5.- Omisiones.

Drama ON. 🤦🏻‍♀️

Jungkook no era una persona de confrontaciones, es decir, en toda su vida jamás había estado en una pelea ni golpeado a nadie realmente. Las discusiones que sostenía, por lo general con su madre o su hermano mayor, se terminaban con él corriendo hacia su habitación a injuriar a la almohada. Así que Jungkook no supo cómo ni por qué, abrió la maldita puerta.

La chica al otro lado del pasillo se giró, su rostro estaba rojo debido a la rabia y Jungkook quiso cerrar la puerta y correr a esconderse con Aerum. Los ojos oscuros de ella se clavaron en él, como si quisiera ahorcarlo y luego picarlo en pedacitos que vender en el mercado de Gangnam-du por algunos miles de wones.

.- Disculpa, ¿qué necesitas? – preguntó, tratando de ser lo más educado posible mientras se recostaba contra el marco de la puerta, tratando de lucir sexy y peligroso.

Sobretodo peligroso.

Pero bueno, Jungkook no sabía que la mayoría de la gente lo miraba como si fuese un lindo conejito silvestre.

.- ¿Has visto a Kim? – preguntó ella, con molestia.

Jungkook se mordió la mejilla internamente mientras negaba.

.- Si necesitas ayuda con algo, yo...

.- No te metas, niñito – fue todo lo que ella dijo antes de volver a aporrear la puerta del 402.

Jungkook boqueó mientras procesaba la frase.

Niñito... lo había llamado niñito y había menospreciado su sex appeal que tanto le había costado sacar. Jungkook se enderezó y salió al pasillo, ahora molesto. Nadie podía llamarlo a él niñito, no era un niño chiquito que debían cuidar ni nada por el estilo. Jungkook tenía 19 años, estaba en primer año, vivía solo y... VIVÍA SOLO. No era un maldito niño, así no tuviese ropa limpia, ni dinero, ni comida y en las noches pasara frío.

NO ERA UN NIÑO.

¡Maldita bruja!

.- No sé si conoces las reglas de éste edificio pero las visitas deben anunciarse – gruñó, su voz sonando mucho más grave de lo normal - Él no está, así que vete y ven otro día.

Aléjate de mi hombre.

Bueno, su casi-hombre.

.- Mira, no sé quién diablos seas – respondió ella, girándose hacia él de nuevo y acercándose unos pasos, Jungkook se vio tentado a retroceder, pero su orgullo no lo dejó – Necesito hablar con el maldito cobarde que vive en ese apartamento y a menos de qué sepas dónde está, no me interesa hablar contigo, niño.

Jungkook entrecerró los ojos y decidió que sí algún día iba a pelear, sería ese día. Nadie, de los nadie, iba a llamarlo niño y quedarse tan campante. Sin embargo, antes de poder decir algo más, una voz interrumpió su debate mental sobre cómo golpear a una chica y salir victorioso sin un tacón enterrado en su preciosa mejilla.

.- Hanna...

Los dos giraron y encontraron a Taehyung en las escaleras, con el rostro serio y pálido mientras su mano se aferraba a su mochila con fuerza, volviendo su puño blanco. Jungkook quiso decir o hacer algo pero los ojos de Taehyung estaban fijos en la mujer a su lado, que se había girado y le miraba también. El menor supo que no tenía lugar alguno ahí.

Algo dolió dentro de su pecho.

.- Pensé... pensé que estabas en Daegu – la voz de V sonó suave, casi temerosa.

La chica resopló todavía molesta, pero ligeramente más suave: .- No voy a rendirme tan fácil con esto, Kim.

Jungkook quiso preguntar qué era eso, quiso gritar y zarandear a Taehyung para que lo mirara a él y no a ella, para que su rostro recobrara su color y su linda sonrisa, pero sólo se quedó ahí, quieto y respirando agitado mientras Taehyung asentía a la frase de la mujer y terminaba por subir los escalones.

.- De acuerdo, hablemos.

Y sin dedicarle una sola mirada, Taehyung entró con ella en su apartamento.

Jungkook se quedó de pie en el pasillo por largos minutos, mirando el pasillo y la puerta cerrada del apartamento 402, esperando que Taehyung saliera en cualquier momento y le dijera que todo estaba bien. Que le mirara y le hablara a él. Se quedó ahí esperando, pero él nunca salió y Jungkook sintió que las lágrimas se acumularon en sus ojos mientras entendía que realmente no iba a salir.

Así que tragándose el llanto, entró a su propio departamento.

Quiso gritar y maldecir mientras apoyaba su espalda en la puerta y tomaba aire, pero ningún sonido salió de sus labios. No sabía cómo sentirse y mucho menos, cómo se supone que debía hacerlo. Sabía que ella era la mamá de Aerum, que por tanto, tendría un vínculo para toda la vida con su lindo vecino y que él nunca podría competir con eso, pero haber sido ignorado de esa forma...

Nadie nos ignora, perra; farfulló la colegiala.

.- ¿Baba? – la voz suave de Aerum le trajo de regreso al mundo real y Jungkook sintió pena por el pequeño niño.

Aerum permanecía de pie en la entrada, con sus ojos rojos por el llanto y aferrando su mano a su camiseta amarilla de Totoro mientras seguía repitiendo Baba como un llamado desesperado. Jungkook se tragó su propia incertidumbre y caminó hacia él, susurrando un delicado "Ae – ssi" para que el niño dejará de llorar pero Aerum miraba todo con sus ojos grandes repletos de miedo.

¿Qué podía hacerle tanto daño a un niño tan pequeño y dulce? Jungkook sólo se limitó a tomar a Aerum entre sus brazos y le tarareó en susurros mientras caminaba por todo el apartamento, esperando. El niño se aferró a su pecho y dejó de llorar, pero sus ojos iban de un lado al otro, buscando, así que Jungkook trató de que se concentrará en él y su voz.

Le cantó todas las canciones que recordaba de Big Bang.

Le apoyó contra el cristal de la ventana y señaló los pocos edificios que reconocía de la ciudad.

Volvió a cantar para él.

Y nunca le soltó ni detuvo su andar por todo el lugar, se dijo a sí mismo que lo hacía por Aerum pero sabía que también se trataba del latido acelerado de su corazón. Las preguntas sobre lo qué había pasado en el pasillo, sobre aquella mujer y la forma en cómo Taehyung parecía centrarse en ella se entremezclaban con otras preguntas, otras mucho más dolorosas de enfrentar.

¿Qué rayos era Tae para él? ¿Una fantasía sexual? ¿Un crush inalcanzable? ¡¿Qué, por Dios?!

Lo conocía apenas hace unas semanas, no podía sentir nada más que la irrefutable atracción sexual, entonces, ¿qué era la maldita molestia en su pecho? Quería saberlo y al mismo tiempo, no se sentía cómodo con ello. Tal vez vivir en la ignorancia era mejor y podía seguir pretendiendo que era un niñero dedicado sin segundas intenciones.

Media hora, una hora...

Dos horas.

El silencio parecía absorberlos a los dos mientras él seguía caminando por todo el departamento con el niño en brazos, de pronto, el sonido de voces ahogadas llegó hasta él y Aerum comenzó a revolverse en sus brazos, estirando sus manitos hacia el vacío mientras volvía a llorar. Jungkook le abrazo con más fuerza aún mientras le besa la frente.

A veces no se reconocía a sí mismo en la forma en cómo trataba a Aerum. Nunca había tratado con niños antes, a excepción del ahijado de su hermano, al cual había empujado de la patineta cuando se negó a prestársela. Después de eso, nadie confiaba en él en lo que de niños se trataba y él mismo se negaba a darse una oportunidad con los bebés pero Aerum era...

El pequeño era tan diferente.

.- Baba, baba – lloró el niño y Jungkook se encaminó hacia la puerta.

Apoyó su oreja contra la madera y escuchó el repiqueteo de los tacones desaparecer por las escaleras, o eso creyó. Así que tomando una profunda inhalación, se las arregló para abrir la puerta con Aerum aún en sus brazos. Taehyung estaba en la puerta de su apartamento, con su cabello revuelto y los ojos rojos, como sí hubiese llorado ríos o mares enteros durante esas dos horas.

Tan parecido a Aerum que Jungkook podía jurar que eran dos gotas de agua. Quiso, así como con el niño, correr a tomarlo entre sus brazos y detener su dolor mientras cantaba para él una canción de Big Bang o IU. Sin embargo, se quedó de pie en la entrada con el niño que llamaba a su papá, sin saber cómo actuar luego de lo que había pasado en el pasillo.

Una parte de él estaba tan molesto que podía tirar su única almohada por la ventana.

La otra parte, sólo quería sanar lo que fuese que angustiara a su vecino.

Sonríe, sonríe para mí.

.- Jin me llamó cuando la vio entrar al edificio, así que salí lo más rápido que pude – explicó Taehyung mientras se acercaba y él sólo atinó a asentir, sin saber qué más hacer, pues no le había pedido ninguna explicación – Me disculpo si Hanna fue grosera o algo contigo, Jungkook.

Dime Kookie, ¡Kookie!

Y no sólo fue grosera, ¡fue una bruja!

.- No pasó nada – se encontró respondiendo con voz suave.

.- Oh, está bien, ella puede ser un poco agresiva cuando está molesta – se rascó la cabeza el mayor, ansioso, como si estuviese pensando en cómo decir lo siguiente - Lo siento pero cenarás solo los próximos días, ¿me disculpas por ello?

.- ¿Qué? Tae no entien...

.- Aerum y yo nos iremos a Daegu unos días, Jungkook – susurró Tae mientras tomaba a Aerum en sus brazos – Hay... hay algunas cosas que debo solucionar. Lo siento.

Y dándose media vuelta, cruzó el pasillo con Aerum en brazos, que le miraba con sus grandes ojos por sobre los hombros de su padre, estirando su manito hacia él. Jungkook se quedó ahí de pie, tal y como unas horas antes, sin entender. Vio a Tae entrar en el apartamento y el clic del seguro retumbó en el silencioso pasillo.

No hubo sonrisas, ni abrazos, ni despedidas.

¿Qué había sido eso?



Y más importante aún, ¿y su ropa?

Holis.

Capítulo corto, o bueno, eso creo yo. 

Me ha costado un poco el capítulo pero es necesario para introducir en una nueva parte de la historia. Así vamos viendo cómo va la cosa con la madre de Aerum. Supongo que tendrás dudas (o a lo mejor no), si quieren, las dejan y vemos cómo vamos respondiendo a ellas. 

En todo caso, cuénteme qué les parece. CUÉNTEME TODOOOO 

Actualizaré el fin de semana, dado que el capítulo fue cortito. 

Nos leemos prontis. 

Edit: 18/02/19

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