Extra: ¡Emiala!
ATENCIÓN: Se aproximan MUCHOS disparates de Jungkook.
Para agradecerles todo el amor que me dieron en el capítulo anterior. ;)
.
.
.
¿Alguien, alguna vez ha querido saber qué piensa Jeon Jungkook de su emo y su colegiala interior?
¿No? Bueno...
Cuando Jungkook decide que es buena idea bañarse - a veces para ir a la universidad, otras para ir a la tienda de la esquina a comprar huevos y leche de plátano, y otras para simplemente quedarse en toalla tirado sobre el sofá a la espera de que Taehyung se le lance encima cual león a una gacela frágil y desprotegida - en esos momentos, a Jungkook le gusta hablar consigo mismo.
Es una buena oportunidad para oír con atención el ruido en su cabeza; una mezcla de canciones al azar, chistes sin sentido que le oía a Jin hyung, los chismes que Jimin le contaba de sus compañeros, los números de la lotería del día, los miles de "Baba" que Aerum decía al día, las inexistentes confesiones sexosas de Taehyung para con él y muchas más cosas así.
Desenredar los nudos que le causan las series que a veces ve con Taehyung en Netflix; como por ejemplo: ¿quién mató a Marina? ¿Había sido Samuel? Jungkook espera que no, le caí bien y era lindo. Pero no podía saberlo porque Taehyung no había pagado la suscripción de Netflix y les faltaba precisamente el último capítulo. Necesitaba respuestas, necesitaba saber si ¡Nadia al fin aceptaría a Guzmán!
Armar historias donde Justin y G-Dragon lo ven en la calle y se enamoran de su belleza celestial, acosándolo para que acepte salir con ellos y tener una relación abierta mientras él tiene que rechazarlos con todo el dolor de su corazón porque ya está casado con Kim Taehyung.
Hacer cuentas de cuánto necesita para un nuevo póster porque los que tiene ya están un poco maltratados de tanto que los besa, abraza y otras cosas que hace con ellos..
Cantar unas cuantas canciones de Justin... también de IU, le gustan sus canciones y ella es linda, como una mamá. La mamá que siempre deseo tener.
Y también, porqué no... poner un poco de orden entre la colegiala y el emo.
No hay mejor manera de comenzar una conversación que un buen saludo, así que siempre recurre al primero que recuerde: .- Hey, hey... Pero ¿qué pasa chavales? ¿Todo bien, todo correcto? ¡Y yo que me alegro!
No, no, no... Así no. Nos demandan por plagio.
Ah, el emo es tan amargado. Jungkook no entiende cómo es que un ser tan oscuro y depresivo está para guiarlo en su camino de luz y éxito asegurado. Está bien que le gusta el color negro, que siente que su alma es un pozo oscuro que no tiene salida y que todo lo que toca está destinado al fracaso; pero Jungkook no siente que sea tan negativo como su emo interior.
La vida es para correr riesgos, imbécil.
La colegiala no es que sea mejor. Es decir, ella es increíble. Una diva completa que no tiene miedo de decir o hacer lo que se le venga en gana porque tiene un pelo de infarto, un cuerpo de infarto, unas piernas de infarto y todo en ella es un infarto. Y a Jungkook realmente le gustaría sentirse aunque sea un octavo de lo infartante que es la colegiala.
Pero es que ella es perrísima y Jungkook más bien es un cachorrito recién nacido.
¡Los riesgos nos llevan a situaciones en las que exponemos nuestros sentimientos a ser heridos por hipócritas que no valoran nuestros rotos seres!
El emo tenía razón en eso... eso le daba ganas de pintarse las uñas de negro otra vez, como cuando a los doce le robó el esmalte a la novia de su hermano y anduvo dos semanas con uñas de color negro, diciéndole a todo que le preguntaba que "mis uñas reflejan la profundidad del dolor que vive en mí."
Bill Kaulitz fue tan buena influencia para él, el emo y la colegiala.
¡Los riesgos son lo que nos hace crecer! ¿Cómo quieres vestir Gucci si compras pirata? ¡¿Cómo quieres que nos cojamos a Taehyung sí éste idiota es más lento que perezoso con sueño?! Hay que correr riesgos si queremos vestir bien o ser bien cogidos.
A veces olvidaba lo cruel que podía ser su colegiala. Así como a veces olvidaba lo sensible que era el emo que ahora entrecerraba los ojos y miraba con rabia y un puchero.
¿Cómo es que podía tener a ambos en su cabeza? A lo mejor era esquizofrénico, nunca lo había pensado, debería de preguntárselo al doctor Choi cuando lo vea. O, según San Google, también podía ser un desorden de personalidad.
¿Cuántos Jungkook vivían en su interior? ¿Tendrían nombres diferentes?
Tendría que ponerles nombre cuando supiera cuántos eran. El emo y la colegiala no tenían, ellos simplemente habían estado ahí y él prefiere no asociar su aparición con momentos trágicos de su vida. No quería acordarse de cuando su mamá mostró las fotos de él desnudo a sus amiguitos de la primaria y sintió lo que era la traición.
La traición de quien te llevó en su vientre, de quien no quiso amamantarte porque se le iban a caer los senos, de quien dejó que tu papá te alimentara sólo con papas fritas por una semana que se fue de viaje de aniversario sola, de quien te leía la sección de chismes de las revistas para que te fueras a dormir.
¡¿Cómo no creer que el mundo no lo quería cuando había sido traicionado de esa forma?! El emo le había acompañado en su llanto de media hora en el baño, antes de que su hermano entrara a orinar con él sentado al lado.
Y luego... aquel día en que una compañera de clase le dijo que él no luciría bonito con una falda sólo porque había querido presentarse en la obra escolar para el papel de Julieta.
¡Jungkook luciría bonito con cualquier cosa encima, perra! Gritó por primera vez su colegiala y meneando el dedo en el aire, se dio media vuelta y se fue, digna como era ella, perra como ninguna y siendo todo lo que Jungkook quiso ser.
No mujer, eso no (le gustaba su pene, era lindo)... pero si perrísima.
Así que la colegiala y el emo siempre habían estado ahí. Dándole ánimos, destruyéndoselos, dándole ideas, diciendo que eran estúpidas, eligiendo el porno que verían y luego acompañándolo mientras se daba amor a sí mismo. Ellos solían pelear, gritarse e insultarse con palabras que Jungkook prefería no repetir para no ensuciar su inocente boca; pero siempre permanecían a su lado.
¡Y al fin lo veía!
Cómo no lo había entendido antes; por eso era bueno pensar mientras se bañaba.
¡Ellos se amaban! Estaba más que claro... la colegiala y el emo... ¡Emiala!
Jungkook eres tan inteligente; se alabó.
No, eres un imbécil; acotó la colegiala, dándose aire con la mano mientras se cruzaba de piernas, muy digna.
Coincido con ella, imbécil; mencionó mirándose las uñas el emo.
Pero a Jungkook no le importó. Al fin estaba claro para él; además sería tan bonito si la colegiala y el emo se casaban el mismo día que él y Taehyung. ¡Una boda doble significaba doble amor! A Jungkook le gustaba el amor, que la gente se amara y además, sería interesante ver cómo tenían su noche de bodas ellos...
¡No queremos casarnos! ¡No podemos casarnos!¡SOMOS TÚ!
Imbécil.
Pero habría que diferenciar las bodas, Jungkook quería adornos que sólo estuviesen en la suya. Algo muy exclusivo y elegante, unos centros de mesa bonitos y unos aperitivos que no se viesen en ninguna otra boda: a lo mejor algo de palitos de zanahoria con ají o estofado de pata de cabra. Algo así.
.- Sería tan bonito... - murmuró soñador.
Había utilizado muy bien su tiempo en la ducha ese día; nada mejor que planear su futura boda y de paso, la de sus lindos compañeros espirituales en su camino al éxito y el sexo seguro. 45 minutos muy bien empleados, incluso sí la cuenta del agua llegaba un poco más cara de lo normal y, nuevamente, se había olvidado de meter algo más que el pie izquierdo bajo el chorro.
Es que estaba TAN fría.
Escribo a veces cosas tan extrañas, en serio.
Aún así, espero que les haya gustado un poquito.
Del resto, les dejó a la colegiala y al emo, ambos enojados porque -como cosa rara- Jungkook los ignora.
Conozcanlos y denles amor.
Cole... COLE... ¡COLEGIALA!
Nota: No le gustan las fresas ni la leche de plátano. Iug.
E... E... ¡EL EMO!
Nota: Escucha My Chemical Romance antes de dormir. Su ídolo es Bill Kaulitz, el del 2008.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top