que ambos se quedaron observando en silencio, a punto de fundirse en un beso, pero terminaron desviando la vista, avergonzados, como dos adolescentes tontos en su primera cita.
Bang Chan podía sentir que el amor estaba volviendo, ¿por qué el resto no lo podía apoyar un poco más?
― HyunJin, por favor, eres mi amigo y aprecio tu opinión, pero te pido que en esto no te metas ―le pidió amablemente Felix con tono triste―. Si no resulta, entonces está bien, al menos lo intenté. Pero si llegara a resultar, entonces... ¿no habrá valido todo esto la pena?
El mencionado desvió la vista, apenado, negando con la cabeza, para luego suspirar.
― Sólo no quiero verte llorando, eso me rompe el corazón ―murmuró.
Felix le sonrió con dulzura.
― Está bien si lloro, eso nos hace humanos, HyunJin.
Su amigo asintió a regañadientes.
― Supongo entonces que no vale la pena invitarte a que salgamos el día de los enamorados o cuando cumplas años ―dijo con tono irónico.
Felix sacudió la cabeza.
― Bang Chan y yo siempre celebramos las dos fechas juntas con una cena ―recordó Felix, de pronto emocionándose al pensar en eso.
Sólo quedaba una semana para su cumpleaños, así que debía ir reservando el restaurante al que iban a ir, ese viejo lugar donde tuvieron su primera cita, donde iban a cenar cada fecha especial, y donde Bang Chan le había pedido matrimonio también. Ese pequeño restaurante era su pequeño refugio personal y privado.
HyunJin soltó un quejido, resignado.
― Espero entonces que la pases bien, Lix. ―dijo HyunJin―, porque te lo mereces.
Felix sólo pudo sonreírle, contento, sintiendo que por fin la vida le estaba sonriendo.
Bang Chan terminó de guardar un informe en su bolso cuando sintió la conocida presencia de alguien más en la oficina.
Levantó la vista, tranquilo, chocando con la triste mirada de Seungmin.
― ¿Ocurre algo, Seungmin? ―le preguntó con calma, aunque podía sentir como su corazón se rompía cuando su asistente negó con la cabeza.
― Sólo... te extraño ―murmuró Seungmin con la voz rota.
El más alto cerró sus ojos un momento, apoyándose en la mesa, y no se movió cuando de pronto Seungmin lo abrazó por la cintura, enterrando su rostro en su hombro, aferrándose a él con una desesperación casi dolorosa.
Llevaban dos semanas sin estar juntos, desde que Bang Chan aceptó el trato de Felix, y sabía que la separación le estaba afectando a Seungmin un montón, en especial porque Bang Chan estaba cumpliendo su palabra de mantenerse alejado de él ese tiempo.
Él se sentía culpable, se sentía como un hijo de puta, se sentía como un bastardo por estar jugando con una persona tan hermosa por su maldita indecisión.
¿Y lo peor? Es que no sabía si estaba jugando con Felix o con Seungmin.
Porque cuando veía a Seungmin, su corazón parecía acelerarse, no podía evitar bufar y sonreír ante sus chistes y sentir un calorcito recorriendo su cuerpo al tener cerca a su asistente.
Pero cuando pasaba a buscar a Felix, se encontraba con sus ojos, y sus labios le sonreían con esa preciosa sonrisa que poseía, podía sentir como todo parecía iluminarse a su alrededor, su cuerpo reaccionaba inclinándose hacia su pareja y quería estar todo el día acurrucado contra él.
No sabía qué hacer en esa situación, no sabía qué hacer con Felix, con Seungmin, porque dos semanas atrás estaba seguro de su decisión y sus sentimientos, pero en ese instante, su seguridad parecía haberse ido a la mierda.
― No quiero perderte ―susurró Seungmin mientras le acariciaba el cabello.
Quiso decirle que no lo haría, que eso jamás iba a ocurrir, pero Bang Chan no quería mentirle tampoco, porque ahora todo estaba confuso para él.
Empujó con suavidad al castaño, alejándolo de él, tratando de mantener la calma.
― ¿Ordenaste mi agenda para la próxima semana? ―le preguntó con suavidad.
Seungmin asintió, desviando la vista.
― La reunión con los inversionistas de Japón se fijó para el miércoles, a las seis de la tarde ―dijo mordiendo su labio inferior―, no querían otro horario, y como dijiste que coordinara según lo que ellos pidieran...
― Está bien ―le dijo asintiendo―, no tienes que preocuparte por eso ―le tomó de las mejillas, llamando su atención―. Ahora anda a casa, Seungmin, tienes que descansar. Te has estado exigiendo mucho estos días, ¿crees que no lo he notado?
― Pásalo conmigo ―le pidió Seungmin―, te necesito.
Bang Chan negó en silencio.
― Sabes que no puedo ―le recordó.
Seungmin retrocedió, haciendo una mueca.
― Eres un maldito cobarde, Bang Cham ―le dijo con furia en su voz, saliendo de la oficina a paso presuroso.
¿Crees que no lo sé?, pensó Bang Chan con amargura.
Horas más tarde, mientras cenaba con Felix, que no dejaba de parlotear sobre su día, fue cuando le hizo aquella pregunta que durante tantos días lo estuvo atormentando:
― ¿Por qué me amas?
Lee Felix enmudeció, volteándose a mirar a Bang Chan con la sorpresa pintando su rostro, aunque su expresión se suavizó cuando notó los ojos tristes de su marido.
Suavemente, le tomó su mano, dándole un apretón.
― ¿Por qué no hacerlo? ―su voz era cariñosa―. Mi amor, te amo porque simplemente puedo hacerlo. Lo que siento por ti es tan natural como respirar o pestañear, ¿sabes? Porque todo puede ir mal, todo puede estar derrumbándose, pero si me miras, si me sonríes... entonces sé que todo va a estar bien.
Bang Chan se sintió miserable, sus ojos llenos de lágrimas.
― No, no lo entiendes ―sollozó Bang Chan―. ¿Por qué todavía me amas? ¿Por qué dices necesitarme cuando no me necesitas? ¿Por qué no me odias? ―Felix quiso hablar, pero Bang Chan continuó―. No deberías amarme, no cuando te desgarré, te rompí, cuando te hice llorar por mis acciones y te he dicho que ya no te amo. Y aun así, aún después de todo eso, tú... tú sigues llamándome mi amor como si no hubiera hecho nada malo...
Felix se puso de pie, y de pronto lo abrazó con fuerza, permitiendo que enterrara su rostro en su cuello, dejando que llorara como un niño herido, acariciándole el cabello, dejando pequeños besos en su cabeza con un infinito amor que lo estremeció por dentro.
Porque no sabía qué era lo que sentía, y eso le asustaba un montón.
― No hiciste nada malo, Bang Chan ―le murmuró Felix―, sólo hiciste lo que creías correcto. Y está bien, está bien, mi amor, lo prometo. No importa lo que hagas, Bang Cham, yo jamás podría odiarte, ¿está bien? ―él asintió, hipando, y entonces Felix agregó con broma en su voz―. Anda, Channie, deja de llorar. Limpia esas lágrimas feas y dale mejor un besito a tu Lixie.
Bang Cham soltó una risa entrecortada, observando la sonrisa de Felix, y lo hizo.
Bang Chan lo besó.
Y por un instante, las cosas se sintieron bien.
Gracias por leer <3
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